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JAIME ESPINAL Ras ie Pca cre Rant ee Cel coe Ne CLLBA WON eh essen. cet GUE Rei ea Snic ethers cuba beat Me ee eC ECR Wane Baeza Raa) fe eB ao| Sn Geico Chi (eee hatte Me RCO rh Meek st Ieee tee te nectie a ci oe tena Pertenece Cone iui meni caek ts PMCH OR desi CRs sce ee Recs Cuks Reece ace CUL Ee ee te aaa Ge rea NMC Ra acai egetcs Peel On The tag se ee Ua ace ra felecses cera OMe av Cunt roan Cet Usenet ETbdetu ste eu eeE eo Grek Ce Cee are IRGC pre eueicuereck Cn cCumt cae eC Poo erection Pace come ac mec ng Sec 3 bi yi See Cee tee ee Tey a i 1 i a em aoe = ts Jaime Espinal Skudmart: quimica con la muerte Fondo Editorial Universidad Eefit Espinal, Jaime ‘Skuclmart : quimica con la muerte / Jaime Espinal. ~ ‘Medellin : Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2006. 10 p. ; 22 em. (Coleccidn académica) ISBN 978-958 8281-44-5 1. Novela colombiana 2. Muertos- Novela 3, Embalsamamiento - Novela L.Tit-IL Serie, (C0863.6 cel 20 ed. 1096438 CE?-Banco de a Repablica-Biblioteca Luis Angel Arango SkupManT: QUIMICA CON LA MUERTE Primera edici6n: octubre de 2006 (© Jaime Espinal © Fondo Editoriel Universidad EAFIT Carrera 49 #7 Sur 50, Medellin. http/ /www-eafitedu.co/ fondo E-mail: fonedit@eafit.edu.co Gestor empresarial: Jorge Hernan Mesa Cano ISBN: 678-958-8231-44-5 Tlustraci6n de cardtula: Rafael, Alegorta Florencia. Depésito de la Superintendencia pata lot bienes attisticos e histéricos Edttado en Medettin, Colombia, Sur América Contenido Funeral Comoa un sapo ‘Dos conductores . Nuevo tanatopraxista Metodologia cero empaques .. El gel del futbol y el noni Nuevo reto .. La investigacién . Como toallas higiénicas Nada de nada Qué es un plen de negocio? Contar El doctor .. Los quinientos . Diez aftitos n cr Ww 22 25 28 31 35 42 46 52 53 57 60 Primeros quince ... ‘Tatainal uturumd) «. Rapida y mortal ... Correrias de perro hambriento Murphy en accion ® Para el canal infinito .... Eternal rest .... a¥ eso con qué se come? ... ‘Thriller .. Un péculo para el orto Pits {Al fin qué c##O&$i%o es un plen de negocic?... 700-2 Caos .. Maracanazo u» pero no revueltos .. Agora now ee 66 7 80 85 90. 92 94 97 99 101 106 108 121 125 127 132 134 136 “Yo fui lo que tii eres. Tit seris lo que yo soy” Epitafio a la entrada de un cementerio Funeral ‘ —iNo se lo Ileve! {Por favor, no se lo lleve! —grita, desconsolada, una mujer. Felipe Escudero levanta el alatid, se lo echa a cuestas, y lo lleva al carro fanebre que jo trasladara al cementerio. Al fin y al cabo, ése es su trabajo. . E —No se lo Ileve —reclama la mujer, abrazAndose al féretro, y mientras Escudero y los otros tres hombres del cortejo trasladan el cofte, arrastran con él ala mujer | que, envelviéndalo én los brazos, no deja de gritar No se lo lleve... por favor. Cuando Escudero levanta el atatid y arranca a eaminar, se oye un crash. —{Qué estaba haciendo ese vaso ahi debajo del 1. cofre? pregunta Felipe, mitad vergiienza por haberlo quebradc de una patada involuntaria, mitad rabia por haberlo quebrado de iuna patada involuntaria i “Ahora me va a tocar pagar vaso”, piensa. —Ay, sefior, es para que el pobrecito pueda tomar agua en su camino al purgatorio —dice una abuelita compungida, y va y rccoge los vidrios rotos, insult4ndolo mentalmente y recitando bajito oraciones elevadasa Jestis, mezcladas con vulgaridades elevadas aTelipe, y buscando con la mirada otro vaso para pader ponerle agua al pobrecito. Esa agua, después, la conservan durante toda la novena, y como e] nivel del vaso se va bajando por efectos fisicos de evaporacién (biologia, 5to elemental), jos dolientes se tranquilizan y se regocijan diciendi “Ve, y si ha venido a tomar. Siempre es que tenia sed. quién sabe qué le habra faltado en vida que qued6 con sed después de muerto, el pobrecito”. | Como a un sapo Cuatro horas antes, el muerto (el mismo que bajara Juego a la novena a tomar agua), se encontrabaen una mesa de preparacién de cadaveres en la funeraria, Habia llegado de medicina legal a las 9 de la mafiana, abierto por el vientre: un hueco... mas que un hueco una zanja, una brecha, casi una trinchera que empezaba en la pelvis y lo atravesaba hasta la garganta. ‘Guantes. — Aqui estan. —Delantal. Aqui. —Gatas, tapabocas, gorro. — Aqui tiene. ~—Pinzas, tijeras, aguja inyectora. =Todo listo. Ella, la tanatopraxista, vestida de astronauta, desliza el bisturfa todo lo largo del cuerpo del cadaver ~cortando la cabuya quelo tiene semicesido para evitar que en el traslado hasta la funeraria se desparrame y se riegue todo lo que hay por dentro—, y Jo abre completamente en dos, como a un sapo de diseccion en el aula de un colegio. Después le raja el craneo (por el lugar en donde uno se pondria una diadema), en u un corte aprendido que va de oreja a oreja y, como una mascara de las que usa Tom Cruise en Mision. Imposible, retita la cara del cadéver, doblandola hacia abgjo, de forma que lo que era la frente queda tocando el menton y deja ver el craneo pelado. Corta el créneo, extrae el cerebro y rellena el hueco con algodén. Lavisién de aquel al que denominamos “el muerto’ es una vision que causa espanto. Ver a uncuerpo inerte, sin la vida que acostumbraba habitar en él, causa una impresién muy fuerte: es como asomarse al futuro, como echar un vistazo a lo que serémos algtin dia (ojala nomuy pronto): Alguien, entonces, nos rajaré el créneo y nos abriré en dos, comoa un sapo de disecciénen un aula de colegio, y nos sacaré las tripas (un conjtinto de tripas que al extraerlo impregna el sal6n con un oldr fétido a caferfa), y después de lavarlas y empeparlas en Cavity, in gel conservante, y después de inyectarnos con el liquido Arterial (ojalé no formol, para no correr el riesgo de quedar comoun delfin, con stompaen vez de boca, por los efectos deformadores de ese agente fijador), nos volverd a meter las visceras en la cavidad que custodiaban las costillas, pero ahora en desorden, como caigan ahi adentro, y meter también el cerebro que nos habia sacado ahi en el vientre, revueltc con el resto de organos — porque todo tiene que estar adentro al momento de entregar el muerto para al entierto— y nos coseré con hilo grueso como cabuya y quedaremos inflados (porque, curiosamente, una vez que se sacan las tripas, no hay poder humano que las vuelva a hacer caber como cabian antes). Luego, ese mismo alguien nos lavara con desinfectante, nos vestiré con la ropa que NO escogimes, nos maquillera “con tonos staves” para darnos un aspecto mas plicido, y después; con la 12 aytida de otro que nos tome pot las piernas, ese alguien tio cdtgard por los hombros y nos depositaraé como si tal cosa dentro dela caja, cantando Don pepito bandolero 8e tHietid dentr’un sombrero, el sombrero era de paja, se metid deni uha caja... Después cerrara el bal, dira “que pase wl Sigitiente” y chao-que estés bien-hasta nunca-adi6s; Uh intierto més, una preparacién mas, cinco mil pesos inds que pagan pot cada muerto preparado y para la tasa a comer papas-arrez-y-carne y a ver el noticiero, por si hubo enfrentamiento entre guertillos y paracos, a vér a cudtitos va a tocer preparar mafiana. 13 | Dos conductores Después de disculparse por lo del vaso, de zafarse dela mujer que le peda que no se Ilevare a “el muerto”, y de hacer un entierro mas en un dia laboral que transcurrié con normalidad, Felipe Escudero entré a clase de Procesos Numéricos a las 5.20 de Ia tarde en el sal6n 304 del bloque 13. Después de disculparse por haber legado tarde por culpa de un vaso de agua para unmuertoy de una mujer que se habfa colgado del cajon hasta que éste fue introducido en el horno, se senté en una silla en la ultima fila, al lado de un compafiero con uniforme de conductor del metro. =i vos qué hacés? ~Yo soy chofer del metro. ZY vos? ~Yo también conduzce un cajén. —(Si? De cuales? ~De los de un solo pasajero. — qué ruta? —De cualquier parte al cemen‘erio, Siempre. ~Ah....veo. Por eso el uniforme... Si El uniforme era un traje azul fiinebre con corbata vinotinto atin més fiinebre, que hubiera estado bien para... no, que no hubiera estado bien para nada en realidad. 14 —Aunque, la verdad, estoy tratando de vender “Ygominas y hampai —se atreve a contesar Andrés, el conductor del metro, harto de choferiar el transporte masivo y con ganas de llegar algiin dia a montar su propia empresa. —wW cémo te va con eso? —pregunta Felipe. ~No vendo nada. —1Cémo asf? {Vendés gominas y champu... y no vendés nada? {Ni de lo uno ni de lo otro? —Astes. No he vendido nada. Claro, qué iba vender si le daba rabia ofrecer los pzoductos y que después de media hora de echar el cuento le dijeran: “Muy interesante, pero no me interesa”. Fue ahf cuando entré Felipe, que sf vendia alguito (desde los 13 afios empezd a negociar con camisas, tenis, correas, y cualquier cosa que se pudiera vender): —Pues si quiere yo ofrezco esas gominas en la funeraria... all4 somos como 50, y casi todos usamos gel. ‘A Andrés, remedo de negociante, se le abrieron los ojos y, esperanzado, acepté la ayuda de su compaiiero de clase. —Pero es que todavia no la he perfeccionado fueron las tiltimas palabras que oy6 Felipe antes de untarse en el pelo la gomina... que le dejé entradas permanentes a lado y lado de la cabeza. Frente a este desastre, Andrés se clavé en su Ieboratorio (el garaje de su casa), perfeccioné-el gel (al menos ahora uno se lo echa y no se queda con el pelo en la mano), y empez6 a evolucionar en el negocio, ‘Tres meses de ventas y a Felipe, el intermediario, los compaiieros de la funeraria ya le pedian fiado, y como 15 él tenfa que responderle a Andrés, el negocio empez6 a complicarse. —Andrés, a usted le esté yendobien, yo no me estoy ganando niun peso, en cambio sf me he ganado més de un ehemigo por andar cobrando —Io encara Felipe. —Claro, a nadie le gusta que le cobren. {Y entonces qué hacemos? ;Dejamos de vender alla? —No, no, vea, mejor hagamos esto: valore lo que tiene, yo le compro la mitad, y nos hacemos socios. GQué dice? ‘ La empresa const6 basicamefite de una mesa, un balde para revolver, un palo para revolver y algunos insumos [para revolver en el balde con el palo]. Ahi, con gominas y champt,, empezaron a trabajar juntos. 16 Nuevo tanatopraxista —jFelipe vengal, jentre a la sala de tanatopraxia! ~w por qué yo? —pregunta Felipe, que simplemente hacia parte del cortejo finebre y sélo le correspondia éntenderse con los atatides, nada qué vér con los stierpos. —j{iLlegavon 20 cuerpos!;! —anuncia el jefe —Y EN ESTADO DE DESCOMPOSICION! —Veinte? —De un combate que hub er La Lloroita, cayeron atin cafién, hay varios mutilados. jHay que prepararlos ya! Ya mismo! Y iio tenéitios suficientes preparadores, le tocé apretider... \Corra, hombre, corral Lo primero que Escudero sintié al entrar en Ia sala fue un potente vaho qisfinits que le ehrojecié la cata y casi lo ahoga. Rapido se Ievé las manos a los ojos, ¥ coniftindié las néuseas qué le produjo el formel con la impresi6n de ver por primera vez tanta sangre congregada, y en cuerpos tan desmembrados; como una paradoja para un programa esotérico del canal Tnfinito. Andrés Martinez pronto empezé a notar que su compafiero de clase cada vez llegaba més tarde y cada 7 aR vez entraba oliendo ms raro. Tanto que un dia, en medio de una explicacién sobre la solucién a un sistema de ecuaciones por un método determinado, no pudo evitar preguntarle por qué olfa tan fuerte. —(jFuerte?! —pregunta Escudero. ~Bueno... mas bien feo. Feo? —Bueno sf... como a flor de cementerio... pues... como a... muerto, Entonces Felipe decide confesarse, y le explica que la preparacién de cadaveres es como una droga. Que al principio uno dice No. No gracias. No no. No. Que no, No no no no, No y ro. No quiero, Pero que luego hay que hacerlo alguna vez, por cosas del trabajo, y después de que uno empieza a meterse, cuando menos piensa, ya esta metido del todo. gPero por qué como la droga? ;Cémo va a ser adictivo ese paseo tan horrible! —Pues porque la muerte es un tabri, y uno no conoce nada que tenga que ver con la muerte... —Gracias a Dios —interrumpe Andrés y se lleva Ja mano ala frente, después al pecho, luego al hombro izquierdo y después al derecho. —Si, eso pensaba yo antes, pero cuando uno empieza a prepararlos él cuenta se empieza a volver apasionante. so es imposible. —Piense en esto: uno toda la vida teniéndole miedo ala muerte, y de repente la empieza a ver tan natural, tan cotidiana. Y encima uno al final le limpia bien las uiias al muerto y lo arregla bien bonito y lo maquilla y Ja familia queda contenta y uno siente que esta haciendo 18 / 2 bien... muy bien... |Es mejor que cuando te quieren pegar porque te estés Hevando el atatid! Bs esa cercania con el tabti mas grande de la huma- nidad lo que lo hace adictivo. Es tocar por dentro a un igual: es como tocarse a uno por dentro, conocer lo que ya por debajo dela piel. Es la manipulacién del misterio mas cotidiano y a la vez mas insdlito y aterrador: el paso entre la vida y la muerte. —Asf terminé sierdo preparador de cadaveres —concluye Felipe. —Con raz6n semejante olor. Parece que fuera para asegurarse. —=jComo asi? —St, si Iegan para preparacion y no estan bien -Fuertos, jseguro los acaban de matar con ese olor a “sgrrofia! —insiste Andrés. —Se te agradece la sinceridad —se molesta Felipe—, pero no tenés que ser tan grafico. ©, ~Bueno, perd6n...perdon. S)-=Bueno “., h... jPero es que esosf huele muy feo! Ademés tenés £508 Ojos rojos rojos rojos. —(Seré el formol? Porque mi mam también me pregunta lo mismo, y el otro dia me salié con que si yo estaba fumando algo. —iY qué estas fumando? “Nada —responde Escudero—. jNada! En serio sinsiste ante la mirada escéptica de sa compafiero— 0 tiltimamente ni duermo bien. | jClaro! (Quin. va a dormir bien viendo muertos iso es {que ma tiene los ojos asi, y la garganta toda irritada ‘gamo con dolorcito de cabeza permanente. 19) —Ah, pero si toda eso te hace el formol, entonces el formiol es un problema, No deberfan usarlo més. —Peio y qaé hace uno si toca echatles de eso porque sino se descomponeny ahi sique no los voltean a mirar ni los gallinazos. “Pero te est haciendo dafio. No se puede cambiar por otta cosa? —pregunta Andrés, echandole cabeza—. ‘Ademis, vos sabés que el formol es un gas, y que se evapora muy rapido, seguro se te esté entrando por todas partes. 20 —jfise es un problema en el que podemos trabajar! + exclama Martinez. Recién echando cabeza, habia recordado de pronto "¢...el mdmento én el que decidieron disolver su sociedad, 'y buscar algian problema en el Metro, o en Ia funeraria, “gti pudieran intentar resolver, y asi volver a sofiar “con montar su empresa, porque ni las gominas ni los < chiairiptis ni la metodologfa cero empaques ni el noni hebian tenido demasiado éxito: 21 Metodologia cero empaques Delas incipientes ventas de gomina ena funeraria, habian pasado a visitar peluquerfas presentandose como Ingenieros de Ia Universidad EAFIT que hemos desarrollado estos productos en’ un Iaboratorio de pruebas cientificas [siempre te miran distiato cuando cuentas con tuna entidad prestigiosa de respaldo, Como las gominas y los champuis que Martinez. y Escudero fabricaban eran buenos, algunas peluquer‘as se interesaron. Pero Io més costoso y complejo de un praducto de éstos no es su fabricacién, sino su imagen corporativa y el mercadeo. Ante esta enorme dificultad, Escudero y Martinez optaron por un sistema distinto: recogian Jos tarros vacios en las peluquerias y se los retornaban llenos con sus productos. Asi se ahorraban la marca, Ja comunicacién de marca, y los empaques. Y funcioné. Funcion6 porque en algunos negocios lo central no es el producto en si, sino otros elementos como la manera de comercializarlo, o de presentarlo, o de ofrecerlo, o de comunicarlo. ; fn el caso de estos dos, su sistema habia surgido de la necesidad: al principio, intentando imprimizle personalidad a sus productos, intentando crear una 22 marea con un presupuesto casi nulo, imprimieron algunas €tiquetas en una impresora de punto (una Epson LX 810) y se las pegarona unos Zrascos comprados en cualquier parte. El zesultado: un desastre, Quedaron < horribles, no convencian a nadie... gquién se iba a pasar "para sus champuis con etiquetas que se vefan piratas y de seginda mano? “*Abf nacié la idea,de no vender los productos empacados, sino de rellenar eso tarros boritos en los que viene el champu normalmente. Pero explicar a cada cliente este proceso resulta dificil, dudoso y poco convincente. Y es que llegar diciéndole a un cliente potencial: “Vea, hagamos una cosa, €s que nosotros no tenemos tarritos, entonces lave el frasco y nosotros se lo re-llenamos con otra cosa...” no queda may profesional. En cambio una presentacién més técnica, con mas caracter, con matices de implementacién de un nuevo sistema que est revdlucionando el mercado, queda mucho mejor. Con esta idea, Martinez'y Escudero legaban a visitar a sus clientes potenciales presentandoles un novedoso pracedimiento de trabajo. Algo’ como: “#... Nosotros trabajamos con Ia metodologfa Cero Empaques, desarrollada en EAFIT, y que le significaré a usted una reduccién en los costos fijos mensuales par concepto.de reabastecimiento de insumos, ya que le ofrecemos Ievarnos sus empaques y retornarlos nuevamente Ilenos de producto de alta calidad”. Y, la verdad, no estaban lejos de la realidad. De hecho, todo era basicamente cierto: ellos eran eafitenses, asi que no era una mentira, En verdad con su sistema reducian los costos del establecimiento, y la metodologia “funcionaba. Asi, mediante esta carecterizacién de su 23

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