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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

SEMINARIO EVANGÉLICO PENTECOSTAL

ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA

PSICOLOGÍA PASTORAL

SOTERIOLOGÍA

FE, ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN

Presentado por:
Henry Medina
Freddy Castellanos
Miguel Paraguari
Martín Malave

Profesor:
Carlos Yépez
Curso VI

BARQUISIMETO, FEBRERO DE 2011


INTRODUCCIÓN

El Nuevo Nacimiento es la primera etapa en que la actividad salvadora


de Dios nos atañe como individuos. Pero en la economía de Dios la
regeneración es inseparable de lo que le sigue. Le suceden la fe y el
arrepentimiento.

La fe es el canal indispensable para la salvación. En Hebreos 11:6


se nos dice que "sin fe es imposible agradar a Dios". Efesios 2:8-9
declara "por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues
es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". Hasta Juan 3:16,
que usa la forma verbal para la palabra "fe" ("creer") en lugar del sustantivo,
dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda mas tenga vida
eterna".
FE, ARREPENTIMIENTO Y CONVERSIÓN

1. Fe: Del griego “pistis” y del latín “fides”.

El escritor a los Hebreos es quien más claramente nos habla acerca de lo


que es la Fe. "Es pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no se ve" (Hebreos 11:1).

Tanto la Palabra Certeza como la palabra convicción significan lo mismo:


seguridad. En otras Palabras la palabra Fe es seguridad, sin lugar a dudas.
La Fe es sólida cuando se basa en Dios… (Él es quien dice ser que es.)

Pero hay algo más que creer en Dios. (Santiago 2.19, 20) La mayoría de
las personas creen que existe Dios, los demonios creen que existe Dios.
Pero hay algo más que hace falta aparte de creer que existe un Dios, para
poder tener la verdadera Fe tenemos que entender como es ese Dios.

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que


se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan”. Hebreos 11.6

Tipos de Fe:

• Fe natural o humana: esta fe es la que proviene de las experiencias en


nuestro diario vivir. Por ejemplo una persona que trabaja lo hace
porque confía que el día de pago, recibirá su retribución completa.
Una persona que se enferma, va al médico porque ha experimentado
que el medico está capacitado para resolver su enfermedad o por lo
menos mejorarla. Se toma las medicinas porque la fe natural le ha
enseñado que estas tendrán un efecto positivo sobre su enfermedad.

• Fe emotiva en cuanto al evangelio: es aquella que causa un gozo


inicial por oír el evangelio pero que no dura.

Los tres elementos de la fe son:

a) El intelectual: el hombre sabe que lo que las escrituras enseñan es


cierto.
b) El emocional: El individuo es movido en sus sentimientos.

c) El volitivo: Su voluntad se dirige hacia una dirección. El resultado de


esto es la salvación.

La fe del verdadero creyente es especial, no puede de ninguna manera


compararse a la fe natural humana o nada parecido. La verdadera fe es una
convicción segura que el Espíritu Santo da al hombre respecto a la verdad
del Evangelio y a la confianza sincera en las promesas de Dios en Cristo
para que ejercitándolo obtenga la salvación.

2. Arrepentimiento: del gr. “Metanoia” Cambio de actitud, de mentalidad,


de vida etc.

Myer Pearlman dice que consta de tres elementos: Intelecto, Emocional y


práctico .Ilustra a un viajero que se dio cuenta que se equivocó de tren
(intelecto) se inquieta (emocional) y se baja para buscar el tren correcto
(práctico)

El hombre es responsable directo de sus actos y por lo tanto culpable y


merecedor de un castigo, de manera que la única forma de cambiar esa
realidad es a través del arrepentimiento, porque sin él, tampoco el hombre
alcanzará el favor de Dios.

Arrepentimiento entonces significa: 1) Descubrir el pecado, es decir la


rebeldía contra Dios. 2) Sentir un dolor profundo por haber sido instrumento
de iniquidad y pecado y 3) Cambiar de dirección, tomar el camino propuesto
por Dios. Cuando estos tres elementos se dan, se puede afirmar que
estamos ante un genuino acto de arrepentimiento.

3. Conversión:

Del gr. “Epistrophe” del Heb. “Sub” Volverse a: retornar tanto física como
espiritualmente. Conversión es revertir algo, es hacer volver hacia algo o
alguien, y según el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), es
“hacer que alguien o algo se transforme en algo distinto de lo que era.” La
conversión es el complemento del arrepentimiento; esto lo vemos en Juan
8:3 al 11 en donde el Señor Jesucristo, después de perdonar a la mujer
hallada cometiendo adulterio le dijo “Vete, y no peques más.”

A lo largo del tiempo y alrededor del mundo han habido personas que
experimentaron el arrepentimiento; sin embargo, no experimentaron la
conversión. Este tiempo no es la escepción, pues son evidentes las personas
que sí experimentaron el arrepentimiento, pero no la conversión, porque
siguen en su forma de vida pecaminosa y desagradable a Dios.

¿Quienes necesitan conversión? El arrepentimiento es el cambio de


forma de pensar y la conversión es el cambio de actuar y de forma de vida,
por lo que todos los cristianos necesitamos avanzar en el proceso de
conversión hasta dejar totalmente la forma de vida pasada (Ef. 4:22-24)

¿De qué hay que convertirse? En toda la Biblia hay ejemplos de personas
que se convirtieron y otras que no lo hicieron; por ejemplo en 1 Corintios 6:9
al 11, leemos de cristianos que se convirtieron y dejaron de ser: fornicarios,
idólatras, adúlteros, afeminados, homosexuales, ladrones, avaros, borrachos,
calumniadores y estafadores (RVA).
CONCLUSIÓN

En Colosenses 2:13 al 15, leemos que el Señor nos perdonó todos los
pecados y “anuló” el acta de los decretos que había en contra nuestra, la
quitó de en medio al clavarla en la cruz. Por eso es maravilloso saber y creer
que una de las consecuencias del arrepentimiento y de la conversión es que
Dios perdona, borra, anula y elimina todos los pecados que hemos cometido,
por lo tanto nadie puede acusarnos o pretender hacernos pagar por ellos,
porque Jesucristo ya pagó por nosotros y el castigo que nos correspondía
cayó sobre Él (Is. 53:5).

Luego de arrepentirnos y haber experimentado el perdón de los pecados,


debemos esforzarnos en avanzar constantemente en el proceso de
conversión abandonando la forma de vida pecaminosa, atada y bajo
maldiciones en la que nos encontró Jesucristo, para ser restaurados,
liberados y transformados.
BIBLIOGRAFÍA

La Santa Biblia, Versión Reina Valera 1960

Goncalvez, Moisés. FE INTEGRAL. Tinta Verde Editores. Barquisimeto,


2007.

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