oxy, Revista de Flo, o 10,1995, 127142
La amenaza latente del vagabundo
en Ia literatura politica del siglo XVI
ANTONIO RIVERA GARCIA*
{Una discusi6n con «Como lobo entre ovejas. Soberanos o marginados en Bodin, Shakespeare,
Vives», de Antonio Serrano Gonzilez, Centro de estudios consttucionales. Madrid, 1992.
1. La teoria bodiniana de la soberania empleada para dilucidar el persistente problema del
pauper superbus»
‘A. Objeto y fuentes. El autor de «como lobo entre ovejas» ha perdido una extraordinaria oportuni
‘dad para ilustrar sus tesis con la pintura que Brueghel elabora a lo largo del siglo XVI. Sus cuadros,
reflejo de escenas cotidianas, se llenan de borrachos («Borracho acompafiado por familiares),
tahires («Pelea de jugadores de caras»), ciegos, mendigos, leprosos («La paribola de los ciegos»,
«Los lisiados») y bandidos («Campesinos agredidos»), todos ellos personajes que pueblan las
‘iginas de este libro. Sin duda, el pincel del flamenco supo dibujar el paisaje humano que ofrece el
{grupo de los marginados, También el libro de Serrano tiene a éstos como protagonistas, pues tata
de desentrafar las razones profundas del nuevo interés despertado, una vez finalizada la Edad
Media, por Ios individuos ms alejados del soberano.
Entre sus inspiradores intelectuales, Serrano Gonzalez. menciona al historiador Braudel, cuya
‘obra sobre el Mediterséneo en la épaca de Felipe Il presta una iausual importancia alos fendmenos
dde mendicidad y criminalidad, Bachtin con sus ansliss literarios centrados en Ia figuras de los
bufones,idiotas o Iuntticos y por dkimo, y fundamentalmente, el flésofo Foucault. La propuesta
del autor revela enseguida su cardcter foucaltiano: pretende estudiar Ios estratos més bajos de la
sociedad, durante los siglos XV al XVII, porque sélo éstos nos permitirén descubrir el funciona-
tmiento de las instituciones juridico-politicas primordiales. Siguiendo la ensefianza de Foucault,
‘cuando se analiza lo marginal se est indagando al mismo tiempo en las estructuras centrales que
rmarginan, A. Serrano Gonzilez va a partir de la normativa que, sobre todo en el siglo XVI, se
aplicaré al sector més despreciado y rechazado de Is sociedad, el de aquella masa de indigeates,
vagabundos, mendigos,y ottos ociosos carentes de domicilio fijo, percibidos yaa finales de la Baja
Edad Media como una amenaza, Tal normativa es el reflejo de un sentimiento negativo creciente
hacia la pobreza, fécilmente verficable por la proiferacin de textos legales, lterarios o canénicos
‘centrados en la figura del vagabundo. El problema de la pobreza es afrontado asf en el libro desde
el discurso juridico-politco de su 6poca, es decir tomard en consideraciGn el conjunto de disposi-
ciones de carécter asistencal o represivo destinadas a los indigenes, dejando de lado el estudio
historico de este grupo social. Segin el pazecer de Serrano, esa totalidad de preceptos juricos
adquieren tna mayor entidad silos encuadranios dentro de un contexto més amplio, el discurso
politico que aborda a la sociedad en su globalidad. Pero de entre las diversas teorfs politicas que128 Anconio Rivera Gara
tenfa el autor # su disposiciéa dentro del perfodo de nacimiento y consolidacién del Estado
‘modem, ota tnicamente por la de Bodin, formulada en «Les six Livres de la République (1576),
como la més significativa, un poco como si fuera el compendio te6rico del siglo XVI, pues confi
al escrtor francés el papel de representante te6rico de Ia monarquia eabsoluta», gracias & la
tlaboracién del concepto de soberania.
‘Aunque siempre dentro del marco te6rico 0, como dice empleando la terminologia fovcaltian
e las «précticas discursivas», no renuncia a las aportaciones de las investigaciones histéricas
‘cuando desea relacionar el peligro que suponfan los vagabundos en la mentalidad de las gentes de
‘aquellos tiempos con ciertos fenémenos demogrificos y econdmicos propios de un capitalismo atin
fen ciemes', o cuando recurre a Vicens Vives para crtiar Ia tesishistrica que confunde monarquia
labsoluta con ™,
I soberano dispondré ahora de un modelo: el «pater familias» o jefe absoluto del nicleo
familiar, hasta el punto de que detenta el derecho de vida y muerte sobre Ia esposa,hijos y esclavos
(«Bt pour ceste cause, le pere ayant tué son fils n'est point subject & la peine des partcides, car la
loy n'a pas presumé qu'il le voulust faire sans bonne et juste cause»)", derecho que el mismo
soberano deberia poseer sobre los sibsits.
Ente las causas de inestabilidad politica, Bodin sia en primer lugar las facciones y ediciones
Dedica asf todo el capitulo siete del libro IV a Ia empresa de alertar contra la guerra civil que con
‘gran facilidad conduce a la pérdida de las repablicas
‘Tout ainsi donques que es vices et maladies sont pemicieuses au comps et &I'éme:
aussi les seditions et guerres civles sont dangereuses et pernicieuses aux estas, et
Republiques>*,
Sin duda, la monarqufa consttuye el Estado soberano mas capacitado para cortar los brotes de
guerra civil, pues el monarca en todo momento puede permanecer neutral, asumir el papel de
{rbitroy no intervenr en el conflict. En cambio, nila arstocracia ni el Estado popular, estando por
esencia divididos, favorecen la figura del abitro pacificador de las facciones. No podemos leer
estas paginas det libro IV sin pensar que el jurista francés tiene en mente un pais asolado por la
‘guerra civil religiosa. De ahf se desprende su interés por escribir c6mo debe sctuar el principe si
38 Bodin, Sean, Op sit f,Vip. 12.
39 Tae, LN, 76
40 adem, V, Vp. 12La emenaze lente del vogabundo eta eras potica de siglo XV BT
desea evitar que la religién se conven en mativo de enrentamicntos iviles La slucén prefer
ts pacifista: el rey servrt mejor a la verdadersreligin favoreciéndols,y no combatindo a sus
‘ponentes en el campo de batalla Je ne parle point ci laquclle des Religions est la meilleurs,
omnien qu'il n'y qu'ene Region une vet, une loy divine publte parla bouche de Die: mais
Sie prince qui aura ne cersine assurance dela ray religion, veut y aire es sues, dvisezen
Sectes et en factions. ine faut pas & mon avis qu'il sede force, car pls la voloté des hommes ext
foreée plus elle est revesche»"
Como instgador de gueras cviles 0 seicions, el vagabundo se limita ocupar un lugar
secundaro, Vetmestosiguiendo las dos texonomas que nos propociona Bodin de as eausas Ge
fuera civ:
«Or en matidre de seditions et tumultes, il n'y arien plus dangereux que les subjects
soyent divisez en deux opinions, sot pour I'esta, soit pour la religion, soit pour les loix
et coustumess"®
«Nous avons parlé des causes qui donnent changement aux estats et Republiques: des
_mesmes causes procedent les seditions et gueresciviles: le deny de justice, oppresion
‘du menu peuple, a distribution inegale des peines et loyers, la richesse excessive d'un
petit nombee, extreme povreté de plusieurs, losivité trop grande des subjects, Iimpunité
des forfaits: et peut estre que ce demier poinct est de Ia plus grande consequence et
duguel on faict moins de cas».
En la segunda clasificaciGn sf se mencionan dos marcas peculiares del vagabundo, «la extrema
pobreza de muchos» y «la excesiva aciosidad de los sibditos», mas la impunidad de los deitos
consttuye la principal causa de sedicién, puesto que ataca los mismos cimientos de [a soberania: las
leyes, Un rey se convierte en un patético soberano cuando sus leyes carecen de fuerza represors.
Shakespeare también nos avisa de este peligro que se cieme sobre la monarquia a través del
grotesco y subversivo Falstaff increfble imagen invertida del buen educador del principe, el anti-
Erasmo, que se atreve a recomend su joven pipilo la impunidad de los ladrones:
“, esto es, combinando Ia energia de su decision
on la prudencia logre domar el natural indémito del pueblo. El cual, segin la opinin de Lipsius,
sno puede suri lo que es justo y razon, y mucho menos la servidumbre>, pues «contra ningunos se
Jevantan con mas violencia los hombres haziendo bandos, coma contra aquellos que sienten
dessear, o procurar algun mando seforo sobre ellos»™,
Por otra parte, Serrano Gonzalez identifica la amenaza del vagabundo como un intento de
‘easimetrizacién o inversin de larelacién de mando y obediencia™. Ast se explica que en «King
Lear» —snico texto shakesperiano manejado por Serrano— sélo Edgar supere el infortunio de los
personajes cafdos en desgracia, porque adoptando el disfraz del «pobre Tom» acta como si nunca
hhubiera poseido un estaus, «se emascare de tal modo que puede llegar a subvert el nuevo orden
4e las cosas», invirtendo la relaciGn de mando. Pero a la poste la disposicin vertical del cuerpo
social se mantene,
Sin embargo, la Iteratura de Vives y Shakespeare nos oftece mas a menudo una masa airada,
sediciosa, no tan interesada en alterar la estructura jerarquizada de la sociedad, ocupando el lugar
del rico, del soberano, como en abolir 0 disolver dicha estructura e imponer la comunidad de
bienes. El temor a que los sucesos de Minster se repitan parece aduedarse de las obras de
Shakespeare, Vives y Bodin, En este sentido, para Brents Stirling el retrato de la gente amotinada
‘que hace el poeta inglés refleja su preocupacién por la creciente popolaridad de los anabaptista*
«Second part of King Henry Vi» nos muestra a Cade, el lider de la rebeliGn popular, proponiendo
lun revolucionario programs basado en el reparto de los bienes del reno entre todos los subditos:
«Be brave then; for your captain is brave, and vows reformation, There shall be, in
England, seven half-penny loaves sold for a penny: the three-hooped pot shall have ten
hoops: and I will make it felony, to drink small heer: all the realm shall be in com
«, opt. 147.
bier 157
Willis, Gorge, xa rfora ail, Mic, Foo de Cultura Become, 1983p. 405
Sera Ganzles A. Op. dp. 168
Riser,
Vives, HL «De I comand de fos bens opt p14
RATERS{La emeniza lente del vagabuno en alert poitca dl siglo XVI mL
coincide con el estado de naturaleza descrito por Bodin. Ambos conducen fatalmente a una guerra
civil cuya resolucién impone la mayor desigualdad posible entre los hombres, la esclavitud.
Por iitimo, Bodin no sufre menos el impacto de Munster. En varias ocasiones la ciudad se
convierte en el ejemplo negative de su teorfa politica. Ya al dfinir la repsblica se muestra contario
al comunismo integral de corte platénico, empeiado en suprimir las palabras «Tien» y «Mien», aun
si bien es cierto que no puede exist un estado si no hay nada publico («République est un droit
‘gouvemement de plusieurs mesnages, et de ce qui leur est commun...)”. Los desastrosos aconte-
cimientos de Munster confirman las nefastas consecuencias de una comunidad de bienes, por
‘cuanto «pensans mieux entretenirI'amitié et concorde naturelles, produce todo lo contrario, oios
¥¥ querellas, Antes comentébamos laimportancia aribuida por Bodin a la impunidad de los deltos
‘o malhechores, puesto que entraSaba el mayor riesgo para una repablica (#Limpunité des mes-
cans tire apres soy la ruine des estats»)®, En este contexto nos avisa contra tales wmeschans» que
‘empujan al pueblo a la sedicin, y cita para corroborar su aserto los casos de Munster, donde un
falso predicador («Et Jean de Leiden (qui de ravauder se fit prescheur) envahit Munstre ville
cepitale de Westphalie, et se fit couronner Roy souverain, soustenant le siege par eois ans conte
Empire d’Allemiagne»)” engafia al pueblo conduciéndolo a a intl sublevacién contra el Empe-
rador, y la Guerra del campesinado también favorecida por depravados predicadores,instigadores|
del levantamniento del campesino contra la nobleza”. Bodin, como antes Shakespeare y Vives, nos
describe aun pueblo ignorant, falto de ingenio, persuadido por charlatans y falsos predicadores,
siempre a punto de emprender el camino de la sedicidn a cambio de vanas esperanzas de riqueza,
Enel estado popular, donde el pueblo es sefor y nicamente puede ser reftenado por los oradores,
disponer de un predicadorsabio y viwoso capaz de apaciguar las almas rebeldes resulta el remedio
més eficaz contra este potencial sedicioso. Pero la mejor solucién ya la conocemos: s6l0 un
ppoderoso monarea, que concentre en sla soberania unae indivisible, puede asegurar la obediencia
de lo sbaitos y evita la calda o répida decadencia de la replica. Pligro al que, en cambio, muy
pronto sucumbié la ciudad de Minster (# Voyons nous quelque Republiques estreestaintes aupara-
vant qu’elles ayent fleuri en armes, ou en loix: et quelques unes avorter ou mourir des leur
rnaissance: comme la ville de Munste,..)".
5. Conclusion
Si atendemos a la literatura politica mancjads por Serrano, Shakespeare, Vives y Bodin, n9
podemos concluir que el vagabundo sea el dable invertido del soberano, sino més bien de! cludada-
no laboriose sometido a una relacién de obediencia. Ninguna de las fuentes utilizadas, salvo «King
Lear» —y es la inica— nos oftece una correspondencia entre soberano y vagabundo, quizé porque
el siglo todavia carece de Ia lucidez foucaltiana para conectar marginados y soberanos. El mendigo,
el indigente, el antiguo esclavo, opt, frente al buen «citoyen, por la pereza, por rechazar el trabajo
y no depender de nadie. Los vagabundos por si solos, nunca pueden competir con el monares ni
subvertr el orden jurfico, Para dejar de ser una simple multtud les hace falta una mayor cohesin,
67 Badia, Jean. Op it 119.27
68 Tidem, Li, pds.
9 sr, 1V, VIL, p. 213
40 idem V, YI, p. 213.
11 ide, V, VIL, p. 265
72 Bide, V, p15a2 Anson Rivera Garcia
s6lo proporcionada por la estructura jerérquica de mando y obediencia o por la ideologta, principal-
‘mente religiosa. Sin embargo, siempre se pueden unir, porque ya nada tienen que perder, a grupos
verdaderamente peligrosos y subversivos, es decir, a bandas de corsazios, pratas y bandoleros 0 @
comunidades religiosas impregnadas de un violent fanatismo religioso Estas, en cambio, disfratan
dd una gran cohesin, pues se trata de grupos muy compacios gracias 4 la estructura de mando en
el caso de las sociedades criminales y a un programa de inspiracién divina en el otro. Por esta
tendencia ala criminalidad, el indigente se convieste en una amenaza latente, mas para logear ser un
cefectivo peligro antes debe abandonar la mendicidad y los pintorescos harapos. Resulta difcl
pensar que, en una época devastada por gueras cviles religiosas y por guerras populares —como
la del campesinado en los afos veinto—, se elabore el concepto de soberania para eliminar los
riesgos no inminentes de una parte de la poblacin dedicada al vagabundeo y mendicidad, Bodin no
podria ver en el ocioso, el vagabundo, la cara opuesta del soberano. Mas bien el reverso de su
sistema se halla ocupado por una muchedumbre sediciose partidaria de cambios revolucionaios,
responsable de Ia divisin del Estado en dos facciones y de la anarqufa que lo conduce a su rina