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Universidad Nacional Autónoma de México

FES ACATLÁN UNAM

Nombre del alumno (a):

Marroquín Ríos Alejandra


409012154

Fecha: 24/mayo/2011

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

ARQUITECTURA PREHISPÁNICA
ARQUITECTURA PREHISPÁNICA

TEOTIHUACÁN

Teotihuacán del náhuatl Teōtihuácān, 'Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses' es el nombre
que se da a la que fue una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica. El topónimo
es de origen náhuatl y fue empleado por los mexicas, pero se desconoce el nombre que le daban sus habitantes.

Los restos de la ciudad se encuentran al noreste del valle de México, en el municipio de Teotihuacan (estado de
México), aproximadamente a 45 kilómetros de distancia del centro de la Ciudad de México. La zona de
monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco en 1987.

Los orígenes de Teotihuacán son todavía objeto de investigación entre los especialistas. Alrededor del inicio de
nuestra era, Teotihuacán era una aldea que cobraba importancia como centro de culto en la cuenca del
Anáhuac. Las primeras construcciones de envergadura proceden de esa época, como muestran las excavaciones
en la Pirámide de la Luna. El apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. II-VII d. C.). En esa
etapa, la ciudad fue un importante nodo comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21 km 2, con
una población de 100 mil a 200 mil habitantes. La influencia de Teotihuacán se dejó sentir por todos los rumbos
de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios
que tuvieron una importante relación con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un
contexto marcado por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un
colapso en el norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas
localidades en la cuenca de México.

Entorno Geográfico:

Teotihuacán fue fundada en una posición poco común


en su época con respecto al patrón de asentamiento
propio de la cuenca de México durante el Preclásico
Medio. Teotihuacán se levantó a quince kilómetros de la
costa del lago de Texcoco, sobre el río San Juan en el
valle que ha tomado el nombre de la ciudad.

El valle de Teotihuacán forma parte de la cuenca de


México. Se ubica en el noreste de ese gran vaso lacustre
de más de 14 mil km2 de superficie, dentro de los límites
que actualmente corresponden al estado de México. Su
altitud va de los 2 240 msnm a los 3 200 en la cúspide
del cerro Gordo.
En la zona de monumentos arqueológicos la altitud es de 2300 msnm. El valle está limitado al norte por los
cerros Gordo, Malinalco y cerro Colorado; al sur por la sierra de Patlachique, con elevaciones superiores a 2600
msnm; y hacia el oriente termina en las inmediaciones de Otumba y los cerros aledaños. Al suroeste del valle se
localiza el cerro Chiconautla, cerca de la antigua desembocadura del río San Juan. El cerro Tonalá, al poniente,
marca la separación entre el valle de Teotihuacan y la llanura aluvial donde se encuentran Tecámac y
Zumpango.

ARQUITECTURA

Calzada de los Muertos

La calzada de los Muertos o Miccaohtli constituye el eje norte-sur de


la ciudad de Teotihuacán. Actualmente tiene una longitud de
aproximadamente dos kilómetros, aunque las investigaciones de
Millon en la ciudad dan cuenta de que pudo alcanzar los tres
kilómetros. Este eje comienza en la plaza de la Luna, recinto
arquitectónico que se localiza frente a la pirámide de la Luna, y se
prolonga hacia el sur a La Ciudadela, un conjunto arquitectónico
situado en las inmediaciones del cauce del río San Juan. La anchura
de esta gran vía es de 40 metros y su eje está desviado ligeramente
hacia el noreste, 15º 30’ respecto al norte geográfico.

A lo largo de la calle se encuentran los edificios más importantes


destinados a templos, palacios y casas de personajes de altura. Allí
están, además de las dos grandes pirámides, la Casa del Sacerdote, el
palacio de Quetzalpapalotl (Quetzalmariposa), el palacio de los
Jaguares, la estructura de las caracolas emplumadas, el templo de
Quetzalcóatl, la ciudadela y muchas edificaciones más que en su día
fueron de gran belleza.
Pirámide del Sol

La pirámide del Sol es el mayor edificio de Teotihuacan y el segundo


en toda Mesoamérica, sólo detrás de la Gran Pirámide de Cholula.
Por sus considerables dimensiones se puede observar a varios
kilómetros de distancia. Tiene una altura de 63 metros, con una
planta casi cuadrada de aproximadamente 225 metros por lado, por
lo que suele compararse con la pirámide de Keops en Guiza
(Egipto).

El edificio consta de cinco cuerpos troncocónicos superpuestos y


una estructura adosada de tres cuerpos que no alcanzan la altura
de la primera plataforma. La pirámide del sol se ubica en la banda
oriental de la calzada de los Muertos, prácticamente alineada en
forma perpendicular con esta vía. La imagen actual de la pirámide
corresponde a la restauración realizada por Leopoldo Batres entre
1905 y 1910, la cual ha sido criticada posteriormente por
apresurada e incompleta.

En los inicios de Teotihuacan, el sitio donde se encuentra la


pirámide del Sol correspondía a una especie de muro con base de
talud y desplante vertical sin asociación a otras estructuras. El uso
que tuvo esta estructura se desconoce, aunque Sugiyama plantea
que pudo servir para delimitar un espacio sagrado. La pirámide del
Sol tuvo dos etapas constructivas, durante la primera
prácticamente alcanzó las dimensiones que tiene actualmente. El
uso de la pirámide del Sol y el significado que tuvo para los
habitantes de Teotihuacán permanece como una incógnita.

Pirámide de la Luna

La pirámide de la Luna es uno de los edificios más antiguos de


Teotihuacan. Durante el siglo XIX también se conoció como Meztli
Iztácual, nombre que Manuel Orozco y Berra recoge en su obra,
donde sostiene la hipótesis decimonónica de que Teotihuacan fue
una ciudad tolteca (Orozco y Berra, 1983: 124). Su forma final la
adquirió después de siete etapas constructivas. Tiene una planta
aproximadamente cuadrada de 45 metros por lado. Es de tamaño
menor que la Pirámide del Sol, pero se encuentra a la misma altura
por estar edificada sobre un terreno más elevado. Su altura es de
45 m. Junto a esta pirámide se encontró una estatua llamada Diosa
de la Agricultura que los arqueólogos sitúan en época tolteca
primitiva.

Esta pirámide se encuentra situada muy cerca de la del Sol,


cerrando por el norte el recinto de la ciudad. Desde su explanada se
inicia el recorrido del eje principal o Calzada de los Muertos.
La Ciudadela y la pirámide de la Serpiente Emplumada

La Ciudadela es un conjunto arquitectónico localizado en la banda


poniente de la calzada de los muertos, al sur del curso del río San Juan.
El conjunto forma una gran plaza cuadrangular de aproximadamente
400 metros por lado y fue construido durante la fase Miccaotli, entre
los años 150 y 250 d. C. El conjunto de La Ciudadela comprende
también la pirámide de la Serpiente Emplumada, a la que rodean trece
templos secundarios construidos sobre una plataforma. Detrás del
templo de las Serpientes Emplumadas se encuentran dos conjuntos
habitacionales que pudieron estar reservados para la élite
teotihuacana. En el centro de la plaza se encuentra un adoratorio con
cuatro escalinatas que daban acceso a la plataforma. La Ciudadela se
convirtió en el centro político, cultural y económico de la ciudad de
Teotihuacán, sitio que había correspondido al conjunto de la pirámide
del Sol hasta entonces. Las causas de ese desplazamiento del centro de
la ciudad son desconocidas, pero podría haberse debido a factores
políticos.

La pirámide de la Serpiente Emplumada se halla a una cierta distancia


de las dos grandes pirámides, en la Calzada de los muertos. Fue un
descubrimiento arqueológico de 1920. Estaba soterrado por una
pirámide de paredes lisas, sin ningún tipo de ornamentación.

Palacio de Quetzalpapálotl (Mariposa-quetzal):

Es una edificación que fue vivienda de la élite teotihuacana. Más específicamente, se ha propuesto que fue la
residencia de los principales sacerdotes de Teotihuacán. El palacio de Quetzalpapálotl se localiza en el ángulo
suroeste de la plaza de la Luna, detrás de la estructura 5 de este conjunto. Para acceder a su interior hay que
subir una escalinata custodiada por unos jaguares. Desde la plataforma sobre la que se encuentra el edificio es
posible descender al patio central del palacio. Este espacio está rodeado por pórticos que enmarcan los accesos
a las cámaras interiores del palacio. Las columnas de piedra están
talladas profusamente con representaciones de mariposas y plumas de
quetzal, de ahí el nombre del palacio. En el tiempo que estuvo en
funciones esta edificación, los relieves en las columnas fueron
policromados. Los muros interiores estuvieron decorados con motivos
relacionados con el culto a la divinidad del agua. Una de las
subestructuras de este edificio es el patio de los Jaguares. Los muros de
esta sección están decorados con escenas que representan a jaguares
que portan penachos de plumas de quetzal y, frente a ellos,
representaciones de caracoles marinos y corazones humanos.

Pintura mural

Teotihuacán es una de las ciudades prehispánicas que más pintura


mural conservan, importantes ejemplos se pueden encontrar en
Tepatitlán, Tetitla, Atetelco, la Ventilla o en el Museo de murales
prehispánicos Beatriz de la Fuente. La pintura teotihuacana se localiza
en el exterior de los edificios en los taludes y los tableros de los basamentos piramidales y en el interior, en los
pórticos y en los cuartos y corredores. Según Sonia Lombardo Investigadora de dicho proyecto, las primeras
obras pictóricas datan de la fasé Micaotli (150-200 d. C.)
MAYAS ANTIGUOS

PALENQUE
Estructuras principales

Templo de las Inscripciones

Se trata de un templo sobre una pirámide escalonada localizada en el


costado oriental. Tiene este nombre por tres tableros de roca con
inscripciones jeroglíficas, que se encuentran dentro del templo. Los
jeroglíficos detallan la historia de la dinastía regente en la ciudad, y los
hechos de Pacal el Grande. La estructura está decorada con relieves
hechos en estuco. En el interior del templo, una baldosa cubría la
escalinata que descendía dentro de la pirámide, que en dos tramos,
llegaba a la cripta funeraria de Pacal. Tanto el sarcófago y la losa que lo
cubre, como los muros de la cripta, están decorados con bajorrelieves
que muestran, entre otras cosas, la muerte de Pacal y su descenso al inframundo, donde toma la identidad de
uno de los dos gemelos que, en el Popol Vuh, derrotaron a los señores del inframundo y alcanzaron la
inmortalidad. En los jeroglíficos de la cripta, se describen también el origen y los ancestros de Pacal, así como la
banda celeste y una serie de deidades mayas.

El Palacio

Es un complejo de edificios interconectados, que fueron construidos,


remodelados y modificados a lo largo de cuatrocientos años, sobre una
terraza artificial. Está situado en la parte central de la zona
arqueológica, y su nombre se debe a la conjunción de patios, crujías y
la torre de cuatro cuerpos que lo caracteriza. Contiene esculturas y
bajorrelieves en estuco de alto valor artístico.

El conjunto de las cruces

Formado por el Templo de la cruz, el Templo del sol, y el Templo de la


cruz foliada. Se trata de un conjunto de templos sobre pirámides
escalonadas, cada uno con elaborados relieves en su interior. Los
templos conmemoran el ascenso al trono del Señor Chan Bahlum II, tras
la muerte de Pacal el Grande, y muestran al nuevo Señor recibiendo la
grandeza de manos de su predecesor. Las cruces a las que aluden los
nombres de los templos, son en realidad representaciones del árbol de
la creación que se encuentra en el centro del mundo, de acuerdo a la
mitología maya. El Templo de la Cruz aún conserva la crestería, un muro
calado que coronaba la estructura. En su interior estaba el tablero central (hoy exhibido en el Museo Nacional
de Antropología) que tiene una representación del monstruo de la tierra, del cual brota una planta de maíz.
Sobre la planta, flanqueada por dos figuras humanas, se encuentra posada un ave fantástica. El Templo de la
cruz foliada ha perdido su fachada, y sólo la segunda crujía se conserva completa.

Acueducto

Se trata de una estructura abovedada de tres metros de altura, conduce al río Otulum por debajo de la plaza
principal de Palenque, en la sección que corresponde a la fachada oriental del Palacio. El acueducto se
complementa con un puente de piedra construido aguas abajo, en el lugar conocido como Baño de la Reina, al
extremo norte del grupo principal.

Templo del león

Se encuentra 200 m al sur del grupo principal. Debe su nombre al elaborado


bajorrelieve, hoy destruido, que representaba a un rey sentado sobre un trono
en forma de un jaguar bicéfalo.

Templo del Conde

Fue llamado así por Waldeck, quien lo habitó durante su estancia en Palenque,
y, entre otras extravagancias, se acreditaba a sí mismo el título de Conde (otra
veces asumía los títulos de Barón y Duque). El elegante edificio tiene un
basamento escalonado de cinco cuerpos. En la parte superior, está un templo
que conserva la totalidad de sus elementos arquitectónicos originales.

Juego de pelota

Dos plataformas paralelas formaron la estructura para el juego de pelota. Este


Juego de Pelota es una de las estructuras más antiguas de Palenque y del
Mundo Maya. Está fechado alrededor del año 500 d.C. + - 50 años y es el único
juego de pelota de Palenque. Un juego de pelota así de pequeño es
característico de las sociedades Mayas Clásicas. El juego de pelota fue parte
muy importante de la vida religiosa de los mayas. Se relaciona con el ciclo de la
vida y el nacimiento del maíz. Además, es una de las entradas al Inframundo. Cuando los Mayas jugaban el juego
de pelota, ellos repetían simbólicamente la victoria sobre los Señores del Inframundo una y otra vez, rescatando
al maíz, el alimento más importante de la dieta Maya.
BONAMPAK

Bonampak se ubica en la selva lacandona de


Chiapas, en el valle del río Lacanhá; su extensión es
de más de cuatro kilómetros cuadrados.

Las principales edificaciones se construyeron sobre


una cadena de colinas que corren por el centro del
valle, desde la sierra de la Cojolita hasta la orilla del
río.

Sin embargo, sólo esta explorado y abierto al


público el conjunto de la Gran Plaza y la Acrópolis, que la cierra Bonampak por el Sur, ya que ahí se encuentra el
célebre edificio con las pinturas murales.

Los primeros monumentos encontrados en Bonampak se refieren a un gobernante conocido como Cara de Pez,
quien gobernó hacia finales del siglo V. Lamentablemente, esos monumentos con inscripciones se encuentran
fuera del país.

Los siguientes gobernantes de Bonampak mencionados en las inscripciones son Jaguar Ojo-anudado (516),
Chaan Muan I (603) y Ahau (683); desafortunadamente hay grandes lagunas históricas debido a que el sitio ha
sido poco explorado.

Para el año 746 los habitantes de las ciudades de Bonampak y Yaxchilán, habían derrotado a los de la cercana
ciudad de Lacanhá, ésta quedó sometida a los de Bonampak.

El mayor esplendor de Bonampak ocurrió bajo el gobierno de Jaguar Ojo-anudado II, quien subió al trono en el
año 743; sus conquistas se conmemoran en el dintel 3 del Edificio de las Pinturas.

El último gobernante –hasta ahora conocido– de Bonampak es Chaan Muan II, su ascenso al trono, en 776, se
recuerda en la estela 2, en donde se le observa con dos mujeres, posiblemente su madre y su esposa, la última
perteneció a la nobleza de Yaxchilán.

En la magnífica estela 1, se representa su quinto aniversario de gobierno, lo que sucedió hacia el año 780.
Asimismo en la estela 3, se habla de diez años de su gobierno, año 785 después de Cristo.

En 787, Chaan Muan II capturó a un importante enemigo, llamado Ah-5-calavera, evento que se plasmó en el
dintel 1 del Edificio de las Pinturas; sus últimos actos están representados en las pinturas de dicho edificio.

En las imágenes presenta a su hijo como heredero al trono; además de los preparativos para una batalla,
eventos que se acompañan de autosacrificios propiciatorios por la familia gobernante.
También se muestra el acontecer de la batalla, donde se obtenían cautivos, los cuales eran sacrificados en una
fastuosa ceremonia que era acompañada de danzas y nuevos sacrificios.

Todos estos acontecimientos sucedieron en un lapso que va de 790 a 792 y marcan los últimos hechos y el fin
del linaje de los señores de Bonampak, después de ello la ciudad quedó abandonada n la selva durante 12 siglos.

Templo de las Pinturas

Ubicado al pie de una colina natural que fue terraceada, el conjunto se eleva hasta 46 metros de altura.
Presenta dos ejes de composición horizontal a diferente nivel, que sirven de asiento a dos grupos de edificios.

Sobre la plataforma más baja, situada aproximadamente a 15 metros sobre el nivel de la plaza, se localizan tres
edificios: el de la derecha es el Edificio 1 o Templo de las Pinturas; al centro están los restos del Edificio 2, y a la
izquierda, el Edificio 3.

Estelas 2 y 3

El acceso principal a este nivel se realiza por una escalinata monumental, situada al centro del conjunto. Esta se
desarrolla en dos tramos con un descanso intermedio, sobre el cual se localizan, a la izquierda la Estela 2 y a la
derecha la 3.

La primera representa a Chaan Muan II acompañado de su esposa y su madre en una ceremonia de


autosacrificio; en la segunda aparece el mismo personaje con un cautivo frente a él.

Subiendo por la escalinata, a la derecha, se llega al Templo de las Pinturas, que tiene tres puertas que conducen
a tres habitaciones independientes, decoradas con las célebres pinturas; las puertas tienen dinteles labrados en
los que hay tres escenas de captura de jefes enemigos, realizadas por dos gobernantes de Bonampak y uno de
Yaxchilán, respectivamente.

Cámara 1
En tres de los lados de la bóveda se muestra la ceremonia de presentación, por la familia gobernante, del
heredero; la preparación y vestido del señor por varios dignatarios y servidores. Estos también fueron
representados en una ceremonia con músicos, en las paredes de la parte baja.

Cámara 2
En ella se exhibe el desarrollo de una cruenta batalla, la presentación y suplicio de los prisioneros capturados.

Cámara 3
En ésta se aprecia la fiesta de la victoria, hay imágenes de danzantes, dignatarios y músicos. En el muro
izquierdo está el señor del lugar y su familia, sacándose sangre para ofrecerla a los dioses.
Bonampak y los murales mayas

Bonampak era un sitio que tenía una relación muy directa


con Yaxchilán, ya que formaron una alianza para poder
dominar la zona. A través de las estelas que quedan en la
zona arqueológica se han logrado conocer algunos de los
nombres de los gobernantes de Bonampak y de su linaje
familiar, y en algunos de ellos encontramos que su consorte
era originaria de Yaxchilán.

En la acrópolis se pueden observar grandes terrazas y


edificios que probablemente tenían un fin político-religioso,
lo que deducimos por la gran estela que se encuentra al pie
de la acrópolis, al centro de la Plaza.

En esta Estela, conocida como la Estela I, se puede observar


la imagen de uno de los gobernantes de Bonampak conocido
como Chaan Muan II, que se encuentra ataviado con lujosos
ropajes, adornos y elaborados tocados. En su mano izquierda
porta un escudo con el rostro del dios jaguar y en la derecha
una lanza ceremonial, complementando la imagen se
observan los nombres de sus padres, así como el suyo.

Esta imagen es de gran importancia, ya que es un ejemplo de


la potencia militar de Bonampak y de la importancia que la
guerra tenía para la cultura maya del Clásico.

Subiendo a la acrópolis se pueden observar varios edificios


denominados por los números del 2 al 9, todos son de
reducidas proporciones y cuentan con una sola entrada y
muestran al interior un altar cilíndrico; Estos edificios servían
como aposentos apara los altos dignatarios.

Además, encontramos dos estelas con representaciones del


gobernante Chaan Muan II en una escena en que se le
observa acompañado de su esposa y su madre y se
encuentran realizando un autosacrificio. Esta escena es muy
común en toda el área maya, ya que los gobernantes tenían
la obligación de ofrendar también a los dioses y lo hacían
sacándose sangre por medio de perforaciones en diferentes
partes del cuerpo como las orejas, los genitales y la lengua.
En la otra Estela vemos al mismo gobernante con un cautivo
a sus pies, señal de conquista y victoria.
El Templo de las Pinturas

El Templo de las Pinturas esta al pie de una colina natural


terraceada, junto a otras dos edificaciones, cuyo conjunto
se eleva hasta 46 metros de altura.

La construcción tiene tres puertas que conducen a igual


número de cámaras independientes, decoradas con
pinturas que datan del año 790 y que se realizaron al
fresco, sin bocetos, sobre un recubrimiento de estuco, lo
que indica que cada cuarto fue pintado en una sola sesión
corta; los dinteles de cada entrada, tienen labradas escenas
de la captura de enemigos por dos gobernantes de
Bonampak y uno de Yaxchilan.

En las puertas se encuentran labrados tres dinteles que dan muestra de las hazañas bélicas logradas por los
gobernantes tanto de Bonampak como de Yaxchilán.

En cada una de las habitaciones o cámaras del Templo de las Pinturas hay pinturas murales cuyas temáticas son
variadas, pero tienen un tema en común: la conquista militar.

La cámara 1 nos muestra una escena donde vemos una ceremonia de presentación, en donde encontramos a la
familia del gobernante presentando al heredero, éste se encuentra acompañado por varios dignatarios y
servidores. Aquí podemos ver las vestimentas de las clases dirigentes de la sociedad maya.

Además, en este cuarto hay una escena que llama la atención, ya que demuestra un poco más de la vida
cotidiana de los mayas, nos referimos a los músicos que amenizan la reunión, con instrumentos de madera,
tambores y caracoles. Así conocemos la importancia que la música tenía para las culturas prehispánicas, ya que
era una acompañante esencial para las ceremonias de la nobleza, los rituales e inclusive para la guerra.

Estela del autosacrificio

En la cámara 2 se observa una gran batalla con la derrota de los


enemigos de Bonampak, así como su presentación como cautivos. El
gobernante que se encuentra en esta escena como vencedor es Chaan
Muan; Se puede contemplar cómo eran tratados los derrotados, ya
que a los prisioneros se les arrancan las uñas de las manos antes de
presentarse ante el señor, lo que probablemente fuera parte de la
preparación del cautivo para el sacrificio. Hay que recordar que varios
de los prisioneros, si no es que su totalidad, eran sacrificados a los
dioses. En la cámara 3 se puede ver la ceremonia de victoria con todos
los dirigentes, músicos, danzantes y los prisioneros de guerra; En un
costado de la escena tenemos al gobernante junto con su familia
realizando un autosacrificio, como en las estelas que ya comentamos,
dando gracias a los dioses por la victoria conseguida.
Aquí hay otro elemento a destacar: el grupo de danzantes ricamente
ataviados y utilizando máscaras de los dioses, además de que hay
inscripciones con fechas y los nombres de los principales personajes
del lugar.

En la cámara dos esta la llamada tradicionalmente “Batalla de


Bonampak”, que se considera como el espacio central de toda la
estructura arquitectónico-pictórica de la zona arqueológica.

Relieves del Templo de las Pinturas

Después de temporadas de conservación y restauración, nuevos datos


señalan que la acción del mural se desarrolló al aire libre y que
sobresalen 12 personajes, dos prisioneros y 10 personas de alto rango,
mismas que miran hacia el centro de la acción, donde se encuentra el
señor “Cielo ave Muan”, con un prisionero a sus pies y dos señores a su
lado. El cautivo viste un simple taparrabo de color azul y como único
adorno tiene una orejera blanca en forma de flor que contrasta con el
atavió de los otros participantes.

Una reciente interpretación consigna que, a diferencia de otros


murales de temáticas bélicas prehispánicas (Mulchic o Cacaxtla), no
hay sangre vertida, lo que sugiere que representa en realidad una
guerra de toma de prisioneros para esclavizarlos o sacrificarlos, no
para exterminar enemigos: la victoria del gobernante “Cielo ave
Muan”, como una “fotografía del recuerdo” después del combate.

Estos murales, que se mandaron a hacer para conmemorar la victoria


de Bonampak sobre otro sitio en el año 787, nos dejan ver la gran
capacidad artística que tenían los mayas, ya que según las
investigaciones, fueron realizados por un maestro y dos ayudantes.

Todavía falta mucho por investigar sobre Bonampak, y sus murales


guardan todavía varios secretos que serán revelados en un futuro no
muy lejano.
TIKAL

Tikal es la más grande de las antiguas ciudades de los mayas del período
clásico. Está situada en la región de Petén, en el territorio actual de
Guatemala.

Tikal fue uno de los principales centros culturales y poblacionales de la


civilización maya. La tumba del posible fundador de la dinastía Yax Ehb'
Xook data de ca. año 60, aunque muestra ocupación desde ca. 600 a. C.
según hallazgos en Mundo Perdido, la parte más antigua de la ciudad.

Prosperó principalmente durante el período clásico maya,


aproximadamente de 200 a 850, después del cual no se construyeron
monumentos mayores, algunos palacios de la élite fueron quemados, y
la población gradualmente decayó hasta que el sitio fue abandonado a
finales del siglo X.

El último monumento fechado data de 899.

ARQUITECTURA

Acrópolis: Construcciones masivas de edificios ceremoniales a gran escala,


los cuales eran sectores muy importantes de la ciudad, también allí se
asentó el poder político y administrativo, y era un lugar reservado para los
entierros de los gobernantes. Hay cuatro acrópolis en Tikal: La Acrópolis
del Norte, La Acrópolis Central, La Acrópolis del Sur y la Acrópolis Este.

Acópilos del norte

La Acrópolis del Norte es un lugar sagrado, escogido para el entierro de los


Gobernantes de Tikal por más de 5 siglos entre el año 1 D. C. y el 550 D. C.
Sin embargo, lo más notable es que contiene evidencias de los primeros
pobladores de Tikal, quienes llegaron al área alrededor del año 800 A. C.
Estudios arqueológicos han revelado que junto con las fundaciones del
Mundo Perdido, las áreas de la Acrópolis del Norte son las más antiguas, en
donde se establecieron los primeros pobladores de Tikal. La Acrópolis
Norte fue ocupada por al menos 1500 años, como se ha demostrado por
más de una docena de niveles de construcciones sucesivas, colocados uno
encima del otro.
Desde la fundación de la acrópolis, se construyó una terraza artificial en la parte superior, la cual es sostenida
por numerosas construcciones asociadas con actividades rituales. Su localización y diseño fueron concebidos
durante el Período Preclásico, siguiendo un antiguo concepto ideológico basado en tres estructuras básicas,
describiendo una tríada, asociada con deidades mitológicas, involucradas con la creación del Universo.
Numerosas estelas y altares retratan a los gobernantes de Tikal y graban eventos trascendentales en sus vidas y
están localizados al frente de la Acrópolis.

En las capas de los edificios posteriores, los arqueólogos encontraron conchas de mar, evidencia de una valiosa
fuente de alimento, y piedras importadas. La gente de Tikal importaba mercadería de otras áreas, aún en los
sus primeros tiempos. Los arqueólogos también encontraron los entierros de Huh Chaan Mah K’ina (o Nariz
Enrollada) y de K’awil Chaan (Cielo Tormentoso) dentro de los diferentes templos. Otros miembros de la clase
noble, tales como una mujer del año 100 A. C., también fue encontrada. En su tumba, encontraron muestras de
la riqueza de la nobleza, jade y otros artículos.

TEMPLO 33: Los Mayas construyeron tres templos en este lugar sagrado. Cielo Tormentoso, uno de los líderes
más poderosos de Tikal, fue enterrado en el primer templo después de su muerte en el año 457 D. C. Después
los Mayas cubrieron el primer edificio con otro más grande e imponente, el cual utilizaron durante los siguientes
250 años.

ESTELA 31: Esta estela es una de las más famosas. Fue construida por Cielo Tormentoso, uno de los
gobernantes más célebres. Un jaguar representado en ella, era el dios que protegía la Ciudad de Tikal. El dorso
de esta estela está cubierto por la historia de los eventos más importantes en la historia de Tikal. Los expertos
creen que solamente los escribas y las personas de la élite supieron leer. Los escribas tuvieron una posición
muy importante. El texto también fue diseñado para ser leído por los dioses. Los gobernantes proclamaban sus
logros a la gente de su ciudad, a los dioses y a sus ancestros.

LA PARTE SUPERIOR DE LA ESTELA 31: El gobernante Cielo Tormentoso, sostiene un tocado para que lo vea la
gente, antes de colocárselo. El título en el tocado y las palabras de la estela, lo conectan con su famoso abuelo
Chak-To-Ich’ak. De esta forma, agrega poder y fama a la visa de la población. En este tiempo Tikal era una
ciudad poderosa, con un gobernante poderoso. La ciudad en sí creció y floreció. Tikal controlaba o influenciaba
a muchos otros lugares en la región y sus gobernantes controlaban las rutas importantes del comercio.

Justo 100 años más tarde, Tikal fue derrotada por Caracol. Su gloria oscureció durante otros 150 años. Pero
después, Ha Sawa Chaan-K’awil subió al trono y le regresó a Tikal su gloria. Como un símbolo, él enterró la
Estela 31, un monumento dedicado a Cielo Tormentoso, dentro del segundo templo. Luego construyó un nuevo
templo, que se erguía hasta unos 8 pisos sobre el nivel de la Gran Plaza.

Acrópolis Central

Es un enorme complejo de palacios residenciales y administrativos en


donde vivió la Familia Real de Tikal. El complejo abarca alrededor de 1.5
hectáreas y está constituido por 45 edificios y 6 patios (rodeados por
palacios de dos y tres pisos). Escaleras, salones y portales comunican los
edificios y las plazas. Muchos de estos palacios fueron usados como
residencias y muchas de las cámaras todavía contienen camas de piedra,
sobre las cuales fueron colocadas pieles y alfombras para hacer camas
confortables. El Palacio Mahler y el Palacio de los Cinco Pisos son los edificios más sobresalientes del complejo.
El sur de éstos fue la reserva de agua más importante de Tikal, dividiendo las Acrópolis Central y Sur.

Los expertos creen que la familia gobernante vivió en este grupo de edificios. El laberinto de cuartos y patios
creció tanto como la gente que vivió allí por un período de más de 200 años.

Cuando la gente vivió allí, colgaron cortinas a través de los portales. Todavía podemos observar los agujeros
hechos en los portales de piedra para colgar las cortinas.

Las paredes del edificio pudieron haber sido decoradas con pinturas y colores brillantes.

Acrópolis del Sur

Muy poco se ha revelado acerca de la Acrópolis del Sur. De acuerdo a los estimados arqueológicos, ésta puede
ser muy antigua, ya que en ella se han construido 7 diferentes plataformas. Sus orígenes pueden ser trazados
hacia el Período Preclásico. Sin embargo, está pendiente de ser excavada y estudiada. Sus enormes edificios de
más de 24 metros de alto, tienen una base cuadrangular que cubre 2.2 hectáreas. En su cúspide exhibe 4
grandes palacios rodeando un templo central.

Acópilis del Este

Se conoce muy poco acerca de la Acrópolis Este, encontrada detrás de la Gran Plaza, contigua al Grupo F. Los
arqueólogos tienen razones para creer que uno de los juegos de pelota en Tikal pudieron haber sido fundados
allí y lo poco que se conoce es que allí había baños de vapor y que pudo haber sido el mercado principal de la
Gran Ciudad de Tikal.

Los complejos piramidales gemelos

Recintos únicos en su tipo de arquitectura que fueran introducidos en Tikal durante el Período Clásico,
supuestamente relacionados con la conmemoración de la finalización de un katun, señalando eventos y rituales,
consistente en la construcción de edificios con una orientación Norte-Sur y Este- Oeste. Hay 7 complejos de
este tipo en Tikal: Complejos L, M, N, O, P, Q, y R. Solamente se encuentran en esta sección aquel sobre los
cuales se tiene mayor información. El único complejo de este tipo que se construyera afuera de Tikal se
encuentra en Yaxhá con una orientación Oeste- Este, luego que ésta fuera conquistada por Tikal.

Este grupo de edificios fue construido para celebrar el fin de un período de


años, llamado Katun en el calendario Maya de la Cuenta Larga.

Está compuesto por cuatro edificios asociados con los cuatro puntos
cardinales: las pirámides están en el este y el oeste y los edificios
rectangulares en el norte y en el sur. Grupos de edificios como éstos son
encontrados solamente en Tikal y uno se encuentra en Yaxhá, una ciudad
más pequeña a sólo 30 kilómetros de distancia.
EL EDIFICIO NORTE: Este edificio se sitúa en el lado norte y está más cerca de la salida del sol, lo cual nos dice
que está asociado con los cielos. Si usted ingresa por la puerta arqueada, podrá observar la Estela 22 y el Altar
10 que están dentro de este edificio

ESTELA 22: Esta estela muestra a Chitam, el último gobernante que dejara un registro escrito en Tikal. Durante
el período Clásico Tardío, muchos nobles compitieron por el poder. Cuando ellos dejaron de apoyar a la familia
real, el gobierno colapsó.

ALTAR 10: La talla en este altar muestran a los cautivos de guerra con sus manos atadas.

EDIFICIO SUR: Este edificio está en el lado sur del grupo. El sur también era asociado con el Inframundo. Las
nueve puertas representan las nueve capas del Inframundo.

EL EDIFICIO ORIENTAL: Los mayas utilizaron las pirámides para los rituales y celebraciones. Sólo se les permitía al
gobernante y a los más altos sacerdotes estar en la cima de los templos. Los bailarines con trajes elegantes
agregaban un toque de emoción cuando bailaban en las áreas planas a los lados de la pirámide. La fila de estelas
claramente colocada enfrente seguramente mostraron estampas talladas ó pintadas del gobernante. Este
edificio fue construido en el lado Este del grupo que está asociado con la salida del sol.

EL EDIFICIO OCCIDENTAL: Este edificio aún espera el momento de ser “descubierto” por los arqueólogos. Algún
día, quizá, se conozca qué yace debajo de este montón de tierra.

En el momento que este complejo fue construido Tikal estaba envuelto en una intensa guerra con las ciudades-
estado de Calakmul, Caracol, y Dos Pilas. Esta intensa guerra pudo haber llevado al derrumbamiento final de
Tikal. La guerra interfirió con la normalidad de las actividades agrícolas; las personas heridas fueron alejadas de
algunos de sus campos, condujo al malestar social, y murieron muchas personas. Cuando el gobierno se
derrumbó, la ciudad ya no pudo funcionar. No se pudieron organizaron para cultivar sus alimentos, construir
templos, o grabar su historia. Los expertos creen que éste fue uno de los factores que llevó al fin a la antigua
civilización maya.

Complejo N

Este par de pirámides fueron construidas por el gobernante Ha Sawa Chaan-K'awil para celebrar el fin de un
katun, un ciclo de 20 años en el Calendario Maya de la Cuenta Larga. Este día, el gobernante dirigió rituales y
sacrificios para consagrar los nuevos edificios.

Los gobernantes mayas usaron estos días especiales para recordar a sus antepasados a los dioses de las grandes
cosas; así como los grandes eventos en la historia de su ciudad. Durante el ritual, los gobernantes pedían a los
dioses y sus antepasados que trajeran prosperidad, lluvia, y buenas cosechas a la ciudad.

ALTAR 5: Este altar muestra a dos sacerdotes que están sentados detrás del altar. En el altar están los fémures
humanos y un cráneo. Algunos investigadores creen que estos huesos son de la tumba de la esposa de Ha Sawa
Chaan-K'awil. Los mayas utilizaron los huesos de sus antepasados para los rituales.

Las familias campesinas enterraban a sus muertos bajo los suelos de sus casas. Ésta era una señal de respeto y
una manera de mantener a sus antepasados cerca. Los Mayas creían que comunicándose con sus antepasados
ayudaban a la familia y la comunidad.
Complejo P

Yax Kin, el hijo del poderoso gobernante Ha Sawa Chaan-K'awil, construyó la


Pirámide Gemela del Complejo P para celebrar el fin del katun el 7 de mayo de
751 D.C. (Un katun es un ciclo de 20 años en el calendario Maya de la Cuenta
Larga). Sin embargo, el templo en el complejo había sido construido antes y las
fechas aproximadamente son del año 530 D.C.
Hay un talle en las jambas que visiblemente muestran una cabeza,
probablemente de un gobernante realizando un ritual.
Hay una imagen en otra talla que asocia los rasgos de un jaguar y una rana. Los jaguares eran símbolos de
poder, y las ranas eran símbolos de fertilidad y vida.

Los sacerdotes o miembros de la familia real tallaron grafittis. Hay una imagen en una de las paredes que puede
relacionarse con el sueño que una persona tuvo durante un ritual. Tales visiones fueron producto quizá de los
rituales de sangre la danza intensa, así como el no comer ni dormir.

Es aquí en donde se encontró la escultura conocida como el Hombre de Tikal dentro de una de las estructuras
en este complejo.

Grupo F

Este fue el lugar del mercado en Tikal y comprende 4 estructuras, construidas en una gran plataforma. Puede
ser observado un antiguo baño de vapor que emerge de la esquina sur de la plazoleta del grupo. Aquí, los
mercaderes se purificaban antes de ocuparse de su comercio sagrado.

Grupo G

El edificio principal en este grupo es conocido como el Palacio de las


Acanaladuras o Paredes con Canales, el cual exhibe la cabeza de una
serpiente, a través de la cual se puede acceder a una plazoleta interna. Este
fue un complejo residencial y contiene numerosos dormitorios que tienen
camas empotradas. No hay una explicación satisfactoria por la cual las
paredes tengan acanaladuras en este complejo, pero quizá contribuyeron a la
recolección de agua, que fue entonces dirigida por la fuerza de gravedad
hacia los depósitos de agua de Tikal

Grupo H

Los primeros arqueólogos que exploraron Tikal no prestaron atención al grupo de edificios que hoy llamamos el
Grupo H. No fue descubierto sino hasta los años 20 y no fue excavado sino hasta los años 50.

Está conectado al resto del sitio por un gran camino elevado llamado “sacbe” que significa “camino blanco” en
Maya. En tiempos antiguos estos caminos eran cubiertos con yeso, dándoles una apariencia blanca.
Palacio de los Murcielgos

El Palacio de los Murciélagos se encuentra entre los Templos 3 y 4. Esta


estructura originalmente tenía dos pisos de alto, pero el piso de arriba colapsó.
El nivel más bajo tiene una doble fila de dormitorios; uno llega a los de atrás
por medio de las entradas de la primera fila. Muchas entradas, que parecieran
ser ventanas, en la parte posterior del edificio le han dado el nombre de El
Palacio de las Ventanas.

Templo 3:

El Templo 3 fue la última estructura construida en Tikal. Puede contener el entierro de


Chi’taam, el último gobernante de este sitio. Si su tumba está allí aún no ha sido
encontrada.

Chi’taam representó el último de los grandes gobernantes en la dinastía en Tikal. Fue


el vigésimo noveno gobernante de la familia dinástica fundada por un gobernante del
siglo tercero. El monumento más reciente fue construido en el año 292 D.C. El último
monumento de Tikal fue construido en el año 869 D.C.. Para este tiempo, la ciudad ya
estaba sufriendo y pronto sería abandonada.

Templo 4: Templo 4 es el edificio más grande de Tikal y el más alto –ya


excavado- en toda la región Maya (los edificios de El Mirador son aún más
altos)! Con 66 metros de alto 64 m. (212 pies) de alto, se alza imponente en
medio de la jungla de El Petén. Yax Kin, quién asumió el trono el 12 de
Diciembre, 734 D.C., lo construyó. Los arqueólogos creen que el que quien lo
construyó se encuentra enterrado allí.

Los arqueólogos calculan que para su construcción se utilizaron 191,139


metros cúbicos (250,000 yardas cúbicas) de piedra. El gobernante pudo haber
exigido a los 60,000 o más habitantes de Tikal y el área circundante hacer su
aporte en el proceso de construcción, quizá pagando un impuesto de trabajo.

Templo 5:

Con 59 metros (190 pies de alto), el Templo 5 es la segunda pirámide más alta
de Tikal. Los arqueólogos creen que en este sitio está enterrado un
gobernante desconocido.

Adyacente a la Acrópolis del Sur, se ha completado ya la restauración del


Templo V, con el patrocinio de la Agencia de Cooperación Española. En la
fotografía apreciamos el inicio de estos trabajos de consolidación y
restauración, cuando los arqueólogos buscaban la base de la estructura a lo
largo de su escalinata.
Templo 6:

Dentro del Templo, los arqueólogos encontraron un enorme texto jeroglífico que marcó los eventos principales
de la historia de Tikal y los eventos gloriosos que acontecieron durante el reinado de Yax Kin. Como resultado de
esta información dejada por Yax Kin, los arqueólogos han aprendido acerca de la historia de Tikal, atrás del año
457 A.C. La Calzada Méndez conecta al Templo 6, también conocido como el Templo de las Inscripciones, con el
resto del sitio, que es el más remoto. Este fue descubierto por un petenero llamado Don Antonio Ortiz,
contratado por la Universidad de Pennsylvania para traer provisiones y alimentos desde la ciudad de Flores. La
parte de atrás del templo estaba recubierto de un largo texto jeroglífico, que data del año 766 D.C. Hay alí -por
lo menos- unos 186 glifos, cada uno de 80 cms. de altura por 1 metro de ancho. Los jeroglíficos fueron tallados
sobre la piedra. Se fueron agregando detalles en estuco y madera, finalmente los muros del templo fueron
pintados de rojo, ahora desafortunadamente todo ha desaparecido. Los daños a la Estela 21 y el Altar 9 pueden
ser observados frente a este edificio.
COPÁN

Copán, que está entre las ciudades clásicas más originales, dista tan sólo
50 Km. de Quirigua y forma parte del territorio de la actual Honduras.
Domina una región de colinas bañadas por un afluente del Motagua, el río
Copán. Por lo demás, este río, durante las violentas crecidas, ha
erosionado la acrópolis a la que rodea por el lado este. Asimismo, ha
dejado al descubierto —en una especie de corte estratigráfico— la
estructura del terreno. Así, se puede observar que las construcciones
ceremoniales de Copán están levantadas en gran parte sobre una gran
terraza artificial.

El centro de la ciudad se inscribe dentro de un rectángulo orientado en


sentido norte/sur, que mide 500 m de largo por 300 de ancho (15 ha), y
que sigue unas reglas ortogonales. La mayor parte de esta explanada,
cuidadosamente nivelada y rodeada de terraplenes sobre los que se alzan
plataformas y pirámides, está hecha, por tanto, de terrazas cuyos
materiales han sido acarreados por el hombre. Hasta 30 m de alto y sobre
una superficie de 3,5 hectáreas, los mayas acumularon cerca de un millón
de metros cúbicos de materiales destinados a construir la famosa plaza
jalonada por una docena de estelas. Las estructuras piramidales más altas
están a unos 38 m sobre el nivel del río.

En la última década, Copán ha sido objeto de fructíferas campañas de


excavaciones y restauración. En particular, sobre la acrópolis, la
imponente escalinata jeroglífica —que reúne cerca de 2.500 glifos
esculpidos en la parte anterior de sus 63 peldaños— ha sido restaurada a
raíz del descubrimiento de una tumba subterránea.

Esta gran inscripción —el documento dinástico más largo que


actualmente se conoce en la región maya— merece ser estudiada, pero el
desorden con el que fueron colocados ciertos jeroglíficos durante las
primeras expediciones arqueológicas dificulta su interpretación. Sabemos,
sin embargo, que las fechas enumeradas están entre el 545 y el 757. Esta
monumental escalinata, rodeada de barandillas, conduce a una pequeña
cella que forma el sanctasanctórum de la pirámide.

Al sur se levanta la importante estructura 22, cuya puerta representa la


entrada al más allá, y domina la plaza oriental, rodeada de gradas, que
está más abajo. Hay una serie de grandes escalinatas que delimitan plazas
y confieren una poderosa articulación urbanística al conjunto de edificios
que rematan la acrópolis.

Al final de una escalinata de no menos de 90 m de ancho, al sur de la Plaza


Mayor, se levanta un curioso santuario. Adosado a la parte posterior de
este templo, hay un palacio que domina una terraza llamada «Tribuna de
los espectadores», flanqueada por la plaza occidental. Las gradas que
haya lo largo de esta Tribuna forman, a su vez, una escalinata jeroglífica.
Casi toda la parte superior de esta acrópolis es obra de un solo soberano,
llamado Yax-Pac, que empezó a reinar en el 763 y se mantuvo más de 40 años en
el trono. La estela 11 de Copán conmemora su apoteosis en el 810, calificándolo
de «Padre de la Patria». Poco antes de su final, este soberano remodeló las
edificaciones que rematan la acrópolis de Copán.

Por aquella época, el conjunto de las ciudades mayas de Guatemala estaba ya en


plena decadencia.
XOCHICALCO

Es un sitio arqueológico que se ubica en los municipios de Temixco y


Miacatlán estado de Morelos, México, a 38 km al sudoeste de la ciudad de
Cuernavaca. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en
1999. El apogeo de Xochicalco tiene lugar en el período llamado Epiclásico
(650 - 900). Durante este lapso se construyó la mayoría de la arquitectura
monumental visible hoy en día; su desarrollo y surgimiento se debe
entender a partir de su relación con Teotihuacan, el asentamiento
dominante en Mesoamérica a lo largo del período clásico.

De acuerdo con algunos investigadores, Xochicalco surgió tras el abandono


de aquel centro urbano para ocupar el vacío de poder económico y político
provocado por ese hecho.

ARQUITECTURA

Se especula que Xochicalco debió haber tenido una comunidad de artistas provenientes de otras partes de
Mesoamérica.

Son de especial interés los relieves esculpidos en los lados de algunos edificios. El templo de la Serpiente
Emplumada tiene finas y estilizadas representaciones de la deidad, en un estilo que incluye una aparente
influencia teotihuacana y maya.

El principal atractivo del Sitio Arqueológico un observatorio dentro de una cueva con escalones labrados hacia el
interior, en donde en el Equinoccio los rayos solares la iluminan y la energía solar opera como rayos X al colocar
la mano sobre el haz de luz se transparenta la carne y los huesos de los dedos y metacarpio se ve tal como si se
tratase de una radiografía o tomografía. Los otros monumentos en el sitio son: los templos piramidales,
palacios, tres juegos de pelota, temazcales, una inusual fila de altares circulares. También hay algunas estelas
esculpidas con los nombres y escenas de tres reyes de Xochicalco. Algunas estelas han sido removidas de sus
lugares originales, y ahora se exhiben el Museo Antropología e Historia del INAH en la Ciudad de México o en el
museo de sitio.
Plaza Central. Posiblemente fue el espacio cívico-
religioso más importante de la ciudad. Al centro de la
plaza se ubica un adoratorio que contenía una estela
con dos glifos, a los costados los edificios Este y Oeste,
y al fondo la Gran Pirámide, que es la construcción de
mayores dimensiones del sitio.

La Malinche. En esta área se localiza el Juego de Pelota


Sur, el más grande de los tres que se conocen en el
sitio, así como veinte altares redondos y uno cuadrado
que tal vez se utilizaban para el cálculo del calendario
ritual de 260 días, y un conjunto habitacional conocido
como El Palacio, que quizá era ocupado por un grupo
de nobles.

Plaza Principal. Con un carácter básicamente político y ceremonial, este espacio contaba con un acceso
sumamente restringido. En su interior se encuentran las estructuras más importantes del sitio, como la Pirámide
de la Serpiente Emplumada, edificio de extraordinaria belleza y enorme significado, decorado con relieves por
sus cuatro caras; el Templo de las Estelas, donde se descubrieron las tres estelas relacionadas con Quetzalcóatl y
que actualmente se exhiben en el Museo Nacional de Antropología, y la Acrópolis, residencia de los principales
señores de la ciudad, que se localiza en la parte más alta del sitio.
Conjunto Este. En él encontramos el Juego de Pelota Este, la Rampa de los
Animales, integrada por 255 losas con representaciones de animales, y el
Conjunto Central, área donde se localiza un altar policromado, un complejo
temascal o baño de vapor y una cisterna para almacenar agua de lluvia, la
cual era distribuida hacia todo el conjunto, mediante un elaborado sistema
de drenaje.

Conjunto Oeste. Integrado por estructuras situadas sobre la cueva del


Observatorio, el cual fue utilizado para la exploración astronómica.
TULA

Tollan-Xicocotitlan Lugar de tules-Cerca del lugar de los jicotes, conocida como Tula, forma castellanizada de
Tōllan— fue la capital del estado tolteca, que se desarrolló en el centro de México durante el período posclásico
temprano de Mesoamérica. En esta ciudad estaba asentado el principal poder político de los valles de México y
Puebla-Tlaxcala entre los siglos X y XII de nuestra era. Su influencia alcanzaba lugares tan distantes como la
península de Yucatán, El Salvador y Nicaragua.

ARQUITECTURA

Los restos de Tollan-Xicocotitlan constituyen la zona arqueológica de Tula. A su vez, el yacimiento arqueológico
forma parte del Parque Nacional Tula, que es un área natural protegida. Dos son los complejos arquitectónicos
que constituyen el principal atractivo de Tula. El más importante es el conocido como Tula Grande, que
comprende las estructuras mayores de la ciudad, correspondientes a la Fase Tollan. Tula Chico se localiza a
kilómetro y medio cinco al noreste, y está integrado por una plaza y otros edificios que fueron el núcleo a partir
del cual creció la capital de los toltecas. Otros conjuntos explorados en la zona arqueológica son El Cielito y La
Salitrera, así como algunas secciones de la zona habitacional destinada a las clases bajas de la sociedad tolteca.
Tula Chico

Tula Chico fue el núcleo a partir del cual se


desarrolló la ciudad de Tollan-Xicocotitlan. Su
desarrollo está relacionado con la cultura
Coyotlatelco —documentada también en
Teotihuacan por la misma época—, que parece
haber sido originada por la incorporación de
ciertos rasgos de los pueblos del Norte de
Mesoamérica en la cultura de los habitantes del
Centro. Algunos de estos elementos incluyen
cierta iconografía alusiva a dioses celestes y la
manufactura de una cerámica radicalmente
novedosa en las poblaciones del sur de la
Altiplanicie Mexicana.

El conjunto arquitectónico de Tula Chico tiene


su origen en el Epiclásico, cuando Tollan era una
pequeña ciudad de hasta seis kilómetros de
superficie. Tula Chico posee una plaza alrededor
de la que se encuentran distribuidos los
principales edificios del conjunto. La Plataforma
Norte alberga las dos principales edificaciones
religiosas, conocidas como Pirámides Este y Oeste. Además, esta plataforma contiene los restos de una sala
hipóstila que guarda semejanza con el Palacio Quemado de Tula Grande. Tanto en las salas de la Plataforma
Norte como en las de la Plataforma Este se han encontrado relieves que probablemente representen a los
nobles de la ciudad, muertos en batalla. Estos monumentos se muestran evidencia de que la ocupación de Tula
Chico concluyó con la destrucción del conjunto por incendio hacia el final del Epiclásico (s. IX d. C.).

Tula Grande

La construcción de un segundo complejo monumental —conocido como Tula


Grande— implicó la introducción de ciertas innovaciones arquitectónicas
desconocidas en Mesoamérica. Aunque los dos edificios más sobresalientes del
conjunto siguen el modelo clásico de las plataformas piramidales compuestas por
módulos superpuestos de talud-tablero, otros presentan elementos que no eran
muy comunes en Mesoamérica antes del apogeo de la cultura tolteca.

Por ejemplo, el Palacio Quemado e incluso el templo que coronaba la Pirámide B,


son ambas construcciones cuyos techos eran sostenidos por pilares. Las
columnatas eran prácticamente desconocidas en el Centro de Mesoamérica antes
del siglo IX, pero eran comunes en las construcciones mayas así como en el Norte,
según muestran los restos de La Quemada. Las columnas de las construcciones de Tula Grande son de dos tipos:
unas eran confeccionadas con mampostería —como en el caso del Palacio Quemado—, y las otras, mediante la
superposición de grandes módulos de roca —como las columnas serpentinas y los Atlantes de la Pirámide B—.

Los toltecas también emplearon clavos arquitectónicos en sus construcciones. Ejemplo de ello es la Pirámide C
de Tula Grande, cuya superficie, despojada de sus revestimientos, muestran la presencia de unas salientes de
piedra que debieron servir para sostener los tableros labrados que la recubrieron. Son tantas las similitudes
entre la disposición urbanística de Tula Grande y Chichén Itzá, tantos los elementos inconográficos que
comparten ambas metrópolis contemporáneas, que desde las exploraciones de Désiré Charnay en el siglo XIX ha
tenido un lugar sobre la naturaleza de la relación entre la capital de los toltecas y la ciudad yucateca.

Pirámide de Tlahuizcalpantecuhtli (Pirámide B)

La más conocida de las edificaciones de Tula Grande es la Pirámide B


o de Tlahuizcalpantecuhtli —una de las advocaciones de
Quetzalcóatl, dios tutelar de la ciudad de Tollan-Xicocotitlan—. Se
trata de una plataforma compuesta por cinco cuerpos trunco-
piramidales, en cuya cima se encuentran los llamados Atlantes de
Tula. La mayor parte de las esculturas que coronan este edificio
fueron halladas durante la temporada de investigaciones
encabezada por Jorge Acosta y su equipo en 1941. Este edificio es
de suma importancia puesto que en él se encuentra la más antigua
de las representaciones de Tezcatlipoca en el Altiplano Central mexicano, lo que da prueba del origen nahua del
culto a esta deidad.15 La construcción de la Pirámide B de Tula Grande debió iniciar en la Fase Tollan (ss. IX-
XII d. C.) tras el incendio que puso fin al primer asentamiento de Tula Chico, que como se ha dicho está
relacionado con el Epiclásico del Centro de México y la difusión de la cerámica Coyotlatelco en la región.

En la parte superior de la plataforma debió existir un templo, como lo muestran las esculturas que coronan la
pirámide desde su restauración. Los Atlantes de Tula, cuatro esculturas emblemáticas de la zona arqueológica,
son representaciones de guerreros toltecas, ataviados con un pectoral de mariposa, átlatl, dardos, un cuchillo de
pedernal y un arma curva que es muy característica de las representaciones guerreras de la cultura tolteca.16
Otros elementos arquitectónico-iconográficos de esta construcción son muestra de la relación de este edificio
con el culto a Quetzalcóatl. Por ejemplo, las llamadas columnas serpentinas están decoradas por una serpiente
emplumada, que tal era el significado del nombre de Quetzalcóatl. Por otra parte, las Pilastras —ubicadas una
detrás de cada uno de los Atlantes— contienen representaciones que parecen alusivas al enfrentamiento entre
Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, su eterno rival de acuerdo con la mitología nahua.17 En la Pilastra 3, hay
representaciones de dos personajes ataviados de guerreros, que portan símbolos distintivos de Tezcatlipoca y
Quetzalcóatl. Sobre este último se encuentra una representación de Tláloc, señor de la lluvia.

Palacio Quemado (Edificio C)

Nombrado Edificio 3 por Jorge Acosta, primer arqueólogo en


investigar sistemáticamente la zona arqueológica, los restos
del Palacio Quemado constituyen uno de los edificios más
característicos de Tula, tanto por las innovaciones
arquitectónicas que incorpora, como por las funciones que
se le atribuyen y su enorme parecido al Palacio de las
Columnas de Chichén Itzá. El Palacio Quemado toma este
nombre de los indicios del gran incendio que destruyó el
centro administrativo de Tollan-Xicocotitlan hacia el ocaso
de la capital tolteca. Consta de tres salas cuya techumbre era
sostenida por columnas de piedra. Esta es la característica
más original del edificio, puesto que construcciones similares
en Mesoamérica fuera del Área Maya sólo se las ha
encontrado en el Norte de Mesoamérica, abandonado por los pueblos agricultores por el tiempo en que Tollan-
Xicocotitlan comenzaba su apogeo. Cada una de las salas del edificio estaba organizada alrededor de un patio
que poseía un impluvio.

A pesar de recibir el nombre de Palacio, desde la tempranas investigaciones, Acosta notó la ausencia de áreas de
residencia al interior del edificio, por lo cual descartó la posibilidad de que ahí residiera la familia gobernante. El
edificio tiene más bien por función ser la principal sede de consejos para tratar los asuntos públics del estado
Tollan. Así lo denotan las banquetas asiento en el interior de las salas 1 y 2. Las banquetas-asiento son bancas
que se sitúan perimetralmente en las salas, y cuya figura en perfil recuerdan los teoicpalli, asientos de la realeza
mexica. Por esta razón, varios autores han considerado que las banquetas del Palacio Quemado funcionaron
como tronos, y que en sus salas se llevaban a cabo importantes reuniones por parte de los mandatarios de los
distintos sectores de la ciudad.

Como la Pirámide B, el Palacio Quemado también posee importantes


elementos iconográficos, que desde ciertas perspectivas, podrían arrojar
como interpretación final de los descubrimientos arqueológicos una
asociación este edificio y ciertos rituales relacionados con la guerra y el
señor de la ciudad. Especialmente importantes son los hallazgos del Chac
Mool de Tula, el disco de turquesa y la coraza de concha y caracoles que
fueron descubiertos en la Sala 2 del palacio. El Chac Mool19 lleva en uno de
sus brazos un cuchillo de pedernal y en el pecho un pectoral de mariposa,
equivalentes a los que aparecen en los atavíos de los Atlantes de la Pirámide
B. La presencia de los impluvios en las salas del edificio, así como la
presencia del Chac Mool y el Tláloc guerrero de la Pilastra 3 de la Pirámide B,
parecen señalar que en el Palacio Quemado se realizaban rituales asociados
con el culto a Tláloc, que podría ser de origen teotihuacano. Por otra parte,
los cuauhxicalli y los discos solares representados en los restos de los frisos
que adornaron este palacio, en compañía con el disco de turquesa20 parecen
indicar que el Palacio Quemado estaba vinculado con la práctica de sacrificios
humanos en la capital tolteca.21 Dos de estos discos han sido recuperados
como parte de ofrendas constructivas en el patio de las salas 1 y 2 del Palacio

Quemado.

El Coatepantli

‘Muro de las Serpientes’ es un muro que rodea el recinto sagrado de Tollan-


Xicocotitlan. Los restos de este muro se encuentran en la parte trasera de la
Pirámide B, y separan a esta plataforma del Juego de Pelota 1, el mejor
conservado de la ciudad. Como su nombre lo indica, el Cotepantli está
dominado por las representaciones de serpientes. De las fauces de estos
animales, asoman esqueletos. Acompañan esta procesión de serpientes los
relieves de águilas y jaguares que son alusivos de la actividad militar mesoamericana. El Cotepantli estaba
coronado por caracolas de piedra estilizadas. Estos motivos están asociados con el dios Quetzalcóatl, en su
advocación de Ehécatl, señor del viento. Como elemento arquitectónico, la presencia del Coatepantli en Tula
Grande es otra innovación en el diseño urbanístico de la metrópoli militar del Estado tolteca. Siglos más tarde,
este elemento se repetirá en el diseño de las ciudades de Tenayucan (en el actual estado de México, capital de
un importante señorío teochichimeca) y México-Tenochtitlan.
CHICHEN ITZA

Se distinguen dos períodos de actividad arquitectónica en la ciudad de Chichén Itzá, que, bajo la influencia de
unas corrientes culturales traídas por conquistadores procedentes de los altiplanos mexicanos, se convertirá, en
el siglo X, en la capital de Yucatán.

La primera de estas fases es puramente maya. Sus monumentos se sitúan en continuidad directa con el estilo
Puuc. Encontramos aquí —como en los edificios de Uxmal, Kabah, Labná o Sayil— los frisos de balaustres, las
máscaras de Chac, las celosías, etc. Respecto a la segunda, estará marcada por la intrusión de formas toltecas,
que transformarán radicalmente la arquitectura.

Chichén-ltzá, situada en el centro de la parte septentrional de Yucatán, está


provista de dos cenotes. El uno, inaccesible, estará reservado a las
ceremonias religiosas, y en particular a los sacrificios humanos de jóvenes
que serán arrojados a él, como enviados a las divinidades del más allá.

El otro, llamado cenote de Xolotl, asegura la vida diaria de los habitantes del
emplazamiento. En efecto, la presencia de estos «agujeros de agua» en la
superficie cárstica es una verdadera suerte, porque permite aprovisionar a
las poblaciones que vienen a sacar agua directamente de la capa freática.

En el emplazamiento principal de nordeste de Yucatán, unos hundimientos de


la superficie cárstica forman grandes pozos abiertos, llamados cenotes. Una
de estas cuencas naturales, rodeada por la maleza, estaba destinada a los
sacrificios: los sacerdotes arrojaban a ella ofrendas para los dioses, sobre
todo jóvenes, muchachos y muchachas, que morían ahogados.

La Casa de las Monjas y la Iglesia

Los nombres que se han dado a ciertos edificios mayas proceden, como los de Uxmal, de las denominaciones
adoptadas por los primeros conquistadores españoles. La Casa de las Monjas y la Iglesia son los nombres de dos
construcciones de la vieja Chichén Itzá, que datan de la época maya y ocupan la parte meridional del
emplazamiento.

El primero es un edificio enorme que fue construido en varias fases. La construcción principal es una estructura
rectangular alta, de muros casi verticales sin ornamentación y cuyos ángulos son redondos. Una gran escalinata
sube con una sola rampa por la cara norte. Sobre la
plataforma superior, hay un palacio que presenta a lo largo
de toda su fachada hermosos motivos formados por cuatro
grecas en sucesión opuestas entre sí, que se despliegan
sobre un fondo de balaustres o de cilindros. Las fachadas
laterales están cubiertas de mosaicos con motivos de
celosía. La cubierta, en lugar de sostener un friso, se inclina
al modo de los tejados tipo mansarda de Palenque. Una
nueva escalinata permitía acceder, sobre la plataforma
superior de este edificio, a una tercera planta actualmente
en ruinas.
En la parte superior del edificio maya de Chichén Itzá, que los conquistadores españoles bautizaron con el
nombre de Casa de las Monjas, el cuerpo de la construcción reúne una serie de cámaras bajo una cubierta de
mansarda. Las fachadas están adornadas con motivos de celosías y grandes grecas.

Al este de la construcción principal, y formando un «anexo» de estilo muy diferente, se alza la parte más
interesante.

Las construcciones que flanquean la Casa de las Monjas —el


anexo, a la izquierda, y el pequeño edificio llamado Iglesia, a la
derecha— se caracterizan por una ornamentación profusa, en la
que se mezclan los elementos de los estilos Chenes y Puuc.

Las formas que aquí se expresan son una combinación de los


estilos Puuc y Chenes: encontramos la boca abierta de par en par
de la Serpiente Cósmica, con sus dientes en voladizo por encima
de la puerta axial, así como un friso de máscaras de Chac que
ocupa los entrepaños y las esquinas de la edificación.

Detalle del anexo de la Casa de las Monjas y de la Iglesia en


Chichén Itzá: por todas partes hay máscaras de Chac y motivos
ornamentales muy intrincados, como cornisas, frisos y entrepaños
esculpidos.

En medio de la abundante ornamentación que cubre toda la


fachada, desde la base hasta la cornisa, la ubicación central del
friso está reservada a una escultura que probablemente simboliza
—como la del medio de la fachada de la Casa del Gobernador en
Uxmal— al rey, al soberano divinizado, tocado con plumas y
entronizado en una especie de «aureola en forma de almendra»,
símbolo de su esplendor sagrado.

El arte maya atraviesa su periodo «barroco»: la fachada


sobrecargada del anexo de la Casa de las Monjas, en Chichén Itzá,
toma prestadas del estilo Puuc sus grandes máscaras de Chac. Y los
adornos que rodean la puerta coronada de colmillos recuerdan las
mandíbulas del monstruo cósmico propios del estilo Chenes.
Sobre la puerta del anexo de la Casa de las Monjas, en
Chichén Itzá, el soberano, tocado con plumas, aparece
sentado «en postura india», ocupando el centro de un curioso
motivo radial que recuerda las aureolas medievales. La
«divinización» del príncipe maya se afirma aquí con gran
fuerza plástica.

El Caracol u observatorio de Chicken Itza

No lejos de la Casa de las Monjas, hay un gran edificio que


sorprende al visitante por la presencia incongruente de su
elevada estructura cilíndrica, forma inusitada en la
arquitectura maya . Esta construcción, en la que se ha
reconocido un observatorio astronómico, ha sido bautizada
con el nombre de Caracol debido a su curiosa organización
interna, basada en un sistema de círculos concéntricos y
espirales.

Mientras la fachada posterior de la Iglesia de Chichén Itzá


exhibe una ornamentación profusa, la torre cilíndrica del
Caracol se alza sobre plataformas desnudas y sobrias.

El edificio se levanta sobre una plataforma de 75 x 57 m,


coronada a su vez por una terraza de 26 x 30 m. Dos rampas de
escalinatas conducen a una estructura cilíndrica de una
extraordinaria complejidad. Sobre una base redonda de 18 m
de diámetro, la torre, que ofrece los tradicionales frisos de
estilo Puuc, con sus cornisas salientes, no supera los 14 m de
diámetro por 11 m de alto. Está rematada, a su vez, por una
cámara elevada desde donde se observaban los astros. Esta
«atalaya» se alza 28 m sobre el nivel del suelo.

Alzado y planta del observatorio astronómico de Chichén Itzá, o


Caracol: sobre una serie de terrazas no alineadas entre sí, la
torre, con sus aberturas al tresbolillo y con la cámara superior
provista de troneras para la observación, forma una estructura
concéntrica compleja.

La construcción de la torre del Caracol merece un


examen detallado, ya que presenta una serie de
innovaciones técnicas y arquitectónicas interesantes.
La planta corresponde a tres cilindros concéntricos separados
por bóvedas anulares. El cilindro externo es horadado por
cuatro puertas orientadas hacia los puntos cardinales. Un
«pasillo» anular lo separa de un cilindro mediano de 8 m de
diámetro. Este segundo aro está provisto de cuatro puertas
situadas al tresbolillo con respecto a las puertas externas.
También ofrece una cubierta abovedada y contiene un
cuerpo central de mampostería, macizo, en el que un
estrecho pasaje en espiral (que da su nombre al edificio)
permite acceder a la cámara superior, que está provista de
troneras para la observación de los astros.

Desde lo alto de esta torre, la élite maya observaba los astros y podía establecer un calendario astronómico de
una gran precisión, tal y como atestiguan códices como el de Dresde.

Este monumento de carácter funcional está tan bien hecho que los
arqueólogos de la primera mitad de este siglo han conseguido
interpretarlo, a pesar de que una parte de la cámara para la observación
astronómica se haya desplomado. En efecto, las tres «troneras» que se
han conservado ofrecen la suficiente información como para que sea
posible comprender la utilidad de este observatorio, que sin duda puede
considerarse como una de las obras más importantes de la civilización
maya.

En el interior de la torre del observatorio de Chichén Itzá, las salas anulares


con bóvedas abocinadas obedecen a una planta que incluye puertas
desplazadas las unas con respecto a las otras. En el cilindro central, un
pasaje en forma de espiral —al que el edificio debe su nombre de
Caracol— permite acceder a la cámara superior.

Rematando una puerta, la gruesa moldura que rodea el cuerpo cilíndrico


del observatorio de Chichén Itzá se despliega debajo de una máscara del
dios Chac que seguramente estaba coronada por otra moldura. En la parte
superior está la cámara para la observación; puede verse una de las
troneras que los sacerdotes mayas utilizaban para escudriñar el cielo.

El principio de las observaciones astronómicas se basa en la coincidencia entre


dos ángulos de paredes en el interior de una abertura en forma de tronera: por
ejemplo, a la izquierda el ángulo externo, y a la derecha el ángulo interno de la
abertura. Este método permite efectuar observaciones de una gran precisión.

Estudiando los resultados proporcionados por la cámara superior del Caracol,


constatamos que el primer vano de observación nos da la dirección exacta del
sur, el segundo la puesta de la luna el 21 de marzo, el tercero la dirección del
oeste, así como la puesta del sol en los equinoccios —el 21 de marzo y el 21 de
septiembre—, y finalmente una segunda observación por la misma tronera
corresponde a la puesta del sol en el solsticio de verano, el 21 de junio. Estos
datos son los fundamentos del sistema: de alguna manera son la abscisa y la
ordenada sobre las que se sitúan las observaciones particulares de la astronomía
maya. Es una orientación general, indispensable para los cómputos que se harán después. A partir de este instrumento,
sencillo y a la vez muy sofisticado para una civilización agrícola que acababa de salir del neolítico, los mayas obtuvieran
resultados de una precisión asombrosa.

Sección del Caracol y planta de la cámara superior, con sus tres troneras:
1. Dirección del sur.
2. Puesta de luna del 21 de marzo.
3. Puesta de sol en los equinoccios.
4. Puesta de sol en el solsticio de verano.
TULÚM

Uno de los misterios que más han fascinado a los historiadores del mundo precolombino es la desaparición de la
civilización maya. Su decadencia ha parecido misteriosa a los diferentes autores que han estudiado la extinción
de esta cultura tan avanzada. Para explicarla, los especialistas han invocado las razones más variadas, que
vamos a analizar como conclusión de este estudio.

De momento puede ser útil referirse a las fases de esta decadencia, que estuvo acompañada de algunos
destellos finales como si los pueblos que habían perseguido un destino tan glorioso, dejando a su paso fabulosos
vestigios, hubieran intentado aplazar el fatídico final.

Así, por ejemplo, Tulum, una de las últimas ciudades mayas, es de las más atractivas, en parte gracias a su
entorno. Esta población fortificada, construida al noreste de Yucatán, se alza intacta en medio de un paisaje
encantador a orillas del mar Caribe. Sus templos dominan unos acantilados que se hunden en aguas turquesas,
rodeadas por la arena blanca de un arrecife de coral.

A orillas del Caribe y rodeado de murallas que completan la defensa natural de los altos
acantilados, el emplazamiento de Tulum presenta, alrededor del Castillo central, una serie de
templos secundarios.

1.- Puerta principal 2.- Templo de los Frescos 3.- Castillo


Es tan tardía que uno de los conquistadores españoles, Juan de Grijalva, al bordear en 1518 las costas de
Yucatán, cuenta que la divisó de lejos pero que no pudo acercarse a ella, porque no se atrevía a franquear los
escollos, cuya barrera le impedía atracar el navío. Deslumbrado por esa maravillosa visión, que parecía un
espejismo, no dudó en comparar a Tulum con Sevilla. Es evidente que Grijalva exageraba, ya que Tulum sólo
cuenta con monumentos de poca importancia, aunque originales. Lo que más impresiona es su excepcional
enclave. Frente al mar, los templos de Tulum tienen el aspecto de un Cabo Sunion de los trópicos, pero su
silueta maciza, su mampostería gastada y sus edificios, vistos de cerca, no confirman esta primera impresión.

Se trata, efectivamente, de una arquitectura postclásica tardía: se sitúa entre el siglo XIII y finales del XV, y
revela la influencia de Chichén Itzá y de sus salas de columnas. Pero el Castillo, o templo principal, con sus
grandes escalinatas bordeadas de rampas, y su santuario al que se accede a través de tres vanos, separados por
unos fustes de mampostería que se inspiran en los pilares maya-toltecas, es una construcción sin elegancia ni
finura. Su tosco aparejo seguramente quedó oculto bajo un revestimiento de yeso policromado.

«Abside» del principal edificio del


emplazamiento maya de Tulum, del
período postclásico. Las técnicas de
construcción han perdido rigor y han
degenerado.

La mole del Castillo, edificado al borde de


los acantilados de Tulum, sigue siendo
impresionante, pero su realización ha
perdido en calidad, el aparejo es
irregular y la mampostería tosca. En la
parte superior, el templo, precedido por
una gran escalinata saliente, incluye una
cella con columnas cilíndricas.
La estructura más interesante es el Templo de los Frescos, con su pórtico de entrada con cinco vanos jalonados
por cuatro columnas gruesas. Detrás de esta abertura coronada por efigies del dios tutelar, una sala abovedada
ha conservado las pinturas que cubren sus bóvedas. Entonadas en grises y azules, imitan el estilo de los
manuscritos contemporáneos —en particular, de ciertos códices mixtecas de Oaxaca— y atestiguan, aquí
también, la influencia que las artes de los altiplanos mexicanos ejercen sobre la península de Yucatán.

En la fachada, este templo está adornado con máscaras de Chac estilizadas, dispuestas en las esquinas de los
frisos. El arte del estuco se funde aquí con la arquitectura. Esta última representación de la divinidad de la lluvia,
con sus colmillos asomando por la comisura de los labios, ya no está caracterizada por la larga nariz del dios K.
En cierta manera, tenemos la impresión de volver a encontrar, después de siglos, la tipología del Templo de las
Siete Muñecas de Dzibilchaltún.

En esta tosca construcción hecha apresuradamente sorprende la fuerte inclinación de los muros, que acaban
ensanchándose hacia el exterior: los frisos superpuestos sobresalen unos por encima de otros y parecen
burlarse de las leyes de la estática.

Regida en su trazado urbano por un sistema de alineaciones paralelas recientemente descubierto por los
arqueólogos, Tulum está rodeada por un muro de mampostería en seco que mide 450 m de norte a sur, y cerca
de 150 m de este a oeste. Sobre la fachada que da al mar, hacia Levante, los acantilados verticales donde vienen
a romper las olas bastan para defenderla. Una caleta permitía a los botes atracar en la costa de Quintana Roo,
desde donde varios caminos conducían, a través del bosque, hasta Chichén Itzá y Cobá.

Planta y alzado de la fachada del Templo de los Frescos.

Detalle de los relieves de estuco, con la imagen de Chac adornando las


esquinas del santuario.
Con su arquitectura vulgar y sus formas desconcertantes, Tulum lleva la
marca de la decadencia. El Templo de los Frescos, con sus bastas
columnas de mampostería y su friso ondulante, es la expresión de un
mundo que agoniza.

Los vestigios de pinturas post-clásicas que se conservan en el interior


del Templo de los Frescos de Tulum representan a divinidades
esquemáticas —hechas con trazos— según el modelo de los
manuscritos mexicanos tardíos. Ya estamos lejos de las formas
pictóricas clásicas de Bonampak.

En el otro extremo del mundo maya, la ciudad de Iximché, fundada en el siglo XV por la tribu de los
cakchiquels del alto Guatemala, está también entre los testimonios de la época final. Los amplios vestigios de
la ciudad fortificada, que data del 1470, se encuentran a 2.260 m de altura. Destruida por el español Pedro de
Alvarado hacia 1524; se trata, como en el caso de Tulum, de los últimos destellos de la civilización maya. Seis
siglos antes, las metrópolis clásicas ya habían empezado a desaparecer, o bien bajo el empuje de las selvas
tropicales de Petén o de Chiapas, o bien bajo la presión de nuevas poblaciones bárbaras que asolaban los
centros de los pueblos sedentarios ya en decadencia. Lentamente el olvido se fue adueñando de esos lugares
antaño tan gloriosos, y la vegetación los fue invadiendo hasta sepultar las obras de arte bajo un sudario
verde.

Cuando Grijalva divisó a los habitantes de las costas de Yucatán, hacía más de medio milenio que Tikal, Copán
y Palenque se habían hundido bajo la selva, que de esa manera se había vuelto a adueñar de las tierras que
antaño cultivaran los mayas.

Durante los grandes desplazamientos de población que acompañaron la decadencia del mundo maya, la tribu de
los cakchiqueles construyó, en los Altos de Guatemala (a 2260 m. de altitud), una efímera capital llamada
Iximché: levantada en 1470, será destruida en 1524 por los españoles. No obstante, ofrece un conjunto de
potentes edificios construidos sobre un área sagrada concebida según trazado ortogonal.
MITLA

La muerte en el México Antiguo tenía un profundo significado filosófico y religioso. La vida era vista como un
paso a la "vida eterna" y la transición se daba a través de la muerte. "Cuando morimos, no en verdad morimos,
porque vivimos, resucitamos, seguimos viviendo, despertamos. Esto nos hace felices..."

Ninguno otro pueblo, salvo el egipcio y el nuestro, le han dado a la muerte tan hondo e intenso significado en su
cultura. Es por ello que los mexicanos de ayer y de hoy, viven con la muerte una pasión intensa que se
manifiesta en la segunda fiesta más importante de pueblos de México. El Día de Muertos o las fiestas de "Los
Difuntos" ocupan un sitio primordial y ancestral en cada una de las familias y las comunidades. No se puede
tener "plena conciencia" de la vida, si no se tiene conciencia de la muerte. Vida y muerte son las dos partes de
un todo indisoluble y dialéctico. Para los antiguos mexicanos, la vida era el espacio limitado, la oportunidad
deseada para acceder a la "vida eterna".

Mitla fue en consecuencia el lugar más importante de los Antiguos Mexicanos para cruzar ese umbral de la
dualidad divina. Cuando los misioneros escucharon las explicaciones de los indígenas sobre Mitla, ellos la
compararon por su importancia religiosa a la Basílica de San Pedro de los católicos.

La Villa de Mitla esta situada a 40 Km. Al Oriente de la Ciudad de Oaxaca. En zapoteco se conoce como "Lyobaá",
que significa "lugar de descanso", pero la palabra Mitla es de origen náhuatl y significa "lugar de los muertos". El
conjunto consta de cinco unidades arquitectónicas; la más antigua, Antonio Caso la sitúa entre 450 y 700 d.C.,
por ser posterior a Monte Alban la arquitectura es similar. Es uno de los pocos sitios arqueológicos que viniendo
del periodo Clásico, los españoles lo alcanzaron a ver en operación y la destrucción de sitio fue por órdenes del
Arzobispo Alburquerque, quien en 1553 mandó construir lo que fue el arzobispado en el costado Norte de la
Catedral en la Ciudad de Oaxaca, con la misma arquitectura en su fachada que la de Mitla, simbolizando con ello
el nuevo orden religioso, ahora en manos de los colonizadores.

Después del nacimiento, la muerte representa el acto más importante de nuestra vida. Cuando un pueblo o un
individuo llega a un nivel de madurez existencial, se preguntan la razón de su existencia y en consecuencia
buscan trascender el plano "animal-material" de la vida, para penetrar en el espacio "humano-espiritual", de lo
divino y lo sagrado de la vida.

Se supone que como en todas las grandes construcciones del México Antiguo, el lugar tenia una caverna que
conectada el inframundo con el mundo humano. En efecto, el "plano humano" estaba constituido por nueve
sub mundos y trece cielos. Toda la arquitectura y la iconografía del Anáhuac se basan en un principio filosófico-
religioso, que la brillante investigadora y arqueóloga Laurett Séjurné ha bautizado como "La Ley del Centro o
Quincunce". En efecto, el Quincunce nos habla de las cinco direcciones o rumbos de la existencia humana.

Determinado por los cuatro puntos cardinales y un quinto punto, que los une y los equilibra. El "arriba y abajo"
equilibra al par de opuestos complementarios (Norte-Sur, Oeste-Este) y un centro que los equilibra y los
"proyecta" hacia la exaltación del espíritu (arriba) o los precipita en la degradación de la materia (abajo).

Si se observa con detenimiento, la mayoría de las plantas arquitectónicas están compuestas por un patio central
y cuatro habitaciones o construcciones en sus cuatro costados, con una pequeña construcción en el centro del
patio. Pero lo mismo se puede observar en la mayoría de "adornos" o diseños. El Calendario Azteca tiene en su
centro un rostro humano y cuatro Soles que le preceden (1+4=5). En Mitla una de las grecas representa el
Quincunce se ve reiteradamente en todas partes y en la actualidad, con esta greca, los artesanos decoran
muchas de sus piezas de manera ancestral.

Esta "greca" se encuentra en todas las culturas de Mesoamérica y también en Suramérica, en la Civilización
Andina, lo que nos permite pensar que las dos son una sola civilización, pues en el Tihuantaisuyo ocupa en la
iconografía un lugar relevante con el mismo significado.

La arquitectura de Mitla tiene dos elementos fundamentales. El primero es su planta arquitectónica de los
"cinco conjuntos". Cuatro construcciones unidas por un centro unificador que es un patio, de nuevo 1+4=5. El
segundo son las grecas que profusamente están decorando los recintos, con un "mensaje reiterativo" que
requiere de la "decodificación" adecuada, para sustraerlo de la simple e intrascendente función "decorativa".

Como ya dijimos las cuatro direcciones terrenales de la vida humana, representadas por los 4 puntos cardinales,
para los que cada uno tenia un color, un animal simbólico, una fecha y especialmente una "inclinación humana".
En efecto, el Oriente representa el mundo espiritual (cielo-sagrado-Quetzal), el Poniente el mundo material
(Tierra-humano-cóatl), el Norte el mundo irracional (intangible-femenino-muerte) y el Sur el mundo racional
(tangible-masculino-vida).

La enseñanza de Quetzalcóatl nos dice que el "Guerrero de la muerte florecida" debe luchar su "batalla florida"
para equilibrar los cuatro rumbos de la existencia humana y con ello, trascender y elevarse a lo
inconmensurable y divino para llegar a la Luz. Sí se desarrolla más alguna de estas cuatro vertientes de la vida
humana, caerá en el abismo de la estupidez humana.
El Quincunce o la Cruz de Quetzalcóatl, que simboliza la enseñanza o aspiración de la doctrina de Quetzalcóatl
por lograr el "equilibrio" para trascender los opuestos complementarios de que estamos conformados.

Están representados los símbolos milenarios de todas las culturas del Anáhuac, donde Tláloc figura como la
energía luminosa que crea al mundo material, asociada al agua y al rayo. Y Quetzalcóatl, como un caracol
partido de manera longitudinal, donde la "greca" crea dos caracoles, uno en relieve y el otro en el bajorrelieve
que deja su hueco. En efecto, Quetzalcóatl es también "el soplo divino" que la da conciencia a la materia. Los
Viejos Abuelos simbolizaron ese soplo en un caracol, pues es la oquedad del caracol, lo que permite que el soplo
produzca el sonido.

De modo que podemos apreciar en Mitla de


manera muy reiterada el símbolo de el
Quincunce o la Ley del Centro, la figura del
"relámpago" asociado a Tláloc o su similar en
la cultura zapoteca "Cosijo", y la greca o
símbolo del caracol partido de manera
longitudinal que representa a Quetzalcóatl.
Una cuarta greca, que es como la integración de estos elementos, que por estar siempre en la parte superior de
los tableros y por su grado de complejidad y asimetría, seguramente simbolizan la culminación de la aspiración
del ser humano consiente y su vinculación con lo inconmensurable.

Lo cierto es que es un trabajo de exquisito diseño, una talla magistral y un asombroso ensamblado en los
tableros, pues no se usó cemento, las piedras ensamblan perfectamente y se sostienen por el peso del conjunto.
Se supone que en su momento de esplendor, los tableros y los edificios estaban recubiertos de estuco y
pintados con bellos colores naturales. En Mitla, el conjunto mejor preservado es el llamado del "palacio" o
edificio "D". En él podemos observar la conjunción de arquitectura y filosofía. En efecto, la parte mejor
conservada del conjunto es la Norte, que significa "el rumbo de la muerte".
Este edificio tiene dos puertas que miran hacia el
Sur. Inmediatamente al penetrar a este edificio,
entendemos que por su misma dimensión, no
eran diseñados para "casa habitación", pues sus
dimensiones y proporciones no los hacen
funcionales. Ahí encontramos unas inmensas
columnas que permitían la techumbre de la
habitación.

En esta habitación, en la pared Norte que significa


la muerte, encontramos una "no-puerta", un
pequeño vano en la pared, como si pudiéramos
"cruzar" a la "realidad ulterior" que se encuentra
en el lado Norte y caminamos por un "oscuro y
estrecho" pasadizo, hasta encontrar una salida a
¡mano izquierda!, otra vez la dirección de la
muerte, y logramos penetrar en "otra realidad".
En efecto, la abertura nos hace pasar a otro patio
cerrado, pues esta rodeado de cuatro
habitaciones con sus sendas puertas cada una,
pero la pequeña entrada es otra "no-puerta", pues
sí se observa desde el centro del patio, es un vano
pequeño y no tiene grandes dinteles como las
cuatro puertas de las cuatro habitaciones.

Este patio nos transmite una sensación imperiosa


de enclaustramiento o hermetismo. Las cuatro
habitaciones están bellamente decoradas con las
grecas de que hemos hablado, como una
reiteración de una doctrina hermética que
buscaba como la China o Hindú, la trascendencia
espiritual de la vida material.

Este mismo sistema lo encontramos en el


conjunto Norte. Este sitio debió haber sido el más
importante del conjunto, toda vez que se
encuentra en la parte Norte y que ahí los
españoles construyeron un templo.

Se recoge por el historiador dominico José


Antonio Gay, que los españoles sellaron la entrada
que permitía el acceso a la gruta sagrada, en
donde se suponía vivía Mictlantecutli y
Mictlantecihuatl, el Señor y la Señora de la
Muerte. Esta puerta de acceso al "Mundo de la
Muerte" es lo que le dio razón de ser a Mitla. Se
cree que en el mismo lugar de acceso se
encuentra el altar para "impedir la salida del
demonio".

Actualmente Mitla presenta un trabajo de


restauración excelente. Los visitantes pueden
conocer tres de los cinco conjuntos y visitar el
Mercado de Artesanías anexo a la zona
arqueológica.
La obra arquitectónica de Mitla es un monumento a la Vida y al Espíritu Humano. Mitla nos hace sentir la
grandeza de la existencia humana y es un discurso de sabiduría grabado bellamente en sus tableros. Mitla nos
recuerda que la vida y la muerte están profundamente vinculadas. Y que el ser humano consciente, ante la
reflexión obligada sobre su destino después de la muerte, se plantea muchas interrogantes.

El pueblo de México tiene una milenaria y profunda raíz


indígena, más de siete mil quinientos años de desarrollo
cultural lo atestiguan, pero en los últimos quinientos
años hemos sufrido un mestizaje, no solamente con la
cultura española.

De esta amalgama hemos surgido con características


propias, sin embargo, nuestra raíz, nuestra base,
nuestro sustento es la Cultura Madre. La superposición
arquitectónica de Mitla es una imagen de lo que somos
los mexicanos. Los cimientos son indígenas. La obra
monumental de Mitla tiene un gran valor estético, pues
las tallas que ahí se encuentran incrustadas en los
tableros resultan verdaderamente impresionantes.

Sin embargo, el tesoro más grande indiscutiblemente es


el legado filosófico-religioso que ahí dejaron esculpido
nuestros Viejos Abuelos, como una herencia en espera
de su revelación exaltante.
MEXICAS

Planimetría

Este mapa de Tenochtitlán, a pesar de ser simple, ofrece algunos


detalles exactos. Había tres calzadas mayores que corrían desde el
continente hacia la ciudad, la cual fue dividida en cuatro distritos y
poblado por más de doscientas mil personas. El antiguo Tenochtitlán
se perdió en la memoria.

En el mapa anteriormente mostrado, se aprecia la disposición de los


7 bloques urbanos (manzanas) que se piensa, después de múltiples
investigaciones, ocupaba el gran Centro Ceremonial. Las áreas
marcadas en negro corresponden a las zonas y terrenos, indicando
sus números oficiales dentro de la calle.

Emplazamiento

El valle de México se va a presentar como el principal escenario de la


historia de Tenochtitlán, es una cavidad rodeada de elevaciones de
origen volcánico, y limitada por los valles de Puebla, Toluca,
Mezquital y del río Balsas, en cuyo centro se halla el lado de
Texcoco.

La Ciudad de Tenochtitlán se originó en un islote del Lago Texcoco


en el año 1325. El Lago Texcoco formaba parte de un sistema de
lagos, actualmente en proceso de desaparición, localizados al
suroeste del ya mencionado Valle de México. Por aquella etapa de la
historia, los aztecas construyeron islas artificiales en los bajos de la
laguna, con el propósito construir poblados. Estas islas fueron
ampliadas artificialmente hasta incluir la ciudad gemela de
Tlatelolco.

Siendo exactos, podríamos decir que México-Tenochtitlán se


localizaba en la Cuenca de México, entre los 2,270 y los 2,750 msnm
(metros sobre el nivel del mar), en la parte meridional del Altiplano
Mexicano. No estaba ubicado al centro del Lago Texcoco, sino que en una especie de golfo o ensanche en el
ángulo sudoeste del mismo.

Al ser construida cerca de su costa occidental, permitió que Tenochtitlán fuese vinculada a tierra firme mediante
calzadas. Es importante mencionar que Tenochtitlán no estuvo aislado, sino que en torno al sistema lacustre se
alzaban otras como Xochimilco, Tlapacoya, Iztapalapa, Chalco, y Texcoco que estaban unidas a la capital
mediante una tupida red de calzadas.
Avances tecnológicos:

Los terrenos fueron ampliados por los


aztecas, con tierra y arena por medio de las
chinampas, técnica que consiste en desecar
pequeños lotes de tierra. Así fortalecieron
los terrenos para la edificación uniéndolos
con el exterior por medio de calzadas y
acueductos, pareciendo la ciudad una isla
en medio de un lago. Por la capital azteca
cruzaban muchos canales por donde
transitaban miles de Canoas, lo cual facilitó
el desarrollo de la economía.

Otro modo de unión por destacar, son una


serie de puentes donde a menudo pasaban
grandes cantidades de gente y mercancía
que eran los tributos de pueblos
conquistados.

Otros avances importantes por mencionar son:

Tecnología Hidráulica: El hecho de que estuvieran rodeados de lagos, exigió la creación de sistemas hidráulicos,
para el aprovechamiento de los recursos naturales y la contención de las aguas para evitar que la ciudad se
inundara, así como para cultivos y la propia circulación hacia lo interno y externo de la ciudad.
Se hicieron imprescindibles la utilización de complejas maneras de control y cultivo, así como de conocimiento
de ciclos y factores climáticos, que permitieron producir alimentos en volumen para una megaurbe, como lo fue
Tenochtitlán.

Chinampas: Fueron fundamentales para la agricultura de la ciudad. Representaban parcelas superficiales


sustentadas con pilotes y gruesas capas de tierra regadas con canales y por infiltración propia del lecho.

Sistemas de Riego: Idearon sistemas de riego mediante canales, presas hechas con madera, piedra o lodo,
diques (muro artificial hecho para contener la fuerza de las aguas), compuertas y depósitos pluviales. Las obras
principales fueron los diques o albarradas, destacando el llamado “Albarradón de Nezahualcóyotl”, un muro de
piedra y argamasa pensado en la contención y separación de las aguas. Otro fue el de “Ahuizotl”, que protegía el
islote de las corrientes del Lago Texcoco.

Acueductos: Canales soportados por pilares con arcos, que pueden alcanzar cierta altura. Estos llevaban el agua
por kilómetros de zonas cercanas donde hubiera manantiales, de modo que Tenochtitlán tenía un excelente
suministro de agua, además de un gran sistema de alcantarillado.

Calzadas: Existían gran cantidad de calzadas que conectaban distintos lugares. Entre ellas podemos encontrar la
“Calzada de Tepeyacac”, que cruzaba de norte a sur el cerro del Tepeyacac hasta el islote de Nonoalco-
Tlaltelolco; la “Calzada de Tlacopan o Tacaba”, que partía hacia el poniente hasta el templo mayor de Tlacopan;
la “Calzada de Nonoalco”, que conectaba a la ciudad con tierra firme; y la “Calzada de Tenayocan”, que
conectaba el islote de Tlaltelolco hasta Tenayocan en el norte.
Calles: Estas fueron hechas con una especie de acera de tierra allanada, para el tránsito humano y en muchas de
calles adyacentes iba un canal para el acceso de canoas.

Monumentos destacados

Los monumentos históricos registraban los


acontecimientos decisivos de la historia nacional azteca,
de las costumbres y formas de ver la vida de estos. Los
historiadores del arte, piensan que los monumentos
aztecas, no son sólo piezas aisladas, sino que partes de un
rompecabezas que cuenta una historia.

En la imagen se muestra a Tenochtitlán dividida por


sectores, representando cada número un sector diferente.
En primer lugar, nos encontramos con el "Templo Mayor"
(1), también conocido como Huey Teocalli. La estructura
urbana de Tenochtitlan tenía su epicentro en el Recinto
Ceremonial, en torno al Templo Mayor, del cual partían
las calzadas que se dirigían a las otras ciudades. En este
sitio se rendía culto a dos dioses simultáneamente: a
Huitzilopochtli, dios de la guerra y de la muerte, y a Tlaloc,
dios de la lluvia y de la agricultura.Este Templo
representaba el edificio más representativo e importante
de la ciudad. La base piramidal estaba compuesta por
cuatro cuerpos en inclinación, con un pasillo entre cada
uno, construidos sobre una gran plataforma que medía
aproximadamente 80 x 100 metros. Tenía dos escalinatas
que se dirigían a la parte superior de la construcción,
donde se encontraban las "capillas" de cada Dios (uno a la
derecha: Tláloc, y otro a la izquierda: Huitzilopochtli).
Cada una de las escalinatas, poseía cabezas de serpiente
en su parte inferior. El Templo Mayor fue reedificado siete
veces, ampliado once y su construcción se inició en el año
1390.
En segundo lugar, podemos ver el "Recinto de los Guerreros Águila" (2), que también podía ser llamado
"Quaucalli" (traducido como: la casa de las águilas). Gracias a profundas investigaciones realizadas en el lugar,
se sabe que se trata de una enorme base con una planta en forma de L, cuyas escalinatas están bellamente
decoradas con dos esculturas con forma de cabeza de águila.

En tercer lugar, encontramos el "Templo de los Caballeros Águila" (2A), también conocido como Templo de
Tezcatlipoca Rojo.

En cuarto lugar, visualizamos el "Recinto de los Caballeros Ocelote" (3). Los guerreros ocelotes, representaban a
guerreros privilegiados que en este caso rendían su tributo al dios Tezcatlipoca.

En quinto lugar, podemos observar el "Templo de Tezcatlipoca" (3A). Debajo del actual Museo de la Secretaría
de Hacienda se encuentran las ruinas del Templo del dios Tezcatlipoca. Este museo, luego del terremoto de
1985 sufrió graves daños, por lo que debió ser cerrado.
En sexto lugar, se encuentra la "Residencia de los sacerdotes"
(4), conocida como Calmecac o Calmecatl. La construcción se
ubica sobre un costado de la avenida de Donceles. Este lugar
era habitado por sacerdotes y a la vez funcionaba como
escuela.

En séptimo lugar, se halla el "Templo de Quetzalcóatl" (5). Este


templo es la excepción de todo el conjunto, pues tiene una
base de forma circular que contrasta con todas las demás de
forma rectangular. Sin embargo, es típica de todas las
estructuras dedicadas a Quetzalcóatl (dios del conocimiento y
de la creación).

En octavo lugar, nos encontramos con "La Cancha del Juego de


Pelota" (6), también conocido como Tlachtli o Teutlachtli. El
juego de la pelota se jugaba con los pies descalzos, y
únicamente, la pelota podía ser golpeada con las caderas, las
rodillas o los codos. El equipo que ensartaba primero la pelota
en su aro, no en el contrario, era el que ganaba.

En noveno lugar, hallamos el "Templo del Sol" (7). El Templo del Sol habría ocupado un sitio de forma
cuadrangular, que coincide con el alineamiento y dimensiones del edificio Sagrario.

En décimo lugar, vemos el "Coateocalli" (8), sinónimo de Coacalco. En este lugar se guardaban los ídolos que
representaban a los dioses de los territorios conquistados.

En undécimo lugar, observamos el "Templo de Chihuacóatl" (9), que se traduce como "mujer serpiente", quien
era la diosa de la fertilidad en la mitología azteca.

En duodécimo lugar, está el "Templo a Chicomecóatl" (10), lo cual se traduce como "siete serpientes", era la
diosa de las cosechas, el maíz y la fertilidad de la tierra.

Entre los últimos, hayamos el "Templo de Xochiquetzal" (11), que representaba a la diosa de las flores, la danza,
los juegos y la agricultura, y su nombre significaba "pájaro flor".

Para finalizar, mencionaremos a "Tozpalatl" (12) y a "Huey Tzompanti" (13), que representaba el altar donde se
depositaban los cráneos de las víctimas para el sacrificio.

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