Con la declaración de independencia americana, del 4 de julio de 1776,
proclama que los hombres son iguales y fueron dotados por el Creador de derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, para ello establecen los gobiernos cuya autoridad deriva del consentimiento de los gobernados, gobiernos que el pueblo puede cambiar. Esos poderes se organizan para procurar la seguridad y el bienestar de todos. Posteriormente, en 1791, se introducen a la constitución americana de 1787 diez enmiendas que tienen por objeto complementar con nuevos derechos civiles y políticos. La revolución francesa aprueba el 29 de agosto del 1789 la llamada Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en 17 artículos que exponen, los derechos sagrados, naturales, imprescriptibles e inalienables, de los hombres, los cuales consisten en la igualdad, libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión. Esta declaración precisa muchos de los derechos individuales que hoy denominamos derechos civiles y políticos.
Como antecedente a este conjunto de sucesos se estableció un poder real tan
irrestricto que los ciudadanos quedaban amparados únicamente por el espíritu de justicia del rey o por sus escrúpulos religiosos o morales. Sin embargo esta amplitud de poderes se vio restringida por el llamado DERECHO CARTULARIO, conforme al cual el monarca reconocía a ciertos lugares o a ciertos grupos humanos(gremios) algunos privilegios que posteriormente eran celosamente defendidos por los favorecidos (que a veces lo habían arrancado al monarca apoyados por circunstancias especiales). Como ejemplo los fueros españoles.1
Un cartulario (Chartularium en latín) o códice diplomático (Codex Diplomaticus),
es un manuscrito medieval en forma de libro o rollo, que contiene transcripciones de documentos originales relativos a la fundación, los privilegios y los derechos legales de los establecimientos eclesiásticos, municipales, empresas, asociaciones industriales, instituciones de enseñanza y familias. El término es usado también aunque de forma menos correcta para referirse a colecciones de documentos originales recogidos en un solo volumen o enrollados unos sobre otros. Los mas antiguos solían ser de pergamino y los más nuevos de papel.2
1 Novoa Monreal Eduardo, Derecho a la vida privada y a la libertad de información: un conflicto de derechos, Ed. Siglo XXI, México, 1977, p.14. 2 http://cartulariosmedievales.blogspot.com/