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Alejandro Cañadas Tomás 1º Anatomía Patológica y Citología

1. ¿Qué es la salud?

La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no


solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

2. Principales causas de de la alta siniestralidad en España.

La siniestralidad laboral en España, la más alta de Europa con una media de


1.000 muertes anuales, podría verse reducida si se incrementasen las
inspecciones que se realizan en las empresas.
Los accidentes podrían evitarse con más inspecciones, un grupo importante
considera que las empresas deberían cumplir con más rigor las leyes aprobadas
sobre esta materia, para reducir así las situaciones de riesgo.
Los accidentes laborales se deben a la escasa formación de los trabajadores.
Mientras que las grandes empresas apuestan más por la formación, las pymes no
lo hacen tanto. Sin embargo, todas las empresas tendrían que tener un plan de
formación adecuado a su actividad.
La tercera causa es la falta de planes de prevención en las empresas, seguida, por
una insuficiente inversión por parte de éstas. En este sentido, es importante
sensibilizar a las empresas sobre la necesidad de invertir en personal cualificado
en primeros auxilios para que puedan minimizar, en caso de accidente, los
efectos de las lesiones del herido y estabilizarlo hasta que llegue el personal
médico especializado.

3. Marco normativo básico de prevención en España.


La ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales tiene por objeto promover la
seguridad y la salud de los trabajadores mediante la aplicación de las medidas y
el desarrollo de las actividades necesarias para la prevención de los riesgos
derivados del trabajo.

La Ley 31/1995, de 8 de noviembre de Prevención de Riesgos Laborales se


publicó en el B.O.E. núm. 269, de 10 de noviembre de 1995.Tiene por objeto la
determinación de las garantías y responsabilidades para establecer un adecuado
nivel de protección de la salud de los trabajadores frente a los riesgos derivados
de las condiciones de trabajo. Una de las principales novedades de la Ley es que
se aplicará también en el ámbito de las Administraciones Públicas, incluyendo
tanto a los trabajadores vinculados con una relación laboral como a los
trabajadores con relación administrativa o estatutaria.

Real decreto 485/1997, de 14 de abril, sobre disposiciones mínimas en materia de


señalización de seguridad y salud en el trabajo

Real decreto 486/1997, de 14 de abril, seguridad y salud en los lugares de trabajo

Real decreto 664/1997, de 12 de mayo, protección de trabajadores contra agentes


biológicos
Real decreto 665/1997, de 12 de mayo, protección de trabajadores contra agentes
cancerígenos

Real decreto 773/1997, de 30 de mayo, protección individual

4. Posibles daños profesionales en el trabajo en le laboratorio


de anatomía AP

1- Incendios

- Causa: se puede producir por llama directa (mechero bunsen) o bien por
productos inflamados

- Prevención: todos los productos inflamables deben de estar conservados en un


lugar fresco, ventilado y a prueba de fuego.

Estos radiactivos no deben ser manipulados cerca del fuego. No deben guardarse
en frigoríficos convencionales, y si es necesario calentarlos se hará en baños de
agua, a ebullición o sobre placas eléctricas. Y todas las manipulaciones se harán
bajo la campana extractora de gases.

- Tratamiento: no usar nunca agua para apagar el incendio, y si es pequeño el


incendio usar un extintor.

2- Explosiones

- Causa: las sustancias volátiles inflamables y las bombonas de gases


comprimidos.

- Prevención: manipular las sustancias volátiles inflamables siempre bajo la


campana extractora. Nunca cerca de mecheros ni de aparatos que puedan soltar
chispa. No acumular en un lugar de almacén, si no hay ventilación. En relación a
las bombonas de gases comprimidas colocarlas siempre en posición vertical. No
transportarlas arrastrándolas o haciéndolas rodar. Asegurar de cerrar siempre los
conductos cuando no se están utilizando. Guardarlas lejos de fuentes de ignición.
No ponerles aceite ni grasas en las válvulas ni en los tubos de conexión. Si se
detecta una fuga evacuar el área, ventilar la zona, desconectar las instalaciones
eléctricas. Para saber si hay una fuga echar agua y jabón, si hace burbuja es que
hay fuga.

3- Accidentes eléctricos

- Causa: manejar un aparato eléctrico con las manos mojadas o estando sobre piso
húmedo sin calzado aislante. Conexiones eléctricas en mal estado. Derrame de
líquidos sobre aparatos conectados. Intento de reparación de aparatos sin
desconectarlos.

- Prevención: revisar tanto la instalación como los aparatos eléctricos, y


asegurarse que todos tienen toma de tierra.

- Tratamiento:

1º. Asegurarse de que el que va a socorrer este aislado

2º. Apagar la corriente eléctrica

4- Quemaduras

- Tipos:

• Quemaduras térmicas  son causadas por objetos calientes, líquidos o gases


calientes

Se previenen con guantes de goma.

• Quemaduras eléctricas  producidas por descargas eléctricas. Su


prevención es con guantes de goma.

Tratamiento: igual que cualquier quemadura térmica

• Quemaduras químicas 

Causa: se deben al contacto de la piel o mucosa con agentes corrosivos,


como asidos o gases fuertes

Tratamiento: quemaduras más importantes lavar inmediatamente con agua y


neutralizar con un agente apropiado. Vinagre para álcalis (alcalina), y
solución de bicarbonato sódico diluido al 5% para los ácidos fuertes. Y los
fenoles o cresoles se neutralizan con alcohol etílico diluido. Y después a un
centro sanitario.

5. Principales riesgos del laboratorio de AP:


Medidas preventivas y protectoras a adoptar.
a- Riesgo mecánico: Derivado del uso de instrumentos como Microtomo,
bisturís y manejo de cristalonia
El equipo cada vez es más complejo y debe cumplir unos requisitos
legales de seguridad pero no hay que descargar la posibilidad de
accidentes debido a su manejo.
Riesgo debido a la electricidad con la posibilidad de que se produzcan
quemaduras e incluso electrocución. Además una conexión eléctrica
deficiente o un instrumento en mal estado pueden ser detonante de la
explosión o ignición de algunas sustancias químicas peligrosas.

b- Caídas de personas y objetos:


b.1) Caídas al mismo nivel: Las medidas preventivas que adoptaremos
serán:
• Eliminar la suciedad, papeles, embalajes y desperdicios contra los que
se pueda tropezar.
• Retirar los objetos innecesarios, envases, materiales, herramientas que
no se están utilizando.
• Instalar suelos y escalones antideslizantes de fácil limpieza y
desinfección.
• Instalar drenajes para líquidos, con suelos con suficiente inclinación
para evitar retenciones de líquidos en zonas con posibles vertidos.
• Limpiar rápidamente la suciedad o los derrames.
• Mantener las zonas de paso despejadas y perfectamente iluminadas.
• Concienciar a los trabajadores del mantenimiento del orden y la
limpieza de sus puestos de trabajo.
• Usar calzado apropiado, con suela antideslizante y con los cordones
debidamente anudados.
• Marcar y señalizar los obstáculos que no puedan ser eliminados.
b.2) Caídas a distinto nivel: Las medidas preventivas que adoptaremos
serán:
• Asegurar todos los elementos de las escaleras de mano, colocar apoyos
antideslizantes y prestar atención al ángulo de colocación y forma de
utilización.
• A las escaleras de mano se debe subir con precaución, siempre de frente
a ellas, agarrándose con las dos manos al subir y al bajar, no llevando
objetos en las manos.
• Instalar barandillas en los altillos y zonas de trabajo elevadas, con listón
intermedio y rodapié.
• Cubrir toda abertura en el suelo o colocar barandillas.
• Accesos a lugares elevados dotados de barandillas y peldaños con
superficies antideslizantes.

b.3) Caídas de objetos: Las medidas preventivas que adoptaremos


serán:
• Prestar atención a la capacidad de carga nominal del medio de
elevación y al equilibrado de los materiales.
• No permitir que se supere la capacidad de carga de las estanterías.
• Establecer la prohibición de situarse debajo de las cargas suspendidas.
• Información del uso correcto de los medios de elevación y transporte de
cargas.
• Garantizar la estabilidad de los apilamientos, sujetar o anclar
firmemente las estanterías a elementos sólidos, colocando las cargas más
pesadas en los estantes bajos.
• Realizar mantenimiento periódico de los equipos (carretillas,
transpaletas, montacargas, etc.)

c- Manejo manual de cargas


Las medidas preventivas que adoptaremos serán:
• Manipular las cargas con ayuda de medios auxiliares (carretillas,
transpaletas) o con ayuda de otras personas.
• Utilizar los medios mecánicos de manipulación de cargas disponibles.
• Respetar las cargas máximas según sexo y edad.
• Formación a los trabajadores sobre lesiones que puedan producirse y
posturas correctas en posición estática.
• En el caso de realizar la manipulación de cargas manualmente
tendremos en cuenta:

d- Postura de trabajo de pie: Las medidas preventivas que adoptaremos


serán:
• Evitar en lo posible los movimientos bruscos y forzados del cuerpo.
• Para reducir la tensión muscular mantener un pie apoyado sobre un
objeto o reposapiés y alternar un pie tras otro.
• El plano de trabajo, con carácter general, debe estar a la altura
aproximada de los codos.
• Debe mantenerse el cuerpo erguido con el tronco recto.
• No permanecer demasiado tiempo en la misma posición, cambiando de
postura y efectuando movimientos suaves de estiramiento de los
músculos

e- Riesgos tipo físico:


- Riesgo eléctrico: Las medidas preventivas que adoptaremos serán:
• Realizar un control visual antes de comenzar a trabajar.
• Como norma general, la instalación deberá ejecutarse de acuerdo a la
reglamentación vigente.
• El aislamiento de los cables eléctricos debe estar en perfecto estado.
• Utilizar sistemas de puesta a tierra en combinación con interruptores
diferenciales y magneto térmicos.
• Evitar el uso de ladrones en enchufes de corriente.
• Exámenes periódicos de la instalación eléctrica por personal autorizado,
así como las reparaciones.
• Comprobar diariamente el estado de cables, enchufes y aparatos
eléctricos.
• En caso de avería, desconectar la tensión, sacar el enchufe y comunicar
los daños para su reparación.
• En espacios confinados o en contenedores y en ambientes con presencia
de agua, usar equipos de bajo voltaje.
• No utilizar aparatos eléctricos con manos húmedas y desconectar los
equipos antes de limpiarlos

- Riesgo de incendio: Las medidas preventivas que adoptaremos serán:


• Disponer sólo de la cantidad necesaria de materiales inflamables y
combustibles para el trabajo del 11 día, el resto estará en almacén o
locales independientes aislados y ventilados.
• Prohibir fumar en todo el recinto.
• Señalizar y dejar libres las salidas de emergencia.
• Debe limitarse la distancia a recorrer desde cualquier punto de un
sector a alguna de las salidas
• Instalación eléctrica antideflagrantes en zonas donde exista riesgo de
atmósferas inflamables.
• Revisar y mantener las instalaciones eléctricas, aisladas y protegidas.
• Instalar sistemas de detección y alarma.
• Todo el personal del centro sanitario debe conocer el plan de
emergencia y evacuación implantado en el centro, así como la ubicación
y funcionamiento de los equipos de extinción
• Colocar extintores de incendio adecuados a la clase de fuego,
mantenimiento de los equipos contra incendios y periódicos ejercicios de
evacuación simulada.

- Riesgo radiactivos: Las medidas preventivas que adoptaremos serán:


• Aislar y/o apantallar convenientemente los equipos.
• Redactar y observar las instrucciones de trabajo.
• Dosimetría individual, ambiental o de área y vigilancia de la salud.
• Designar y entrenar a trabajadores específicos.
• Señalizar las zonas de riesgo indicando clase y categoría.
• El acceso a estos lugares estará restringido a las personas autorizadas.
• Utilizar sistemas de enclavamiento en los equipos de rayos láser.
• Informar a los trabajadores sobre los riesgos de trabajar con equipos que
emiten radiaciones.
• El material que emita radiaciones debe estar señalizado y las manipulaciones
se realizarán con los elementos adecuados.
• Las superficies de las instalaciones serán lisas y sin fisuras, con blindajes
estructurales.
• Control y gestión de los residuos.
• Utilizar equipos de protección individual, con el marcado CE que cubran las
partes de la piel expuestas, especialmente la cara y los ojos (guantes, pantallas,
etc.).

f- Riesgos de tipo químico:


- Contacto con sustancias químicas peligrosas: Las medidas preventivas que
adoptaremos serán:
• Utilizar sustancias con las mismas propiedades pero que sean menos
peligrosas.
• Almacenar los productos químicos en lugares adecuados, bien ventilados,
señalizando su ubicación y manteniéndolos en sus envases originales.
• Exigir al fabricante las fichas de datos de seguridad de los productos.
• Establecer un plan de acción para la utilización de los productos: métodos de
trabajo, protecciones colectivas, individuales, almacenamiento, higiene y
limpieza antes, durante y después de la utilización.
• Evitar el contacto con la piel utilizando guantes, mezcladores, paletas,
sistemas cerrados, homogeneizadores.
• Disponer y utilizar los equipos de protección individual, con marcado CE,
según las prescripciones de uso de éstos y la ficha de datos de seguridad de los
productos.
• Disponer de métodos de neutralización, recogida de derrames, y de
eliminación de residuos.
• No emplear serrín para absorber líquidos inflamables.
• No verter a la red general de desagües sustancias peligrosas o contaminantes
sin tratar.
• Mantener los recipientes cerrados.
• Cubrir los cortes y heridas con vendajes impermeables

- Compuestos citostaticos: Las medidas preventivas que adoptaremos serán:


• Se recomienda trabajar en cabina de seguridad biológica Clase II con flujo de
aire laminar vertical. Limpiar la cabina diariamente, antes y después de usarla.,
• Usar guantes quirúrgicos desechables de látex para todos los procedimientos
de manipulación y operaciones de administración de preparados citotóxicos.
• Utilizar ropa de protección para los procedimientos de preparación y
eliminación de agentes citotóxicos. La ropa debe ser sin aberturas delanteras,
con manga larga y puños cerrados elásticos.
• Realizar controles ambientales periódicos.
• Mantener los recipientes herméticamente cerrados.
• El acceso al área de preparación debe limitarse sólo al personal autorizado.
• Los agentes citotóxicos deben estar correctamente etiquetados. Los
materiales contaminados se colocarán en recipientes estancos, adecuadamente
identificados como residuos peligrosos.
g- Riesgos biológicos: Las medidas preventivas que adoptaremos serán:
• Establecer y realizar un programa de limpieza y desinfección.
• Ventilación natural o forzada de los locales.
• Vacunación del personal sanitario con riesgo de infección.
• Los guantes desechables se cambiarán tras el contacto con cada paciente, y si
durante su empleo se perforasen, es preciso quitárselos, lavarse las manos y
ponerse unos nuevos.
• Adecuada eliminación de residuos y desechos.
• Prohibir pipetear con la boca.
• Cubrir los cortes y heridas con vendajes impermeables.
• No fumar, comer o beber en los puestos de trabajo.
• No llevar objetos personales, como anillos, pulseras, relojes, que puedan
entrar en contacto con los productos potencialmente peligrosos.
• Mantener un grado elevado de aseo personal. Llevar ropa limpia y de uso
exclusivo a la actividad a emplear.
h- Factores psicosociales: Las medidas preventivas que adoptaremos serán:
• Se intentará que el trabajador tenga la máxima información sobre la totalidad
del proceso en el que está trabajando.
• Distribuir claramente las tareas y competencias.
• Planificar los diferentes trabajos de la jornada, teniendo en cuenta una parte
para imprevistos.
• Realizar pausas o alternancia de tareas para evitar la monotonía del trabajo.
• Evitar las jornadas excesivas, descansando los periodos reglamentarios
después de guardias o turnos de noche.
• Los turnos deberán respetar al máximo el ciclo del sueño. Para ello los
cambios de turnos deberán situarse entre las 6 y las 7 de la mañana, las 2 y las
3 de la tarde y las 10 y 11 de la noche.
• Informar a los trabajadores de los posibles riesgos en puestos de trabajo con
productos peligrosos. Crear conciencia del riesgo existente, fomentado la idea
de seguridad y aprendizaje.

6. Señalización
- Riesgo de choques y caídas

- Etiquetado de productos
- Frases de seguridad: El objeto de estas indicaciones en el etiquetado es poner a
disposición de los trabajadores un instrumento fundamental que contenga
informaciones sobre los riesgos de las sustancias y preparados peligrosos y
advierta a las personas sobre los peligros que conlleva su manipulación.
Estas indicaciones se realizan mediante las frases “R” y frases “S”. Las frases
“R” permiten identificar los riesgos atribuidos a las sustancias y preparados
peligrosos. Las frases “S” indican consejos de prudencia estableciendo medidas
relativas a la manipulación y utilización de sustancias y preparados peligrosos.

7. Tipos de extintores

- Extintor de Fuegos Clase "A": Es aquel extintor cuyo uso es el más apropiado
para los fuegos del tipo "A", es decir, para los que se conocen como materiales
combustibles sólidos comunes, tales como: la madera, textiles, papel, caucho y
ciertos tipos de cauchos. La base o agente extinguidor de este extintor es el agua.
Estos operan por presión permanente, con depósito de bombeo o por reacción
química.
Prácticamente se han dejado de fabricar este tipo de extintores, por diversas
razones, y una de ellas es que el extintor de uso múltiple se puede utilizar para
este tipo de fuego.

- Extintor de Fuegos Clase "B": Este tipo de extintor es el que resulta más
efectivo para el combate de fuegos clase "B", y como ya lo habíamos
mencionado anteriormente son estos los fuegos que se suceden en líquidos
inflamables y/o combustibles derivados del petróleo. La base o agente
extinguidor de este extintor son los Polvos Químicos Mezclados, entre los cuales
podemos nombrar: Bicarbonato Sódico, Bicarbonato de Potasio (Purple K),
Cloruro Potásico, Monofosfato de Amonio, Bicarbonato de Urea Potásico.

Su operación es a través de presión interna dado desde el momento de llenado o


a través de presión externa dada por un cilindro y este expulsa el polvo, estos
polvos para efectos del organismo no son tóxicos, pero en altas concentraciones
son asfixiantes. Dependiendo del Polvo envasado se puede usar para fuegos AB
y ABC, pero para fuegos clase "D" no se debe usar.

- Extintor de Fuegos Clase "C": Así como los hay para clase "A" y " B ", los
fuegos clase "C” también poseen un agente extinguidor efectivo y en este tipo de
fuego debemos tener en cuenta el riesgo existente en lo referente al contacto con
la energía eléctrica, por lo tanto, el uso indebido de un extintor puede
perjudicarnos. La base o agente extinguidor utilizado en este extintor es el agua
(C02), el cual entre sus propiedades se resalta la no- conductividad eléctrica. Su
operación es a través de presión interna, la cual es dada por el mismo C02 dentro
de su contenedor.

- Extintor de Fuegos Clase " D": Es aquel extintor indispensable y efectivo en el


combate de fuegos clase " D ", sabiendo de antemano que estos son los fuegos
que se presentan en Materiales reactivos. Como agente extinguidor base de este
tipo de extintor tenemos:

• Polvo G-1 es un grafito tamizado de fosfato orgánico que desprende gases,


los cuales sofocan y enfrían, se utilizan en incendios de magnesio, sodio,
litio, titanio, calcio, aluminio, acero, etc.
• Polvo Metal, es un extracto metálico principalmente de Clorato de Sodio y
Fosfato Tricálcico. Se utilizan en incendios de magnesio, odio, potasio y
aleaciones.
• Polvos no Comerciales, tales como talco, polvo de grafito, arena seca,
bicarbonato de sodio.
- Otros Agentes Extinguidores: La espuma es una masa de burbujas de gas que
se forma a través de solución de agua y otros agentes químicos.

Agente extintor PRX. El agente liquido supresor de fuego, es una solución


acuosa de sales orgánicas especialmente formulada, no corrosivo no toxico,
además de su potencial extintor forma una capa selladora de vapores, entregando
un efecto enfriante que beneficia los procesos de declinar la temperatura del
combustible por debajo del punto de autoignición.

Su color es rojo, tiene una duración de almacenaje de 12 años, con Pto.


Congelamiento -12°C y Pto. De ebullición 102°C.

8. Órganos encargados de vigilar el cumplimiento de la


normativa en prevención
El artículo 40.2 de la Constitución encomienda a los poderes públicos, como uno de los
principios rectores de la política social y económica, velar por la seguridad e higiene en
el trabajo.

Este mandato constitucional conlleva la necesidad de desarrollar una política de


protección de la salud de los trabajadores mediante la prevención de los riesgos
derivados del trabajo.
La política en materia de prevención de riesgos laborales, como conjunto de actuaciones
de los poderes públicos encaminadas a la mejora de las condiciones de trabajo para
elevar el nivel de protección de la salud y seguridad de los trabajadores, se articula en la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales según los principios de eficacia, coordinación
y participación.

Dicha política se llevará a cabo a través de una serie de actuaciones administrativas que
se orientarán a la coordinación de las distintas Administraciones Públicas competentes
en materia preventiva, entre sí, y con las actuaciones que correspondan a empresarios y
trabajadores.

La Administración General del Estado, las Administraciones de las Comunidades


Autónomas y las entidades que integran la Administración Local deben prestarse
cooperación y asistencia para el eficaz ejercicio de sus respectivas competencias en
materia de seguridad y salud laboral.

En el ámbito de la prevención de los riesgos derivados del trabajo tienen competencias


distintas administraciones:

- La Administración Laboral: a ella le corresponden la mayoría de las funciones


que tienen encomendadas los poderes públicos en materia de prevención de
riesgos laborales. Para el cumplimiento de estas funciones cuenta con algunos
organismos específicos como el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el
Trabajo, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, o la Comisión Nacional
de Seguridad y Salud en el Trabajo.
- La Administración Sanitaria: le competen los aspectos sanitarios de la
prevención de riesgos laborales mediante las actividades de promoción,
prevención y protección de la salud de los trabajadores. Cumple esas funciones a
través de algunos organismos dependientes del Instituto Nacional de la Salud
como son el Instituto Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo, la Escuela
Nacional de Medicina del Trabajo o el Instituto Nacional de la Silicosis.
- La Administración de Industria: con la elaboración de normas y la inspección
y control sobre la seguridad industrial, actividades de normalización y
certificación…, a través de instituciones como el Consejo de Coordinación de la
Seguridad Industrial o AENOR (Asociación Española de Normalización y
Certificación).

8.1. ADMINISTRACIÓN LABORAL.

A la Administración Laboral le corresponde actuar, con carácter general, sobre las


condiciones y requisitos que en materia preventiva se han de cumplir en todas las
actividades laborales para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores frente a
los riesgos derivados del trabajo.

Entre las funciones que se le encomiendan destacan:

• Promoción de la prevención: a través de los órganos técnicos en materia


preventiva, mediante la asistencia y cooperación técnica, la información,
divulgación, formación e investigación en el campo de la seguridad y la salud
laboral.
• Vigilancia y control del cumplimiento de la normativa: seguimiento de las
actuaciones preventivas que se desarrollen en las empresas para dar
cumplimiento a lo establecido en la normativa sobre prevención de riesgos
laborales.
• Potestad sancionadora: sobre las infracciones de tipo administrativo que
establece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales frente a los
incumplimientos empresariales de las obligaciones en materia de seguridad y
salud laboral.

Algunas de estas funciones se ejercen a través de distintas instituciones y organismos


con competencias y campos de actuación específicos

A) El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.

Es un organismo autónomo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que depende


funcionalmente de la Dirección General de Trabajo. Su estructura y competencias están
reguladas en el Real Decreto 577/1982, de 17 de marzo (BOE 22/3/82).

El artículo 8 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales define al Instituto Nacional


de Seguridad e Higiene en el Trabajo como el órgano científico técnico especializado de
la Administración General del Estado que tiene como misión el análisis y estudio de las
condiciones de seguridad y salud en el trabajo, así como la promoción y apoyo a la
mejora de las mismas.

El Instituto, en cumplimiento de esta misión, tendrá las siguientes funciones:

- Asesoramiento técnico en la elaboración de la normativa legal y en el desarrollo


de la normalización, tanto a nivel nacional como internacional. Asimismo,
prestará, de acuerdo con las Administraciones competentes, el apoyo técnico
especializado en materia de certificación, ensayo y acreditación.
- Promoción y, en su caso, realización de actividades de formación, información,
investigación, estudio y divulgación en materia de prevención de riesgos
laborales, con la adecuada coordinación y colaboración, en su caso, con los
órganos técnicos en materia preventiva de las Comunidades Autónomas en el
ejercicio de sus funciones en esta materia.
- Apoyo técnico y colaboración con la Inspección de Trabajo y Seguridad Social
en el cumplimiento de su función de vigilancia y control de la normativa sobre
prevención de riesgos laborales.
- Colaboración con organismos internacionales y desarrollo de programas de
cooperación internacional en este ámbito, facilitando la participación de las
Comunidades Autónomas.
- Cualesquiera otras que sean necesarias para el cumplimiento de sus fines y le
sean encomendadas en el ámbito de sus competencias, de acuerdo con la
Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, con la colaboración, en
su caso, de los órganos técnicos de las Comunidades Autónomas con
competencias en la materia.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en el marco de sus


funciones, vela por la coordinación y apoya el intercambio de información entre las
distintas Administraciones Públicas, y especialmente fomenta y presta apoyo a la
realización de actividades de promoción de la seguridad y de la salud por las
Comunidades Autónomas.

En relación con las Instituciones de la Unión Europea, el Instituto Nacional de


Seguridad e Higiene en el Trabajo actúa como centro de referencia en España,
garantizando la coordinación y transmisión de la información que deberá facilitar a
escala nacional, en particular respecto a la Agencia Europea para la Seguridad y la
Salud en el Trabajo y su Red.

La estructura de funcionamiento del Instituto es la siguiente:

- La Dirección: representa al Instituto, impulsa su actividad y coordina las


actuaciones de los demás órganos.
- El Consejo General: es un órgano de participación en la gestión de composición
tripartita (sindicatos más representativos, organizaciones empresariales y
Administración Pública), su función es informar sobre los criterios generales y
planes de actuación en materia de seguridad y salud en el trabajo.
- Los Centros Nacionales: son cuatro organismos que tienen encomendadas
cuestiones específicas a nivel nacional, como son: Condiciones de Trabajo
(Barcelona), Nuevas Tecnologías (Madrid), Medios de Protección (Sevilla) y
Verificación de Maquinaria (Baracaldo)
- Los Gabinetes Técnicos Provinciales: ejecutan las competencias del Instituto a
nivel provincial. (En la actualidad la mayoría de las Comunidades Autónomas
han asumido las competencias de ejecución de la normativa en materia de
seguridad y salud laboral en el ámbito de su territorio.)

Entre sus principales actividades, figuran las siguientes:

- Realizar estudios e informes sobre condiciones de trabajo (locales y puestos de


trabajo, equipos y materiales de trabajo peligrosos, colectivos de trabajadores
especialmente sensibles a determinados riesgos, condiciones ergonómicas,
control y concentración de contaminantes,…)
- Prestar asesoramiento técnico y asistencia a las empresas, a los trabajadores y
sus representantes, y cooperar con la Inspección de Trabajo y otros organismos
en aspectos técnicos
- Analizar e investigar las causas de los accidentes de trabajo y las enfermedades
profesionales, proponiendo las medidas correctoras.
- Promover y desarrollar programas sobre métodos y técnicas de seguridad y salud
en el trabajo.
- Realizar la verificación de homologación de equipos y medios técnicos de
prevención y protección.
- Programar, organizar y desarrollar planes de formación en materia de seguridad
y salud laboral.

Hay que recordar que, aunque el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el


Trabajo no tiene competencias sancionadoras ni resolutorias, es muy importante recurrir
a sus informes y asesoramientos, ya que nos pueden ayudar a identificar y valorar los
distintos factores de riesgo que existan en nuestro centro de trabajo. Además, en algunos
casos, la jurisprudencia otorga valor legal a sus informes.
La gran cantidad de información técnica que atesora el Instituto Nacional de Seguridad
e Higiene en el Trabajo, convierten a este organismo en un excelente aliado en las tareas
preventivas. Como delegado de prevención es fundamental que solicites a los técnicos
del Instituto todo tipo de informaciones sobre seguridad y salud laboral, ya que pueden
serte de enorme utilidad en tu actividad sindical diaria en la empresa.

B) La Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

Hemos visto que una de las funciones básicas de la Administración Laboral consiste en
la vigilancia y control del cumplimiento de la normativa, es decir, realizar un
seguimiento de las actuaciones preventivas que se desarrollen en las empresas para dar
cumplimiento a lo establecido en la normativa sobre prevención de riesgos laborales.

El control del cumplimiento de la normativa sobre seguridad y salud laboral se lleva a


cabo mediante la actuación de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Este órgano
no tiene potestad sancionadora, su misión consiste en comprobar la existencia de
infracciones a las normas sobre prevención de riesgos laborales.

Si detecta algún tipo de incumplimiento requerirá al responsable para su subsanación, y


en caso de persistir los hechos infractores levantará la correspondiente Acta de
Infracción, proponiendo una sanción.

La competencia para sancionar las infracciones en materia preventiva, según la


propuesta de la Inspección, corresponde a la Autoridad Laboral competente a nivel
provincial (hasta 30.050,61 euros.), al Director General de Trabajo (hasta 90.151,82
euros), al Ministro de Trabajo (hasta 300.506,05 euros), o al Consejo de Ministros
(hasta 601.012,10 euros).

Su misión principal, en materia de seguridad y salud, es la de vigilar y controlar el


cumplimiento de la normativa sobre la prevención de riesgos laborales. El artículo 9 de
la Ley de Prevención de Riesgos Laborales señala algunas de lasfunciones específicas
de la Inspección de Trabajo:

- Vigilar el cumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos laborales,


así como de las normas jurídico-técnicas que incidan en las condiciones de
trabajo, proponiendo a la Autoridad Laboral competente la sanción que
corresponda cuando se detecte un incumplimiento de la normativa.
- Prestar asesoramiento a las empresas y a los trabajadores y sus representantes
sobre la manera más efectiva de cumplir las disposiciones cuya vigilancia tiene
encomendada.
- Elaborar informes para los Juzgados de lo Social ante las demandas que se
producen por Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales.
- Informar a la Autoridad Laboral sobre los Accidentes de Trabajo (mortales, muy
graves o graves), las Enfermedades Profesionales…
- Comprobar y favorecer el cumplimiento de las obligaciones asumidas por los
Servicios de Prevención.
- Ordenar la paralización inmediata de los trabajos en caso de riesgo grave e
inminente para la seguridad o salud de los trabajadores
La Inspección de Trabajo puede actuar por sí misma, o por la solicitud de otros
organismos, decisiones judiciales o a petición de las empresas o los trabajadores.

Cuando visite un centro de trabajo, debe comunicar su presencia al empresario, así


como a los Delegados de Prevención, que, además de acompañar la visita, podrán
hacerle cuantas observaciones consideren oportunas.

Por último, la Inspección de Trabajo debe informar a empresario y trabajadores de sus


resultados y observaciones, así como consultar con ambas partes sobre los planes de
actuación a desarrollar ante aquellas deficiencias que hubiere observado.

C) La Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales crea la Comisión Nacional de Seguridad y


Salud en el Trabajo como un órgano colegiado de participación institucional en materia
de seguridad y salud en el trabajo para asesorar a las Administraciones Públicas en la
formulación de las políticas de prevención.

La Comisión esta integrada por un representante de cada una de las Comunidades


Autónomas y las ciudades de Ceuta y Melilla.(19 en total), y por igual número de
miembros de la Administración General del Estado y, paritariamente con todos los
anteriores, por representantes de las organizaciones empresariales y sindicales más
representativas.

La Comisión cuenta con un Presidente y cuatro Vicepresidentes, uno por cada uno de
los grupos que la integran. La Presidencia de la Comisión corresponde al Secretario
General de Empleo y Relaciones Laborales, recayendo la Vicepresidencia atribuida a la
Administración General del Estado en el Subsecretario de Sanidad y Consumo.

El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo ejerce la Secretaría General


de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, prestándole la asistencia
técnica y científica necesaria para el desarrollo de sus competencias.

La Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo aprobará su propio


Reglamento interno que establecerá su forma de funcionamiento, en Pleno, en Comisión
Permanente o en Grupos de Trabajo.

La adopción de sus acuerdos es por mayoría. A tal fin, los representantes de las
Administraciones Públicas tendrán cada uno un voto y dos los de las organizaciones
empresariales y sindicales.

La Comisión conoce de las actuaciones que desarrollen las Administraciones Públicas


competentes en materia de promoción de la prevención de riesgos laborales, de
asesoramiento técnico y de vigilancia y control, y podrá informar y formular propuestas
en relación con dichas actuaciones, específicamente en lo referente a:

- Criterios y programas generales de actuación.


- Proyectos de disposiciones de carácter general.
- Coordinación de las actuaciones desarrolladas por las Administraciones Públicas
competentes en materia laboral.
- Coordinación entre las Administraciones Públicas competentes en materia
laboral, sanitaria y de industria.

La Disposición Adicional quinta de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales


contempla la creación de una Fundación adscrita a la Comisión Nacional de Seguridad y
Salud en el Trabajo, cuya finalidad será promover la mejora de las condiciones de
seguridad y salud, especialmente en las pequeñas empresas, a través de acciones de
información, asistencia técnica, formación y promoción del cumplimiento de la
normativa de prevención de riesgos laborales.

Para el cumplimiento de sus fines se dotará a la Fundación de un patrimonio con cargo


al Fondo de Prevención y Rehabilitación procedente del exceso de excedentes de la
gestión realizada por las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades
Profesionales de la Seguridad Social.

8.2. ADMINISTRACIÓN SANITARIA.

Las actuaciones de las Administraciones Públicas competentes en materia sanitaria,


aplicadas en el ámbito de la salud laboral, se instrumentan a través de lo dispuesto en la
Ley General de Sanidad (Ley 14/1986, de 25 de abril, BOE 29/4/86) y disposiciones
dictadas para su desarrollo.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales (art. 10) recoge las principales funciones de
las Administraciones Sanitarias:

- El establecimiento de medios adecuados de evaluación y control, sobre las


actuaciones de carácter sanitario que realicen los Servicios de Prevención en las
empresas.
- La instauración de procedimientos informativos que permitan la elaboración de
mapas de riesgos laborales, así como la realización de los correspondientes
estudios epidemiológicos para la identificación y prevención de patologías que
afecten o puedan afectar a la población trabajadora.
- La supervisión de la formación en materia preventiva que reciba el personal
sanitario participante en los Servicios de Prevención.
- La elaboración y divulgación de estudios, estadísticas e investigaciones sobre la
salud de los trabajadores.

Para el desarrollo de las políticas generales en materia de seguridad y salud en el


trabajo, las Administraciones Públicas competentes en materia sanitaria cuentan con una
serie de organismos especializados, integrados en el Instituto Nacional de la Salud,
como son:

A) El Instituto Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo.

La Disposición adicional segunda de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales declara


extinguida la Organización de los Servicios Médicos de Empresa, cuyas funciones
pasarán a ser desempeñadas por la Administración Sanitaria competente.
Los recursos y funciones atribuidos tanto al Instituto Nacional de Medicina y Seguridad
del Trabajo como a la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo se adscriben y serán
desarrollados por las unidades, organismos y entidades del Ministerio de Sanidad y
Consumo conforme a su organización y distribución interna de competencias.

Las funciones del Instituto Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo son las
siguientes:

- Investigación sobre métodos de identificación y prevención de los accidentes de


trabajo y enfermedades profesionales, así como de los efectos de las condiciones
de trabajo sobre la salud.
- Asesoramiento en el campo de la prevención de riesgos laborales a entidades
oficiales, empresarios y trabajadores.
- Divulgación y promoción de informaciones y actividades preventivas entre los
trabajadores.

B) La Escuela Nacional de Medicina del Trabajo.

La Escuela Nacional de Medicina del Trabajo fue creada en 1948 con la finalidad de
impartir la formación específica en materia de salud laboral para los profesionales
sanitarios. Concretamente asume las siguientes funciones:

- Formación y perfeccionamiento de los médicos y demás profesionales sanitarios.


- Actividades formativas de especialización y profundización en Medicina del
Trabajo.
- Cursos de formación específica en las distintas disciplinas sanitarias.

C) El Instituto Nacional de la Silicosis.

Según la Disposición adicional segunda de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales,


el Instituto Nacional de la Silicosis mantiene su condición de centro de referencia
nacional, con funciones de prevención y asistencia técnico-sanitaria en el campo de las
enfermedades profesionales que afecten al sistema cardio-respiratorio.

9. Responsabilidades del trabajador y el empresario y


sanciones en materia de seguridad
La Ley de Prevención de Riesgos laborales impone al empresario y al trabajador una
serie de obligaciones a fin de garantizar la seguridad y la salud en el trabajo. Por ello,
ambos sujetos serán responsables, cada uno dentro de sus respectivos ámbitos, en la
medida que sus acciones u omisiones impliquen un incumplimiento de la normativa.

Responsabilidad del empresario

El art. 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) impone al empresario


una serie de obligaciones a fin de garantizar la seguridad y la salud en el trabajo,
reconociendo al trabajador el derecho a una protección eficaz en esta materia.
Como señala la doctrina (Sala Franco) la obligación empresarial “es una obligación de
medios y no de resultado, por lo que el empresario cumplirá con su obligación genérica
cumpliendo todas las obligaciones específicas en que aquélla se concreta, poniendo
todos los medios necesarios para que no se produzcan daños, aunque éstos finalmente se
produzcan y, en sentido contrario, incumplirá su obligación genérica incumpliendo
alguna de las obligaciones específicas, aunque no se produzca un resultado dañoso”.

En este sentido, establece el artículo 42 de la LPRL que “el incumplimiento por los
empresarios de sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales dará
lugar a responsabilidades administrativas, así como, en su caso, a responsabilidades
penales y a las civiles por los daños y perjuicios que puedan derivarse de dicho
incumplimiento”.

Responsabilidad administrativa.

El incumplimiento por el empresario de la normativa en materia de prevención de


riesgos laborales genera una responsabilidad administrativa. La Ley de Infracciones y
Sanciones en el Orden Social (LISOS) tipifica como infracciones las acciones u
omisiones de los empresarios que incumplan la normativa en el orden social, entre otras,
las relativas a la seguridad y de salud laborales (art. 1.1 y 11 LISOS).

Las sanciones previstas (art. 39 y siguientes de la LISOS) son, principalmente, de


carácter económico y oscilan entre los 40 y los 819.780 euros de multa, según se trate
de infracciones leves, graves o muy graves. Dentro de cada una de ellas se gradúan las
sanciones en función de la concurrencia de una serie de criterios agravantes o
atenuantes.

Por otra parte, cuando concurran circunstancias de excepcional gravedad en las


infracciones cabrá, asimismo, la sanción consistente en la suspensión de las actividades
laborales por un tiempo determinado o, incluso, en el cierre del centro de trabajo
correspondiente (art. 53 LPRL). Además, podrá limitarse la facultad de contratar con la
Administración cuando se hayan cometido infracciones administrativas muy graves en
materia de seguridad y salud en el trabajo, o constitutivas de delito (art. 54 LPRL), todo
ello en los términos contemplados en la legislación específica (art. 20.d de la Ley de
Contratos de las Administraciones Públicas).

Todo ello sin perjuicio que también pueda exigirse responsabilidad a otros sujetos
infractores, incluso al propio trabajador afectado que hubiera contribuido directamente
en la comisión de la infracción empresarial.

Responsabilidad penal.

El Código Penal establece diversos tipos penales en que puede incurrir el empresario al
incumplir su deber de protección de la seguridad y salud de los trabajadores:

a) El delito contra la seguridad y salud en el trabajo tipificado en el art. 316 del Código
Penal (CP) según el cual “los que con infracción de las normas de prevención de riesgos
laborales y estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que
los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene
adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física,
serán castigados con las penas de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a
doce meses”. Se trata de un delito de riesgo y no de resultado por lo que no se exige la
producción de un resultado dañoso.

b) Los delitos y faltas de lesiones y de homicidio tipificados en los arts. 147, 138, 142 y
621 del CP, en función que se produzca, efectivamente, un resultado dañoso o lesivo.

Por otro lado, según el art. 318 CP, “cuando los hechos previstos en los artículos de este
título se atribuyeran a personas jurídicas, se impondrá la pena señalada a los
administradores o encargados del servicio que hayan sido responsables de los mismos y
a quienes, conociéndolos y pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado medidas para
ello. En estos supuestos la autoridad judicial podrá decretar, además, alguna o algunas
de las medidas previstas en el artículo 129 de este Código”. Entre dichas medidas están
la clausura de la empresa o sus locales con carácter temporal o definitivo, la suspensión
temporal de sus actividades o de poder realizarlas en el futuro, la intervención de la
empresa por el tiempo necesario, su disolución, etc.

Asimismo, debe recordarse lo que establece el art. 31 CP en virtud del cual “el que
actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en nombre o
representación legal o voluntaria de otro, responderá personalmente, aunque no
concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la correspondiente figura
de delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del mismo, si tales circunstancias
se dan en la entidad o persona en cuyo nombre o representación obre. En estos
supuestos, si se impusiere en sentencia una pena de multa al autor del delito, será
responsable del pago de la misma de manera directa y solidaria la persona jurídica en
cuyo nombre o por cuya cuenta actuó”.

Responsabilidad civil.

Responsabilidad civil derivada de la penal.

El empresario puede quedar sujeto a una responsabilidad civil por la comisión de un


delito o falta si de sus actos u omisiones se derivan perjuicios para terceros. Así lo
establece el art. 116.1 CP cuando dice que “toda persona criminalmente responsable de
un delito o falta lo es también civilmente si del hecho se derivaren daños o perjuicios
(...)”.

Dicha responsabilidad civil se regula por lo establecido en el Código Penal, por expresa
remisión del art. 1.902 del Código Civil: “las obligaciones que nazcan de los delitos o
faltas se regirán por las disposiciones del Código Penal”.

En este sentido, el Código Penal se encarga de regular dicha materia en los arts. 110 y
siguientes, según los cuales la ejecución de un hecho descrito por la Ley como delito o
falta obliga a reparar, en los términos previstos en las Leyes, los daños y perjuicios por
él causados. La responsabilidad establecida comprenderá la restitución, la reparación del
daño y la indemnización de perjuicios materiales y morales.

Responsabilidad civil contractual.


Cuando el empresario causare daño al trabajador como consecuencia de incumplir sus
obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales, será responsable de
conformidad con el art. 1.101 del Código Civil: “quedan sujetos a la indemnización de
los daños y perjuicios causados los que en el cumplimiento de sus obligaciones
incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los que de cualquier modo
contravinieren al tenor de aquéllas”, responsabilidad que la jurisprudencia ya consideró
en su momento de carácter contractual (STS 14-06-84).

Con carácter general, los requisitos que deben concurrir para la existencia de
responsabilidad civil por daños pueden resumirse en los siguientes:

1. Existencia de daños al trabajador.


2. Acción u omisión, consistente en un incumplimiento, normalmente grave, por
parte del empresario de sus obligaciones en materia de seguridad y salud en el
trabajo.
3. Culpa o negligencia empresarial.
4. Relación de causalidad entre la conducta empresarial y el daño producido.

Esta responsabilidad consistirá, básicamente, en satisfacer una indemnización de daños


y perjuicios al perjudicado que será fijada por el tribunal correspondiente con carácter
discrecional (art. 1.103 CC) en atención a las circunstancias concurrentes y a los daños
realmente producidos. Como señala acertadamente la STS 2-10-00, “el trabajador
accidentado o sus causahabientes tienen, como regla, derecho a su reparación íntegra,
así como que las consecuencias dañosas de los accidentes de trabajo no afectan solo al
ámbito laboral y a la merma de capacidad de tal naturaleza que pueda sufrir el
trabajador accidentado, sino que pueden repercutir perjudicialmente en múltiples
aspectos o facetas de su vida personal, familiar o social de aquél y de las que personas
que del mismo dependan”.

Para la determinación de la indemnización deberán detraerse o computarse las


prestaciones reconocidas sobre la base de la normativa protectora de la Seguridad
Social, en especial cuando se deba determinar el importe de la indemnización derivada
de los perjuicios que afectan al ámbito profesional o laboral del accidentado (STS
citada).

Y es que, como apunta la STS 9-2-05, “las prestaciones de Seguridad Social no agotan
la indemnización total que pudiera proceder en concepto de responsabilidad civil por
culpa o negligencia del empresario en la producción de un accidente de trabajo, pero se
integran en ese total indemnizatorio y son, por lo tanto, deducibles del importe que
hubiera tenido que abonarse si no hubieran existido tales prestaciones, ya que las
mismas no alteran ese importe total y no pueden adicionarse al mismo porque se
produciría un exceso carente de causa, como resulta evidente si se tiene en cuenta que el
asegurado social percibiría indemnización superior a quien no estuviese cubierto por tal
aseguramiento y hubiese sufrido daño equivalente por culpa también equiparable”.

A falta de norma legal expresa en materia laboral, la indemnización deberá ser


adecuada, proporcionada y suficiente para alcanzar a reparar o compensar plenamente
todos los daños y perjuicios (daño emergente, lucro cesante, daños materiales y
morales), que como derivados del accidente de trabajo se acrediten sufridos en las
esferas personal, laboral, familiar y social, aunque para facilitar la prueba o para formar
el criterio judicial valorativo los órganos judiciales puedan acudir analógicamente,
como posibilita el art. 4.1 del Código Civil, a otras normas del ordenamiento jurídico
que ante determinadas secuelas o daños establezcan unos módulos indemnizatorios.

Asimismo, deberá tenerse en cuenta para su determinación la eventual concurrencia de


culpas entre el trabajador y empresario por incumplimiento mutuo de sus respectivas
obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales (STS 6-4-00). En todo caso,
no podrá computarse ni detraerse de dicha indemnización el posible de recargo en las
prestaciones por falta de medidas de seguridad (art. 123 LGSS).

Por último, la jurisprudencia ha señalado, por el contrario, que no existe responsabilidad


civil en los siguientes supuestos: cuando el accidente se produce por motivos fortuitos e
imprevisibles (STSJ Valladolid 4-12-00), cuando los daños se producen por causas
ajenas a la relación laboral o en el desarrollo de una actividad ajena a la de su principal
y sustraída a la dirección, control y disciplina del empresario (STSJ Extremadura 25-1-
06), cuando se deba a un particular mal uso de los mecanismos de prevención
disponibles por parte del trabajador (STSJ Cataluña 21-3-03) o cuando es debido a su
exclusiva culpa (STS 12-2-04).

Jurisdicción competente: Será competente para enjuiciar las controversias entre


empresario y trabajador con motivo de la relación laboral la jurisdicción social (art. 2.a
LPL).

Así lo tiene declarado la jurisprudencia (STS 28-05-94) al señalar que “la infracción de
un norma estatal o colectiva o de una regla de la autonomía privada o de la costumbre
(art. 3 del ET), cuya producción origina un daño constitutivo de un ilícito laboral la
responsabilidad ya no es civil sino laboral estando comprendida en el art. 2.a LPL, que
atribuye al orden social las cuestiones litigiosas que se promueven entre empresarios y
trabajadores como consecuencia del contrato de trabajo, siendo irrelevante que la
responsabilidad controvertida pueda calificarse como extracontractual, cuando el acto
causante se presenta con entera abstracción de la obligación preexistente, o como
contractual; lo decisivo es que el daño se impute a un incumplimiento laboral y no
civil”.

En el mismo sentido se pronuncian las SSTS 22-05-06 y 1-12-03 al señalar que “el
empleador asume la obligación en el contrato de trabajo de "garantizar la seguridad y
salud de los trabajadores a su servicio en todos los aspectos relacionados con el trabajo"
(art. 14.2 LPRL), deber de seguridad en el trabajo que es calificado de básico en los
arts. 4.2.d) y 19.1 ET. Esta obligación, impuesta ex lege, debe implicar que la no
observancia de las normas garantizadoras de la seguridad en el trabajo, por el
empleador, constituye un incumplimiento del contrato de trabajo, contrato que
constituye el parámetro esencial para determinar y delimitar la competencia del orden
jurisdiccional laboral, conforme prescriben los artículos 9.2 de la LOPJ y 2 de la LPL”.

Sin embargo, la Sala Primera (Civil) del Tribunal Supremo (STS 21-6-06) también se
ha declarado competente para conocer la responsabilidad civil nacida en el ámbito
laboral, al considerar que “en efecto de los arts. 9.5 y 6 de la LOPJ se desprende que la
materia para determinar la competencia del orden jurisdiccional social se refiere a las
cuestiones concernientes al ámbito propio del contrato de trabajo y a otras relacionados
con los conflictos colectivos, la Seguridad Social y las Mutualidades; y tal circunstancia
vinculante no concurre en el supuesto litigioso, donde lo acontecido fue la plasmación
de un resultado dañoso como consecuencia de un hecho realizado en los quehaceres
laborales, lo cual excede de la órbita especifica del contrato de trabajo, y permite
entender que su conocimiento corresponde al orden civil por su carácter residual y
extensivo, máxime a que en la demanda se hace alusión a que la acción ejercitada es la
personal de resarcimiento de daños y perjuicios con cobertura en los arts. 1902 y 1903
del Código Civil”, argumento que la doctrina ha calificado de inadmisible (Ramírez
Martínez J. M.).

En todo caso, debe recordarse que la responsabilidad civil podrá reclamarse también
ante la jurisdicción penal cuando se siga causa penal por los mismos hechos, o de forma
autónoma, si se ha hecho la oportuna reserva de acciones (art. 109 CP que, no obstante
referirse a la jurisdicción civil, debe entenderse aquí hecha a la jurisdicción social).

Plazo. El plazo de prescripción es de un año a contar desde el día en que la acción


pudiera ejercitarse (art. 59.2 ET)

Seguro de responsabilidad civil: La responsabilidad civil, derivada o no de delito o falta,


es asegurable de conformidad con lo establecido en el art. 15.5 de la LPRL y el art. 117
del CP. En este sentido, “los aseguradores que hubieren asumido el riesgo de las
responsabilidades pecuniarias derivadas del uso o explotación de cualquier bien,
empresa, industria o actividad, cuando, como consecuencia de un hecho previsto en este
Código [penal], se produzca el evento que determine el riesgo asegurado, serán
responsables civiles directos hasta el límite de la indemnización legalmente establecida
o convencionalmente pactada, sin perjuicio del derecho de repetición contra quien
corresponda”.

Recargo en las prestaciones por falta de medidas de seguridad.

Según establece el art. 123 LGSS “todas las prestaciones económicas que tengan su
causa en accidente de trabajo o enfermedad profesional se aumentarán, según la
gravedad de la falta, de un 30 a un 50%, cuando la lesión se produzca por máquinas,
artefactos o en instalaciones, centros o lugares de trabajo que carezcan de los
dispositivos de precaución reglamentarios, los tengan inutilizados o en malas
condiciones, o cuando no se hayan observado las medidas generales o particulares de
seguridad e higiene en el trabajo, o las elementales de salubridad o las de adecuación
personal a cada trabajo, habida cuenta de sus características y de la edad, sexo y demás
condiciones del trabajador.

La responsabilidad del pago del recargo establecido en el apartado anterior recaerá


directamente sobre el empresario infractor y no podrá ser objeto de seguro alguno,
siendo nulo de pleno derecho cualquier pacto o contrato que se realice para cubrirla,
compensarla o transmitirla.

La responsabilidad que regula este artículo es independiente y compatible con las de


todo orden, incluso penal, que puedan derivarse de la infracción”.

Régimen de compatibilidad entre las distintas responsabilidades.


Establece el art. 42.3 de la LPRL que “las responsabilidades administrativas que se
deriven del procedimiento sancionador serán compatibles con las indemnizaciones por
los daños y perjuicios causados y de recargo de prestaciones económicas del sistema de
la Seguridad Social que puedan ser fijadas por el órgano competente de conformidad
con lo previsto en la normativa reguladora de dicho sistema”.

a. En primer lugar, es compatible la responsabilidad civil con todas las demás, es


decir, con las responsabilidades penal y/o administrativa, el recargo en las
prestaciones y la responsabilidad de la entidad gestora o del empresario en
materia de seguridad social.
b. En segundo lugar, son incompatibles entre sí las responsabilidades
administrativa y penal, con base al principio “non bis in idem” establecido por el
art. 3 de la LISOS: “no podrán sancionarse los hechos que hayan sido
sancionados penal o administrativamente, en los casos que se aprecie identidad
de sujeto, hecho o fundamento”. Cabe señalar, no obstante, que dicha identidad
sólo se producirá cuando el empresario sea una persona física, ya que concurren
en él la condición de empresario infractor y la de responsable penalmente, y no
cuando de trate de una persona jurídica, en cuyo caso no existirá
incompatibilidad entre la responsabilidad administrativa exigible a la empresa y
la responsabilidad penal exigible al representante de la misma.

Además, según dicho artículo, “en los supuestos en que las infracciones
pudieran ser constitutivas de ilícito penal, la Administración pasará el tanto de
culpa al órgano judicial competente o al Ministerio Fiscal y se abstendrá de
seguir el procedimiento sancionador mientras la autoridad judicial no dicte
sentencia firme o resolución que ponga fin al procedimiento o mientras el
Ministerio Fiscal no comunique la improcedencia de iniciar o proseguir
actuaciones. De no haberse estimado la existencia de ilícito penal, o en el caso
de haberse dictado resolución de otro tipo que ponga fin al procedimiento penal,
la Administración continuará el expediente sancionador sobre la base de los
hechos que los Tribunales hayan considerado probados”.

c. En tercer lugar, son compatibles las responsabilidades penal y/o administrativa


con el recargo en las prestaciones por falta de medidas de seguridad ex art. 123
de la LGSS. Dicho artículo establece que “la responsabilidad que regula este
artículo es independiente y compatible con las de todo orden, incluso penal, que
puedan derivarse de la infracción”.

Así lo ha considerado también la jurisprudencia (STS 2-10-00) al afirmar que


dicho recargo “es una pena o sanción que se añade a una propia prestación,
previamente establecida y cuya imputación sólo es atribuible, en forma
exclusiva, a la empresa incumplidora de sus deberes en materia de seguridad e
higiene en el trabajo, y cuya finalidad es la de evitar accidentes de trabajo
originados por infracciones empresariales de la normativa de riesgos laborales,
imputables, por tanto, al empresario infractor, el que de haber adoptado
previamente las oportunas medidas pudiera haber evitado el evento dañoso
acaecido a los trabajadores incluidos en su circulo organizativo. Se pretende
impulsar coercitivamente de forma indirecta el cumplimiento del deber
empresarial de seguridad, incrementando específicamente sus responsabilidades
con el propósito de que a la empresa no le resulte menos gravoso indemnizar al
accidentado que adoptar las medidas oportunas para evitar riesgos de accidente”.

Por otra parte, según la jurisprudencia constitucional (STC 159/85), la posible


coexistencia del recargo con una sanción administrativa no comportaría
vulneración del principio "non bis in idem" ya que “mientras el recargo crea una
relación indemnizatoria empresario-perjudicado, la sanción administrativa se
incardina en la potestad estatal de imponer la protección a los trabajadores”.

Asimismo, de conformidad con el art. 42.5 “la declaración de hechos probados


que contenga una sentencia firme del orden jurisdiccional contencioso-
administrativo, relativa a la existencia de infracción a la normativa de
prevención de riesgos laborales, vinculará al orden social de la jurisdicción, en
lo que se refiere al recargo, en su caso, de la prestación económica del sistema
de Seguridad Social”.

d. Finalmente, son compatibles las responsabilidades penal y/o administrativa con


las responsabilidades exigidas al empresario de conformidad con las normas de
seguridad social. Así lo establece el art. 43 de la LISOS al afirmar que “las
sanciones que puedan imponerse a los distintos sujetos responsables, se
entenderán sin perjuicio de las demás responsabilidades exigibles a los mismos,
de acuerdo con los preceptos de la Ley General de la Seguridad Social y de sus
disposiciones de aplicación y desarrollo”, refiriéndose, probablemente, a
aquéllas señaladas, entre otros, en los arts. 127.3, 195 y 197.2 de
la LGSS (responsabilidad en orden a las prestaciones por falta de aseguramiento
o cotización, o por falta de los reconocimientos médicos preceptivos en caso de
riesgos de enfermedad profesional, incumplimiento empresarial ante
requerimientos de la autoridad laboral, etc.).

Responsabilidad del trabajador

De conformidad con el art. 29 de la LPL “corresponde a cada trabajador velar, según


sus posibilidades y mediante el cumplimiento de las medidas de prevención que en cada
caso sean adoptadas, por su propia seguridad y salud en el trabajo y por la de aquellas
otras personas a las que pueda afectar su actividad profesional, a causa de sus actos y
omisiones en el trabajo, de conformidad con su formación y las instrucciones del
empresario.

Los trabajadores, con arreglo a su formación y siguiendo las instrucciones del


empresario, deberán en particular:

- Usar adecuadamente, de acuerdo con su naturaleza y los riesgos previsibles, las


máquinas, aparatos, herramientas, sustancias peligrosas, equipos de transporte y,
en general, cualesquiera otros medios con los que desarrollen su actividad.
- Utilizar correctamente los medios y equipos de protección facilitados por el
empresario, de acuerdo con las instrucciones recibidas de éste.
- No poner fuera de funcionamiento y utilizar correctamente los dispositivos de
seguridad existentes o que se instalen en los medios relacionados con su
actividad o en los lugares de trabajo en los que ésta tenga lugar.
- Informar de inmediato a su superior jerárquico directo, y a los trabajadores
designados para realizar actividades de protección y de prevención o, en su caso,
al servicio de prevención, acerca de cualquier situación que, a su juicio, entrañe,
por motivos razonables, un riesgo para la seguridad y la salud de los
trabajadores.
- Contribuir al cumplimiento de las obligaciones establecidas por la autoridad
competente con el fin de proteger la seguridad y la salud de los trabajadores en
el trabajo.
- Cooperar con el empresario para que éste pueda garantizar unas condiciones de
trabajo que sean seguras y no entrañen riesgos para la seguridad y la salud de los
trabajadores.

El incumplimiento por los trabajadores de las obligaciones en materia de prevención de


riesgos a que se refieren los apartados anteriores tendrá la consideración de
incumplimiento laboral a los efectos previstos en el artículo 58.1 del Estatuto de los
Trabajadores (...)”.

Por ello, en la medida que cause daño a terceros vendrá obligado a responder por ello en
virtud de la obligación genérica de no causar daño a nadie que impone el art. 1.902 del
Código Civil (responsabilidad civil extracontractual): “el que por acción u omisión
causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño
causado”.

No obstante, debe recordarse que, aun existiendo responsabilidad del trabajador, por el
juego del art. 1.903 CC el empresario puede verse obligado a responder civilmente por
los actos de aquél: “La obligación que impone el artículo anterior es exigible, no sólo
por los actos u omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe
responder. (...) Lo son igualmente los dueños o directores de un establecimiento y
empresa respecto de los perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los
ramos en que los tuvieran empleados, o con ocasión de sus funciones”.

Esta responsabilidad civil es de carácter solidario de forma que el tercero perjudicado


podrá dirigirse, indistintamente, contra el trabajador, contra el empresario o contra
ambos simultáneamente (1.144 CC). En todo caso, el empresario, en el supuesto que el
trabajador hubiera actuado sin seguir sus órdenes, podrá repetir contra el mismo en el
caso que hubiese reparado el daño causado por éste (1.145 CC).

En términos parecidos se pronuncia el art. 120 CP cuando existe responsabilidad penal


del trabajador, en cuyo caso el empresario podría responder civilmente, si bien con
carácter subsidiario (en caso de insolvencia del trabajador).

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