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Análisis del Cuento “Con tinta sangre” de J.

Sasturain

Introducción

“Se ha dicho que los hombres hacen todo lo que hacen con el
único fin de enamorar mujeres.”
Lo que me costó el amor de Laura
Alejandro Dolina

En el siguiente trabajo se analizará el cuento “Con Tinta Sangre” de Juan


Sasturain. La historia transcurre en el bar Guayaba Club y relata la conversación
entre Milpalmeras, el barman del lugar, y Carter/Bradley, un ex cadete, sobre la
noche, veinte años atrás, de la muerte de Johnny Spinoza. Estos tres actores están
relacionados entre sí por Alma Velazquez, la cantante del club, y es esta última
quien desencadena la muerte de Spinoza.
En el presente trabajo intentaré demostrar cómo Almita Velázquez funciona
de eje para las acciones de Milpalmeras, Bradley y Spinoza en la noche del crimen.
Para ello recurriré al análisis de Actores y Tiempo de acuerdo al método propuesto
por Genette y al uso de las funciones narrativas (Funciones e indicios) de Barthes.
En el recuerdo… En tu recuerdo…

Para iniciar el análisis considero pertinente establecer el tiempo cero de la


historia, el primer relato. Éste abarca:
- el momento en el que Carter/Bradley se dirige al bar
- la llegada y entrada al mismo,
- la charla con Milpalmeras,
- el reconocimiento mutuo del barman y el ex-cadete,
- el momento en el que las luces del bar se apagan para dar inicio al
espectáculo.
Las constantes analepsis del primer relato van completando la gran elipsis que
hay entre el relato y la historia. Para analizar los distintos usos de las mismas,
podemos dividir el primer relato en tres partes de acuerdo a los indicios que marcan
la profundidad de la mirada del Milpalmeras:
- a) “(…) te mira como si tuvieras la cara un poco mas adelante: sus ojos no te
tocan, no llegan. Es la vieja mirada de barman, rasgos de oficio.”
- b) “Por primera vez le ha cambiado la mirada y ya no mira delante de ti sino
mas atrás, sino dos centímetros detrás de tus cejas (…)”
- c) “(…) ha cambiado por tercera vez en la noche la profundidad de su mirada.
Ahora te mira al centro de las pupilas, ni mas acá ni más allá.”

A) “(…) te mira como si tuvieras la cara un poco más adelante: sus ojos
no te tocan, no llegan. Es la vieja mirada de barman, rasgos de oficio.”

Hasta éste primer indicio el relato, mediante analepsis externas, nos presenta el
lugar: “En tu recuerdo, es mas fuerte o cercano el sonido del mar (…)”; “(…) Santa
Bárbara está mas oscura y vacía en la memoria (…)”; “En el recuerdo también está
más fresca la noche, las noches sucesivas que evocas como una sola.”; “Adentro,
nada que no sea olvidable ha cambiado pero la sala semivacía te resulta pequeña.”
Podemos notar que el lugar al que llega Carter no es relatado directamente sino
que se va configurando mediante el contraste que establecen las analepsis. Esto
permite el efecto de confundir el tiempo cero con el pasado, aunque las analepsis
están bien determinadas en el relato.
Mediante la frecuencia iterativa las analepsis funcionan también como
antecedentes de los distintos actores (sobre todo de Carter/Bradley) y marcan un
primer esbozo de las relaciones entre ellos. Carter recuerda a Almita: “En el
recuerdo, ella ríe y brillan sus dientes en la penumbra.”; el efecto que ella conseguía
al cantar “Y recuerdas, y la piel se te afloja, sientes que te queda holgada, como si
fuera papel húmedo que se va secando al sol de su voz.”; su relación con Spinoza
“(…) entraban los acordes bajos (…) que ponía Johnny Spinoza para que ella
respirase (…)”; y por último al Milpalmeras “Te han sacado del recuerdo con voz
profunda, inolvidable (…) El Milpalmeras ocupa mas lugar que antes tras la barra.”,
“No sonríe, y crees recordar que sonreía. Crees recordar. Pero él no quiere.”

Las fichas están sobre el tablero, ya se presentaron los actores y el lugar, a


partir de a) comienza a reconstruirse la historia en la que participan todos ellos.
Sabemos, por la mención del narrador, que veinte años separan la historia del relato,
veinte años median entre la muerte de Spinoza y la llegada de Carter. Desde este
momento Carter intentará que el Milpalmeras relate, sin éxito, la noche de los
hechos. Hasta que rompe con la apatía del barman mencionando a Bradley.

B) “Por primera vez le ha cambiado la mirada y ya no mira delante de ti


sino mas atrás, sino dos centímetros detrás de tus cejas (…)”.

Desde aquí las analepsis son también externas y remiten a la historia y a las
relaciones que unen a cada actor. Estas analepsis son funciones cardinales (de
acuerdo al análisis que propone Barthes) que reconstruyen la lógica de las acciones
de esa noche funesta, sobre todo por que remiten al hecho inalterable de la muerte
de Spinoza. Por su parte, los regresos al primer relato funcionan de catálisis que van
hilvanando la historia, aunque cobraran mayor importancia mas tarde cuando Carter
se descubra y exponga su hipótesis de los hechos al Milpalmeras.
La mención de Bradley Ortiz provoca que Milpalmeras, aun sin reconocer a
Carter, se remonte en el recuerdo de esa noche, como si en esa profundidad de la
mirada accediera al pasado a través de Carter, y el narrador lo expresa claramente:
“sientes que cada uno vuelve secreta y vertiginosamente al pasado, y no a cualquier
momento, sino a uno en particular que no es necesario nombrar.”
Estas analepsis, que remiten a la historia directamente más que a la
presentación de la misma como las anteriores, revelan a Almita Velázquez como el
eje que relaciona al resto de los actores de la historia: “- (…) Almita le quedaba
grande (…). Era demasiada mujer. Y no para él.
- Tampoco para Johnny Spinoza.
- Tampoco (…). No era para nadie, entonces… Tal vez no era para nadie.”

Partiendo de la reconstrucción que llevan a cabo el barman y Carter podemos


separar a los Actores en tres categorías de acuerdo a su cercanía con Almita:
- Johnny Spinoza y Bradley Ortiz: esposo y amante de Almita respectivamente.
- El Milpalmeras: testigo de los hechos, amigo y empleado de Spinoza
- Y por último, los pretendientes de Almita.
Almita es la mujer por la que todos estaban locos, femme fatale cuya
descripción física es escueta (sólo se mencionan sus piernas en un retrato detrás de
la barra), pero sobre todo se destaca su canto, el efecto que provoca en sus
espectadores: “Almita Velázquez no cantaba: las palabras se caían apenas de su
boca, se derramaban mentón y cuello abajo, la acariciaban chorreando el cuerpo
nuevo y sabio que se hamacaba sólo lo necesario”. Almita es consciente de su
encanto, del efecto que provoca en los hombres, y por eso consideraba el amor
como “una cuestión de fuerzas”. Demandaba de sus amantes y pretendientes
constantes “pruebas de amor”, como manera de asegurarse que quien la
acompañara la mereciera.
Por esto motivo Johnny Spinoza, un exitoso compositor de boleros, satisfacía
constantemente estas “pruebas de amor” que ella exigía, y así ella permanecía a su
lado. Se resalta esto último recurriendo a la frecuencia iterativa: “- Johnny tenía
imaginación, chico… Cada vez que ella lo chantajeaba con dejarlo, usaba la
imaginación. Y lo he visto todo aquí.” Y para remarcar el valor de la imaginación de
Spinoza, Milpalmeras presenta dos escenas pseudoiterativas, y usa a los
pretendientes para ello: Almita descarta el primero cuando Johnny Spinoza compone
el bolero Lágrimas de hielo; y al segundo con la canción Deberías dejarte los
guantes y los supuestos guantes de Rita Hayworth.
Por otro lado Bradley Ortiz es amante de Almita. Un cadete al que ella exige
también su “prueba de amor” y en un primer momento falla: “Pedirle esa medalla era
una prueba de amor, decía. Y él dudó.
- Bradley le dijo que le pidiera cualquier cosa pero que ésa era una medalla de su
madre…”.
Pero Bradley pretende llevarla con él esa noche, por lo que finalmente accede
y hace de su medalla de oro un pendiente. Éste acto desencadena la última “prueba
de amor” de Spinoza y que acabará con su vida. Vale destacar que Bradley también
puede ser incluido en la categoría de los pretendientes porque: no logra llevarse a
Almita, y porque es Spinoza, aún con su muerte, quien lo evita. Pero es destacado
por el papel que juega en esa última noche.
Finalmente tenemos a Milpalmeras, aparentemente sólo el testigo de la
historia. Define su relación con Spinoza al decir: “Ella (Almita) era su mujer y él era
mi amigo, casi mi padre. (…) Él me trajo aquí de lavacopas cuando yo era una
mierdita, sabes… y mírame ahora.”. Es el cómplice de Spinoza en el montaje del
último acto, y aparentemente no está relacionado con Alma Velazquez. Sólo
después de la revelación de Bradley que plantea su posible culpabilidad,
Milpalmeras cobra importancia en la historia. Las reacciones ante las palabras de
Bradley son dos aparente indicios (mas tarde cambiaran su valor para el planteo del
supuesto crimen) que remarcan esta importancia:
- por un lado cuando Carter le cuenta que: “(…) si él (Bradley) era incapaz de
entregar una sucia medalla por ella había quién era capaz de arrancarse los
dientes de oro por complacerla…” A lo que el barman reacciona desconfiado
y casi violentamente preguntando: “¿A qué viene todo esto, Carter? ¿Qué
quieres saber?”. Sumado a la mención del narrador sobre la sonrisa del
barman “No sonríe, y crees recordar que sonreía. Crees recordar.”
- Por otro lado, cuando Carter se descubre Bradley y lo acusa del crimen de
Spinoza donde Milpalmeras pregunta tranquilamente:
“- ¿Por qué lo habría de hacer yo, Bradley?
- Tal vez por ella: todos estábamos locos por ella, Milpalmeras, tú lo dijiste.”
Esta vez, mencionando la locura y su posible culpabilidad, el barman ríe
histéricamente y descubre su boca: “Te quedas mirando, hipnotizado, esa
boca que recordabas brillante en la sonrisa de oro y que ahora es un oscuro
hueco devastado por violencias de amor y de extraña locura: faltan dos, tres
dientes de oro allí.”
C) “(…) ha cambiado por tercera vez en la noche la profundidad de su
mirada. Ahora te mira al centro de las pupilas, ni mas acá ni más allá.”;

Desde el tercer indicio de la división propuesta, las analepsis son completivas y


aluden, no ya al plano temporal para rellenar la elipsis planteada en el primer relato
desde el primer momento, sino a paralipsis internas y externas.
Bradley se descubre y Milpalmeras lo reconoce, la profundidad de la mirada del
barman marca entonces el reconocimiento mutuo, el regreso al primer relato con
toda la información de la historia. O casi toda.
Primero Bradley admite que no sabe los motivos de su regreso (y el mismo
narrador aclara que no lo sabe), pero inmediatamente después podemos saber que
volvió para despejar la duda sobre los hechos. Y arroja su hipótesis que, rellenando
la paralipsis externa de la historia contada por Milpalmeras, resignifica la muerte de
Spinoza, el supuesto suicidio para convertirlo en homicidio. Vemos que los valores
de los actores cambian: Spinoza deja de ser victimario y víctima, se convierte
solamente en víctima y el barman pasa de testigo a homicida. Si bien la ambigüedad
de la narración no permite afirmar que el Milpalmeras efectivamente mató a su jefe,
podemos llegar a esta conclusión mediante los dos indicios mencionados
anteriormente que a partir de este momento cobran importancia de funciones
cardinales: los dientes del Milpalmeras y la locura de todos por Almita.
El Milpalmeras tiene “(…) esa boca que recordabas brillante en la sonrisa de
oro y que ahora es un oscuro hueco devastado por violencias de amor y de extraña
locura: faltan dos, tres dientes de oro allí.” Y antes, Almita le había dicho a Bradley
que alguien era capaz de arrancarse los dientes de oro sólo por complacerla. Por lo
que el barman también sostenía una relación con la cantante. La locura por ella
habría llevado al Milpalmeras a arrancarse los dientes y también, por qué no, a
asesinar a Johnny Spinoza. La respuesta que obtiene Bradley ante esta hipótesis es
la risa histérica del barman.
El aporte final del narrador también cambia el valor de Almita al decir:
“(…) No deberías tampoco preguntarle por ella.
Te señalará el guardarropas, te aconsejará que des por perdido el impermeable
pero que no vuelvas a mirar esos despojos de mujer que no quisiste reconocer al
llegar.”
Por lo que Milpalmeras se habría quedado finalmente con Almita y ambos, con
el negocio. En cuanto a las implicancias económicas en el crimen de Spinoza, hay
varias marcas que nos permiten identificar esto: Spinoza era el dueño del bar y Alma
Velázquez su mujer; el cambio del barman en su vestimenta (del uso de camisas
estampadas a usar un esmoquin); y por último la relación entre el Milpalmeras y la
cantante. Sumando el hecho que tras veinte años ellos siguen ahí, nos permite
también establecer esta hipótesis donde las motivaciones para el crimen serían
económicas más que pasionales.
Demasiados boleros, ¿no crees?

El modo diegético de discurso transpuesto en estilo indirecto focalizado en


Bradley, sumado al narrador en segunda persona, hacen a la ambigüedad del relato.
Así, la construcción de la verdad mediante los discursos de los personajes no
permite establecer con seguridad la existencia de un crimen. En este sentido, el
cuento se relaciona al género policial por la presencia de esta incógnita que, si bien
se plantean claramente las posibilidades y motivaciones del crimen, continúa una
vez finalizada la lectura pues no hay marcas que dejen de lado la ambigüedad.
Para ampliar la hipótesis planteada tenemos que: Almita es la
desencadenante del accionar de todos los personajes masculinos de la historia. En
las dos posibilidades de la muerte de Spinoza tiene responsabilidad. Si fue un
suicidio, el compositor se mató para demostrarle su amor más allá de todas las
demandas que ella podría llegar a formular a sus pretendientes. Si fue un homicidio,
sus demandas y el deseo de satisfacerlas, llevaron al Milpalmeras a la locura,
llegando a matar a su jefe y amigo para quedarse con ella. Esta última hipótesis
también puede tener una explicación económica, donde ambos, Milpalmeras y
Almita habrían matado a Spinoza para quedarse con el local como se explicó
anteriormente.
En cuanto a Bradley, su papel de pretendiente es importante también en
ambas hipótesis. En el suicidio, es el pretendiente que intenta llevarse a la cantante
y provoca la decisión de la última “prueba de amor” de Spinoza. En el homicidio, es
sólo un testigo de los hechos y su presencia es usada por el Milpalmeras para
cometer el crimen.
Para finalizar: considero que el cuento presenta los suficientes indicios para
establecer la presencia de un crimen (ya sea por razones pasionales y/o
económicas). Pero el proceso ambiguo de construcción de verdad que propone no
permite establecer con certeza si la muerte de Johnny Spinoza fue un suicidio o un
homicidio.

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