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Ministerio de Restauración – Hno Alejandro

Breve comentario al texto de Jeremías 17


Complementa la enseñanza de Lev 26

Adonai (el Señor) es nuestra fuerza y nuestro refuerzo y en Él debemos poner nuestra
confianza, en Él nos debemos apoyar para progresar en la vida, tanto espiritualmente
como materialmente.

Dice el profeta Jeremías en el capítulo 17, que cuando apartamos nuestro corazón del
Señor, para apoyarnos en nuestro esfuerzo solamente, en la carne, en el hombre,
entonces nos ponemos en maldición.

El mismo capítulo dice que los que confiamos en Adonai no veremos defraudada
nuestra confianza, puesto que Él, que explora el corazón de los hombres, y que dará a
cada uno según su camino, según el fruto de sus obras (Jer 17:10) y que por lo tanto
estaremos seguros y que aunque las condiciones parezcan difíciles, estaremos tranquilos
y no nos inquietaremos.

A veces pensamos que estamos exentos de responsabilidad, que solo debemos confiar
en el Señor Dios y no hacer nada porque esto sería confiar en el hombre, pero esto es un
error. Prueba de nuestra confianza en Dios, son los pasos que damos en nuestra vida, y
eso exige responsabilidad personal. A veces queremos bendición y reclamamos a Dios
que necesitamos tal o cual cosa, que estamos pidiendo hace tiempo y que no nos llega,
oramos y oramos y oramos y nada...y nos frustramos, porque no nos enseñaron que
Dios dará a cada uno según sus obras, según lo que sus acciones personales ameriten.

Cuando caminamos rectamente, en justicia, cuando obramos conforme a la voluntad de


Dios, ahí es cuando demostramos que verdaderamente confiamos en Él, y ahí es cuando
nos hacemos dignos de recibir las bendiciones.

El Señor Dios es la esperanza de su pueblo, aquellos que lo abandonan, solo pueden


generar daño para su vida, un daño que se traduce como vergüenza y humillación, pero
principalmente como sequía espiritual puesto que Él es el manantial de aguas vivas (Jer
17:13)

La prueba de nuestra confianza en el Señor es que aceptamos y consideramos sus


enseñanzas, para incorporarlas a nuestra vida y creemos que las mismas nos ayudarán a
transitar por un camino de justicia. Pero esto implica comprender y aceptarlo
racionalmente, decidirlo personalmente, optar por Dios, ¿por qué? Porque estamos
convencidos que solo El tiene la palabra de Vida que nos conducirá a curarnos y a
salvarnos, tanto en sentido espiritual y personal, como en un sentido físico y social.

Tal vez alguien diga pero las bendiciones son por gracia y no por obras, pero la palabra
gracia en hebreo es la misma que puede traducirse también como "favor", y el favor de
Dios, es algo que se gana siguiendo sus mandamientos y enseñanzas, es decir,
caminando correctamente por la vida. Alguien podrá decir, pero eso es por obras y no
por gracia; y una vez más respondemos, todo, absolutamente todo lo que recibimos de
Dios, es por gracia, un favor que Dios nos hace, hasta el amanecer vivos cada día es por
el favor de Dios, es decir por gracia, pero eso no significa que la gracia que Dios nos de,

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no tenga una relación coherente con lo que merecemos, de manera que si nos
esforzamos por ser merecedores de más, esto es por dar más y mejores frutos según
nuestras obras, entonces también obtendremos mayores favores sobre nuestras vidas, es
decir que la gracia de Dios, se derramará aún más sobre nosotros.

Alejandro Andrada (Hno Alejandro)

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