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INTRODUCCION

En nuestros das se est acentuando la tendencia a resaltar la proyeccin social del Evangelio y la consiguiente preocupacin que la Iglesia debiera sentir por los problemas temporales de los hombres. Esto no es un mal en s, como algunos han llegado casi a pensar. Es una necesidad. Pero esa proyeccin social del Evangelio, aislada del conjunto de la revelacin bblica, puede tener -y en algunos casos tiene- derivaciones que, en el fondo, son una mutilacin del Evangelio. De aqu que debamos estudiar esta cuestin objetivamente, tratando de arrojar sobre ella la luz de las Sagradas Escrituras. Slo a ser los as la luz del mundo que somos llamados cristianos no se convertir en tinieblas. ***

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