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“Llegar a donde los primeros llegaron,

o más adelante en el Señor nuestro”

PROPUESTA A LA PROVINCIA

-personal o por opción de comunidad-


Traer la historia: Estamos viviendo unos años densos en el presente de la Compa-ñía.
Dejándonos llevar por la ola de los aniversarios de los primeros compañeros (2006) y ante
las próximas Congregación Provincial 2007 y Congregación Ge-neral 2008, descubrimos
que son tiempos de mucha riqueza para todos noso-tros y para la universal Compañía. Es
un desafío y una oportunidad, para poder navegar con buena brisa -espíritu- de avanzada
... y para evitar los escollos y naufragios, para salir de las calmas chichas. Para ello les
proponemos privilegiar alguna CARTA DE NAVEGACIÓN que nos ofrece nuestra común
espiritualidad.

Composición de lugar: “¿Es fiel la Compañía actual al ideal abrazado por nuestros
primeros compañeros, que procuraron estar libres de cuanto pudiera obstaculi-zar su
respuesta a la misión?. Bajo la pesada carga de nuestros compromisos, ¿estamos
suficientemente atentos a dar tiempo al discernimiento orante del bien mayor en las
opciones que estamos llamados a hacer y reservar espacio para la oración que mantiene y
refuerza nuestra unión con el Señor?” (P. Kolvenbach: De status Societatis Loyola 2005).

compartir nuestra experiencia de Dios: la conversación espiritual

Podríamos potenciarlo más en conversaciones interpersonales, en retiros de comuni-dad, en


reuniones comunitarias, en nuestras entrevistas pastorales, en todos los ca-sos, de manera
discreta, es una forma muy nuestra de “ayudar a las ánimas”...incluso a las de los compañeros.
“¿Sigue siendo nuestra oración un secreto que nos guardamos para
nosotros mismos, o hablamos de nuestra experiencia de Dios, sin
ocultar sus dificultades, con otros y con nuestros hermanos jesuitas?”
(C.G.34 promoción de vocaciones 3)

el examen cotidiano: la dimensión de profundidad

“El examen ignaciano deber ser la observación atenta (como un vigía) del obrar del hombre
sobre el fondo del obrar de Dios en el hombre, es discernir las mociones de Dios que me habla
en el corazón y por los sucesos... es rectificación de rumbo”. (Arrupe: sobre la autodisciplina)

“Una jornada no orada, es una jornada no vivida.” (P. Arrupe)

los Ejercicios en la vida corriente: respirar hondo

No es cuestión de “hacer” oración, sino de ser hombres de oración (frase de Ricardo An-toncich).
Son tiempos de oración preparados por nosotros, en la medida que nosotros estemos
preparados para ellos; además de afinar nuestra capacidad contemplativa en la vida cotidiana
nos hace más fluida la familiaridad con Dios.

“La oración nos da a nosotros nuestra propia medida” (P. Arrupe)

hacer los Ejercicios alguna vez en comunidad: ser más amigos en el Señor

Esta expresión no es un efluvio piadoso, puede entenderse que la experiencia de encuentro con
el Señor en Ejercicios compartidos nos hace compañeros.

“En Él como la fuente debe buscar cada uno a sí mismo y a su hermano.


Busqué-monos los unos a los otros y contemplémonos mutuamente en
Aquel que es nues-tro origen, nuestra causa, nuestro principio”. (Pedro
Fabro)

sencillez de vida: la humildad es andar en la verdad

Ignacio dice que los pobres son los asesores del Rey eterno... bien pueden ser los nuestros, su
presencia en nuestras vidas nos dará siempre el principio de realidad.

“La sencillez de vida es como un lenguaje, el lenguaje del ejemplo, que


entiende muy bien el mundo de hoy mejor que las palabras y discursos”.
(P. Arrupe)

intercambios comunitarios: signos de calidad

¿Qué ritmos de vida comunitaria nos ayudan a escucharnos mejor? ¿Cómo vivimos en común
como jesuitas, más allá de los que hacemos?, ¿Qué dice nuestra manera de vivir de eso que
somos? (recomendaciones Loyola 2005)
PRIORIZAR UNA O DOS, TRES SON DEMASIADAS (Ignacio Iglesias)

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