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CAPULLO

MIRIAM SANTANA ALMEIDA MNICA LPEZ PREZ

Tena la cara empapada. Me gustaba esa sensacin; pero cuando retiro mi mano de la suya mi cuerpo comenz a temblar. La lluvia que antes haba despertado mil emociones clidas, se volvi fra mantenindonos distantes. Ya no saba que mojaba mi rostro, si las gotas o las lgrimas. Capullo! Levant mi mano. Quera pegarle, hacerle dao, insultarle, abrazarle, besarle, decirle que lo quera, que podamos solucionarloquera tantas cosas, pero sobretodo; quera que esto no fuese real. Le recorr con la mirada desde los pies a la cabeza, baj la mirada, Cmo dola que hiciera eso!, saba lo que significaba, todo lo que habamos dicho, credo nada era verdad. NADA! Sent como mi cuerpo caa y se arrodillaba en la hierba ante el suyo, la angustia era tan fuerte que me haca perder la nocin de todo lo que me rodeaba, quera quera ni siquiera saba lo que quera, bueno, si que lo saba, lo quera a l, todo mi mundo era l, no poda creer que hubiera actuado de ese modo. Alc la vista y no estaba. En su lugar reconoc, un pequeo, pero muy brillante corazn plateado, ahora roto. Lo recog con cuidado. Aun conservaba su calor, su olor, sus recuerdos, mis recuerdos, nuestras huidas, nuestros abrazos, nuestros besos.

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