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del
Arrabal
Eterno
Dedicado a mis amigos Tito Gelabert, que no está, y Jorge Navia, que
me acompaña en compartidas aficiones tangueras
El tango, hijo de la milonga, evoluciona ; Y lo hace sin saltos, dentro de un carril lógico,
como las cosas propias del pueblo. Puede decirse, además que evoluciona de un carril y
que ese circulo comienza a cerrarse. Veamos: primero, milongón o tango milongón con
Corte y quebrada negrera; luego tango con corte; después tango canción; y ahora, por lo
que se ve, vuelta al tango milonga otra vez.
Tango con corte: figuras oliendo a malevaje, al son del bandoneón y las guitarras o los
violines. Figuras que se llamaban "la medialuna, la corrida, el ocho, el pasete... pequeña
figura esta que consistía en un pasito rabón hacia la derecha, el cual cortaba en ángulo
recto el paso natural hacia adelante, figura que se realizaba continuamente al avanzar
bailando la pareja ceñida y de la cual, es muy posible, derive el nombre de "Corte que se
hizo extensivo a todas las figuras.
Este tango que tuvo su apogeo hace catorce o quince años, poseía una elegancia
compadrona que desechaba el meneo del cuerpo, lo que le daba cierta dureza de la
cintura para arriba, dureza ritual que contribuía a acentuar la tristeza del ambiente
cargado de tragedia que se respiraba en las salas públicas de baile.
Originaba esa tristeza semi-religiosa, tan característica del espectáculo, la conciencia del
peligro que corría cada bailarín, el coraje contenido y en acecho dispuesto al "piñazo", a
la puñalada o al tiro del "bufoso" a la menor provocación. Por eso nuestro baile
ciudadano -y digo ciudadano porque el gaucho y su ambiente nunca lo conocieron -no
era un motivo de esparcimiento. Los bailarines de tango -que no lo eran todos los mozos
de la ciudad, sino una especie de iniciados, pues tenía dificultades su aprendizaje- no
iban al baile a divertirse como el hombre sencillo que va a una fiesta. Iban al baile, en.
pareja con su "mina" o "percanta", a cumplir un rito de la vida social maleva en que
ellos actuaban, como en nuestros días mucha gente de alto rango social concurre a una
fiesta por el solo hecho de "estar", de aparecer en la crónica, para no desmonetizarse
socialmente. Cada sala de baile era una pista donde los campeones dcl corte acudían a
exponer sus habilidades tangueriles, a lucir su china (china aunque fuera rubia) y a
mantener o conquistar títulos de hombre macho, guapo y corrido. Porque, en verdad,
era necesario cierto coraje para entrar a una sala pública de baile donde se bailaba en
silencio, marcando los "cortes" como en un concurso de sabiduría coreográfico-
tanguera- donde nunca se estaba "seguro", puesto que como ya lo hemos señalado, por
una mirada, por un rozamiento, y nada digo por un pisotón, se oía un "piñazo",
contestado por otro, por una puñalada o un tiro de "bufoso", dagas y revólveres que
siempre aparecían de contrabando a pesar del manoseo policial. Creo que estos son los
principales motivos de la tan mentada tristeza del tango, ya que al baile, que en si era
alegre, lo ennegrecía más aún las condiciones en que se desarrollaba.
Y bien; este es el tango que conquistó a Europa y que Europa nos devolvió echado a
perder; más fino, más elegante, pero sin carácter y sin sexo; el que baila todo el mundo
ahora, facilísimo, liso y tonto.
Eso es otra cosa, estribo del otro lado. El tango canción desde el pique (y para mí, el
pique es "Percanta que me amuraste") le da al género, otro aspecto, lo hace perder como
baile y lo hace ganar como desahogo lírico del pueblo. Antes fue para el cuerpo; ahora
es para la boca y el corazón. Tango milongón de gran compás bailable, música para
todo el cuerpo; y tango canción, empobrecido en su ritmo milonguero al llenar su
misión lírica e interesante de cancionero popular. He aquí los dos tangos, o sus dos
aspectos principales, y lo limito a dos solamente, porque aquel de las academias y
"peringundines", está comprendido en el primero de éstos y aún en el segundo, ya que
algunos de aquellos primitivos, tuvieron también su letrilla. ,
¿Y el asunto de la tristeza?
Aquí apunta otra evolución. Es cierto y es lógico que las letras del tango sean trágicas y
pesimistas, a base de "bacanes amurados" que ahogan su pena en caña, o, reaccionan
marcando a cuchillo el rostro de la ingrata; a base de "minas" calculadoras y
ambiciosas, y de otros temas conocidos que pintan con frecuencia el dolor masculino,
porque son escritos por hombres.
Pero, ¿Puede ser de otro modo? Sí, puede serlo, pero el otro modo, el cómico y alegre y
"cachador", es generalmente habilidad de letrista que busca originalidad y éxito; en
cambio, el modo doloroso y sentimental, es borbollón rojo del corazón del pueblo. Más
el hecho es cierto y hay que destacarlo. En la actualidad se nota una evolución del tango
hacia lo cómico; los sentimientos motores de la vida se agarran para la farra; a veces de
un modo, original y a veces de un modo que da pie a suponer que se ha usado el
procedimiento consistente en hacer una historieta graciosa diciendo lo contrario a lo
expresado en algún tango que tuvo su éxito por sus aciertos sentimentales Reconozco
que éstos también suelen ser apuntes episódicos hijos de la realidad- que no siempre es
trágica -y que deben reflejarse en nuestro cancionero, pero justo es defender --por tener
un valor afincado en la entraña misma del pueblo- el tan criticado "dolor" de los tangos,
expresado frecuentemente en letrillas donde no campea el arte, pero sí la corazonada
salvadora de tal o cual versificador popular.
“EL TANGO”
Tango milongón,
corazón del arrabal;
eres como una viruta musical,
como una viruta de bandoneón.
Como una queja que se estira
produciendo escozor y placer;
eres una música que se respira,
que tiene forma curva y que huele a mujer.
Música primitiva pero civilizada,
que calienta la sangre y emborracha a las gentes;
una música rara,
que se acompaña con el cuerpo,
y con los labios, y con los dientes,
como si se mascara.
Pegajosa como la miel,
y que fatiga sin fatigar;
resbala por los nervios como por un riel,
y se baila con los cinco sentidos
puestos en el bailar.
Tango:
por entre la cadencia de tu música queda
yo palpo la dureza viva del arrabal,
como por entre una vaina de seda
la hoja de un puñal.
Tango milongón,
tango compadrón
que a pesar de bailarse con todas las ganas
se baila como sin ganas,
como en carriles de lentitud:
eres un estado de alma de la multitud.
PATIO CRIOLLO
Sin techo,
cuadrado,
con la boca abierta vuelta hacia arriba
como los pichones,
la garganta rosa y los labios claros.
Luego,
desde los árboles callejeros
el canto humedecido de los pájaros,
hace levantar al sol;
por campos y arrabales
comienza a descolgarse por sus blancas paredes.
Luego, la familiar
canción de la loza y del metal;
el largo y perezoso bostezo de la siesta;
el frescor agradable de la virazón
que hace temblar las hojas de sus plantas
puestas en tinas verdes con los bordes cribados:
Bailando:
cuidadito con mirarle la hembra;
hasta hoy se percibe en nuestros cabarets
aquel aire solemne de tragedia.
Bailando :
cuidadito con rozarle una hilacha;
hacía amanecer antes de hora
el chispear de las dagas.
CABARET CRIOLLO
Yo me quedo observándola;
tomo un trago, otro trago, tomo toda la copa
y digo para mis adentros:
¡cómo me gusta esa mujer!
Yo no quiero bailar;
aún no la conozco y ya le soy fiel;
y fumo hasta rodearme de colillas
como de una guardia.
Tengo ganas de irme y de quedarme;
yo no sé: estoy atado como a dos argollas
a los ojos de esa mujer.
TIMBA
Abajo, la carpeta;
arriba, la luz;
en derredor, las caras
color verde luz.
MILONGA
Su historia
por sencilla la sabe de memoria
veinte años, un galán,
los celos, una daga y un momento infeliz
empieza en un zaguán;
concluye en una cicatriz.
Jopos románticos
del tiempo de los tauras esquineros,
que vivían la vida diquera de los barrios
entre un desvelo de minas
y un malevo desenvaine de ademanes cuchilleros.
Jopos románticos:
copetes de la vida matona
armados por sí mismos sin minga de gomina,
y alisados por el peine
frente al pobre espejito
colgado en el cotorro por la china.
Jopos románticos:
compañeros del bigote macho y espeso,
montecito en que andaba casi siempre
matrereando algún beso.
Jopos copete y gallardía del matón;
límite superior de su figura;
antena por la cual
la vida más mistonga
recogía su onda de ideal.
Jopos:
copetes machos de las frentes románticas,
copete y gallardía del varón;
yo vi uno una vez cabeza abajo
colgar de la vereda hacia la calle
como un sauce llorón!
EL PUÑAL
Puñal,
eres el arma
que prefieren los hombres que no temen
acercarse al peligro.
Puñal
nos completamos:
tienes mucho de gaucho
como yo tengo mucho de mi abuelo.
Eres un arma hermosa;
si en tu puño de plata hay flores de oro,
tu hoja de acero
en la primavera de nuestra historia
ha dado muchas veces flores de sangre.
Ahora
estás en decadencia, ya pasó tu apogeo;
tú eres de otro tiempo;
del tiempo de los novios ausentes
y los jopos románticos;
del tiempo en que te usaban los caudillos
hasta con los dedos recién mojados
en agua bendita.
Entonces te salías de la vaina
por cualquier cosa, hasta por una cinta;
la carne te atraía lo mismo que un pecado,
y al matar perdonabas:
eras un poco arma y un poco crucifijo.
Puñal,
la conquista te trajo hasta nosotros;
viniste con el León y con la Cruz;
eres un español que se hizo americano
y en la América india -donde todo era grande –
te agrandaste dos palmos llamándote facón.
Alpargata:
sos una pilcha símbolo;
más que calzada al pie,
tu grotesca figura está calzada
a la vida del hombre que te arrastra
Te parás en la esquina
del almacén despacho de bebidas
a desvelarles noches a las minas,
y a reventarle flores de piropos
a la mujer que pasa fea o linda.
Sabés toda la historia de los taitas
porque vos también sos flor de taitería
Alpargata, tu historia
es la misma historia del hombre que te calza:
fue mocito, fue medio canflinflero y fue taita;
se espiantó una sirvienta, le hizo un hijo, otro hijo.
y como en el fondo era un muchacho bueno
se metió en un taller a laburarla
y empezó a barajarle puntazos a la vida
como cuando era un taura;
pero la vida tiene también golpes prohibidos,
la mano algo pesada, y le manchó de sangre la alpargata.
Alpargata:
sos una pilcha símbolo;
más que calzada al pie,
tu grotesca figura está calzada
a la vida del hombre que te arrastra
LA MUCHACHA POBRE
AGUA FLORIDA
(Con Musica de “El Loro” Collazo, fue estrenado con canto por Alberto Vila en 1928.
En 1941 volvió a grabarlo Ángel D'Agostino con la voz de Ángel Vargas.)
CLAVEL DEL AIRE
(Con música de Juan de Dios Filiberto, fue estrenado por Tania durante la famosa
temporada que los Discépolo hicieron, en 1930, en el teatro "Argentino". Cuando estuvo
en Buenos Aires, el tenor mexicano Alfonso Ortiz Tirado incorporó este tango en su
repertorio.)
ROMANCE DE LOS CUATRO CABALLOS NEGROS
(Estos versos fueron musicalizados en una milonga titulada “En blanco y negro” por
Néstor Feria. Hay varias versiones, entre ellas, una con guitarras por Edmundo Rivero,
considerada de las mejores)
ROMANCE DE LAS TRES SENDAS
(a Víctor Pérez Petit, maestro de la escena y la crítica)
LA CARRERA
En un flete malacara,
plata y oro en el recado;
chambergo gacho en los ojos,
pañuelo bien colorado,
con un clavel en los dientes,
rezongón y compadreando;
dando engolados consejos
pasa el señor comisario
y un trillo de desconfianzas
es la huella de su paso.
CADENCIA DE BARRIO EN
FERNÁN SILVA VALDÉS
Fernán Silva Valdés nació en Montevideo, en el barrio de la Ciudad Vieja, el 15 de
octubre de 1877 y pasó la mayor parte de su infancia en Sarandí del Yí.
Fue un auténtico autodidacto, puesto que nunca se graduó como universitario debido a
que pasó largos períodos de su vida en el campo, experiencia que le aportó el
conocimiento de las costumbres y tradiciones nativas que volcó a su poesía y
ensayística. Cierta vez expresó, refiriéndose a sí mismo: “Soy nada más que un payador
con algún curso de estética”.
Fue el creador de la corriente literaria Nativista, datando sus primeras obras del año
1913 en que publica el volumen Anforas de Barro y Humo e Incienso, a los que
seguirán: Agua en el tiempo (1921), Poemas nativos (1925), Romances chúcaros (1933)
y Romancero del Sur (1938).
Se destacó, asimismo, como autor teatral con las obras: “Santos Vega” (estrenada por
la Comedia Nacional en la temporada 1952-1953), “Barrio Palermo” (1953), “Por la
gracia de Dios” (1954), “Los hombres verdes” (1956) y Vida de los cuchillos” (1957).
En el terreno de la narración, publicó Leyenda (1936), Cuentos y Leyendas del Río de
la Plata, (1941), Leyendas Americanas (1945) y Lenguaraz (1955), entre otras.
Fue prolífico autor de tangos, siendo algunas de sus letras musicalizadas o
interpretadas por primerísimas figuras de la historia tanguera del Río de la Plata.
A modo de ejemplo, su célebre obra “Clavel del aire” con música de Juan de Dios
Filiberto, fue estrenada por la cantante Tania en la temporada del teatro Argentino de
Buenos Aires en el año 1929 y fue grabada por Carlos Gardel con acompañamiento de
guitarras; “Agua florida” -que pertenece a la serie “Canciones Montevideanas”- y que
fue musicalizada por Gerardo H. Matos Rodríguez, entre otras.
Complementan su vasta obra un gran número de canciones para niños y de ensayos
artículos literarios entre los que se cuentan “El Tango”, “Croquis para un tango” y
“Cabaret criollo”, los cuales -a través de su colaboración con “La Prensa” de Buenos
Aires- llegaron a ser publicados en casi todos los medios literarios de América.
Fernán Silva Valdés fue, durante años, funcionario de la Contaduría General de la
Nación, Miembro de la Comisión Nacional de Bellas Artes, de la Sociedad Hispánica de
América, de la Comisión Nacional de Cooperación Intelectual, de la Academia
Nacional de Letras y Presidente de la Asociación General de Autores del Uruguay
(AGADU) en los períodos 1933-1935 y, nuevamente, entre 1945 y 1947. Falleció en
Montevideo el 9 de enero de 1975.