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M. Brinton Lykes
Introducción
todas las víctimas de la Primera Guerra Mundial fueron civiles, mientras que la
fondo para los Niños/as de las Naciones Unidas (UNICEF) ha documentado los cambios
operados en las características de las víctimas de la guerra moderna y sostiene que hoy en
día el 90% de las víctimas son civiles (UNICEF, 1996). Aquellos que están marginados
del poder y los recursos en la sociedad son afectados de manera desproporcionada por las
que han legitimizado violaciones de los derechos humanos tales como la tortura, las
masacres, las desapariciones, etc. de aquellos que son acusados de ser “comunisto” o “en
que han surgido de conflictos contemporáneos dirigido a los intersticios de los conflictos
1
Lykes, M.B. (2001) A critical re-reading of PTSD from a cross-cultural/community perspective. In Derek
Hook and Gillian Eagle (Eds.), Psychopathology and social prejudice. Cape Town, South Africa: UCT
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ECAP. Guatemala City, Guatemala: Editores Siglo Veintiuno, pp. 211-240 Psychopathology and social
prejudice. Cape Town, South Africa: UCT Press/JUTA, 2001, pp. 92-108.
Psychiatric Association, 1994). De esta manera, en el contexto del campo de la guerra
guerra moderna. Normalmente ellos enfocan sus intervenciones sobre los efectos de la
Entre otros, Starcevic y Durdic (1993), trazan su origen a los “corazones irritables” de
los soldados, al inicio de la guerra civil en Estados Unidos. Hay consenso (ver, por
ejemplo, Kleinman, 1995; Bracken, et al., 1995, entre otros) que las caracterizaciones de
los efectos psicológicos de la Primera Guerra Mundial para los soldados descritos como
“cansancio de la batalla,” son antecedentes clínicos de los síntomas y síndromes que ser
(Lindemann, 1979).
Cuando los que crearon la tercera edición del Manual Diagnostico y Estadística de
política no es de ninguna manera nuevo ó reciente. Lo que sí es verdad es que tal vez lo
difíciles.”
Esta estrategia de tratar con los efectos del trauma, aplicado en muchas partes del
mundo tanto a niños y niñas como a adultos en situaciones de violencia organizada, está
“enfermedades.” Sin embargo, aunque superficialmente esto no sea una cuestión mala ó
marco biomédico del desorden del estrés-pos traumático (PTSD), limita gravemente el
Bracken et al. (1995), entre otros, han criticado los supuestos sobre los cuales se
esta crítica demuestra que la ontología del modelo nos pone al individuo al centro de la
formas del desorden mental. Sin embargo, como observa Kleinman (1987), por el hecho
estos síndromes, que se basan en “la curación por medio del habla” ó “intervenciones
Marsella y White (1982/1989), Bracken (1993) y Kleinman (1995), entre muchos otros,
han argüido lo contrario (Ver también el ensayo por Eagle en este volumen). El presente
seleccionados dentro de la psicología y las ciencias sociales, más ampliamente, que busca
romper el conjunto epistemológico y ontológico con los usos normativos actuales con el
PTSD. Esto sostiene que podemos entender mejor y podemos responder con más
cultural, e histórico que definen y son definidas por estas experiencias de la violencia.
Específicamente, este capítulo sugiere algunas formas por las cuales las representaciones
forma en que la perspectiva crítica, que describe, informa una intervención con
una comunidad local y volver a teorizar lo que es el trauma. Finalmente, este capítulo
continente Africano.
clarificación de algunas limitaciones del PTSD sugeridas por aquellos que estudian los
Contextualizando al sujeto
sobre los efectos de la guerra en los niños, niñas, y jóvenes, concluyó que se ha avanzado
individual sobre los niños y jóvenes e incluir la familia y la comunidad, es más, ellos
también recomiendan que cambiemos nuestro interés predominante en las consecuencias
sugerencias similares en sus estudios múltiples de “los niños y las niñas de las
positivas que incluyen las creencias y los valores sociales, que constituyen un paso que se
que evalúan el PTSD en los niños, pero que sin embargo tiende a perpetuar un enfoque en
posee o no posee una característica resultante. De esta forma, a pesar de los avances, el
psiquiátricas tradicionales que no pudieron reconocer los recursos ambientales del trauma
extremo. El análisis que ella hizo fue de los primeros que pusieron en claro la naturaleza
social e histórica de esta “construcción científica,” esto está en contraste a aquellos que
exógenos en su modo.
Mundial (Nagata, 1993) nos provee una percepción crítica en la forma en que el trauma
así, el silencio "da voz" en la imaginación de los hijos de sobrevivientes y es más, en los
términos de Erikson, según Hareven (1992), éstos volvieron a enfocar la atención sobre
trauma y tensión. Ella sugiere que las teorías tradicionales (por ejemplo, las
políticamente (1989, p. 4; énfasis mío). “El concepto implícito del ser humano, el asumir
mismo que para captar tanto la dimensión colectiva como la dimensión individual de la
psique humana” (Punamaki, 1989, p. 5) de las teorías, limitan su utilidad para entender la
guerra racista patrocinada por el estado en contra los habitantes de Soweto. Él mantiene
que en cada uno de estos contextos no es solamente el individuo quien se traumatiza pero
incluye el ambiente, en donde las instituciones sociales y culturales sufren rupturas. Por
cultural, y político a través del tiempo y no debe interpretarse como una entidad
que queda de este capítulo yo mantendré que en orden a desarrollar dicho entendimiento
de trauma, uno tiene que volver a tomar su posición como un conocedor de los contextos
histórico, cultural, y político de aquello que uno busca conocer, situando el trabajo de uno
conocido2
Guatemala. Esta ubicación dentro de una praxis de solidaridad y lucha colectiva informó
formulan hipótesis de un sujeto separado (por ejemplo, el niño) que vive un objeto (por
ejemplo el terror), en un espacio sin tiempo y crea significados desde las atrocidades y
terror por medio de las descripciones de sus efectos, a nivel individual, confiando en un
recursos de los datos que se aproximan más a las bases adecuadas del conocimiento que
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Algunas palabras de cautela: He escrito y he hablado de muchos ejemplos de guatemaltecos involucrados
en resistencia basada en participación –organizada en uniones de trabajadores, organizaciones campesinas y
Mayas, grupos de iglesias y en las comunidades de poblaciones en resistencia en el altiplano guatemalteco
y otros más. Las ideas presentadas aquí, de ninguna manera niegan mi profundo respeto y admiración por el
testimonio de esta gente valiente quienes rompen el silencio por medio de resistencia pública y/ó
sublevación ó para aquéllas comunidades Mayas, ejemplo, algunos pueblos Ki´che´s que no fueron muy
directamente impactados por la guerra y respondieron por medio de mayor unidad. En este capítulo yo trato
más bien de explorar una cara menos tratada, pero de importancia, del terror y otras versiones de
sobrevivencia, silencio, y la voz.
importante es la interacción entre el investigador y el sobreviviente porque crea un
contexto por el cual algunas de las múltiples versiones de la sobrevivencia de éste son
rural Maya. Finalmente exploro las implicaciones o posibles aplicaciones de tal trabajo
en el contexto de Sudáfrica.
afectados por la guerra contemporánea y las desigualdades en las relaciones sociales del
poder y los recursos que han dado lugar al origen de muchas guerras civiles en la
mismo que una gran variedad de estadísticas publicadas (ver, por ejemplo, Kidron &
Segal, 1995; Seager, 1997; Smith, 1997) documentan tasas altas de mortalidad infantil,
áreas rurales y entre las mujeres en la mayor parte del mundo, en los lugares donde
muchas de las luchas armadas se han llevado a cabo en las décadas a finales del siglo XX.
recientemente (Ver Agger, 1994; Aron et al., 1991; Lykes et al., 1993), y el caso de
violaciones serias de los derechos humanos de ellas han sido ampliamente documentadas
por La Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH, 1999) y el informe de la
cometida contra ellas mismas, enfocando más bien en sus familias y las comunidades
como sitios de violación. A pesar de todo esto, tenemos conocimiento, por medio de
informantes claves, que tanto niñas como mujeres fueron repetidamente violadas, fetos
arrancados de los vientres de mujeres en cinta que fueron golpeados contra árboles para
darles muerte y mujeres torturadas frente a sus hijos y menores torturados frente a sus
padres (ODHAG, 1998, 1, pp. 91-2, entre otros). Además, las mujeres tuvieron más
“objetivos” del terror “para generar una actitud de terror y miedo –una cultura del miedo
–en la población indígena, asegurando que nunca más daría soporte o se aliaría a un
parcial.” Este término sugiere tanto la intención militar de destruir y sembrar el miedo,
por lo tanto controlando la población entera, como mantener mano de obra barata para
asistencia – ejemplifica estos objetivos duales (ver, por ejemplo, America’s Watch
anteriores entre los españoles y ancestros. Además, “Una conquista que falla en
exterminar o asimilar a los conquistados inevitablemente deja como saldo una población
el punto donde el pasado y el futuro convergen, por ejemplo, el aparente presente que
nunca deja de ser. El terror, crea de esta manera una situación de “anormalidad-normal”
población por medio del terror, explorando el miedo de una forma particular.
En su exploración del terror y las funciones del mismo, en los años de la dictadura
abarca tanto la dimensión espacial como la temporal dentro de las cuales el terror se
tiempo en que vive (Danieli, 1998). Como mantenía, con anterioridad (Lykes, 1996), el
terror no sólo destruye el presente pero forja repensar sobre el pasado y amenaza
Martín-Baró (1990), psicólogo social salvadoreño, mantuvo que los efectos posteriores de
la represión política llevada a cabo por el gobierno fue uno de los problemas más
gobiernos democráticos. Él enfatizó que además del daño a las vidas personales, se han
dañado también las estructuras sociales mismas, por ejemplo, las normas, los valores y
principios por los cuales la gente se educa y se dañan las instituciones que gobierna la
vida de los ciudadanos. “El trauma social afecta a los individuos precisamente en su
Lykes, et al., en prensa). Estos trabajos sitúan las luchas de la gente oprimida dentro de
desarrollar nuevas habilidades y papeles a jugar que incluyen, pero que no se limitan a ser
defensores y partidarios.
refleja un proceso dialéctico, por ejemplo, esto “reside en las relaciones sociales, de los
cuales, el individuo forma solamente una parte” (Martín-Baró, 1994, p. 124). Martín-
Baró sostiene además que “el trauma psicosocial puede ser una consecuencia normal de
deshumanizante” tales como aquellos en los tiempos de guerra del Salvador (1994, p.
como normales. Uno de los efectos de la guerra del Salvador según Martín-Baró (1994)
(ver por ejemplo, Freire, 1970, 1973; Gutiérrez, 1973/1988), Martín-Baró sostuvo que
una psicología que podría explicar y responder a estas realidades deberían incluir: (1) un
que una liberación personal; (2) una nueva epistemología en la cual la verdad de la
‘desde abajo’; y (3) una nueva praxis, en donde nosotros nos colocamos dentro del
significados que hacemos desde abajo. Los constructivistas sociales consideran que estos
(Aron et al., 1991). Más bien ellos son co-construidos por aquéllas personas que las
viven en las interacciones (por ejemplo, el terapeuta con su cliente) en un tiempo, cultura,
entendimiento que son inherentemente cargados de valores, no son neutros de valor. Este
proceso de construir significado puede por lo tanto, ser mejor comprendido dentro de los
contextos histórico y cultural de los actores, por ejemplo, por medio de una descripción
reconstruidas por los sobrevivientes en diálogo y/ó interacción con aquellos quienes los
somos desafiados a analizar los efectos que encontramos dentro de los contextos de la
generación de conocimientos, en los cuales trabajamos, cuando entramos en contacto con
investigación (ver Fine, 1992; Lather, 1991; Maguire, 1987, entre otros). La práctica de
(ver por ejemplo, Lykes, 1996; Zur, 1998). Un ejemplo del Perú aclara este punto dentro
Kreimer (1994), una antropóloga y terapeuta peruana sostiene que, como “otra”,
ella frecuentemente representa y vuelve a simbolizar el opresor para sus clientes, por
sobreviviente. Desde su lugar de “foránea” ella tuvo que aprender a estar dentro de los
violencia de estado en el Perú, fue necesario para ella entender que para estas
esperamos emprender.
entre las comunidades indígenas también de manera implícita, afirma los derechos de
estos pueblos indígenas a sus creencias colectivas, por ejemplo, su visión de la vida. Sin
embargo, como Long y Zietkiewicz (2001) nos advierten que nosotros, no debemos de
presentes en el contexto del trauma psicosocial, interpretaciones que incluye cómo somos
Los investigadores que me anteceden han encontrado que los efectos psicológicos
que se han identificado en los niños y niñas sobrevivientes de Guatemala, por ejemplo, no
países (ver Lykes, 1994, para un resumen de estas conclusiones). Sin embargo, como he
apenas si toca algo de esta realidad. ¿Qué significa para el niño o la niña Maya perder su
tierra, ver su casa y las siembras y su traje tradicional quemar? Esto no es simplemente el
vida colectiva, -hecha de las hormigas, los árboles, el maíz, los animales domésticos y los
seres humanos unidos a través de las generaciones –que ha sido arrancada de sus raíces y
es errante en la tierra. Y esta tierra ha sido quemada, con cicatrices, que no sólo refleja
sino también marca las cicatrices de las comunidades. La quema de siembras no sólo
un ataque a un símbolo que sobre todo representa a la gente, por ejemplo, que representa
la subjetividad social Maya. Por lo tanto, lo que ha sido destruido es más amplio en su
dimensión que la noción de trauma interno e individual, por ejemplo, esto es cultural y
producir teorías más adecuadas para trabajar con estos niños sobrevivientes.
que son derivadas de teoría y/ó trabajos de campo. Dadas las realidades políticas,
económicas y éticas de la guerra y las críticas descritas con anterioridad del modelo
Lykes, 1989). De una manera más simple, esto es un proceso por medio del cual el
El pueblo de Chajul, en donde trabajé con mujeres y niños y niñas Mayas entre
los años 1992 y 2000, está ubicado en el altiplano de Guatemala. Este es uno de los tres
pueblos que comprende un área que la fuerza armada guatemalteca designó como el
“Triángulo Ixil” en las décadas de 1970 y 1980, y se refiere a la lengua y cultura Ixiles
del área de los tres pueblos más grandes, Nebaj, Cotzal y Chajul. La población de Chajul
Resistencia y otros que han sido desplazados en el país y más allá de sus fronteras. A
nivel local, los miembros de la comunidad están trabajando a través de muchas de las
dinámicas regionales y nacionales que profundamente han marcado sus vidas y han
No hay espacio aquí para una discusión amplia de estos ocho años de
otras mujeres, niños, y niñas, sin embargo se dieron cuenta de que las múltiples heridas
inscritas en sus cuerpos y en sus comunidades les limitó. Ellas tenían la esperanza de
instalar un molino para maíz, esto permitiría a las mujeres moler el maíz por medio de
máquina, en vez de trabajo manual, a un costo bajo, por lo tanto liberándolas para otras
actividades de generar dinero. En un trabajo reciente, donde he sido co-autora, yo y mis
colegas autores describen los inicios de este proyecto, los otros dos proyectos de
desarrollo económico que nosotras iniciamos, lo mismo que otros dos proyectos
psicosociales y educativos, uno para niños y niñas y el otro con y para las mujeres de La
Recuperación de la Memoria Histórica (ODHAG, 1988) y creó más espacios para hablar
muchas partes del país. Personal entrenado para entrevistar se dispersaron hacia el
contextos en donde aquellos callados por la guerra podrían hablar de sus realidades y
Algunos chajulenses negaron participar –algunas debido al miedo crónico que sentían,
tendencias políticas que no eran aceptadas o compartidas por ellos. Algunas de este
grupo, que incluían algunas mujeres de ADMI, indicaron que la gente que entrevistaba
estaba interesada en la violencia que había ocurrido hace algunas décadas, su enfoque no
era la violencia del hambre que ellas y sus familias sufrían continuamente en el momento
manera que les permitiría entender mejor las causas de tal horror, y a desarrollar
general de estos sucesos. De esta manera ellas trataron de “dar testimonio,” ofreciendo
espacios para compartir y recuperar a mujeres quienes aún no habían contado sus
realidades, lo mismo que recordar su pasado personal como recursos para prevenir la
limitada capacidad de leer y escribir, lo mismo que las tradiciones locales de contar
historias y dramatizaciones, han contribuido a que las mujeres adopten recursos creativos
de los talleres previos. Yo les presenté un proceso desarrollado por Ximena Bunster
conocido como “FotoVoz” (Wang & Burris, 1994; Wang, et al., 1996), que ha sido
fotografías para influenciar las políticas de educación y salud, locales. Las imágenes
visuales no son como las otras formas de comunicación, en la medida en que las cámaras
son cada vez más accesibles y las fotografías son universalmente inteligibles y pueden ser
historia de las mujeres Ixiles y para documentar y comunicar las realidades de los Ixiles
por medio de imágenes y textos que las mujeres de ADMI crearían. Nosotras teníamos
interés en documentar las experiencias de la violencia, desplazamiento y pérdida,
descritas anteriormente, y sus efectos entre las mujeres y niños que ahora viven en Chajul
FotoVoz a las realidades locales, tomando las fotografías como vehículos para reflexión
cada vez aumentan más, de mujeres de Chajul y más allá de este pueblo.
profundamente retenidos sobre la violencia y sus efectos, algunos de los cuales no habían
comunidad por medio del desarrollo de una visión compartida hacia una acción conjunta,
para el cambio. Ana Caba Mateo, una de las participantes, describe el proyecto de la
siguiente manera:
Foto y Voz integra las fotografías y la voz. La voz explica lo que es la fotografía
rutina de su trabajo, cuáles son sus necesidades y cuáles son sus problemas. Por
medio de las fotografías con las que están trabajando, las mujeres mismas hablan
de su realidad...
recordando, por medio del proyecto FotoVoz, lo que hemos visto o hemos vivido
porque hay mucha gente joven que ahora está creciendo y no vieron este
como nosotras, quienes sufrieron y vivieron en carne propia, recuerdan esto muy
morir, les ofrece una especie de alivio, porque cuentan lo que sucedió a otra
persona. Usted piensa ó siente que al compartir, aquélla persona está preguntando,
esperando que la violencia, esta guerra, jamás vuelva otra vez... Este proyecto
FotoVoz es nuestra búsqueda de una forma para que la gente de todas partes del
mundo nos dé su apoyo para que esta violencia y las masacres que se hicieron
jamás vuelva a pasar. Es por esto que este proyecto es de suma importancia para
basa principalmente sobre teorías y construcciones desconocidas por los Mayas con
quienes he estado trabajando. En vez de imponer estos marcos en nuestras prácticas, he
tratado de usarlos para interpretar los discursos psicológicos dominantes sobre el trauma,
psicóloga académica. Yo he tratado de crear una estrategia que nos permita, como
colaboradores que cruzan las fronteras, de recontar las historias en donde desarrollamos
un discurso complejo y de textura áspera que puede ser leída por otros (Ver Mujeres de
FotoVoz/ADMI & Lykes, 2000, para un ejemplo concreto de esto). Nuestra práctica de
colaboración ha generado espacios en los cuales los sobrevivientes han dado privilegio a
su lengua y a sus sistemas de conocimiento por medio de su acceso a recursos que han
Este no es un proceso simple o directo de “dar la palabra,” pero más bien una
Mujeres de diversas experiencias de vida han trabajado juntas y han generado prácticas
concretas que han sido informadas por y han informado maneras de pensar sobre el
cambiando las condiciones materiales de algunas mujeres y sus niños y niñas de estas
comunidades.
también significativo que una red local de grupos de ayuda mutua de sobrevivientes, con
el período post-1994. El trabajo de los Khulumani (ver Hahn & Segal, 1995; Segal et al.,
naturaleza mediadora de toda la lengua (ver Lykes et al., en prensa, para comparaciones
adicionales y discusión de este punto). Es muy significativo notar que a pesar de las
mayoría de las poblaciones de cada país ha dado voz a sus experiencias de opresión y
identidad individual, “el ser” toma voz y es representado por medio de la historia y en su
interacción como inherentemente social. Para hablar de “quién soy,” invoca la familia, la
Maya ó el Sudafricano negro del área rural se caracteriza como “subjetividad social.” A
pesar de que existe una creciente crítica de las teorías occidentales tradicionales del ser
que, aunque extensiva (por ejemplo, Gergen, 1991; Hermans & Kempen, 1993; Markus
& Kitiyama, 1991; Sampson, 1993), no ha influenciado significativamente las teorías del
trauma y sus efectos. El trabajo con los Mayas en Guatemala y entre los negros en
Sudáfrica sugiere una conexión que podría desarrollarse productivamente para ampliar
dicha crítica.
Segundo, además de las funciones comunes del terror, identificadas por activistas
terror esclarece la amenaza del terror a la cultura y a la subjetividad social. Este trabajo
amplía tanto la dimensión espacial como la temporal sobre las cuales nosotras
futuro por medio de sus efectos destructivos sobre la capacidad de la próxima generación
terror es, por lo tanto, crítica para aproximarse al conocimiento de las historias Mayas de
Tercero, el trabajo entre las mujeres, niños, y niñas de Chajul lo mismo que el
África del Sur desafía críticamente aquellos que patologizan y medicalizan a los
sobrevivientes de la guerra y la violencia patrocinada por el estado. Si bien algunas de
criterio de PTSD, este conjunto de reacciones físicas y psicológicas capta solamente una
pequeña dimensión de lo que ellas o ellos son y en lo que van a convertirse. Es también
surgimiento tienen que ver más allá de los discursos de la victimización, que predomina
trabajos que les permita reconstruir los enlaces sociales y económicos y sus identidades
importante que estos esfuerzos cambian a medida que pasa el tiempo. Ninguno de los
Chajul y caseríos vecinos proveen una pequeña muestra de estos procesos que se están
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