libres del tiempo, cargando nuestras esperanzas de amor y felicidad.
Los colibríes abren nuestros ojos a la maravilla
del universo y nos inspiran y motivan para abrirnos con transparencia y de corazón a nuestros seres queridos y amigos.
Al igual que un colibrí, aspiramos a disfrutar y apreciar, de forma
especial todo momento; albergando y acogiendo todo lo que la vida tiene para ofrecernos, y celebrando el gozo de cada día.
La delicadeza del colibrí nos recuerda que la vida es espléndida,
abundante, y bella por doquier y que toda conexión personal es muy significativa, siendo la risa la manifestación más dulce de su creación.
La autonomía y albedrío que nos presenta el colibrí, nos enseña
también que el amor incondicional a uno mismo y a nuestro prójimo, nos proporciona a todos el camino para alcanzar la libertad total que nos permita apreciar y gozar la vida en todas sus manifestaciones.