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-TRAsvecION! REFORIMITATIA, DISPUTAS EN TORNO AL. CONTROIDE LA LECTURA, LA TENSION ENTRE LA IGLESIA CATOLICA Y LAS FUERZAS ARMADAS ARGENTINAS ANTE LA “BIBLIA LATINOAMERICANA’, 5/871 7copias Maria Alejandra Vitale, Instituto de Lingoistica, FFYL, UBA Numerosas investigaciones han demostrado que a lo largo de a historia la CGau 9» atta eresaraca cono upp a I, quEla llevé a Ser-objeto de multiples controles Por parte de diversas instituciones (Chartier, 1994; Chartier y Hébrard, 1996). En cuanto a ios textos considerados Sagrados, existen también estudios de los{iigntps/ue aeliniiaree leciure Tegiin y neutralizar los riesgos de una interpretacién no ‘sujeta a pautas prefijadas (Gilmont, 2001; Julia, 2001). La polémica desatada en la Argentina de 1976 ante la circulacién de una nueva traduccién de la Biblia, conocida como “Latinoamericana’, se inscribe en aquelia serie de controles, con la particularidad de que en dicha coyuntura se vieron involucrados la Iglesia Catdlica, los medios masivos y las propias Fuerzas Amadas, que gobemaban al pais bajo una sangrienta dictadura, La “Biblia Latinoamericana’, autorizada Por el arzobispo de Concepcién, Chile, Monsefior Manuel Sanchez, fue publicada por primera vez en 1972, en Madrid, por Ediciones Paulinas y Verbo Divino. Circul6 en ff Argentina sin trascendencia piblica hasta que la revista Gente emitié el 26 de agosto de 1976 una nota titulada “Esto satié en una Biblia’, donde se referia a las “otografias intencionadas”, ‘la porcién de veneno" y el “burdo muestrario marxista” que trasmitia la “Biblia Latinoamericana’ Para Gente, los editores buscaban ‘que el libro sagrado fuese leido “unicamente como una guerra entre ricos y pobres, como un camino hacia la subversi6n y la metralla” Como una grotesca opcién entre La Habana y Nueva York”. E15 de septiembre. ef diario La Razén reprodujo en el lugar més destacado de su tapa lag primeras declaracionies publicas sobre la “Biblia Latinoameriéana” emitidas por un miembro del Clero, el obispo-de San Juan, monsefior Idetfondo Maria Sansierra, quien la calificé de “satanica, sacrilega y mortal’ (1). A partir del pronunciamiérito de Sansierra, altos funcionarios del -gobiemo militar y miembros de las Fuerzas Armmadas realizaron una investigacién sobre la * “Giblia Latinoamericana’, que fue retirada de sus lugares habituales de venta (2) ‘Mientras tanto, la polémica crecia, alitfientada Por las deciaraciones publicas de otros miembros de fa jerarquia eclesidstica argentina-que se caracterizaron, como monsefior Sansierra, por su nacionalismo profascista y su apoyo a la diciddura militar. Se traiaba de monsefior Tortolo, arzobispo de Parand 'y vicario castrense; monseior Plaza, faa ie Ja exigencia de fidelidad del texto denominado meta respecto del texto fuente, t obispo de La Plata, y monsefior Derisi, obispo auxiliar de esa ciudad y rector de la Universidad Catélica Argentina. En el campo periodistico, el diario La Razén, tomado Por los servicios de inteligencia del Ejército y fiel difusor del discurso militar (Blaustein y Zubieta, 1998), encabez6, luego de ta denuncia de Gente, la campafia en contra de Ja "Biblia Latinoamericana’, A nivel pubblico, una voz se destacé en defensa de ella, la del obispo de Neuquén, monsefior de Nevares, quien recomendé “calurosamente’ la fectura de esta Biblia y expres6 su deseo de que “Ia fuvieran todos” (3), El diario La Razén, como respuesta, no dudé en atacar a De Nevares sosteniendo que “tiene antecedentes que lo sitdan en el terreno ideol6gico". La traduccién de 1a “Biblia Latinoamericana’ fue uno de los ejes de la polémica, que activé diversos imaginarios sobre la practica de la traduccion. Monsefior Sansierra, el més critica sobre este punto junto con monsefior Tortolo, hizo hincapié sosteniendo que “la traduccién no es del todo fiel, vale decir, no transmite integramente lo que Dios ha revelado” y que “tergiversa el texto evangélico” (4). Monsefior de Nevares, en cambio, negé que fuese mala ta traduccion, al igual que el Episcopado de Chile, el que, ante la polémica desatada en la Argentina, redact6 un documento en donde reconocia que toda traduccién es una interpretacién del texto fuente, pero aclaraba que fa Biblia cuestionada “no tiene interpretaciones contrarias 3 lafey lamorar. En verdad, las oriticas de los obispas nombrados y del diario La Raz6n hacia ia “Biblia Latinoamericana” demostraron que para ellos su peligro mayor radicaba en las, formas materiales a través de las cuales el texto sagrado iba esta vez en busca de sus lectores. Eran conscientes, a su manera, de que -como afirma Chartier (1994:43, 25)- "las formas fisicas a través de las cuales son transmitidos los textos a sus lectores (...) afectan el proceso de construccién del sentido” y de que “un texto, estable en su letra, eid investido de una significacién y de una categoria inéditas cuando cambian los, dispositivos que lo proponen a ia interpretacién’. Los enemigos de la “Biblia Latinoamericana’ se basaron en ios elementos paratextuales (Alvarado, 1994) para fundamentar su creencia de que estaban ante un caso de “infiracion manssta’. En primer lugar, erticaron fa incorporaci6n al texo piblico de numerosas Snumerosas fotografia, que entablaban una relacién de connotacién mutua ‘con ta parte verbal (Barthes, 1982). Ante estas imagenes, monsefior Derisi afirms: “Salta a la vista que Jas fotografias que se han insertado estén en una linea politica izquierdizante. Basta sefialar la que reproduce un acto comunista, cof la hoz y el fnartillo”. Monsefior Plaza, por su parte, declaré: “Las fotos (...) que agrega son extrafias a la Biblia, pues evidencian una posicion politica, lo que no se debe hacer traténdose de un libro sagrado*. dares El diario La Razén, et 14 de octubre, reprodujo ampliada en su tapa la foto axrnedlas ‘uestionada por Des, en la que inseté(Guadits blancos que ayudaban a denifiCaT > 7 \eeleientos.que Je resuttaban mas peligrosos. “imagen de Lenin’, “gueitilier cubano rbandera'y ametralladora’, entre otros. Esta foto, por otra parte, ilustraba una nota titulada: "En la Biblia apécrifa exattan el comunismo. £1 examen de su contenido es inequivoco’, con Io que e! diario se situaba en el lugar de la certeza respecto de la interpretacion del cardcter apécrifo y comunista de la “Biblia Latinoamericana’. Aj | a En segundo lugar, los obispos cuestonand praia particular el uso (PY? atemativo de distintos tipos para destacar libros o fragmerios Gel texto biblico. Para monsefior Sansierra, “La intencién aviesa y sacrilega queda de manifiesto en los caracteres tipograficos diferentes, de modo que los pasajes que equivocadamente pueden ser interpretados para la revolucin, son los mas legibles” Sobre as introducciones y las notas, monsefior,Tortolo advirié que eran “tendenciosas", mientras que MonSehar DET TIED hincapié en que “se habla (...) de la iglesia institucional con poco respeto y sefialando de ella siempre sus defectos’, Monsefior De Nevares, en cambio, deciaré: *;Qué es lo que molesta? Las notes, que toda Biblia tiene, que siguiendo la_tendencia de fa iglesia de hoy, las aplican ala” {ealiad de América Latina (..) y ponen al descubierio muchas cosas que molestan’. 6. ts 76 Glemento paratextual Que despert6 ol rechazo fueron los agregados al i pooh (leo defragmentos del documento que {a Conferencia Episcopal Latinoamericana emitié en Medellin, pues, en palabras de monsefior Sansierra, “La he 7 nica revelacién es la que hemos tenido siempre, la escritura /del Evangelio/ tal cual as j El hecho de que los dispostives formales de ia nueva edici6n de La Siblia incidieran en la construccién del sentido, es decir, en la interpretacién del texto biblico, whl 1_ tue percibido por sus critcos no solo come “una maniobra de infitracion mandsta en ef Evangelio’, sino también como un cuestionamiento al Magistenio GE la Iglesia, a su 7 facuilad para decretar fa interpretacién legitima de las Sagradas Escrturas, de alli que ees * Monsefior Derisi impugnara a tos editores sosteniendo que ‘se olvidan que el Magisterio de la Iglesia lo ejercen el Papa y los obispos". El aspecto material de ta “Biblia Latinoamericana” se tomaba més foigro st se consideraba que en 1976 llevaba diez ediciones y 800.000 mil ejemplares distribuidos en América Latina y en Espafia, En esta linea, La Razén advertia sobre su bajo precio, ‘su amplia red de lugares de venta que incluia quiscos callejeros, y ei formato de la ‘edicién que la convertian en un libro de bolsillo. Estas caracteristicas sumadas a los

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