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Sistema universitario Ana G.

Méndez
Universidad Metropolitana
Aguadillas, Puerto Rico

Enfermedad de Alzheimer

Josué Santiago
Eddie Poltrón
Yessenia González
Gladys N. López Quiñones
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Tabla de contenido

Enfermedad de Alzheimer………………………………………………………………...3

Referencias………………………………………………………………………….……19

Apéndice…………………………………………………………….…………………...20
3

Enfermedad de Alzheimer

Inevitablemente los años pasan y dejan huellas, en algunos casos la vejez se vive

en plenitud, en otros se vuelve en una etapa de soledad, depresión y lo que es peor, en el

inicio de enfermedades crónicas degenerativas como lo es el Alzheimer, también

conocida demencia presenil o demencia de tipo Alzheimer.

El Alzheimer es una afección alarmante y penosa. Quienes la padecen empiezan

perdiendo la memoria y paulatinamente se van volviendo más olvidadizas o ausentes,

hasta que finalmente caen en un estado de total apatía, sin ninguna conexión con el

mundo real. Hasta hace poco esta enfermedad era considerada como un afección

vergonzosa y las familias hacían lo posible para mantenerlo oculto. Se consideraba como

una especie de enfermedad mental. Actualmente, gracias a las muchas investigaciones,

sabemos que el Alzheimer no es una afección mental, sino física en la cual las células del

cerebro de deterioran progresivamente e irreversiblemente. No depende de la

personalidad, las emociones o el carácter de la persona. Básicamente es una afección

fisiológica y su origen es una disfunción física.

Todo lo que sabemos sobre la enfermedad es que hasta ahora no hay formas de

prevenirlas o de curarlas. Tampoco existen tratamientos médicos eficaces. Sin embargo el

hecho de que sea irreversible no significa que nada puede hacerse. Es importante tener el

mayor conocimiento posible de la enfermedad para poder ofrecer a los pacientes un trato
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más humanitario, compasivo y para ofrecer ayudas especializadas a los encargados de

cuidarlos, que son los que llevan la carga más pesada.

Dentro de un par de décadas nuestro país estará lleno de ancianos y niños. Somos

un país que esta envejeciendo y debemos prepararnos todos para enfrentar la vejez. Nadie

espera padecer de la enfermedad Alzheimer, pero tampoco nadie tiene garantía de ser

inmune a ella. Lo único que sabemos es que esta afección no respeta a nadie y que no

tiene que ver nada con el estilo de vida que tengamos.

Para poder enfrentarnos a esta enfermedad es importante crear conciencia por la

salud y estar preparados para atender a las personas afectadas con esta enfermedad,

reconociendo que tarde o temprano este padecimiento puede tocarnos a nosotros.

En cierto aspecto el aumento de la conciencia de la gente en general sobre esta

enfermedad a sido similar al que se dio con el cáncer. Es importante reconocer que un

conocimiento exacto de la enfermedad nos ayudará a comprenderla mejor. El nombre de

esta enfermedad se le atribuye al médico alemán Alois Alzheimer, quien en el 1906 notó

cambios en el tejido cerebral de una mujer que había muerto de una rara enfermedad

mental.El Dr. Alzheimer, encontró depósitos anormales (conocido en la actualidad como

placa de amiloide) y una acumulación de estructuras fribiales entrelazadas (en la

actualidad ovillo neurofribiales). Hoy día la presencia de estos ovillos en el cerebro se

considera el sello característico de la enfermedad de Alzheimer. Estas placas seniles y los

ovillos son los causantes del daño en el tejido cerebral. La corteza del cerebro se atrofia,

se encoge y los espacios en el centro del cerebro se agrandan reduciendo la superficie del

cerebro. Por alguna razón desconocida, las placas seniles y neurofribiales afectan

solamente aquella parte del cerebro relacionada con la memoria y la retención de


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información. Este tipo de deterioro cerebral es muy grave, pues las células nerviosas que

se destruyen sistemáticamente son esenciales para el funcionamiento adecuado de los

músculos y para la producción de hormonas, lo cual afecta a las emociones. Los tejidos

nerviosos afectados por la enfermedad de Alzheimer se ven sin vida.

La enfermedad de Alzheimer produce una disminución de las funciones

intelectuales lo suficientemente graves como para interferir con la capacidad para realizar

actividades de la vida diaria. Cabe distinguir dos tipos de Alzheimer, que son: el de

aparición temprana y aparición tardía. La primera aparición consta de los síntomas que

aparecen ante de los 60 años, es mucho menos común y es responsable de solamente el 5

% al 10 % de los casos. Sin embargo, tiende a progresar rápidamente y es de carácter

hereditario. En este tipo, la duración del trastorno se estima en un periodo de seis a ocho

años. La segunda aparición es la tardía, se presenta después de los 60 años en la mayoría

de las familias y no se observa un patrón hereditario obvio. Su duración media sería de

tres a cinco años.

Este trastorno neurológico se divide en tres varias fases o etapas: la etapa inicial,

etapa intermedia y la etapa avanzada. En la etapa inicial, el mal aparece de forma

insidiosa, progresiva y lentamente. Comienza a apreciarse una disminución de la

memoria reciente, dificultad para recordar hechos y conversaciones recientes, dificultad

para recordar el mes o el día de la semana, pérdida de la capacidad para manejar dinero,

además se puede reflejar en esta etapa, apatía general y alejamiento de las relaciones

sociales, tendencias a perder las cosas y una posible desorientación en conocidos.

La segunda etapa sería la intermedia, en ésta ocurre una mayor alteración de la

memoria reciente y de la memoria de evocación. También existe una clara desorientación,


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falta de espontaneidad, problemas de comprensión que se manifiestan, por ejemplo, en

dificultades para leer y escribir. Adicionalmente surge conductas problemáticas como por

ejemplo: temor a bañarse, alucinaciones, problemas para comer, deambulación y

repetición de las mismas preguntas. En esta etapa el paciente necesita ayuda para elegir la

ropa y vestirse, necesitan atención o supervisión las 24 horas del día, los siete días de la

semana, y es posible que en ocasiones no reconozca a familiares y a las amistades.

La tercera etapa conocida como etapa final, es donde se observa al paciente con

una pérdida de todas las capacidades intelectuales, presenta un mutismo absoluto. En

esta etapa la persona afectada se encuentra postrada y tiene un alto riesgo de padecer todo

tipo de enfermedad infecciosa, puesto que ha perdido todas sus defensas. También se

refleja la incapacidad para comunicarse, incapacidad de reconocer las personas, lugares y

cosas y no le es posible participar en su cuidado personal. Llora, grita, se agita, balbucea,

no puede controlar sus esfínteres. La culminación de esta enfermedad, se produce en la

etapa final con el fallecimiento del paciente.

Aunque los científicos no entienden la causa de enfermedad, es probable que no haya una

sola causa sino varios factores que afectan a las personas de formas diferentes. La edad es

el factor de riesgo más conocido porque el número de personas que sufren de esta

enfermedad se duplica cada cinco años entre las personas mayores de sesenta y cinco

años de edad. Otro factor de riesgo son los antecedentes familiares. Los científicos creen

que la genética juega un papel importante en muchos de los casos de Alzheimer. Hasta

ahora se ha identificado hasta un gen que produce una forma de proteínas llamada

apolipoproteína E (ApoE), que esta realcionado con el Alzheimer de aparicion tardia.


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Todas las personas tienen ApoE, la cual ayuda a transportar el colesterol en la sangre,

pero se ha demostrado que en personas que tienen altos niveles altos de esta proteína les

aumenta el riesgo de contraer la enfermedad. Es probable que haya otros genes que

también puedan aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad o de proteger a las

personas contra la misma, pero todavía no han sido descubiertos.

Los científicos se encuentran investigando el papel que podría desempeñar la

educación, la alimentación y el ambiente en el desarrollo de la misma. Se están

encontrando cada vez más indicios de que algunos factores de riesgos de las

enfermedades cardiacas y los accidentes cerebrovasculares, como la hipertensión arterial,

el colesterol alto y los niveles bajos de la vitamina Folato, pueden también aumentar el

riesgo de desarrollar Alzheimer. También hay mayores indicios que las actividades

físicas, mentales y sociales pueden ser factores de protección contra la enfermedad.

Lo importante es saber que un diagnóstico temprano y exacto de la enfermedad de

Alzheimer, ayuda a los pacientes y a sus familias a planear para el futuro. Así mismo, les

da tiempo para considerar las opciones de atención mientras el paciente esta en capacidad

de participar en la toma de decisiones. El diagnóstico temprano también ofrece una mejor

oportunidad para tratar los síntomas de la enfermedad. Hoy en día, la única forma

definitiva de diagnostico es determinar si hay placas y ovillos o acumulaciones en el

tejido cerebral. Sin embargo, para observar el tejido cerebral los médicos deben esperar

generalmente a que se haga una autopsia, el cual es un examen del cuerpo que se realiza

después de que muere la persona. Por esta razón, los médicos solo pueden hacer un

diagnóstico “posible” o “probable” de la enfermedad mientras la persona este viva.


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En centros especializados los médicos pueden diagnosticar acertadamente la

enfermedad hasta un noventa por ciento de las veces. Los médicos utilizan varios

instrumentos para hacer un diagnostico probable de la enfermedad de Alzheimer. Entre

estos se encuentran: Preguntas generales sobre la salud de las personas, problemas

médicos previos y su capacidad para llevar a cabo las actividades diarias, pruebas de

memoria, resolución de problemas, atención, conteo y lenguaje, exámenes médicos,

pruebas de sangre, orina, líquidos cefalorraquídeo y tomografías cerebrales. Estas

pruebas pueden ayudar al médico a encontrar otras posibles causas con los síntomas de

las personas. Por ejemplo, situaciones como problemas de las tiroides, reacciones a los

medicamentos, depresiones, tumores cerebrales y enfermedades de los vasos sanguíneos

pueden causar síntomas parecidos a la enfermedad de la enfermedad de Alzheimer.

Para que un doctor pueda hacer un diagnóstico de Alzheimer debe identificar en el

paciente las cuatro A’s. La primera A, Amnesia (memoria), esto causa dificultad en

registrar nuevas memorias y recordarse de ellas. Ejemplo de esto es que el paciente repite

las preguntas varias veces y pierde la memoria de los que pregunto. Esto se debe a que

parte del cerebro que esta en envuelto en el proceso de registrar nuevas memorias esta

dañado. La segunda A, Aphasia (lenguaje), impacta la habilidad del paciente para

comunicarse con otros y entender lo que le están diciendo. Muchos pacientes tienen

dificultad en entender lo que se les están diciendo. Estos problemas del lenguaje traen

frustración al paciente y al cuidador.

La tercera A, Apraxia (hacer cosas), la enfermedad destruye las partes del cerebro

que están envueltas en planificar y dirigir el cuerpo para hacer algo, ejemplo comunes

son poniéndose ropa al revés y cogiendo la comidas con las manos en ves de utilizar
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tenedor y cuchillo. El cuidador debe simplificar estas tareas en los pacientes que tienen

estos síntomas. La cuarta A, Agnosia (reconociendo el mundo), aun cuando los pacientes

con la enfermedad pueden ver el mundo, la enfermedad causa dificultad en reconocer lo

que ven. Ejemplos comunes de este proceso es un paciente que se enfrenta a la nevera

mirando la leche, pero incapaz de reconocerla. Algunos pacientes que no pueden

reconocer a su cuidador se ponen en rebeldía o salen corriendo. Otro aspecto importante

para hacer una evaluación de la demencia es incluir entrevistas con familiares y otras

personas que tengan estrecho contacto con el paciente.

El comienzo de la enfermedad de Alzheimer es forma lenta. El único síntoma

puede ser olvidos leves, los cuales pueden confundirse con cambios en la memoria

asociados con la edad. La mayoría de las personas que sufren de olvidos leves no tienen

Alzheimer en la fase inicial de la enfermedad, tal vez pueden tener dificultades para

acordarse de eventos y actividades recientes o de los nombres de personas o cosas

conocidas. También es posible que no puedan resolver problemas matemáticos sencillos.

Todas estas dificultades pueden presentar una molestia, pero no son lo suficientemente

grave para causar preocupación. Sin embargo a medidas que avanza la enfermedad, los

síntomas se notan con mayor facilidad y se agravan de forma tal que hace que las

personas con Alzheimer y sus familiares busquen ayuda medica.

En la fase intermedia se le puede olvidar como realizar tareas sencillas como:

cepillarse los dientes o peinarse; ya no pueden pensar con claridad; fallan en su intento en

conocer personas y lugares conocidos; empiezan a tener problemas para hablar, entender,

leer o escribir. Más adelante, pueden volverse inquietos o agresivos o deambular fuera de

sus casas. Al final de la etapa los pacientes necesitan de un cuidado permanente. No


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obstante, es importante recordar que la evolución de los síntomas difiere de una persona a

otra y que cada etapa se desarrolla gradualmente a lo largo de varios años. Además, no es

raro que los pacientes de Alzheimer tengan días buenos y días malos.

Hasta ahora la causa de la enfermedad es desconocida, pero los investigadores

trabajan sobre las posibles causas tales como: daños neurológicos, deficiencias químicas,

anormalidades genéticas, virus, tóxicos ambientales y disfuncionamientos en el sistema

de inmunodeficiencia. No obstante, es posible aliviar con medicamentos algunos de los

síntomas comunes de la etapa inicial. La administración de alimentos y fármacos de

Estados Unidos (FDA) ya había aprobado tres medicamentos formulados para mejorar la

memoria y restarle rapidez al avance del Alzheimer. Los medicamentos más resiente son:

donepezil (Aricept), rivastigmina (Exelon) y galatamina (Remimyl) que han mostrado

resultados positivos en la mejora de la memoria y tiene menos efectos secundarios.

Otro medicamento, la memantina (Namenda), han sido aprobadas para tratar las

fases moderadas o graves de la enfermedad, aunque también tienen efectos limitados:

deambulación, ansiedad y depresión. También algunas medicinas pueden ayudar a

controlar los síntomas del comportamiento causados por la enfermedad y el insomnio y la

agitación. Este tratamiento contribuye a que los pacientes se sientan más cómodos y

facilita su cuidado por parte de las personas que los atiende.

Otra alternativa para los pacientes de Alzheimer es la rehabilitación como terapia.

El objetivo de esta es restaurar funciones perdidas o disminuidas con la finalidad de

promover un nivel máximo de independencia, bienestar y calidad de vida. Existen

básicamente cuatro tipos de rehabilitación para estos pacientes. El primero consiste en la

terapia de orientación de la realidad, este va dirigido a la cognición, intelecto y memoria.


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La segunda consiste de terapia física, esta se utiliza para la locomoción y actividades de

la vida diaria. Adicional a esto se encuentran la psicoterapia y terapia ambiental.

A medida que se van perdiendo las funciones cerebrales las personas con

Alzheimer irán abandonando paulatinamente las actividades estimulantes y pasatiempos.

Resultara inútil tratar de volver hacer que se interesen en esas actividades, ya que las

habrán abandonados porque el cerebro no puede con ellas. También se producirá un retiro

gradual de las actividades sociales. Los enfermos tendrán cada vez más dificultad para

comportarse en los actos sociales, por esa razón, las personas encargadas de cuidarlos

deben procurar que haya un mínimo de ocasiones y de nuevas caras para ver. La mayoría

de los enfermos se sienten mejor con las cosas seguras y conocidas. La deambulancia

puede convertirse en un problema serio para los enfermos al no poder recordar lugares,

nombres o personas que puedan ayudarlos. Por eso es aconsejable coser en sus ropas

etiquetas con información personal. Lo ideal para estos pacientes es mantener hábitos que

sigan pautas determinadas.

El ambiente en que conviven el paciente y el cuidador es muy importante para el

manejo y prevención de accidentes, por lo que es relevante adaptar o modificar la

decoración e instalaciones de la casa que pueden ser peligrosas, por ejemplo, puertas de

vidrio, bordes de muebles, etc., de acuerdo a las necesidades de cada paciente. Se deben

retirar todos los objetos puntiagudos, cortantes, rompibles o pesados, tapetes, pisos

resbalosos, etc. Es recomendable una decoración agradable y relajante en toda la casa, la

simplicidad y funcionalidad facilitarán la vida día a día. En la habitación es aconsejable

tener camas convencionales con protecciones laterales para evitar caídas; en caso de
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pacientes muy agitados se recomienda colocar la cama pegada a la pared y fija al suelo; si

al paciente ya cuenta con cierto grado de debilidad se recomienda las camas hospitalarias.

La ansiedad es uno de los principales síntomas de la enfermedad y es una señal de

que el cerebro esta sobrecargado. Los enfermos pueden ponerse cada vez más ansiosos

respecto a las actividades ordinarias y cotidianas, como bañarse, vestirse o afeitarse. Otra

actividad que se afecta es la sexual, el enfermo ira perdiendo gradualmente el interés a

medida que avanza la enfermedad. Aunque algunos enfermos pueden empezar a usar un

lenguaje sexual poco común en ellos y a preocuparse demasiado de asuntos sexuales,

pero este comportamiento debe entenderse como producto de la enfermedad y no a

ningún otro motivo.

Otro signo de decadencia física son los sentidos de la vista y el oído. Estos pueden

afectarse notablemente a medida que el cerebro se deteriora. Aunque estos sentidos

disminuyen con la edad, la perdida de la memoria los empeora. Cuando estos sentidos

disminuyen los enfermos pueden ponerse muy ansiosos respecto a la luz y el sonido. Tal

vez sea necesario para disminuir su ansiedad, tener las luces encendidas en la noche.

También es recomendable tener un radio o grabadora con canciones y música bastante

conocidas. No es recomendable utilizar aparatos para corregir la audición ya que se trata

de objetos nuevos que le producirán angustia y ansiedad. Los investigadores aseguran

que es prácticamente imposible que se acostumbre a ellos.

Además de la propia enfermedad, los pacientes pueden presentar otras

enfermedades propias y comunes de edad, por lo que no se debe perder de vista la

dificultad de ellos para comunicar señales clásicas como: dolor, nauseas, mareos, ardor al

orinar, palpitaciones, somnolencia y apatía, empeoramientos o cambios súbditos en el


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comportamiento. Por esto, están importante la relación entre el cuidador y el paciente ya

que genera un verdadero lenguaje entre ellos y permite estar alerta a las señales. Algunas

de estas enfermedades, que por su frecuencia deben ser remarcadas son: la neumonía, que

se presenta en forma silenciosa por alteración en el mecanismo de la tos, secreciones

espesas por mala hidratación y alteraciones en la deglución. Para prevenirla se debe

estimular la tos e hidratar al paciente. Es aconsejable mantener un ambiente húmedo,

llevarlo a caminar, realizar ejercicios físicos y mantenerlo con una dieta balanceada.

Otra de estas enfermedades es la incontinencia urinaria, que no solo debe ser

manejada médicamente, sino también bajo el punto de vista psicosocial. Ya que se afecta

la calidad de vida del paciente y le produce aislamiento social, depresión y regresión. Es

importante que el cuidador esta alerta a los movimientos, gestos y actitudes que puedan

indicar el deseo del paciente de ir al baño.

Las lesiones son otras de las enfermedades que se presentan en la piel del paciente

con Alzheimer (sobre todo en la región sacra). A estas lesiones se la conoce como escaras

y son el reflejo de los cuidados que tienen el paciente. Generalmente no son dolorosas y

se puede prevenir a través de la higiene o colocando accesorios como almohadillas,

cojines de agua o aire en los puntos de apoyo.

La enfermedad de Alzheimer trastoca la vida de quien la padece y también de los

familiares. Esta enfermedad, como hemos expuesto antes es degenerativa y progresiva y

hace que el enfermo pase a depender de los demás para el desarrollo de sus actividades

diarias. Desde el momento que se diagnostica surgen sentimientos encontrados tales

como: negación, miedo, incertidumbre, dudas y situaciones que si no se asumen con

responsabilidad pueden desestabilizar el sistema familiar, la vida del cuidador principal


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que esta expuesto a desarrollar el síndrome del cuidador. Este síndrome no es otra cosa

que el desgaste físico y emocional que produce estar al cuidado del enfermo 24 horas al

día.

Es importante entender que cuando se asume la tarea del cuidador surgen cambios

en la vida y en los entornos. Algunos cambios que sugieren con esta responsabilidad son

los cambio en relaciones familiares (asumen nuevas tareas y surgen conflictos), cambios

en el trabajo y la situación económica (ausentismo, abandono amento de gastos), cambios

en el tiempo libre (disminuye el tiempo dedicado al ocio, a la familia, a los amigos y a

uno mismo), cambios en la salud (fatiga y alteraciones del sueno) y cambios en el estado

de animo.

Lo más importante es estar consiente de que para el cuidado del enfermo en

cualquiera de sus fases, el cuidador principal tiene que tener una buena salud física y

mental. Los cuidadores tienen que aprender a pedir ayuda, tanto a la familia y amigos

como a las instituciones públicas y organizaciones de apoyo. No debe sentirse culpable

por sacar un tiempo para el mismo, ya que ese tiempo libre servirá para que se prevengan

momentos de nerviosismo y fatalismo que repercuten directamente en la calidad de vida

del enfermo, el cuidador y la familia. El cuidador debe tener siempre presente que de

acuerdo a las etapas en que se encuentra la enfermedad, también cambia su papel como

cuidador. Por ejemplo, en la etapa inicial el cuidador debe aprender todo lo relacionado a

la enfermedad, mientras más se conozca la enfermedad más fácil será atender el paciente.

Es importante buscar un sistema de apoyo emocional para atender los retos

emocionales que enfrentan el cuidador. El aspecto económico en esta etapa es un factor

muy importante. Es indispensable planificar y distribuir el dinero. En el aspecto legal,


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necesitará ayuda para pagar facturas, atención medica y tomar decisiones. Para esto el

cuidador debe tener un poder notarial para las fianzas y un poder notarial para la atención

medica.

En la etapa intermedia de la enfermedad el papel del cuidador ocupara todo su

tiempo. Ambas personas necesitaran ayuda y apoyo, es importante que en esta etapa haya

periodos de descanso para el cuidador. También es importante crear un entrono seguro y

cómodo tanto para cuidador como para el paciente. La atención médica debe estar

siempre presente porque pueden surgir otros problemas de salud. Por último en esta

etapa, debe haber planificación para el futuro porque no siempre es posible que el ser

querido permanezca en el hogar. Se debe considerar la opción para ancianos y programas

especiales para pacientes con demencia.

Finalmente cuando los pacientes entran en la etapa avanzada donde se le hace

difícil al cuidador atenderlo, los familiares deben prestar atención a la posibilidad de

internarlos en un hospicio donde haya un nivel adecuado de gestión y supervisión. Todo

esto pude sonar angustiante y poco útil, pero esta es la cruda realidad que deben enfrentar

las personas que quieren seguir cuidando en su propia casa a un paciente de la

enfermedad de Alzheimer. La lección más importante que debemos aprender con relación

a estos pacientes es reconocer sus derechos humanos y brindarles toda la atención

posible.

La Federación de Alzheimer de Puerto Rico es una organización sin fines de lucro

fundada el 7 de mayo de 2001. Su fin primordial consiste en trabajar para mejorar la

calidad de vida de los pacientes de con esta enfermedad. Ofrece servicios directos, a la

vez brindar orientación y apoyo a sus familiares, cuidadores, profesionales de la salud y a


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la comunidad. La visión de esta organización es tener un paciente con una óptima calidad

de vida mediante el ofrecimiento de servicios directos y manteniendo redes de apoyo que

provean orientación y conocimientos actualizados a los familiares, cuidadores,

profesionales de la salud y la comunidad. El propósito es contribuir a mejorar la calidad

de vida de los pacientes, y promoviendo el entendimiento de dicha enfermedad entre los

familiares afectados, profesionales de la salud y la comunidad.

Esta federación reconoce que los pacientes de Alzheimer también tienen sus derechos

humanos y los resumen de las siguientes maneras: El paciente tiene derecho a ser

notificado de su diagnóstico, tiene derecho a recibir atención médica adecuada y

continuada, también debe estimularse al paciente a llevar a cabo actividades supervisadas

que les permita sentirse útiles y productivos, tiene derecho a ser tratado como un adulto y

no como un niño. Además, tienen el derecho a que se tomen con respeto y seriedad los

sentimientos que expresen. Debe proveérsele un entorno físico protegido y un ambiente

hogareño comprensible, tienen el derecho a disfrutar de actividades de estímulo sensorial

y reminiscencia. Se le debe facilitar lugares de descanso y lugares al aire libre. Se le debe

mantener dentro del círculo familiar hablándole, tocándole, abrazándole y besándole.

Tienen también el derecho a permanecer con personas que conozcan su vida y evitar

romper sus tradicionales lazos culturales, religiosos y de estilo de vida. Por último, debe

ser cuidado y atendido por su grupo familiar y/o por personas que hayan sido adiestradas

en el manejo con enfermos con demencia.

Entre los servicios que ofrece la Federación de Alzheimer se destacan los siguientes:

Servicios de respiro, asesoría y manejo del paciente con Alzheimer. Redes de apoyo para

proveer orientación y conocimientos actualizados a familiares, cuidadores, profesionales


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de la salud y a la comunidad en general. Censo actualizado de pacientes con la

enfermedad de Alzheimer en Puerto Rico, orientación sobre centros de cuidado diurno y

otros servicios relacionados, actividades de orientación e intercambio de experiencias

entre cuidadores, familiares, profesionales de la salud y la comunidad.

Las investigaciones más recientes acerca del Alzheimer demuestran que 4 millones de

norteamericanos y cerca de 50,000 personas en Puerto Rico, actualmente padecen de la

condición. Se cree que para el año 2050 llegarán a 15 millones los casos de Alzheimer en

los Estados Unidos, también se ha encontrado que aunque la enfermedad se manifiesta en

su mayoría en personas mayores de 60 años en los últimos tiempos ha ocurrido un alza en

pacientes de entre 40 y 50 años. Se estima que una persona con Alzheimer vivirá

aproximadamente 8 años y puede durar hasta 20 años o más desde el principio de los

síntomas. En Puerto Rico la enfermedad de Alzheimer se ha convertido en la quinta causa

de muerte entre las personas adultas. Las estadísticas muestran que más de 7 de cada 10

personas con Alzheimer viven en casa y el 75% de la atención se realiza por familiares y

amigos. El resto es atención “pagada” que cuesta aproximadamente 12,000 dólares al

año.

La enfermedad de Alzheimer plantea muchos desafíos, tanto al paciente mismo como

a sus cuidadores. Sin embargo, esto no significa que ya no habrá más momentos de

alegría, compañía y risas compartidas. La enfermedad de Alzheimer evoluciona

lentamente, lo que significa que hay tiempo suficiente para planificar, tiempo para

adaptarse al diagnóstico y tiempo para disfrutar de la mutua compañía.


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Tenemos que tener presente que a las persona que se encuentran en los últimos estadios

de la enfermedad hay que ayudarles a morir o mantenerlas en unas condiciones dignas,

reconociendo que sobre todo son seres humanos que merecen respeto y consideración.
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Referencias

Alzheimer. Recuperado el 25 de octubre de 2008 de


http://psicologia_online.com/colaboradores/maxi/alzaheimer.shtml

Enfermedad de Alzheimer’s. Recuperado el 25 de octubre de 2008 de


http://www.nlmh.gov/medilineplus/spanish/alzheimerdiase.html

Estadísticas del Alzheimer. Recuperado el 25 de octubre de 2008 de


http://www.federaciondealzheimer.org/estadisticas.htm

Hodgkinson, L. (1995). Enfermedad de Alzheimer. Grupo Editorial Norma. Bogota,


Colombia.

Marsh Bell, V. & Tropel, D. (s.f.). Los derechos Humanos en la enfermedad de


Alzheimer. Recuperado el día 1 de noviembre de 2008 de
http://www.federaciondealzheimer.org/
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Apéndice

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