You are on page 1of 3

LA MATEMÁTICA TAMBIÉN ES SOBRENATURAL.

Hay información eternamente determinada en la realidad matemática sin


necesidad de soporte material. Tal es el caso de cualquier combinación de
números- que resulta de la sucesión como cifras decimales- ya determinada
matemáticamente en ciertos números irracionales (por ej. Pi). No es necesaria la
comprobación experimental por el hombre para lograr que, cualquier objeto
matemático- aritmético o geométrico- sea resultado de una operación posible y/o
antecedente lógico de otros objetos de su misma naturaleza. No hay necesidad de
mundo sensible.

En la progresión numérica, vemos que los números primos son más difíciles de
encontrar a medida que aumenta la cantidad que indican los números enteros,
pero existe infinitud de números primos que supera la cantidad de partículas
universales.

La matemática es necesaria para el entendimiento del hombre, pero la existencia


de toda la realidad matemática es esencialmente coherente en una razón absoluta
y además tiene correspondencia con la realidad de hechos materiales. Negar la
existencia inmaterial es tan carente de lógica como negar la evidente realidad
matemática que no está totalmente representada en la materia.

Aristóteles afirmaba que los entes matemáticos no existen por sí ni en acto, ni en


el orden sensible o en el inteligible. Su existencia sería sólo potencial en el
entendimiento. Varios filósofos modernos con distintos argumentos coincidieron
sobre el lenguaje matemático para la explicación del mundo material y el
enunciado de teorías.

Los pitagóricos consideraron que la realidad era matemática. Con Descartes la


matemática pasó a ser propia del entendimiento. En la actualidad según la ciencia
formal o ideal, la lógica y la matemática- con su coherencia interna- tratan de
entes ideales; estos entes, tanto los abstractos como los interpretados (aplicados),
sólo existirían “en” la mente humana. A su vez las ciencias fácticas tratan sobre
hechos y objetos naturales.

Dentro del esquema científico se propone como concepto abstracto al Creador, el


Ser sobrenatural en quien creemos los teístas.

Tanto si se considera al universo, como temporal desde que existe o como ‘eterno’
porque existe sin un “antes”, es lógico suponer una condición sobrenatural eterna.
Negarse a considerar la posibilidad de que pueden existir otras razones de causa
u origen, además de las que percibimos en el mundo sensible, es imponer una
seria limitación a nuestros procesos lógicos, cognitivos, afectivos y éticos.
Para quienes creemos en la sobrenaturaleza otra manera de explicar la realidad
del número y las relaciones matemáticas es que- como conceptos abstractos-
existen “para” el entendimiento (que elabora un lenguaje matemático). La realidad
matemática existe como sabiduría y conocimiento de Dios y determina la realidad
material en casos como la ley del cuadrado inverso, pero no siempre se
corresponde totalmente con la naturaleza que percibimos. La realidad matemática
también contiene información eternamente determinada que no tiene
correspondencia con la realidad natural. Las relaciones matemáticas existen sin
necesidad de soporte material.

Muchos pensadores ateos sólo aceptan identificar realidad con naturalismo.


Rechazan la posibilidad de existencia real con origen y finalidad sobrenaturales.
Paradójicamente también hay teístas que reducen su comprensión del plan de
Dios a algo exclusivamente temporal.

Se puede determinar, por ejemplo, la imposibilidad matemática de longitud infinita


en líneas curvas abiertas (con sus puntos ideales a igual distancia del centro) y la
posibilidad de longitud infinita (fractal) en una línea curva cerrada. No confundimos
infinitud en el Pensamiento con algo material, temporal espacial. No confundimos
eternidad con tiempo así como tampoco infinitud con espacio.
Más allá de la noción de infinito potencial para nuestro entendimiento de los
números naturales, y de la cualidad suprafinita de la matemática en sus relaciones
y objetos, aquí decimos que la matemática también es sobrenatural, “inmutable” y
eterna.

El texto que sigue fue modificado según comentarios que enviamos y fueron
respondidos por Néstor Martínez en su blog “No sin grave daño” (3/03/2018). Esto
no significa que el Sr. Martínez coincida plenamente con lo que exponemos.

La Causa Primera de nuestro conocimiento moral es sobrenatural. Así también el


pensamiento válido y las causas naturales están subordinados a los principios
filosóficos (metafísicos y éticos inclusive), lógicos y matemáticos, que conforman y
se comprueban temporalmente, en distinta medida, en nuestra razón y conciencia.
El razonamiento lógico ‘valido’ no puede reducirse a un proceso material. La
gravedad universal, como causa de atracción o movimiento (a partir de la masa)
de los cuerpos, es distribuida en superficie e intensidad, según la ley del cuadrado
inverso, que es gobernada por la matemática supramaterial. Además, la
matemática excede absolutamente la realidad material que percibimos. Tanto es
así, que la matemática como realidad supramaterial, persistiría en la sabiduría y
conocimiento de Dios aunque desapareciera toda la materia
Dios no tiene una causa para su existencia que tendría que ser absurdamente
extrínseca a Él, pero si tiene razón suficiente en sí mismo para ser Dios
(incausado). Razón suficiente de ser Su naturaleza divina. Cada razón suficiente
asocia finalidad. Y existe una concatenación jerárquica en las causas. En la
atracción gravitatoria la causa inmediata es la masa (cantidad de materia) de cada
cuerpo. Esto es cierto según la experiencia, pero no ‘explica’ la gravedad. ¿Qué es
la gravedad? Sabemos cómo se comprueba y que hace unir o atraer entre sí
trozos de materia. Pero todas las comprobaciones materiales no dan la razón
suficiente para ser la gravedad, sin la cual el universo no tendría una forma como
percibimos.

Si bien nada puede ser sólo porque sí- pues todo obedece a una razón- se
entiende que todo tenga razón suficiente no quiere decir que siempre podamos
saber cuál ni cómo es. En el caso de la gravedad llamamos razón suficiente a lo
que comprobamos como ‘gravedad’ que funciona, por ejemplo, en el movimiento
de los astros. Dios como Causa Primera es el que da razón suficiente de toda su
creación. ¿Dios inmutable y creador? Es que en el plan de Dios Su infinitud
comprende toda la dinámica de su creación. El mundo sólo puede derivarse
necesariamente de Dios, supuesto en Dios el libre acto creador, y la razón
suficiente de éste, como ya dijo San Agustín, es: "Quia voluit": porque Quiso.

Los entes matemáticos no existen fuera de las cosas mismas o de la mente divina
y de las otras creadas. Como entes están (pueden estar) en acto como inteligibles
es nuestras mentes. Por Dios son razón suficiente de ser, en cosas como la
distribución e intensidad de la gravedad, determinada por la relación matemática
donde “la superficie de la esfera aumenta al cuadrado de la longitud del radio”.
Esto estaba en potencia para nuestro entendimiento hasta Newton, pero la Causa
de este conocimiento es sobrenatural. Hay variedad de ejemplos, pero el de la ley
del cuadrado inverso es de particular importancia (bastante ignorado) para ir
comprendiendo la organización de la materia, como por ejemplo permite la fórmula
de Einstein de conversión de masa en energía, y sus corolarios, respecto a la
‘velocidad’ de la luz al cuadrado (que no significa superar enormemente la
velocidad de la luz sino que es como ‘una película en reversa’ (*) de la expansión
de la energía a generar). En Dios no es contradictorio su conocimiento de ‘todos’
los entes y relaciones matemáticas, que aunque infinitos ya están definidos, y no
pueden ser de otra forma (son verdades de razón).

(*) Adaptado de ‘Luz, Egos y Universos’ de Juan Arentsen S.

You might also like