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¿CUANTO TENGO?

El que tiene poco, construye su felicidad sobre las cosas bellas, simples y
duraderas, mas el que tiene mucho usualmente la construye sobre sus bienes
materiales, complicados y perecederos. Por ello, se dice que el reino de los
cielos es de los pobres. (Jesús)

De hecho, aquel que ha sido pobre o ha perdido sus bienes materiales, ha


tenido más oportunidad de conocer la verdadera felicidad que aquel que
siempre ha vivido como rico. El rico comienza a conocer la verdadera
felicidad cuando aprende a dar a aquellos más necesitados.

Vivimos en una sociedad que mide y juzga por nuestras posesiones


materiales. Esto confunde el verdadero valor y potencial humano. Esto
limita a aquel que comienza a creer esta ilusión.

Debemos abrir el tesoro que llevamos dentro. Darnos cuenta de lo poco o


mucho que tenemos, incluyendo a las personas que nos rodean con sus
virtudes y defectos. Podemos comenzar a vivir un milagro desde el
momento en que ponemos nuestra plena atención a escuchar correctamente
aquellos que nos hablan y dejamos de juzgar.

Ningún valor tiene impresionarse uno mismo con sus logros personales,
realizaciones, creaciones, imaginaciones, posesiones, etc. El ego es píldora
de sueños.

¿Cuánto tengo? Suficiente mientras este vivo y pueda compartir mi


existencia con los que me rodean.

Los budistas dicen que todo en este mundo es impermanente y sus prácticas
revuelven alrededor de realizar esto continuamente para evitar el sufrimiento
innecesario cuando algo se pierde. La impermanencia en sí es una bendición
pues sin ella, una hija nunca crecería a ser mujer, un hijo a ser hombre, un
mal gobierno no cambiaría por uno mejor, etc. Todo esto es real.

Pero…
Más que impermanente, las cosas son prestadas. Tanto tu familia, como tus
amistades, tus pertenencias, etc. Podrás pensar que fueron trabajadas y
ganadas con sudor, pero hasta tu habilidad para trabajar, tu inteligencia y
capacidad, te es suplida por aquel que te creó; DIOS. El tiempo, la materia y
el universo entero coordinó para que tú puedas poseer ese algo, y tomar una
experiencia que es necesaria exclusivamente para ti. Son tantos los eventos
que forman una circunstancia particular que para un individuo lograr tener
algo son improbables tales cosas como la suerte o el control absoluto de la
persona. En otras palabras, no existe la casualidad, pero tampoco la
causalidad plena de nuestra parte.
(*la suerte o control absoluto de una persona son extremos: factores de
ilusión)

Cuantas veces planificamos algo con perfección para darnos cuenta que una
lluvia daño nuestros planes, para darnos cuenta que llegaron más invitados
de la cuenta, para darnos cuenta de que subieron los precios ese día, para
darnos cuenta de que el carro no quiso prender, para darnos cuenta de que
era día de fiesta, para darnos cuenta de que alguien se enfermó, para darnos
cuenta de que alguien trajo una mejor oferta, para darnos cuenta de que
comenzó una guerra, etc...

Realiza que hay muchos seres con la misma o mayor capacidad de trabajo,
creatividad y ganas, que simplemente no han tenido las oportunidades o
circunstancias que le permita prosperar.

En realidad, si reconociéramos que todo es prestado, tenemos la


responsabilidad de cuidarlo mientras lo poseemos. Podemos aprovechar
más su uso ya que sabemos que habrá que dejarlo ir en algún momento. No
nos entristecemos ya que aprendimos a aprovecharlo.

Al pensar, ¿cuánto tengo?, no tenemos más remedio que pensar sobre


¿cuanto doy?. Dar es una bendición. Tanto para el que da como para el que
recibe. El amor más elevado es aquel que da sin esperar nada a cambio.
Uno no da no tanto por el beneficio de la persona que recibe, sino en
agradecimiento al universo, La Existencia, de lo que uno mismo ha podido
obtener. Obviamente, no es bueno darle un cuchillo a un mono porque es
muy probable que se corte. Así que es importante evaluar qué damos, el
lugar y el momento apropiado siempre.

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