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INTERPONE RECURSO DE CASACIÓN y DE

INCONSTITUCIONALIDAD

Jurado de Enjuiciamiento:

EDGARDO CHERBAVAZ, CLAUDIO A. SALAZAR, MARÌA


ALEJANDRA SANTARELLI y JORGE ALBERTO IZQUIERDO en
nuestro carácter de Secretarios General, de Prensa, de Hacienda y
Secretario General de la Federación Judicial respectivamente, del
SINDICATO DE EMPLEADOS JUDICIALES DE NEUQUEN, con el
patrocinio letrado de Federico M. Egea, constituyendo el domicilio en la
alzada en calle Salta Nº 625 de la ciudad de Neuquén, en los autos
caratulados: "DRA. RIVERO DE TAIANA CRISTINA ELIZABETH S/
JURADO DE ENJUICIAMIENTO", (Expte. Nº 18-JE-2008), ante V.E.,
nos presentamos y decimos:

1.- OBJETO:
En tiempo y forma venimos a interponer recurso de casación (Art.
415 C.P.P. y C.) y de Inconstitucionalidad (Art. 432 C.P.P.y C.) contra el
acuerdo Nº 219 –JE- 2008, dictado en fecha 12 de diciembre de 2008 y
notificado a esta parte en fecha 15 de diciembre de 2008 y su
ratificatorio Nº 221 –JE- 2008, dictado en fecha 17 de diciembre de
2008 y notificado a esta parte en fecha 18 de diciembre de 2008,
solicitando desde ya se declare la admisibilidad del mismo y
oportunamente se eleven los autos al Tribunal Superior de Justicia en la
forma de estilo.

2.- RESOLUCIÓN SUCEPTIBLE DE RECURSO:


Que la presente resolución resulta recurrible por la vía intentada
toda vez que se trata de una resolución que finiquita el litigio o hace
imposible su continuación, conforme lo establecido en el Art. 416 del
C.P.P.y C.

Que asimismo y en lo que se refiere a la admisibilidad del recurso


esta parte solicita expresamente se tenga especial consideración en el
fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictado en autos
"Casal, Matías Eugenio y otro s/ robo simple en grado de
tentativa –causa Nº 1681" dictado recientemente.

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Ello toda vez que en dicho pronunciamiento el máximo tribunal
resuelve la ampliación tanto de los extremos de revisión como de los
criterios de admisibilidad del remedio procesal casatorio.

Que concretamente se sostiene en este trascendental


precedente: "En conclusión, el recurso de casación tiene que ser
entendido de ahora en más, como instrumento de impugnación
no limitado a las cuestiones de derecho y por medio del cual es
posible revisar integralmente todos los aspectos de la
sentencia cuestionados por el recurrente, siempre que lo
impugnado no esté en relación directa con percepciones
exclusivas de quien ha presenciado el juicio".

De lo expuesto y de la integralidad del fallo citado se desprende


que según esta calificada jurisprudencia, a fin de analizar la
admisibilidad del recurso casatorio no se deben emplear criterios
rigurosos o excesivos rigorismos formales, propiciando además la
revisión no solo en lo referido a la aplicación o no aplicación del
derecho sino a todo lo que exceda las cuestiones de valoración.

Por lo expuesto solicito se tenga presente, a los fines de la


admisibilidad y de la procedencia del recurso la autorizada y actual
jurisprudencia traída a colación

2.1.- INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTÍCULO 34 DE LA LEY


1565:
Que no resulta aplicable al caso concreto -y a ningún otro
supuesto procesal- lo normado en el Artículo 34 de la Ley 1565, ello en
la medida en que disponer la imposibilidad de deducir recurso alguno
contra la sentencia resulta repugnante y contrario a los dispuesto por
el Art. 18 de la Constitución Nacional, su correlato en el Art. 58 de la
Constitución Provincial.

Asimismo dicha norma viola las garantías consagradas en el Art. 8


Inc., 2 apartado H del Pacto de San José de Costa Rica y el Art. 18 de la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

En este sentido debe tenerse especialmente presente lo dispuesto


en el Art. 16 del Constitución Provincial y en el 31 de la Constitución
Nacional, en la medida en que imponen la OBLIGACIÓN DE LAS

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AUTORIDADES PUBLICAS PROVINCIALES Y NACIONALES DE
CONFORMARSE AL TEXTO DE LA CONSTITUCIÓN,
ABSTENIENDOSE DE APLICAR NORMAS QUE LA REPUGNEN Y EL
DEBER DECLARAR SU INCONSTITUCIONALIDAD.

Finalmente habrá de mencionarse que esta postura ha sido


reafirmada por el Acuerdo 218 -JE- en el que el Dr. Gavernet afirma: “El
Tribunal Superior de Justicia ha fijado pacífico criterio de que “el límite
objetivo que establece el artículo 34 de la ley 1565”...”no puede ser
objeto de un empleo mecánico o automático” y que “las restricciones
aludidas deben ceder si existe una cuestión constitucional”-In re (Dr.
Geloni Daniel s/Recurso de queja en Trova Facundo Martín s/ Jurado de
Enjuiciamiento” (Expte. 190-año 2006 del Registro de la Secretaría
Penal del TSJ) (Resolución Interlocutoria Nº 49/2008).”

3.-ANTECEDENTES DE LA CAUSA:
Que mediante la Sentencia de fondo –acuerdo JE 218- dictada en
las presentes actuaciones se dispone la imposición de las costas al
SEJuN, sin que medie para ello ningún tipo de motivación más allá de la
mera invocación genérica del Art. 36 de la Ley 1565.

Que dicha resolución es adoptada por mayoría de votos, dado que


el Dr. Varessio vota en el sentido de la no imposición de costas, siendo
su pronunciamiento el único que expresa fundamentos.

Que en efecto en su voto manifiesta Varessio: “Quiero aclarar el


tremendo desatino que implica la aplicación automática del segundo
párrafo del artículo 36, ya que el denunciante como su nombre lo
indica es quien motorizó este proceso, pero nada más, no fue parte del
mismo y por lo tanto no tuvo el dominio y disposición de la acción, su
denuncia no fue maliciosa ni infundada, ni inadmisible todo lo
contrario, no solo fue declarada admisible, sino que como colofón,
varios miembros de este jurado tienen la certeza de que algunos de los
cargos están probados, por lo tanto, mal puede cargarse en su mochila
el resultado de un proceso adverso cuando no fue parte, tal lo
prescribe el articulo 17 de la ley de enjuiciamiento.”

Que contra esta resolución esta parte interpone el remedio


procesal previsto en el Art. 34 de la Ley 1565 alegando para ello que la
imposición de costas al denunciante significaba una indebida extensión

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de la cosa juzgada a quien no era parte en el proceso, una inadecuada
valoración de los antecedentes del caso y la inconstitucionalidad del
Art. 36 de la Ley 1565. Que asimismo se hicieron en el recurso las
reservas del caso.

Que asimismo se planteo que la condena en costas significaba


una violación al debido proceso legal y a su dimanación lógica el
derecho de defensa, toda vez que como era y es evidente el sindicato
en su carácter de denunciante no tuvo oportunidad válida ni para
defenderse ni para alegar a favor de sus derechos a fin de no verse
perjudicado con la resolución.

Que en otro orden de ideas se afirmó que la resolución carecía por


completo de fundamentación incurriendo en una aplicación mecánica e
inmeditada de la ley, sin detenerse en las consecuencias de la decisión
en relación al valor justicia y/o democracia.

Que esta ausencia absoluta de motivación constituye un vicio


nulidificante insalvable, en la medida que es obligación impostergable
fundar cada uno de los extremos decisorios de cualquier resolución,
dado que de lo contrario se restringe nuevamente el derecho de
defensa en juicio.

Sabido es que la mera invocación de la norma no alcanza bajo


ningún punto de vista para suplir la ausencia de fundamentación,
puesto que además de ello debe expresarse sin excepción el por que la
aplicación de la norma al caso concreto es justa y por lo tanto
constitucional.

No obstante la sencillez de este proceder y de su evidente


trascendentalidad a fin de resguarda los valores contenidos en la
constitución, el jurado de enjuiciamiento optó por la arbitrariedad de
un pronunciamiento infundado y autoritario.

También se dijo en el líbelo recursivo que no se valoraron los


antecedentes, dado que aún tomándose por válidas las prescripciones
del Art. 36 de la Ley 1565, es de hacer notar que la denuncia efectuada
por el sindicato no puede bajo ningún cariz ser calificada como
maliciosa, improcedente o falsa, toda vez que como se desprende de la
tramitación del proceso la misma fue declarada admisible, los hechos

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denunciados en la misma fueron ventilados y demostrados durante el
transcurso del debate y el sobreseimiento es dispuesto por mayoría y
en base a cuestiones formales no relacionadas con la veracidad de los
hechos denunciados.

Así las cosas resulta evidente que no existen motivos de ninguna


especie que justifiquen a imposición de las costas, dado que el SEJuN,
actuó en cumplimiento de sus obligaciones legales y sindicales
denunciado fundadamente una serie de conductas que comprometían
los derechos de los trabajadores a los que representa, lo que de
ninguna manera le puede ocasionar una sanción.

Finalmente esta parte planteó la abierta inconstitucionalidad del


Art. 36 de la Ley 1565 al ordenar la imposición de costas al
denunciante en caso de absolución, ello en la medida en que además
de extender los efectos de la sentencia a un tercero que no forma
parte del proceso con la consecuente violación al debido proceso legal,
constituye una restricción ilegitima al derecho de peticionar ante las
autoridades.

En efecto se tachó como desproporcionado e irrazonable que se


castigue con la imposición de costas a quien ejercer un derecho
constitucional, máxime si como en el caso concreto, dicha denuncia
debe sortear instancias de admisibilidad formal.

Manifestándose que la regulación de mecanismos de remoción de


magistrados como asimismo de cualquier otro proceso de
conocimiento debe justamente propiciar condiciones para la realización
de denuncias dado que es esa la forma en la que se pone en marcha el
proceso.

Por lo que el Art. 36 al imponer las costas al denunciante en caso


de sobreseimiento, funciona como una especie de restricción material
a la realización de denuncias, lo que redunda en una notable
disminución del ámbito de control de las instituciones.

Que esta reducción del ámbito de control resulta repugnante al


principio republicano de gobierno en la medida en que obsta al sistema
de frenos y contrapesos propio de dicho principio.

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En síntesis se dijo que la norma resulta inconstitucional por que
impone las costas del proceso a terceros y por resultar en los hechos
una forma de retacear el control constitucional.

3.1.- ACUERDO Nº 219 –JE- :


Que mediante este acuerdo se resuelve rechazar el recurso de
reposición interpuesto por esta parte, alegándose para ello que la
única forma de eximir de costas al denunciante debe ser tramitada de
manera previa al dictado de sentencia y con traslado a la contraparte.

Asimismo se afirma en el acuerdo que el Jurado deliberó y resolvió


sin que se pueda establecer un procedimiento posterior de revisión por
el propio tribunal que decidió.

Ello en la medida en que –según lo manifestado en el acuerdo- el


planteo efectuado por el sindicato pretende alterar lo sustancial de la
decisión cuestionada.

Desde este posicionamiento se razona –o sinrazona- que el jurado


de enjuiciamiento no está facultado para valorar nuevamente los
presupuestos fácticos y jurídicos para otorgarles incidencia opuesta.

Este posicionamiento es adherido por todo los miembros del


jurado de enjuiciamiento –a excepción del Dr. Varessio- quienes sin
agregar nuevas consideraciones se limitan a adherir el voto del Dr.
Alejandro Tomas Gavernet.

En lo que respecta al voto del Dr. Varessio, este confirma y amplia


los fundamentos de la sentencia y sostiene que una adecuada
valoración de los Artículos en danza impide la imposición de costas al
SEJuN.

Así afirma que el Art. 36 de la Ley 1565 establece la imposición


de costas a cargo del denunciante para el caso de absolución y que
concomitantemente dicho articulo expresa que el jurado podrá decidir
sobre la eximición de las mismas mediante resolución fundada y a
petición del denunciante.

En dicha inteligencia sostiene Varessio que el Art. 36 establece


dos instancias diferenciables por un lado la sentencia y por otro la

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resolución expresa sobre la eximición de las costas a petición de los
interesados.

Desde este punto de vista concluye que el SEJuN ha solicitado la


eximición en tiempo y forma y que por lo tanto corresponde emitir una
resolución expresa que resuelva dicha petición.

En lo que respecta al fondo de la cuestión entiende el jurado


precitado que no corresponde la imposición de costas resuelta, en la
medida en que el Sindicato de Empleados Judiciales de Neuquén no es
parte en el proceso, lo que impide la imposición de las costas por no
haber tenido posibilidad alguna de realizar actos procesales.

Que asimismo se afirma que se castiga a quien no participó del


trámite por acciones que no realizó, no habiendo tenido el SEJuN ni la
disposición ni el dominio de la acción.

Como último fundamento expresa Varessio que en el caso


concreto el sindicato tuvo razones para denunciar, lo que se ve
definitivamente acreditado con el resultado de la votación de la
sentencia absolutoria, hecho este que torna aplicable el Art. 492 del
C.P.P y C. En la medida en que dispone la eximición de costas cuando
mediare razón plausible para litigar.

Es de resaltar que este temperamento (aplicación del Art. 492


C.P.P.C. a contrario sensu) fue el adoptado por el Tribunal Superior de
Justicia en los Autos: “MENDAÑA, RICARDO s/Jurado de
Enjuiciamiento” (expte.n° 67-año 2007) a los fines de eximir del
pago de las costas al denunciante Oscar “Cacho” Gutierrez.

3.2.- ABSURDIDAD:
No puede dejar de señalarse en este apartado lo absurdo e
insólito de los votos emitidos por el Dr. Alejandro Gavernet y el Dr.
Omar Raimondo, ello así en la medida en que ambos jurados se
pronunciaron en el Acuerdo 218 por la condena de la magistrada
llevada a juicio y consecuentemente opinaron que era esta última
quien debía soportar las costas del proceso.

No obstante esto, mediante acuerdo 219, ambos jurados


consideran que es correcto, legal y justo que el SEJuN soporte las

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costas, lo que resulta absurdo y carente del más mínimo sentido
común, dado que el voto condenatorio no resulta lógicamente
conciliable con la imposición de costas al denunciante.

De hecho la actitud asumida por estos jurados supone considerar


que el denunciante tiene razón pero que pese a ello resulta igualmente
justo imponerle las costas del proceso, lo que a todas luces es un
absurdo completo y dantesco.

Como si esta sola circunstancia resultara exigua a los efectos de


la absurdidad, es de resaltar que los magistrados no dan en la especie
ningún fundamento para justificar su cambio de postura, limitándose a
argüir cuestiones procesales de dudosa interpretación.

Para continuar con este raid de ilogicidad y ajuricidad, puede


resaltarse que el único voto con fundamentos del acuerdo 219 –JE- es
el del Dr. Gavernet, al cual adhieren los restantes jurados –a excepción
de Varessio-, con lo cual estamos en condiciones de afirmar que el Dr.
Gavernet no solo modificó su voto infundadamente, sino que además
en su segundo pronunciamiento realizó el voto de la mayoría.

Cabe preguntarse entonces ¿que extraño cambio ha operado en


el espíritu de este jurado que, en un escaso lapso de tiempo, ha
pasado de proponer la imposición de costas a la denunciada a fundar
el voto de la mayoría para decidir lo contrario?

Evidentemente la respuesta nos está vedada, sin embargo este


proceder no hace mas que reflejar de manera diáfana el total
desembarazo en relación al valor justicia, dado que pese a haber
manifestado expresamente su postura respecto de la procedencia
formal y de fondo de la denuncia efectuada por el sindicato, dispone
(modificando su voto) la condena en costas del denunciante, por
aplicación irrazonada, mecánica e infundada de un artículo
abiertamente inconstitucional.

Finalmente y al solo efecto de recalcar las abiertas


contradicciones y lo inmeditado del pronunciamiento recurrido diremos
que el Dr. Gavernet afirma en el Acuerdo 218 –JE- la recurribilidad del
fallo cuando medien cuestiones constitucionales (ver cita de apartado
2.1), sin embargo en el acuerdo 219 –JE- sostiene: “No queda otra

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posición que considerar que la eximición de costas al
denunciante debe ser previa al dictado de la sentencia y con
traslado a la contraparte, que de ser absuelta no tendría
recurso alguno para reclamar sobre las mismas” (Pág. Nº 3
Acuerdo JE Nº 219/08, el resaltado es nuestro).

De lo transcripto surge que el Dr. Gavernet no tiene una postura


definida en relación a la cuestión recursiva y surge además una clara
contradicción de fundamentos, en la medida en que el límite normativo
que se argumenta para la confirmación del acuerdo 218/8 –JE-, es el
mismo que se viola para condenar en costas al SEJuN.

Concretamente si es necesario el carácter de parte o contraparte


y la consecuente garantía de oposición y defensa (traslado en los
términos del Dr. Gavernet) para modificar la sentencia, también
debería ser necesaria la observancia idénticas garantías para condenar
en costas al denunciante.

Como otra contradicción en cuanto a las apreciaciones vertidas


por el Dr. Gavernet, cabe señalar que en el acuerdo 219 –JE- afirma
que: “Es de este Tribunal mantener la unidad de dirección lógica del
juzgamiento, sin que quepa introducir alteraciones sustanciales, o
ajenas al límite que fijó el debate desarrollado”.

Ahora bien según surge del acuerdo 218 –JE- la imposición de


costas se decidió por fallo mayoritario, siendo el voto del Dr. Gavernet
uno de los que propiciaba la imposición de costas a la denunciada.

En esa impronta es de señalar que la modificación sustancial a los


límites del debate es introducida por el propio Dr. Gavernet que sin
fundamentos cambia su voto en relación a las costas.

Es de resaltar que un miembro del jurado no puede estar


condicionado en su votación por lo decidido por la mayoría, dado que
su función es pronunciarse de acuerdo a su libre convicción.

En esa impronta y aún tomando como válido lo dicho por el Dr.


Gavernet en relación a la no introducción de alteraciones sustanciales,
cabe cuestionarse si la modificación de su voto no constituye una

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modificación sustancial supuestamente vedada en pos de la lógica y la
unidad discursiva.

Es evidente que media en el caso una flagrante confusión entre


sentencia como acto jurisdiccional y el voto de los integrantes del
cuerpo colegiado, dicha confusión radica en la falsa creencia de que
para mantener la “lógica” es necesario sostener lo mismo que la
mayoría, aún cuando ello signifique modificar infundadamente la
posición previa.

4.- FUNDAMENTOS DEL RECURSO:


Los fundamentos del presente recurso están dados por la
inobservancia de los Arts. 14, 14 Bis, 17, 18 y 28 de la Constitución
Nacional y de los Arts. 18, 24, 29, 42 y 63 de la Constitución de la
Provincia de Neuquén.

En efecto y como surge del acuerdo recurrido, se dispone la


aplicación del costas al denunciante que no ha sido parte en el proceso
con la sola y mecánica aplicación del Art. 36 de la Ley 1565.

No obstante la previsión normativa efectuada por la Ley 1565 en


relación a la imposición de las costas en el proceso, el jurado debió
examinar la consecuencias de su aplicación en relación a derechos
constitucionales como el debido proceso legal, el derecho de defensa,
el derecho de oposición, el derecho de propiedad, la razonabilidad y el
derecho de peticionar ante las autoridades, cosa que como es evidente
no se hizo y que hacen claramente a la invalidez de la decisión.

4.1. INOBSERVANCIA DEL DEBIDO PROCESO LEGAL:


En efecto, en lo que hace al debido proceso legal, podemos
afirmar sin lugar a hesitaciones, que constituye en su faz procesal, un
conjunto de reglas y procedimiento que el ejecutor de la ley y el propio
legislador deben observar cuando en cumplimiento de las normas que
condicionan la actividad de esos órganos regula jurídicamente la
conducta de los individuos y restringen su libertad.

En lo que hace a la faz sustantiva el debido proceso constituye un


Standard de justicia para determinar dentro del arbitrio que deja la
constitución lo axilógicamente válido del actuar de los órganos

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ejecutores o legisladores; es decir, hasta donde en el ejercicio de su
arbitrio la libertad del individuo.

En estos términos esta garantía comprende necesariamente una


serie de requisitos que hace a su eficacia como límite al ejercicio de
poder delegado en los diferentes órganos constitucionales, entre los
que cabe destacar la posibilidad de defensa, la participación en el
proceso, la notificación, la posibilidad de oposición, recurso y revisión
de la decisión.

Todo lo hasta aquí mencionado encuentra su debida consagración


normativa tanto en la Constitución Nacional como Provincial y en
diversos Tratados Internacionales con rango constitucional.

Así podemos enumerar el Art. 18 de la Constitución Nacional, el


26 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, el Art. 8 del Pacto de San José de Costa Rica y el Art. 63 de la
Constitución Provincial.

Establecido como ha quedado el alcance del concepto de debido


proceso legal y su consagración Constitucional, resta analizar si la
sentencia recurrida se adecua a dicho estándar, esto es si se han
garantizado a lo largo del proceso los elementos necesarios para su
validez.

A poco que se analice la sentencia, surge como insoslayable que


lo resuelto en relación a las costas y su imposición al denunciante
constituye una flagrante violación al debido proceso legal y a todas sus
dimanaciones normativas, ello en la medida en que como es sabido, el
denunciante no reviste carácter de parte en el jurado de
enjuiciamiento, lo que sin mas excluye toda posibilidad de notificación,
oposición, producción de pruebas y alegatos e incluso excluye la
posibilidad de que el sindicato alegue en pos de no ser condenado en
costas.

De hecho y para ser más elocuentes el carácter de denunciante y


no parte excluye el concepto de proceso en relación a aquel, dado que
si bien existió un proceso, el hecho de no haber tomado intervención
en el mismo impide sin más incluir a un tercero dentro de cualquiera
de sus consecuencias jurídicas.

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Así y habida cuenta de que en relación al SEJuN no existió proceso
alguno, mal pueden extendérsele los efectos de la sentencia recaída en
un proceso en el que no fue parte, de hecho la única forma material –
no legal ni constitucional- de realizar semejante disparate es violando
todas y cada una de las garantía componedoras del debido proceso
legal.

En ese orden de ideas es de destacar que la sentencia recurrida,


en la medida en que condena a solventar las costas del proceso al
denunciante que no formó parte, constituye una abierta y supina
inobservancia del texto constitucional, todo lo que amerita su
revocación.

Concretamente el Sindicato de Empleados Judiciales del Neuquén,


es obligado a asumir una de las consecuencias jurídicas dispuestas por
la sentencia en un proceso en el que no tuvo posibilidad alguna de
oponerse, de brindar fundamentos, de aportar pruebas, de recibir
notificaciones, de ser oído, etc.

A mayor abundamiento resta decir –por obvio que resulte- que no


puede darse al concepto del debido proceso el sentido de formas
procesales establecidas por ley dado que no basta que las medidas
que impliquen una turbación en la libertad de un individuo hayan sido
establecidas por ley formal y material para que se justifiquen
constitucionalmente, ello en la medida en que no todo lo legal es
constitucional.

Esta distinción ha sido establecida en el año 1885 en el fallo


“Murria vs. Hoboken Land” de la Corte suprema de Estados Unidos de
América, el cual fuera a posteriori adoptado como precedente por
nuestra Corte Suprema de Justicia, allí se manifestó “El procedimiento
que debemos examinar es un proceso legal; esto no lo negamos. El
mismo fue reglado por una ley del congreso. Pero ¿es eso debido
proceso legal? Es evidente que no se ha dejado al Poder Legislativo el
derecho de hacer de tal procedimiento lo que le plazca. La constitución
es una restricción impuesta al Poder legislativo, tanto como al
Ejecutivo y al Judicial, el que no puede considerarse como que deja al
congreso la libertad de hacer por su sola voluntad, de todo
procedimiento, un debido proceso”.

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De lo expuesto surge con meridiana claridad que la mera
invocación de una ley en sentido formal y material no justifica ni
satisface las exigencias constitucionales en relación al debido proceso,
resultando además necesario verificar la adecuación de la norma en
relación a los standars constitucionales, acción esta que el jurado está
obligado a realizar a fin de garantizar la validez del pronunciamiento.

Que dicha inobservancia constituye un motivo casatorio cuya


verificación supone la modificación del pronunciamiento.

4.2.- INOBSEVANCIA DEL DERECHO A PETICIONAR ANTE


LAS AUTORIDADES - IRRAZONABILIDAD - VIOLACIÓN AL
PRINCIPIO DE CONSTITUCIONAL DE CONTROL:
Que la sentencia motivo de casación se encuentra íntimamente
vinculada con el derecho a peticionar ante las autoridades, consagrado
en los Art. 14 de la Constitución Nacional y 29 de la Constitución
Provincial.

En cuanto a la extensión y alcance de este derecho es de


destacar que el mismo comprende no solo el derecho de solicitar a las
autoridades publicas una actividad concreta, sino además la garantía
de no sufrir por ello penalidades de ningún tipo, en la medida en que el
ejercicio de dicho derecho sea regular y no abusivo.

En el caso concreto y como surge de la sentencia recurrida, no se


encuentra satisfecha la garantía mencionada en último término, ello en
la medida en que el SEJuN se ven sancionado por el solo hecho de
ejercer fundada y regularmente un derecho constitucional.

En efecto, a poco que se concatenen los principios


constitucionales de peticionar ante las autoridades con el de
razonabilidad y sistema de garantías, surge sin hesitación que tanto la
Constitución Provincial como la Carta Magna disponen que el ejercicio
de ese derecho requiera para su efectivo ejercicio un regulación
razonable que de manera amplia fomente su ejercicio, sin incurrir en
restricciones innecesariamente gravosas.

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Esta circunstancia se magnifica en el caso concreto, puesto que
estamos ante un proceso de naturaleza eminentemente democrática,
donde se regula –entre otras cosas- el derecho de los ciudadanos a
denunciar a magistrados y funcionarios por sus posibles inconductas
en el ejercicio de la función.

Es evidente que la norma está, en este sentido, íntimamente


vinculada con el ejercicio del control del poder público cuya efectividad
requiere sin dudas de sistemas normativos que favorezcan la iniciación
FUNDADA de ese tipo de procesos.

Así las cosas y por mero ejercicio de contraste podemos verificar


que en el caso concreto se ha procedido exactamente en contrario,
esto es aplicando un regulación abiertamente irrazonable al derecho
de peticionar ante las autoridades, sancionando el ejercicio regular de
un derecho y socavando la intensidad del la garantía constitucional de
control del poder público, dado que este tipo de antecedentes se sitúa
dentro de los precedentes nefastos que sin duda inhibirán futuras
denuncias, reduciendo al sistema de juzgamiento de y remoción de
magistrados y funcionarios a una institución democráticamente inútil.

Es en este punto donde la sentencia deviene en irrazonable,


puesto que como resulta absolutamente conocido el limite de la
regulación es el de no alterar las condiciones de ejercicio del derecho
(Art. 28 CN) ni limitarlo o restringirlo (Art. 18 de la Constitución
Provincial).

De este básico plexo normativo constitucional podemos


preguntarnos si la regulación aplicada en la sentencia en relación a la
imposición de las costas resulta razonable, en la medida en que
dispone su aplicación a quien no fue parte en el proceso y cuya única
actividad fue la de denunciar FUNDADAMENTE a un magistrado.

Lo más elemental del sentido común impone una respuesta por la


negativa, dado que justamente la aplicación de dicha norma significa
alteración limitante y restrictiva del derecho regulado.

Que en síntesis podemos afirmar que la aplicación de la norma al


caso concreto resulta violatoria de los Arts. 1, 14 y 28 de la

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Constitución Nacional y su correlato en los Arts. 1, 18 y 29 de la
Constitución Provincial, todo lo que supone su nulidad absoluta.

4.3.- AFECTACIÓN A GARANTÍAS Y DERECHOS SINDICALES:


Como expresamente prevén las constituciones tanto nacional
como provincial, la actividad sindical se encuentra tutelada a fin de
fomentar su ejercicio en pos de los derechos de los trabajadores (Arts.
14 bis Constitución Nacional y 42 de la Constitución Provincial).

Concomitantemente el Art. 1 de la Ley 23.551 estipula la garantía


de libertad sindical para la organización y la acción de las Asociaciones
Sindicales.

De esta garantía se desprende que el accionar del estado


encuentra como limitación primaria el respeto y la observancia de las
libertades sindicales en pos de garantizar su accionar.

En el caso concreto la denuncia efectuada por el SEJuN, es una


clara actividad sindical en defensa de los derechos de los empleados
judiciales que prestaron y prestan servicios bajo la dependencia de la
magistrada denunciada.

En efecto el motivo de la denuncia presentada fue de la


numerosa cantidad de denuncias recibidas por el SEJuN, respecto de
situaciones de abuso y malos tratos sufridos por empleados judiciales
afiliados al gremio.

En esa impronta y siendo claro que la denuncia efectuad por el


SEJuN fue en el marco de una actividad gremial cabe preguntarse si el
hecho de que se le impongan las costas del proceso no configura una
afectación a la libertad sindical.

Como primera aproximación consideramos oportuno señalar que


la afectación no necesariamente debe ser previa al ejercicio, sino que
puede existir una afectación a la libertad sindical cuando de manera
posterior a su ejercicio se imponen consecuencias gravosas e
ilegítimas.

En efecto la libertad como valor axiológico normativo esta


constituida por la certeza permanente de que el ejercicio regular de las

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acciones sindicales no acarrearan consecuencias nocivas para la
organización y si ese estándar de conducta se afecta aún de manera
posterior, existe afectación a la libertad sindical que se verá
condicionada de manera ilegítima para futuras acciones.

Por otra parte no resulta argüible en el caso concreto que la


imposición de costas no resulta una afectación, dado que
materialmente supone afrontar una fuerte suma de dinero con la
consecuente afectación del patrimonio del SEJuN, no siendo legalmente
exigible dicha contraprestación.

Es en esa impronta que lo resuelto por el jurado de enjuiciamiento


en relación a las costas resulta un verdadera e inconstitucional
afectación al ejercicio regular de la libertad sindical, dado que de esta
forma se sanciona al sindicato por una actividad legal en ejercicio de
una mandato conferido.

Esta circunstancia limita ilegítimamente la capacidad del


representación del SEJuN en relación a sus afiliados, dado que por un
lado se le impone el pago de las costas, lo que como ya se dijo
redundará en una perdida patrimonial de fondos que normalmente se
afectaría a fines gremiales y por otra lado significa un elemento
condicionante en relación a futuras situaciones de conflicto.

4.4.- VIOLACIÓN A LOS LIMITES DE LA COSA JUZGADA:


Como una dimanación autónoma de la violación al debido proceso
antes referida, corresponde señalar la violación a los límites subjetivos
de la cosa juzgada.

La misma puede ser definida como el atributo de inmutabilidad o


irrevocabilidad que adquieren los efectos de una sentencia definitiva
consentida por las partes.

En virtud del mencionado carácter la cosa juzgada como


institución procesal tiene límites objetivos y subjetivos que no pueden
alterarse mediante el pronunciamiento bajo pena de nulidad.

Así entre los limites subjetivos encontramos que la extensión de


la cosa juzgada no puede ir mas allá de aquellas personas que han sido
parte en el proceso, en este sentido afirma Lino E. Palacio: “Como

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principio de carácter general, la cosa juzgada comprende
solamente a quienes han revestido el carácter de partes en el
proceso en el cual se dictó sentencia que adquirió aquella
eficacia. Por lo tanto la cosa juzgada no puede beneficiar ni
perjudicar a los terceros que han permanecido ajenos al
proceso (res inter alios judicata aliis neque prodesse neque
nocere potest)” (Lino Enrique Palacio, Derecho Procesal Civil,
T. V, p. 521, Abeledo Perrot, Buenos Aires 1990).

En sentido concordante ha dicho recientemente la Corte Suprema


de Justicia de la Nación: “Si bien la existencia o inexistencia de la cosa
juzgada es un problema de hecho y de derecho procesal, ajeno a la
instancia extraordinaria, ello no es óbice para conocer en un planteo de
dicha naturaleza cuando la decisión impugnada extiende su valor
formal más allá de límites razonables y omite una adecuada
ponderación de aspectos relevantes de la causa, lo cual
redunda en un evidente menoscabo de la garantía del artículo
18 de la Constitución Nacional.” (Lorenzetti, Highton de Nolasco,
Fayt, Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Argibay C. 1318. XLIII; RHE Carutti,
Myriam Guadalupe s/Administración Nacional de la Seguridad Social
19/02/2008)

Como expresamente lo estipula la Ley 1565 en su Art. 17 el


denunciante no forma parte en el proceso de jurado de enjuiciamiento,
por lo que malamente pueden extendérsele los efectos de la cosa
juzgada de la sentencia que en dicho proceso recaiga.

En este sentido ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de la


Nación: “Teniendo en cuenta la particular naturaleza, alcance y
objetivos de la intervención de los organismos de fiscalización y control
de los recursos de la seguridad social, en las contiendas judiciales, su
situación no puede ser equiparada a la que usualmente revisten las
partes, por lo que no resulta fundado predicar su condición de
parte vencida en el juicio y aplicarles las costas.” (A.69.XXXIV.;
Asociación de Trabajadores del Estado c/ Dirección General Impositiva.
29/08/2000T. 323, P. 2349 Mayoría: Nazareno, Moliné, Fayt, Belluscio,
Petracchi, López, Bossert, Vázquez.)

Así, en palabras de la Corte Suprema, la falta de condición de


parte de una persona impide las imposición de las costas a su cargo, lo

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que no ha sido tenido en cuenta por el jurado a lo hora de decidir su
imposición.

5.- RESERVA DE QUEJA y CASO FEDERAL:


Reservo y ratifico la violación de derechos constitucionales de mi
mandante, por lo que expresamente dejo establecido para el caso de
que el Jurado de Enjuiciamiento de la Provincia de Neuquén deniegue
el recurso, el plantear queja por recurso mal denegado y el recurso
extraordinario previsto en el Art. 14 de la Ley 48 por ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación por la violación al Art. 1, 14, 14 bis, y
28, 31 de la Constitución Nacional, el Art. 8 Inc., 2 apartado H del Pacto
de San José de Costa Rica y el Art. 18 de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre, los Arts. 1, 18, 24, 29, 42 y 63 de
la Constitución Provincial

6.- PETITORIO:
-Tenga por presentado el recurso de casación en tiempo y forma.
-Se conceda el recurso incoado por las consideraciones
expuestas.
-Se eleven en su oportunidad las actuaciones al Tribunal Superior
de Justicia de la Provincia de Neuquén, del cual solicito:
-Haga lugar al recurso en todas sus partes.

Proveerlo así, es acorde a derecho y


justo.

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