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RAFAEL AN D R É S

ALEMAÑ BEREN G U E R

Desde que la humanidad envío las primeras sondas


espaciales automáticas a explorar el cosmos, los resulta-
dos de sus investigaciones no han dejado de depararnos
grandes sorpresas. La última de ellas –y la más peculiar,
de confirmarse definitivamente– concierne a las señales
enviadas por dos de las naves estadounidenses Pioneer
enviadas a los confines del Sistema Solar. Pero antes de
comenzar, hagamos algo de historia.

La sonda de la NASA Pioneer 10, lanzada en 1972, fue


el primer objeto manufacturado por el hombre en atravesar el
cinturón de asteroides. Durante su travesía tomó fotografías
cercanas de Júpiter y estudió su campo magnético. También
fue la primera sonda en explorar el Sistema Solar externo. En
1983 atravesó la órbita de Neptuno, y el 7 de febrero de 2003,
su emisión de radioondas se debilitó hasta hacerse indetecta-
ble. Se hallaba entonces a 80 Unidades Astronómicas (UA)
del Sol, el doble de la distancia media de Plutón. Si todo sigue
su curso tal como está previsto, la Pioneer 10 se internará en
el espacio profundo en dirección aproximada hacia la gigante
roja Aldebarán, a 68 años luz de nosotros, a donde llegará en
algo más de dos millones de años.
Por su parte, la sonda Pioneer 11 fue lanzada en 1973 y
siguió el camino de su nave hermana mientras estudiaba el
viento solar. El 30 de septiembre de 1995 su energía se debi-
litó hasta el punto de no poder continuar sus experimentos,
momento en el cual la NASA cesó su seguimiento. Estaba
entonces a 45 UA del Sol, alejándose a 2 UA/año. Ya no esta-
mos en su haz de radio señales (su antena no se puede girar),
y ahora se dirige hacia una zona de la constelación del Águila,
a donde llegará en cuatro millones de años terrestres.

¿CUÁL ES EL ENIGMA?
En conjunto, estas misiones Pioneer proporcionaron la
más precisa información disponible hasta ahora sobre nave-
gación en el espacio profundo. Sin embargo, el análisis de
sus radio señales indica la presencia de una inexplicada –y
minúscula– aceleración hacia el Sol (∼10–9 m/s2), efecto que
ha recibido la denominación de «anomalía del Pioneer». Se
trata de una cien millonésima de la aceleración de la gravedad

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sobre la superficie de nuestro planeta, lo que puede darnos una
idea aproximada –o quizás no– de la pequeñez del fenómeno
y de la extrema sutileza tanto de los cálculos que lo revelan
como de las explicaciones propuestas.
Esta anomalía también apareció en la sonda Ulysses, y
posiblemente en la Galileo, aunque los datos son imprecisos
porque eran misiones a Júpiter y distancias similares –con
trayectorias relativamente cercanas al Sol– donde la presión
de la radiación solar en mucho más importante. Los datos
suministrados por las naves Voyager 1 y 2 no ofrecen una fia-
bilidad suficiente, dado que tales artefactos son susceptibles de
girar sobre sí mismos, confundiendo con ello las conclusiones
de los especialistas encargados de analizarlos. Curiosamente
las dos sondas Viking enviadas a Marte no manifestaron esta
anomalía del Pioneer, y deberían haberlo hecho puesto que
su sistema de señales de radio era aún más preciso que el de
las Pioneer.
Veamos con mayor detenimiento la naturaleza de esta
anomalía. Como es de esperar, hay un efecto Doppler hacia
el rojo o redshift (alargamiento de la longitud de onda) debido
al movimiento de la sonda, que en todo momento se aleja de
nosotros. Recordemos que se llama efecto Doppler al aumento
o disminución del espaciamiento entre las ondas emitidas por
una fuente en movimiento. Si la fuente emisora se acerca a
nosotros, los frentes de ondas se estrecharán al alcanzarnos
puesto que están siendo generados por un emisor que se nos
aproxima. Por el contrario si la fuente se aleja, percibiremos
un espaciamiento mayor entre las ondas sucesivas que nos
llegan, ya que cada una de ellas estará siendo emitida desde
posiciones consecutivamente más alejadas.
Pero también hay un cierto desplazamiento hacia el azul
(blueshift) debido a efectos propios de la Teoría de la Rela-
tividad General (RG en adelante). Conforme se alejan del
Sistema Solar, las Pioneer están sometidas a una gravedad
progresivamente menor. Al debilitarse la gravedad las ondas
electromagnéticas deben consumir una energía menor en
vencer su atracción –por decirlo así– lo que se traduce en
un aumento comparativo de la frecuencia (con respecto a la
emisión en posiciones donde la gravedad es más intensa) y un
alargamiento de la longitud de onda de la señal de radio.
Esta última circunstancia compensa en parte el desplaza-
miento Doppler al rojo, aunque no del todo, y ahí es donde
comienzan las dificultades. Descontando la influencia de estos
dos fenómenos, y teniendo en cuenta muchos otros efectos
de contorno (influencias planetarias, viento solar, polvo cós-
mico, etc.), todavía queda un residuo numérico inexplicado
de exactamente 8,74 ± 1,33 × 10−10 m/s2. Esquemáticamente
expresado, sería:

Efecto Doppler + Desplazamiento RG + Anomalía =


Datos experimentales.

POSIBLES EXPLICACIONES
Los científicos, naturalmente, se embarcaron de inmediato
en toda suerte de explicaciones. Hay quienes parten de la

Impresión artística de la sonda Pioneer 10 fuera de nuestro Sistema Solar.


La estrella más brillante en la cabeza de la constelación del Escorpión
es el Sol. (Excepto donde se indique, todas las imágenes son cortesía
NASA)

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si esta postura se viese reforzada en futuras reconsideraciones
del asunto, las anomalías perderían su índole problemática y
carecerá ya de todo interés. Pero, ¿qué ocurriría si las ano-
malías no resultasen explicadas tan sencillamente?, ¿a qué
podrían deberse? Cabe agrupar las respuestas a estas preguntas
en distintos apartados. Examinemos a continuación algunos
de ellos.

a) Causas tecnológicas:
• Fugas de gas: Por ejemplo, helio de fisión producido por
los generadores termoeléctricos de radioisótopos de la
sonda.
• Fuerzas electromagnéticas debidas a una carga eléctrica
generada sobre la nave por fricción con el medio inter-
estelar.
• Errores en el cálculo del movimiento de la sonda.
b) Explicaciones astronómicas:
• Fuerzas gravitatorias no estimadas provenientes del
Cinturón de Kuiper o de agregaciones desconocidas de
masa.
• Fuerzas de arrastre debidas al medio interestelar (polvo,
rayos cósmicos, viento solar, etc.).

Parece claro que muchas de estas propuestas no resisten


la contrastación experimental. Dejando a un lado los posibles
errores de cálculo, ya revisados por el personal responsable de
ello, son las demás opciones las que reclaman nuestra aten-
ción. Si atribuimos la anomalía a una atracción insospechada
y suponemos la presencia de, digamos, 0,0003 masas solares
de materia oscura a unas 50 UA del Sol, podríamos explicar
el residuo numérico que nos inquieta. Pero en ese caso se
provocaría un conflicto insoluble con las órbitas planetarias
calculadas y observadas desde muchos años atrás, pues una
La sonda New Horizons, con destino a Plutón y sus lunas –junio millonésima de masa solar en esa región las perturbaría
2015–, viajará después a algún objeto del Cinturón de Kuiper –entre apreciablemente.
2016 y 2020–, como se representa en este dibujo. Durante su largo viaje,
existe la posibilidad de tratar de comprobar la anomalía de las Pioneer. NUEVAS TEORÍAS FÍSICAS
(JHUAPL/SwRI) No faltan los investigadores de mente inquieta que ven
en esta anomalía una suerte de «segundo perihelio de Mer-
suposición de que esta presunta anomalía no es tal. Se trataría curio» que nos colocaría en ciernes de una revolución en
de un resto numérico perfectamente explicable con nuestras la física conocida, tal como aquel célebre desfase secular
teorías físicas al uso, en concreto, la gravitación newtoniana advertía de la insuficiencia de los conceptos newtonianos en
y algunas pequeñas correcciones particulares. Es obvio que su aplicación al Universo. Sus planteamientos son numerosos

Gráfico explicativo del efecto


Doppler (ver texto). (©2002
Brooks and Cole Publishing)

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Esquema de las sondas
Pioneer 10 y 11, con los
instrumentos que portaban.
Cada una pesaba unos 260
kilogramos.

(Abajo): Los cuatro


vehículos fabricados por
el ser humano que están
abandonando el Sistema
Solar. Las dos sondas
Pioneer, lanzadas hace
ya 33 y 34 años, viajan en
trayectorias opuestas. Dibujo
no a escala.

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ondas electromagnéticas o bien gravitatorias para estudiar
el Universo temprano, encontramos que la velocidad de las
otras ondas varía con el tiempo, si bien el cociente cgrav/cluz es
siempre adimensional. Si tomamos cgrav constante, la velocidad
de la luz se incrementa en tiempos más cercanos al Big Bang,
lo que resuelve el problema del horizonte sin recurrir a la
inflación (cosa muy de agradecer, pues la RG es estrictamente
no invariante bajo dilataciones).

2º) Cosmología de p-branas


Las modernas teorías de supercuerdas y sus versiones
sobre membranas multidimensionales, han llevado a conjetu-
rar la posibilidad de que nuestro Universo sea una membrana
4-dimensional, o 4-brana (tres dimensiones espaciales y una
temporal), sumergida en un hiperespacio de, por lo menos,
una dimensión más.
En el caso más simple, con cinco dimensiones (cuatro
espaciales y una temporal) la métrica dependería de una
nueva constante fundamental del orden de la masa de Planck.
Aparece una fuerza extra de atracción que podría justificar la
anomalía del Pioneer, pero no se explica por qué no afecta
también a las órbitas planetarias.

3º) Modificaciones de la física clásica


Si admitimos la violación de la igualdad entre masa
gravitatoria e inercial (ya observada por Galileo) la grave-
dad no afectaría por igual a todos los cuerpos con indepen-
dencia de su masa y composición. Habría una aceleración
La sonda Pioneer 11, poco antes de ser encapsulada en la cofia del cohete adicional para cuerpos por debajo de una cierta «masa
que la lanzaría al espacio el 6 de abril de 1973. umbral», pero también resultaría demasiado artificioso
a ojos de la mayoría de los expertos. Tan artificial como
e imaginativos, por lo que aquí sólo pasaremos revista a los la suposición de una cierta asimetría inherente al campo
más relevantes. gravitatorio de las masas puntuales. Según esta idea el
campo de gravedad de la Tierra, por ejemplo, sería una
1º) Gravitación Bimétrica extraña mezcla entre campo central (isótropo) y solenoi-
Recordemos que en la RG einsteniana, el tensor métrico dal (como el magnético). Ningún dato experimental avala
gµν (un conjunto ordenado de coeficientes numéricos carac- semejante presunción.
terizados por un par de índices) juega el papel de potencial
gravitatorio; es decir, su variación en un punto nos indica la 5º) Variación de la velocidad c con el tiempo
intensidad gravitatoria en dicho punto. Ya en los años cuarenta Esta posibilidad es la que se ha venido a llamar «acelera-
del siglo XX, el físico Paul Dirac propuso ensayar lo que ción del tiempo». Podría deberse a alteraciones con el tiempo
ahora se conoce como teorías bimétricas de la gravitación. del vacío cuántico (habría una variación temporal de la cons-
La idea −muy sucintamente explicada− consiste en aceptar la tante dieléctrica y la permeabilidad magnética del vacío, ε0
existencia de dos métricas espacio-temporales según la región y µ0). O incluso cabría pensar en una aceleración del tiempo
considerada se halle vacía o llena con materia y campos (no propio con respecto al tiempo coordenado, d2τ/dt2 > 0.
gravitatorios). Llamando gµν a la métrica gravitatoria (que Debe recordarse que el tiempo propio dτ es el que mide
nos proporciona la velocidad a la que se propagan las per- cada observador situado en cada punto del espacio-tiempo.
turbaciones gravitatorias, las famosas «ondas gravitatorias») Por otro lado, el tiempo coordenado dt es el que asigna un
introducimos una segunda métrica válida en presencia de mismo observador a cada punto del espacio-tiempo desde su
materia, g’µν, relacionada con la anterior según: sistema de referencia. La proyección del tiempo coordenado
sobre el hiperplano tangente en un punto, nos da el tiempo
g’µν = gµν + (B/c2)∂µφ ∂νφ, propio en ese punto. En el espacio-tiempo de Minkowski (sin
curvatura), esta proyección está dada por un simple factor
donde B es un coeficiente positivo, y φ un campo escalar multiplicativo:
susceptible de interaccionar con («acoplado a», en la jerga de
los teóricos) la gravedad. dτ = (1− v2/c2)1/2 dt
Una consecuencia interesante de estas teorías es que
en ellas no hay agujeros negros, y que la velocidad de las Y la variación de uno respecto al otro es:
ondas gravitatorias, cgrav, es distinta de la de las ondas elec-
tromagnéticas, cluz. Como hay dos métricas, si usamos o bien dτ/dt = (1− v2/c2)1/2

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que es constante para v = cte. Hay una relación lineal entre apreciables, aunque todavía queda mucho por hacer. Se
ambos, y, por tanto, su derivada segunda (la variación de la halla pendiente un análisis exhaustivo de los datos de los
variación) será nula, d2τ/dt2 = 0. Pioneer referidos a los años previos a 1987, que posi-
En un espacio-tiempo con gravedad (curvo), la relación blemente arrojen alguna luz sobre el enigma. La sonda
es diferente. En el caso de Schwarzschild (masa puntual y New Horizons a Plutón –que debió ser lanzada el pasado
simetría esférica) tenemos: mes de enero– posee estabilizadores triaxiales, lo que la
capacitaría para investigar concretamente esta anomalía.
dτ = (1− Gm/c2r)1/2 dt Asimismo, podría lanzarse una misión específica, que
llegase a unas 20 UA en una órbita hiperbólica de escape,
y por ello, y observase la posible presencia de asteroides o masas
no catalogadas, si la causa de la anomalía es puramente
dτ/dt = (1− Gm/c2r)1/2 gravitatoria.
Por desasosegante que resulte hemos de concluir que,
Nuevamente este factor será constante para una distancia por el momento, carecemos de pistas definidas que escla-
r y una masa m fijadas. Entonces ahora también tendremos rezcan la causa de la anomalía del Pioneer. Tan oscura es
d2τ/dt2 = 0. Sigue habiendo una relación lineal entre ambos la cuestión que, en opinión de algunos autores, ni siquiera
tipos de tiempo. deberíamos estamos completamente seguros de que exista
Si ahora resulta que d2τ/dt2 > 0 es porque hay un factor una verdadera anomalía. Tan solo nos queda conservar la
desconocido en la relación entre el tiempo propio y el tiempo esperanza de que teorías y observaciones más refinadas
coordenado que aumenta dτ en relación con dt («aceleración nos brinden la respuesta, sea esta cual sea, en un futuro
del tiempo»). Expresado en un lenguaje geométrico propio próximo.
de la RG, diríamos que algo nuevo y desconocido distorsiona
las proyecciones. Rafael Andrés Alemañ Berenguer, licenciado en química y
física, es miembro de la Agrupación Astronómica de Alicante.
VÍAS DE INVESTIGACIÓN Ha publicado varios libros en la editorial Equipo Sirius, entre
Se han intentado recabar nuevos datos de sondas ellos «Tras los secretos del Universo», «Ciencia y Apocalip-
actuales, como la Cassini a Saturno, sin resultados sis» y «Relatividad parea Todos».

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