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Las Semillas de la Vida

(o Porqué la vida ha de estar basada en el carbono y el agua)


Autor : Félix M. Díaz ( Nota : Puedes contactar con el autor a través de nuestros foros )
La búsqueda de vida en otros mundos está basada en varias premisas, y la primera de
ellas es que cualquier forma de vida debe ser similar a la que única que conocemos, la
que existe en nuestro planeta. Puede pensarse que somos muy rígidos al negar la
existencia de otras formas de vida diferentes, pero hay motivos para pensar así. En
particular, la Comunidad Científica en general está convencida de que toda la vida
estará basada en estas dos Semillas de Vida: el carbono y el agua. Uno de los motivos
para pensar ello es la abundancia de los elementos en el universo. El carbono, junto con
el nitrógeno y el oxígeno, son elementos ligeros muy abundantes. Son los más
abundantes después del hidrógeno y el helio. El helio no forma compuestos, por lo que
no puede formar parte de la vida. Y el hidrógeno está en al agua (formada por dos
átomos de hidrógeno y uno de oxígeno).
El porqué del carbono.
La vida en la Tierra está basada en el carbono, hasta tal punto que no conocemos ningún
compuesto relacionado con la vida en el que no esté presente (la única excepción podría
ser el agua). El carbono presenta unas propiedades químicas muy interesantes, que
explican su posición de privilegio:
· En primer lugar, el carbono tiene valencia 4. La valencia es el número de uniones que
es capaz de formar un átomo con cualquier otro, y el carbono puede hacerlo con otros
cuatro, uno de los valores más altos posibles en la química (al menos para átomos
pequeños).
· En segundo lugar, el carbono es capaz de unirse a sí mismo para formar largas
cadenas, o incluso redes tridimensionales, y se trata de uniones muy fuertes; el caso más
extremo lo tenemos cuando cada átomo de carbono se une a otros cuatro, constituyendo
así una estructura formada sólo pro carbono: esa estructura es el diamante, la sustancia
más dura conocida. Sin llegar a tales extremos, es evidente que la unión de 2 ó 3 átomos
de carbono será muy fuerte. Además, a esas cadenas o redes de carbono pueden unirse
otros átomo, especialmente los otros antes mencionados, hidrógeno, oxígeno y
nitrógeno. Se forman así muchísimos compuestos enormemente complejos, justamente
el tipo de complejidad que hace posible la vida.
¿Sería posible otro elemento que sustituyera al carbono? Tendría que ser un elemento
abundante, y que formara gran cantidad de uniones consigo mismo y con otros
elementos.
De los cinco elementos más abundantes, ya descartamos al helio porque no forma
compuestos. El hidrógeno y el oxígeno tienen valencia 1 y 2, por lo que sólo pueden
formar compuestos muy sencillos. En teoría, podría haber una cadena formada por
átomos de oxígeno, pero lo más parecido es el peróxido de hidrógeno, formado por 2
átomos de hidrógeno y dos de oxígeno (es el principal componente del agua oxigenada).
El nitrógeno tiene valencia 3, y puede unirse a otros tres átomos. Sin embargo, no se
conocen cadenas de varios átomos de nitrógeno. Por lo tanto, sólo nos queda el carbono,
entre los 5 elementos más abundantes del universo.
¿Y no hay algún otro que, sin ser tan abundante, sea lo suficientemente abundante para
tenerlo en cuenta? El mejor candidato es el silicio, elemento muy abundante en las rocas
y, por lo tanto, en cualquier planeta tipo terrestre. El silicio forma, con el oxígeno la
sílice, que forma las arenas de las playas. Y la mayoría de las rocas son silicatos, es
decir derivados de sílice. Además, el silicio tiene valencia 4, igual que el carbono.
¿Puede haber vida basada en el silicio? Es difícil.
Empezando porque el silicio no forma cadenas ni redes consigo mismo. Es un átomo
demasiado grande para poder formar ese tipo de estructuras. Lo más parecido son las
estructuras con oxígeno como unión entre dos átomos de silicio; se forman así cadenas
y redes tridimensionales de gran tamaño, pero el resultado es casi siempre una roca.
Estos compuestos de silicio y oxígeno (es decir de sílice) carecen de las complejidades
de los compuestos de los seres vivos, son demasiado simples; además, son todos sólidos
insolubles, que sólo reaccionan estando fundidos a temperaturas del orden de 1.000ºC
(temperaturas típicas de la lava fundida, pero no de los seres vivos). Sólo existen unos
compuestos de silicio que tienen algunas propiedades conocidas en los compuestos de
los seres vivos; son las siliconas, compuestos de silicio, carbono, oxígeno e hidrógeno.
Podrían existir siliconas en algún ser vivo, pero si nos fijamos bien, ya se nos coló el
carbono por el camino... De todos modos, todos los compuestos de silicona conocidos
son artificiales, no se conoce ninguno en un ser vivo.
El porqué del agua
El agua, aparte de ser la molécula estable más abundante en el Universo (después de la
de hidrógeno H2), tiene unas propiedades físicas y químicas que la hacen muy especial.
En primer lugar, es líquida entre 0ºC y 100ºC, cuando otros compuestos similares son
gaseosos a esas temperatura. No es casualidad que las temperaturas adecuadas para la
vida se correspondan a la del agua líquida: la vida es imposible sin que ocurran
determinadas reacciones químicas; estas reacciones son demasiado lentas a 0ºC, y por
encima de 50ºC aparecen otras reacciones que tienden a romper la moléculas de los
seres vivos (hay seres vivos adaptados a soportar temperaturas de -40ºC o de 120ºC,
pero son casos especiales).
Esta característica de ser líquida (o incluso sólida, por debajo de 0ºC) se debe a la
formación de un tipo especial de unión, los puentes de hidrógeno, formados pro el
hidrógeno y elementos como oxígeno, nitrógeno o fluor; los puentes de hidrógeno
mantienen unidas las moléculas y les impiden separarse para formar un gas. En segundo
lugar, el agua es el mejor disolvente conocido, pues disuelve tanto sustancias polares
como no polares. Las sustancias polares forman iones (partículas con carga eléctrica) en
disolución, las no polares no forman iones, no tienen partículas cargadas. Esto es
posible porque la molécula de agua tiene una cierta polaridad, con lo que tiene lo mejor
de ambos mundos.
¿Pueden haber sustitutos del agua? Tienen que sustancias líquidas a temperaturas
compatibles con la vida, y además ser compuestos muy abundantes en el Universo. Eso
elimina sustancias como el fluoruro de hidrógeno, el cloruro de hidrógeno o el sulfuro
de hidrógeno. Dentro del grupo de sustancias parecidas, sólo nos queda el amoniaco. Es
concebible que exista vida usando amoniaco como disolvente, pero tendría que existir a
temperaturas más bajas, pues hierve a -33ºC. Además, sólo es líquido en el intervalo de
-78ºC a -33ºC, es decir sólo 45º, en lugar de los 100º del agua.
Se ha planteado que en la superficie de Titán (satélite de Saturno) puede haber océanos
de hidrocarburos como etano y metano. Es posible que en esas condiciones se formen
algunos compuestos adecuados para la vida, pero veo muy difícil que pueda existir la
vida. ¿Por qué? Primero, la temperatura será muy baja, y las reacciones serán demasiado
lentas. Segundo, el etano y metano son no polares, por lo que no son buenos
disolventes. Claro que a esas temperaturas el amoniaco es líquido... Bueno, esperemos a
ver lo que nos muestra la sonda Huygens que va en camino.

In 1954, J. B. S. Haldane, speaking at the Symposium on the Origin of Life, suggested


that an alternative biochemistry could be conceived in which water was replaced as a
solvent by liquid ammonia.1 Part of his reasoning was based on the observation that
water has a number of ammonia analogues. For example, the ammonia analogue of
methanol, CH3OH, is methylamine, CH3NH2. Haldane theorized that it might be
possible to build up the ammonia-based counterparts of complex substances, such as
proteins and nucleic acids, and then make use of the fact that an entire class of organic
compounds, the peptides, could exist without change in the ammonia system. The amide
molecules, which substitute for the normal amino acids, could then undergo
condensation to form polypeptides which would be almost identical in form to those
found in terrestrial life-forms. This hypothesis, which was developed further by the
British astronomer V. Axel Firsoff,2, 3 is of particular interest when considering the
possibility of biological evolution on ammonia-rich worlds such as gas giants and their
moons (see Jupiter, life on).
On the plus side, liquid ammonia does have some striking chemical similarities with
water. There is a whole system of organic and inorganic chemistry that takes place in
ammono, instead of aqueous, solution.4, 5 Ammonia has the further advantage of
dissolving most organics as well as or better than water,6 and it has the unprecedented
ability to dissolve many elemental metals, including sodium, magnesium, and
aluminum, directly into solution; moreover, several other elements, such as iodine,
sulfur, selenium, and phosphorus are also somewhat soluble in ammonia with minimal
reaction. Each of these elements is important to life chemistry and the pathways of
prebiotic synthesis. The objection is often raised that the liquidity range of liquid
ammonia—44°C at 1 atm pressure—is rather low for biology. But, as with water,
raising the planetary surface pressure broadens the liquidity range. At 60 atm, for
example, which is below the pressures available on Jupiter or Venus, ammonia boils at
98°C instead of -33°C, giving a liquidity range of 175°C. Ammonia-based life need
not necessarily be low temperature life! Ammonia has a dielectric constant about 1/4
that of water, making it a much poorer insulator. On the other hand, ammonia's heat of
fusion is higher, so it is relatively harder to freeze at the melting point. The specific heat
of ammonia is slightly greater than that of water, and it is far less viscous (it is freer-
flowing). The acid-base chemistry of liquid ammonia has been studied extensively, and
it has proven to be almost as rich in detail as that of the water system. In many ways, as
a solvent for life, ammonia is hardly inferior to water. Compelling analogues to the
macromolecules of Earthly life may be designed in the ammonia system. However, an
ammonia-based biochemistry might well develop along wholly different lines. There are
probably as many different possibilities in carbon-ammonia as in carbon-water
systems.7 The vital solvent of a living organism should be capable of dissociating into
anions (negative ions) and cations (positive ions), which permits acid-base reactions to
occur. In the ammonia solvent system, acids and bases are different than in the water
system (acidity and basicity are defined relative to the medium in which they are
dissolved). In the ammonia system, water, which reacts with liquid ammonia to yield
NH+ ion, would appear to be a strong acid—quite hostile to life! Ammono-life
astronomers, eyeing our planet, would doubtless view Earth's oceans as little more than
vats of hot acid. Water and ammonia are not chemically identical: they are simply
analogous. There will necessarily be many differences in the biochemical particulars.
Molton suggested, for example, that ammonia-based lifeforms may use cesium and
rubidium chlorides to regulate the electrical potential of cell membranes. These salts are
more soluble in liquid ammonia than the potassium or sodium salts used by terrestrial
life.8
On the down side, there are problems with the notion of ammonia as a basis for life.
These center principally upon the fact that the heat of vaporization of ammonia is only
half that of water and its surface tension only one third as much. Consequently, the
hydrogen bonds that exist between ammonia molecule are much weaker than those in
water so that ammonia would be less able to concentrate non-polar molecules through a
hydrophobic effect. Lacking this ability, questions hang over how well ammonia could
hold prebiotic molecules together sufficiently well to allow the formation of a self-
reproducing system.9

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