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•Quieres llegar cada vez más lejos... Isaías 55 •Quieres ser más decidido… Salmo 23
•Quieres planificar tu esfuerzo… Mateo, 25:14–30 •Quieres decidir bien… Romanos, 12:1-21
•Estás triste... Juan 14 •Sientes que no puedes con tu tarea.... Josué 1
•Has pecado… Salmo 51 •Aprecias tus bienes.... Marcos 10:17-31
•Buscas la reconciliación... 2 Corintios 5:15-18 •Eres tratado injustamente..... Salmo 37
•Te sientes en peligro... Salmo 91 •Te hieren y critican... 1 Corintios 13
•Sientes temor... Mateo 8:19–34 •Crees que no recibes lo justo... Mateo 20: 1-16
•Tu esperanza disminuye... .. Salmo 126 •Sientes enemistad ... Juan 15: 12-27
•Quieres fortalecer tu fe... Hebreos 11 •Te sientes desamparado... Salmo 27
•Sufres sin sentido... Romanos 8:1-30 •La adversidad te abruma... Salmo 3
•Te sientes decaer... Romanos 8:31-39 •Dudas en perdonar… Mateo 5, 43-48
•Buscas paz y descanso... Mateo 11:25-30 •Sientes que tu vida es estéril... Juan 15
•Buscas fortaleza y alegría... Salmo 90 •Sientes que Dios está lejos... Salmo 139
•Buscas protección para el camino... Salmo 121 •Quieres felicidad ... Colosenses 3:12-17
•Necesitas ayuda... . Mateo 7, 7-12 •Necesitas certidumbre... .... Marcos 8,35-36
INVOCACION
Si estás triste... Evangelio según San Juan, 14
«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.En la casa de mi Padre hay muchas
mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya
preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y
adonde yo voy sabéis el camino.»
Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a
mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto.»
Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy
con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú:
""Muéstranos al Padre""? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que
os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme:
yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os
digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al
Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré. Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al
Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a
quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora
con vosotros. No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero
vosotros si me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis.
Si estás triste... Evangelio según San Juan, 14
La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. Por ella fueron
alabados nuestros mayores. Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios,
de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece. Por la fe, ofreció Abel a Dios un
sacrificio más excelente que Caín, por ella fue declarado justo, con la aprobación que dio Dios a sus
ofrendas; y por ella, aun muerto, habla todavía. Por la fe, Henoc fue trasladado, de modo que no
vio la muerte y no se le halló, porque le trasladó Dios. Porque antes de contar su traslado, la
Escritura da en su favor testimonio de haber agradado a Dios. Ahora bien, sin fe es imposible
agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan.
Por la fe, Noé, advertido por Dios de lo que aún no se veía, con religioso temor construyó un arca
para salvar a su familia; por la fe, condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia según la
fe. Por la fe, Abraham, al ser llamado por Dios, obedeció y salió para el lugar que había de recibir
en herencia, y salió sin saber a dónde iba. Por la fe, peregrinó por la Tierra Prometida como en
tierra extraña, habitando en tiendas, lo mismo que Isaac y Jacob, coherederos de las mismas
promesas. Pues esperaba la ciudad asentada sobre cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por la fe, también Sara recibió, aun fuera de la edad apropiada, vigor para ser madre, pues tuvo
como digno de fe al que se lo prometía. Por lo cual también de uno solo y ya gastado nacieron hijos,
numerosos como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar. En la fe
murieron todos ellos, sin haber conseguido el objeto de las promesas: viéndolas y saludándolas
desde lejos y confesándose extraños y forasteros sobre la tierra. Los que tal dicen, claramente dan a
entender que van en busca de una patria; pues si hubiesen pensado en la tierra de la que habían
salido, habrían tenido ocasión de retornar a ella. Más bien aspiran a una mejor, a la celestial. Por
eso Dios no se avergüenza de ellos, de ser llamado Dios suyo, pues les tiene preparada una ciudad...
Si quieres fortalecer tu fe... Epístola a los Hebreos, 11
Por la fe, Abraham, sometido a la prueba, presentó a Isaac como ofrenda, y el que había recibido las
promesas, ofrecía a su unigénito , respecto del cual se le había dicho: Por Isaac tendrás descendencia. Pensaba
que poderoso era Dios aun para resucitar de entre los muertos. Por eso lo recobró para que Isaac fuera
también figura. Por la fe, bendijo Isaac a Jacob y Esaú en orden al futuro. Por la fe, Jacob, moribundo,
bendijo a cada uno de los hijos de José, y se inclinó apoyado en la cabeza de su bastón. Por la fe, José,
moribundo, evocó el éxodo de los hijos de Israel, y dio órdenes respecto de sus huesos. Por la fe, Moisés, recién
nacido, fue durante tres meses ocultado por sus padres, pues vieron que el niño era hermoso y no temieron el
edicto del rey. Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de una hija de Faraón, prefiriendo ser
maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar el efímero goce del pecado, estimando como riqueza mayor que
los tesoros de Egipto el oprobio de Cristo, porque tenía los ojos puestos en la recompensa. Por la fe, salió de
Egipto sin temer la ira del rey; se mantuvo firme como si viera al invisible. Por la fe, celebró la Pascua e hizo
la aspersión de sangre para que el Exterminador no tocase a los primogénitos de Israel. Por la fe, atravesaron
el mar Rojo como por una tierra seca; mientras que los egipcios intentando lo mismo, fueron tragados. Por la
fe, se derrumbaron los muros de Jericó, después de ser rodeados durante siete días. Por la fe, la ramera Rajab
no pereció con los incrédulos, por haber acogido amistosamente a los exploradores. Y ¿a qué continuar? Pues
me faltaría el tiempo si hubiera de hablar sobre Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas.
Estos, por la fe, sometieron reinos, hicieron justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca a los leones;
apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, curaron de sus enfermedades, fueron
valientes en la guerra, rechazando ejércitos extranjeros; las mujeres recobraban resucitados a sus muertos.
Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor; otros soportaron
burlas y azotes, y hasta cadenas y prisiones; apedreados, torturados, aserrados, muertos a espada; anduvieron
errantes cubiertos de pieles de oveja y de cabras; faltos de todo; oprimidos y maltratados, ¡hombres de los que
no era digno el mundo!, errantes por desiertos y montañas, por cavernas y antros de la tierra. Y todos ellos,
aunque alabados por su fe, no consiguieron el objeto de las promesas. Dios tenía ya dispuesto algo mejor para
nosotros, de modo que no llegaran ellos sin nosotros a la perfección.
Si quieres ser más decidido... Salmo 23
Salmo. De David.
Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.» Dícele Jesús:
«Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde
reclinar la cabeza.» Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi
padre.» Dícele Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.» Subió a la
barca y sus discípulos le siguieron. De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande
que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido. Acercándose ellos le
despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!» Díceles: «¿Por qué tenéis miedo,
hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran
bonanza. Y aquellos hombres, maravillados, decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el
mar le obedecen?» Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su
encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de
pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios?
¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?» Había allí a cierta distancia una gran
piara de puercos paciendo. Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara
de puercos.» El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara
se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas. Los porqueros huyeron, y al llegar
a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados. Y he aquí que toda la ciudad
salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término.
Si te hieren y critican... Primera Epístola a los Corintios, 13
Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como
bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los
misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no
tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las
llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. La caridad es paciente, es servicial; la caridad
no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no
toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa.
Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las
profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y
parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo perfecto, desaparecerá lo parcial. Cuando yo era
niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al hacerme hombre, dejé
todas las cosas de niño. Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara.
Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora
subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad.
Si buscas la reconciliación... Segunda Epístola a los Corintios, 5: 15-18
Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y
resucitó por ellos. Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si
conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así. Por tanto, el que está en Cristo, es
una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió
consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.
Si te sientes decaer... Epístola a los Romanos, 8:31-39
Ante esto ¿qué diremos? Si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? El que no perdonó ni
a su propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con él
graciosamente todas las cosas? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es quien justifica.
¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, el que murió; más aún el que resucitó, el que está a la
diestra de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La
tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la
espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas
destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó.
Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente
ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá
separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.
Si buscas paz y descanso... Evangelio según San Mateo, 11:25-30
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie
conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien
el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os
daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
Si buscas fortaleza y alegría... Salmo 90
Por consiguiente, ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús. Porque la
ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Pues
lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la carne, Dios, habiendo enviado a su
propio Hijo en una carne semejante a la del pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en
la carne, a fin de que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta,
no según la carne, sino según el espíritu. Efectivamente, los que viven según la carne, desean lo
carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son
muerte; mas las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne llevan al odio a Dios:
no se someten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; así, los que están en la carne, no pueden
agradar a Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios
habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece; mas si Cristo está en
vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la
justicia. Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros,
Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que habita en vosotros. Así que, hermanos míos, no somos deudores de
la carne para vivir según la carne, pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu
hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu
de Dios son hijos de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor;
antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! El
Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y, si
hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él,
para ser también con él glorificados.
Si sufres sin sentido... Epístola a los Romanos, 8:1-30
Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se
ha de manifestar en nosotros. Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la
revelación de los hijos de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no
espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la
servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Pues
sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella;
también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en
nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvación es en
esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa
que se ve? Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia. Y de igual manera, el
Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar
como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, y el que
escruta los corazones conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de
los santos es según Dios. Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para
bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. Pues a los que de
antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él
el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a
los que justificó, a ésos también los glorificó.
Si buscas protección para el camino… Salmo 121
Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo de Yahveh, que habló Yahveh a Josué, hijo de
Nun, y ayudante de Moisés, y le dijo: «Moisés, mi siervo, ha muerto; arriba, pues; pasa ese
Jordán, tú con todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy (a los israelitas). Os doy todo
lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés. Desde el desierto y
el Líbano hasta el Río grande, el Eufrates, (toda la tierra de los hititas) y hasta el mar Grande
de poniente, será vuestro territorio. Nadie podrá mantenerse delante de ti en todos los días de tu
vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. «Sé valiente
y firme, porque tú vas a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres. Sé,
pues, valiente y muy firme, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley que te dio mi siervo
Moisés. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito
dondequiera que vayas. No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así
procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus
empresas. ¿No te he mandado que seas valiente y firme? No tengas miedo ni te acobardes,
porque Yahveh tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.»
Si sientes que no puedes con tu tarea… Josué 1
Josué, pues, dio a los escribas del pueblo la orden siguiente: «Pasad por medio del campamento
y dad esta orden al pueblo: Haced provisiones, porque dentro de tres días pasaréis ese Jordán,
para entrar a poseer la tierra que Yahveh vuestro Dios os da en posesión.» A los rubenitas, a los
gaditas y a la medio tribu de Manasés les habló así: «Recordad la orden que os dio Moisés,
siervo de Yahveh: Yahveh vuestro Dios os ha concedido descanso, dándoos esta tierra. Vuestras
mujeres, vuestros pequeños y vuestros rebaños se quedarán en la tierra que os ha dado Moisés
al otro lado del Jordán. Pero vosotros, todos los guerreros esforzados, pasaréis en orden de
batalla al frente de vuestros hermanos y les ayudaréis hasta que Yahveh conceda descanso a
vuestros hermanos igual que a vosotros, y también ellos tomen posesión de la tierra que Yahveh
vuestro Dios les da. Entonces volveréis al país que os pertenece, el que os dio Moisés, siervo de
Yahveh, al lado oriental del Jordán.» Ellos respondieron a Josué: «Todo lo que nos has
mandado, lo haremos; dondequiera que nos envíes, iremos. Lo mismo que obedecimos en todo
a Moisés, te obedeceremos a ti. Basta con que Yahveh tu Dios esté contigo como estuvo con
Moisés. A todo el que sea rebelde a tu voz y no obedezca tus órdenes, en cualquier cosa que le
mandes, se le hará morir. Tú, sé valiente y firme.»
Si aprecias tus bienes... Evangelio según San Marcos, 10:17-31
Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante él, le preguntó:
«Maestro bueno, ¿ qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Jesús le dijo: «¿Por qué
me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no
cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a
tu madre.» El, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.» Jesús,
fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y
dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.» Pero él, abatido por
estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su
alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino
de Dios!» Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de
nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que un
camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.» Pero ellos se
asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?» Jesús, mirándolos
fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para
Dios.» Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre,
hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al
presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el
mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»
Si eres tratado injustamente... Salmo 37
Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo
no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi
Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a
vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de
modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombreos lo conceda. Lo que os mando es que os
améis los unos a los otros.» «Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a
vosotros.Su fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo,porque
yo al elegiros os he sacado del mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os
he dicho: El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán
a vosotros; si han guardado mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo
harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si yo no hubiera
venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado.
El que me odia, odia también a mi Padre. Si no hubiera hecho entre ellos obras que no ha
hecho ningún otro, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y nos odian a mí y a mi
Padre. Pero es para que se cumpla lo que está escrito en su Ley: Me han odiado sin motivo.
Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad, que
procede del Padre, él dará testimonio de mí. Pero también vosotros daréis testimonio, porque
estáis conmigo desde el principio.
Si tu esperanza disminuye ... Salmo 126
No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para
que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al
Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.» «Si
el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros. Su fuerais del mundo, el
mundo amaría lo suyo; pero, como no sois del mundo, porque yo al elegiros os he sacado del
mundo, por eso os odia el mundo. Acordaos de la palabra que os he dicho: El siervo no es más
que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros; si han guardado
mi Palabra, también la vuestra guardarán. Pero todo esto os lo harán por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me ha enviado.
Si yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen
excusa de su pecado. El que me odia, odia también a mi Padre. Si no hubiera hecho entre ellos
obras que no ha hecho ningún otro, no tendrían pecado; pero ahora las han visto, y nos odian a
mí y a mi Padre. Pero es para que se cumpla lo que está escrito en su Ley: Me han odiado sin
motivo. Cuando venga el Paráclito, que yo os enviaré de junto al Padre, el Espíritu de la verdad,
que procede del Padre, él dará testimonio de mí.
Pero también vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio.
Si quieres felicidad... Epístola a los Colosenses, 3:12-17
¡Oh, todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin
plata, y sin pagar, vino y leche!
¿Por qué gastar plata en lo que no es pan, y vuestro jornal en lo que no sacia?
Hacedme caso y comed cosa buena, y disfrutaréis con algo sustancioso. Aplicad el oído y
acudid a mí, oíd y vivirá vuestra alma. Pues voy a firmar con vosotros una alianza eterna: las
amorosas y fieles promesas hechas a David. Mira que por testigo de las naciones le he puesto,
caudillo y legislador de las naciones. Mira que a un pueblo que no conocías has de convocar, y
un pueblo que no te conocía, a ti correrá por amor de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel,
porque te ha honrado. Buscad a Yahveh mientras se deja encontrar, llamadle mientras está
cercano. Deje el malo su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Yahveh, que
tendrá compasión de él, a nuestro Dios, que será grande en perdonar.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos -
oráculo de Yahveh -. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos
a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros. Como descienden la lluvia y la nieve de los
cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que
dé simiente al sembrador y pan para comer, así será mi palabra, la que salga de mi boca, que
no tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que
la envié. Sí, con alegría saldréis, y en paz seréis traídos. Los montes y las colinas romperán ante
vosotros en gritos de júbilo, y todos los árboles del campo batirán palmas. En lugar del espino
crecerá el ciprés, en lugar de la ortiga crecerá el mirto. Será para renombre de Yahveh, para
señal eterna que no será borrada.
Si quieres decidir bien… Epístola a los Romanos, 12:1-21
Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como
una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis
al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de
forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. En
virtud de la gracia que me fue dada, os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en
más de lo que conviene; tened más bien una sobria estima según la medida de la fe que otorgó
Dios a cada cual. Pues, así como nuestro cuerpo, en su unidad, posee muchos miembros, y no
desempeñan todos los miembros la misma función, así también nosotros, siendo muchos, no
formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros
de los otros. Pero teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don
de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe; si es el ministerio, en el ministerio; la
enseñanza, enseñando; la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con
solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad.
Si quieres decidir bien… Epístola a los Romanos, 12:1-21
Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos
cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros; con un celo sin
negligencia; con espíritu fervoroso; sirviendo al Señor; con la alegría de la esperanza; constantes
en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesitades de los santos;
practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen, no maldigáis. Alegraos con los que
se alegran; llorad con los que lloran. Tened un mismo sentir los unos para con los otros; sin
complaceros en la altivez; atraídos más bien por lo humilde; no os complazcáis en vuestra propia
sabiduría. Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres: en lo
posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres; no tomando la justicia
por cuenta vuestra, queridos míos, dejad lugar a la Cólera, pues dice la Escritura: Mía es la
venganza: yo daré el pago merecido, dice el Señor. Antes al contrario: si tu enemigo tiene
hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su
cabeza. No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien.
Si crees que no recibes lo justo… Evangelio según San Mateo, 20: 1-16
«En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la
mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario
al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la
plaza parados, les dijo: ""Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo."" Y ellos
fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora
undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ""¿Por qué estáis aquí todo el día
parados?"" Dícenle: ""Es que nadie nos ha contratado."" Díceles: ""Id también vosotros a la
viña."" Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ""Llama a los obreros y
págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros."" Vinieron, pues, los de la
hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían
más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el
propietario, diciendo: ""Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a
nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor."" Pero él contestó a uno de ellos:
""Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo
tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer
con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?"". Así, los últimos
serán primeros y los primeros, últimos.»
Si la adversidad te abruma... Salmo 3
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Amarás a
tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos
y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial,
que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen
eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros
hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los
gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.
Si quieres planificar tu esfuerzo...Evangelio según San Mateo, 25:14–30
«Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su
hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se
ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó
otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había
recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho
tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había
recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: ""Señor, cinco talentos me entregaste;
aquí tienes otros cinco que he ganado."“ Su señor le dijo: ""¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo
poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor."“ Llegándose
también el de los dos talentos dijo: ""Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos
que he ganado."“ Su señor le dijo: ""¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al
frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor."“ Llegándose también el que había
recibido un talento dijo: ""Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no
sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu
talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo."“ Mas su señor le respondió: ""Siervo malo y
perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber
entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los
intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo
el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese
siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.""
Dios mío,
Que mis manos sean siempre generosas y solidarias
y que mis pasos transiten firmes por caminos de paz.
Madre mía,
Refugio en mi camino, protégeme y ayúdame a ser siempre fiel.