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Canje de Armas en Mendoza

Martín Appiolaza
Coordinador del programa Canje de Armas por Mejores Condiciones de Vida

Ministerio de Justicia y Seguridad


Gobierno de Mendoza

1
1. Introducción
“No se debe exigir orden para gobernar bien, sino que hay que gobernar bien para lograr el único orden que tiene
sentido. No es el orden el que refuerza la justicia, sino la justicia la que da su certeza al orden. Nadie tanto como
nosotros puede anhelar este orden superior en el que, en una nación en paz consigo misma y con su destino, cada uno
tendrá su parte de trabajo y de descanso; en el que el obrero podrá trabajar sin amarguras ni envidia; en el que el
artista podrá crear sin atormentarse por la desdicha del hombre; en el que, en fin cada ser humano podrá meditar, en
el silencio de su intimidad, sobre su propia condición”. Albert Camus, en “Combat”
No hay que perder de vista la cara, no hay que olvidar el nombre y apellido de las personas que
resultan heridas o muertas por un disparo, a la hora de pensar una política pública.
El 3 de abril de 2000 a Scarlett Muñoz le pegaron un balazo sin querer. Estaba atendiendo su
carrito panchero en Santiago del Estero y San Vicente de Godoy Cruz cuando una bala perdida
le impactó a la altura de la clavícula. A unos metros, dos bandas de adolescentes de Villa
Hipódromo se estaban tiroteando.
El 12 de septiembre de 2000 una bala le perforó el ojo izquierdo a Diego Matías López (de 16
meses) y salió por la parte trasera de la cabeza. El nene encontró el arma sobre una cama y tocó
el gatillo. Estaba de visita en la casa de un pariente.
A Francisco Gabriel Agostino lo mató un balazo el 19 de marzo de 2000. Pero en su propia
casa y aparentemente disparado por su hijo. Dudan si fue una pelea o un accidente.
El 19 de septiembre de 2000 una bala perdida le impactó a Cintia Rodríguez, de 15 años.
Estaba en la casa de una vecina en el barrio San Martín y uno de los proyectiles disparados por
dos bandas de adolescentes que estaban peleándose en la calle, le perforó la pierna.
El 13 de septiembre de 2000 murió Marisol Rosales. Tenía 12 años. Una bala perdida le
perforó el brazo izquierdo, pasó por el tórax y le hirió el pulmón y el corazón mientras estaba
en su casa del barrio Santa Rita II de Ciudad.
La entrega voluntaria de armas, es un nuevo paradigma en el control de armas convencionales. Es
una forma de alternativa política para la no-proliferación. Se empezaron a aplicar en Estados
Unidos. Otros antecedentes: El Salvador (“Bienes de Consumo por Armas de Fuego”), Panamá
(“Intercambio de Armas por Mejores Condiciones de Vida”), Albania, Camboya, Mozambique y
Brasil.
Durante la semana de la navidad de 2000 y entre abril y mayo en la provincia de Mendoza
(Argentina), el ministerio de Justicia y Seguridad implementó un programa de entrega voluntaria de
armas (PEVA). Participaron en el llamado Plan Canje de Armas por Mejores Condiciones de
Vida miles de personas que entregaron armas de fuego y municiones en perfectas condiciones de
uso a cambio de bonos de compra en comercios minoristas, y entradas para ver partidos de fútbol
entre equipos locales.
En sociedades post-conflicto, las Naciones Unidas y ONG consideran que los PEVA son una
opción política. Pero se aplican en tiempos de paz, cuando el aumento de la delincuencia y la
violencia preocupan.
“Los programas de recolección de armas tienen más posibilidad de éxito cuando cuentan con
amplio apoyo a través del espectro político. En muchos casos los recursos se obtienen en una
combinación de dinero en efectivo y contribuciones materiales, o se ven compensados por los
voluntarios”, aseguró William Godnick del Program on Security and Development (Monterey Ins-
titute on Inteational Studies), que asesoró en la implementación.
Pero en los meses previos a la puesta en marcha en Mendoza, la propuesta gubernamental de extraer
armas de la sociedad dejando de lado los métodos tradicionales (allanamientos por ejemplo) y
evitando así la judicialización del tema, despertó reacciones de todo tipo. Polemizaron quienes
defienden la intervención activa de las fuerzas de seguridad como única posibilidad, contra los que
2
entienden que el Plan Canje es una alternativa más para la prevención de los delitos y los
accidentes.
El escenario del debate se extendió desde los medios de comunicación a la Legislatura Provincial
(donde se impuso por votación el proyecto de ley que instrumentó el programa1), e incluso llegó a
opinar a favor el Presidente de la Nación, sus ministros y gobernadores de distintas provincias
encabezados por el gobernador de Mendoza, Roberto Iglesias. El Canje se planteó en la primera
reunión del Consejo de Seguridad Interior, en febrero de 2000. En la reunión del mismo consejo, en
14 de junio del 2001, se decidió apoyar su realización en otras partes del país.
Las polémicas locales permitieron cristalizar las posiciones antagónicas a la hora de entender el
problema de la seguridad ciudadana y pensar la forma de abordarlo. La persistente prédica en
defensa del proyecto ayudó a distintos sectores de la sociedad a empezar a entender la seguridad
como algo más que una lucha entre buenos y malos. La prevención como compromiso ciudadano
ganó terreno. Las encuestas indican que ya un 84% de los mendocinos dice que NO está más seguro
teniendo armas.
Esta posición estuvo sostenida por una política de Estado en materia de seguridad. El acuerdo entre
distintos sectores políticos y sociales alcanzado en Mendoza a fines de 1998, ha permitido en los
últimos dos años generar cambios estructurales en el sistema de seguridad2.
Superada las instancias de debate, el mayor desafío fue obtener resultados satisfactorios a la hora de
recolectar armas y municiones. Los criterios de evaluación se diseñaron sobre la marcha teniendo
en cuenta experiencias de otros países. Se triplicó el más optimista de los pronósticos. Se
escucharon elogios y se multiplicó el entusiasmo de la gente.
A los pocos días, en una metalúrgica, las armas quedaron inutilizadas al prensarlas. Los esqueletos
metálicos van a convertirse en un monumento a la paz que ya están preparando los estudiantes de
artes plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo.
Hay que destacar que la de Mendoza es la primera experiencia en el país de un programa de
desarme sostenido por la entrega voluntaria. Los óptimos resultados de la iniciativa han llevado a
otros gobiernos provinciales a imitar el Plan Canje como una acción preventiva y de largo aliento3.

2. Una aproximación
En la Argentina tener armas fue durante muchos años algo habitual. El único trámite era
comprarlas. No importaba si era para cazar, para divertirse, sentirse seguros o matar. La falta de
legislación terminó complicó todavía más las cosas. Es que el Estado siempre consideró el tema
como algo menor.
Durante años esas armas, pasaron de mano en mano o estuvieron guardadas en el fondo de un
placard. Y pocos las quisieron registrar cuando empezaron los controles. O las destruyeron, se las
quedaron o las vendieron por menos de lo que valen en el mercado negro.
El Registro Nacional de Armas (RENAR) intenta reempadronarlas, pero es difícil revertir las
costumbres. Cada tanto lanza una amnistía para alentar a la gente que tenga los papeles en regla.
Pero en general son trámites onerosos.

1
La ley provincial 6809, aprobada en agosto del 2000 autoriza la recepción de armas de fuego de uso civil y la entrega
de bienes sociales. Esta es la columna legal que le da sustento legal del Plan Canje de Armas.
2
Tiene tres pilares: la eficientización de la Justicia penal y del sistema penitenciario (reforma de códigos y del
funcionamiento de los penales); la reforma de la organización y formación de las policías con la ley 6722 (división en
policías distritales, reformulación del régimen disciplinario y educación universitaria, etc.); y la participación de la
comunidad en ámbitos consagrados por ley desde donde surgen la información y la predisposición para avanzar en
medidas preventivas. El Canje es claramente una opción preventiva y se transformó en la más conocida por la opinión
pública.
3
En las provincias de San Juan, Neuquen, La Pampa y Chubut ya está dispuesta su realización.

3
“Tenemos la sensación de estar sobre un colchón de armas”, dijo el presidente Fernando de la Rúa
cuando defendió el Plan Canje de Armas en la reunión del Consejo de Seguridad Interior.
Además del fácil acceso a lar armas y la dificultad de ejercer controles, hay otros factores sociales
que son tenidos en cuenta al lanzar el programa de entrega voluntaria. Y dar soporte a la elección de
Mendoza como piloto de este plan que apuesta a la participación y la responsabilidad ciudadana.
La desocupación, la exclusión, la violencia, las víctimas, las estadísticas delictivas o el
funcionamiento de la Justicia ayudan a aproximarse el tema con una perspectiva multicausal.

2.1 Indicadores sociales


La violencia social volvió a ser un problema grave en los ’90. Las reformas económicas, que
redujeron el aparato estatal y su capacidad de intervención generaron cambios estructurales. Pero
creció la pobreza, la desocupación, la exclusión y la concentración de las riquezas. Con ellas el
delito y los hechos violentos.
La Argentina pasa por un momento de estabilidad monetaria con paridad uno a uno con el dólar
estadounidense. Tiene que pagar su deuda externa en dólares, ha asumido nuevos compromisos de
reducción del déficit y lleva dos años de crisis recesiva.
“América Latina es el segundo continente más violento. Las tasas de criminalidad violenta
aparecen en comunidades signadas por décadas de políticas económicas marcadas por la
desigualdad. Miles de excluidos del sistema y la constante profundización de la brecha entre ricos
y pobres, explican el aumento de la delincuencia violenta en las ciudades. Los controles informales
y formales del delito han sido superados por una población que sufre graves desigualdades en los
ingresos y los recursos, sumado a la ausencia de oportunidades legítimas para acceder a los bienes
que imponen a la sociedad de nuestros días. El debilitamiento, en algunos casos la fractura, de los
lazos sociales de cohesión primaria (familia, escuela, centros de recreación) contribuyen a la
generación de factores de riesgo criminógenos”, dice el informe sobre el delito en la Argentina del
Ministerio de Justicia.

2.2 Desocupación y subocupación


La desocupación y subocupación se incrementó todavía más con las crisis recesivas que se
desataron después de las caídas de las bolsas en el sudeste asiático y en Brasil.
En los últimos veinte años la pobreza se multiplicó por tres. Según el Banco Mundial (marzo de
1999) el 36,1% de los argentinos se encuentra por debajo de la línea de pobreza y el 8,6% es
indigente. Estamos hablando de unos 17 millones de personas. Los mismos estudios indican que
hay una distribución regresiva de las riquezas que se concentran en un segmento cada vez menor.
En el Gran Mendoza –donde se aplicó con más fuerza el Plan Canje de Armas por mejores
condiciones de vida- viven alrededor de 850 mil personas.
En mayo del año 2000 en el Gran Mendoza, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
(Indec), había unas 30 mil personas sin trabajo y otras 60 mil con problemas para conseguir un
empleo estable (las cosechas de estación son un paliativo). La tasa de desocupación era del 9,8%
(baja en relación al resto del país).
El sueldo promedio mensual roza los mil pesos.

2.3 Unidad comunitaria


Las consecuencias de las transformaciones terminaron por resentir también el lazo social. La
frustración en lo colectivo indujo a una retracción hacia lo individual. Se quebraron las
solidaridades tradicionales y las formas del contrato salarial.
“Los factores de orden económico sólo tuvieron pleno efecto porque intervenían en un contexto de
particular fragilización del vínculo social, ligado a las transformaciones de largo plazo en nuestras

4
sociedades. Lo que se encuentra en el centro de la crisis actual es lo que podría llamarse la crisis
del sujeto... Para salir no hay otro camino que encontrar un nuevo modo de compresión política de
lo que está en juego en la esfera privada. En efecto, es el gran silencio de lo político sobre las
dimensiones personales e íntimas el que provoca confusamente el ascenso de las sectas y de lo
irracional, la violencia nihilista y todas las modalidades perversas de expresión política”4.
Hay que entender estos cambios desde la perspectiva individual. Y las ciencias sociales no han
desarrollado demasiado los mecanismos. Esta crisis del sujeto entonces pasa a ser un área opaca y
muchas veces hay que manejarse a tientas.
Aunque parezca lo contrario, las soluciones siguen siendo colectivas. Pero se avanza hacia el
encuentro del otro desde la decisión individual. Y hay también una mutación en la relación entre lo
individual y lo colectivo, que pareciera que ya no sirve para satisfacer todas las necesidades de la
persona.
Se fortalecen entonces otras formas de asociación. Hay que procurarse la supervivencia y darle
sentido a la existencia. Hay que ser parte de algo. Quizá por esto tienen cada vez más fuerzas las
ONG (organismos no gubernamentales), los cultos, los grupos deportivos.
“La sensibilidad a la inseguridad no procede únicamente de la multiplicación de la delincuencia
menor. Obedece mucho más a la generalización de una relación más frágil e incierta con los
hombres y las cosas. El imaginario de seguridad es tanto más poderoso en nuestras sociedades
cuanto polariza, en un deseo de orden claramente materializable, la respuesta a una compleja
gama de situaciones de precariedad e incertidumbre. A medida que flaquea el apoyo de las
instituciones de encuadramiento y las normas sociales de conducta, brota una angustia tan difusa
como apremiante. Incapaces de analizar claramente sus mecanismos, polarizamos nuestras
actitudes sobre las formas más elementales de la tranquilidad: la del retorno del gendarme y la de
la propuesta “parareligiosa”, con el desarrollo del fenómeno de las sectas”5.

2.4 Evolución del delito


La cantidad de delitos ha crecido sin parar en los últimos 20 años. Después de las reformas de al
sistema de seguridad pública (ver “Estructura de las policías”), en 1999 comenzó a disminuir el
ritmo de crecimiento. Y en agosto y septiembre de 2000 la cantidad de delitos comenzó a decrecer
incluso los valores absolutos. Esta tendencia se acrecentó con el cambio del sistema de seguridad
urbana por un patrullaje permanente.
Sin embargo, las encuestas de victimización todavía muestran en el Gran Mendoza una brecha
gigantesca entre las víctimas reales de los delitos y los que creen que serán víctimas en cualquier
momento. Según un relevamiento del Ministerio de Justicia de la Nación, un 6% ha sufrido delitos,
sin embargo más del 80% cree que corre mucho riesgo.
Estas encuestas de victimización que el Ministerio de Justicia de la Nación viene haciendo en
Capital Federal, Gran Buenos Aires y Gran Rosario, dan algunas pautas sobre las características del
delito, que con precauciones podrían extrapolarse a Mendoza:
• La sensación de inseguridad es del 86,2% de la población encuestada.
• Los delitos contra la propiedad son los que a más gente afectan.
• El 70% de los afectados no hizo la denuncia (cifra negra). Y el 58% de los que sufrió un
robo con violencia (datos de 1998).
• La mayor parte de los agresores de los robos con violencia se encuentra entre la población
de jóvenes comprendidos en la franja etaria de 15 a 25 años de edad.
• El 15,4% de las víctimas de robo con violencia sufrió lesiones físicas. De todas maneras no
es el delito más común.
4
FITOUSSI y ROSANVALLON: La nueva era de las desigualdades, Manantial 1996.
5
Ibidem.

5
• El homicidio en ocasión de robo aumentó.

Evolución de hechos delictivos (1990-


1999)
Buenos
Aires

Ciudad de
Buenos
Aires
Córdoba

Mendoza

Santa Fe

1998
1996
1994

Total país
1992
1990

Secretaría de Política Criminal


Ministerio de Justicia de la Nación

2.5 Estadísticas de delitos con armas


“No todo crimen es evitable. Pero con menos armas habría menos muertos”. Eugenio Zaffaroni, La Nación, 10 de
agosto de 1999.
Desde hace dos años las estadísticas criminológicas se trabajan con un nuevo rigor en Mendoza.
Esos datos, clasificados de acuerdo a pautas internacionales indican que:
• Está disminuyendo la cantidad de homicidios. Como se puede ver más abajo en las
estadísticas hospitalarias, la mayoría se producen con armas de fuego. Al margen de este factor,
puede ser un indicativo de un cambio de conducta. Se ha reducido casi a la mitad el número, en
relación con 1998 cuando hubo un pico de violencia.
• En cambio, los asaltos a mano armada mantienen un ritmo ascendente. Este dato es un
exponente del fácil acceso a las armas y de la incorporación de nuevos grupos a las actividades
ilícitas.
• Una conclusión. Es muchas veces mayor la cantidad de muertos y heridos con armas de fuego
en disputas domésticas, suicidios y raptos pasionales, que en intentos de robo a mano armada.
Esta estadística demuele un concepto: tener armas para defenderse.

2.6 Las víctimas


Se puede suponer que si el Estado logra extraer armas del mercado negro, será más difícil el acceso,
y a largo plazo podría existir una disminución de los delitos con armas. Así también podrá
disminuir la cantidad de heridos.
Pero un objetivo a corto plazo es disminuir los accidentes por mal uso. La información estadística
de los hospitales públicos muestra que la sensación de inseguridad, el fácil acceso a las armas y la
falta de preparación para el uso, generan cada vez más accidentes.
Las estadísticas indican que la mayor parte de las víctimas de armas de fuego no llegan a ser
atendidas en los hospitales. Pero cuando llegan vivos, hay un alto grado de supervivencia. Los más

6
susceptibles de sufrir ataques son los hombres y que tienen entre 15 y 30 años. Respecto al calibre,
las armas parecen igualmente letales6.

2.7 Estructura y calidad de las policías


Mientras la actividad delictiva aumentaba, alentada por factores económico-sociales, la vieja Policía
de Mendoza mantuvo un abordaje unidimensional centrado en la represión. Pero no dio los
resultados esperados: la cantidad de delitos denunciados siguió creciendo.
En la formación de la vieja policía estuvo el germen de su desaparición. Las políticas inspiradas en
la Doctrina de Seguridad Nacional, transformaron a las policías en los años ’70 en organismos
mejor preparados para reprimir actividades políticas que para combatir los delitos comunes.
El Gobierno de Mendoza, respaldado por los partidos políticos con representación parlamentaria y
otras fuerzas sociales, lanzaron una profunda reforma del sistema de seguridad pública. Fueron
expulsados policías en apariencia vinculados con actos delictivos, se redujo la cantidad de
jerarquías en la estructura, se creó una centro terciario para la formación multidisciplinaria y
fundamentalmente, el poder civil se hizo cargo del manejo de las policías a través del Ministerio de
Justicia y Seguridad.
Desde 1998 existen 6 policías con perfiles y especialidades muy específicas. Así se terminó con el
esquema de una policía autónoma y encapsulada, que llevó a la esclerotización de la institución y
formación de una estructura sin capacidad de respuesta a los cambios en las modalidades delictivas.
Este nuevo esquema apuesta con fuerza a la prevención con foros vecinales, consejos
departamentales, programas de mediación y asistencia, contención social de los grupos de riesgo y
prácticas solidarias como las alarmas comunitarias.
Reforzando algunas líneas que en la Policía de Mendoza se venían trabajando, se busca estimular un
perfil de policía comunitaria en algunos sectores, preparada para el abordaje multidisciplinario de
los problemas delictivos, con capacidad de detección y mediación en los conflictos.

2.8 Sistema judicial


Las reformas del sistema de seguridad pública están rozando también al Poder Judicial. El primer
paso fue la sanción de un nuevo Código Procesal Penal que crea nuevas figuras orientadas a
desarticular organizaciones y establece el sistema acusatorio (desplazando prácticas inquisitivas).
Están en marcha las reformas del Código Civil, del Laboral y del funcionamiento integral de la
Justicia en Mendoza.
Las estadísticas del Ministerio de Justicia de la Nación muestran que en materia penal en Mendoza
vienen disminuyendo las sentencias, hasta alcanzar una tasa del 44,46 cada 10.000 en 1999. En gran
medida se debe a los inconvenientes en el funcionamiento de los juzgados de instrucción. Sobre
89930 delitos denunciados, hubo 694 condenas, es decir que llegan a debate el 0,77% de las causas.
La misma Justicia de Mendoza está participando en los cambios.

Comparación entre hechos delictuosos y sentencias


condenatorias (1999)
Lugar Total de delitos Total de sentencias Porcentaje
Santa Fe 73968 1684 2,28%
Ciudad de 191755 2513 1,31%
Buenos Aires
Córdoba 104362 1207 1,16%
Buenos Aires 293802 3408 1,16%
Mendoza 89930 694 0,77
Ministerio de Justicia de la Nación

6
Colaboró en la investigación estadística Carolina Appiolaza.

7
Leyes recientes permiten allanamientos masivos con la presencia de la Justicia, orientada también a
detectar armamentos. Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre las policías de Mendoza
secuestraron 575 armas en 3.014 allanamientos y 11.508 operativos de prevención, según
estadísticas de la Subsecretaría de Seguridad del Ministerio de Justicia y Seguridad.
En la Argentina se ha incrementado en los últimos 10 años la entrega voluntaria de armas para la
destrucción. El organismo oficial que las recibe es el RENAR y sus estadísticas indican que:
• Sobre un total de 22.669 armas destruidas en los últimos 25 años (sin agregar las de 1999 y el
2000), el 75% no tenían registro (en negro).
• El 25% de las armas entregadas para la destrucción estaba en regla, sin embargo sus dueños
decidieron desprenderse.
• Hay una tendencia ascendente a favor del desarme.

3. Uso de las armas


Los organismos internacionales especializados en políticas de desarme, recomiendan analizar los
factores sociales a la hora de diseñar un programa de entrega voluntaria de armas (PEVA). Pero
también algunos aspectos específicos del uso de las armas. “Dando guerra a las armas pequeñas y
livianas”, una guía para el desarme diseñada por el Programa sobre Seguridad y Desarrollo
(SAND) del Monterey Institute of International Studies y el Centro Internacional para la
Conversión en Bonn (BICC), sugiere una serie de preguntas orientativas.
¿Hasta qué punto la violencia se debe a la visibilidad, disponibilidad, posesión y uso indebido
de armas?
El repaso rápido de los factores sociales muestra un incremento de la violencia que puede responder
a una multiplicidad de fenómenos estructurales. El tema se complica por el fácil acceso a las armas
como consecuencia de los controles todavía precarios y a un mercado negro extendido.
En Mendoza se avanza hacia un cambio. Por la ley provincial 6809 (canje), “las personas que no
tuvieran registrada en legal forma armas de fuego de uso civil (ley 25086), deberán hacer entrega de
las mismas a quien indique el Ministerio de Justicia y Seguridad”.
La norma está orientada hacia los que tienen armas y aceptan entregarlas, pero que no las usan para
delinquir. Y es estricta: deberán entregar las armas no registradas.
La intervención del Estado en el tema contempla por un lado la entrega voluntaria y por los otro
métodos más duros contra los que presuntamente usan armas ilegales para delinquir. Se vienen
aplicando sistemáticamente allanamientos y secuestros.
Sintetizando, la presencia de armas en hechos violentos es sólo una consecuencia más de la
violencia social.
¿Qué tipo de armas puede identificarse como la causa primaria del problema?
La gente en la Argentina no tiene acceso a armas livianas. La situación es muy distinta en los países
que están saliendo de una guerra civil. El problema son las armas pequeñas ya sea en actos
delictivos, enfrentamientos entre grupos o accidentes (una parte relativamente chica de los que
llegan con heridas de armas, muere). El programa de entrega voluntaria de armas está claramente
orientado a las armas pequeñas, llamadas de uso civil y uso condicional, según la legislación
argentina.
En el país hay más de un millón y medio de armas registradas. Es decir que una de cada 20 personas
tiene un arma registrada legalmente. Pero se estima que otras veinte las tienen en negro. Otros datos
sobre los usuarios registrados:
La mayoría tiene entre 28 y 50 años.
El 85% son hombres.
Del total de los argentinos mayores de 20 años, sólo el 2,5% es legítimo usuario de armas.

8
En Mendoza (que tiene aproximadamente el 4% de los habitantes del país), está el 1,4% de las
armas registradas. Es una relación baja.
En el país hay casi 2 millones de armas registradas. El 75% son pistolas y revólveres. Les
siguen en menos proporción las escopetas y los fusiles o carabinas.
De los usuarios, el 60% son particulares, el 25% son miembros de las fuerzas de seguridad y el
15% restante son coleccionistas.
La cantidad de armas registradas empezó a crecer a partir de 1995, cuando se empezaron a
disponer los reempadronamientos.
En los últimos años ha disminuido la importación de armas. En cambio, aumentó la exportación.
Se podría especular con que hay menos consumo en el mercado interno, quizá producto de la
crisis.

4. Resultados
“Tal vez ofuscado por los reproches de sus padres ancianos que le recriminaban su desmesurada manera de beber,
fue que Héctor salió de la casa con una Roger Mágnum 45, un rifle Winchester y un revólver calibre 32 largo; armas
que guardaba de sus épocas de deportista de tiro al blanco. Esa noche, y por única vez, se convirtió, por unas horas, en
el francotirador más famoso de Godoy Cruz”. Rolando López, “Francotirador”, del libro “Partes diarios” (Basado en
un caso real ocurrido en 1998)
La primera etapa del Plan
Canje de Armas se puso en
marcha el sábado 23 de
diciembre del 2.000. Desde
temprano un grupo formado
por el coordinador del
programa, un especialista en
armas del Registro Provincial
de Armas, dos coordinadores
de foros departamentales de
Seguridad7 y dos custodios
policiales, empezó a recorrer
el Gran Mendoza y los
departamentos de la zona
Este8. Todo estaba calculado:
a qué casas debían ir, qué
armas les entregarían, cuando
debían demorar en cada parada y en el trayecto hasta la próxima arma. La planificación de esta
etapa se hizo a partir de un contacto directo, reiterado y pormenorizado con las personas dispuestas
a entregar sus armas que se comunicaron con los operadores del ministerio a través de una línea
telefónica gratuita. Al mismo tiempo funcionaron puntos fijos de recolección, debidamente
señalizados y publicitados.

7
La ley provincial 6721 que le dio forma al nuevo sistema de seguridad pública diseñado en el marco de una política de
Estado, crea la figura de los Consejos Departamentales de Seguridad. Están integrados por representantes de los foros
vecinales del departamento (espacio de discusión y evaluación comunitaria de las políticas públicas en la materia
correspondiente con la jurisdicción de una comisaría), un concejal por cada partido político con representación en el
concejo deliberante del departamento y un representante del ejecutivo comunal. El coordinador departamental de
seguridad es propuesto por los consejos y designado por el Ministerio de Justicia y Seguridad.
8
Se trata de dos de los cuatro polos urbanos de la provincia de Mendoza. En el Gran Mendoza vive alrededor de un
millón de personas. Los departamentos de la zona Este, un oasis productivo, viven unas 200 mil personas.

9
El canje siguió el 24 de diciembre, se suspendió el día de Navidad y se reanudó el martes 26. Esta
primera etapa del canje tuvo que suspenderse imprevistamente el viernes 29 al promediar la mañana
porque la cantidad de armas entregadas superó las previsiones y se terminaron los vales de compra.
En los 6 días se recolectaron 287 armas (entre escopetas, carabinas, revólveres y pistolas) y 1715
Clasificación de armas recibidas

Revólver Carabinas
64% 9%

Escopetas
13%
Pistolón Pistolas
1% 13%
municiones.
Todas las armas fueron destruidas el 4 de enero del 2001 en la metalúrgica Viasso. Hubo tres
excepciones: un revólver que tenía pedido de secuestro de la Justicia (ese arma fue entregada a los
magistrados, pero sin aportar datos sobre sus poseedores ya que el Canje, tal como fue planteado en
la ley es anónimo), y otros dos revólveres sobre los que había dudas respecto al calibre y al origen
(sólo se recibían armas de uso civil o de uso condicional que estuvieran inutilizadas, a fin de no
contrariar la normativa nacional vigente en la materia).
En la lista completa de armas recolectadas y posteriormente destruidas, se consigna el número de
acta, la marca, número y calibre. Además hay registro de la zona en la que fue recolectada y la
fecha (ver anexo I).
En esa lista no se contemplan las tres armas mencionadas anteriormente: una de ellas fue rescatada
y entregada a la Justicia porque tenía un pedido de secuestro; las otras dos se demoró la destrucción
hasta que se corroboró que no estaban pedidas por el Poder Judicial (así suman las 287 que se
indican en el gráfico).
En total, las entonces las armas recogidas fueron 287, las municiones 1715 y se entregaron 4 pases
para fútbol y 20.000 pesos en vales de compra.
La segunda etapa del Plan Canje de Armas se extendió entre el 10 de abril y el 25 de mayo. Debió
ser aplazada la finalización varias veces debido a la demanda. En esta oportunidad se extendió a la
zona Sur y al Valle de Uco, además del Gran Mendoza y la Zona Este. Abarcó 12 departamentos.
Participaron los estados municipales, organizaciones no gubernamentales, uniones vecinales e
incluso agrupaciones artísticas. El mejor trabajo lo realizó la Policía Comunitaria de la Zona Sur,
que logró una altísima relación armas-habitantes.
Sumando las armas y municiones de la primera y segunda etapa, los números definitivos fueron:
• 2650 armas
• 6600 municiones

5. Alcances
Cuando se plantearon los objetivos del Plan Canje, quedó en claro que no se buscaba sólo quitarle
las armas a los delincuentes (planteo reduccionistas que se limita a pensar que el problema de la
seguridad se soluciona actuando sobre los que ya transgredieron los límites de la ley). Todo lo
contrario, el programa enumeró una serie de objetivos que tenían que ver con lo cultural y lo
especialmente lo preventivo.

10
Concretamente, se enumeraron los siguientes objetivos9:
• Intervenir económicamente en el mercado negro, regulándolo. Si el Estado le pone
precios a las armas, estará distorsionando los valores en mercado. Subirle el precio a las
armas pude dificultarle el acceso a los que hoy sólo necesitan unos pocos pesos para
comprar en el mercado negro. No hay que olvidarse que las armas son uno de los objetos
más buscados en los robos porque después son fáciles de vender.
• Menos armas disponibles para la delincuencia. La hipótesis de máxima es extraer a lo
largo de varios años armas de la sociedad y controlar la venta e ingreso a la provincia. Así se
podrá dificultar seriamente el acceso a quienes las buscan para delinquir. Es un trabajo a
largo plazo que se ha propuesto el Ministerio de Justicia y Seguridad.
• El objetivo no es sólo recuperar armas de criminales, sino de toda la gente. Se busca
prevenir su circulación. Los que tienen armas para delinquir no las entreguen a cambio de
beneficios sociales. Para quitárselas, se aplican otros métodos como los allanamientos. El
canje está orientado a quienes quieran desprenderse de las armas convencidos de que
terminan generando más inseguridad que seguridad.
• Menos accidentes. Con menos armas dando vuelta, se puede presumir que también
disminuirán los accidentes. En lo que va del 2000 han sucedido episodios dramáticos con
niños lesionados o muertos por la impericia de la gente para manejar el arma. No hay que
perder de vista que las armas sirven para matar.
• Relacionar violencia con armas. El programa tiene ambiciones culturales. Se busca que la
gente visualice la relación entre armas y violencia. Las armas son un instrumento de la
violencia. El desarmarse es una forma de ahuyentar la violencia. Y si el desarme es producto
de una decisión individual lo suficientemente razonada, estaremos ante el cambio cultural
buscado.
• Aumentar la solidaridad comunitaria. Las reformas económicas estructurales cambiaron
violentamente las relaciones entre las personas y con ellas mismas10. Hubo retracción,
desconfianza, ansiedad. Hay que recuperar el espacio público y los vínculos sociales. Es un
paso para sentirse más seguro y para estarlo. El desarme puede ser entendido como un
producto de la solidaridad comunitaria.
• Acciones complementarias. Un abordaje amplio con campañas de concientización en las
escuelas, la intervención de las policías comunitarias predicando el desarme y la presión de
los allanamientos para captar armas ilegales, puede conducir al cambio cultural
ambicionado. Hay que tener en cuenta que las armas ilegales en manos de menores
constituye una fórmula explosiva.
Esta enumeración deja claro entonces, que el objetivo fue llegar a todos los sectores de la sociedad
con el mensaje sobre el desarme y con consejos para concientizar sobre los peligros que implican
tener armas de fuego. Y así se hizo, trazando una campaña de difusión amplia.
Pero, al mismo tiempo, la implementación del programa impuso límites legales.

9
APPIOLAZA, Martín: Canje de Armas por Mejores Condiciones de Vida, Ministerio de Justicia y Seguridad,
Mendoza, 2000.
10
Un dato sintomático es que los sectores más vulnerables y también los más afectados por la inseguridad son quienes
están excluidos. Hasta no hace mucho los códigos establecían que no se debían afectar a las personas de la misma
comunidad.

11
5.1 El andamiaje legal
En el debate legislativo se plantearon las posibles transgresiones a las normas legales que implicaría
un programa de entrega voluntaria de armas. A la hora de reglamentar la ley 690911, los estudios de
los asesores ministeriales fundamentaron las posibilidades de aplicación. El trabajo estuvo
acompañado por consultas a magistrados de la Justicia de instrucción y a especialistas en legislación
de armas.
El abogado Adolfo Moreno, preparó un dictamen donde sostuvo que la tenencia de armas de
guerra12 y de uso civil condicional13 está penado por la ley. Pero no está penada la tenencia de
armas y municionas de uso civil14. Y no sólo sería punible el portador de las armas sino también el
empleado o funcionario que las recepcione durante el canje armas de uso civil condicional o de
guerra según la ley nacional 25086 modificatoria del Código Penal. Para que el programa alcance

11
El siguiente es el texto completo de la ley provincial de armas 6809, aprobada en la Legislatura provincial con el voto
de los bloques de la Alianza y el Partido Justicialista, pero con la abstención del Partido Demócrata.
Artículo 1. Las personas que no tuvieran registrada en legal forma armas de fuego de uso civil (ley 25086), deberán
hacer entrega de las mismas a quien indique el Ministerio de Justicia y Seguridad en un plazo de ciento ochenta (180)
días, prorrogables por igual término y por única vez a partir de la vigencia del decreto reglamentario de la presente ley.
Artículo 2. La reglamentación deberá prever un sistema de entrega que evite la necesidad de portación de las armas
referidas en el artículo anterior por parte de personas no autorizadas para ello.
Artículo 3. Las personas que entreguen armas de fuego en condiciones de uso, conforme lo dispuesto en el artículo
anterior, podrán solicitar la entrega de un certificado que reunirá los requisitos que establezca la reglamentación y
mediante el cual se obtendrán los beneficios que disponga la misma.
Artículo 4. El ministerio de Justicia y Seguridad deberá comunicar mensualmente a la Comisión Bicameral de
Fiscalización y Control del Sistema de Seguridad Pública Provincial las características de las armas que fueran
recepcionadas de conformidad a los artículos anteriores, debiendo dar a publicidad la cantidad de armas rescatadas.
Las armas rescatadas mediante este sistema deberán ser públicamente destruidas en la forma y modalidades que indique
la reglamentación, salvo que la autoridad de aplicación disponga un destino diferente teniendo en cuenta los intereses de
la provincia.
Artículo 5. Facúltese al Ministerio de Justicia y Seguridad a implementar un sistema telefónico gratuito de recepción,
información y denuncias sobre tenencia, portación y comercialización ilegítima de armas, explosivos y municiones, lo
que será tomado como un elemento más por la Dirección de Investigaciones para la toma de las medidas pertinentes.
Artículo 6. Encomiéndese al ministerio de Justicia y Seguridad la implementación de los planes y autorízase la firma de
los convenios que fueren necesarios a fin de prevenir y controlar el ingreso irregular de armas de fuego, municiones y
explosivos en todos los accesos aéreos y terrestres de la provincia de Mendoza.
Artículo 7. Encomiéndese al Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Justicia y Seguridad el dictado de normas
reglamentarias y la implementación de las medidas necesarias tendientes a fiscalizar y controlar la legítima tenencia,
portación, ingreso, circulación y comercialización de armas de fuego, explosivos y municiones en la provincia de
Mendoza.
Artículo 8. Deróguese la disposición legal que se oponga a la presente.
Artículo 9. Comuníquese al Poder Ejecutivo.
(Aprobada por la Legislatura de Mendoza el 9 de agosto de 2000).
12
Según la ley nacional 20.429 y el decreto reglamentario 395/75 se consideran armas de guerra las que usan las fueras
armadas y de seguridad, las escopetas mayores al calibre .28 con un caño inferior a los 380 milímetros, las armas de
fuego con silenciadores, armas de lanzamiento o de fuego disimulado, las municiones expansivas, incendiarias,
dispositivos infrarrojos, los proyectiles envenenados y los lanzadores de químicos.
13
La misma reglamentación nacional fija que son armas de uso civil condicional las armas que usan las fuerzas de
seguridad cuando no estén identificadas con sus escudos, las que teniendo marcas han sido dadas de baja, las escopetas
con un cañón mayor de 380 milímetros y menor a los 600 milímetros de los calibres .24 y mayores y los revólveres con
un calibre.38.
14
Se consideran armas y municiones de uso civil las carabinas, fusiles y fusiles de caza de carga tiro a tiro, repetición o
semiautomáticos hasta el calibre .22 (excepto los calibres superiores al 22LR) y las escopetas de carga tiro a tiro y de
repetición con cañón superior a los 600 milímetros. También se consideran armas de uso civil las pistolas de repetición
o semiautomáticas hasta el calibre .25, las pistolas de carga tiro a tiro hasta el calibre .32, los revólveres hasta el calibre
.32 (excepto los tipo Mágnum) y los pistolones de caza de uno o dos cañones, de carga tiro a tiro de calibres .28, .32 y
.36. Se incluyen los agresivos químicos, municiones salvo los proyectiles tipo Brennese, Sabot o similares y los de
posta con diámetro superior a los 5 milímetros y las armas electrónicas.

12
este tipo de armamento se necesita una amnistía nacional. “Pero nada impide que el canje se haga
con armas y municiones de uso civil, ya que la tenencia de estos materiales es de competencia de la
Justicia de faltas y la provincia puede reglamentar su aplicación”, dictaminó Moreno. Y la ley 6809
es clara en este sentido ya que en su primer artículo se refiere a las armas de uso civil.
El dictamen de Moreno coincidió con el enfoque del texto de reglamentación preparado por la
presidente de la Junta de Disciplina del Ministerio de Justicia, María Paula Vetrugno15. Los jueces

15
El 21 de diciembre del 2000, con el decreto 2789 quedó reglamentada la ley de armas número 6.809. Allí se
establecen los lineamientos generales del programa y se hacen explícitos los alcances del Canje, restringiéndolo a armas
de uso civil y a las de uso civil condicional inutilizadas. También se deja abierta la posibilidad de hacer convenios con
el sector privado.
Art. 1° : Téngase por Reglamento de la Ley N° 6.809 el presente decreto con los alcances establecidos en los artículos
siguientes.
Art. 2° : El presente decreto entrará en vigencia a partir del día de su publicación en el Boletín Oficial.
Art. 3° : Será Autoridad de Aplicación de la ley N° 6.809 el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia, quien se
encontrará facultado para la implementación del Programa establecido en el Anexo I de este decreto, así como en todo a
lo atinente al control de armas en la provincia. La Autoridad de Aplicación estará facultada a delegar el ejercicio de las
funciones que le competen a los diversos organismos ministeriales idóneos en la materia.
Canje de armas
Art. 4° : Apruébese el PROGRAMA PROVINCIAL DE CANJE DE ARMAS cuyo texto inserto en el Anexo I forma
parte del presente Decreto Reglamentario.
Art. 5° : La implementación del PROGRAMA PROVINCIAL DE CANJE DE ARMAS estará a cargo de un
COORDINADOR designado por la Autoridad de Aplicación, quien tendrá las siguientes funciones:
Gestionar en todo el ámbito provincial los beneficios que se obtendrán en el Programa Provincial de Canje de Armas;
Controlar la entrega voluntaria de armas;
Tomar las medidas necesarias para llevar a cabo las jornadas de recolección;
Toda otra función que expresamente le delegue la Autoridad de Aplicación.
Art. 6° : Créese una comisión especial que será la encargada de la supervisión y control del canje voluntario de armas
por la población.
Esta comisión especial estará constituida por las siguientes autoridades:
El Gobernador de la provincia, o persona que él designe en su representación;
El Ministro de Justicia y Seguridad de la provincia o un representante designado a tal fin.
El Director provincial del REPAR (Registro Provincial de Armas) o un representante designado a tal fin.
Un auditor interno;
Trabajadores sociales que se designen por el Ministerio de Justicia y Seguridad;
Representantes de las Iglesias que participen del Programa.
Esta comisión llevará a cabo el desarrollo estratégico del intercambio de armas, recepcionando las mismas y otorgando
los certificados donde constaten los beneficios acordados.
A los fines expuestos, esta comisión estará facultada para delegar en algunos de sus miembros, según lo disponga la
Autoridad de Aplicación, la recolección domiciliaria de armas de aquellas personas que previamente hubiesen acordado
tal forma de entrega por la vía telefónica del Artículo 8° del presente decreto
Art. 7: El resultado obtenido posteriormente a las Jornadas de recolección, establecidas en el Anexo I del presente, será
publicado por la Autoridad de Aplicación en el Boletín Oficial y en un diario de mayor circulación de la provincia,
dando cuenta a la población de las armas recolectadas, sus características, condiciones de uso, determinando cual será el
destino específico de cada una, según lo establecido en el apartado segundo del artículo cuarto de la ley N° 6.809.
Fonoarma
Art. 8° : (art. 5° de la Ley N° 6.809) Autorícese a la Autoridad de Aplicación a habilitar en el ámbito funcional de la
Dirección de Investigaciones del Ministerio de Justicia y Seguridad una línea telefónica gratuita bajo la denominación
“FONOARMA”, Deberá llevarse un registro cronológico y pormenorizado de la totalidad de las novedades y denuncias
que se recepten, comunicando las mismas, en forma inmediata a la autoridad competente y a la autoridad de aplicación.
La Autoridad de Aplicación deberá instrumentar los medios tendientes a dar publicidad de esta línea telefónica gratuita
(Fonoarma) en los medios masivos de comunicación provinciales.
Control de armas en el territorio provincial
Art. 9°: A los fines establecidos en el artículo 6 ° de la ley 6.809, la autoridad de aplicación, encomendará al
REGISTRO PROVINCIAL DE ARMAS (REPAR) el cumplimiento de los objetivos y fines dispuestos en el mismo.-
Art. 10° : El Registro Provincial de Armas (REPAR), en el marco de las operatorias o campañas nacionales
establecidas por el Registro Nacional de Armas (RENAR), conforme la legislación vigente en la materia, llevará a cabo

13
consultados coincidieron con esta argumentación. A partir de estas observaciones, se puso énfasis
en la comunicación para orientar a los interesados en participar en el canje. Y quedaron claramente
establecidos los alcances del programa:

el control de la legítima tenencia, portación, y transporte de armas de fuego, explosivos y municiones en los días en que
la autoridad de aplicación disponga la realización de las Jornadas de Recolección de Armas en el territorio provincial.
Art. 11° : Comuníquese, publíquese, dese al Registro Oficial y archívese.
Anexo I
Objetivos del programa
Los principales objetivos de este programa son los siguientes:
Aumentar la seguridad pública por medio de la reducción de armas ilegales en circulación en todo el territorio
provincial.
Crear políticas provinciales de seguridad pública, con la participación de las policías de la provincia de Mendoza para el
control efectivo de la tenencia y portación de armas ilegales en la misma. Dicho control se efectivizará en medidas
fiscalizadoras de las armas que ingresen a la provincia, lo que llevará a controlar los aeropuertos, zonas de frontera y
demás límites provinciales.
Disminuir el índice delictual con armas de fuego y la violencia que con ellas se ejerce.
Disminuir la violencia juvenil, sobre todo de zonas urbano-marginales, alejando a los jóvenes de las armas de fuego e
incentivándolos, por medio de adecuados programas sociales, a las prácticas de oficios determinados (albañilería,
carpintería, etc.) o bien a las prácticas deportivas.
Concientizar a la población en general del problema de la tenencia y portación de armas.
Los materiales comprendidos en el presente Programa Provincial de Canje de Armas, son conforme la legislación
vigente en la materia los siguientes, a saber:
Armas y municiones de uso civil;
Armas de guerra o de uso prohibido desactivadas o inutilizadas permanentemente;
Armas de guerra o de uso civil anteriores a 1870.
Marco legal
Con la finalidad de reducir las armas ilegales en circulación, la Autoridad de Aplicación de la ley N° 6809 firmará
convenios-marco entre la provincia y las entidades públicas o privadas que adhieran al presente programa, a fin de
lograr que la entrega voluntaria de armas y la mayor acción policial provincial constituyan políticas realistas y factibles.
Por intermedio de estos convenios se acordarán las acciones tendientes a hacer realidad el programa “Canje de Armas
por mejores condiciones de vida” en todo el territorio provincial.
Aportar personal e instalaciones adecuadas, en cada provincia, donde se recepcionarán las armas recibidas.
Coordinar con las autoridades locales de control de armas (REPAR) la asignación de personal calificado para recibir,
inventariar, almacenar, destruir o distribuir entre las fuerzas de seguridad provinciales lar armas recibidas.
Firmar compromisos de participación con el sector privado a fin de constituirlos en patrocinadores del programa,
elaborando sistemas de bonos para la entrega de alimentos y materiales a quienes entreguen las armas.
Otorgar a través de certificados, los beneficios a quienes entreguen voluntariamente las armas que posean ilegalmente;
consistentes en: medicamentos, alimentos, vestimentas, materiales de construcción, así como cualquier otro beneficio
que determine la autoridad de aplicación conforme a las necesidades de quienes adhieran al presente programa.
Promover una amplia campaña de difusión del presente programa a través de los medios masivos de comunicación
(gráficos, televisivos, radiales, folletos informativos, sitio web, etc.) a fin de lograr el acatamiento por parte de la
población del sistema de intercambio de armas como elemento hacedor de la seguridad pública.
Prever la partida presupuestaria necesaria para la implementación del programa.
Eliminar cualquier obstáculo que pudiere impedir la entrega de las armas ilegales.
Proceso de Implementación del programa
La implementación de este programa se traducirá en un esfuerzo de colaboración entre varios sectores de la sociedad: a
través de la comisión especial del artículo 6 del presente decreto reglamentario y el Gobierno Provincial, sectores
empresariales privados, entidades intermedias o comunitarias nacionales o internacionales, Consejos Departamentales
de Seguridad y los Foros Vecinales, las iglesias y los gobiernos municipales, quienes servirán de apoyo para la
concientización a nivel barrial y departamental de la necesidad de desarmar a las zonas más peligrosas de la población.
El centro de acopio de armas recibidas será la División de Armamentos y Logística del Ministerio de Justicia y
Seguridad de la Provincia de Mendoza.
Plazo de duración del programa
Durante el plazo de vigencia de la Ley, la autoridad de aplicación establecerá los días en que se realizarán las Jornadas
de Recolección de armas, comunicándolo a cada una de las entidades representadas en la Comisión Especial,
mencionada en el punto III del presente programa.

14
• Se recibían pistolas con un calibre no mayor al .25, revólveres hasta el .32 y escopetas que
tuvieran un caño menor a los 60 centímetros. Una laguna legal también permitió también
recibir armas de un modelo anterior a 1870.
• Las armas debían estar en perfectas condiciones de uso, según está claramente señalado en
la ley 6809.
• Las armas con calibres considerados de uso civil condicional sólo se recibieron inutilizadas
y no se entregó nada a cambio. En este caso, al no estar en condiciones de uso no están
contempladas por el artículo 69 del decreto reglamentario 3/75 que admite la donación al
Estado.
• Las municiones también fueron aceptadas pero en carácter de donación al Estado.

6. Comunicación
“Nos educaron para admitir que hay muertes necesarias, si es que queremos llegar a un mundo donde no se mate a
nadie”. Albert Camus
“Toda solución basada en la muerte esconde un fracaso de la condición humana”. Rodolfo Braceli, en “¿Pena de
muerte?”

La cuestión cultural es clave en el programa de entrega de armas. Comunicar, explicar las razones
del desarme y conseguir la adhesión de la gente fue el mayor desafío. Sin gente no habría canje
porque se nutre fundamentalmente de la voluntad que tenga para entregar las armas.
Para fortalecer el canje desde la comunicación, se trabajó buscando que se tomara en serio al
programa ya que desde que se empezó a discutir fue ridiculizado (algo comprensible si se tiene en
cuenta que forma parte de una ruptura epistemológica en materia de seguridad). El primer paso fue
detallar claramente los objetivos, fundamentos, forma de implementación y un background con un
detalle de otras experiencias similares en el mundo.
El punto de partida, después de aprobada la ley, fue el documento “Canje de armas por mejores
condiciones de vida”, elaborado por la coordinación del programa tomando en cuenta el informe
“Dando guerra a las armas pequeñas y livianas” elaborado por el Centro Internacional para la
Conversión en Bonn (BICC) y el Programa sobre Seguridad y Desarrollo (SAND) del Monterey
Institute of International Studies. “Canje de armas...” fue distribuido en organizaciones mendocinas,
pero también en instituciones de todo el mundo vinculadas al desarme. A los pocos días
comenzaron a llegar las adhesiones y respaldos explícitos.
Pero no alcanzaba con demostrar que el plan era algo más que una idea exótica con respaldo de
especialistas (incluso una columna de opinión del especialista norteamericano William Godnick del
SAND, fue publicada en un par de periódicos). El próximo objetivo fue enunciar claramente qué se
pretendía con el canje.
Godnick, en una ponencia presentada en el International Workshop on Small Arms Demand
Reduction, organizado por el Project Ploughshares en Toronto (Canadá) entre el 14 y el 17 de
marzo del 2001, hizo su balance de la estrategia comunicativa mendocina: “El triple soporte del
gobierno local, los medios y los ciudadanos, es crucial para el éxitos de los programas destinados a
promover la seguridad ciudadana. En este punto el mayor desafío para el Ministerio de Justicia y
Seguridad y para el coordinador del Programa, fue convencer a la comunidad que aprobara y
participara del plan. Desde el principio fueron conscientes de que el resultado no sería desarmar a
los delincuentes, sino que el verdadero objetivo estaba en lograr un cambio cultural y de actitud
acerca del rol de las armas en la sociedad. Por este motivo, la campaña educativa fue tan importante
como el canje propiamente dicho. Con el objetivo de convocar al público y participar, se montó una

15
campaña multimedia que la experiencia en comunicación de los responsables facilitó”16. También
sostiene que primó una visión sociológica que permitió entender el programa con una perspectiva
muy distinta a las tradicionales.
El primer eje discursivo pasó por explicar que el desarme no se resuelve sólo con allanamientos
para secuestrar armas usadas en delitos, sino que también es una política preventiva a la que el
nuevo sistema de seguridad público de Mendoza le da un papel protagónico. En entrevistas,
opiniones escritas y reuniones con referentes religiosos, barriales, deportivos, políticos y también
líderes de la opinión pública, se explicó que el desarme influirá a largo plazo en los índices
delictivos, pero en lo inmediato repercute en los accidentes y la violencia doméstica.
El otro eje pasó por la toma de conciencia sobre la tenencia de armas. Muchos desconocían que al
no tenerlas registradas estaban trasgrediendo la legislación, incurriendo en contravenciones y a
veces en delitos. El mensaje fue concreto: esta es una oportunidad para desarmarse, después se
aplicará con todo vigor la ley y se castigará a los tenedores ilegales.
El tercer eje discursivo apuntó a socavar la idea de que las armas sirven para defenderse en un robo.
Es una idea consolidada culturalmente: que un arma da ventajas a la hora de defenderse de los
delincuentes forma parte del sentido común. Entonces, lo que se buscó que se reflexionara sobre
qué implica esa defensa. A la hora de sintetizar las ideas para demoler el sentido común, se
manejaron varias frases: “¿tenés un arma para defenderte? ¿estás dispuesto a matar?”, “¿sos un
asesino?, entonces desarmate”, “el que tiene un arma está dispuesto a matar” y “una sociedad
armada es una sociedad dispuesta a matar”. La síntesis fueron dos consignas repetidas hasta el
hartazgo por cada funcionario que se ocupó del tema y después utilizadas en la campaña
publicitaria: “una sociedad armada es una sociedad enferma” y “las armas sólo sirven para matar”17.
La idea fue romper con todos los argumentos históricos que han justificado a la Argentina estar
armada durante años. Y dio resultados. Se instaló el debate. En espacios radiales primero y después
en otros ámbitos, la gente empezó a alimentar el contra discurso: la reflexión dejó de ser un tema de
seguridad personal para ser entendido como una apuesta a la convivencia, al entendimiento y a
reducir la conflictividad social. Algunos llegaron a plantear que desprenderse de las armas servía
para evitar accidentes o arrebatos pasionales domésticos. El enemigo dejó de estar solamente
afuera, agazapado y dispuesto a atacarnos. Se empezó a hablar (siempre en ámbitos restringidos) de
que el problema está en todos. Y la mejor solución es la prevención.
Obviamente, reaccionaron en contra los tenedores de armas y quienes practican el tiro deportivo
argumentando que no practican para matar. Fue la llave para plantear que sólo deben manipular
armas los especialistas, que la víctima de un asalto tiene hasta 12 veces menos oportunidades de
salir ileso de un tiroteo18, que las armas deben estar sólo en manos de las fuerzas de seguridad y que
la estrategia de desarme complementa al canje con allanamientos y controles.
La complejidad de mensajes, la necesidad de vencer las barreras culturales y llegar puntualmente a
los posibles interesados en el desarme con instrucciones precisas sobre cómo funciona el canje que
dobleguen la desconfianza, se complementó con una actividad escolar donde los chicos
reflexionaron y simularon un canje escolar con legítimo entusiasmo.
En la segunda etapa el desarrollo del Programa fue acompañado por publicidad televisiva, que
reforzó notablemente los alcances y adhesiones.

16
GODNICK, William: Transforming Attitudes Towards the Tools of Violence: The Arms Exchange Programme in
Mendoza, Argentina, Department of Peace Studies, University of Bradford, 2001.
17
El uso de la fuerza pública está delegado por todos los ciudadanos al gobierno provincial. Respetar este principio es
respetar y aumentar la seguridad jurídica de la gente. Y queda claramente establecido en el artículo 2 de la ley 6722
donde establece que las policías de Mendoza son las únicas depositarias de la fuerza pública.
18
Sobre todo si las armas caen en manos de menores de edad, inimputables, que muchas veces actúan bajo efecto de
sustancias alucinógenas.

16
6.1 Canje de juguetes bélicos
“Un pibe llevó una 22 y quise sentir el boom ese que sale. Tenía 9 años, agarré y disparé. Parecía un cohete. Era fácil,
cualquiera lo puede hacer”. Testimonio de jóvenes de entre 12 y 22 años que se dedican a robar, Página/12, setiembre
de 1999, nota de
Alejandro Dandan
Como parte del
programa Canje de
Armas por Mejores
Condiciones de
Vida, alumnos de 12
escuelas públicas de
la provincia
canjearon sus
juguetes bélicos por
libros, plantas,
golosinas, barriletes
y cuerdas para jugar
saltando. El acto que
se desarrolló en 9
departamentos los días 27 y 28 de noviembre del 2000, estuvo precedido por jornadas de reflexión
sobre la violencia, las armas y la paz.
El día del canje, los alumnos volcaron sus experiencias teatralizando situaciones. También
prepararon láminas y composiciones. El acto estuvo animado por coros, bandas policiales y murgas.
La iniciativa consiguió buena recepción entre los alumnos, los padres y los maestros. Los medios de
comunicación nacionales y provinciales le dedicaron espacio a la cobertura que fue presentada
como una experiencia piloto.
La difusión alentó a otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales a seguir con el
programa de distintas maneras. El canje se hizo sin mediación del Estado en colegios privados y se
extendió a otras provincias.
Mostraron interés ante el programa el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el gobierno de la
provincia del Chaco. Incluso, los miembros de la Policía Comunitaria del Sur que intervinieron
participativamente en el programa, expusieron su experiencia en el seminario sobre “Policía y
comunidad” organizado por FAVIM y auspiciado por el Ministerio del Interior que se realizó en
Mendoza el en febrero del 2001.
Entonces, el canje de juguetes bélicos fue pensado también para alentar el debate sobre la tenencia
de armas en las casas. Además pretendió aumentar la solidaridad comunitaria: fue una actividad
colectiva que empezó por el debate y la concientización, continuó con la preparación de los actos y
terminó con la entrega de juguetes (incluso algunos chicos dieron sus juguetes pero los libros y las
flores fueron para todo el curso).
“El más fuerte de los componentes de la campaña educativa fue la del canje de los juguetes bélicos.
Lo que hizo de esta experiencia algo inédito fue el hecho de que conducía directamente al canje de
armas de verdad. Los chicos no sólo aprendieron del peligro de las armas, sino que se transformaron
en los mejores vehículos para influir a sus padres, quienes eventualmente tenían armas en sus casas.
Instaló la relación de las armas y la violencia en la mente de miles de jóvenes y sus familias”19.
En la escuela 25 de Mayo de San Rafael, se solidarizaron e invitaron a otros para participar de los
beneficios.

19
GODNICK, op.cit. p9.

17
En los distintos actos, en los que participaron padres, vecinos, policías, funcionarios comunales y
provinciales e incluso legisladores provinciales, se hizo mención al Canje de Armas por Mejores
Condiciones de Vida.

Metodología
El programa fue una iniciativa del programa de Canje de Armas del Ministerio de Justicia y
Seguridad. Y la ejecución fue coordinada entre la subsecretaría de Relaciones con la Comunidad del
Ministerio de Justicia y Seguridad, y la Dirección General de Escuelas. Los municipios colaboraron
de manera dispar en la organización y donación de elementos para el canje.

Las instancias de preparación fueron:

1. Reunión entre los responsables de la subsecretaría de Relaciones con la Comunidad y los


supervisores de la Dirección General de Escuelas.
2. Luego de definir las escuelas de aplicación, la Dirección General de Escuelas le informó a los
directivos.
3. En contacto con supervisores y responsables de la subsecretaría de Relaciones con la
Comunidad los maestros fueron adaptando los lineamientos del programa a cada escuela.
4. Los responsables de la subsecretaría de Relaciones con la Comunidad gestionaron ante los
municipios y otras entidades los beneficios para los alumnos que participaron.
5. Mientras tanto, en las aulas los maestros guiaron la reflexión sobre la violencia y la relación con
la tenencia de armas. De estas tareas surgieron redacciones, afiches y dramatizaciones.

Detalles
A continuación detallamos las escuelas que participaron en la iniciativa, la cantidad de alumnos
y las actividades que realizaron.
Los números:
Participación: En total participaron 6865 alumnos
Escuelas: en esta primera experiencia se trabajó en 12 escuelas de 9 departamentos
Fechas: el 27 de noviembre se inició en la escuela 25 de mayo de San Rafael. El día siguiente se
realizó en todas las escuelas.
Horarios: para abarcar a la mayor cantidad de alumnos, el acto del canje se hizo entre las 11 y las
12.
Colaboraciones: las municipalidades aportaron elementos para el canje (golosinas, plantines y
libros). También colaboraron el Rotary Club de Maipú. En San Rafael y General Alvear la editorial
Kapelusz y el Diario Los Andes también colaboraron entregando libros.
La Dirección General de Escuelas anunció que en el 2001, el canje de juguetes bélicos se hará en
todas las escuelas de Mendoza.

6.2 Publicidad
La campaña publicitaria preparada por la subsecretaría de Comunicación Social, se difundió por
radio, televisión y gráfica. Planteó los riesgos de tener un arma acentuando la contradicción entre
tener una herramienta de matar, estar dispuesto a matar o el riesgo de un accidente. Apelando al
juego de las diferencias desafiaba a distinguir entre un arma de juguete y una que no lo era, pero
que a simple vista son iguales.
También se diseñó un icono que identifica no sólo la campaña mediática, sino también a los
operadores barriales que trabajarán en los sondeos previos, y a aquellas personas que se abocarán a
la efectiva tarea de recolección y canje.

18
Las nuevas adhesiones que despertó la publicidad y que se sumaron a la profusa difusión que los
medios de prensa le dieron al Canje de Armas, fueron canalizadas a través de un contacto
personalizado. Las publicidades mencionaron una línea gratuita donde operadores telefónicos
responden las dudas y orientan sobre todas las condiciones para cumplir con la entrega de armas.
De esta manera se rompieron barreras comunicativas al garantizar el anonimato del llamado, se
pudo prever la adhesión de la gente y evitar que incurrieran en algunas faltas legales.
También se consignaba el domicilio de los puntos fijos de recolección.

6.3 Línea gratuita


Los operadores habituales de la Línea Gratuita contra todo tipo de Discriminación (0800 2222 999)
que funciona en la Subsecretaría de Relaciones con la Comunidad, luego de ser capacitados,
respondieron a las inquietudes de quienes desearon saber qué es el Canje de Armas.
Primero se hizo público el número telefónico de manera amplia en los medios masivos, por
intermedio de los operadores sociales que integran la red de Foros Vecinales de Seguridad, a través
de las policías de Mendoza20 y repartiendo volantes en las casas o colgando afiches y pasacalles.
Desde que comenzó a funcionar, el primer día de noviembre del 2000, unas 20 personas por día
llamaron se comunicaron buscando respuestas a sus dudas. El flujo se incrementó cuando se lanzó
la campaña publicitaria masiva.
Los interesados preguntan dónde y cómo se hará el canje. Son asesorados por especialistas. En
general demandan ticket por alimentos o medicamentos. Muestran predisposición a entregar las
armas. Este es una innovación respecto a otros programas de entrega voluntaria desarrollados en
otras partes del mundo: la necesidad de distinguir claramente y con anticipación qué tipo de armas
iban a llevar, alentó la puesta en función de una línea gratuita.

Cómo trabajó el 0-800


En la primera etapa del Canje de Armas estuvo orientado a armas de uso civil solamente a fin de no
transgredir la legislación argentina. Y buscó, además de los objetivos trazados para el programa en
general (desarme ciudadano, asociación de armas con violencia, disminución de la cantidad de
armas circulantes, etc.), trasmitir confianza sobre la seriedad en la implementación del programa.
La información y el contacto directo con los interesados en sumarse al programa de entrega
voluntaria de armas, fue una instancia clave. Y toda la apuesta estuvo centrada en el abordaje de las
personas. La línea gratuita fue y siguió siendo la forma de abordaje más importante. El resultado del
trabajo en esta instancia fue determinante para el éxito de todo el programa.
En la primera etapa del canje se intentó obtener toda la información posible de quienes llaman. Con
esa información se buscó después un segundo abordaje para acordar la entrega de armas.
Para un mejor aprovechamiento del contacto telefónico se elaboró una planilla que numera la
cantidad de llamados y está foliada. La información que allí se requiere fue la siguiente:
• Fecha: Día y mes del llamado
• Nombre: Nombre y apellido o pseudónimo de la persona que se comunicó.
• Teléfono: Número del que llamó o número en el que se lo pudiera ubicar
• Armas: Tipo y calibre de arma que dijo querer entregar.

20
Los primeros en conocer los lineamientos generales del Canje de Armas fueron los comisarios generales de las
policías de Mendoza (jefes de las policías distritales, de Investigaciones, de Seguridad Vial, de la Unidad de Enlace y de
Cuerpos Especiales). En una exposición se les explicó como funcionaría, se les solicitó colaboración informando a sus
subalternos y también sugerencias. Era fundamental que conocieran qué iba a pasar en esos días en que muchas
personas trasladaron armas a los puntos de entrega e incluso un grupo ministerial recorrió el Gran Mendoza con una
camioneta cargada de armas y una custodia.

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• Legislación: Clasificación legal del arma
• Canje: qué tipo de estímulo le interesaba
• Lugar: zona de la provincia desde donde llamó
• Domicilio
• Cómo entrega: cuando la conversación prosperaba, se acordaba un lugar de entrega y forma
de entrega.

7. Estímulos
No hay canje si por las armas no se entrega algo a cambio. En los contactos a través de la línea
gratuita los interesados se apuraban a preguntar “qué me van a dar”. Durante la etapa de debate se
contempló la posibilidad de entregar como estímulo remedios, electrodomésticos o conjuntos
deportivos, entre muchísimas otras opciones. Pero al poco tiempo de funcionar el 0-800 quedó en
claro que lo que más le interesó a la gente fueron los “Vale más”21.
Se gestionó con el Ministerio de Desarrollo Social una primera partida de 20 mil pesos en chequeras
de 50 pesos, teniendo en cuenta que ese era el valor del estímulo mínimo. Los operadores de la línea
gratuita se ocuparon de comentarle a los interesados cuáles eran los valores establecidos para el
canje (tabla 4). Si era bien aceptado, se dejaba registrado en la planilla de llamadas. De esta manera
a la hora de la recolección se podía calcular cantidad de armas y bonos a entregar.
A la hora del canje, existió un margen de negociación pero siempre teniendo en cuenta que el
Estado no se ocupa de la compra de armas sino de conseguir armas para luego destruirlas. Entonces
no se tuvieron en cuenta la marca o calidad del arma, sino conseguir que la efectiva entrega a
cambio de un estímulo de acuerdo a los valores previamente establecidos. En general, el valor
pagado por arma (siempre en condiciones de uso) no superó los 100 pesos22. En la segunda etapa,
donde se recolectó el 90% del total de armas y municiones, el valor fijo fue del 50 pesos en vales.
Otra opción surgida un par de días antes de iniciarse la primera etapa fue el canje de armas por
pases para ver durante un año a equipos de la Liga Mendocina de Fútbol. La falta de difusión no
permitió que diera grandes resultados. Sin embargo hay que destacar que el Comité contra la
Violencia en el Fútbol (motor de la iniciativa) entendió que debía apostar a una estrategia
preventiva. Y así fue reconocido.
El Canje de armas por alarmas comunitarias fue otra opción puesta a consideración de los
interesados que no consiguió adhesiones, quizá también por falta de información. Pero sigue siendo
una alternativa para otras jornadas de recolección.

8. Recolección
Con una lista de casas a visitar donde entregarían armas y la seguridad de que otra cantidad de
personas irían a hacer el canje a los puntos fijos, comenzó la recolección. Y estas fueron las dos
variantes.

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Se trata de un bono de compras que el Ministerio de Desarrollo Social y Salud entrega como ayuda a sectores
carenciados. El Vale Más llegó para reemplazar los subsidios en efectivo. Y tiene una doble misión, además de asistir a
quienes no tienen recursos, sirve para adquirir alimentos y sólo en unos 3000 comercios barriales afectados por la
proliferación de los hipermercados.
22
La relación entre los números de la recolección y vales entregados permite establecer que al Estado le costó cada
arma un promedio de 69,70 pesos. Se estima que en un allanamiento masivo cada arma recuperada le cuesta al Estado
hasta 1000 pesos, aunque se puede presumir que un arma rescatada de esta manera tiene un uso muy distinto al de un
arma canjeada. De todos modos, el valor pagado por arma es algo superior a los del mercado negro y así se alteran sus
valores. De hecho, llegaron versiones a la coordinación del programa sobre algunos individuos que habrían comprado
armas para luego entregarlas por mucho más. Esa información fue utilizada por la Dirección de Investigaciones del
Ministerio de Justicia y Seguridad para detectar depósitos de armas.

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La recolección domiciliaria no tiene antecedentes a nivel mundial. Fue un aporte novedoso del
programa mendocino, así como la línea gratuita para optimizar la comunicación. ¿Cómo funcionó la
recolección domiciliaria?
Cumpliendo con la reglamentación de la ley 6809 y como se explicó más arriba, en el acto de
recepción participaron dos coordinadores de seguridad (uno en nombre de las organizaciones
barriales y otros en el de los consejos de seguridad departamentales) y especialista en armas del
REPAR (encargado de la manipulación y certificar tipo, calibre, marca, número de serie y estado).
Por razones obvias de seguridad, estuvieron escoltados por un auto con dos agentes de la División
Infantería de las policías de Mendoza que se mantenían poco visibles. La relación con los
interesados en canjear corría por cuenta de los coordinadores y el representante del REPAR. Todo
el proceso quedó registrado en actas. Luego de ver el estado del arma y asegurarse que estuviese
descargada, la envolvían en bolsas de nylon negro con un rótulo indicando marca y número de serie
(la previsión fue para facilitar la identificación en el caso de detectar que alguna tuviera pedido de
secuestro).
El paquete después era depositado en contenedores asegurados con candados.
Pero hay que aclarar que buena parte del éxito del Canje se debe a la recolección domiciliaria. De
no haber existido muchos no hubieran participado, y muchos otros no se hubieran animado a ir a los
puntos fijos si no hubieran visto en la prensa como se inició el programa viajando de casa en casa.
Para darle transparencia a todo el proceso, las actas que se elaboraron en el momento de la
recolección incluyen valor y número de los Vale Más entregados, datos del arma, firma del
interesado en canjear (opcional) y las firma de los coordinadores de seguridad y representante del
REPAR.
Esas planillas permitieron llevar una contabilidad de la zona y la forma de recolección, del tipo de
arma rescatado y por supuesto de cómo se usaron los vales.
Entre jornada y jornada de recolección, en los días que pasaron desde que se terminó la primera
etapa del canje hasta que las armas fueron destruidas y luego hasta que fueron entregadas a la
Facultad de Artes, los contenedores estuvieron depositados en la División de Armamentos y
Logística del Ministerio de Justicia y Seguridad bajo estrictas condiciones de seguridad.

9. Destrucción
El ciclo del desarme se completa con la
destrucción de las armas rescatadas de la
sociedad. Entre los distintos métodos se
optó por el prensado para que los restos
metálicos conserven las formas, pensando
en una futura escultura sobre la paz.
Los contenedores con las armas de la
primera etapa fueron trasladados (en
medio de un operativo de seguridad) a la
empresa Metalmecáncia Viazzo en la
Ciudad de Mendoza. Allí fueron
prensadas en un acto público al que
asistieron medios de comunicación y
funcionarios. El escribano general de la
Gobernación, certificó en un acta la
inutilización.
Las armas conservaron sus formas pero fueron compactadas con una presión de 20 toneladas.
Adhiriendo a los objetivos del Canje de Armas, Metalmecánica Viazzo no cobró el trabajo.

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Un convenio entre el Ministerio de Justicia y Seguridad y la Facultad de Artes de la Universidad
Nacional de Cuyo contempla un concurso de proyectos para crear una escultura y murales
alegóricos a la prevención en seguridad. Habrá un premio para los ganadores que lo determinará un
jurado.
Las obras estarán dispersas por el Gran Mendoza, dando testimonio del compromiso social de
quienes entregaron sus armas y los
principios solidarios que guiaron al
programa.

10.Conclusiones
El balance no puede ser más que
positivo si se compara la experiencia
mendocina, por ejemplo, con la de
Washington (Estados Unidos), donde
con cuatro veces más potenciales
participantes que el Gran Mendoza,
experiencias previas, abundante
publicidad y mayor duración,
rescataron proporcionalmente menor
cantidad de armas.
En Mendoza es inestimable la cantidad de armas ilegales que hay. Pero seguramente con el tiempo
y a medida que se vaya superando la desconfianza las recolecciones serán más fructíferas.
Que la recuperación de armas ayude a disminuir los índices delictivos será una consecuencia
indirecta y a largo plazo (a nadie escapa que las causas directas están vinculadas a la crisis
económica). Pero en lo inmediato hay que ganar terreno en el campo cultural. Y allí es donde el
Canje ha tenido resultados óptimos. El 74% de los mendocinos está convencido que tener un arma
no le da seguridad23.
Esta cifra que ha crecido en los últimos meses, es un terreno propicio para avanzar en la difusión
del nuevo paradigma en materia de seguridad que sostiene las políticas preventivas impulsadas por
el Gobierno de Mendoza.
Teniendo en cuenta la amplia cobertura periodística que tuvo el Canje y los debates que precedieron
la sanción de la ley 6809, no debe extrañar que el 38% lo ubique como el programa de seguridad
más conocido24.
Y la valoración en la opinión pública pasó de ser claramente negativa (en los primeros meses sólo
era tomado como un imposible) a una postura neutra a la espera que disminuya la conflictividad
social.
En cambio la valoración mejoró considerablemente entre los líderes de opinión (sin generalizar),
quienes han pasado de la indeferencia al apoyo. Y fue una llave para instalar otros temas como las
alarmas comunitarias, la mediación comunitaria, los foros vecinales y consejos de seguridad, los
circuitos de las armas, la nueva organización policial y los alcances de la política de Estado en
seguridad. También contribuyó a difundir el programa “Vale más” del Ministerio de Desarrollo
Social y volcar todos los recursos de los estímulos a los pequeños comercios barriales.
Además, alentó el debate sobre la tenencia de armas y disparó la creación primero de una red
mendocina de ONG’s preocupadas por el desarme, que luego se sumó a la red Argentina,
motorizada a su vez por la fundación Viva Rio (Brasil).

23
Encuesta del Consejo Federal de Inversiones realizada por el Lic. Tadeo García Salazar para la “Evaluación de la
Calidad del servicio de seguridad del gobierno de Mendoza” en febrero del 2001.
24
Ibidem.

22
Otros objetivos como la influencia en el
mercado negro o disminuir los accidentes, se
irán cumpliendo sólo con la continuidad del
Canje.
Como mérito entonces hay que destacar también
que el debate sobre la tenencia de armas y su
asociación con la violencia se instaló con fuerza
en la sociedad mendocina e incluso llegó a las
escuelas con el Canje de juguetes bélicos.
El sentido común que indica que un arma puede
ser una buena defensa, está perdiendo terreno.
En cambio, el programa permitió detectar y
fortalecer el liderazgo de referentes sociales que por otra parte están consustanciados con la
necesidad de la participación comunitaria para controlar el delito.
“Una vez más el canje demostró que concentrándose en los signos de violencia puede captar la
atención de un amplio espectro de la comunidad”25.

25
GODNICK, op.cit.

23

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