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LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO Y DE HOY

Con respecto al tema de los profetas, quisiera conocer puntos de vista acerca de
los siguientes aspectos:

• Cuando dice la Biblia en Mateo 11:13 que la ley y los profetas fueron hasta
Juan___ quiere decir que el ministerio profético terminó con Juan el
Bautista?
• Los profetas que hubo en el tiempo de los apóstoles tienen un ministerio
diferente?
• Si el Señor constituyó apóstoles...y profetas, qué tipo de profetas ministran
en la Gracia?
• Podemos tener dentro de nuestra iglesia personas con ese ministerio y
llamárseles profetas?
• Cómo conocer si un creyente o pastor es profeta? y, se le podría llamar, en
vez de pastor, profeta?

La verdad es que, hoy más que nunca, con el aparente


"resurgimiento" de "profetas" y nuevos "ministerios proféticos",
concretamente desde el campo trinitario, quienes son los
"pioneros" en este nuevo movimiento que está tomando
"fuerzas" insospechables, se hace obligatorio, que nosotros los
creyentes y Ministros pentecostales con la doctrina
apostólica del Nombre de Jesucristo, escribamos,
comentemos, opinemos y refutemos incansablemente sobre la
diferencia entre los profetas y el ministerio profético según
las Sagradas Escrituras, y el movimiento moderno de los
"nuevos profetas" y su "ministerio profético", que dista en
muchas maneras de profetas sencillos y verdaderamente salvos,
según las páginas de las Sagradas Escrituras, transformados por
la obediencia genuina al evangelio de la Gracia, según los
Hechos 2. 38, y sobre todo viviendo en verdadera consagración
personal al señor y a su iglesia, seguro que sí.

En cuanto a la lista específica de preguntas que usted hno. nos


ha enviado, seguramente usted como pastor debe conocerlas;
sin embargo, no sobra, en ninguna manera, comentarlas
mutuamente, para bendición suya, de nosotros, y de todos los
que tengan la oportunidad de leer este mensaje.

Primera pregunta:

Cuando dice la Biblia en Mateo 11:13 que la ley y los profetas fueron hasta
Juan___ quiere decir que el ministerio profético terminó con Juan el Bautista?

Primero aclaremos que una cosa es el tiempo del Antiguo


Testamento, (desde Génesis hasta Malaquías, según el orden
en que aparecen los libros bíblicos del AT, en nuestras versiones
occidentales), y otra cosa es el tiempo que todos conocemos
como la dispensación de la ley, la cual empezó desde Éxodo
capítulo 20 hasta el tiempo narrado por Mateo, Marcos,
Lucas, y Juan, en conjunto, tiempo que termina con la
crucifixión de Cristo en el Calvario, en donde él y ningún
otro, "...es el fin (ó cumplimiento) de la ley, para justicia a todo aquel que
cree...", (Romanos 10. 4).

De manera que, al citar el señor Jesucristo a las gentes que se


habían reunido, diciéndoles:
11
De cierto os digo, que no se levantó entre los que nacen de mujeres otro mayor
que Juan el Bautista; mas el que es muy más pequeño en el reino de los cielos,
mayor es que él.
12
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, al reino de los cielos se hace
fuerza, y los valientes lo arrebatan.
13
Porque todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron.
14
Y si queréis recibir, él es aquel Elías que había de venir...."

Ó como dice literalmente la segunda vez, pero esta vez a sus


propios discípulos, en Lucas 16. 16:
16
La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el reino de Dios es anunciado,
y quienquiera se esfuerza á entrar en él...."
es sin lugar a dudas una referencia al Antiguo Testamento
en general, del cual, el tiempo ó dispensación de la Ley,
hizo parte, porque el tiempo de la ley no terminó en
Malaquías, (quien fue el último profeta post-exílico para ese
periodo), sino que la ley continuó todo el tiempo de los 400 años
de silencio y entró en el tiempo del nacimiento, del Cristo, su
niñez, juventud, vida de adulto, ministerio, muerte y sepultura,
según esa misma ley; (profetizada o predicha por "la ley y
los profetas"), por eso Pablo lo confirma en el Nuevo pacto,
diciendo:
4
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley...", (Gálatas 4. 4).

También el médico amado, Lucas, dice en su libro, cap 2. 27 lo


siguiente:
27
Y vino por Espíritu al templo. Y cuando metieron al niño Jesús sus padres en el
templo, para hacer por él conforme á la costumbre de la ley..."

Y es el mismo Mateo que da testimonio de ese


cumplimiento completo de la ley por Cristo, no solo en
cuanto a "...los días de su carne...", (Hebreos 5. 7), sino aún en la
continuación de su ministerio como el Hijo resucitado, ascendido
y sentado, "...hasta que ponga a todos sus enemigos debajo de sus pies...",
(1a Corintios 15. 25, 26), diciendo:
17
No penséis que he venido para abrogar la ley ó los profetas: no he venido para
abrogar, sino á cumplir.
18
Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota
ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas..."

De manera que, hno, la expresión bíblica, "...la ley y los profetas


hasta Juan...", es sencillamente una referencia a todas las
Escrituras del Antiguo Testamento, las cuales eran las únicas
Escrituras completas e inspiradas que hasta Juan, el bautista,
daban testimonio escrito y fidedigno de todo lo que Dios reveló
en su Palabra en esos siglos pasados (de los cuales Malaquías
fue el último de esos profetas), respecto al Mesías que había de
venir, el reino de Dios, y sus bendiciones,(todo, todo), tanto para
Israel, como para el mismo Mesías, del cual también, Juan, el
bautista, era el último testimonio viviente, ( inclusive como
el último profeta del Altísimo en el tiempo final de la Ley, según
Lucas 1. 76 y Mateo 21. 26), pues era el cumplimiento de la
profecía dicha 750 años antes de Cristo, predicha por Isaías 40.
3-5.

Entonces, sí!, "...la ley y los profetas...", es una expresión también


para referirse al final del ministerio profético, del AT, en
relación con el último de ellos, (en este caso, Malaquías, el
último profeta del AT), y Juan, el bautista, (último profeta del
periodo de la ley), sin mencionar todavía el ministerio
profético en relación con la iglesia, pues, en los días de la
existencia de Juan, el bautista y de Jesucristo, según la carne, la
iglesia todavía no existía.

La promesa del comienzo de esa iglesia gloriosa fue dicha por EL


PROFETA de profetas, Jesucristo!:
44
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que
era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los salmos.
45
Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las
Escrituras;
46
y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y
resucitase de los muertos al tercer día;
47
y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados
en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.
48
Y vosotros sois testigos de estas cosas...", (Lucas 24. 44-48).
Continuando con sus preguntas, vamos a mencionar el resto de
la lista, para refrescarles la memoria a nuestros lectores de esta
página de la unción, la bendición, y la verdad:

Los profetas que hubo en el tiempo de los apóstoles tienen un ministerio


diferente?
Si el Señor constituyó apóstoles...y profetas, qué tipo de profetas ministran en
la Gracia?
Podemos tener dentro de nuestra iglesia personas con ese ministerio y
llamárseles profetas?
Cómo conocer si un creyente o pastor es profeta? y, se le podría llamar, en
vez de pastor, profeta?

Muy bien, su segunda pregunta, es la siguiente:

Los profetas que hubo en el tiempo de los apóstoles tienen un ministerio


diferente?

Esa es una muy buena pregunta, si comparamos primera y


bíblicamente, el ministerio profético de los hombres de
Dios en el Antiguo Testamento (o antiguo pacto), con el
ministerio profético de los hombres de Dios del Nuevo
Testamento (o nuevo Pacto), que comenzó a partir de los
Hechos capítulo 2 con el derramamiento del Espíritu Santo, que
inauguró la gloriosa dispensación de la Gracia y dio principio a la
iglesia del Señor Jesucristo, "...la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo
de la verdad...", (1a Timoteo 3. 15).

En cuanto a los hombres de Dios que ejercieron ese ministerio


profético en el AT, las Escrituras dicen:
20
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de
interpretación privada,
21
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los
santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo...",
(2a Pedro 1. 20, 21).

Aunque Pedro escribió esta segunda epístola en el año 67 dC,


(aprox.), y ya habían pasado 37 años después del Pentecostés y
se encontraban en circulación la mayoría de los libros del Nuevo
Testamento, la referencia inequívoca al mencionar, "...la
Escritura...", "...la profecía...", y "...los santos hombres de Dios...", en 2a
de Pedro 1. 20, y 21, era a los hombres de Dios y al tiempo
del Antiguo Testamento, cuando ellos ejercieron ese
ministerio profético.

El ministerio profético de estos hombres del AT, fue un


ministerio real, vívido, glorioso, de lo alto, hablando y actuando
por el Espíritu de Dios, en los momentos que Dios más los
necesitaba, apartados para Dios en plena santidad de verdad,
con mucha oración, ruegos, muchos ayunos personales,
sacrificios materiales y espirituales, muchas veces alejados de
las civilizaciones y padeciendo persecuciones, calumnias y
críticas por ejercer su ministerio profético, hasta la misma
muerte, martirizados, por ser fieles a la palabra profética que
fluía sencilla y normalmente de los labios de estos santos
hombres de Dios, sin ningún "show " especial o "arandelas"
humanas para cautivar la atención de sus oyentes a quienes
profetizaban.

El primero de ellos mencionado en el AT, fue Enoc, quien Judas,


apóstol, da testimonio de él, diciendo:

"...De los cuales también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He
aquí, el Señor es venido con sus santos millares, a hacer juicio contra todos, y
á convencer a todos los impíos de entre ellos tocante a todas sus obras de
impiedad que han hecho impíamente y a todas las cosas duras que los pecadores
impíos han hablado contra él...",...", (Judas 14, 15).

Una referencia clara de la segunda venida de Cristo, viniendo


en las nubes con sus santos ángeles para hacer juicio
sobre las naciones, y dar el pago a los que no conocieron a
Dios.

Este fiel profeta del Altísimo, tuvo el honor de ser escogido y


trasladado por Dios a su misma presencia, al "...caminar y
desaparecer, porque le llevó Dios...", (Génesis 5. 24), y "...antes que
fuese traspuesto (o trasladado), tuvo testimonio de haber agradado a
Dios...", (Hebreos 11. 5).

También había mujeres de Dios que ejercían el ministerio


profético en Israel:

4
Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de
Lapidot;
5
y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el
monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio...", (jueces 4.
4,5)

Esta primera y breve explicación, describe en pequeños


rasgos, el ministerio profético en el Antiguo Testamento, del cual
podíamos decir muchas otras cosas del resto de los hombres y
las mujeres de Dios que ejercieron el ministerio de profeta y
profetisa en el AT, como también de los hombres y mujeres
malos e impíos que simularon tener un "ministerio profético",
que Dios en realidad no les había dado.

Tal es el caso de María, hermana de Moisés en Números 12. 1, 2


y 6-8

1
Y Hablaron María y Aarón contra Moisés á causa de la mujer Ethiope que
había tomado: porque él había tomado mujer Ethiope.
2
Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado
también por nosotros? Y oyolo Jehová.
4
Y luego dijo Jehová á Moisés, y á Aarón, y á María: Salid vosotros tres al
tabernáculo del testimonio. Y salieron ellos tres.
5
Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y púsose á la puerta del
tabernáculo, y llamó á Aarón y á María; y salieron ellos ambos.
6
Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras: si tuviereis profeta de Jehová, le
apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
7
No así á mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa:
8
Boca á boca hablaré con él, y á las claras, y no por figuras; y verá la
apariencia de Jehová: ¿por qué pues no tuvisteis temor de hablar contra mi
siervo Moisés?
9
Entonces el furor de Jehová se encendió en ellos; y fuese..."

También Jezabel, la "profetisa", simulando hablar en nombre de


Jehová, la cual perseguía a los verdaderos profetas de Dios, (1a
Reyes 16. 31; 1a reyes 21. 25).
El caso de Miqueas, verdadero profeta de Dios, denunciando a
los falsos profetas y profetisas de su tiempo:

5
Así ha dicho Jehová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y
claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer,
proclaman guerra contra él:
6
Por tanto, de la profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y
sobre los profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos.
7
Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos
todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta de Dios.

8
Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, y de juicio y de
fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión, y a Israel su pecado.
9
Oíd ahora esto, jefes de la casa de Jacob, y capitanes de la casa de Israel, que
abomináis el juicio, y pervertís todo el derecho;
10
que edificáis a Sión con sangre, y a Jerusalén con injusticia.
11
Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus
profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está
Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros...", (Miqueas 3. 5-
11).

Los profetas, profetisas, y el ministerio


profético en el Nuevo Testamento:

Ahora bien, en cuanto a los hombres de Dios, que ejercieron ese


ministerio profético en el NT, concretamente desde el principio
de la iglesia a partir del capítulo 2 de los Hechos en
adelante, las Escrituras tienen también su testimonio fiel, que
muestra claramente en que consistía ese "ministerio
profético" después de establecida la iglesia, aún desde el
mismo día que el Espíritu Santo cayó en el aposento alto, el día
de Pentecostés.

Pedro fue el primero en tocar el tema del profeta y la


profecía como cumplimiento de lo dicho por el profeta Joel, en
Joel 2. 27-29:
27
Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios,
y no hay otro: y mi pueblo nunca jamás será avergonzado.
28
Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y
vuestros mancebos verán visiones.
29
Y aun también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu
en aquellos días..."

Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo que la profecía anterior dicha
por Joel profeta, (más de 800 años antes del descenso del
Consolador en el Pentecostés), era un cumplimiento fiel e inicial
para el pueblo Judío y Gentil, al decirles:

16
Mas esto es lo que fue dicho por el profeta Joel:
17
Y será en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda
carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Y vuestros mancebos
verán visiones, Y vuestros viejos soñarán sueños:
18
Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré
de mi Espíritu, y profetizarán....", (Hechos 2. 16-18).

Y luego les dijo:


38
Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre
de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, (los judíos presentes), y para


39

vuestros hijos, (los hijos de los Judíos), y para todos los que están lejos
(los Judíos esparcidos); para cuantos el Señor nuestro Dios llamare (los
Gentiles).
40
Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de
esta perversa generación..."

Continuación...

Muy apreciado pastor, hno Edgar Camacho, de Cali Colombia:

En esta tercera entrega, nuevamente lo saludamos cordialmente


en el Glorioso y Amoroso Nombre de Yeshu'a Ha Mashiach,
(Jesús, el Cristo), "... gran Dios y Salvador, nuestro Jesucristo...",
(Tito 2. 13).

Continuamos entonces contestando su segunda pregunta, Los


profetas que hubo en el tiempo de los apóstoles tienen un
ministerio diferente?

Bien, así que ahora estamos de acuerdo en que Pedro, lleno del
Espíritu Santo en ese mismo día de Pentecostés, fue el primero
en mencionar que el Espíritu de Dios vendría sobre "...toda
carne...", los llenaría y muchos de ellos y ellas profetizarían,
aún sobre los creyentes considerados de la "clase" de la
servidumbre, "...en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y
profetizarán...".

Lo anterior, ya traza una línea bien marcada de "diferencia"


entre el modo de hablar y tratar el Espíritu de Dios en los
hombres y mujeres de Dios en el AT, y los hombres y mujeres de
Dios, creyentes, al iniciarse la iglesia novotestamentaria.

En el AT, eran solamente ciertos hombres que Dios escogía


para revelarles sus planes y luego enviarlos a que
proclamaran su voluntad, en todos los aspectos que el Espíritu
de Dios deseaba que su pueblo la conociera.

En el NT, (a partir del libro de los Hechos), era el Espíritu Santo


derramado en todos los creyentes (tanto hombres como
mujeres, ancianos o ancianas, jóvenes, niños y siervos), los
cuales todos sin excepción tendrían la misma oportunidad
de profetizar, ver visiones y sueños, etc.

Asi que, aún desde esos primeros dias y años iniciales de la


iglesia primitiva, el Espíritu Santo reveló que todos los que
recibieran el Espíritu Santo, todos por igual, tendrían la
misma bendición profética en el momento que Dios lo
requiriera de ellos, pero primero recibirían el Espíritu Santo, y
luego a su tiempo, el Señor los usaría profetizando, de acuerdo a
su voluntad, pero no era en sí mismo, (en esos años iniciales del
establecimiento de la iglesia primitiva), una posición "especial",
"fija" de "profetizar" cada "cinco" minutos, ó "todos los días"
cada vez que alguien hablaba con su hermano, con algún
creyente, ó sirviendo en el ministerio de la predicación, ó
preparando "mensajes proféticos" para la semana, para el mes, y
para el año, como lo hacen los "profetas" y
"profetisas" trinitarios, modernos, en el 2009, y aún pastores
pentecostales del Nombre que ya han empezado a "imitar" el tal
"ministerio profético" de estos hombres trinitarios que no saben
quien es Jesús, tampoco saben cual es la verdadera
salvación, según las Sagradas Escrituras, pero "profetizan" a
diestra y siniestra, calamidades financieras, desastres naturales,
plagas, castigos, problemas matrimoniales, problemas de
noviazgos en la congregación, "sumisión" al pastor y a su familia,
dinero para la obra "del Señor", "espíritus" de rebeldía,
"espiritus" de orgullo, etc.
Con esto, lo que estamos queriendo llamar la atención y
enfatizar, la gran diferencia entre lo que hoy en dia se conoce
como "ministerio" profético, y el ministerio del Espíritu Santo en
esos primeros años del establecimiento de la iglesia primitiva, el
cual, ejercía la soberanía de la verdadera profecía, por el
Espíritu derramado en cada creyente, y no el creyente en sí
mismo, por su "propia" voluntad.

Todo creyente, ahora en este tiempo, con "ministerio" profético o


no, después de dos mil años de establecida la iglesia en
Pentecostés, debe primeramente reconocer, y exaltar
permanentemente el poder, la obra, y el control absoluto
del Espíritu Santo en su vida y en la de su congregación,
como sucedió en el principio y establecimiento de la iglesia
primitiva, antes que todo esfuerzo o consagración personal,
preparación "teológica", ó posición dentro de su congregación
local, distrital, ó nacional.

Los hombres y mujeres de Dios en el AT, que fueron usados en el


ministerio de la profecía, reconocieron siempre la absoluta
dependencia del Espíritu de Dios, para profetizar los
oráculos divinos, con la diferencia que el Espíritu no moraba
"permanentemente" en ellos de la manera como actualmente
el mismo Espíritu de Dios, (en este tiempo de la Gracia ó de la
iglesia), ha hecho su residencia permanente en el corazón y la
vida de cada uno de nosotros:
16
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté
con vosotros para siempre:
17
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce; mas vosotros le conocéis, porque
está con vosotros, y será en vosotros.
18
No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros..."

Todos los hombres y mujeres de Dios, usados por el Espíritu en


la iglesia primitiva, debía recordar las palabras dichas por el
Señor:
13
Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á
toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará
todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de
venir.
14
El me glorificará: porque tomará de lo mío, y os lo hará
saber.
15
Todo lo que tiene el Padre, mío es: por eso dije que tomará
de lo mío, y os lo hará saber..."

Haciendo un paréntesis aquí, debemos recordar que ya todos


sabemos que Juan 16. 16-18, comprueba claramente que "...el
Espíritu de verdad....", que el mundo no podía recibir, pero que
vendría para estar "en" sus discípulos, era el mismo Señor
Jesucristo en el Espíritu, quien como el Padre, no los dejaría
huérfanos.

Este solo texto destruye por completo la herejía del concepto


católico romano y evangélico de la trinidad, al comprobar en
forma absoluta y por ende contundente, que el Espíritu de
verdad (ó el Consolador), era el mismo Jesús, que los guiaría
a toda verdad, y les haría conocer todas las cosas que habían de
venir, (es decir, asuntos del futuro en relación con su reino y su
iglesia), pero lo haría a través de su presencia en el Espíritu.

Mientras que Juan 16. 13-15, comprueba también que el


Consolador era el mismo Padre, y a la vez el mismo Jesús,
al decir, "...él me glorificará, porque tomará de lo mío...", y
"...todo lo que tiene el Padre, mío es...", sin hacer "dos personas,
divinas y distintas, co-iguales y co-eternas", pues si fueran "tres"
personas divinas, separadas, actuando "recíprocamente",
entonces el Padre se quedaba sin nada, porque todo lo tenía
el Hijo, incluyendo ese atributo absoluto, de Omnisciencia, (que
lo sabe todo), que siempre demostraba Jesús aún en los dias de
su carne.

Simón Pedro, fue el que confesó delante del señor Jesucristo


resucitado, diciendo:

"...Señor, tú sabes todas las cosas...", (Juan 21. 17).


Asi que, solo un Dios, Señor, Salvador, y Consolador, sabe todas
las cosas: solamente Jesús lo sabe todo, porque él es el
mismo Todopoderoso. Amén!, y por eso, "...el testimonio de
Jesús, es el espíritu de la profecía...", (Apocalipsis 19. 10), tanto
del AT, como del Nuevo, ¡Gloria a Dios!; de lo contrario, no
tendría ningún sentido que las Escrituras dijeran:
10
De la cual salud los profetas que profetizaron de la gracia
que había de venir á vosotros, han inquirido y diligentemente
buscado,
11
Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba
las aflicciones que habían de venir á Cristo, y las glorias
después de ellas.
12
A los cuales fué revelado, que no para sí mismos, sino para
nosotros administraban las cosas que ahora os son
anunciadas de los que os han predicado el evangelio por el
Espíritu Santo enviado del cielo; en las cuales desean mirar los
ángeles...", (1a Pedro 1.10-12).

Todos los profetas del AT, profetizaron mediante el "Espíritu de


Cristo", porque el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Jehováh,
Dios de Israel, es UNO SOLO y UN MISMO ESPÍRITU. , es por
eso, que Jesús, es Dios, "...manifestado en carne...", (1a Timoteo
3. 16).

Bien, hno Camacho, todo lo anterior comprueba vez tras vez,


que el "ministerio profético" en esta dispensación de la Gracia,
debe depender absolutamente de Jesús, y no de nuestras
habilidades como pastor, como maestro, como evangelista,
como diácono, etc. Toda la honra, la gloria, el poder, la unción,
sabiduría, discernimiento espiritual, revelación, etc., todo sin
excepción debe atribuírsele primero al Señor Jesucristo y
la obra de su Espíritu ahora en este tiempo de la iglesia ,
para que el Señor Jesucristo, nuestro gran Dios, y Salvador,
sea alabado, ensalzado, y glorificado, solamente.
Notemos que en el AT, las Escrituras empiezan con el relato de
Enoc, como el primer profeta mencionado en la Biblia, hombre
de Dios usado por el Señor desde muy temprano en la historia
de la humanidad, para testimonio de todos los hombres en ese
tiempo.

El Nuevo Testamento(a partir de Hechos capítulo 2), no empezó


con Pedro, como "profeta", ni con ninguno de los apóstoles
conocidos, sino que empezó con Jesucristo, EL PROFETA de
profetas.
22
Porque Moisés dijo á los padres: El Señor vuestro Dios os
levantará profeta de vuestros hermanos, como yo; á él
oiréis en todas las cosas que os hablare.
23
Y será, que cualquiera alma que no oyere á aquel profeta,
será desarraigada del pueblo.
24
Y todos los profetas desde Samuel y en adelante, todos
los que han hablado, han anunciado estos días.
25
Vosotros sois los hijos de los profetas, y del pacto que Dios
concertó con nuestros padres, diciendo á Abraham: Y en tu
simiente serán benditas todas las familias de la tierra...",
(Hechos 3. 22-25)

Asi que, desde el mismo principio de la iglesia primitiva,


todo empezó con el reconocimiento(por parte del principal de los
apóstoles), señalando a Jesucristo, como el cumplimiento de
todos los profetas "habidos o por haber", y no a ningún apóstol o
creyente en particular.

Es bueno recordar también que, desde el día de Pentecostés


hasta la conversión de los gentiles, (Cornelio y toda su casa,
Hechos cap.10), habían pasado diez años aproximadamente del
establecimiento de la iglesia. Las ministerios sobresalientes en
esos años no era el de "profetas", (aunque el sentir y
llamamiento estaba en muchos de ellos), sino el de apóstoles,
evangelista, pastores, y los ancianos que estaban como
principales en las congregaciones.
La iglesia no solo estaba en Jerusalén, también estaba por toda
Judea, Samaria, y hasta había llegado a Antioquía, (de Siria), en
donde los creyentes fueron llamados "cristianos" por primera
vez, (Hechos 11. 19-26), y durante todos eso años, no hubo
una sola referencia del "ministerio profético" en la recién
iglesia primitiva, hasta que en Hechos 11. 27, nos dice:
27
Y en aquellos días descendieron de Jerusalem profetas á
Antioquía...."

Bastante extraño, ¿verdad?, que aunque había un grupo de


profetas en Jerusalén, ninguno de ellos es mencionado por más
de diez años, y ninguno de ellos estaba "profetizando" a los
creyentes lo que debían "hacer" o "no hacer", ni "aconsejando"
con "revelaciones divinas diarias", qué tenia que hacer la iglesia,
hasta que llegó el tiempo en que esos profetas entraran en
acción, yendo a Antioquía en donde el Espíritu de Dios usó a
estos hombres para revelarles la hambruna que se
aproximaba y que causaría grandes problemas familiares,
comunales y sociales, incluyendo a la misma iglesia:
28
Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba á entender
por Espíritu, que había de haber una grande hambre en toda la
tierra habitada: la cual hubo en tiempo de Claudio.
29
Entonces los discípulos, cada uno conforme á lo que tenía,
determinaron enviar subsidio á los hermanos que habitaban en
Judea:
30
Lo cual asimismo hicieron, enviándolo á los ancianos por
mano de Bernabé y de Saulo...", (Hechos 11. 28-30).

Lo anterior comprueba que específicamente no había un


"ministerio" profético, "oficial", establecido por los apóstoles, ó
los ancianos, desde el principio de la iglesia, para dirigir a los
creyentes en todos los asuntos administrativos y
espirituales, como hoy en día se pretende. Fue el Espíritu el
que escogió a Agabo, principal de ellos, para advertirles que el
Señor quería prevenirles y guardarles de esa grande hambre que
estaba por llegar y azotar toda esa región.
Notemos también, que en ese mismo tiempo se levantó la
persecución "imperial" (por parte de Herodes), contra la iglesia
en Jerusalén, (Hechos 12. 1-3), hasta el punto que Jacobo cayó
asesinado por la espada de Herodes, y las Escrituras no dicen
que Agabo, los otros profetas, ó los que estaban en
Antioquía, estaban "profetizando" en cada culto, la
persecución y el asesinato que vendría sobre los creyentes,
por parte de Herodes.

No, no dice nada, en absoluto. Lo que si dice la Palabra es que en


medio de toda esa persecución, "...la Palabra del Señor crecía y
era multiplicada...", (Hechos 12. 24), no dice que, se
multiplicaban los "profetas" o "profetisas". Es hasta mucho
tiempo después que nuevamente la Palabra dice:
1
En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y
maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene,
Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.
2
Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu
Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la
que los he llamado.
3
Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las
manos sobre ellos, los enviaron...", (Hechos 13. 1-3).

Así que, desde pentecostés hasta el primer envío de misioneros


desde la Iglesia en Antioquía, habían pasado 12 años de
establecida la iglesia, aprox., y para ese entonces ya estaban
trabajando ministerialmente y en común acuerdo, los
apóstoles, los ancianos, los evangelistas, los pastores, los
profetas y los maestros, y ningún ministerio u operaciones de
esos hombres de Dios al principio de la iglesia, era "más
importante" que el de los otros, incluyendo a los profetas, que
ocupaban un lugar de sumisión delante de los apóstoles y demás
hombres de Dios al frente de la Obra del Señor que recién
comenzaba, enseñándonos que todos esos dones, ministerios,
operaciones, y manifestaciones del Espíritu Santo en medio de
su pueblo fueron dándose en forma gradual a medida que la
iglesia avanzaba, pero siempre, todos "...humillaos unos a
otros..", delante del Señor de la iglesia, y "...no como teniendo
señorío sobre las heredades del Señor...", (1a Pedro 5. 3).

Todo esto hno Camacho muestra que el Espíritu de los profetas


que ministraron en el AT, y los del Nuevo, es el mismo Espíritu.

Que el Dios que obedecieron los profetas del AT, es el mismo


Dios que obedecieron los profetas del Nuevo, pero,
"...manifestado en carne...", pues no hay más de un solo Dios.

Que los profetas del AT, profetizaron específicamente en el


tiempo antes o después de la ley, para el pueblo de Israel, y
muchas de sus profecías concernían al Mesías que había de
venir , su ministerio, y por consiguiente se relacionaban con la
iglesia misma, sin aún saberlo.

Mientras que los profetas del NT, en esos primeros años de


establecida la iglesia, profetizaban en un tiempo completamente
diferente, el tiempo de la dispensación de la Gracia, advirtiendo
a la iglesia sobre calamidades naturales, y persecuciones en
contra de ella.

Como podemos apreciar, en una manera, podemos decir que el


ministerio (servicio, oficio ó trabajo profético), era muy similar en
muchos aspectos, pero la gran diferencia consistía era que los
profetas del AT, ministraban, en el tiempo del "...ministerio de
muerte...", , mientras que el de los "nuevos" profetas en, "...el
ministerio del Espíritu...", (2a Corintios 3.7,8).

Los unos ministraban bajo, "...el ministerio de condenación...", y


los otros ministraban en el "..ministerio de justicia...", (2a
Corintios 3. 9).

Los profetas del AT, administraban las cosas espirituales en el


tiempo de lo que era "...glorioso..." en parte, pero los del Nuevo
en el principio de "...la excelente gloria...", (2a Corintios 3. 10).

Todos los profetas del AT, sin excepción, ministraron en el tiempo


de lo que perecía pero "...con gloria...", mientras que los del
Nuevo, administraron y seguimos administrando todavía en este
tiempo, en lo que permanece, con "...más gloria...", (2a
Corintios 3. 11).

Así que, en resumen, todo lo que hemos dicho, contesta esta


segunda pregunta que nos hizo al principio:

Los profetas que hubo en el tiempo de los apóstoles tienen un


ministerio diferente?

Gracias y que el Señor Jesucristo le continúe bendiciendo


ricamente.

Dios es muy bueno y misericordioso, ¡Aleluya!

Alfonso M. Suárez
United Pentecostal Church International, Inc.
Director (USA)

Muy apreciado pastor, hno Edgar Camacho, de Cali Colombia:

Hemos llegado a la cuarta entrega y nuevamente lo saludamos cordialmente en el


Glorioso y Amoroso Nombre de Yeshu'a Ha Mashiach, (Jesús, el Cristo), "... gran
Dios y Salvador, nuestro Jesucristo...", (Tito 2. 13).

En esta cuarta entrega, vamos a contestar y comentar las preguntas tercera y


cuarta, por causa de su parentesco, (afinidad, relación), estas fueron sus
preguntas:

Si el Señor constituyó apóstoles...y profetas, qué tipo de profetas ministran en


la Gracia?
Podemos tener dentro de nuestra iglesia personas con ese ministerio y
llamárseles profetas?
Muy bien, empecemos recordándoles a todos los lectores, que la dispensación de
la Gracia, es la más gloriosa dispensación que hasta ahora conocemos en la
perspectiva bíblica, y no habrá otra como tal, por cuanto es el tiempo de "...más
excelente gloria...", entre el trato íntimo del Dios de la eternidad y Su Esposa, Su
amada, Su iglesia Gloriosa! ¿Aleluya!.

Si alguien mencionara el Reino de los mil años, tendríamos que decirle, que esa
dispensación de mil años exactos, estará estrechamente relacionada con Israel y
sus promesas cumplidas una por una, mientras que la iglesia no "desaparecerá" de
la escena del cumplimiento bíblico aunque haya sido arrebatada previamente, la
promesa para los redimidos de la iglesia, es reinar sobre la tierra y sobre el Israel
natural, juntamente con Cristo en el Milenio, desde el lugar donde la llevó para
estar con ella para siempre.

También, de paso aclararemos, que el énfasis que hagamos sobre la dispensación


de la Gracia, no es para "eliminar", "cortar", ó "separar" al Israel natural, ni a los
Judíos convertidos al Nombre, que junto con los Gentiles salvos formamos la
iglesia del Señor Jesucristo, ó hacer "desparecer" al Israel de la Biblia y al Israel
de este tiempo moderno, del plan de los siglos, realizado por Dios, "...antes de la
fundación del mundo...". Recordemos que el mismo Señor Jesús le dijo a una
mujer extranjera, judía y Gentil por ascendencia:

"...nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los


Judíos...", (Juan 4. 22).

Nosotros los pentecostales apostólicos del Nombre, no somos, ni seremos jamás


anti-semitas, (es decir, en contra de ninguna nación Semita, especialmente del
pueblo escogido de Dios, Israel).

Continuemos con sus preguntas:

Si el Señor constituyó apóstoles...y profetas, qué tipo de profetas ministran en


la Gracia?
Podemos tener dentro de nuestra iglesia personas con ese ministerio y
llamárseles profetas?
Bien, el Señor Jesucristo llamó a sus primeros discípulos APÓSTOLES, los
estableció como tales, y constituyó el ministerio de ellos, tres años antes del
Calvario, y por consiguiente, desde antes que empezara la iglesia en Pentecostés,
porque a él le plació en su buena voluntad, que esos doce hombres, escogidos
personalmente por él, fueran testigos de dos dispensaciones, el tiempo final de
la Ley, y el principio de la dispensación de la Gracia, o de la iglesia.

En eso consiste la importancia Escritural, inicial y única de llamar APÓSTOL a


los apóstoles originales, porque ningún otro tuvo el privilegio de vivir y ver esos
dos tiempos, tanto del cumplimiento de la Ley por Cristo, ser testigos de sus
sufrimientos, su muerte, sepultura, resurrección y ascensión, y ser parte vívida del
inicio de un nuevo trato de Dios con los hombres y establecer lo que nunca
habían visto, y ser parte de ella, llamada originalmente en Hebreo, la asamblea
Mesiánica de Judíos y creyentes Gentiles (traducida correctamente al Griego
como Iglesia de Jesucristo ó Jesús el Cristo), reunidos bajo un Nuevo pacto,
como resultado de la obra expiatoria ó reconciliación universal, efectuada por
Cristo, una sola vez y para siempre.

Lo más glorioso de haber sido APÓSTOL ORIGINAL, consistió en que ese


llamamiento, ó posición no tenia el carácter de "sucesión", (es decir; repetido,
continuado), porque en el plan de su voluntad, el Señor ya había establecido (sin
ellos saberlo), que ellos tuvieran el privilegio de ser parte, nombre por nombre, en
el fundamento del muro de su morada "final" residiendo para siempre en "...la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén, la celestial...", (Hebreos 12. 22):
10
Y llevome en Espíritu á un grande y alto monte, y me mostró la grande ciudad
santa de Jerusalem, que descendía del cielo de Dios,
14
Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los doce nombres
de los doce apóstoles del Cordero...", (Apocalipsis 21. 10, 12)

Sólo a ellos les correspondía ser los doce fundamentos de la ciudad, exclusivos
del Cordero, y solamente ellos tuvieron el honor de que sus nombres fueran
colocados en el fundamento de la misma por toda la eternidad, "...siendo la
principal piedra del ángulo, Jesucristo mismo...", (Efesios 2. 20), y el resto de
todos los creyentes, aunque "...piedras vivas...", en esa casa espiritual también,
(1a Pedro 2. 4,5), juntamente seremos "...reyes y sacerdotes...", con Cristo,
reinando por toda la eternidad, pero ni uno de nosotros en este tiempo moderno,
vá a ser llamado "apóstol" en la Nueva Jerusalén, menos tener su nombre escrito
en el fundamento del muro, reservado exclusivamente para los APÓSTOLES
ORIGINALES., aunque todos, sin ninguna excepción, tengamos escrito nuestros
nombres, en el libro de la vida.

Pero si podríamos decir que, el término APÓSTOL, (del Griego: Σαούλ


"apóstolos"), significa, uno que es mensajero o enviado, (misionero en términos
modernos), y a la misma vez, tiene términos alternativos procedentes de su misma
raíz, como el de "apostolado", dando a entender que el creyente ha recibido de
parte del Señor una vocación, pasión espiritual o misión "apostólica" especial en
cuanto a su llamamiento para predicar, evangelizar, y ganar a los perdidos, que
nada lo detiene para hacer notorio el evangelio de Cristo con "...señales, y
milagros, y diversas maravillas, y repartimientos del Espíritu Santo según su
voluntad...", (Hebreos 2.4, sin necesidad de que tenga por ello, que "adoptar" el
título de "apóstol" sin serlo, ó comience a usar el título de "apóstol" para tratar de
respaldar su ministerio, del mismo llamamiento que todos hemos sido hechos
partícipes.

Las Sagradas Escrituras, aparte de los doce apóstoles originales, no llaman a


ninguno más con el título "APÓSTOL", sino al Señor Jesucristo, él es nuestro
ejemplo, siendo él, "...Dios, manifestado en carne...", por razón de su condición
de Hijo, y por virtud de su ministerio, fue llamado "Apóstol y Pontífice",(Sumo
Sacerdote, en otras versiones), como lo expresa en Hebreos 3. 1:

"...Por tanto, hermanos santos, participantes de la vocación celestial, considerad al


Apóstol y Pontífice de nuestra profesión...", (Hebreos 3. 1).

Si algún "alto" ministro Pentecostal del Nombre, apostólico, ha adoptado el título


"apóstol" apoyándose en Hebreos 3. 1, también debe aceptar y comenzar a
llamarse "Sumo Sacerdote" o "Pontífice", como nuestro Señor, si llena las
razones proféticas, mesiánicas, etc., por las cuales el Señor Jesucristo fue llamado
de esa manera.

Pablo mismo hizo la pregunta a los Hnos. y hnas de la iglesia en Corinto:


29
¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos
milagros?
30
¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
31
Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más
excelente...", (1a Corintios 12. 29-31).
La respuesta es obvia, no todos eran apóstoles, tampoco todos eran profetas, no
todos hacían milagros, ni tampoco todos tenían dones de sanidad, y muchos no
hablaban en lenguas después de haber recibido el Espíritu Santo, menos ser
intérpretes de hermanos que aún hablaban en lenguas.

Bien, aclarado este punto tan importante sobre la posición de apóstol original de
Jesucristo, debemos continuar con el resto diciendo que, también, los ancianos y
pastores de las congregaciones iniciales, fueron los creyentes que en segundo
lugar iban haciendo parte del ministerio original de la iglesia primitiva en
todos los lugares, a medida que se iban estableciendo las congregaciones,
juntamente con los profetas, evangelistas, y maestros.

Es ese el sentido Espiritual, Escritural, e histórico en relación con el desarrollo de


la iglesia desde Jerusalén, y del testimonio personal del apóstol Pablo, al
escribirles a los Hnos. de Éfeso y hacerles un recordatorio de la manera que el
Señor operó desde el principio en cada uno de ellos, repartiendo "...dones,
ministerios, y operaciones...", diciéndoles:
7
Empero á cada uno de nosotros es dada la gracia conforme á la medida del
don de Cristo.
8
Por lo cual dice: Subiendo á lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dio dones á
los hombres.
9
(Y que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero á las partes
más bajas de la tierra?
10
El que descendió, él mismo es el que también subió sobre todos los cielos
para cumplir todas las cosas.)
11
Y él mismo dio unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros,
evangelistas; y otros, pastores y doctores;
12
Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación
del cuerpo de Cristo;
13
Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de
Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo:
14
Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento
de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia
los artificios del error:
15
Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es
la cabeza, a saber, Cristo;
16
Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las
junturas de su alimento, que recibe según la operación, cada miembro
conforme á su medida toma aumento de cuerpo edificándose en amor...",
(Efesios 4. 7-16).

Para responder entonces las preguntas originales 3 y 4, que nos envió el hno
Camacho, sin dejar de ser consecuentes, (acordes o congruentes), con las
Escrituras inspiradas, lo establecido por el Señor, y el proceso normal y
gradual de cada uno de esos ministerios en la iglesia primitiva, cambiemos por un
momento esas preguntas, y formulémoslas de la siguiente manera:

Si el Señor constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, y


maestros, gradualmente al principio de la dispensación de la Gracia ó de la
iglesia, ¿qué tipo de "apóstoles", "profetas", "evangelistas", "pastores", y
"maestros", ministran ahora en estos últimos años de la misma dispensación de
Gracia?
Podemos tener dentro de nuestras iglesias y organizaciones, personas con esos
ministerios y llamárseles: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y
maestros?

La respuesta es que, (con excepción de la posición y ministerio como apóstol


original), es obligatorio afirmar que ninguno de esos "...dones, ministerios u
operaciones...", establecido por el Espíritu Santo durante los primeros años de la
iglesia primitiva, fue establecido con carácter "electivo" y "sustitutivo"; es decir,
una serie de "posiciones" en el llamamiento y ministerio cristiano primitivo
continuado por mandato de los dirigentes iniciales de la iglesia en Jerusalén,
Judea, Samaria, Galacia, Colosas, Éfeso, etc.

No fue en ninguna manera, un asunto "administrativo" de la iglesia en Jerusalén


que profetas que fuera muriendo, fueran siendo reemplazados obligatoria e
inmediatamente para que no se "descuadrara" el número de profetas en la
congregación.

Lo contrario también es verdad, que aunque no fallecieran con frecuencia,


tampoco se "preparaban" mediante cursillos, seminarios intensivos ó cursos de
alta teología, hnos y hnas, como "profetas" y "profetizas", para aumentar el
número de los "profetas" y siguieran ejerciendo una gran "influencia espiritual"
para enviarlos a ministrar por todo Israel, el Asia menor y la Europa entonces
conocida
Nos explicamos: el día que falleció el profeta Agabo, (profeta sobresaliente de
entre todos, probablemente por su edad y piedad), Lucas, el escritor de los
Hechos, no nos dice que, inmediatamente hubo una reunión "extraordinaria" con
votación y todo para reemplazarlo.

No, esa no fue la manera que actuaron los apóstoles, seguramente el Señor
levantaría con el correr del tiempo a hombres consagrados dispuestos a ser
receptáculos del Espíritu Santo, a los cuales usaría en el momento que el Espíritu
de Dios lo viera conveniente o necesario para bendición o protección de su
pueblo, con una bendición profética, normal, sin que se interpretara como una
"profesión " ministerial dentro de la congregación, o "don" absoluto e irrevocable
en ese creyente usado por el Espíritu Santo.

Lo mismo podemos decir de los "evangelistas" como Felipe, el que fue a Samaria
y lo llenó del evangelio de Cristo con prodigios y milagros en el Nombre del
Señor Jesucristo. Cuando él falleció, no hay un registro bíblico de que los
apóstoles, inmediatamente hicieron una convención de pastores y ministros,
exclusivamente para "reemplazarlo", en ninguna manera. Seguro que el señor
levantaría más evangelistas, sin necesidad de ser "nombrados" por "dedo" o por
"recomendación" de Pedro o algún anciano de Jerusalén, etc.

Lo mismo sucedió con Felipe, el evangelista (uno de los siete escogidos en


Hechos 6. 3), el Señor lo llamó para ser evangelista, además lo había bendecido
con cuatro hijas que profetizaban, (Hechos 21. 8,9).

No hay un solo indicio en el libro de los Hechos, que cuando Felipe falleció, y sus
hijas también, Pablo y Agabo, hicieron planes para reemplazar el "ministerio" de
evangelista de Felipe, y reemplazar el número de jóvenes "profetizas" fallecidas
en la iglesia.

De manera que, si vamos a contestar su pregunta, "...qué tipo de profetas


ministran en la Gracia?...", y si podemos tener dentro de nuestra iglesia personas
con ese ministerio y llamárseles profetas? debemos contestar, que en la iglesia en
Corinto coexistía el cargo de pastor (llamado profeta), y el de profeta realmente, y
estos últimos se encontraban en el grupo mencionado por Pablo en 1a Corintios
12. 7-11; es decir, todos aquellos a los cuales el Espíritu Santo, "...había repartido
particularmente...", el don de profecía, como había querido:
7
Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.
8
Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de
ciencia según el mismo Espíritu;
9
a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo
Espíritu.
10
A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de
espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.
11
Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a
cada uno en particular como él quiere....", (1a Corintios 12. 7-11).

Mientras que de los pastores, dice: "...hablan a los hombres para edificación,
exhortación, y consolación...", (1a Corintios 14. 3).

En ese sentido, un pastor, un maestro, un evangelista, ó un anciano que ministra


en predicar y enseñar, es llamado profeta, pues su predicación, ó enseñanza, (la
mayor parte de ella es profética) "...edifica la iglesia...", (1a Corintios 14, 4).

Es digno de anotar que, Pablo dio instrucciones precisas a los que habían recibido
el don de profecía, diciéndoles: "...y los espíritus de los que profetizan, sujétense
a los profetas...", (1a Corintios 14. 32), eso incluye predicadores usados por el
pastor de toda congregación.

Así que, sea en el tiempo de la iglesia primitiva, ó en este tiempo moderno de la


continuación de la dispensación de la Gracia, la obra y el ministerio del Espíritu
Santo es el mismo, no ha cesado.

Aún las lenguas no se han terminado, una señal clara y Escritural, de que el
Espíritu Santo todavía sigue derramándose sobre los corazones de los que
obedecen el evangelio de salvación. Todavía entonces el Espíritu Santo sigue
repartiendo dones, ministerios y operaciones "particularmente" al que él quiere, y
si las lenguas no han terminado, tampoco el de profecía, el de discernimiento de
espíritus, el de interpretación de lenguas, palabra de sabiduría, de ciencia y de fe,
etc.
26
¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene
salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase
todo para edificación...", (1a Corintios 14. 26).
Si, hagamos todo, juntos, para edificación de la iglesia, del Cuerpo de Cristo, no
para "lucrarnos"
personalmente, por el hecho de que el Señor nos usa.

Así como hubo profetas (pastores) y profetas usados por el Espíritu, los cuales
debían sujetarse a los pastores de las congregaciones donde ministraran o
asistieran, es lo mismo hoy, si en verdad hay un hombre o una mujer usados por el
Espíritu Santo para dar una palabra de profecía y revelación, (sin añadirle o
quitarle a lo que ya está escrito y revelado), deben estar sujetos estrictamente a la
administración del pastor en cada congregación. Ahora bien, si ese hno o esa
hna, no se sujeta porque piensa que al ser usado por Dios en un momento dado, es
más santo y más cercano de Dios que cualquiera otro en la congregación, y que
todo lo que "siente" ya, es salirse y hacer su propio "ministerio" porque no "cabe"
en la congregación, entonces tal "ministerio profético" es producido por "otro"
espíritu, pero no el que proviene del verdadero Espíritu Santo.

Si ese hermano o esa hermana que dice estar siendo "usados" por Dios, en el
ministerio de la profecía, pero a la misma vez, no se sujetan a los pastores de sus
congregaciones, no creen en recibir el Espíritu Santo, hablando en otras lenguas,
no creen en dar los diezmos al Señor, no creen en la verdadera santidad, porque
todo es fanatismo para ellos, no creen en orar de pié, sino de rodillas todo el
tiempo, no creen en usar instrumentos musicales, no creen en hacer palmas,
porque eso es aplaudir como el mundo, no creen en el uso del desodorante, el
shampoo, y todo lo referente al aseo personal, porque eso es "orgullo", andan
desordenadamente sin trabajar en nada, sino visitando las casas de los hermanos,
comiendo y bebiendo gratuitamente, curioseando, chismeando, poniendo a los
hnos en contra de los pastores y de la organización, refutando todo lo que el
pastor predica, sembrando la discordia, la división y el resentimiento espiritual
entre los hermanos, tal hno o tal hna, no es ningún profeta o profetiza, sino un
instrumento carnal usado por el padre de la mentira, para sembrar el espíritu de
rebelión entre el pueblo de Dios.
1
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
2
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo
ha venido en carne, es de Dios;
3
y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de
Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y
que ahora ya está en el mundo...", (1a Juan 4. 1-3)
La amonestación apostólica es: no creáis a todo espíritu, sino probad los
espíritus si son de Dios ¿ y cómo se prueban? sencillamente con la palabra del
Señor y observando el fruto de sus vidas personales, diarias, con sus familias, con
los extraños, su fidelidad personal, etc.

El que se le llame "profeta" ó "profetiza", (en este tiempo de la Gracia), por el


hecho de que el Señor lo use o la use para revelar algo que solo estamos seguros
que fue dado por el Espíritu de Dios, ya es exigir una posición y ministerio "fijo",
"perpetuo", que ni los mismos profetas del principio de la iglesia exigieron para sí
mismos.

Pero si podemos llamar PROFETAS, en todo el sentido de la palabra, los pastores


que predican y enseñan el verdadero evangelio del Señor Jesucristo.

Gracias y que el Señor Jesucristo le continúe bendiciendo ricamente.

Dios es muy bueno y misericordioso, ¡Aleluya!

Alfonso M. Suárez
United Pentecostal Church International, Inc.
Director (USA)
Tema extraído del Foro de Pentecostales Apostólicos del Nombre:
http://espanol.groups.yahoo.com/group/PentecostalesApostolicosdelNombre/
Propuesto por el Hno. Edgar Camacho R. Misionero Nacional de la Iglesia
Pentecostal Unida de Colombia, IPUC, en la ciudad de Cali, según el mensaje #
10713:

INFORMES MISIONEROS y con respecto al tema de los profetas INFORMES


MISIONEROS y con respecto al tema de los profetas Edgar 13 de Mar, 2009
Dios les bendiga, apreciados hermanos. Para ver informes misioneros de la Camacho
Iglesia Pentecostal Unida de Colombia en: INFORMES MISIONEROS edgarcr89 4:00 pm
PENTECOSTALES...

El cual fue contestado por el Hno. Pastor, Alfonso M Suárez, Director de este
Foro Pentecostal,

Según el mensaje # 10715:

Respecto a los profetas y su ministerio profético (Parte 1) Respecto a los Alfonso M 13 de Mar, 2009
profetas y su ministerio profético (Parte 1) Suárez
2009 "...el verdadero Dios y la vida eterna..." pentecostalo... 9:01 pm
(1a Juan 5....

El mensaje # 10716

Respecto a los profetas y su ministerio profético (Parte 2) Respecto a los profetas y Alfonso M
su ministerio profético (Parte 2) Suárez 6:20 a
2009 "...el verdadero Dios y la vida eterna..." pentecostalo... m
(1a...

Y el mensaje # 10734
Respecto a los profetas y su ministerio profético (Parte 3) Respecto a los Alfonso M 15 de Mar, 2009
profetas y su ministerio profético (Parte 3) Suárez
... pentecostalo... 4:24 pm

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