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Carcinoma (indiferenciado) de células grandes: este tipo representa aproximadamente del 10% al

15% de los cánceres del pulmón. Puede aparecer en cualquier parte del pulmón y tiende a crecer y a
propagarse rápidamente, lo que puede hacer más difícil tratarlo eficazmente.

¿Cómo se detecta el cáncer del pulmón?

Debido a que la mayoría de las personas que padecen de cáncer del pulmón en etapas iniciales no
presentan ningún síntoma, sólo alrededor del 15% de los casos de cáncer del pulmón se detectan en sus
etapas iniciales. Cuando este tipo de cáncer se detecta en sus primeras etapas, a menudo se debe a una
radiografía del tórax, una tomografía computarizada o a otros exámenes realizados por otra razón.

Aunque la mayoría de los tipos de cáncer del pulmón no causa síntomas hasta que ya están propagados,
debe informar a su médico inmediatamente cualquiera de los síntomas siguientes. A menudo estos
problemas los causa otro padecimiento, pero si le detectan cáncer del pulmón, un tratamiento oportuno
podría prolongar su vida y aliviar los síntomas.

 Tos que no desaparece


 Dolor en el pecho que a menudo empeora al respirar profundamente
 Ronquera
 Bajar de peso y perder el apetito
 Esputo (saliva o flema) con sangre o de color rojizo
 Dificultad al respirar
 Infecciones recurrentes, como bronquitis y neumonía
 Empezar a respirar con silbido o jadeo

Cuando el cáncer del pulmón se propaga a órganos distantes, puede causar lo siguiente:

 Dolor en los huesos


 Debilidad o adormecimiento de los brazos o las piernas
 Mareo
 Color amarillento en la piel y los ojos (ictericia)
 Masas, o bultos, justo debajo de la piel. Esto se debe a la propagación del cáncer a la piel o a los
ganglios linfáticos ubicados en el cuello o por encima de la clavícula

Hay otros conjuntos de síntomas (denominados síndromes) que podrían indicar la presencia de cáncer
del pulmón, pero esto sucede con menos frecuencia.

Si se sospecha la presencia de cáncer del pulmón

Si hay alguna razón para sospechar que usted podría tener cáncer del pulmón, su médico usará uno o
más métodos para averiguar si la enfermedad realmente está presente. Además, el diagnóstico de
cáncer se confirmará mediante una biopsia del tejido del pulmón y se obtendrá valiosa información que
ayudará a tomar las decisiones sobre el tratamiento. Si con estas pruebas se detecta cáncer del pulmón,
se harán más pruebas para determinar hasta qué punto se ha propagado.

Después de informarse de sus antecedentes médicos y hacerle un examen físico, su médico podría
solicitarle que se haga algunos de los siguientes estudios:

Estudios por imágenes: en estas pruebas se usan radiografías, campos magnéticos, ondas sonoras o
sustancias radiactivas para obtener imágenes del interior del cuerpo. Algunos de los estudios por
imágenes que se usan para detectar el cáncer del pulmón y determinar a qué partes del cuerpo se ha
propagado incluyen radiografías, tomografías computarizadas (CT, por sus siglas en inglés), imágenes
de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés), tomografías mediante la emisión de positrones
(PET, por sus siglas en inglés), angiografías y gammagrafías óseas.

Las siguientes pruebas se pueden usar para confirmar que algo observado en un estudio por imágenes
es, en efecto, un cáncer del pulmón.

Citología de esputo: Una muestra de flema (saliva) se examina con el microscopio para ver si tiene
células cancerosas.

Biopsia con aguja: Se introduce una aguja en el tumor para retirar una muestra de tejido, el cual se
examina en el laboratorio para determinar si contiene células cancerosas.

Broncoscopia: Se introduce un tubo flexible iluminado a través de la boca hasta los bronquios. Esta
prueba puede ayudar a detectar tumores o puede usarse para tomar muestras de tejido o de líquidos
para ver si contienen células cancerosas.

Mediastinoscopia: Mientras el paciente está anestesiado, se toman muestras de tejido de los ganglios
linfáticos a lo largo de la tráquea a través de un pequeño orificio en el cuello. Y una vez más, ver el tejido
con un microscopio puede indicar si hay células cancerosas.

Toracocentesis y toracoscopia: estas pruebas se hacen para verificar si el líquido que rodea los
pulmones es consecuencia del cáncer o de una condición benigna como insuficiencia cardiaca o
infección.

Biopsia de médula ósea: Se usa una aguja para extraer una pequeña porción de hueso, generalmente
de la parte posterior de la cadera. La muestra se examina para ver si contiene células cancerosas.

Análisis de sangre: A menudo se realizan ciertos análisis para ayudar a averiguar si el cáncer del
pulmón se ha propagado al hígado o a los huesos.

Tratamiento contra el cáncer del pulmón

Hay muchas cosas en las que tiene que pensar cuando está escogiendo la mejor manera de tratar o
manejar su cáncer. Quizá haya más de un tratamiento para escoger. Tal vez sienta que necesita tomar
una decisión rápidamente, pero tómese su tiempo para asimilar la información que ha aprendido. Hable
con su médico. Lea la lista de preguntas en la sección "¿Cuáles son algunas de las preguntas que puedo
hacerle a mi médico?" para obtener algunas ideas y luego añada otras preguntas que usted tenga.

Por lo general es buena idea buscar una segunda opinión, especialmente con médicos que tengan
experiencia en el tratamiento contra el cáncer del pulmón. Una segunda opinión puede proveerle más
información y puede ayudarle a sentirse más seguro sobre el tratamiento que está considerando.
Algunas compañías de seguro requieren una segunda opinión antes de aceptar pagar ciertos
tratamientos. Casi todas pagarán por la segunda opinión.

Hemos resumido los tipos de tratamientos disponibles contra el cáncer del pulmón. Esta información
representa los puntos de vista de los médicos y enfermeras que prestan sus servicios a la Junta Editorial
del Banco de Datos de la Sociedad Americana del Cáncer. Estas opiniones están basadas en su
interpretación de los estudios sobre los tratamientos contra el cáncer publicados en revistas médicas, así
como en su propia experiencia profesional. Sin embargo, la información sobre tratamiento en este
documento no constituye la política oficial de la Sociedad y no tiene como objetivo servir como una
consulta médica para reemplazar la experiencia y juicio de su equipo que atiende el cáncer. El objetivo
es ayudarle a usted y a su familia a tomar decisiones basadas en la información junto con su equipo de
atención del cáncer.

Además, no dude en hacerle sus preguntas a su médico ni en buscar otras fuentes confiables de
información sobre el tratamiento.

Las opciones de tratamiento contra el cáncer del pulmón son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia,
ya sea por sí solas o combinadas, dependiendo del tipo y la etapa del cáncer.

Cirugía

Dependiendo del tipo y la etapa del cáncer, se puede usar la cirugía para extirpar el tumor y una parte del
tejido del pulmón a su alrededor. Si se extirpa un lóbulo (una sección) del pulmón, la cirugía se
llama lobectomía. Extirpar sólo una parte del lóbulo se denomina resección en cuña. La cirugía en la que
se extirpa el pulmón completo se denominapneumonectomía.

Estas operaciones se hacen mientras el paciente está anestesiado. Por lo general es necesario que el
paciente se quede una o dos semanas en el hospital. Después de la cirugía, el paciente sentirá algo de
dolor porque el cirujano tiene que cortar a través de las costillas para llegar hasta los pulmones.

A menudo, las personas cuyos pulmones están en buenas condiciones (aparte del cáncer) pueden
reanudar sus actividades normales una vez que se les ha extirpado un lóbulo, o hasta un pulmón
completo. Sin embargo, si aparte la persona también padece enfermedades como enfisema o bronquitis
crónica (comunes entre las personas que fuman mucho), pudiera seguir faltándole el aire durante un
período prolongado.

En casos de personas que no pueden someterse a la cirugía usual debido a enfermedades del pulmón u
otros problemas médicos, o porque el cáncer está muy avanzado, se pueden usar otros tipos de cirugía
(por ejemplo, la cirugía con láser) para aliviar los síntomas.

Si el cáncer del pulmón se ha propagado al cerebro, podría usarse la cirugía para extirpar el tumor si
esto pudiera realizarse sin causar daños al cerebro.

Quimioterapia

La quimioterapia sistémica es el uso de medicamentos contra el cáncer que se inyectan en una vena o
se toman por la boca. Estos medicamentos entran al torrente sanguíneo y se propagan a todas partes
del cuerpo y por esto, el tratamiento es útil en casos de cáncer que se ha propagado a órganos distantes.
Los medicamentos de la quimioterapia destruyen a las células cancerosas, pero también dañan a ciertas
células normales, lo cual puede ocasionar efectos secundarios.

A menudo se administran varios medicamentos al mismo tiempo. Dependiendo del tipo y la etapa del
cáncer del pulmón, la quimioterapia se puede usar como tratamiento principal o como tratamiento
adicional a la cirugía. En ocasiones los médicos administran altas dosis de quimioterapia junto con
medicamentos llamados factores de crecimiento. Éstos ayudan a prevenir los efectos secundarios de la
quimioterapia relacionados con la médula ósea.

Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen del tipo de medicamentos que se usen, la
cantidad que se administre y la duración del tratamiento. Algunos de los efectos secundarios temporales
que podrían presentársele son:

 Náuseas y vómitos
 Pérdida del apetito
 Caída del cabello
 Llagas en la boca
 Aumento del riesgo de infecciones debido a la falta de glóbulos blancos
 Moretones o sangrado debido a cortaduras menores
 Cansancio o dificultad al respirar

La mayoría de estos efectos secundarios desaparece cuando el tratamiento cesa. Si tiene cualquier
problema con los efectos secundarios, asegúrese de informar a su médico o al personal de enfermería,
ya que a menudo hay formas en que pueden ayudarle.

Radioterapia

La radioterapia es un tratamiento en el que se usan rayos de alta energía (como los rayos X) para
destruir o reducir las células cancerosas. La radiación puede provenir de fuera del cuerpo (radiación
externa) o de materiales radiactivos colocados directamente en el tumor (radiación interna o de
implante). La radiación externa es el tipo que se utiliza más a menudo para tratar el cáncer del pulmón.

En ocasiones, la radiación se usa como tratamiento principal contra el cáncer del pulmón, como por
ejemplo en personas cuya salud no está lo suficientemente buena como para someterse a una cirugía.
En otros pacientes, la radiación se podría usar después de la cirugía para destruir pequeñas áreas de
cáncer que no pueden verse ni extirparse durante la cirugía. La radiación también se puede usar para
aliviar síntomas como dolor, sangrado y dificultad para tragar.

Los efectos secundarios de la radioterapia pueden incluir leves problemas de la piel, náuseas, vómitos y
cansancio. A menudo, éstos desaparecen en poco tiempo. La radiación administrada en el tórax puede
dañar los pulmones y ocasionar problemas respiratorios. Generalmente, los efectos secundarios de la
radioterapia en el cerebro (para tratar la metástasis) llegan a su punto más grave uno o dos años
después del tratamiento e incluyen pérdida de memoria, dolores de cabeza, dificultad para pensar y
menor deseo sexual. Asegúrese de hablar con su médico si se le presenta cualquier efecto secundario.

Estudios clínicos

Los estudios de nuevos tratamientos prometedores se conocen como estudios clínicos. Un estudio
clínico se lleva a cabo solamente cuando existe algún motivo para creer que el nuevo tratamiento puede
ser valioso para el paciente. Se ha encontrado con frecuencia que los tratamientos utilizados en los
estudios clínicos producen beneficios reales. Las principales preguntas que los investigadores quieren
contestar son:

 ¿Es beneficioso este tratamiento?


 ¿Es más eficaz que el que estamos usando ahora?
 ¿Qué efectos secundarios produce el tratamiento?
 ¿Superan los beneficios a los efectos secundarios?
 ¿A qué tipo de pacientes es más probable que el tratamiento le resulte beneficioso?

Los estudios clínicos se llevan a cabo por pasos llamados fases. Cada fase está diseñada para contestar
ciertas preguntas.

 Fase I - En esta fase de los estudios clínicos se busca la mejor manera de administrar un
tratamiento nuevo y qué cantidad de éste se puede administrar con seguridad. El propósito
principal de un estudio en Fase I es probar la seguridad del nuevo medicamento.
 Fase II - Los estudios clínicos en esta fase están diseñados para ver si el medicamento es
eficaz. Se le administra a los pacientes la dosis más alta posible que no cause efectos
secundarios graves y se les observa muy de cerca para ver si tiene algún efecto en el cáncer.
 Fase III - En esta fase de los estudios clínicos se compara el nuevo tratamiento con la terapia
convencional. Se divide un gran número de pacientes en dos grupos. El grupo de referencia
recibe el tratamiento convencional y el otro grupo recibe el nuevo tratamiento. A todos los
pacientes se les observa de cerca para ver cuál de los tratamientos es más eficaz. El estudio se
suspende si los efectos secundarios son muy graves o si un grupo tiene resultados superiores al
otro.

Si usted está participando en un estudio clínico, recibirá un cuidado excelente. Usted tendrá un equipo de
expertos que vigilará su progreso muy cuidadosamente. No obstante, existen algunos riesgos. Nadie
puede anticipar si el tratamiento funcionará o exactamente qué efectos secundarios ocurrirán. Eso es lo
que se pretende descubrir con el estudio. Sin embargo, tenga en cuenta que incluso los tratamientos
convencionales causan efectos secundarios.

La decisión de participar en un estudio clínico es totalmente suya. Incluso luego de unirse a un estudio
clínico, usted tiene la libertad de abandonar el estudio en cualquier momento, por cualquier motivo. El
participar en un estudio clínico no evitará que usted reciba algún otro cuidado médico que pudiera
necesitar.

El Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute, NCI) tiene información actualizada sobre los
estudios clínicos auspiciados por esta organización. Usted puede llamar al Instituto Nacional del Cáncer
al 1-800-4-CANCER o visitar su página en Internet cancertrials.nci.nih.gov.

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