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El Krux de Dios
LECTIO DIVINA
ser atendidos. 12 El da comenzaba a declinar. Los Doce se acercaron para decirle: Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida en las aldeas y pueblecitos de los alrededores, porque aqu estamos lejos de todo. 13 Jess les contest: Denles ustedes mismos de comer. Ellos dijeron: No tenemos ms que cinco panes y dos pescados. O desearas, tal vez, que vayamos nosotros a comprar alimentos para todo este gento? 14 De hecho haba unos cinco mil hombres. Pero Jess dijo a sus discpulos: Hagan sentar a la gente en grupos de cincuenta. 15 As lo hicieron los discpulos, y todos se sentaron. 16 Jess entonces tom los cinco panes y los dos pescados, levant los ojos al cielo, pronunci la bendicin, los parti y se los entreg a sus discpulos para que los distribuyeran a la gente. 17 Todos comieron hasta saciarse. Despus se recogieron los pedazos que haban sobrado, y llenaron doce canastos.
El evangelio, de San Lucas, nos narra la multiplicacin de los panes y de los peces, que es alimento milagroso que Jess dio a quienes ms lo necesitaban. Y es lo que nosotros recibimos en la Eucarista el Cuerpo y la Sangre de Cristo como alimento de vida eterna.
Nuestra misin como cristianos, como hombres y mujeres nuevos, unidos por los lazos de la comunin y del amor, que nos hacen reconocernos hermanos unos de otros, es esparcir por nuestro mundo semillas de Eucarista, la migas de ese pan que es Jesucristo. La razn fundamental por la que queremos vivir la comunin en una humanidad renovada y con unos valores concretos es EL AMOR.
ORACIN: Qu le digo?
Alma de Cristo, santifcame. Cuerpo de Cristo, slvame. Sangre de Cristo, embrigame. Agua del costado de Cristo, lvame. Pasin de Cristo, confrtame. Oh, buen Jess!, yeme. Dentro de tus llagas, escndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del enemigo, defindeme. En la hora de mi muerte, llmame. Y mndame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amn.
***** Contemplemos el momento en el que Jess entra en nuestra vida a travs de la Eucarista. Entra para no salirse ms, para habitar y darnos la fuerza necesaria para nuestra salvacin.