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Foto: Wyn Van Devanter / Flickr.

Night Lights of a Capitol City

Requisito para una Nueva Cultura


Política
Autora María Celeste Gigli Box (Argentina)

De lo que sigue. modos intermedios y parciales en que cada uno


de ellos se presenta). Aquí, construiremos un
Abrid escuelas para cerrar sumario acercamiento a dicha cultura política;
prisiones. mas le daremos una nueva desinencia: el
hacerla interactuar con una educación en y para
Víctor Hugo. los DDHH (en más, “DDHH”). Esta combinación
no es dable de soslayar, ya que tal educación

E n lo que sigue proponemos recorrer un camino es la clave que consideramos determinante


alternativo en lo que atiene a la educación en para el ejercicio de una [necesitada] nueva
y para los derechos humanos. Concretamente, cultura política. Podemos cotejar por doquier,
haremos una selección conceptual desde una de estudios que abordan la cultura política de un
las nociones más importantes del corpus teórico grupo o región -en el sentido más genérico de
de la Ciencia Política, como es la cultura política. ambos términos-, con diversos aspectos de la
Esta suele ser motivo de análisis -y fuente de realidad política (podrán ser tipos de regímenes
explicación- para las conductas ciudadanas y políticos o casos concretos, explicaciones de
los diversos tipos de regímenes de gobierno un fenómeno; o bien cualquier otro cruce que
(desde autoritarios a democráticos -con los

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se proponga); pero no es posible encontrarla cual concepto teórico de cultura política -con
como una consecuencia concreta -y posterior sus nociones relacionadas-, como “primordial”,
retroalimentación-, de una herramienta plena o bien el “más completo” o “crítico”. En
de ventajas como es la educación en y para los vez de ello, procuraremos partir desde las
DDHH. coincidencias básicas que los diferentes modos
de conceptualizar la cultura política han tenido
Simplemente, creemos que ella es un proceso en la heurística del tema. En otras palabras,
continuo y permanente, en orden a lograr el plantearemos una construcción teórica amplia
entendimiento de la responsabilidad que todos de la noción, para usarla como sustrato (y,
y cada uno tenemos, en hacer una realidad por supuesto, haremos una selección que la
concreta el respecto de los DDHH en cada sintetice, por razones particulares de espacio).
individuo, grupo y/o sociedad. Así, podremos Esto no implica, desde ya, que lo seleccionado
proyectar una experiencia cotidiana de la justa carezca de refutaciones o precise ser ajustado
defensa de la dignidad humana, la solidaridad, en función de las diferentes sociedades, pero
la libertad y equidad. En pocas palabras, vivir no nos detendremos en ello, porque nuestro fin
los DDHH como una práctica tangible, en radica en continuar con la tarea. Para ello, en
un criterio de coincidencias que hagan de la segundo lugar, propondremos focalizarnos en
persona humana -su dignidad y su valor-; sujeto las implicancias de las teorizaciones elegidas
de vínculos sustentados en la formación -y sea al combinarlos. Pero esto no pretende ser
su consecuencia en el mismo tiempo. En este tautológico: intentamos construir un espacio
sentido, huelga mencionar que, para erigir y dinámico para analizar la interacción de la noción
sostener sociedades democráticas y pluralistas, cultura política en conjunción con la educación
son necesarios determinados valores, derechos en y para los DDHH. El objeto de hacerlo es
y actitudes que faciliten y mejoren su nivel de destacar la importancia de ésta última para la
convivencia -en una dinámica para la paz. transformación de una nueva cultura política
resultante de tal instrucción a lo largo del tiempo.
Terceras aclaraciones son necesarias. En concreto, una cultura política construida en
Debemos atender aquellas que pueden presencia de educación en y para los DDHH, dará
surgir por consecuencia del concepto elegido lugar a un tipo de democracia diametralmente
-cultura política-, y de otros necesariamente diferente [del resultante si la primera estuviese
relacionados -como democracia y ciudadanía. ausente]: Simplemente, porque una realidad con
Cualquiera de ellos -o sus combinaciones-, fluida educación en y para los DDHH, implica un
pueden ser blanco de objeciones/correcciones/ insumo diferente a la hora de abordar la acción
precisiones/resignificaciones de muchos tipos: política para todos los individuos y grupos que
epistemológicas, metodológicas, históricas y conforman un espacio político. De este modo,
hasta geográficas. Mucha tinta se ha usado, pretendemos que las líneas siguientes ilustren la
para expresar puntos de vista politólogicos, necesidad de agregar -a los abundantes estudios
sociológicos, históricos y demás, analizando sobre la problemática en DDHH-, la cultura
el fenómeno, o bien, de lo que de él predican política como factor básico para representar[se]
sus colegas. A diferencia de esto, en estas la política, y como índice de las posibilidades de
líneas podremos evitar este tipo de pláticas/ los actores -a un mismo tiempo.
coincidencias/disputas/objeciones; las que, si
bien muy prósperas para la ciencia, podrían En último lugar -relacionado a lo anterior, pero en
inmovilizarnos para seguir avanzando hacia cuanto al formato de la exposición-, pretendemos
donde queremos llegar: la educación en y para remarcar nuestra intención al presentar un primer
los DDHH. Por supuesto, la pregunta procedente acápite en donde desarrollaremos sumariamente
sería: ¿Por qué podremos evitarlo con tanta la noción de cultura política; un segundo, donde
ligereza? La razón requiere ser explicada con abordaremos los espacios de la democracia y
detenimiento: la ciudadanía -como conceptos relacionados
con el primero-; para continuar en el último
En primera instancia, nuestra empresa en estas apartado, donde comentaremos la importancia
líneas no pretende -ni precisa- presentar tal o que tienen en esas teorizaciones la educación
en y para los DDHH. Pero esto no concluye Pero es dable mencionar que notas similares
allí, sino que prepara un desenlace donde se a lo que expondremos como cultura política,
presenta la posibilidad de una nueva cultura están presentes ya en Platón y Aristóteles. El
política. Por supuesto, conforme la ecuación primero, la derivaba de los valores, actitudes y
clave: la formación para y en los DDHH, que experiencias que las personas obtienen a lo largo
devendrá en una mejor democracia y ejercicio de su vida (en términos modernos, llamaríamos
ciudadano. Algo así como un palíndromo, sólo a ello la socialización). En el caso de Aristóteles,
que no de letras sino de ideas: la cultura política se encuentra en la organización de las diferentes
por la que comenzamos, nos llevará a una conformaciones en la polis y la disposición de
[determinada] democracia y ciudadanía, siendo sus segmentos estratificados. Tampoco se
éstas, el espacio en que se concreta lo que la ausenta en el caso de Montesquieu, Rousseau
primera informa en el individuo/grupo/s. Y, una y Tocqueville: sintéticamente, ellos también
educación en y para los DDHH, posibilitará un destacaron la importancia de los valores morales
nuevo comienzo de posibilidades a cada actor (y en algunos casos, religiosos) para explicar el
político, al proveer un “capital cívico” que permite decurso de las instituciones políticas. Pero el
una relectura y/o ejercitación y/o mejoramiento alcance del concepto en la politología, tuvo por
de la cultura política; para luego seguir con una protagonista a Gabriel Almond [2]. Su enfoque
relectura y/o nueva ejercitación y/o mejoramiento -de impronta conductista, enmarcado en el
del ejercicio ciudadano y democrático, que estructural funcionalismo-, abordaba la dimensión
termine en la continuidad de la enseñanza en y macro de la política (estructuras, funciones
para los DDHH. La “magnitud” de esa necesidad del sistema político, instituciones, efectos de
de perseverancia en tal instrucción, es producto políticas públicas), y aquélla micro (enfocando
de la concreción de esa misma cultura política el individuo, sus actitudes y motivaciones), junto
-que ya fue informada por la instrucción. En con la relación que existe entre ambas. Esto
concreto, nuestro objeto es destacar la dinámica daba lo que llamó orientaciones políticas, las
que estas dos fuentes producen -como causa y que provenían del conocimiento, sentimiento y
efecto mutuo-; y que nos alecciona la importancia evaluación de lo que los actores veían en los
de tal formación específica, al focalizarse en su distintos objetos que constituyen la política como
ejercicio concreto: una nueva cultura política. tal. Pero, al mismo tiempo, esas orientaciones
que construyen su visión política -y se posicionan
En concreto, nuestra aspiración de lograr una de acuerdo a ella-, son también, un insumo para
dinámica singular, tiene como fin lo ya expresado guiar la acción. Tales orientaciones incluyen: a)
más arriba: señalar la importancia de una disposiciones cognitivas [precisas o no] acerca
educación en y para los DDHH como comienzo, de “lo político”, y diversas creencias sobre
fin y nuevo comienzo de... lo que sigue: ello b) orientaciones afectivas, compromisos,
rechazos respecto de esos objetos, y c) juicios y
opiniones sobre aspectos políticos que suponen
Cultura Política: un modo de ver y criterios de evaluación hacia los acontecimientos
hacer... políticos. De este modo, podríamos presentar
la cultura política como una suerte de conexión
No proclaméis la libertad de volar: entre los niveles macro y micro políticos, en
dad alas; tampoco la de pensar: tanto que resultado de la historia colectiva del
sistema político y las experiencias de los actores
dad pensamiento. individuales y/o grupales que lo integran. En este
Miguel de Unamuno espacio se incluyen significados compartidos de
la vida política -lo que nos indica que la cultura
Comencemos brevemente con el desarrollo política es diferente que la sumatoria de las
de nuestro primer tópico: la cultura política. Su opiniones individuales.
acontecer multidisciplinario, fue producto de la
explosión de estudios de la conducta -hacia el fin Por otro lado, los autores proponen una
de la Segunda Guerra Mundial-, en áreas como la clasificación de la conducta de los ciudadanos:
Sociología, la Antropología y la Ciencia Política. serán parroquiales, quienes manifiestan poca

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o ninguna conciencia acerca de los sistemas elementos del sistema político que raramente
políticos nacionales. Es un tipo presente son cuestionados por sus miembros. Del tipo
en cualquier sociedad, aunque los autores meso, si refiere al cuestionamiento de las reglas
sostienen que son escasos en sociedades del juego establecidas. En la dimensión micro,
occidentales modernas. Además, mencionan estará compuesta por las variables que hacen a
sistemas políticos similares, con poca o ninguna la actividad política cotidiana.
conciencia del sistema político como entidad
especializada. Una segunda categoría son Pero allende este caso -que sólo utilizamos para
los súbditos, aquellos que se orientan hacia ilustrar, ya que existen numerosos-, también
el sistema político y sus servicios (bienestar, es dable aclarar que el abordaje de cultura
beneficios, leyes, etc.), pero no participan en las
política no sólo ha sido definido de manera
estructuras que los producen. El tercer grupo, diferente, sino que además ha sido puesto a
está constituido por quienes se comprometen interactuar desde distintas dinámicas a la hora
con la política real o potencialmente. En ese de estudiarlo. Sólo para mencionar otro caso,
caso, afirman que se ha alcanzado un cierto nivelcuando se la relaciona con la capacidad de
de secularización cultural (aunque por supuesto, estabilidad democrática, podemos encontrar el
existen -y existirán- muchos individuos que no trabajo de Robert Merelman, quien pretende una
lo han alcanzado o bien nunca lo alcanzarán). concepción mundana de la cultura política. Con
Aplicada esta clasificación a la viabilidad del ello se interesa por la política tal como aparece
funcionamiento democrático, la participación no en la vida cotidiana: asistemática e implícita, en
deberá ausentarse, pero tampoco ser excesiva: conversaciones e intercambios que expresan la
fundamentalmente, la clave del funcionamiento manera que los individuos construyen, usan e
democrático óptimo, se basa en lo que ellos interpretan las ideas, términos y símbolos que
llamaron la lógica de Ricitos de oro En el cuento,
resultan centrales en el quehacer político. Para
al ingresar en casa de los tres osos, la niña explicar, por ejemplo, algo como la estabilidad
escoge el plato de sopa del oso pequeño -ya que política con este concepto, el autor afirma que
el del oso padre estaba muy caliente, mientras la respuesta reside en el carácter multivalente y
el de la osa madre sabía muy fría. Con el mismo contradictorio de las ideas y símbolos de ella; en
criterio escoge la cama del osito donde se queda su desconexión de la acción política vigorosa,
dormida, ya que la del padre era muy dura y la como el vacío de instituciones sociales y
de la osa demasiado blanda) Recordemos que políticas. Estos símbolos multivalentes, inhiben
la teoría de la Civic Culture que integraba esta a los ciudadanos de la participación política
teorización, postula el just right, el equilibrio, el
institucional relevante. El resultado, puede ser la
justo medio. estabilidad -no desde el consentimiento con el
estado de cosas, sino desde esa ambivalencia,
Por supuesto que este enfoque -y los muchos que los ha desactivado.
que se relacionaron y basaron en él-, fue objeto
de análisis críticos; que al dialogar con ellos, Además de esta objeción, encontramos
nos enriquecieron señalando sus debilidades. muchas otras de gran soporte, como aquellas
Veamos: mas arriba mencionamos la posición que señalan su naturaleza [=procedencia]
articuladora de la cultura política entre las etnocéntrica y con pretensiones universalistas;
variables más generales del sistema político lo que implica dejar fuera aspectos histórico-
como son las percepciones, conocimientos, culturales. Incluso, metodológicamente se
juicios, etc. más cercanos a los grupos de le impugnó la preponderancia exclusiva de
referencia y/o los individuos. En un perspicaz corte cuantitativa sobre las posibilidades del
análisis de Brian Girvin, encontramos su herramental cualitativo-interpretativo. Un caso
señalamiento acerca de esa supuesta transición de esas objeciones fue el de Francisco Cruces y
desde lo macro a lo micro/individual, como poco Angel Díaz de Rada, quienes critican a Almond
fluida -incluso, hasta forzada. Por eso, propone y Verba por su sentido occidentalista, además
un espacio intermedio denominado meso-nivel. de concebir la cultura política [sólo] como la
Así, clasificó la cultura política teniendo en opinión que los grupos e individuos tienen de
cuenta la cantidad de elementos que se tomen de “los políticos” (siendo “la política” un fenómeno
cada nivel: Será macro, cuando tome en cuenta no reducido a aquellos solamente). Por otra
parte, critican la disociación de política y cultura, al restringir la segunda a
valores, creencias y disposiciones de comportamiento. Aplicando métodos
etnográficos a las relaciones entre política y vida cotidiana, estudian la
existencia de sentidos prácticos, inmediatos, como la organización de

>> “No es preciso mucha perspicacia para aseverar que la(s) cultura(s) política(s) en América
Latina tiene(n) características específicas (coyunturales y estructurales) que la diferencia de
la convivencia básica en el nosotros colectivo, sugiriendo soluciones
locales a la identidad y la participación, como las formas genuinas de
cultura política. Además, señalan que esas formas locales no coinciden
necesariamente con las soluciones y demandas institucionales -aunque se

los casos abordados por muchos especialistas europeos y norteamericanos”


superpongan o imbriquen. En síntesis, los autores proponen un concepto
de Cultura Política con mayúsculas, antropológico, plural y localizado,
viendo relaciones posibles y desencuentros.

Sin acotarnos en el espacio de las meras discusiones interdisciplinarias,


debemos dejar resaltado un factor importantísimo: no es preciso mucha
perspicacia para aseverar que la(s) cultura(s) política(s) en América Latina
tiene(n) características específicas (coyunturales y estructurales) que la
diferencia de los casos abordados por muchos especialistas europeos y
norteamericanos. Sólo para mencionar algunas situaciones manifiestas,
podemos afirmar que en muchos casos latinoamericanos, los aparatos
de Estado y ciudadanía se erigieron con un vínculo social dificultoso, al
igual que la estructura del propio Estado en tanto que constructo social.
Otra característica saliente, es la conflictiva gobernabilidad dada por la
convivencia entre un orden jurídico en igualdad ciudadana y un orden
político/social muchas veces autoritario y en la mayoría de los países
con grandes sectores excluyentes. Así, la cultura política latinoamericana
referirá a imágenes/sentidos sobre la acción colectiva de la sociedad, tal
como se presenta en estos lares, y no como la teoría pudiere señalar/
exhortar.

Sabiendo que, la matriz social se define en la dinámica que establece


un Estado (como unidad, cristalización de relaciones de dominación,
instituciones públicas dotadas del monopolio legítimo de la fuerza,
agente de desarrollo e integración -a un mismo tiempo), con la estructura
político-partidaria (régimen político y mediación institucional entre Estado
y sociedad, sistema de actores políticos que representan y las demandas
globales) y la sociedad civil (sus movimientos sociales, con su diversidad
y participación); América Latina adquirirá sus propias características
espacio-temporales. Además, nuestras sociedades han privilegiado una
cultura política de fusión, subordinación o eliminación en las alternativas
para conformarse (concretamente, por la participación y peso de sus
grupos sociales).

Con esto, referimos a las dinámicas alternativas que dieron/dan las


diferentes combinaciones -y ponderaciones- de los sectores sociales
que se presentan/han presentado para la configuración del juego político
latinoamericano. En este sentido, es el líder populista quien guía la
conformación. También puede serlo la identificación entre Estado-Partido,
la que decide quién tendrá el poder hegemónico. Incluso, el sistema de
partidos, el que fusiona corporaciones totalizando la acción colectiva (sin
espacio para la vida política autónoma); y podríamos mencionar muchos
más casos. En síntesis, estas características someramente mencionadas,
conforman e informan la cultura política latinoamericana -otorgándole una
entidad e identidad determinada. Por ello, es necesario estar prevenidos

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al abordar los análisis foráneos -no por ello Esta definición procedimental difiere de la(s)
menos rigurosos, pero sí especializados en sus centrada(s) sustancial o ética. Sólo para no dejar
perspectivas y realidades. esta última postura conceptual de la democracia
sin ninguna referencia, sólo mencionaremos
Pero como nuestra empresa en estas líneas que aquella, no necesariamente desconoce el
no hace a detenernos en las teorizaciones más aspecto procedimental; sino que agrega una
sólidas, “convenientes”, adecuadas a muestro dimensión ética con mayor/menor grado de
espacio latinoamericano -en clave de su cultura prioridad. Esto encuentra fundamento en que
política-, continuemos con lo que nos corresponde. una decisión política puede ser democrática en
Expongamos algunas nociones relacionadas, forma (y legal), pero no en cuanto a su contenido.
que nos llevarán luego, a la importancia de la Claro que también se le objeta el identificar su
formación en y para los DDHH. concepto de democracia con el de Estado de
Derecho; algo que, vulnera esta posición al
Cultura Política Democrática (sí y existir Estados de Derecho no democráticos.
Allende las posturas, es posible que se tengan
sólo si con ciudadanos educados). disidencias y/o afinidades con conceptos de
corte ético; seguramente podremos encontrar
La libertad sin educación es un núcleo de coincidencias básicas al acordar
siempre un peligro; la educación que ciertas libertades son necesarias para el
ejercicio del poder democrático. Aunque en este
sin libertad resulta en vano. sentido, deberemos remarcar que la filiación que
John Fitzgerald Kennedy Bobbio plantea para la democracia práctica no
es la de todos los DDHH, sino la de las libertades
Retomemos sumariamente la idea de del liberalismo político. Claro que eso no implica
democracia para sumarla a lo ya dicho -y así que estén completamente divorciados del orden
construirla en orden a nuestro último apartado. democrático... por el contrario: el individualismo
Seleccionaremos en este caso, trabajos es el fundamento común de la democracia y los
de Norberto Bobbio y tomaremos algunos DDHH.
desarrollos de la producción de Phillippe
Schmitter y Ferry Lynn Karl. Para Norberto Bobbio, desde una concepción
organicista social hasta una individualista,
El primero, defiende una definición mínima de tenemos una revolución copernicana en la
democracia (enfocado en lo procedimental historia moral secular. El detonante de ello
de ella, lo que ha causado no pocas críticas. es el individualismo, como los Derechos
Allende los posicionamientos, podemos afirmar del Hombre y, lo que la Ciencia Política ha
que así se vehiculiza cierto realismo político llamado ciudadano. Podemos arraigarlo
del autor -ante los numerosos incumplimientos remotamente en la concepción cristiana de
que la democracia ha tenido históricamente). la vida y su secularización por medio de la
Caracterizar la democracias en su contenido doctrina moderna del derecho natural (en otros
mínimo, implica observar el conjunto de reglas términos, deberíamos mencionar el hilo que une
básicas que establecerán los autorizados para a Hobbes hacia Kant). Pero mejor centrémonos
tomar decisiones colectivas, con procedimientos históricamente, donde el individualismo puede
ya establecidos por una mayoría. Además, pensarse originado con el contractualismo del
será preciso garantizar la participación directa/ siglo XVII y XVIII, y la concepción de sujetos
indirecta de un número elevado de ciudadanos, en estado de naturaleza, soberanos, libres e
con reglas que garanticen la libertad de elección iguales. A esto debemos sumar el nacimiento
y la decisión entre alternativas reales definidas de la economía política, tomando la idea de
(esto refiere al pluralismo de grupos políticos homo æconomicus -el que, al perseguir su
organizados en competencia, y minoría(s) interés, acaba promoviendo el bienestar social
garantizada(s) a convertirse -con el tiempo- en eficazmente-, y adicionarle la filosofía utilitarista
mayoría, gracias a elecciones periódicas). -desde Bentham a Mill-, al resolver el bien
común en la suma de bienes individuales. Sólo
para mencionarlo, comentamos la existencia de que la rodean: familia, nación y la sociedad
muchas otras “rutas” posteriores al individualismo universal. La segunda diferencia, es su carácter
-tan identificado con la democracia. Un ejemplo prestacional, que impetra la intervención del
es el comunitarismo, que pretende encontrar un Estado por medio de prestaciones adecuadas
nuevo equilibrio entre la autonomía individual (mientras los derechos de libertad exigen lo
y los deberes frente a la comunidad. Dentro contrario). De ésta, deriva la tercera: los derechos
de él, Amitail Etzioni entiende que es la mejor sociales no pueden aplicarse inmediatamente,
opción crear una nueva infraestructura moral mas los de libertad son de aplicación directa. En
y red de experiencias políticas comunes, en el caso de los derechos políticos, ellos fundan la
espacios como la familia, escuela, iglesia, participación directa/indirecta de los individuos y
asociaciones e iniciativas sociales. Y lo cierto, es grupos en las decisiones colectivas.
que la democracia moderna no descansa sobre
cualquier individualismo. Concretamente, lo Continuemos abocándonos en la problemática
hace sobre la tradición liberal-libertaria. Será ende la democracia, desde otra perspectiva, pero
la democrática, donde reconciliará al individuo manteniendo nuestro norte final. En el caso
con una sociedad resultado de un acuerdo libre de Schmitter y Karl, aquélla es un sistema de
entre individuos. Y es en éste donde reside la gobierno en el que los gobernantes responden
base de la democracia moderna. por sus acciones públicas como representantes
electos, con ejercicio indirecto, por medio de la
En el caso de la realización de los derechos concurrencia/cooperación ante los ciudadanos,
del hombre, se los ha concibido como señal del (Schmitter y Karl, 1995: 38). Aquí se tornan
progreso moral de la humanidad, y el camino fundamentales los ciudadanos, siendo una
de la paz y la libertad. Pero es necesario característica privativa del ejercicio democrático
aclarar, que existen tres dimensiones dentro de efectivo. En relación con ello, y también como
aquéllos: una histórica, otra moral y la última su característica natural, la real democracia
jurídico-institucional. Veamos: son históricos debe poseer y ofrecer variedad de procesos y
en su surgimiento, determinado por la lucha procedimientos competitivos (partidarios o no,
múltiple por la defensa de nuevas libertades funcionales o territoriales), para la expresión de
frente antiguos poderíos. En otras palabras, intereses, valores y demandas (sean colectivos
son una reacción a formas de opresión. En o individuales).
el caso de la divergencia entre la dimensión
moral y la jurídico-institucional, notemos que el Al igual que Bobbio, los autores se basan en
cimiento de un derecho que debería tenerse, los análisis de Robert Dahl [7], dando ciertas
alude a una realización de valores últimos -y condiciones necesarias pero no suficientes para
por ello no justificables. Es preciso buscar una su ejercicio efectivo. Entre ellas: la posibilidad
norma que los traduzca al ordenamiento jurídico de control de las decisiones de gobiernos sobre
positivo. En otras palabras, los DDHH alcanzan la política de los funcionarios electos (que deben
estatus de derechos públicos subjetivos por la ser elegidos con frecuencia y sin ejercer coerción
positivización constitucional: si la dimensión alguna en este acto soberano); amplia habilidad
jurídica supone la cuestión moral, cuando para votar entre los ciudadanos, como para
aparece en lo constitucional, el consenso reside presentarse en candidatura electivas; garantía
en que no es opinable. de expresión sin represalia alguna al emitirla;
libre modo de asociación (sea en partidos
Pero estas no son las únicas diferenciaciones políticos o grupos de interés). Sumamos ahora,
que Bobbio hace para la clásica distinción al otras características, como: defensa de las
interior de los derechos: repara en la designación minorías, igualdad de derechos, resistencia al
derechos de libertad y sociales: ambos de natura autoritarismo, valoración positiva de la crítica
individual, mas los primeros con fundamento en pública, respeto por la ley -como caución contra
el individuo (en tanto que persona moral), y los la prepotencia y arbitrariedad-, y el rechazo de la
segundos en la persona social. Específicamente, violencia estatal y privada. Además, presencia de
el hombre es persona moral considerada en recelo ante mesianismos políticos -que pueden
sí misma, y persona social en las dimensiones someter las libertades del individuo. En esencia,

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Revista Documentación 61

podríamos resumir y caracterizar a la democracia pero ya en acción-, es la materialización de esa


en algunos componentes básicos: ciudadanía, instrucción -y le da sentido. Este conocimiento
secularización, legalidad, cooperación desde -que pudo ser impartido en la educación
políticos electos hacia los ciudadanos (y formal-, deja el espacio de mera erudición, para
viceversa), participación y competencia efectiva concretarse en herramientas para la acción, y en
-o “cívica”. En lo que respecta al ejercicio efectivo nueva fuente de respuestas necesarias. Y aquí es
de los DDHH, deben viabilizarse en tal medio, donde debemos recordar la dinámica de la cultura
diferentes aspectos: tolerancia a múltiples política como una batería de herramientas para
identidades, criterios y creencias en un mismo actuar. Luego de las aportadas por la educación
grupo social, pluralidad, autoridad políticamente en y para los DDHH, la pretérita devendrá en
responsable de las garantías que otorga el nueva cultura política.
reconocimiento de los DDHH (y su universalidad)
-sin olvidar su carácter inalienable. Como agregado, debemos saber que la relación
entre una nueva cultura política y su inspiración
Una vez planteado esto, atengámonos a en una educación en y para los DDHH, debe
la relación que reside entre la cultura política ser un proceso en constante inoculación mutua
democrática y los DDHH. Y para hacerlo, (donde uno se vea enriquecido por el otro -y
reconstruyamos la convivencia en los diferentes desafiado por la realidad, para acortar esa
ámbitos -y niveles- de la vida social, en una distancia entre la concreta cultura política y lo
sociedad con Estado democrático. En ella, que se obtiene de tal formación). Un estilo activo
el grado de integración y articulación de desde el aula (o dónde fuere que se forme a los
diversos planos y dinámicas de la política serán ciudadanos como tales), se presenta como el
detonantes: por un lado, es preciso cotejar la factor para el despliegue de una nueva cultura
política como acción colectiva esencial a la política. Además, gesta una personalidad
solución de dificultades y desafíos -tanto públicos, política, que cada individuo puede y debe poseer;
como colectivos y privados. En segundo lugar, es sin perjuicio que ella puede diferir -en muchos
requisito el restablecimiento del acuerdo general o pocos aspectos- con respecto a sus pares y
de convivencia entre ciudadanos y/o fuerzas y/o cambiar en el tiempo -según las experiencias de
sectores sociales, con la aceptación y motivación vida de cada uno.
a la materialización de una institucionalidad
democrática. Si partimos de la premisa que los Por ello, nuestro objeto fundamental en este
seres humanos son sujetos de derecho (y éstos planteo, será el de destacar esta dinámica de
inherentes a su condición de tal), entonces dos fuentes -que son causa y efecto mutuo-, que
(con)formaremos una concepción de relaciones ilustra la importancia de este tipo de una formación
sociales y cultura política que de suyo asume una específica como la que presentamos, pero que
cultura política donde los DDHH son elemento tiene objeto también en su ejercicio concreto,
fundamental. Por tanto, no podemos referirlos y que aquí llamamos nueva cultura política.
sin hablar de una cultura política aparejada (y Adentrémonos un poco más en la primera, para
viceversa). Y su interrelación cada vez más poder cotejar su importancia fundamental.
evidente en las acciones cotidianas.

Fácil es, objetar lo anterior con una situación


Educación para y en los Derechos
tan concreta como plausible: el común problema Humanos: Conclusión... y nuevo
de observar una cultura política (y la formación
general, orientada a la política), muy distante de
comienzo.
la realidad concreta. Frente a ese alejamiento, Las democracias son capaces
la educación en y para los DDHH, hace que
las problemáticas concretas de la vida de cada
de sobrevivir sólo cuando son
persona abra un portal enorme para el diálogo de entendidas por sus ciudadanos.
las dificultades que cada uno -formado en y para
DDHH-, tenga. La posibilidad que este diálogo
Giovanni Sartori.
brinda -que es otra fuente de esa educación,
Apuntarnos a la educación en y para los DDHH
nos relaciona con mejorías tangibles en nuestra donde esas faltas ocurren (ámbitos laborales,
ciudadanía democrática; y, por ello, beneficia artísticos, académicos, barriales e incluso,
nuestra cultura política. La justicia y equidad, el familiares). Y además, no soslayamos aquí,
aseguramiento de una vida digna, la inclusión, el cambio de valores que suele producirse en
el respeto a la diversidad y el combate a la variaciones combinadas: existen situaciones,
discriminación, pueden ser aprendidos y donde el cambio aumentará las exigencias. En ese
ejercitados a diario por quienes estén formados caso, los ciudadanos se sentirán insatisfechos,
en ello (Si bien esos procesos comenzarán adoptando una actitud de protesta y reclamo por
en la primera socialización de los niños, si se más libertades/garantías sociales y/o políticas.
hace presente tal educación en los primeros En otros, los cambios de orden profundo
grados de la educación formal, esos pequeños -normativo-axiomático-, pueden potenciar
devendrán en adultos y padres con una cultura intereses negativos, y resultar en una sociedad
política formada en y para los DDHH, y podrán más mezquina e individualista (cuando lo que
mostrar a sus hijos una realidad en esa clave). se pretendía era un espacio para el desarrollo
Por eso, creemos vital el centrarse a corto plazo, personal, actividad responsable y comunidad).
la infancia y adolescencia son el momento de Por esto, no debe concebirse a la educación en
formar sujetos de derecho -momento en que y para los DDHH como mera erudición jurídica,
también se gestan gran parte de las creencias legal o moral; sino una herramienta orientada a la
de los individuos, algo que los acompañará acción -con un cause positivo, hacia los valores
de por vida. La incorporación de contenidos comunes, la tolerancia, la pluralidad, etc.
pedagógicos en y para los DDHH, como el
ejercicio democrático en la educación formal Así, estos mismos ciudadanos educados, podrán
que reciben los ciudadanos, es la medida para ser móviles y demandantes de la trascendente
lograr una cultura política de reconocimiento de incorporación/adecuación de legislaciones que
esos derechos, en el ejercicio de la tolerancia los protejan en variados niveles. Porque una
en la diversidad, equidad y ejercicio activo de formación política orientada a la acción, hace
la ciudadanía. Pero es dable destacar que el concretamente comprensibles los roles de la
lograr un nuevo modo de comprender la política ciudadanía democrática, al transmitir parte del
y la sociedad, no puede reducirse solamente a sistema democrático en términos prácticos,
la educación en y para los DDHH en escolares. preparando disposiciones equivalentes para
Antes por el contrario, debe ser blanco de ella, y enfrentando al educando con situaciones
ella todas las personas, independientemente con lo que deberá lidiar en su cotidianidad. En
de su origen nacional o étnico, condiciones esencia, se debe tratar de proyectar al ciudadano
socio-económicas y culturales. Y con esto -como unidad de valores e inclinaciones-, en
nos referimos a una educación sistemática, condiciones en que buscará medios para influir
de calidad que permita comprender, aprender una/la situación según aquellos.
(y aprehender), las responsabilidades como
ciudadano, y la existencia de sistemas nacionales
Pero no negamos algo fundamental: junto con
e internacionales de protección de los DDHH. Es la preparación pedagógica convencional, debe
por ello que debemos verla como un a porción existir la formación en las dimensiones de acción
de la formación vital del derecho a la educaciónconcretas que pueden darse en organizaciones no
-y como condición necesaria para el ejercicio gubernamentales, municipalidades, prefecturas,
efectivo de todos los derechos del hombre, en organizaciones en grupos profesionales,
todas sus dimensiones. entre otras. Cuando son utilizadas situaciones
concretas para lograr ingresar a un tema pensado
Desde ya, esta herramienta implica otorgar el y problematizado, se hacen claras las dificultades
poder de evitar, actuar, reclamar y asociarse de una situación, y las tareas pedagógicas
ante la detección de una eventual violación se llenan de sentido en cada clase. Con una
de los mismos. No nos referimos solamente a enseñanza en y para los DDHH orientada a la
las minorías que desgraciadamente han sido acción, los estudiantes desempeñan sus roles
atávicamente pacientes de tales, sino también posibles como ciudadanos -y como eventuales
a todas las situaciones cotidianas -y acotadas- políticos- determinados por normas de acción

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y/o reglas y funciones. Por eso, vigorizar organizaciones


locales/nacionales en pro de los DDHH, identificar los casos en
que las personas se ven privados de su goce pleno -y cuidar
por el remedio de esa situación-, debe ser también, un recurso
para comentar y trabajar en esa instrucción. Paralelamente,
es necesario tomar medidas como promover la diversidad de
fuentes, enfoques, metodologías e instituciones respecto de
la educación en DDHH; además de desarrollar la cooperación
en actividades pedagógicas en materia de estos derechos, y
no olvidar la importancia de recalcar su rol en el proceso de
desarrollo nacional. Se trata de formar y dar posibilidades de un
ejercicio activo de la ciudadanía, ni más ni menos.

Es muy cierto que la participación directa del ciudadano en las


decisiones del sistema político, no es posible en una democracia
representativa. En su lugar, la capacidad de intervención (que
también implica discernir cuándo es necesaria, dónde y cómo
puede llegar a tener consecuencias); llevará a un ciudadano/
grupo al ejercicio correcto y completo de su rol. En otras
palabras, un ciudadano educado en y para los DDHH, también
será más activo en el ejercicio de la democracia. Esto acontece
por causa que del conocimiento, que hace a las personas más
seguras en las acciones que realiza (a diferencia de la poca
confianza y temor que produce un contexto autoritario). Por ello,
un ciudadano con tal formación, es capaz de buscar averiguar,
acercarse a la participación (en partidos, asociaciones, iniciativas
ciudadanas), potenciando también, una observación crítica de
los hechos políticos. Todo esto redundará en la confianza social
que permitirá la apertura hacia el Otro en tolerancia. En esto, algo
es fundamental: esa confianza mencionada -en el
sentido de la participación política-, aumentará
la seguridad para que cada ciudadano activo
sepa que una situación, puede ser cambiada
si se actúa sobre ella.

Pero es muy posible -y frecuente- que a fin de


que la enseñanza en y para los DDHH no se
transforme en una simple retórica declamatoria,
es precisa la referencia continua de la realidad
-caso contrario, hará eco en vacío. Y, si sólo
hablamos del individuo y el aseguramiento
de sus DDHH, lo necesario será apuntar a la
comprensión y respeto del hombre y los
pueblos. Serán una convicción que debe
ser asumida por la familia, la escuela,
la comunidad, las iglesias, sindicatos,
etc.; pero no de modo fragmentario, sino
global. Para ello, se hace indispensable el
conocimiento del derecho a ocupar un lugar
digno en una sociedad, a la participación y a
una conciencia global de la reflexión crítica.
Si a la educción en y para los DDHH, le sumamos Five Nations. An Analytic Study. Boston, Little
la paz, debemos saber que ésta también se Brown, 1965. Cabe señalar que los países que
asemeja a lo expuesto, ya que ellas no están abordan son Inglaterra, EUA, Suiza y países
alejadas en lo absoluto. Y ambas, deben aparecer escandinavos.
como la defensa de los valores sustantivos en
forma, y un contenido imbuido de la problemática [2] Girvin, Brian. “Change and Continuity in
espacio-temporal. Al igual que planteamos una Liberal democratic Political Culture”, en John
nueva cultura política inspirada en la instrucción Gibbins (ed.), Contemporary Political Culture.
en y para los DDHH, cuando a ésta le sumamos Politics in a Postmodern Age, Londres, Editorial
la paz, debemos ver también sus confluencias, Sage, 1989.
contribuciones, y mutua alusión. Sólo para
mencionar un ejemplo, veamos uno de los [3] Cf. Robert Merelman: The Mundane
focos principales de la última: la prevención Experience of Political Culture? En Political
de la violencia. Pues bien, en el espacio de los Communication, vol. 15, #4, 1998.
DDHH, el reconocimiento de la dignidad humana
como objetivo central, concreta el contexto para [4] Cf. Robert Merelman: The Mundane
poder hacer viable la primera. Además, ambas Experience of Political Culture? En Political
comparten ejes que pueden re-significarse entre Communication, vol. 15, #4, 1998.
sí, ya que la violencia no sólo aparece como
fenómeno manifiesto en una reyerta callejera [5] Cf. Angel Díaz de Rada Brun y Francisco
o una guerra entre naciones. Atentados contra Cruces Villalobos: “La cultura política, ¿es parte
los DDHH como el racismo, la discriminación de la política cultural, o es parte de la política, o
de género, el etnocentrismo, la colonización es parte de la cultura?” En Política y sociedad,
ideológica, la agresión, inequidad, también Nº 18, 1995, pp. 165-184.
constituyen formas de violencia. Incluso, no
faltará el caso en que, este tipo de intimidaciones [6] Concretamente, utilizaremos dos obras del
puede ser, tal vez, mejor abordadas por las autor: Teoría General de la Política (Madrid,
incumbencias de la educación en y para los Editorial Trotta, 2003) y El Tiempo de los
DDHH. Presentarlas como violaciones a ellos, Derechos (Madrid, Editorial Sistema, 1991).
provee una construcción alternativa para que
los tópicos tomados en la educación para la [7] En Robert Dahl, Dilemas of Pluralist
paz dejen de saber “abstractos” a la realidad Democracy, Yale University Press, Editorial New
cotidiana. Haven, 1982.

Por eso, creemos que hemos dado varios Referencias Bibliográficas:


argumentos para que esos tiempos mejores
estén por venir. Solo resta que concretemos - Almond, Gabriel; Verba, Sidney: The Civic
los modos para llegar a ellos. El intento y el Culture Revisited, New York, Little Brown &
comienzo de esta tarea, tal vez sea pequeño, Company, 1980.
y por ello no se traducirá inmediatamente en
una defensa fluida y concreta de los DDHH en - Asociación Pro-Derechos Humanos: Educación
todos los casos donde estos faltan a muchas por los Derechos Humanos, A.P.D.H.-2ª Eición,
personas. Pero creemos firmemente que vale la Buenos Aires, Edición propia, 1987.
pena hacer el máximo esfuerzo por la privación
de la dignidad de los ciudadanos -que se hayan - Barba, Bonifacio: “Derechos humanos,
visto privados de ella. Como agregado -y nada educación y ciudadanía”, en Gaceta. No. 19,
pequeño por cierto-, es un muy buen modo de Año 7. Jalisco, Comisión Estatal de Derechos
ejercer nuestra propia dignidad también... Humanos Jalisco, 2000. pp. 14-17.

Notas: - Borja, Jordi: “Ciudadanía y espacio público”,


en Revista del CLAD Reforma y Democracia, Nº
[1] Gabriel Almond y Sidney, Verba: The Civic 12, Caracas, octubre de 1998.
Culture, Political Attitudes and Democracy in

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- Bobbio, Norberto: Teoría General de la Política, Madrid, Editorial Trotta, 2003

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- Chomsky, Noam: Política y cultura a finales del siglo XX, Barcelona, Ariel, 1994.

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- Lechner, Norberto: “Los Nuevos Perfiles de la Política. Un bosquejo”, en Revista Nueva


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