Página/12 uiero establecer otras carac- dudarlo. La academia era de El Club Socia- objeto que la provoca vale poco– que libros
Q terísticas de Milcíades como
escritor político. La distan- cia entre sus textos –que son fuertemente críticos con el peronismo– y el gorilaje (después voy a fun- damentar el uso de esta palabra que irrita a algunos) que creció a la sombra del triunfo lista. (¿Qué tenía de socialista el Club Socia- lista?) La ideología residía en el “Discurso de Parque Norte”, que escribieron Juan Carlos Portantiero, Pablo Giussani y Juan Carlos Torre: un manifiesto democrático que hoy –a casi veinticinco años– resulta tristemente patético. Las radios y los progra- como el de Gambini traten con tanta ligere- za un proceso de tal complejidad. El peronis- mo es más que Perón. Es más que la historie- ta negra de los antiperonistas obstinados. Es más que la pasión acrítica de tantos peronis- tas también obstinados. Asombra que aún hoy algunos alumnos –con cara de políticos alfonsinista de 1983 y que se encarnó, en el mas de tele fueron entregados a gente del extraviados en las malas artes, en las trenzas mejor de los casos, en Juan José Sebreli (si Partido. Todos habían olvidado la palabra oscuras de la realpolitik–, a la salida de algu- éste fue “el mejor de los casos”, imaginen “peronismo”. Sin más, decían “fascismo”. na de mis clases, me digan: “Qué gorila se los otros), quien publica con urgencia, para Cierta vez fui a un programa de Enrique me ha puesto, profesor”. Uno admite que la salir antes de las elecciones de octubre, su Vázquez. Como tengo cierta facilidad de verdad es plural, es múltiple, es una miríada texto sobre los “deseos imaginarios” del palabra y suelo pensar dos o tres ideas con de sucesos que colisionan una y otra vez, peronismo, que formó parte de la campaña algún rigor, Vázquez me dijo: “Vos no pare- por decirlo con Nietzsche y con Foucault, lo electoral del alfonsinismo tanto como La cés peronista”. Yo era peronista en esa etapa. que no admite es la mediocridad, el juicio república perdida, de Miguel Pérez con Igual que en los setenta. Estaba en la Reno- rencoroso, el odio de clase, la obsesión tur- guión de Luis Grégorich, o el film de Héc- vación Peronista. Queríamos “renovar” al bia, ese muro de acero que algunos levantan tor Olivera No habrá más pena ni olvido, peronismo para llevarlo al encuentro con la en su conciencia y al que nada nuevo puede basado en la excepcional novela de Osvaldo “democracia”. Era un modo de “acompañar entrar. Una duda, una sola duda los aniqui- Soriano (el film de Olivera era bueno), es críticamente”, es decir, del mismo lado, del laría. De acuerdo, que sigan felices. Pero decisiva. Milcíades analiza con rigor. Usa de la democracia, al radicalismo, para obli- que no pretendan entender la complejidad una metodología. Se maneja entre su forma- terar cualquier posibilidad de golpe militar, infinita, la vastedad inapresable de lo real. ción trotskista y sus sólidos conocimientos algo que, en esa época, no dejaba de men- De ahí en más busqué una independencia del clasismo marxista. De aquí que lo elija- cionarse todos los malditos días. Ahora que –por fortuna– pude mantener. Pero mos. Está a una distancia gigantesca de los bien, la Renovación Peronista la formaban quiero dejar algo muy claro: no me hice ni livianos textos de tantos periodistas que Carlos Grosso, el llamado “chupete” Man- jamás me haría antiperonista. De aquí que salieron a marcar antinomias irreductibles o zano (que se “chupeteó” todo en los noven- para los campeones de los claros y los oscu- a expresar sin más el rancio gorilismo de los ta), Carlos Menem y Antonio Cafiero. ros sea siempre una cosa o la otra. No sectores tradicionales del país. Félix Luna Renuncié al peronismo (ojo, eh: al peronis- importa. tiene derecho a deteriorar el que pudo haber mo, no sólo al Partido) al año siguiente. Me Sigo con Gambini. La contratapa del libro sido un buen libro –excelentemente docu- fui. Escribí –en Humor, en mi recordable es deleitable. Figuran las laudatorias críticas mentado– sobre la época del primer pero- columna de esos años– un texto que fue de los diarios. El cronista de La Nación dice: nismo con sus opiniones de afiliado radical. muy leído: La creación de lo posible. Era una “Historia del peronismo reconstruye en su Es un historiador. Ha escrito, además, El despedida. (Nota: Un fragmento importante tomo inicial una época que merecía ser refle- ’45, un año decisivo, libro que, al ser publi- del texto decía: “Lo reconozco: soy un inte- jada, como ocurre en este libro, con impar- cado en los setenta, moderó las rabietas de lectual. Lo reconozco hoy –creo– porque cialidad y altura. Para ilustración de quienes comité que erosionan Perón y su tiempo. El dejé de ser otras cosas. Un ‘infiltrado’, por no la vivieron. O, más exactamente, no la ’45, en contrario, es una herramienta indis- ejemplo. Dejé de serlo desde la realización padecieron”. (¡Qué imparcialidad! ¡Qué altu- pensable para la intelección de ese “año del Congreso de la Unidad Justicialista en ra!). El de El Cronista habla del ahogo que decisivo”. A ver si nos entendemos: el que Santa Rosa de La Pampa. Porque, aunque producía a quienes vivieron esos años el estar quiera ser antiperonista, que lo sea. Digo, sea excesivo, tengo que decirlo una vez más: “sumergidos en un régimen en el que se ape- desde ya, que no es una actitud aconsejable ni yo, ni ninguno de los que sienten y pien- laba de continuo a la grandeza nacional y a a la hora de estudiar tan compleja y dilatada san al peronismo como yo, tenemos nada la felicidad de todos los argentinos, pero en historia política, que es la de la Argentina de que ver con esas personas. Pueden seguir sin un contexto viciado por la delación, la idola- los últimos sesenta años. (Nota: En la que nosotros. Por otra parte, jamás han hecho tría y el pensamiento único”. Y el de La también se agitaron otros actores, nacionales otra cosa. ¿Somos nosotros entonces los que Prensa (¿qué podía esperarse de él?): “Descri- y extranjeros. El genocidio de 1976-1983 nos alejamos del peronismo? ¿O es acaso el be con exactitud el costado más oscuro del no es protagonizado por el peronismo, sino peronismo el que, desde hace ya muchos primer gobierno de Juan Perón (1946- por sus enemigos más tradicionales: la oli- años, ante nuestra impotencia y nuestra 1952). La persecución, cárcel, tortura y exi- garquía agroexportadora y el establishment desesperanza, se aleja de nosotros? Hoy, el lio de sus oponentes políticos y gremiales, la financiero, a los que el peronismo se aliará Sistema de certezas que significó para noso- suspensión de la libertad de expresión. La en la década del 90. Y el alfonsinismo de la tros el peronismo está quebrado. Eramos la cesantía de profesores universitarios y el apa- primera etapa de la democracia abre ese mayoría, ya no lo somos. Un líder de rele- leamiento de estudiantes. Su segundo mérito espacio en tanto propio. Sin embargo, el vancia mundial, un hombre amado por los es el de poner en evidencia la naturaleza peronismo está presente, como protagonista humildes, un mago de la política, estaba al militarista de aquel régimen”. El libro de también, en esas dos etapas, que veremos.) frente del movimiento. Ya no lo está: ha Gambini expresa otra modalidad que la de Lo de Sebreli se conoce y, si bien supera a muerto. Pertenecíamos al Tercer Mundo, sus laudatorios críticos. Los textos de La los aventureros del periodismo “ensayísti- nuestra meta era la unidad latinoamericana, Nación y La Prensa pertenecen a algo que se co”, nadie toma ya en serio sus arrebatos hasta la ecología nos interesaba. Eramos el ha llamado recientemente Gorila 55. En bravucones. Se ha dicho, y bien, que sus cambio, la revolución. Teníamos un discur- efecto, está el Gorila 55 y hay otro: el Gorila libros o sus declaraciones altisonantes sirven so sobre el Estado, otro sobre la dependen- 84. Es el gorila radical, o, más precisamente, más para pelear que para pensar. Además, cia, la cuestión nacional y la cuestión social. el gorila alfonsinista. Algo que desmerece al sus opciones políticas son, si no desconcer- Teníamos claros referentes internacionales: propio Alfonsín, que nunca fue un político tantes, a menudo risibles, aunque nunca lle- la China de Mao, Vietnam, incluso De fervoroso en su antiperonismo. Tal vez por gan a indignar, para desgracia suya, que lo Gaulle. Teníamos a Evita, a quien todavía ser un político. Tal vez eso haya posibilitado preferiría. El periodismo “ensayístico” tenemos pero cada vez más en el modo de la que –en sus hazañas posteriores a sus méritos puede alcanzar –cuando se acota a la suma- lejanía, porque, como los elegidos de los de los dos primeros años de gestión– haya toria de fuentes, a la investigación: algo que dioses, murió muy joven y demasiado pura. protagonizado el turbio Pacto de Olivos con los periodistas argentinos cada vez hacen La quiebra de este sistema de certezas desa- Menem, la mancha venenosa. Pero el Gorila mejor; con frecuencia mejor que los histo- lienta a los militantes peronistas. No podría 84 anda por todas partes. El gorilismo ha riadores– alturas apreciables como Marcelo ser de otro modo: es casi imposible sostener renacido en tiempos de Kirchner. Hay, Larraquy en su López Rega, que, en su una militancia sin certezas. Pero guste o no, incluso, un nuevo odio que había decrecido momento, habremos de utilizar. Tomaré, habrá que aprender a vivir así; somos mili- en épocas anteriores. Se odia el “setentismo” brevemente, como ejemplo del gorilismo tantes de la incertidumbre, de la duda, del de Kirchner. Su política de derechos huma- pavo los dos tomos que Hugo Gambini, tránsito. Porque ni siquiera sabemos si lo nos. Aquí está lleno de socialistas o de trots- periodista de larga trayectoria, tan larga que que está en juego, aquello que estamos kistas o de socialistas o de ex alfonsinistas hasta formó parte de la Polémica en el bar de abandonando, es el Orden del Justicialismo que se desgarran las vestiduras por los treinta Sofovich durante el menemismo, escribió decadente y reaccionario o nuestra identi- mil desaparecidos pero odian a la generación sobre el peronismo, editados por una edito- dad como peronistas”, JPF, La creación de lo del setenta. Este país se empeña en ser difícil. rial que se inclina más bien por esos libros posible, Legasa, Buenos Aires, 1986, pp. Si tanto odian a la generación del setenta, que lo mejor que pueden decir del peronis- 260/261. Nos reuníamos casi diariamente acaso no debieran sufrir tanto por los desa- mo es que ha sido una anomalía excrecente algunos que pensábamos lo mismo. Los que parecidos. De acuerdo, son ustedes buenas en la traslúcida historia de nuestro contitu- ahora recuerdo son: Nicolás Casullo, Hora- personas, son humanitarios y están contra el cionalismo liberal. Es como La Nación con cio González, Alvaro Abós –que habría de horroroso terrorismo de Estado. Pero, ¡qué el gobierno de Kirchner: todo malo, nada publicar durante esos días un texto bello e equivocada estaba esa generación! Y no se bueno. De algún modo, una patología. El inteligente: Adiós–, Elvio Vitale, Mempo engañen, eh. Fueron ellos los masacrados. libro de Gambini no es malo. Sencillamente Giardinelli, Carlos Trillo, Jorge Luis Ber- Los pibes de la Juventud Peronista. Los del no sirve. El hombre fue director de la Agen- netti, Alcira Argumedo. Emitimos un docu- Nacional Buenos Aires. Los que trabajaban cia de Noticias Télam durante Alfonsín. mento, renunciando. Da bronca –una bron- en las villas. Los que alfabetizaban. Y si no, Que ésa fue época de gorilas, nadie osará ca que uno sabe moderar porque sabe que el vayan al Parque de la Memoria. Miren los II nombres uno por uno. Miren las edades. nuevo. ¿A quién van a odiar? ron por los barrios, por las calles de tierra, Producen escalofríos: dieciséis, veintidós, ¿Todo esto para qué? Para decir que no no indagaron en el alma de los pobres y no veinticinco, diecinueve, catorce. Pero, ¡tan hay que tomar en serio a tanto pavo que supieron que para ellos ése fue un día de equivocados! Y sobre todo: tan ingenuos. anda por ahí metiendo ruido. Aquí, en este miedo y de dolor, una derrota. Tampoco Tan víctimas del “malentendido”. ensayo, nos vamos a ocupar de lo que del para Milcíades ése fue un día de júbilo. Y peronismo dijo Milcíades Peña. Porque ese eso que ni una le perdonó a Perón. Pero el EL MALENTENDIDO tipo sabía pensar y porque lo que le repro- día de la batalla –cuando la Marina masa- El que hizo célebre esa expresión (malen- chó a Perón no fue que agredió a las institu- cradora del 16 de junio, cuando los nacio- tendido) fue el columnista de Alfonsín, ciones de la República, al estilo de vida nalistas católicos como Lonardi (que fue, de Pablo Giussani. El “malentendido”. Era argentino, a la prensa libre y al campo que todos modos, el único honesto), cuando los muy simple y, creo, algo cruel; si no burlo- es la natural fuente de riquezas de este país. Comandos Civiles de los niños bien, here- na, animada por el desdén: los jóvenes de Le reprochó que no les dio armas a los obre- deros de la Liga Patriótica– salieron a la los setenta (¡tan virginales e inocentes como ros en el ’55. Que él y otros las fueron a calle a descabezar al régimen, Milcíades se los jóvenes obreros del ’45, los migrantes!) buscar a los sindicatos (¡para defenderlo a puso del lado de ese Perón al que tanta se habían confundido con Perón. En gran Perón, él, Milcíades, que tanto y tan dura- bronca le tuvo, al que tanto criticó, cuestio- medida no habían escuchado la vieja sabi- mente lo había criticado!) y no las consi- nó, al que tantas agachadas le echó en cara, duría gorila de sus padres. Ese coronel de guieron. Porque si Milcíades fue a pedir porque sabía que lo otro era peor, y porque socialista no tiene nada. Ese coronel es un armas en el ’55 fue porque no ignoraba que, era un hombre de la izquierda revoluciona- fascista. Ustedes no entienden. Por el con- si Perón caía, no venían los “libertadores”, ria, un teórico que sabía, como siempre hay trario, mal-entienden. Creen entender que los “republicanos”, los “democráticos”, sino que saber, dónde están los que más daño le el jefe que han elegido (por seguir un viejo lo que vino: los que persiguieron a los obre- van a hacer al pueblo, y ponerse enfrente. error de la clase obrera argentina que se ros, los que hambrearon a los pobres, los arrastra ya penosamente desde 1945, si no que fusilaron a Valle, los que escamotearon EL NUEVO SUJETO antes) es un revolucionario. Y no. Nosotros, el cadáver de Evita (¿por qué le temían POLÍTICO: “ALPARGATAS SÍ, que tenemos experiencia, lo sabemos. Noso- tanto?), los que inauguraron las matanzas LIBROS NO” tros, que somos verdaderos marxistas, lo clandestinas, la poética oscura de las zanjas, Peña insiste en aclarar su interpretación sabemos todavía mejor. Los jóvenes, en ahí, en José León Suárez, veintiocho cadáve- del bonapartismo. Se sabe: este concepto lo suma, desoían los consejos de sus padres y res, los que prohibieron al peronismo, los utiliza Marx en su texto El 18 Brumario de los de los teóricos de la revista Contorno. O “democráticos” que hasta prohibieron pro- Luis Bonaparte. Básicamente expresa el de otros teóricos clasistas que la tenían clara nunciar el nombre de Perón, el de Evita, los comportamiento de la pequeña burguesía por conocer la ciencia de la revolución. que sellaron nuestra entrada al Fondo francesa en los laberintos del Coup d’Etat Importa marcar lo siguiente: observemos Monetario Internacional, la vieja oligarquía por el que el descendiente del verdadero, del que el malentendido en un aggiornamento de la mano de la Iglesia y de la clase media gran Bonaparte, del opulento emperador de la teoría de la manipulación del ’45. Así ilustrada, de los intelectuales de izquierda que se coronó a sí como los migrantes (por inexperiencia) que se juntaron con los vivaban mismo y llevó habían seguido la demagogia de Perón en “¡Cristo Vence!” bélicamente lugar de elegir conducciones clasistas, los y no fue- por medio jóvenes de los ’70 elegían a Perón también mundo los por inexperiencia, por “no conocerlo”, por principios de no haber vivido bajo su gobierno, o la Revolución por no haber leído a los grandes Francesa teóricos del marxismo. Así, hasta hundir- tan ingenuos, tan virgi- se, como nales como los jóvenes Hitler, en las migrantes (aunque no redes del Gene- cabecitas negras, sino militantes de clase media, chi- cos del secun- dario o estu- diantes de las universidades) creían (mal- entendían) que Perón era un líder revolucio- nario cuando era un reaccionario, un fascista, o, en el mejor de los casos, un líder bur- gués. No vamos a entrar ahora en la complejidad de esta cuestión. Pero –algo pro- vocativamen- te– digamos: la izquierda peronista se puso la máscara peronista. Perón se puso la máscara socialista. Así, mintiéndo- se, se entendieron. Luego, llegó el momento de sacarse esas máscaras. Y el rostro que apareció fue el de la Muerte. En cambio, ustedes, los maduros, los adultos, ustedes sí que entendie- ron bien. Por eso resulta inacepta- ble que gente como “esa”, ¡que tan mal entendió la historia!, esté ahora gobernando el país. ¡Todos Monto- neros, además! Mienten y saben que mienten. Este no es un gobierno de montoneros, aunque algunos que ahí estu- vieron estén ahora aquí. Este gobierno –que durante estos días se ha ido– tuvo muchos defectos y muchos aciertos. Pero lo que les irrita no es que sea un “Gobierno Montone- ro”, sino que les meta en cana a militares asesinos, a curas torturadores, que León Ferrari se ría de Bergoglio y de la gorila ’84, Carrió. Con todo, durante estos días asume Cristina F, y por ahí les arruina la fiesta: termina con el peronismo y empieza algo III ral Invierno, gran aliado de los rusos, se adueñó ¿Por qué no vieron Codovilla, Rodolfo Ghioldi, bién la constitución de las subjetividades. Los del poder en la París de 1851. Aclaremos que Américo Ghioldi o José Peter que ahí estaba la migrantes, los negros, los cabecitas, habían Bonaparte –pese a sufrir la misma derrota que materia prima de la revolución socialista? No se encontrado en Perón al único que sabía dirigirse sufriría Hitler en el invierno ruso– no era lo pregunta Peña, aunque señala las falencias de a ellos. Al único que los escuchaba. Que nadie Hitler. En medio de su megalomanía, de su aquéllos. Se obstina, sin embargo, es afirmar se pregunte si Perón era bueno o era malo, si era expansionismo rayano en el delirio, expresaba el que “Perón hizo abortar”. Oigamos bien: hizo generoso o si manipulaba a los migrantes. Yo no avance de la burguesía capitalista. Bastó su abortar. “Canalizando por vía estatal las deman- dudaría de la generosidad pasional de Evita, derrota para que regresara lo peor, lo más rancio das obreras, el ascenso combativo del proletariado pero ella no era una estratega. Todo lo abordaba de la monarquía, la Santa Alianza, de la mano argentino, que se hubiera producido probable- pasionalmente. Perón no. Había escrito un libro sagaz de Metternich. No es ésa, con todo, nues- mente al término de la guerra. Porque es eviden- de estrategia y táctica militares. Se dijo: lo tra historia. ¿Qué uso, aquí estábamos, le da te que si Perón no hubiera concedido mejoras, nuevo aquí, la palanca con que moveré el Peña al concepto de bonapartismo y por qué lo el proletariado hubiera luchado por conseguirlas mundo, son estos obreros con nula o escasa aplica al proyecto peronista? Afirma que el régi- (...). El bonapartismo del gobierno militar pre- experiencia sindical. Eso se llama construcción de men surgido del golpe de junio del ’43 era servó, pues, al orden burgués, alejando a la clase poder. En una coyuntura histórica en que el bonapartista “porque no representaba a ninguna obrera de la lucha autónoma, privándola de único que no está devorado por el “aliadofismo” clase, grupo de clase o imperialismo, pero extra- conciencia de clase, sumergiéndola en la ideolo- echa una mirada al país, una mirada virgen, sin ía su fuerza de los conflictos de las diversas cla- gía del acatamiento a la propiedad privada capi- anteojeras, una mirada que busca al sujeto con ses e imperialismos” (Ibid., p. 68). La cuestión talista” (Ibid., p. 71. Cursivas nuestras). Años el que se pueda hacer avanzar la historia, gana. es así: la candidatura de Patrón Costas se elige más tarde, el ERP acusará a Cámpora (¡a Cám- Ganó Perón. Y no es tan cierto que le hizo un en la Cámara de Comercio Argentino-Británica. pora!) de entregar a la clase obrera a la patronal favor a la burguesía, a las clases dominantes. Al La vieja oligarquía, por medio del fraude, se y al imperialismo e impedir su lucha por el contrario, las llenó de odio. ¿O por qué el impe- preparaba otra vez para gobernar. Nadie podría poder. El texto es de mayo de 1973 y es (en lo rialismo agredió tanto a Perón? Ya habían gana- frenarla. La burguesía industrial era muy débil. que aquí atañe) el siguiente: “Si Ud. Presidente do la guerra. ¿En qué podían perjudicarlos las El proletariado era muy joven y no tenía organi- Cámpora quiere verdaderamente la liberación veleidades “fascistas” de Perón? ¿No veían en zación. Los militares deciden intervenir y cubren debería sumarse valientemente a la lucha popu- cambio que ese “fascista” les estaba haciendo, en el papel histórico que debió desempeñar la burgue- lar: en el terreno militar armar el brazo del pue- la Argentina, el más grande de los favores, el sía. Nadie, sin embargo, ve con claridad el cua- blo, favorecer el desarrollo del ejército popular que no les hacían las clases dominantes ni los dro de situación. Los militares del GOU no son revolucionario que está naciendo a partir de la buenos comunistas aliadófilos? ¿Por qué no vio obreristas. Celebran el aniversario del golpe uri- guerrilla y alejarse de los López Aufranc, los el Departamento de Estado que Perón era el burista del 6 de septiembre. Sueñan con los Altos Carcagno y Cía., que lo están rodeando para único que podía frenar una revolución obrera Hornos, con la siderurgia. Los comunistas son utilizarlo contra el pueblo; en el terreno sindical en la Argentina? Porque tal cosa era un dislate. aliadófilos. La oligarquía es aliadófila. Los estu- debe enfrentar a los burócratas traidores que Perón, en cambio, se proponía desarrollar algo, diantes son aliadófilos y sólo ven a una pandilla tiene a su lado y favorecer decididamente el que si bien no era una revolución comunista, de nazis en el nuevo gobierno. No podían ver desarrollo de la nueva dirección sindical clasista era altamente irritativo para los intereses nortea- otra cosa. ¿Qué estudiantado era ése? Era el estu- y combativa que surgió en estos años de heroica mericanos: les estaba dando poder a esos maldi- diantado de los patrones, que estudiaban para lucha antipatronal y antidictatorial, enfrentada a tos negros que habían colmado Buenos Aires. ser los abogados, los arquitectos, los ingenieros la burocracia cegetista; en el terreno económico Peña lo confiesa: “En 1945 (escribe) llegó a su de los patrones. Los obreros no entraban a la realizar la reforma agraria, expropiar a la oligar- más alto grado la campaña que desde tiempo Universidad, que se manejaba con los valores de quía terrateniente y poner las estancias en atrás llevaban contra el gobierno militar, y con- libertad y democracia que los aliados defendían manos del Estado y de los trabajadores agrarios; tra Perón en particular, la burguesía argentina en Europa. Atención ahora: siempre, de un expropiar para el Estado toda gran industria, toda, vastos sectores de la clase media y Estados modo agobiante, irrecuperable ya, se ha señala- tanto la de capital norteamericano como euro- Unidos (...). La prensa norteamericana rebosaba do el carácter barbárico del peronismo porque peo y también el gran capital argentino, colo- amenazas contra la Argentina y la gran prensa los tempranos obreros que adhirieron a su causa cando las empresas bajo administración obrero- argentina las reproducía con satisfacción. La lanzaron la consigna Alpargatas sí, libros no. El estatal, estatizar todos los bancos de capital pri- burguesía en pleno se sumaba a los Estados clasismo, el culturanismo de élite de nuestra oli- vado, tanto los de capital imperialista como de Unidos, horrorizada por el obrerismo de Perón. garquía y de nuestras clases medias (que se mue- la gran burguesía argentina” (Por qué el Ejército La oposición antiperonista más enérgica proce- ren por el ascenso social, es decir, por ser oligar- Revolucionario del Pueblo no dejará de combatir). día de la burguesía industrial, y ello por razones cas) ve en esa consigna un desdén por la cultura. Esto era un delirio en 1973. Cuando Perón fundamentales. La industria era el sector que Oigan, un obrero no entraba en la Universidad. regresa lo hace dentro de un encuadre que la más intensamente necesitaba el capital nortea- En la Universidad están los libros. Los libros, militancia de izquierda se empeña en negar: mericano. (...) Y sentía verdadero terror ante la por consiguiente, no eran para los obreros. Eran regresa condicionado. La condición es ordenar el organización de las masas obreras, aunque fueran para los estudiantes, para los hijos de las clases país. Lo que significaba terminar con la guerri- dirigidas desde la Casa de Gobierno” (Ibid., p. acomodadas. Los libros los agredían. Los libros lla. (Que nadie se preocupe: veremos con tanta 75. Cursivas nuestras). eran, para ellos, un lujo de clase, un lujo inal- exhausitividad esta etapa –1973-1976– que La industria que el peronismo habrá de desa- canzable. Los negaron. Los negaron porque nada quedará en eso que solía llamarse “el tinte- rrollar –por medio de su sagaz ministro de Eco- ellos, los libros, los negaban a ellos, porque esta- ro”.) En el ’45 la clase obrera sólo podía organi- nomía, Miguel Miranda– habrá de ser la indus- ban en manos de los estudiantes que vivando a zarse creando sus propios líderes revolucionarios tria liviana. Esta habrá de adherir al proyecto la democracia y a la libertad y a los aliados los o remitiéndose a los de los partidos que la repre- peronista. Luego, durante mucho tiempo, se le despreciaban como a negros incultos. Entonces sentaban, sobre todo el comunista. La creación reprochará a este primer peronismo no haber dijeron: libros no. Por otra parte, ¿qué factor de de líderes revolucionarios habría sido demasiado desarrollado la industria pesada. Pero el “coronel identificación tenía el pobre migrante que acaba- lenta y la burguesía habría derrocado a Perón y sindicalista” necesita nuclear y organizar a sus ba de llegar del campo, el cabecita que sólo reci- contraatacado triunfalmente. No lo hizo porque bases, a los jóvenes obreros. Necesitaba darles tra- bía el desdén de los cultos? Lo suyo era la alpar- los obreros respaldaron a Perón, que fue el bajo. La industria pesada no requiere mucha gata. Entonces dijeron: alpargatas sí. La consig- único que supo verlos como lo que eran: el mano de obra. La liviana, sí. De modo que el na, en suma, decía: nosotros sí, ustedes no. O más nuevo sujeto político. En cuanto a los líderes del desarrollo de ésta fue el instrumento político para exactamente: Nosotros, los que usamos alpargatas, Partido Comunista, dependían todos de la dar inmediato trabajo a los migrantes. Y, con sí; ustedes, los que leen libros, no. Quedó enton- Unión Soviética, de Josef Stalin, a quien poco le ello, cobertura política. Había que captar a ese ces eso que quedó: alpargatas sí, libros no. Era habría interesado una revolución en el Cono contingente. No dejarlo a la deriva, “disponible”. un enfrentamiento de clase y hasta de color de Sur que perjudicara a su aliado norteamericano. Los militares del GOU, los nacionalistas, los filo- piel. Para colmo, para mayor irritación de los Es hablar en el aire. Es diseñar lo imposible. No nazis, habrían desarrollado la siderurgia. Pero estudiantes (que, en esto, tenían razón), los tor- es ni siquiera “seamos realistas, pidamos lo habrían tenido algo inesperado: serios problemas pes, filonazis militares del GOU, llenan las Uni- imposible”. Los migrantes habrían escuchado obreros. No habrían podido darles trabajo a los versidades de profesores católicos, de ultramon- con una mezcla de asombro e incredulidad la migrantes. Habrían tenido que reprimirlos. Aquí tanos, cultores trasnochados de esencias y de poética consigna de los jóvenes franceses de la habría surgido acaso esa “revolución” que –se categorías aristotélico-tomistas. Todo mal. burguesía estudiantil, protagonistas de una dice– Perón controló. Vemos que de haber triun- Nadie veía al sujeto que habría de protagonizar revolución en la que nadie murió. (Nota: Ver el fado los filonazis, de haberse impuesto al obreris- la nueva historia. “En septiembre de 1943 (escri- cuento memorable del peruano Bryce Echeni- mo de Perón y crear altos hornos, siderurgia, be Peña), el Partido Comunista, que controlaba que, “La más bella muerte del Mayo francés”. El acero, hoy viviríamos en una Argentina socialista. al gremio de la carne, cortó sus últimas amarras fue su testigo porque, en medio del caos de los O, al menos, habría existido una experiencia con la clase obrera, entregando al gobierno una jóvenes iracundos y para escabullirse de tanto revolucionaria, un asalto al poder o huelgas salva- gran huelga de los frigoríficos para no perturbar barullo, se metió en un cine a ver Madigan, for- jes, incontrolables, en esa Argentina del ’45. En a las empresas anglo-americanas, aliadas de la midable film policial dirigido por Don Siegel y fin, suena muy improbable este relato armado URSS” (Ibid., p. 70). Insiste Peña en la inocen- protagonizado por Richard Widmark, quien entre altos hornos y obreros sin trabajo y revolu- cia, en la condición virginal de los migrantes. muere de un modo inolvidable, a lo grande. Esa cionarios. Tan improbable que nunca fue. Por el Cae aquí en un lugar común de los análisis del es, para Alberto Bryce Echenique (1939, Lima), contrario, Perón dio desarrollo a la dinámica PROXIMO período: a los migrantes, a los obreros nuevos, la más bella muerte del Mayo francés. Ver: industria liviana, creó miles y miles de puestos de DOMINGO se los pinta tan inocentes que ciertas veces pare- César Aira, Diccionario de autores latinoamerica- trabajo y ahí estuvieron los migrantes, con sindi- cen abiertamente idiotas. La finalidad es demos- nos, Emecé-Ada Korn, Buenos Aires, 2001, p. catos, abogados, delegados fabriles, aguinaldo, PRIMERA PARTE trar que Perón se aprovechó de ellos. ¿Por qué 102.) La historia se desarrolla por medio de las viviendas dignas y vacaciones pagas. Así, cual- La nación en armas no se aprovecharon los dirigentes comunistas? materialidades con que cuenta. Importa tam- quiera se olvida de la revolución comunista.