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Peronismo José Pablo Feinmann

Filosofía política de una obstinación argentina


55 “Vuelve Perón, flaco”

Suplemento especial de

PáginaI12
“DESAUTORICE A hasta en los sindicatos. Y Perón les mandaba sus padreando, cuando el gobierno de Perón lo conducción. Y el Zar de la
LA GUERRILLA” amables cartas, validándolos. No hay por qué no “asciende” en el rango municipal de su insignifi- lucha armada. Que todavía
o sería aconsejable creer en el fer- entenderlos: aceptamos a Perón, pero no a su cante puesto en la Biblioteca “José Mármol” de la no lo era tan decididamen-

N vor democrático de Aramburu o


de Lanusse. No era por “demó-
cratas” o por “patriotas” o porque
buscaban la “unidad y la concor-
dia nacional” que aceptaban el diálogo con los
peronistas y hasta el negociado regreso de Perón.
Seguían siendo tan gorilas como siempre. Quizá
“núcleo marxista”. Para peor, el “núcleo” crecía
sin cesar. Pronto “núcleo” en lugar de significar:
“sector pequeño pero agresivo”, iba a significar lo
que significa “núcleo”: el punto central de una
esfera, de una totalidad, de un movimiento polí-
tico. Si la JP pasaba a ser el “núcleo” reemplazaría
a Perón. De lo cual los militares deducían que
calle Carlos Calvo a inspector de aves y huevos
en los mercados municipales, se siente muy incó-
modo. Esto no habría ocurrido con la fórmula
radical Tamborini-Mosca, “la fórmula de la
bosta”. ¡Semejante afrenta de la barbarie a seme-
jante escritor! “Días después, la Sociedad Argen-
tina de Escritores, presidida por el narrador
te Firmenich porque vivía
el mitológico Negro Sabi-
no Navarro. Son dos
muertes, la de Fernando
Abal Medina y la del
Negro Sabino, las que lle-
van la conducción de
mi pintura de Aramburu haya sido algo benigna. harían suyo al Movimiento y lograrían su temido comunista Leónidas Barletta, tenaz enemigo de Montoneros a manos de
O no. Pero habría que comprender lo siguiente y giro al “marxismo”. Contra el que, según cual- Borges desde los días de Martín Fierro, organizó Firmenich. Lástima. José
yo debo explicarlo bien: el planteo de Aramburu quiera sabe, Occidente, durante la Guerra Fría, un nuevo desagravio. En la mesa de homenaje, Sabino Navarro no venía
–más allá de lo que él interiormente sintiera– estaba en guerra, y de las fronteras hacia adentro después de que Barletta elogiara el coraje cívico de Tacuara ni del Movi-
tendía a una democratización de la sociedad. esa guerra la libraban los ejércitos nacionales. En del renunciante, habló el homenajeado. En su miento Nacionalista Revo-
Pero, ¿por qué había llegado a ese punto? Porque suma, negociamos todo menos la guerrilla. discurso precisó: “Las dictaduras fomentan la opre- lucionario Tacuara (su
no se podía avanzar más con la proscripción del Usted, si quiere volver, desautorícela ya mismo. sión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dic- escisión por izquierda) ni
peronismo. Aramburu es el que dice: “Nos equi- Seguían sin conocerlo a Perón. Si Drácula lo visi- taduras fomentan la crueldad: más abominable es el del catolicismo ni su fami-
vocamos. O damos marcha atrás o nos hundimos taba en Madrid y le decía que quería ser peronis- hecho de que fomenten la idiotez...” (Horacio lia tenía fortuna. Al con-
todos”. Muerto Aramburu, Lanusse es el encarga- ta, Perón lo sumaba. A Drácula y al mismísimo Salas, Borges, una biografía, Planeta, Buenos trario: el viejo del Negro
do de llevar adelante esa tarea. Hacen política. Príncipe de las Tinieblas, el bebé de Rosemary. Si Aires, p. 221). ¡Oh, qué exquisito! La idiotez. Eso Sabino era analfabeto. El,
No la hacen por bondad. No la hacen por mal- los sumaba y le obedecían, ni loco los iba a agredía a las inteligencias patricias. La idiotez de que había nacido en 1942,
dad. Actúan según –al fin– una certera visión de desautorizar. Eso pasaba con la guerrilla. El tema los torpes, de los inferiores, de los ignorantes, de tampoco había conocido
la encrucijada argentina. Lo intentaron todo con de la des-autorización (prefiero escribir así esta los bárbaros. ¿Qué otra cosa sino la idiotez podí- de pibe el Barrio Norte ni
el peronismo: bombardeos, fusilamientos, matan- palabra-concepto) empezó apenas encontraron el an exhibir? Bien, Borges, créame: también las había ido al Nacional de
zas clandestinas, torturas, desprestigio, ataque cadáver de Aramburu. Pero aun antes –el domin- dictaduras de Aramburu y el energúmeno de Buenos Aires. (Nota: Pero
ideológico intenso, educación en las escuelas (los go 31 de mayo– Perón declara que nada tiene Rojas, de Onganía el leporino, de Levingston el nunca hay que olvidarlo:
“libertadores” fueron tan lejos o más que el pero- que ver con el secuestro del ex presidente y que caído del Cielo y de Lanusse fomentaron la ¡cuántos pibes asesinaron
nismo en meter propaganda en las mentes de los ningún grupo peronista, que él sepa, se halla en idiotez. Ante ellos, ese a quien usted acusaba de del Nacional de Buenos
estudiantes) y nada resultó. Han pasado 15 años. esa cuestión. Pero se detiene y arroja una frase fomentarla en el pasado, se lució como un estra- Aires! Ya hablaremos de
Es necesaria la jugada más riesgosa. Ellos no pue- urticante: él no puede hacer declaraciones sobre tega y un líder que condujo a todo un complejo eso. Leer entre tanto: La
den arreglar el país. Aramburu todavía podía pro- los sucesos del país porque es un expulsado, care- movimiento de voluntades acaso bélicamente otra Juvenilia de Santiago
poner una tarea de conjunto. El Cordobazo lo ce de ese derecho. Aparece Aramburu, aparece en diferenciadas hacia un mismo fin. Ustedes eran Garaño y Werner Pertot.
tenía bien alerta sobre los conflictos sociales que Timote cubierto de cal. Hay solemnes funerales. aprendices al lado de Perón. ¿Sabe por qué? ¿Está Y el gran trabajo fotográfi-
se avecinaban si el rumbo seguía siendo el de Y Héctor Sandler, de Udelpa, quiere decir un listo para sorprenderse? Porque Perón era más co de Marcelo Brodsky,
siempre, el del Estado Gorila. Lanusse ya actúa discurso que Levingston, ya a cargo de la Presi- malo, pensaba peor de los hombres que ustedes, y hecho a partir de la desa-
en un país altamente crítico, caldeado. Al borde dencia, impide. En Munro, cerca de la fábrica de había estudiado estrategia, para lo cual había parición de su hermano,
del enardecimiento. Hay que traerlo a Perón. conductores eléctricos que tenía con mi hermano leído muy bien a Clausewitz. Que a nadie altere Buena memoria, con textos
Esto lo tiene que arreglar Perón. En rigor, el rela- y mi viejo, cultivaba yo la costumbre de almorzar que diga que Perón era más malo que sus enemi- de Gelman, Caparrós y
to es instructivo: lo echaron a Perón en 1955, lo con los obreros, serían unos quince, de la peque- gos. En política, como en fútbol (deporte táctico míos. Pronto haremos un
agraviaron incesantemente, no lo dejaron llegar ña planta. Uno de ellos dice: “Yo no les creo y estratégico si los hay), la maldad es parte central análisis de esos jóvenes
en 1964, y a partir de 1970 empiezan a soñar con nada. A ellos se les pierde. Ellos lo encuentran. ¿Y del asunto. Lo dice Perfumo, que sabe. Si viene desaparecidos. Veremos la
su regreso. Lanusse, más que soñarlo, lo lleva a nosotros? Giles de la popular. Miramos el partido un delantero con pelota dominada, podrá pasar inmensa cantidad de
cabo. (Por supuesto: es la lucha popular la que de lejos y no entendemos una mierda”. Munro, la pelota, el delantero no. Como ninguno de alumnos judíos. En suma,
acorrala al Estado Gorila y lo atemoriza al punto hermoso feudo de la pequeña y mediana indus- ustedes tuvo estatura moral, el único elemento no hay que confundirse:
de obligarlo a negociar.) Pero la cosa –en resu- tria nacional, no derramó una sola lágrima por con el que habrían podido ponerse por encima de los Montoneros podrían
men– es así: “Venga y arregle el desastre que hici- Aramburu. Hacia fines de 1971, los obreros ya Perón estaba en el campo del pragmatismo políti- tener, como tuvieron, su
mos por echarlo a usted y tenerlo prohibido habían puesto grandes fotos de Perón y Evita co, el viejo león herbívoro los barrió. Tenía, ade- origen católico y tacuaris-
durante 15 años”. Perón lo dijo: “No es que yo dentro de la fábrica. Yo, ningún problema. Mi más, al pueblo y a los fierros con él. ¡Ustedes, con ta, pero la Juventud Pero-
haya sido bueno. Los otros fueron peores”. Gran hermano refunfuñaba. Pero era inútil. Era la gran sus increíbles torpezas, se los habían entregado! nista estuvo llena de
frase irónica. La frase desdeñosa de un ganador. ola peroncha y no se podía parar. “¿Lo mataron a En el entierro de Fernando habla su hermano muchachos judíos. Todos
Si Aramburu aún habría podido negociar, Lanus- Aramburu? Mirá vos. ¿Qué querés? ¿Que llore? A Juan Manuel, que pronto llegará a ser secretario se movilizaron juntos en la
se escasamente. Sabía que su tarea era hacer un ése se la tenían jurada. Hizo méritos de sobra general del Movimiento Justicialista. Habla no lucha por traer a Perón y
traspaso del gobierno. Pero había algo en lo que para ganársela, y se la ganó.” como un amigo, no como un hermano, sino después eligieron su desti-
no iba a ceder. No sólo él. El Ejército al que como un camarada. Habla de un solo deber que no en medio del desastre
representaba: Perón tenía que desautorizar a la LA CIUDAD TERRENA a todos convoca: el de una guerra justa por una que fue gestándose como
guerrilla. Si volvía era para hacer un país demo- Y LA CIUDAD CELESTE tierra carnal. Dice, también, con intensa expresi- una maldición irrefrena-
crático. “Gobierno de las mayorías con respeto No públicamente sino en voz baja, en la tona- vidad, que una muerte sólo se agota en ese ble. Analizaremos esto.) El
por las minorías”. El único gran miedo del Ejér- lidad de lo secreto, se le exige a Perón que conde- momento en que las causas que la llevaron a Negro era correntino.
cito –y de las clases dirigentes, propietarias– era ne la muerte de Aramburu. El “asesinato” dicen enfrentarla son para siempre barridas. Y recurre a Llega a Buenos Aires a los
ese “foco marxista” que señalaría Sánchez de Bus- claramente los hombres del Régimen. Perón, no. San Agustín. Y, emocionado, dice: “Frente a la doce años. Vive en una
tamante. (Nota: Observemos que para el Ejército No les da el gusto. No cede. Supongo que pode- Argentina melancólica de ahora, estos cuerpos prefabricada en San
–Sánchez de Bustamante es perfectamente claro– mos entenderlo: si condena la muerte de Aram- –montoneros de la Ciudad Terrena que han Miguel. Está entre el
la izquierda peronista, con su expresión armada: buru condena a sus “muchachos” de la guerrilla. alcanzado ya la Ciudad Celeste– representan a la grupo fundador de Mon-
las formaciones especiales, no era, como tanto des- Y no lo va a hacer nunca. Salvo cuando lo jodan Argentina Prometida, que Dios quiso que naciera toneros. Es incierto si par-
pistado dijo, ya fuesen los erpianos o los “izquier- a él. Pero falta. Mientras liquiden a tipos como del amor de su coraje y su silencio”. ticipó o no en el secuestro de Aramburu. Parecie- ni por casualidad de la liberación nacional y momento para la historia argentina, y no exage-
distas” o los “socialdemócratas” o los “comunis- Aramburu, Perón les dará manija. Se establece ra que no. Pero no es seguro. Al morir Fernando social de la patria pero lo hacía demasiado feliz. ro. El 22 de julio anda por Río Cuarto. Tiene un
tas”, la pequeña burguesía nacionalizada, no era entonces la rica relación epistolar. Los sectores LA CONDUCCIÓN DE Abal Medina en William Morris (el 7 de sep- Feliz hasta el riesgo y la perdición. Les dice a los operativo en vista. Necesita un par de automóvi-
la juventud que adhería a un proyecto burgués combativos del Movimiento tienen todavía un “MONTONEROS” CAE EN tiembre de 1970) asume la conducción de Mon- canas que tiene sus documentos en el baúl del les. Se los está afanando cuando aparece la cana y
nacional, era el marxismo. Acaso no el marxismo temor: que Perón se eche atrás. Que reniegue de MANOS DEL “NEFASTO” toneros. Pero no le dura mucho. Cuenta Baschet- coche, en un maletín. Abre el baúl, abre el male- empiezan los tiros. El Negro –y los que lo acom-
teórico. De esto sabían más los de Pasado y Pre- ellos. El sepelio de Fernando Abal Medina, ¿Cómo llegan los Montoneros a Perón? Fácil: ti: “En julio de 1971 Navarro es sancionado con tín, saca un 38 largo y apunta hacia los canas. pañan– huye. Lo persiguen. Lo hieren en un
sente que los militantes de la Jotapé. Sino el mar- muerto en la localidad de William Morris apa- por medio del gran aventurero de la izquierda una despromoción y enviado a Córdoba. Dicha Uno se le tira encima. El Negro lo elude y des- hombro, en una pierna y lo obligan a retroceder
xismo político, el subversivo, el que agredía la rentemente por una delación, genera un velatorio peronista. El líder de JAEN (Juventud Argentina decisión tiene que ver con su labia y su pinta, pués –veloz, decidido, mientras la Silecki veía las hasta la zona serrana. “Antes de morir desangra-
seguridad nacional. El marxismo que buscaba y un entierro conmovedores. Habla el Padre por la Emancipación Nacional), el inefable Rober- aunque parezca mentira. Es que a las mujeres no maravillas que podía hacer su varón metalúrgico do, tiene tiempo para ordenar a un compañero
aniquilar el orden occidental y cristiano. No se Benítez: “Vivimos en una nación para el goce de to Galimberti. El que terminaría haciendo nego- les resultaba indiferente ese trabajador metalúrgi- y morocho– los liquida a los dos, sin asco. Toda- suyo (Jorge Alberto Cottone) que se escabulla;
equivocaba Sánchez de Bustamante: el verdadero pocos y el sacrificio de muchos. A los ojos de cios con Susana Giménez, asociado a los Born, el co con ciertos aires a Emiliano Zapata. Por lo vía más: les saca las armas, va al patrullero y se como éste no quiere dejarlo solo, le ordena: ‘Yo
marxismo, el de extrema peligrosidad, estaba en Dios, los que juzgan preguntando si has dado de que se casaría en Punta del Este, en medio de la que el ‘Negro Sabino’ tenía una amante llamada queda con la metralleta que ahí encuentra. Sube soy el Jefe y ordeno que usted se salva’ (...).
el peronismo. Era ése, no otro. No les preocupa- beber al sediento son respondidos por Carlos fastuosidad, de la frivolidad y de la abierta burla a Mirta Silvia Silecki, de 25 años de edad, ajena a a su Peugeot rojo y se va. El episodio aparece en Navarro fallece el 28 de julio de 1971 a la edad
ba el Negro Portantiero. Ni Horacio Sueldo. Ni Gustavo (Ramus) y Fernando Abal (Medina) que toda una generación, de una inmensa carcajada la militancia y al ámbito político...” (Roberto “una revista montonera de la Juventud Peronista, de 29 años” (Baschetti, Ibid., p. 81.)
Juan Carlos Coral. Ni Ismael Viñas (si es que dieron sus vidas, con acierto o con error, para ante los muertos, con una hija de Jorge Born, Baschetti, La memoria de los de abajo, hombres y pero nada se dijo en el relato de la mujer que lo Con la muerte de Fernando Abal Medina y del
aún no había partido hacia Israel). Ni ninguno que en el mundo no hubiera más sed ni hambre”. que acepta a su secuestrador como socio y miem- mujeres del peronismo revolucionario, 1945-2007, acompañaba; según ese relato todo lo acontecido Negro José Sabino Navarro (que no era “cristia-
de los prestigiosos izquierdistas que provenían de Ese 10 de septiembre de 1970, el viejo confesor bro de su familia. Difícil averiguar qué clase de De la Campana, 2007, vol. II, p. 80). Cierta le había ocurrido a él solo. Es que resultaba muy nuchi”, gran anotación de Baschetti) sucede lo
la revista Contorno, siempre bien mirada por los de Eva Perón llega más hondo que nunca cuando locura tenía. Pero hacia fines de los ‘70, comien- noche la cana lo encuentra en un Peugeot 404, difícil de explicar para la moral montonera y peor: la conducción de Montoneros cae mansa-
ámbitos cultos, en tanto que Envido es “populis- explicita descarnadamente que los jóvenes que zos del ‘71, Galimba, fascinado por la guerrilla, ¡rojo!, apretando con la piba Silecki, que debía ‘cristianuchi’ de la época, que el ‘Hombre mente en manos... del Nefasto. (Por eso dije que
ta”, o sea, “grasa”. A los milicos les preocupaba la han sido abatidos vivieron en una Argentina dic- se acerca a los Montoneros y, diciéndoles que estar buenísima y al Negro le importaba poco Nuevo’, el ‘Guerrillero Heroico’, se encamara la destitución del Negro y, más aún, su posterior
izquierda peronista. Las otras no. Eran impoten- tatorial, injusta, de proscripciones. Una Argenti- viaja a Europa y va a entrevistarse con el General, que militara o no militara; total: para salvar a la con otra mujer que no era su esposa...” (Baschet- muerte, implican un desafortunado momento
tes. No molestaban a nadie. Pero los “zurdos” de na que los ahogó hasta hacerlos explotar. Una les pregunta si quieren que le lleve algo. Los patria estaba él. Tenía la captura recomendada, ti, Ibid., p. 81). Por tal motivo... el Negro Sabino para la historia argentina.) El Nefasto no tiene la
la Jotapé habían tenido la nefasta idea, para el Argentina que los arrojó a la violencia. Benítez no Montoneros le dan una carta. La primera que le de modo que le era necesario cuidarse, y mucho, –en julio de 1971– es sancionado por la Organi- pinta de endemoniado dostoyevskiano de Fer-
régimen, de meterse en el peronismo. Y los acep- tiene dudas, nosotros tampoco: es el empecina- escriben al león herbívoro madrileño. Galimberti posiblemente más que cualquiera. Pero se ve que zación. ¡El, que en ese momento era el jefe! Lo nando Abal, de jacobino alucinado a lo Castelli.
taban. Las bases y Perón. Porque hacían trabajo miento gorila, la ceguera, la bobería, lo que tapa viaja, se ve con Perón y le da la carta. De paso a Sabino las hormonas lo podían. O que su mandan a que se haga cargo de la Regional Cór- No tiene la pinta bien nacional y popular, el ori-
en las villas, en los barrios, en las universidades y todos los canales de participación. Borges, com- saca patente de Correo de los Zares. El Zar de la mujer era medio bagayo y la Silecki no le hablaba doba. Se lo sacan de encima. Desdichado gen humilde, el trajinar metalúrgico del Negro
II III
Sabino Navarro. Nada de eso. Es más bien “una verdadera clase de estrategia” (revista Lucha saber cómo iban a salir las cosas? Fue una mar-
tirando a gordito. Tiene la cara del “Manolito” Armada, año 2, Nº 5, p. 11). Y lo es: una verda- cha de fe, un enorme gesto de esperanza, el deseo de
de Quino. (Y, en efecto, le dicen “Manolito”.) dera clase de estrategia que la conducción monto- una patria generosa, para todos, que todos anhela-
No tiene talento, no tiene una inteligencia nera no entendió, o no quiso entender o, con ban, querían, una apuesta al futuro, el deseo
remarcable, sino apenas una memoria privilegia- perdón, se la pasó por las pelotas, así de bruta era. humano nunca satisfecho de la felicidad, de la ple-
da, que es, de algún modo, la antítesis de la inte- Escribió Walsh: “Cabe suponer que las masas nitud. Desear estas cosas tan intensamente con-
ligencia, cuya cualidad fundante es pensar. Pero están condenadas al uso del sentido común. For- lleva el enorme riesgo de una frustración pro-
es frío y ambicioso. Es –lo sabemos– Mario Fir- zadas a replegarse ante la irrupción militar, se porcional al deseo. “Perón” había terminado por
menich. Y ahora es el jefe de Montoneros y lo están replegando hacia el peronismo que nosotros significar tanto que inevitablemente su historiza-
seguirá siendo. dimos por agotado (...). En suma, las masas no se ción, su abandono de la patria del mito y su ate-
repliegan hacia el vacío, sino al terreno malo pero rrizaje en la realidad debía ser traumático.
CUESTIONES DE ESTRATEGIA conocido, hacia relaciones que dominan, hacia No lo fue el primer regreso. Pero ya ahí todos
En William Morris y en la soledad serrana se le prácticas comunes, en definitiva hacia su propia sintieron el poder que tenía el aterrizaje del míti-
abrió la posibilidad de la jefatura. Es innegable historia, su propia cultura y su propia psicología, co avión negro. Cuento una breve historia: Eran
que la conducción de Fernando Abal Medina o sea los componentes de su identidad social y las 7.30 del 17 de noviembre de 1972. Acababa
habría sido fría y hasta despiadada. El era capaz política. Suponer, como a veces hacemos, que las de llegar de Córdoba en El Rayo de Sol. No había
de ser despiadado consigo mismo. Pero tenía una masas pueden replegarse hacia el montonerismo, podido tomar el avión de la noche anterior. No
inteligencia superlativa y habría llevado las cosas es negar la esencia del repliegue, que consiste en me importó. Siempre me gustó viajar en tren.
con mayor habilidad. Un tipo inteligente sabe desplazarse de posiciones más expuestas hacia Fue un viaje difícil. El país vivía en un absoluta-
cuándo no envanecerse, cuándo no ir al choque posiciones menos expuestas” (citado por Salas, mente inédito estado de exaltación. El tren
inútilmente, cuándo avanzar, cuándo retroceder. Ibid., p. 11). Formidable clase de estrategia. Lás- demoró 13 o 14 horas en llegar a Buenos Aires.
En la revista Militancia del 6 de septiembre de tima que Walsh haya esperado al 2 de enero de Siempre era un viaje de 10 horas. Fundido, entro
1973 (un momento en que el Viejo estaba ama- 1977 para acercársela a esa conducción extravia- en mi casa. Dejo la valija, caigo en un sillón y...
ble con la JP porque los necesitaba para la campa- da, perdida por su soledad, su egolatría y su suena el teléfono. Es mi amigo Miguel Hurst. Ya
ña electoral, y hasta había hecho el patético desfi- mesianismo. Lástima que recién el 13 de diciem- voy a hablar (y quizá bastante) de él. Era el dueño
le de “unidad del Movimiento” del 31 de agosto, bre de 1976 le haya dicho que la “situación de las de la mítica librería Cimarrón, de la calle Inde-
en que pasaron ante él los que se habían enfrenta- masas” es “de retirada para la clase obrera, derrota pendencia. Ahí se editaban las clases de las Cáte-
do en Ezeiza y los que se masacrarían a partir de para las clases medias y desbande en sectores inte- dras Nacionales. Nos editaba Envido. “José.”
su muerte) hay una nota que se titula “El manda- lectuales y profesionales” (Lucha armada, propues- “Qué hacés, Miguel.” “¿Sos boludo o te hacés?”
to político de Fernando Abal Medina”. Presumo tas de Rodolfo Walsh al Documento de la Conduc- “No me jodás, Miguel. Recién llego a mi casa.
que la hicieron Rodolfo Ortega Peña y Eduardo ción, Ibid., p. 136. Cursivas nuestras). Cierto: Catorce horas en tren. No pegué un ojo. Estoy
Luis Duhalde. Tiene algo muy valioso. Un resu- más vale tarde que nunca. Pero, para muchos fundido. Ni un paso puedo dar.” “Oíme.” “Sí.”
men del proyecto político de Fernando Abal. combatientes enviados por esa Conducción a una “Vuelve Perón, flaco.” Y había que ir a buscarlo.
“Sus pautas esenciales (dicen Ortega Peña y lucha desigual, sin ningún anclaje de masas, a la Desafiar el cerco represivo de Lanusse (“No tole-
Duhalde) podemos sintetizarlas en: 1) asunción que ellos no se negaron a ir, pero que –al haberse raremos ninguna ‘pueblada’”). Hasta hubo que
de la guerra popular; 2) adopción de la lucha atrevido– merecían una información más real de cruzar el río Matanzas. Y yo con 14 horas de viaje
armada como la metodología que hace viable esa quienes debían darla, es decir, de sus conduccio- encima, soñoliento, abombado. Pero esto no
guerra popular, mediante formas organizativas nes estratégicas, tarde fue trágicamente nunca. importa. De otra cosa quiero hablar: el tono. El
superiores; 3) absoluta intransigencia con el Siste- “Muchas veces (escribe Horacio Verbitsky en tono de Miguel. Nunca lo voy a olvidar. No alzó
ma; 4) incansable voluntad de transformar la rea- texto que de buen grado firmaría) me he pregun- la voz. No le puso ninguna emotividad. Simple-
lidad; 5) identificación de la burocracia, como tado cómo fue posible que personas de notable mente lo dijo: “Vuelve Perón, flaco”. Nada más
formando parte del campo revolucionario; 6) en- aptitud e incluso brillo intelectual se sometieran a increíble podía ser dicho en la Argentina. Nada
tronque efectivo en las luchas del pueblo; 7) con- los dictados de un liderazgo paupérrimo” (Hora- más negado. Nada más deseado. Era el avión
fianza ilimitada en la potencialidad revolucionaria cio Verbitsky, Prólogo a Cristina Zuker, El Tren negro. Lo que nunca iba a pasar. Lo que no podía
de la clase trabajadora peronista; 8) caracteriza- de la Victoria, Sudamericana, Buenos Aires, 2003, pasar. Ese viejo general de Madrid se iba a morir
ción del General Perón como conductor estraté- p. 9). ¿Cómo es posible que Walsh discutiera con ahí. Pero volver, nunca. Habían pasado 17 años.
gico; 9) correcta evaluación sobre los amplios personajes como Firmenich, Vaca Narvaja y Per- Habíamos crecido escuchando que Perón alguna
márgenes posibilitantes de actuación dentro del día? ¿Saben por qué el libro de Cristina Zuker se vez volvería al país. Habíamos crecido escuchan-
Movimiento Peronista; 10) decisión de luchar llama El Tren de la Victoria? Porque “reproduce do que no, que nunca. Habíamos escuchado a
hasta el costo de la propia vida...” (Militancia, Nº una expresión con la que Roberto Perdía recluta- nuestros viejos decir que sí o que no. En 1955 yo
13, 6/9/1973, p. 11). Ortega Peña y Duhalde ba militantes para ingresar en forma clandestina estaba en sexto grado de la primaria, colegio José
señalan que Fernando aún no tenía claro si una al país subyugado por la dictadura militar. No Hernández, en Pampa casi avenida Forest. Cayó
organización guerrillera debía definirse como debían perder ‘El Tren de la Victoria’, les decía Perón y entró en el aula el señor Grassi, el direc-
brazo armado, foco irradiador de conciencia u en las narices de los servicios de informaciones tor del colegio. Nuestro maestro le cedió su lugar.
organización revolucionaria de masas. Aquí es sembrados en las colonias del exilio. Después, un Grassi habló toda la hora. Que el país había
donde radica la diferencia que (creo, ojo: creo) asistente recogía en una bolsa los papelitos con los reconquistado sus libertades democráticas. Que el
habría establecido Fernando de haber vivido. Fir- datos de quienes accedían a esa conscripción” tirano había huido. Que teníamos suerte, y
menich –a partir del asesinato de Rucci y del (Verbitsky, Ibid., p. 8). “El Tren de la Victoria” mucha. Que creceríamos en una Argentina libre.
pasaje de la organización a la clandestinidad– llega a la Argentina en 1979. No quedó uno de Que los mediocres se quedarían al borde del
rechaza la opción de la “organización revolucio- sus militantes. Se repetiría la operación en 1980. camino. (¡Cómo me asustó esta frase! Doce años
naria de masas”. Elige la del brazo armado y la del del ‘55 no son los de ahora. Yo era un boludo a
foco irradiador de conciencia. Ya veremos a “VUELVE PERÓN, FLACO” los doce años. Me pregunté: ¿y si soy un medio-
dónde lo conduce esto. Cosa que muchos cono- Con fecha 9 de febrero de 1971, los Monto- cre, y si me quedo a un costado del camino?) Que
cen. Fernando habría advertido –pese a su jacobi- neros envían su primera carta a Perón. Dicen: los laboriosos, los que supieran usar la libertad
nismo pero a causa de su inteligencia– que una “Al pueblo le queda claro que el sistema es siem- ahora reconquistada, los que lucharan por la dig-
“organización revolucionaria” o es “de masas” o pre el mismo cualquiera sea la fachada que pre- nidad de la República, por la democracia, por los
no es “revolucionaria”. Y si la situación evidente sente (...). Por todo esto es que a diario cosecha- valores que nuestros próceres nos habían legado y
que se detecta es la de un reflujo de masas, ese mos, en el apoyo popular creciente, los frutos de que el Tirano agravió, llegarían al triunfo en la
reflujo debe ser acompañado por la organización, este ajusticiamiento histórico” (Baschetti, Ob. vida. “Son libres. Son jóvenes. El país de la
y bajo ningún punto de vista debe ésta continuar cit., 1970-1973, Tomo I, p. 124). No se equivo- democracia los aguarda. Vivan por él y luchen
las acciones por su cuenta bajo el riesgo de con- caban en esto. Formaban parte de un enorme por él. Nunca jamás permitan que sus libertades
vertir su violencia en una violencia de aparato que movimiento popular que pedía una sola, simple sean pisoteadas. Nunca jamás permitan que
sólo servirá al régimen tiránico. Por si la palabra cosa: que Perón regresara al país. De aquí que regrese un Tirano como Perón para someterlos a
“reflujo” necesitara algún acompañamiento que todo lo que se hiciera (en medio de una dictadu- sus mentiras, a su demagogia, a su enfermizo
colabore a su necesaria, traslúcida comprensión, ra, de un país cuya ilegitimidad llevaba ya casi deseo de poder, a su régimen tiránico.” El señor
entrego algunos sinónimos: descenso - merma - 16 años) le caía bien al pueblo peronista, que Grassi se fue. ¡Qué feliz estaba ese hombre! Y nos
reducción - disminución. Estas son anotaciones aceptó con beneplácito la muerte de Aramburu. había venido a ver a nosotros, los pibes de sexto
momentáneas de temas calientes que trataremos Perón tenía que volver. Los militantes de las grado, porque éramos los mayores y nos íbamos
extensivamente cuando llegue su momento, aun- Formaciones especiales empiezan a ser llamados del colegio hacia otros horizontes, al secundario, a
que tal vez los venimos afrontando desde el inicio “los muchachos” no sólo por las clases bajas la vida. Pensé: “Ojalá nunca vuelva Perón y sea-
de este trabajo. Pero no somos sólo nosotros los peronistas, sino por la clase media, por los inte- mos felices para siempre”. Todos pensamos eso.
que pensamos así. Hay tipos muy valiosos, de lectuales, por los artistas. Su aceptación –algo Hasta mis viejos lo pensaban. Y eso que nunca
gran conocimiento estratégico-político que han que ya en ese momento les costaba entender– me parecieron muy antiperonistas. Pero ahora
dicho lo mismo: Rodolfo Walsh, por ejemplo. dependía de su inclusión en ese anhelo amplia- hablaban pestes del Tirano.
Sigamos a Ernesto Salas, que escribe en Lucha mente popular. Es difícil trasmitir a las nuevas –Vuelve Perón, flaco –dice Miguel.
PROXIMO Armada un excepcional trabajo titulado: “El generaciones lo que significaba “el regreso de Yo era flaco en 1972. Y Miguel estaba vivo. Y
debate entre Walsh y la conducción montonera”. Perón”. No, es imposible. Sólo bastará pregun- sí, carajo, volvía Perón.
DOMINGO
Salas se refiere a dos informes que Walsh escribió tarse cómo fue posible que marcharan a Ezeiza –¿Dónde nos vemos? –pregunté.
con fecha 2 de enero de 1977, cuando, en efecto, dos millones y medio de personas. Acaso tres.
“La Casa de Gobierno estaba trabajando su Carta de un escritor a la ¿Qué eran? ¿Eran todos Montoneros? No. ¿Fue Colaboración especial:
cambió de dirección” Junta Militar. Cita un texto al que define como una gigantesca equivocación? No. ¿Quién podía Virginia Feinmann - Germán Ferrari

IV Domingo 7 de diciembre de 2008

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