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INSTITUTO NACIONAL

DE ADMINISTRACIÓN
PUBLICA
MINISTERIO
DE ADMINISTRACIONES
PÚBLICAS

Bloque II. Gestión de Personal

2. Adquisición y pérdida de la condición de funcionario.


Situaciones administrativas de los funcionarios. Supuestos y
efectos de cada una de ellas.

Madrid, Marzo 2006

Este material es propiedad del Instituto Nacional de Administración Pública estando disponible en la página web
del Organismo. Se autoriza su reproducción siempre que se garantice la gratuidad de su distribución, así como la
expresa referencia al Instituto.

Estos temas han sido elaborados por distintos expertos, coordinados por la Escuela de Selección y Formación,
con el objeto de proporcionar una ayuda a los candidatos en la preparación de las pruebas selectivas de acceso
por promoción interna al Cuerpo General Administrativo de la Administración del Estado.

Se advierte que constituyen un material de apoyo de carácter orientativo, que en modo alguno agota la materia de
la que trata, ni ha de entenderse como garantía de superación de las pruebas. El contenido de los temas no
compromete al órgano de selección, que está sometido unicamente a las reglas, baremos o valoraciones de
aplicación al proceso selectivo.
BLOQUE II GESTIÓN DE PERSONAL

2. ADQUISICIÓN Y PÉRDIDA DE LA CONDICIÓN DE FUNCIONARIO. SITUACIONES


ADMINISTRATIVAS DE LOS FUNCIONARIOS. SUPUESTOS Y EFECTOS DE CADA
UNA DE ELLAS

1. ADQUISICIÓN Y PÉRDIDA DE LA CONDICIÓN DE FUNCIONARIO

1.1. Adquisición de la condición de funcionario

La Ley de Funcionarios Civiles del Estado, cuyo texto articulado fue aprobado por Decreto 315/1964,
de 7 de febrero, regula dentro de su Título II, dedicado a los funcionarios de carrera, en su Capítulo III
“La adquisición y pérdida de la condición de funcionarios”. Este Capítulo no ha sido derogado de
forma completa por la legislación post-constitucional, por lo que sus preceptos continúan en gran parte
en vigor, si bien se han visto afectados por algunas reformas.

La superación de las pruebas selectivas no supone por sí misma la adquisición de la condición de


funcionario de carrera. Para obtener esta condición es requisito necesario haber superado el proceso
selectivo, es decir, los ejercicios correspondientes de la fase de oposición, la valoración de méritos, en
el supuesto de que existiera una fase de concurso, y el curso selectivo o período de prácticas si
estuviera previsto en la propia convocatoria del correspondiente proceso selectivo.

Sin embargo, este requisito no es el único. En síntesis, se puede afirmar que para adquirir la condición
de funcionario de carrera del Cuerpo o Escala cuyo proceso selectivo de ingreso ha sido superado por
el aspirante, es necesario el cumplimiento sucesivo de los siguientes requisitos:

a) Superar las pruebas de selección y, en su caso, los cursos de formación que sean procedentes.
b) Ser nombrado por la autoridad competente.
c) Prestar el juramento o promesa legalmente establecido.
a) Tomar posesión dentro del plazo de un mes, a contar de la notificación del nombramiento.

Tales exigencias se recogen en el artículo 36 de la citada Ley de Funcionarios Civiles del Estado. El
cumplimiento de estos requisitos se realizará de la siguiente manera:

a) Superar el proceso selectivo.


Los aspirantes que hayan aprobado el proceso selectivo aportarán ante la Administración, dentro del
plazo de veinte días naturales desde que se publiquen en el Boletín Oficial del Estado las relaciones
definitivas de aprobados, los documentos acreditativos de las condiciones de capacidad y requisitos
exigidos en la convocatoria.

Los que tuvieran ya la condición de funcionarios públicos estarán exentos de justificar las
condiciones y requisitos ya acreditados para obtener su anterior nombramiento, cuestiones que serán
certificadas por el Ministerio u Organismo del que dependan.

Quienes en el plazo indicado, y salvo los casos de fuerza mayor, no presentasen la documentación, o
de la misma se dedujese que carecen de alguno de los requisitos exigidos, no podrán ser nombrados,

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quedando anuladas todas sus actuaciones, sin perjuicio de la responsabilidad en que pudieran haber
incurrido por falsedad en sus solicitudes de participación.

Cuando la convocatoria hubiese establecido un período de prácticas o un curso selectivo, la


autoridad que la haya efectuado nombrará funcionarios en prácticas a los aspirantes propuestos.

Los aspirantes que no superen el curso selectivo, de acuerdo con el procedimiento de calificación
previsto en la convocatoria, perderán el derecho a su nombramiento como funcionarios de carrera,
mediante resolución motivada de la autoridad que haya efectuado la convocatoria, a propuesta del
órgano responsable de la evaluación del curso selectivo.

Quienes no pudieran realizar el curso selectivo o el período de prácticas por causa de fuerza mayor
debidamente justificada y apreciada por la Administración, podrán efectuarlo con posterioridad,
intercalándose en el lugar correspondiente a la puntuación obtenida.

b) Ser nombrado por la autoridad competente.


Concluido el proceso selectivo, los aspirantes que lo hubieran superado, cuyo número no podrá
exceder en ningún caso del número de plazas convocadas, serán nombrados funcionarios de carrera
por el Secretario General para la Administración Pública, salvo en los Cuerpos de carácter docente,
investigador, sanitario y de correos y telecomunicaciones, en los que el nombramiento como
funcionario de carrera le corresponde al Ministro respectivo. Cualquier resolución que contravenga
lo anteriormente establecido será nula de pleno derecho.

Los nombramientos deberán publicarse en el Boletín Oficial del Estado.

La adjudicación de puestos de trabajo de los funcionarios de nuevo ingreso se efectuará de acuerdo


con las peticiones de los interesados entre los puestos ofertados a los mismos, según el orden
obtenido en el proceso selectivo, siempre que reúnan los requisitos objetivos determinados para cada
puesto en las Relaciones de puestos de trabajo.

Estos destinos tendrán carácter definitivo, equivalente a todos los efectos a los obtenidos por
concurso, por lo que el funcionario deberá permanecer en ellos un mínimo de dos años antes de
concursar, salvo en el ámbito de la misma Secretaría de Estado o Ministerio, en su defecto.

Por otra parte, de acuerdo con lo dispuesto en el Real Decreto 2271/2004, de 3 de diciembre, por el
que se regula el acceso al empleo público y la provisión de puestos de trabajo de las personas con
discapacidad, una vez superado el proceso selectivo, las personas que ingresen en cuerpos o escalas
de funcionarios y hayan sido admitidos en la convocatoria ordinaria con plazas reservadas para
personas con discapacidad podrán solicitar al órgano convocante la alteración del orden de prelación
para la elección de las plazas dentro del ámbito territorial que se determine en la convocatoria, por
motivos, debidamente acreditados, de dependencia personal, dificultades de desplazamiento u otras
análogas.

En este último supuesto, el órgano convocante decidirá dicha alteración, cuando se encuentre
debidamente justificado, y deberá limitarse a realizar la mínima modificación en el orden de
prelación necesaria para posibilitar el acceso al puesto de la persona discapacitada.

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Asimismo, en las solicitudes de adjudicación de destinos correspondientes a pruebas de nuevo
ingreso o promoción interna, los funcionarios con discapacidad podrán solicitar la adaptación del
puesto o de los puestos de trabajo correspondientes, acompañando la solicitud de informe expedido
por el órgano competente en la materia que acredite la procedencia de la adaptación y de la
compatibilidad con el desempeño de las funciones que tenga atribuido el puesto o puestos
solicitados.
El Departamento ministerial u organismo al que esté adscrito el puesto de trabajo será el encargado
de la valoración, la realización y la financiación de las adaptaciones necesarias para la incorporación
del empleado discapacitado, sin perjuicio de las subvenciones u otro tipo de ayudas que se puedan
aplicar a esta misma finalidad.

c) Prestar el juramento o promesa.


Este trámite supone el compromiso del funcionario público de lealtad al Rey y de cumplimiento de la
Constitución.

d) Tomar posesión.
La diferencia en el régimen de ingreso entre los funcionarios y el personal laboral, resulta de la
exigencia del último y necesario requisito para adquirir la condición de funcionario que es la toma de
posesión, la cual debe tener lugar en el plazo de un mes, tras la publicación del nombramiento como
funcionario.

Como ha señalado la doctrina, este requisito, que evoca la vieja concepción de los oficios públicos
como propiedades y que como éstas se adquieren en base a un título y un modo, que es justamente la
toma de posesión, tiene una importancia fundamental, porque efectivamente no se es funcionario hasta
que ese requisito se cumple y se procede a su diligenciamiento.

La determinación de la fecha de la toma de posesión es de gran interés, porque sólo a partir de ella
comienza el cómputo del tiempo a efectos de trienios y derechos pasivos.

Los efectos de la falta de la toma de posesión no se hallan regulados en la Ley, pero se sigue
interpretando que su omisión en el plazo legal, salvo cuando medien causas de fuerza mayor
debidamente justificadas, equivale a una renuncia tácita, y supone el cumplimiento de la condición
resolutoria del acto de nombramiento y la pérdida de todos los derechos por parte del aspirante.

Para el personal laboral, sin embargo, no rigen estos condicionantes que retrasan la efectividad del
disfrute de los derechos que lleva aparejado el empleo público. Basta simplemente con la
formalización del contrato laboral, para el comienzo del devengo de los derechos económicos, según
se desprende del artículo 30 del Estatuto de los Trabajadores, conforme al cual, "si el trabajador no
pudiera prestar sus servicios una vez vigente el contrato porque el empresario se retrasase en darle
trabajo por impedimentos imputables al mismo y no al trabajador, éste conservará el derecho a su
salario".

1.2. Pérdida de la condición de funcionario

La adquisición de la condición de funcionario de carrera por el cumplimiento de los requisitos


anteriormente expuestos no supone que dicha condición se posea durante toda la vida.

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Esta condición puede ser objeto de pérdida. De esta forma, la relación de servicio que une al
funcionario con la Administración, se extingue, por una parte, cuando dicho funcionario ha alcanzado
la edad que la ley fija como límite a la misma, y por otra, cuando transcurrido un determinado número
de años de servicio, se permita que, a instancia del propio funcionario, éste acceda a la jubilación.

Ahora bien, si teniendo en cuenta las circunstancias de capacidad exigidas en la relación funcionarial
falla alguna de éstas, o el funcionario de forma expresa, manifiesta su deseo de substraerse de la
situación legal y reglamentaria en que se encuentra situado en virtud del acto de nombramiento y su
consiguiente aceptación, se extinguirá también la mencionada relación de servicio.

La extinción de la relación funcionarial supone la pérdida de la condición de funcionario público y con


ello los derechos inherentes a esa condición.

Las causas de extinción de la relación funcionarial son objeto de reserva material de Ley que excluye
la posibilidad de que la Administración innove su regulación. Se consideran incluidas en el régimen
estatutario de los funcionarios públicos a que se refiere el artículo 103.3 de la Constitución y forman
parte de las bases del régimen estatutario de los funcionarios públicos según el artículo 149.1.18 de la
Constitución, siendo su regulación competencia exclusiva del Estado.

La regulación de dichas causas se encuentra en los artículos 37, 38 y 39 de la Ley de Funcionarios


Civiles del Estado. Son las siguientes:

a) Renuncia.
La renuncia constituye un supuesto de ejercicio de la libertad personal que se proyecta en el plano
profesional del individuo. La renuncia no inhabilita para un nuevo ingreso en la función pública, como
se establece en el artículo 38 de la citada Ley de Funcionarios Civiles del Estado.

Por tanto, la persona que ejercite esta renuncia podría reingresar en la Administración Pública tras la
superación del correspondiente proceso selectivo.

b) Pérdida de la nacionalidad española.


La nacionalidad española es uno de los requisitos necesarios para la participación en los procesos
selectivos de ingreso en la Administración Pública y la adquisición de la condición de funcionario. Por
ello debe mantenerse de modo permanente, produciéndose la extinción de la relación funcionarial en
otro caso.

c) La sanción disciplinaria de separación del servicio.


Esta sanción sólo puede imponerse por la comisión de una falta muy grave. Supone la ruptura del
vínculo que une al funcionario con la Administración y conlleva la pérdida de todos los derechos
inherentes a la condición funcionarial.

Está regulada en el artículo 91 de la Ley de Funcionarios Civiles de 1964 y en el Reglamento de


Régimen Disciplinario de 10 de enero de 1986. Tiene carácter definitivo ya que el funcionario
separado lo es para siempre y no puede reingresar posteriormente en ninguna Administración, ni aun
superando las correspondientes pruebas selectivas, a diferencia de la renuncia y la pérdida de la
nacionalidad.

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d) Pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial.
El artículo 40 del Código Penal establece que la duración de la pena de inhabilitación absoluta será de
seis a veinte años y la de inhabilitación especial, de seis meses a veinte años.
Una vez cumplidas estas penas, es posible un posterior reingreso en la Administración Pública si
aquéllas no fueran acompañadas de un expediente disciplinario de carácter administrativo, que
culminase con la separación del servicio.

e) Jubilación forzosa.

- Jubilación por edad:


Se trata de una causa extintiva que tiene lugar por el cumplimiento de una edad previamente
señalada. Por consiguiente, la Administración debe exclusivamente limitarse a constatar el hecho del
cumplimiento de la edad determinada para declarar la jubilación del funcionario en el momento en
que proceda.

La Ley 13/1996 modifica el artículo 33 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la


Reforma de la Función Pública y establece que la jubilación forzosa de los funcionarios públicos se
declarará de oficio al cumplir los sesenta y cinco años de edad. Ahora bien, tal declaración no se
producirá hasta el momento en que los funcionarios cesen en la situación de servicio activo, en
aquellos supuestos en que voluntariamente prolonguen su permanencia en la misma hasta, como
máximo, los setenta años de edad.

- Jubilación por incapacidad permanente:


La jubilación por incapacidad permanente procederá, previa instrucción del expediente para su
declaración. Podrá iniciarse de oficio o a instancia del funcionario interesado, cuando esté afectado por
una lesión o proceso patológico, somático o psíquico que esté estabilizado y sea irreversible o de
remota o incierta reversibilidad, cuya lesión o proceso le imposibiliten totalmente para el desempeño
de las funciones propias de su Cuerpo, Escala, plaza o carrera. Así se establece en el artículo 28.2.c) de
la Ley de Clases Pasivas.

f) Jubilación voluntaria.
El vigente artículo 28.2.b) de la citada la Ley de Clases Pasivas, establece como requisitos para poder
acceder a la jubilación voluntaria, tener cumplidos los sesenta años y reconocidos treinta años de
servicios efectivos al Estado.

2. SITUACIONES ADMINISTRATIVAS DE LOS FUNCIONARIOS. SUPUESTOS Y


EFECTOS DE CADA UNA DE ELLAS

La relación de permanencia existente entre el funcionario y la Administración hace necesaria la


regulación de diferentes situaciones administrativas en las que puede encontrarse un funcionario
durante toda su carrera profesional. De esta forma, la inamovilidad en la condición de funcionario, o
derecho al cargo, que rige en nuestra normativa desde 1918 significará que, en ocasiones, el
funcionario aún sin prestar servicios a la Administración General del Estado de manera efectiva, no
pierde su vínculo con la misma y puede posteriormente desempeñar sus servicios en ella.

La relación jurídica que mantiene el funcionario público con la Administración, puede dividirse en
relación orgánica y relación de servicio. En virtud de la primera, el funcionario queda plenamente
integrado en la organización administrativa y ocupa un determinado puesto de trabajo, actuando por

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y en nombre de la Administración Pública. Por la relación de servicio el funcionario mantiene una
determinada posición jurídica, siendo titular de un conjunto de derechos y obligaciones que en
cualquier momento puede hacer valer frente a la Administración.

La relación de servicio se prolonga en el tiempo hasta que se produzca alguna de las causas que
determinan la extinción de la misma. Durante esta relación, pueden producirse situaciones que
alteren no la relación de servicio en sí misma, pero sí el conjunto de derechos y obligaciones cuya
titularidad ostenta el funcionario; las situaciones administrativas afectan por tanto al contenido de la
relación, pero no producen su extinción.

Tratándose de situaciones que modifican el contenido de la relación de servicios, y afectan a los


derechos y obligaciones de los funcionarios públicos, las situaciones administrativas son aquellas en
las que, en virtud de la Ley, se encuentran los funcionarios, mientras perdure su relación de servicio
con la Administración. Por tanto, las distintas posiciones en que puede encontrarse el funcionario en
su relación de servicios se conocen con el nombre de situaciones administrativas.

El fundamento de la existencia de las situaciones administrativas radica en la posibilidad de que un


funcionario no permanezca a lo largo de toda su vida funcionarial en la situación más normal y
típica, que es la de servicio activo. Existen circunstancias e incluso conveniencias particulares que
demandan el reconocimiento de situaciones diferentes, sin que por ello se pierda la condición de
funcionario. También existe el interés público, que actúa como límite y fundamento del interés
particular, manteniendo latente la relación de servicio, con el fin de que el funcionario, no obstante
se aleje temporalmente de la Administración, pueda regresar a la situación de servicio activo.

El sistema de situaciones administrativas se caracteriza porque:


- El artículo 29 de la Ley 30/1984, tiene carácter de base del régimen estatutario de los
funcionarios, por lo que es de aplicación a todas las Administraciones Públicas.
- No genera derechos adquiridos para los funcionarios, de tal manera que el legislador puede
crear, modificar y suprimir las figuras existentes cuando el legislador lo estime oportuno.

La normativa legal en la materia hoy día está contenida en el artículo 29 de la Ley 30/1984, de 2 de
agosto, modificado por la Ley 22/1993, de 29 de diciembre, de Medidas Fiscales y de Reforma del
Régimen Jurídico de la Función Pública y de la Protección por Desempleo, por la Ley 4/1995 de
Regulación del permiso parental y por maternidad y por la Ley 39/1999, de 5 de noviembre para
Promover la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral de las Personas Trabajadoras, continúan aún
vigentes los preceptos de la Ley Articulada de Funcionarios Civiles del Estado de 7 de febrero de
1964 sobre Situaciones administrativas, no derogados por aquélla.

Los citados preceptos están desarrollados en el Reglamento de Situaciones Administrativas de los


Funcionarios Civiles de la Administración General del Estado, aprobado por Real Decreto 365/1995,
de 10 de marzo.

2.1. Clases de situaciones administrativas

Los funcionarios pueden hallarse en alguna de las siguientes situaciones administrativas: a) Servicio
activo, b) Servicios especiales, c) Servicios en Comunidades Autónomas, d) Excedencia forzosa, e)
Excedencia voluntaria en sus diversas modalidades, f) Excedencia para el cuidado de familiares, g)

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Expectativa de destino, h) Suspensión de funciones, i) Excedencia por razón de violencia sobre la
mujer funcionaria.

a) Servicio activo

El servicio activo aparece regulado en el artículo 41 de la Ley de Funcionarios Civiles del Estado de
1964 y en el Cap. II del Reglamento de Situaciones Administrativas (RD 365/1995, de 10 de marzo).

Constituye la situación que podríamos denominar habitual u ordinaria, en la que mantiene la plenitud
de sus derechos, prerrogativas, deberes y responsabilidades Es la que adquiere el funcionario al
ingresar y sólo se puede modificar en los supuestos y con los requisitos establecidos
normativamente.

Los funcionarios se hallan en servicio activo en los siguientes casos:


- Cuando desempeñan un puesto que, conforme a la correspondiente relación de puestos de
trabajo, esté adscrito a los funcionarios comprendidos en el ámbito de aplicación de la Ley
30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.
Con la regulación de la situación de servicio activo llevada a cabo por la Ley 30/1984, de 2
de agosto, y por el Real Decreto 365/1995, de 10 de marzo, se ha procurado diseñar una
mejor utilización de los recursos humanos y, sobre todo, atender la posibilidad de abarcar, en
toda su extensión, el fenómeno de ampliación de las estructuras administrativas.

- Cuando desempeñen puestos en las Corporaciones Locales o las Universidades públicas que
puedan ser ocupados por los funcionarios comprendidos en el ámbito de aplicación de la Ley
30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.

- Cuando se encuentren en comisión de servicios.


La comisión de servicios, variante de la situación de servicio activo, en sus diferentes
modalidades aparece regulada en los artículos 64, 65 y 66 del Reglamento General de Ingreso
del Personal al Servicio de la Administración General del Estado y de Provisión de Puestos
de Trabajo y Promoción Profesional de los Funcionarios Civiles de la Administración
General del Estado, aprobado por Real Decreto 364/1995, de 10 de marzo.

Las comisiones de servicios para el desempeño temporal de un puesto de los incluidos en las
Relaciones de Puestos de Trabajo adscritos a funcionarios comprendidos en el ámbito de
aplicación de la Ley 30/1984, de 2 de agosto: “Cuando un puesto quede vacante podrá ser
cubierto, en caso de urgente e inaplazable necesidad, en comisión de servicios de carácter
voluntario con un funcionario que reúna los requisitos establecidos para su desempeño en la
relación de puestos de trabajo” (artículo 64.1 del Real Decreto 364/1995, de 10 de marzo).

- Cuando presten servicios en puestos de trabajo de niveles incluidos en el intervalo


correspondiente a su Cuerpo o Escala en los Gabinetes de la Presidencia del Gobierno, de los
Ministros y de los Secretarios de Estado, y opten por permanecer en esta situación conforme
al artículo 29.2.i) de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la
Función Pública. Asimismo, cuando presten servicios en puestos de niveles comprendidos en
el intervalo correspondiente al Grupo en el que figure clasificado su Cuerpo o Escala en
Gabinetes de Delegados del Gobierno o Subdelegados del Gobierno.

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- Cuando presten servicios en las Cortes Generales, de conformidad con lo dispuesto en el
Estatuto del Personal de las mismas o en el Tribunal de Cuentas, y no les corresponda quedar
en otra situación.

- Cuando accedan a la condición de miembros de las Asambleas Legislativas de las


Comunidades Autónomas y, no percibiendo retribuciones periódicas por el desempeño de la
función, opten por permanecer en esta situación conforme al artículo 29.2.g) de la Ley
30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.

- Cuando accedan a la condición de miembros de las Corporaciones Locales, conforme al


régimen previsto por el artículo 74 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de
Régimen Local, salvo que desempeñen cargo retribuido y de dedicación exclusiva en las
mismas.

- Cuando queden a disposición del Subsecretario, Director del Organismo autónomo, Delgado
del Gobierno, Subdelegado del Gobierno de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 21.2.b)
de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública.

- Cuando cesen en un puesto de trabajo por haber obtenido otro mediante procedimientos de
provisión de puestos de trabajo, durante el plazo posesorio.

- Cuando se encuentren en las dos primeras fases de reasignación de efectivos.


Los funcionarios cuyo puesto se suprima, como consecuencia de un Plan de Empleo, podrán
ser designados con carácter definitivo a otro puesto por el procedimiento de reasignación de
efectivos, que se producirá en tres fases [artículo 20.1.g) de la Ley de Medidas para la
Reforma de la Función Pública].

- Cuando, por su condición de funcionario exigida por disposición legal, presten servicios en
Organismos o Entes públicos.

- Cuando por cesación progresiva de actividades prevista en el artículo 30.4 de la Ley 30/1984,
de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, presten servicio con
reducción de jornada y de retribuciones

b) Servicios especiales

La situación de servicios especiales fue una de las novedades introducidas por la Ley 30/1984, y está
regulada en el artículo 29.2 de la referida Ley de Medidas y en el Capítulo III del Reglamento de
Situaciones Administrativas.

Con carácter general, la situación de servicios especiales es aquélla en la que se encuentra el


funcionario público cuando ocupa un puesto de trabajo de relevancia o confianza política
incompatible con las funciones públicas que desempeñaba. Se trata de una situación en la que
concurren el interés del funcionario en aceptar un determinado puesto de naturaleza política o
similar, con el de la Administración de no perder a dicho funcionario. Se trata, en definitiva, de
facilitar al funcionario el desempeño de puestos de naturaleza política o de especial interés para la
Administración, sin perjudicar su situación y carrera.

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Algunos supuestos que determinan el pase a la situación de servicios especiales son:

- Cuando sean autorizados para realizar una misión por periodo determinado superior a seis
meses en Organismos internacionales, Gobiernos o Entidades públicas extranjeras o en
programas de cooperación internacional.

- Cuando adquieran la condición de funcionarios al servicio de Organizaciones internacionales


o de carácter supranacional.

Esta situación se diferencia de la de servicio activo, fundamentalmente, en que la relación de


servicio con la Organización internacional o supranacional se configura como permanente, no
estando condicionada, por tanto, la prestación del servicio a un periodo determinado.

- Cuando sean nombrados miembros del Gobierno o de los órganos de gobierno de las
Comunidades Autónomas o altos cargos de las respectivas Administraciones Públicas que no
deben ser provistos necesariamente por funcionarios públicos.

- Cuando sean elegidos por las Cortes Generales para formar parte de los Órganos
constitucionales u otros cuya elección corresponda a las Cámaras (de acuerdo con la mayor
parte de la doctrina, hay que entender que en este apartado se está haciendo referencia, por un
lado, a los supuestos de nombramiento de magistrados del Tribunal Constitucional, de
miembros del Consejo General del Poder Judicial y de miembros del Tribunal de Cuentas y,
por otro lado, al Defensor del Pueblo).

- Cuando sean adscritos a los servicios del Tribunal Constitucional o del Defensor del Pueblo o
destinados al Tribunal de Cuentas, en los términos previstos en el artículo 99.3 de la Ley
7/1988, de 5 abril, o presten servicios en los Órganos técnicos del Consejo del Poder Judicial,
de acuerdo con lo previsto en el artículo 146.3 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del
Poder Judicial , modificada por la Ley Orgánica 16/1984, de 8 de noviembre.

- Cuando accedan a la condición de Diputado o Senador de las Cortes Generales.

- Cuando accedan a la condición de miembros de las Asambleas Legislativas de las


Comunidades Autónomas, si perciben retribuciones periódicas por el desempeño de la
función.

En el supuesto de que no perciban dichas retribuciones, podrán optar entre permanecer en la


situación de servicio activo o pasar a la situación de servicios especiales, sin perjuicio de las
normas que dicten las propias Comunidades Autónomas sobre incompatibilidades de los
miembros de las Asambleas Legislativas.

- Cuando desempeñen cargos electivos retribuidos y de dedicación exclusiva en las


Corporaciones Locales.

- Cuando presten servicios en puestos de trabajo de niveles incluidos en el intervalo


correspondiente a su Cuerpo o Escala, en los Gabinetes de la Presidencia del Gobierno, de
los Ministros o de los Secretarios de Estado, y opten por pasar a esta situación, conforme al
artículo 29.2.i) de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función

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Pública. Asimismo, cuando presten servicios en puestos de niveles no incluidos en el
intervalo correspondiente al Grupo en el que figure clasificado su Cuerpo o Escala en los
Gabinetes de la Presidencia del Gobierno, de los Ministros, Secretarios de Estado, Delegados
del Gobierno y Gobernadores Civiles (en la actualidad, dicha redacción debe entenderse
referida, según lo dispuesto en la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y
Funcionamiento de la Administración General del Estado, a los Delegados del Gobierno).

- Cuando sean nombrados para cualquier cargo de carácter político del que se derive
incompatibilidad para ejercer la función pública. Para declarar el pase a la situación de
servicios especiales en este supuesto será necesario haber sido nombrado para el desempeño
en el sector público de un cargo de carácter político, entendiendo por tal el cargo de
confianza que no implique una relación profesional de carácter permanente del que se derive
incompatibilidad para ejercer la función pública y conlleve responsabilidades directivas o
asesoramiento a nivel político.

- Cuando sean elegidos miembros del Parlamento Europeo.

- Cuando ostenten la condición de Comisionados parlamentarios de Comunidad Autónoma o


Adjuntos de éstos, según lo dispuesto en la Ley 36/1985, de 6 de noviembre, de prerrogativas
y garantías de las figuras similares al Defensor del Pueblo y régimen de colaboración y
coordinación de las mismas.

- Cuando así se determine en una norma con rango de Ley.

En síntesis, se trata de supuestos en los que el funcionario es autorizado para realizar una misión por
período determinado superior a seis meses en Organismos internacionales, Gobiernos o Entidades
Públicas extranjeras o en programas de cooperación internacional; adquiere la condición de
funcionario al servicio de Organizaciones Internacionales o de carácter supranacional; accede a la
condición de miembro representativo en las Cortes Generales, en las Asambleas Legislativas
autonómicas, o en las Corporaciones Locales; es elegido miembro del Parlamento europeo; es
nombrado para ocupar un cargo político en los Gobiernos estatal, autonómico o local; adscrito a los
servicios del Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo o Tribunal de Cuentas; o designado
mediante otros cargos de naturaleza eminentemente política para la realización de determinadas
funciones, que cumplen con los requisitos exigidos por el Reglamento.

A los anteriores supuestos es preciso añadir dos situaciones más que implican la declaración y el
pase del funcionario a servicios especiales, adicionados por la Ley 6/1997, de 14 de abril, de
Organización y Funcionamiento de Administración General del Estado, que consisten en:
- Ser nombrado Subsecretario, Secretario General Técnico o Director General.
- Ser nombrado Subdelegado de Gobierno en las provincias. En la actualidad se puede optar
entre esta situación o continuar en servicio activo.

El funcionario en servicios especiales tiene los siguientes derechos:

1º) A la reserva de la plaza y destino que ocupara conforme a los criterios que recoge el
Reglamento de Situaciones Administrativas, que no implica necesariamente que la reserva
recaiga sobre el puesto que se desempañaba al pasar a servicios especiales. Así, con ocasión del
reingreso al servicio activo, se les asignará:

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a) Cuando el puesto de trabajo desempeñado con anterioridad hubiera sido obtenido
mediante el sistema de libre designación, se les adjudicará con carácter provisional, entre
tanto no obtengan otro con carácter definitivo, un puesto de igual nivel y similares
retribuciones en el mismo municipio.

b) En los restantes casos, se les adjudicará con carácter definitivo, un puesto de igual nivel y
similares retribuciones en el mismo Ministerio y municipio.

2º) A percibir las retribuciones del puesto o cargo efectivo que desempeñe.

3º) Al cómputo del tiempo que permanezcan en tal situación a efectos de ascensos, consolidación
de grado personal, trienios, derechos pasivos, así como a efectos del cómputo del período
mínimo de servicios efectivos para solicitar el pase a la situación de excedencia voluntaria por
interés particular.

Quienes pierdan la condición en virtud de la cual fueron declarados en la situación de servicios


especiales, deberán solicitar el reingreso al servicio activo en el plazo de un mes, declarándoseles, de
no hacerlo, en la situación de excedencia voluntaria por interés particular con efectos desde el día en
que perdieron aquella condición.

Por lo que respecta a los Diputados, Senadores, miembros de las Asambleas Legislativas de las
Comunidades Autónomas o del Parlamento Europeo que pierdan su condición por disolución de las
correspondientes Cámaras, éstos podrán permanecer en la situación de servicios especiales hasta su
nueva constitución. En conexión con ello habrá que entender, que el plazo de un mes señalado para
solicitar el reingreso resultará aplicable a aquellos parlamentarios cesados que, presentándose a una
nueva elección, no obtengan el acta correspondiente.

c) Servicio en Comunidades Autónomas

Está regulada en el artículo 12.2. de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, y en el Capítulo IV del


Reglamento de Situaciones Administrativas de 10 de marzo de 1995; a esta situación pasan los
funcionarios transferidos a una Comunidad Autónoma, y los trasladados a las mismas a través de los
distintos sistemas de provisión.

Los funcionarios transferidos se han integrado en los Cuerpos y Escalas propios de la Comunidad
Autónoma a la que han sido traspasados, al tiempo que han mantenido todos sus derechos, como si
se hallaran en servicio activo, en los Cuerpos y Escalas de la Administración del Estado.
En el caso de los funcionarios transferidos, la separación del servicio será acordada por el Órgano de
Gobierno de la Comunidad Autónoma, previo dictamen del Consejo de Estado, sin perjuicio de los
informes que previamente deban solicitar éstas de acuerdo con lo previsto en su legislación
específica.

Respecto a los funcionarios trasladados, el artículo 67 del Reglamento General de Ingreso del
Personal al Servicio de la Administración General del Estado y de Provisión de Puestos de Trabajo y
Promoción Profesional de los Funcionarios Civiles de la Administración General del Estado,
aprobado por Real Decreto 364/1995, de 10 de marzo, señala que los funcionarios de la
Administración del Estado podrán obtener destino en las Administraciones de las Comunidades

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Autónomas mediante la participación en concursos para la provisión de puestos de trabajo o por el
sistema de libre designación.

Estos funcionarios se someterán al régimen estatutario y les será de aplicación la legislación en


materia de función pública de la Comunidad Autónoma, pero mantendrán su condición de
funcionarios de la Administración del Estado.

La diferencia fundamental entre los referidos supuestos se encuentra en que, en el caso de los
funcionarios transferidos se produce prácticamente una plena integración en la organización de la
función pública de la Comunidad Autónoma, pero manteniéndose todos los derechos como si se
encontrase el funcionario en situación de activo, de acuerdo con lo previsto en los respectivos
Estatutos de Autonomía. Este tipo de integración se encuentra expresamente reconocida en la Ley
12/1983, de 14 de octubre, del Proceso Autonómico, en donde se establecen al respecto las
siguientes reglas:

- Los funcionarios transferidos continúan perteneciendo a sus Cuerpos o Escalas de origen y


tendrán los mismos derechos económicos, de carrera y profesionales que correspondan a
quienes estén en activo en dichos Cuerpos o Escalas.

- Las Comunidades Autónomas asumen, en relación a los funcionarios transferidos, todas las
obligaciones del Estado en relación con los mismos, incluidas las que se deriven del régimen
de Seguridad Social o Clases Pasivas que les sea de aplicación.

- Los funcionarios transferidos sólo podrán ser adscritos a puestos de trabajo que corresponden
a su categoría, Cuerpo o Escala.

- Transcurridos dos años desde la transferencia, los funcionarios que se encuentren en esta
situación administrativa podrán participar en los concursos estatales convocados para cubrir
puestos vacantes.

- A iniciativa de las Comunidades Autónomas, el Estado podrá acordar que determinados


puestos de trabajo de sus Administraciones sean desempeñados por funcionarios de Cuerpos
o Escalas estatales (que pasarán entonces a la situación administrativa de servicios en
Comunidades Autónomas que se analiza).

d) Excedencia forzosa

Está regulada en el artículo 44 de la Ley de Funcionarios Civiles de 7 de febrero de 1964 y en el


Capítulo V del citado Reglamento de Situaciones Administrativas.

La situación de excedencia forzosa se produce cuando un funcionario declarado en situación de


suspensión firme de funciones, sin reserva de puesto de trabajo, solicite el reingreso al servicio
activo y no se le conceda en el plazo de seis meses a partir de la extinción de la responsabilidad
penal o disciplinaria.

La competencia para declarar la excedencia forzosa en este supuesto, corresponde a los


Departamentos ministeriales en relación con los funcionarios adscritos a los mismos, y a la

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Dirección General de la Función Pública en relación con los funcionarios de los Cuerpos y Escalas
adscritos al Ministerio de Administraciones Públicas.

Asimismo, existe un supuesto extraordinario de excedencia forzosa aplicable a funcionarios en


expectativa de destino (artículo 29.6 Ley 30/1984). En efecto, pasarán a esta situación aquellos
funcionarios declarados en expectativa de destino por el transcurso del período máximo fijado en la
misma –un año- o bien por el incumplimiento de las obligaciones inherentes a esta situación.

Las obligaciones inherentes a la situación de excedencia forzosa son las siguientes:


- Aceptar los destinos en puestos de características similares a los que desempeñaban que se
les ofrezcan en la provincia donde estaban destinados.
- Participar en los concursos para puestos adecuados a su Cuerpo o Escala, situados en la
provincia donde estaban destinados.
- Participar en los cursos de capacitación a que se les convoque.

Los funcionarios que se encuentren en este último supuesto de excedencia forzosa estarán obligados
a participar en los concursos convocados para puestos adecuados a su Cuerpo o Escala que le sean
notificados, así como a aceptar los destinos que se les señalen y a participar en cursos de
capacitación que se les ofrezcan. El incumplimiento de estas obligaciones determina la declaración
de excedencia voluntaria por interés particular.

La competencia para declarar la situación de excedencia forzosa por esta causa y, en su caso, el pase
a la situación de excedencia voluntaria por interés particular corresponde a la Secretaría General para
la Administración Pública.

Los excedentes forzosos tienen derecho a la percepción del sueldo, trienios, pagas extraordinarias y
ayuda familiar y al cómputo del tiempo en dicha situación a efectos de derechos pasivos y trienios.

e) Excedencia voluntaria

Está regulada en el artículo 29.3 de la Ley de Medidas para la Reforma de la Función Pública y en el
Capítulo VI del Reglamento de Situaciones Administrativas.

Supone la interrupción de la relación de servicios entre el funcionario y la Administración Pública.

La denominación voluntaria no siempre refleja exactamente la verdadera naturaleza de esta


excedencia, pues en ocasiones, como seguidamente se verá, estamos ante una subespecie de
excedencia voluntaria – automática.

Clases de excedencia voluntaria:

1) Excedencia voluntaria por servicio activo en otro puesto del sector público (artículo
29.3.a) de la Ley 30/1984).

Resulta aplicable a los funcionarios que se encuentran en situación de servicio activo, en otro
Cuerpo o Escala de cualquiera de las Administraciones Públicas, o desempeñan un puesto de
trabajo en Organismos o Entidades del sector público, y no les corresponda quedar en las
situaciones de servicio activo o servicios especiales.

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El Real Decreto 255/2006, de 3 de marzo, ha incidido de manera particular en el ámbito a
que se venía extendiendo esta figura al determinar que “el desempeño de puestos con carácter
de funcionario interino o de personal laboral temporal no habilitará para pasar a esta situación
administrativa”.

De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, de


Incompatibilidades del personal al servicio de las Administraciones Públicas, quienes
accedan por cualquier título a un nuevo puesto del sector público que con arreglo a esa ley
resulte incompatible con el que viniera desempeñando, han de optar por uno de ellos dentro
del plazo con toma de posesión. A falta de opción en el plazo señalado hay que entender que
optan por el nuevo puesto, por lo que pasarían a la situación de excedencia en el que vinieran
desempeñando.

En cuanto a la duración de esta excedencia no existe plazo máximo de permanencia en la


misma.

En el caso de cese en la relación de servicios que dio lugar a este tipo de excedencia, debe
solicitarse el reingreso al servicio activo en el plazo de un mes, pasando el funcionario de no
hacerlo a la situación de excedencia voluntaria por interés particular.

La Ley 62/2003, de 30 de diciembre, de Medidas Fiscales, Administrativas y del Orden


Social ha modificado la regulación de esta situación administrativa estableciendo que el
período de prestación de servicios en organismos o entidades del sector público, con la
excepción de los prestados en sociedades mercantiles en cuyo capital sea mayoritaria la
participación directa o indirecta de las Administraciones Públicas, se computará a efectos de
trienios.

2) Excedencia voluntaria por interés particular (artículo 29.3.c) de la Ley 30/1984).

Es la modalidad clásica de la excedencia voluntaria y responde al interés particular del


funcionario: precisamente por ello está condicionada a la “buena marcha del servicio”.

Para poder solicitar la excedencia voluntaria por interés particular, es necesario haber
prestado servicios efectivos en cualquiera de las Administraciones Públicas durante los cinco
años inmediatamente anteriores. Una vez declarada, no puede solicitarse el reingreso hasta
transcurridos dos años.

La Ley de Medidas Fiscales, Administrativas y de Orden Social que acompañó a la de


Presupuestos Generales del Estado para 1997, ha introducido una importante modificación en
la regulación de esta situación administrativa, eliminando una de sus características más
significativas: el establecimiento de un plazo máximo de permanencia en la misma,
transcurrido el cual, sin que se solicitara el reingreso, se producía la pérdida de la condición
de funcionario.

En consecuencia, en nuestro régimen de situaciones administrativas, la de excedencia


voluntaria por interés particular aparece como un derecho concedido al funcionario,

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condicionado al cumplimiento de una serie de requisitos – tanto para su declaración, como
para el reingreso -, supeditado siempre a la buena marcha del servicio.

Sin embargo, esta situación tiene otra vertiente, derivada del incumplimiento de los plazos
impuestos para solicitar el reingreso al servicio activo, una vez desaparecidas las causas que
determinaron el pase del funcionario a otras situaciones administrativas.

Así, el Reglamento de Situaciones Administrativas de los Funcionarios civiles de la


Administración General del Estado, aprobado por Real Decreto 365/1995, de 10 de marzo,
prevé el pase a esta situación si no se solicita el reingreso, procedente de las situaciones de
servicios especiales, excedencia forzosa, excedencia para el cuidado de los hijos y suspensión
de funciones.

Asimismo, respecto a la excedencia voluntaria por prestar servicios en el sector público,


señala en su artículo 15.3 que los “funcionarios podrán permanecer en esta situación en
tanto se mantenga la relación de servicios que dio origen a la misma. Una vez producido el
cese en ella, deberá solicitar el reingreso al servicio activo, en el plazo máximo de un mes,
declarándoseles de no hacerlo en situación de excedencia por interés particular (…)”.

En estos supuestos, la Administración pretende garantizar la reincorporación del funcionario


al servicio activo sometiéndole a la obligación de solicitar el reingreso en un determinado
plazo, que, caso de incumplirse, desencadena como consecuencia la imposibilidad de hacerlo
hasta que transcurra el plazo mínimo de permanencia en la situación de excedencia
voluntaria.

3) Excedencia voluntaria por agrupación familiar (artículo 29.3.d) de la Ley 30/1984).

Tiene una duración mínima de dos años y máxima de quince. Se concede a los funcionarios
cuyo cónyuge resida en otro municipio por haber obtenido y estar desempeñando un puesto
de trabajo de carácter definitivo como funcionario o laboral.

Se establece, por tanto, como requisito la condición del cónyuge de funcionario o laboral en
cualquier Administración Pública, Organismo Autónomo o Entidad Gestora de la Seguridad
Social, así como en Órganos constitucionales o del Poder Judicial.

4) Excedencia voluntaria incentivada. (artículo 29.7 de la Ley 30/1984).

Los funcionarios afectados por un proceso de reasignación de efectivos podrán solicitar unas
veces, y tendrán derecho a pasar otras a esta situación por un plazo no superior a cinco años,
y a la percepción de una mensualidad de las retribuciones de carácter periódico, excluidas
pagas extraordinarias y el complemento de productividad devengados en el último puesto
desempeñado por cada año completo de servicios efectivos con un máximo de doce
mensualidades.

Corresponde a la Secretaría General para la Administración Pública acordar la declaración de


esta situación de excedencia voluntaria incentivada.

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Si no se solicita el reingreso al servicio activo dentro del mes siguiente al de la finalización
del periodo de excedencia voluntaria incentivada (cuya duración, como ya se ha señalado no
puede superar los cinco años), el Departamento ministerial al que esté adscrito el Cuerpo o
Escala del funcionario en excedencia voluntaria incentivada le declarará en situación de
excedencia voluntaria por interés particular.

Reglas generales de aplicación a las situaciones de excedencia voluntaria:

1º.- Los funcionarios en situación de excedencia voluntaria no tienen reserva de plaza y no


devengan retribuciones.

2º.- El tiempo de permanencia en excedencia voluntaria no es computable a efectos de


promoción, antigüedad y derechos pasivos, salvo lo señalado para la excedencia por prestar
servicios en organismos o entidades del sector público.

f) Excedencia por cuidado de familiares

Se encuentra regulada en el apartado 4 del artículo 29 de la Ley 30/1984, cuya redacción se modificó
por la Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral
de las personas trabajadoras. Sobre él inciden, asimismo, distintas medidas contempladas por el
reciente Plan integral para la conciliación de la vida personal y laboral en la Administración (Plan
CONCILIA), que prevé un acercamiento de las dos figuras previstas en la Ley 30/1984.

1)La excedencia para el cuidado de hijos: De una parte, se prevé la excedencia para el
cuidado de hijos. Se concede por un período no superior a tres años, al único objeto de
atender al cuidado de cada hijo, tanto de naturaleza como de adopción. Es un derecho
individual del funcionario, pero cuando el padre y la madre trabajen, si ambos son
funcionarios, la Administración podrá limitar su ejercicio simultáneo por razones justificadas
relacionadas con el funcionamiento de los servicios.

La excedencia podrá solicitarse en cualquier momento posterior a la fecha del nacimiento o


resolución judicial de adopción, teniendo en todo caso una duración máxima de tres años
desde el nacimiento.

Una vez solicitada la excedencia, la Ley 30/1984 establece que se tendrá reserva del puesto
de trabajo durante el primer año, si bien el Plan CONCILIA prevé la ampliación de esta
reserva a los dos primeros años; transcurrido este período, dicha reserva lo será de un puesto
en la misma localidad y de igual nivel y retribución.

En todo caso, implica el cómputo del tiempo a efectos de trienios, derechos pasivos y
consolidación del grado personal y solicitud de excedencia voluntaria por interés particular.

2)La excedencia por cuidado de familiares: De manera complementaria, se prevé en el


artículo 29 de la Ley 30/1984 la posibilidad de excedencia por un período no superior a un
año, si bien el Plan CONCILIA contempla su ampliación por un período de hasta tres años.
Se concede a los funcionarios para atender al cuidado de un familiar que se encuentre a su
cargo, hasta el segundo grado inclusive de consanguinidad o afinidad, que, por razones de
edad, accidente, enfermedad o discapacidad, no pueda valerse por si mismo y no desempeñe

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actividad retribuida. (La mención a la discapacidad se ha introducido por la Ley 51/2003, de
2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de
las personas con discapacidad). El período de excedencia será único por cada sujeto causante.

También en este caso el Plan Concilia prevé un período de dos años de reserva de puesto de
trabajo, garantizándose el tercero el mismo sueldo y nivel en la misma localidad.

g) Expectativa de destino (artículo 29.5 de la Ley 30/1984)

Esta situación está prevista para aquellos funcionarios afectados por un proceso de reasignación de
efectivos como consecuencia de un Plan de Empleo. Su regulación se contiene en el artículo 29.5 de
la Ley de Medidas para la Reforma de la Función Pública y en el Capítulo V del Reglamento de
Situaciones Administrativas.

Los funcionarios en situación de expectativa de destino tienen derecho a la percepción de las


retribuciones básicas, complemento de destino del grado personal que les corresponda y el 50% del
complemento específico del puesto que desempeñaran al pasar a dicha situación.

El período máximo de duración de esta situación administrativa será de un año, transcurrido el cual
se pasará a la situación de excedencia forzosa.

Asimismo, pasarán a excedencia forzosa si incumplen alguna de las siguientes obligaciones:


• Aceptar los destinos en puestos de características similares a los que desempeñaban que
se les ofrezcan en la provincia donde estaban destinados.
• A participar en los concursos para la provisión de puestos de trabajo adecuados a su
Cuerpo o Escala que les sea notificados, situados en dichas provincias de destino.
• A participar en los cursos de capacitación a los que se les convoque.

Corresponde a la Secretaría General para la Administración Pública efectuar la declaración y cese en


esta situación administrativa. También corresponde a esta Secretaría General la gestión del personal
afectado por la situación de expectativa de destino.

h) Suspensión de funciones

Está regulada en los artículos 47 al 50 de la Ley Articulada de Funcionarios Civiles de 1964, en el


Capítulo IX del Reglamento de Situaciones Administrativas y en los artículos 16, 24 y 33 del
Reglamento de Régimen Disciplinario de los Funcionarios de la Administración del Estado,
aprobado por Real Decreto 33/1986, de 10 de enero. Hay dos clases de suspensión de funciones:

1) La suspensión provisional.
La suspensión provisional puede acordarse preventivamente por resolución judicial o administrativa
durante la tramitación de un procedimiento judicial o disciplinario.

Cuando es consecuencia de un expediente disciplinario no puede exceder de seis meses, salvo si el


procedimiento se paraliza por causa imputable al funcionario afectado.

El suspenso provisional sólo tiene derecho a percibir el 75% de su sueldo, trienios y pagas
extraordinarias y la totalidad de la ayuda familiar.

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La suspensión provisional, si no es declarada firme con posterioridad, no implica la pérdida del
puesto de trabajo, y el tiempo de duración de la misma se computará como de servicio activo, con
reconocimiento de los derechos económicos y demás que procedan desde la fecha de efectos de la
suspensión.

2) La suspensión firme.
La suspensión tiene el carácter de firme cuando se impone en virtud de condena criminal o de
sanción disciplinaria. La condena y la sanción determinarán la pérdida del puesto de trabajo, excepto
cuando la suspensión firme no exceda de seis meses.

La suspensión firme por sanción disciplinaria no puede exceder de seis años, siendo de abono al
efecto el período de permanencia en la situación de suspenso provisional.

El funcionario que haya perdido su puesto de trabajo como consecuencia de condena o sanción
disciplinaria deberá solicitar el reingreso al servicio activo con un mes de antelación a la finalización
del período de duración de la suspensión. Dicho reingreso tendrá efectos económicos y
administrativos desde la fecha de la extinción de la responsabilidad penal o disciplinaria.

i) Excedencia por razón de violencia sobre la mujer funcionaria

Esta figura la ha creado la Disposición Adicional Novena de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de


diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que añade al artículo
29 de la Ley 30/1984, de 2 de agosto, un apartado 8.

De acuerdo con este nuevo precepto las funcionarias públicas víctimas de violencia de género, para
hacer efectiva su protección o su derecho a la asistencia social integral, tendrán derecho a solicitar la
situación de excedencia sin necesidad de haber prestado un tiempo mínimo de servicios previos y sin
que resulte de aplicación ningún plazo de permanencia en la misma. Durante los seis primeros meses
tendrán derecho a la reserva del puesto de trabajo que desempeñaran, siendo computable dicho
período a efectos de ascensos, trienios y derechos pasivos.

Esto no obstante, cuando de las actuaciones de tutela judicial resultase que la efectividad del derecho
de protección de la víctima lo exigiere, se podrá prorrogar por períodos de tres meses, con un
máximo de dieciocho, el período en el que, de acuerdo con el párrafo anterior, se tendrá derecho a la
reserva del puesto de trabajo, con idénticos efectos a los señalados en dicho párrafo.

La acreditación de las circunstancias que dan lugar al reconocimiento de este derecho (así como
otros derivados de las situaciones de violencia de género ejercida sobre las funcionarias) se realizará
en los términos expresados en el artículo 23 de la Ley Orgánica 1/2004 mencionada. En este sentido,
se acreditará con la orden de protección a favor de la víctima. Excepcionalmente, será título de
acreditación de esta situación, el informe del Ministerio Fiscal que indique la existencia de indicios
de que la demandante es víctima de violencia de género hasta tanto se dicte la orden de protección.

El Plan Concilia recoge entre sus medidas, el fomento de la protección integral de las víctimas de la
violencia de género a través del reconocimiento de esta modalidad de excedencia que permite a las
funcionarias víctimas de violencia sobre la mujer acogerse a la asistencia social integrada. Para

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acceder a este tipo de excedencia, que el nuevo Plan Concilia configura sin límite de tiempo, no se
requiere haber trabajado en la Administración un tiempo previo mínimo.

2.2. El reingreso al servicio activo

El reingreso en el servicio activo es, a primera vista, un derecho del funcionario que se encuentra en
cualquiera de las situaciones administrativas distintas a las de servicio activo, que contempla el
ordenamiento jurídico.

Esta posibilidad de reingreso implica que el funcionario mantiene su relación jurídica con la
Administración, a pesar de no estar trabajando activamente en ella, pues se reingresa en el servicio
activo y no en la función pública, por lo que para gozar de tal derecho, no ha de haberse perdido la
condición de funcionario.

El artículo 29 bis de la Ley de Medidas, así como el 62 del Reglamento de Ingreso y Provisión
regula esta figura sin hacer distinciones en atención a la situación administrativa de procedencia,
estableciendo las siguientes reglas para el reingreso al servicio activo:

• El reingreso al servicio activo de los funcionarios que no tengan reserva de plaza y destino, se
efectuará mediante su participación en las convocatorias de concursos o de libre designación
para la provisión de puestos de trabajo.

• Para los funcionarios en situación de expectativa de destino o en la modalidad de excedencia


forzosa a que se refiere el artículo 29.6 de la Ley de Medidas para la Reforma de la Función
Pública, el reingreso al servicio activo se efectuará por reasignación de efectivos.

• Asimismo, los reingresos podrán efectuarse por adscripción a un puesto con carácter provisional,
condicionado a las necesidades del servicio de acuerdo con los criterios que establezca el
Ministerio para las Administraciones Públicas, y siempre que se reúnan los requisitos para el
desempeño del puesto.

En este sentido, por Resolución de la Secretaría de Estado para la Administración Pública y de la


Secretaría de Estado de Hacienda de 15 de febrero de 1996, se dictan las reglas aplicables a
determinados procedimientos en materia de reingreso al servicio activo y de asignación de puestos
de trabajo.

El procedimiento que se establece deslinda claramente el acuerdo de reingreso al servicio activo del
funcionario y la asignación de puesto de trabajo, momentos administrativos que no necesariamente
han de coincidir en el tiempo, si bien debe transcurrir un plazo de lo más corto posible entre el
segundo y el primero.

La Resolución de 1996 fija un conjunto de criterios relativos al reingreso al servicio activo desde
situaciones que no conllevan el derecho a la reserva de puesto de trabajo, así como instrucciones de
reingreso al servicio activo desde situaciones que conllevan el derecho a reserva de puesto de
trabajo.

En el primer caso, se trataría de funcionarios procedentes de situaciones administrativas sin reserva


de puesto de trabajo:

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- Suspensión de funciones (superior a seis meses).
- Excedencia voluntaria por prestación de servicios en el sector público.
- Excedencia voluntaria por interés particular.
- Servicios especiales (sin reserva de puesto de trabajo).

En tales supuestos, la competencia para tramitar y resolver el procedimiento corresponde al


Departamento ministerial al que está adscrito el Cuerpo o Escala de pertenencia del funcionario.

El reingreso al servicio activo desde situaciones que no conllevan la reserva de puesto de trabajo se
realiza de acuerdo con las necesidades del servicio, condicionado a la existencia de vacante
adecuada y dotada presupuestariamente, tras realizar una búsqueda de vacante adecuada entre los
distintos Departamentos y sus Organismos.

En el segundo caso, esto es, reingreso al servicio activo desde situaciones que conllevan la reserva
de puesto de trabajo, los supuestos de partida son los relativos a los excedentes por cuidado de
familiares y a los funcionarios en situación de servicios especiales con reserva de puesto. La
competencia para la tramitación y resolución del correspondiente reingreso al servicio activo está
atribuida al Departamento en que el funcionario tuviera reservado el puesto de trabajo.

En todo caso, el puesto asignado con carácter provisional se convocará para su provisión definitiva
en el plazo máximo de un año, y el funcionario reingresado con destino provisional tendrá
obligación de participar en la convocatoria.

2.3. Cambio de situación administrativa

Según se establece en el artículo 23 del Reglamento de Situaciones Administrativas de los


Funcionarios Civiles de la Administración General del Estado, los cambios de situaciones
administrativas deberán ser siempre comunicados al Registro Central de Personal y podrán tener
lugar, siempre que se reúnan los requisitos exigidos en cada caso, sin necesidad del reingreso previo
al servicio activo.

Respecto a aquellos supuestos en que la nueva situación conlleve el derecho a la reserva de un


puesto de trabajo, los funcionarios podrán participar en convocatorias de concurso para la provisión
de puestos de trabajo, permaneciendo en la situación que corresponda, y reservándoseles un puesto
de igual nivel y similares retribuciones a las del puesto obtenido, en el mismo Ministerio y
municipio.

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