LAS AGUAS DE DESTRUCCIÓN Y LA VIÑA DE REDENCIÓN
Tal como se registra en el evangelio de Juan, el bién serán consideradas brevemente para demostrar
primer milagro público hecho por Jesús, fue la
transmutación de agua en vi no en una fiesta de bo-
das en Caná (Juan 2:1-11). El Señor no hacía mila-
gros por capricho. El acto de producir vino del agua
debe haber tenido por consiguiente un propósito
mucho más allá de el de proveer para el entreteni-
miento temporal de aquellos que asistían a las fies-
tas del matrimonio. De acuerdo a Juan, el milagro
"manifestó su gloria" e hizo que sus discípulos "cre-
yeren en él" (Juan 2 :11 ) .
Puede apreciarse mejor el significado de este
milagro si se reconoce
el simbolismo único del
agua y vino en la Teo-
logía del Antiguo Tes-
tamento. El agua apare-
ce en las antiguas escri-
turas como un poderoso
símbolo de la muerte
universal, particular-
mente aquella que re-
sulta por desobediencia
a Dios. La destrucción
de la tierra por un dilu-
vio de agua es un ejem-
plo importante de ésta
tradición y figura pro-
minentemente en los
escritos de las más an-
tiguas culturas del viejo
mundo. En contraste, el
vino representaba la
misericordia divina o expiación, un medio por el
cual el pecado y el pesar podrían ser olvidados. A la
luz del significado del agua y el vino en la escritura
antigua, la importancia del milagro en Caná como el
evento inaugurador del ministerio del Salvador,
-lega a ser evidente. La transmutación del agua en
vino presagiaba la obra del Señor en vencer la muer-
te y proveer los medios por los cuales la humanidad
podría ser redimida. Este artículo considerará la na-
turaleza simbólica del agua y el vino en el Antiguo
Testamento, El Talmud, los escritos del Mar Muer-
to, Textos Seudopigráficos, y los tempranos escritos
cristianos así como la revelación moderna. Antiguas
escrituras fuera de la tradición Judeo-cristiana tam-
la extensa prevalencia de estos elementos simbóli-
cos en el Viejo Mundo.
Dentro de la tradición del Antiguo Testamento,
el pronunciamiento más universal de Juicio Divino
que haya sido dado sobre el mundo fue el Gran Di-
luvio en los días de No!. Este juicio fue decretado
por Dios debido a que "toda carne había corrompido
su camino sobre la tierra" (Génesis 6:12). La des-
trucción iba a ser total, "desde el hombre hasta las
aves del cielo" (Génesis 6:7), de tal manera que la
tierra pudiera ser limpiada de
toda corrupción.
Antiguos estudiosos rabíni-
cos enfatizaron que aunque
Dios había dado a la humani-
dad amplia oportunidad para
arrepentirse y así salvarse ellos
mismos, la justicia divina esta-
ba repartida hasta la última
medida cuando las aguas del
diluvio finalmente llegaron .
Tradicionalmente se cree
que Noé esperó hasta que las
aguas llegaron a sus tobillos
antes de entrar al Arca, espe-
rando que Dios mostrara mise-
ricordia para con el mundo,
más no hubo lugar para tal. Las
aguas proféticas en el Antiguo
Testamento frecuentemente
simbolizan la muerte. La Sal-
vación es descrita entonces como ser "sacado de las
muchas aguas.
La revelación moderna continúa enfatizando la
potencial naturaleza destructiva del agua para aque-
llos que no son fieles. En una revelación dada a José
Smith, el Señor declaró: "He aquí, hay muchos peli-
gros sobre las aguas, y especialmente desde ahora en
adelante; porque yo, el Señor, he decretado en mi ira
muchas destrucciones sobre las aguas ... No obstan-
te, toda carne está en mi mano, y el que de entre vo-
sotros sea fiel, no perecerá por agua". (D y C:
61:4-6).
 Cuando las aguas del Diluvio comenzaron a re-
tornar a su nivel y toda carne habla sido ya destrui-
da, un arco iris apareció en los cielos como una se-
ñal de que jamas Dios volverla de nuevo a destruir
la humanidad por medio de un Diluvio. Inmediata-
mente después de la aparición de esta señal, Noé
plantó una viña. Del fruto de esta viña, Noé hizo
vino y cayó en un estupor de embriaguez debido a
sus efectos. (Génesis 9:20-21).
El relato del Génesis de la embriaguez de Noé
ha grandemente empañado la reputación del gran
Profeta. La mayoría de los estudiosos rabínicos es-
tán confundidos para explicar por qué Noé se habría
comportado de tal forma: Noé se volvió profano, se
degradó a si mismo. E! debería haber plantado cual-
quier cosa menos la viña, la cual es la fuente de tan-
to pecado y crimen entre los hijos de los hombres".
Algunos estudiosos han argumentado que, ya que
Noé es tradicionalmente el primer hombre en culti-
var una viña, él podría no haber sabido de sus in-
toxicantes efectos y por consiguiente no podría ser
reprochado por su embriaguez. Ciertamente el inci-
dente , tal como se describe en la versión existente
del Antiguo Testamento, no parece estar en armonía
con e! carácter noble de Noé. En cualquier otra parte
de Génesis, Noé es descrito como "un varón justo y
perfecto en sus generaciones" que rcamin6 con
Dios". ( Génesis 6:9). Pedro lo describió como un
"predicador (o pregonero) de justicia" (20Pedro
2:5). Por medio de la revelación moderna, sabemos
que fue bautizado en el nombre de Jesucristo1, que
enseño el mismo evangelio eterno que el Salvador
enseñó2, Y que recibió el Sacerdocio de Melquise-
dec a la inusual edad de diez años por las manos de
Matusalén (D y C 107:52). Este el mismo Noé que
aparece en las escrituras como e! Angel Gabriel,
siendo el segundo en autoridad después de Miguel
en la jerarquía del Sacerdocio de los cielos.
¿Porqué un profeta de la estatura de Noé plan-
tarla la viña y prepararla vino después del Diluvio?.
Porque el vino representaba un símbolo de reden-
ción, una señal de reconciliación con Dios. De
1
Versión inspirada del Profeta José Smith de
Génesis 8:11(VIJS)
2
Enseñanzas del Profeta José Smith página 264.
Véase también la VIJS 8 : 4 7 .
acuerdo a la antigua tradición Judía, el vino produ-
cido por Noé era primeramente usado como un
holocausto al Señor de manera que el "pudiera por
ese medio buscar la expiación para si mismos y sus
hijos,. Por mandamiento divino, vino fue también
ofrecido por Aarón y sus hijos como expiación por
los pecados de los Israelitas. Bajo la ley de Moisés,
este ritual continuó siendo llevado a cabo periódica
mente. (Éxodo 29:40; Levítico 23:13; Números
15:5,7 y 10;28:7,14).
El efecto simbólico del vino es para restaurar la
buena voluntad entre Dios y él hombre. En profecía
antigua, el Señor a me nudo prometía la dádiva del
vino como un signo de reconciliación y perdón. El
profeta Joel profetizó "y conoceréis que yo soy Je-
hová vuestro Dios, que habito en Sión, mi santo
nombre; y Jerusalén será santa, y extraños no pasa-
rán más por ella. Sucederá en aquel tiempo que los
montes destilarán mosto 3 ... y limpiaré la sangre de
los que no habla limpiado; y Jehová morara en
Sión". (Joel 3:17-18, 21; véase también Joel 2:19 y
24; Miqueas 2:11; Zacarías 8:12;9:17). Isaías igua-
laba la misericordia de Dios con vino, el cual es da-
do "sin precio" (Isaías 55:1). Salomón escribió que
para aquellos cuyas obras eran aceptadas por Dios,
el vino debía beberse con un corazón alegre (Ecle-
siastés 9:7). E1 vino de cierto era creado por Dios
para alegrar el corazón del hombre (Salmos 104:15).
Josefo escribió que "Dios concede como una dádiva
el fruto del vino a los hombres para siempre, cual
vino que es vertido ante él y es la promesa de fideli-
dad y mutua confianza entre los hombres, y pone fin
a sus disputas, quita la pasión y el dolor de las men-
tes de aquellos que lo usan, y los hace alegres". La
parábola de Jotam acerca de los árboles en Jueces 9
enfatiza que el vino da gozo a Dios así como al
hombre. (Jueces 9:11-13).
3
Mosto: Jugo de Uva antes de ser fermentado.
(N. del T.)
 Antiguamente, aquellos que están sometidos a1
proceso de arrepentimiento o duelo (lamentación),
se les prohibía beber vino a menos que olvidaran su
pecado o aflicción antes que fuera resuelto. En el
testamento de Rubén, el primogénito de Jacob, narra
que se abstuvo de vino durante su tiempo de peni-
tencia: "con determinación del alma, por siete años
me arrepentí ante el Señor: no bebí vino ni licor ...
antes, yo estaba llorando mi pecado, ya que este era
tan grande". Por
tradición, todos
los hermanos de
José se abstuvie-
ron de vino des-
pués que lo ven-
dieron como es-
clavo debido a
su arrepenti-
miento por el
mal que hablan
hecho. Su absti-
nencia del vino
se terminó 22
años mas tarde
cuando se re-
unieron con José
en Egipto. José se había abstenido de vino durante
este tiempo también debido al dolor por su padre.
Los Nazarenos tomaban un solemne voto de
abstenerse de vi no, uvas, y cualquier producto de la
vid, para así estar en constan te recuerdo del voto
efectuado 4. Acerca del término del voto, el Nazare-
no era llevado a la puerta del tabernáculo para ofre-
cer un holocausto, una ofrenda por el pecado y una
ofrenda de paz, simbólico de su reconciliación con
Dios 5. A continuación de esto, el estaba entonces
liberado de su voto y podía nuevamente participar
del fruto de la vid.
Escritores del temprano periodo cristiano que
estaban familiarizados con la antigua tradición Judía
reconocían la vid de Noé como símbolo de reden-
ción. En el Apocalipsis Griego de Baruc, el fruto de
la vid plantada por Noé era igualado con la sangra
expiatoria del. Salvador, por medio de la cual podía
ser perdonado de su pecado y prepararse para retor-
4 tiempo para endechar había terminado. Que este vi-
Números 6:3-4; Lucas 1:15;7:33.
5
Números 6:13-21.
nar a Dios: "Cuando Dios hubo causado que el Di-
luvio inundara la tierra y destruyera toda carne..., el
agua entro al paraíso y mato toda flor, pero removió
la rama de la parra completamente y la sacó fuera. Y
cuando las aguas descubrieron la tierra, el comenzó
a plantar (algunas) de las plantas descubiertas. E1
también halló la rama, y tomándola, reflexionó en su
mente lo que esto sería ...
"Y Dios
envió al An-
gel Sarasael,
y le dijo (el
ángel), leván-
tate, Noé,
planta la ra-
ma, por cuan-
to el Señor
dice esto: "Su
amargura será
cambiada en
dulzura, y su
maldición
llegará a ser
una bendi-
ción, y su fru-
to llegará a
ser la sangre de Dios, y tal como la raza de los hom-
bres ha sido condenada a través de ella, así por me-
dio de Jesucristo Emmanuel en ella (ellos) recibirán
un llamamiento y entrada al paraíso".
Augustine también comparó la viña de Noé con
la expiación de Jesucristo, la cual trajo perdón a la
humanidad. El vino por con siguiente simbolizaba la
sangre expiatoria de Dios, dada para quitar el repro-
che del inicuo y causar el gozo del arrepentimiento.
En los días de Noé, la corrupción de la humani-
dad había en efecto quebrado el convenio con Dios
y toda carne estaba por con siguiente bajo condena-
ción. Después que la tierra fue violentamente lim-
piada por agua, el convenio fue renovado a través de
Noé con el arco iris, dado como una señal del favor
de Dios (Génesis 9:11-17).
Noé plantó la parra como un convenio de su re-
conciliación con Dios, para simbolizar que la co-
rrupción de la tierra había sido olvidada y que el
no haya sido bebido en exceso puede reflejar la te-
rrible tristeza que el viejo profeta sentía por aquellos honor del milagro que cambió las aguas del Diluvio
que habían sido destruidos. en vino. Todos los Egipcios bebían abundante mente
durante la fiesta, creyendo que la dulzura del vino y
Debido a la naturaleza universal del diluvio, no
su propia embriaguez ritualmente causaría que los
es sorprendente que un número de antiguas culturas
dioses olvidaran las fallas de los hombres e impidie-
registraran sus recuerdos del hecho, sin embargo
distorsionados. Epopeyas del diluvio a lo largo de ran que las aguas del Diluvio los destruyesen nue-
todo el mundo antiguo incluyen referencias en rela- vamente.
ción al vino como un símbolo de reconciliación con Es significativo que la primera plaga enviada
los cielos luego del diluvio. En Egipto, la asociación sobre Egipto en los días de Moisés fue tornar las
entre el vino y las aguas de destrucción del Diluvio aguas del Nilo en sangre, (Éxodo 7:16-25). Esta fue
era notablemente explícita. El más completo registro una señal terrorífica para los Egipcios, ya que inme-
existente del Gran Diluvio de los textos Egipcios se diatamente traía a sus mentes sus tradiciones en
encuentra en "El libro de la vaca Divina", porciones cuanto a la destrucción de la Tierra, implicando que
del cual eran comunes en la Literatura funeraria del ellos estaban de nuevo bajo la condenación de los
Nuevo Reino, incluyendo las tumbas de Tutanka- dioses. El agua sirvió como un medio por el cual la
mon, Seti primero, y Ramsés segundo. Tal como en arrogancia de los Egipcios fue finalmente castigada,
la tradición Israelita, este texto narra que en antiguos por cuanto Dios destruyó las fuerzas de Faraón en
tiempos la humanidad transgredió las leyes del cie- las profundidades del Mar Rojo cuando éstas perse-
lo. El Dios sol, Ra, por consiguiente ordenó que to- guían a los hijos de Israel, (Éxodo 14:26-28).
da carne fuese destruida por un Diluvio Universal. El Apóstol Pablo escribió a los Corintios que
El comisionó a su hija Hathor llevar el ojo sagrado sus ancestros Israelitas "todos pasaron el mar; y to-
del Cielo y con él bajar a la tierra y cubrirla de nue-
dos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el
vo con las aguas primitivas que la habían inundado
mar". (1 Corintios 10:1-2). Pablo re conoció que el
antes de la creación. La presencia de los Dioses reti-
paso de los Israelitas a través del Mar Rojo fue una
rada de los hombres, los cielos obscurecidos, y el
forma de bautismo, lavando todo aquello que estaba
ojo lloroso de Ra destruyó la humanidad con un te-
impuro, así como los Egipcios fueron arrastrados a
rrible Diluvio .Los truenos y relámpagos de los cie-
sus profundidades. A1 descender por debajo de las
los obscurecidos se combinaron con las aguas del
aguas, los Israelitas confiaron en la misericordia de
Diluvio para destruirlo todo. Los vengativos Dioses
Dios para salvarlos de lo que de otra manera les
pisotearon los cuerpos de los inicuos hasta que su
habría causado una segunda muerte.
sangre se mezcló con las aguas que cubrían la tierra,
volviéndola roja. Viendo que la destrucción de la Habiendo sobrevivido a las aguas del Mar Rojo,
humanidad estaba casi completada, Ra decidió sal- se les prometió a los Israelitas una tierra fructífera
var un remanente. El por lo tanto ordenó que vino donde iban a morar como el pueblo de Dios. E1 fru-
rojo fuese preparado de las aguas sangrientas del to de la vid de nuevo figura prominentemente en el
diluvio y fuese dado a la diosa para calmar su sed de relato de su llegada a la Tierra Prometida. Cuando
destrucción. Siete vasijas de embriagante rojo fue- los espías fueron primeramente enviados a Canaán
ron así preparadas: "Cuando la Diosa
vino en la mañana ella las encontró re-
pletas, y su mirar se complació en ello.
Ella bebió y ello agrado a su corazón.
Ella se regresó embriagada sin haber
percibido a la humanidad".
La crecida anual del Nilo en Egipto
era considerada como una recapitula-
ción del gran Diluvio al comienzo de
los tiempos. La fiesta conmemoradora
de la inundación del Nilo era llamada la
fiesta de intoxicación (embriaguez) en
ellos trajeron de regreso un sarmiento con un racimo
de uvas que eran tan grandes en tamaño que requirió
dos hombres para transportarlo (Números 13:
20-24). Las uvas eran una señal del favor de Dios y
la promesa de redención luego de sus muchas prue-
bas en el desierto de Sinaí.
Es significativo observar que, como parte de la
comida Pascual, varias copas de vino eran bebidas
para simbolizar el triunfo espiritual de los Israelitas
que continuaban sufriendo en Egipto. Como el vino
es bendecido, los Salmos desde el 113 hasta el 118
son leídos como himnos de acción de gracias por su
liberación de la muerte. El Salmo 116 enfatiza en
particular esta redención:
"Me rodearon ligaduras de muerte, me encontra-
ron las angustias del Seol; angustia y dolor había yo
hallado. Entonces invoqué el nombre de Jehová, di-
ciendo: Oh Jehová, libra ahora mi alma ... Vuelve,
oh alma mía, a tu reposo, porque Jehová te ha hecho
bien. Pues tu has librado mi alma de la muerte, mis
ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar", (Salmo
116:3-4,7-8).
Modernas familias Judías al celebrar la Pascua
unidamente alzan una copa de vino y recitan las pa-
labras: "Cantaremos entonces una nueva canción de
alabanza de nuestras almas. Bendito seas tu, Has-
hem (Señor), Quien ha salvado a Israel. Bendito
seas tu, Hashem (Señor) Nuestro Dios, Rey del Uni-
verso, Quien crea el fruto de la vid".
La leyenda Judía relata que las aguas del Dilu-
vio eran también un medio de castigo para los ini-
cuos en Israel. El Zohar narra que cuando los Israe-
litas adoraron un becerro de oro en el desierto, los
océanos amenazaron con levantarse e inundar la
Tierra de nuevo. Las aguas fueron finalmente apaci-
guadas cuando Moisés expulsó a aquellos que
hablan cometido idolatría, junto con el becerro
hecho polvo, a las profundidades del mar. Luego
Moisés vertió una gran cantidad de agua sobre el
lugar de la idolatría para inundarlo. Aquellos que
subsecuentemente bebieron de aquella agua trajeron
una maldición sobre ellos mismos. En contraste,
Dios proveyó un milagroso pozo para sostener a los
Israelitas en el desierto, un pozo que producía agua
que sabia como dulce vino.
Otro ejemplo del uso del vino como un símbolo
de reconciliación es la profecía de la fiesta de vino
que se llevará a cabo después de la destrucción del
inicuo. Este gran banquete del Se ñor era un motivo
común en la literatura Mesiánica, simbolizando _ el
triunfo final sobre las fuerzas de la muerte y la mal-
dad. En Joel 3, la furia de Dios en los últimos días
era vista al dejar las naciones de Egipto y Edom de-
soladas, mientras las tierras desoladas de Judá llega-
rían a ser una vez más fructífera. El versículo 18 de-
clara que las montañas destilarán vino nuevo "cuan-
do el Señor venga de nuevo a morar en Sión". Amós
también declaró que en aquel día "los montes desti-
larán mosto", (Amós 9:13).
Isaías profetizó que después de la destrucción
del malva do, una fiesta de vendimia será dada por
el Señor como una señal de su victoria sobre la
muerte: "Jehová de los Ejércitos hará en este monte
a todos los pueblos banquete de manjares suculen-
tos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuéta-
nos y de vinos purificados", (Isaías 25:6).
El Rollo de la Regla, uno de los textos del Mar
Muerto de la comunidad Q-mran, describe un ban-
quete Mesiánico en el cual los electos beberán vino
como comunidad con el Mesías y su Sumo Sacerdo-
te.
La tradición posterior embellecía grandemente
el registro de este banquete. El Apocalipsis Siriaco
de Baruc relata que cuando el Mesías sea revelado,
las uvas crecerán en un grado milagroso: "La tierra
también rendirá frutas diez mil veces. Y cada parra
producirá mil ramas, y una rama producirá mil ra-
cimos, y un racimo producirá mil uvas, y una uva
producirá un coro 6 de vino. Y aquellos que están
hambrientos serán felices y además, verán maravi-
llas cada día.
El Pirque Mashiah profetiza que cuando el Me-
sías venga, ríos de vino emanarán del Santo de San-
tos en la Casa del Señor, impidiendo al ángel de la
muerte cruzarlo para afligir al Pueblo de Dios.
Antes de su muerte, Jesús se refirió a este gran
banquete Mesiánico cuando declaró que no beberla
del fruto de la vid hasta que lo haga con sus electos
en el Reino de Dios, (Mateo 26:29; Marcos 14:25;
Lucas 22:15-18).
6
Coro: Antigua medida usada para sólidos y
fluidos equivalente a 10 baros lo cual corresponde a
370 litros (N. del T.)
 Doctrina y Convenios 27 también describe este
banquete , dada a José Smith mientras el procuraba
vino para la Santa Cena en Agosto de 1830: "La
hora viene cuando beberé del fruto de la vid con vo-
sotros en la tierra, y con Moroni .... y también con
Ellas, a quien he dado las llaves de llevar a cabo la
restauración de todas las cosas concernientes a los
últimos días, que se han declarado por boca de todos
los Santos Profetas desde el principio del mundo",
(D y C 27:5-6). El pasaje continúa con una lista de
los mayores Profetas de las dispensaciones pasadas
que se reunirían para participar del banquete del Se-
ñor.
La estrecha asociación de aguas destructivas y
el vino de reconciliación también se halla en la An-
tigua Mesopotamia. De acuerdo con la Epopeya de
Gilgamesh, el hombre elegido para escapar del Gran
Diluvio fue Utnapishtim, quien construyó un bote
especial y lo cargó con animales para salvarlos de la
destrucción. Luego de desembarcar en tierra sólida,
Utnapishtim inmediatamente ofreció un sacrificio y
vertió una libación de vino para aplacar a los dioses
y detener su ira.
El festival del Nuevo Año en Babilonia conme-
moraba el fin del Diluvio y la renovación de la vida.
Como parte de este festival, un bote en forma de
media Luna, imitando aquel que escapó del Gran
Diluvio, era construido y con animales de sacrificio.
En el quinto día del festival, una oveja era sacrifica-
da y arrojada a las aguas para que éstas quitaran las
impurezas del Pueblo. Este ritual recapitulaba la
limpieza de la Tierra por medio del Diluvio. En la
culminación del festival, una fiesta matrimonial era
llevada a cabo con el rey, desempeñando el papel
del Novio. Esta era primeramente una fiesta de vino,
y muchas libaciones 7 de nuevo vino eran vestidas
como ofrenda a los dioses para vencer las fuerzas de
la muerte y para estimular la fertilidad de las cose-
chas.
Los antiguos Griegos llamaron al sobreviviente
del Gran Diluvio Deucalión. De acuerdo con Pindos,
el festival de Deucalión era celebrado con grandes
cantidades de vino mientras la gente can taba can-
7
Libación: Antigua ceremonia religiosa pagana,
consistente en probar el vino de un vaso y luego de-
rramarlo.
ciones de la destrucción del mundo por grandes
tormentas que cubrieron la tierra con aguas negras.
El nombre de Deucalión mismo viene de la raíz
deucos y halieus, que significa "marinero de vino
nuevo".
El Dios Griego del vino era Dionisio. En la tra-
dición Dionisiana el agua también era un símbolo de
muerte, mientras que el vino era el instrumento de
nueva vida. Poco después del nacimiento, el infante
Dionisio fue descuartizado y sumergido en agua hir-
viente. El milagrosamente renació en inmortalidad
gracias a una parra sagrado. A través del vino de
Dionisio el hombre puede reconciliarse con los dio-
ses. "El (Dionisio) inventó la bebida extraída de la
uva y la introdujo a los mortales. Cuando ellos se
satisfacen de beberla, está detiene su dolor. Les da
sueño y el olvido de las diarias tristezas. No hay otra
medicina para un problema. Las libaciones que de-
rramamos son dios mismo haciendo la paz nuestra
con los dioses, de manera que por medio de él la
humanidad puede tener bendiciones.
El agua como símbolo de destrucción y el vino
como símbolo de redención han sido vistos como
los molivas comunes en los escritos del Antiguo
Testamento así como en las tradiciones de las mayo-
res culturas antiguas fuera de la tradición Israelita.
El reconocimiento del significado simbólico del
agua y el vino en el antiguo mundo pone el escena-
rio para un adecuado entendimiento de estos ele-
mentos en la cultura Judía al tiempo de Cristo. Las
ordenan zas del bautismo y el vino sacramental re-
flejan esta antigua tradición y es sabido que fueron
practicadas por los habitantes Judíos de Qumran jus-
to antes del advenimiento del Salvador. El tema en-
cuentra su máxima expresión en el ministerio de Je-
sucristo. La institución del bautismo Cristiano por
inmersión en agua seguida por un sacramento de
vino, servia como señales de la purgación del peca-
do y la promesa de redención.
El apóstol Pedro asemejó el bautismo al Diluvio
y comparó el escape de Noé y su familia de la muer-
te a la resurrección de toda carne por medio de Jesu-
cristo:
"(El) (Jesucristo) también fue y predicó a los
espíritus encarcelados, los que en otro tiempo des-
obedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia
de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el
Arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fue-
ron salvadas por agua. El bautismo que corresponde
a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias
de la carne, sino como la aspiración de una buena
conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesu-
cristo", (1 Pedro 3:19-21).
El bautismo por agua estaba por consiguiente
igualado con la muerte, específicamente la destruc-
ción de la humanidad en los días de No!. Solamente
por medio de la muerte simbólica en una "inunda-
ción de agua, que el pecado puede ser lavado,
haciendo posible la redención del hombre en una
nueva vida en Cristo. Este era un tema favorito en
los escritos de Pablo: "¿O no sabéis que todos los
que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos
sido bautizados en su muerte?.
Porque somos sepultados juntamente con él para
muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo
resucitó de los muertos por la Gloria del Padre, así
nosotros andemos en vida nueva.
Porque si fuimos plantados juntamente con él en
la semejanza de su muerte, así también lo seremos
en la de su resurrección", (Romanos 6:3-5, véase
también Colosenses 2:12).
La revelación moderna también da énfasis a la
conexión entre las aguas del bautismo y la muerte.
"La ordenanza del bautismo por agua, el ser
sumergidos en ella a fin de que sea a semejanza de
los muertos, para que un principio concuerde con el
otro; el ser sumergidos en el agua y salir de ella es a
semejanza de la resurrección de los muertos que sa-
len de sus sepulcros... por consiguiente, se instituyo
la pila bautismal como una semejanza del sepulcro,
y se mandó colocar debajo del lugar donde los vivos
suelen congregar se", (D. y C. 128:12-13; véase
también D. y C. 76:51).
En memoria de los convenios hechos al bau-
tismo y como un símbolo de la promesa del Señor
de que estaría siempre con ellos, aquellos que eran
bautizados participaban de un sacramento de vino,
bendecido como un símbolo de la sangre expiatoria
del Salvador. Entre los primeros cristianos, el pan
sacramental y la copa de vino eran ofrecidos inme-
diatamente después del bautismo para simbolizar la
reconciliación del iniciado con Dios. A1 menos tan
temprano como el siglo dos, la Pascua de resurrec-
ción era pospuesta por el bautismo y la administra-
ción del sacramento, para así enfatizar la muerte y
resurrección espiritual del iniciado a semejanza de
Jesucristo. De acuerdo a Cirilo, quien fue Obispo de
Jerusalén en el siglo cuarto, los bautismos eran lle-
vados a cabo en un edificio especial con una pila de
agua. Esta ceremonia tomaba lugar en la noche para
simbolizar su asociación con la muerte. Habiendo
sido bautizado, el iniciado conducido a otro edificio,
llamado la "Iglesia de la Resurrección", en donde se
le era ofrecido el sacramento.
La mayoría de los primeros escritores cristianos
se referían al sacramento por medio de la palabra
Griega EUCARISTIA, racci6n de gracias". Esta pa-
labra ejemplifica la actitud de los primeros Santos
hacia el Sacramento como una expresión de gratitud
a Dios por su redención de la muerte espiritual. Ig-
natius se refiere al Sacramento como "la medicina
de la inmortalidad, y el supremo remedio por medio
del cual escapamos de la muerte y vivimos en Jesu-
cristo para siempre".
El simbolismo del vino como una señal de la di-
vina misericordia y perdón, fue usado por Jesús du-
rante su ministerio terrenal. El apóstol Juan en parti-
cular enfatizó esta asociación, como es evidente en
el capítulo 15 de su evangelio:
 "Yo
soy la vid
verdade-
ra, y mi
Padre es
e1 labra-
dor. Ya
vosotros
estáis
limpios
por la pa-
labra que
os he
hablado.
Yo soy la
vid, voso-
tros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en
él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí
nada podéis hacer", (Juan 15:1-3,5).
El poderoso símbolo de Dios como la vid, ofre-
ciendo salvación a aquellos que participan de la
misma, es muy antigua. Al explicar la visión del ár-
bol de la vida, el profeta Nefi igualó a Jehová con
una vid: "Y entonces, ¿No se regocijarán en aquel
día, y alabarán a su eterno Dios, su roca y su salva-
ción?. Sí, ¿No recibirán en aquel día la fuerza y nu-
trición de la verdadera vid?. Sí, ¿No vendrán al ver-
dadero rebaño de Dios?. (1 Nefi 15:15).
En la versión septuaquinta de Salmos 80:14-16,
el sufrimiento del prometido Mesías era comparado
a la destrucción de la viña plantada por Dios: "Cui-
dad esta viña y (proteged) la planta que plantó tu
diestra, el hijo del hombre a quien tu mismo fortale-
ciste, porque la han quemado y derribado".
Los primeros cristianos interpretaban la famosa
profecía mesiánica de Isaías concerniente al "Tronco
de Isaí" o el "vástago" (Isaías 11:1) como una repre-
sentación del Mesías como la vid verdadera. En el
Didache, los primeros apóstoles declararon: "Te
damos gracias, nuestro Padre, por la sagrada viña de
tu siervo David, la que nos has hecho conocer por
medio de tu siervo Jesús", .
La vid fue designada por Jesús como el símbolo
de su sangre expiatoria que es derramada por los
pecados del mundo: "Y tomando la copa, y habien-
do dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. Y
les dijo: Esto es mi sangre del Nuevo pacto, que por
muchos es derramada". (Marcos 14:23-24).
Habi
endo ins-
tituido el
sacra-
mento,
Jesús de-
claró que
no parti-
ciparía de
la vid
nueva-
mente
hasta que
el gran
sacrificio
es tuviese
completo y la reconciliación con Dios fuese posible
para la humanidad: "De cierto os digo que no beberé
más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo be-
ba nuevo en el reino de Dios" (Marcos 14:25; véase
también Mateo 26:29; Lucas 22:16-18). Al cumplir
su promesa, Jesús se negó a beber vino mezclado
con mirra, el cual le fui ofrecido para mitigar su su-
frimiento en la cruz (Marcos 15:23). El haber acep-
tado vino en la cruz habría representado la prematu-
ra reconciliación con Dios antes que el sacrificio
expiatorio fuese acabado.
El uso del vino como un sacramento en recuer-
do de la expiación fui también instituido por los
cristianos entre los antiguos habitantes del Nuevo
Mundo. Jesús mandó específicamente que esta or-
denanza siguiera al bautismo como un símbolo de la
presencia de Dios con su electo.(3 Nefi 18:1-11).
La revelación moderna al profeta José Smith
preservaba, el uso del vino en el Sacramento (D. y
C. 20:75-78; 27:3-4). La palabra de sabiduría permi-
te la ingestión de vino sólo en lo relativo a esta sa-
grada ordenanza (D. y C. 89:6), aunque una revela-
ción más reciente había aclarado que el líquido usa-
do en el sacramento no es tan importante como el
debido recuerdo de la expiación. (D. y C. 27:2).
El milagro en Caná fue, por supuesto, llevado a
cabo en una fiesta de Bodas. Jesús frecuentemente
se refería a su aparición en Gloria en los últimos dí-
as como un novio viniendo a reclamar la Iglesia del
fiel como si fuese su novia. (Mateo
9:15;22:2--§Mateo 25:1-10; Marcos 2:19; Lucas
5:34; Juan 2:9;3:29; Apocalipsis 19:7-9; 21:2,9;
22:17). Al referirse a si mismo como el novio Jesús
recordaba la profecía de Isaías de que el últimos días
Dios se regocijaría con el justo "como el esposo se
goza con la esposa", (Isaías 62:5; véase también Je-
remías 3:14). La leyenda Judía declara que en aquel
día, el gran banquete del Mesías será convocado pa-
ra el piadoso en el Jardín de Edén como un novio
recibe a sus invitados en una fiesta de bodas. Allí se
les dará "vino preservado en sus uvas desde los seis
días de la creación. Esta imagen es también un mo-
tivo frecuente en Doctrina y Convenios, particular-
mente en aquellas secciones que tratan acerca de la
preparación de los Santos para recibir al Salvador en
los últimos días. (D. y C. 33:17; 65:3; 88:92;
133:10,19).
Las ceremonias del bautismo y sacramento eran
a menudo igualadas en la temprana literatura cristia-
na con el alma del ¡ni ciado. El matrimonio era con-
sumido al participar de la comida sacramental. Ciri-
lo de Jerusalén escribió: "(Jesús) una vez en Can! de
Galilea, transformo el agua en vino, semejante a la
sangre, y ¿Es increíble que El haya tornado el agua
en vino?. Cuando fue llamado a un casamiento per-
sonalmente, El milagrosamente produjo, ese mila-
gro; y para los hijos de la cámara nupcial, ¿No pre-
ferirá E1 haber sido conocido por haber entregado el
fruto de SU cuerpo y sangre? " .
En las primeras congregaciones cristianas, la luz
para el ritual del sacramento era proveída por una
seria de lámparas, que recordaban las lámparas que
las vírgenes llevaban para encontrarse con el novio
en la parábola de las bodas de casamiento.
Gregorio Nazienzen registró las instrucciones
dadas a los nuevos miembros antes de esta ceremo-
nia: "La condición en la cual pronto estarás después
de tu bautismo ante el Sagrado Santuario es un pro-
totipo de la gloria futura ... las lámparas que encen-
derás son un sacramento de la iluminación con la
cual saldremos a encontrar al Esposo, almas vírge-
nes radiantes, con las lámparas de nuestra fe brillan-
do. "Como las bodas de matrimonio, el sacramento
y el gran banquete Mesiánico espiritualmente unen
al redimido pueblo de Dios con el Salvador".
Pablo escribió que las leyes y profecías del An-
tiguo Testamento servían como ayos para traernos a
un conocimiento de Jesucristo, (Gálatas 3:24). El
antiguo profeta Jacob, aunque vivió muchos siglos
antes del Nacimiento del Salvador, escribió:
"Porque hemos escrito estas cosas para este fin,
que se pan que nosotros sabíamos de Cristo y te-
níamos la esperanza de su gloria muchos siglos an-
tes de su venida; y no solamente teníamos nosotros
una esperanza de su gloria, sino' también todos los
santos profetas que vivieron antes que nosotros. He
aquí, ellos creyeron en Cristo y adoraron al Padre en
su nombre", (Jacob 4:4-5).
Es importante recordar que los profetas del An-
tiguo Testamento sabían de Jesucristo y esperaban
en esperanza hasta su día. El gran profeta Noé ense-
ñó, "Creed y arrepentíos de vuestros pecados y sed
bautizados en el nombre de Jesucristo, el hijo de
Dios, aún como nuestros padres los hicieron, y reci-
biréis el Espíritu Santo, para que todas las cosas os
sean manifestadas",8 . El apóstol Pablo escribió que
era debido a la fe que Noé llevó a cabo la voluntad
del Señor, (Hebreos 14:7). A pesar de que el terrible
juicio que cayó sobre su generación, Noé no perdió
la esperanza de la redención, la cual viene a través
de la fe en Jesucristo. En señal de esta esperanza, él
plantó una viña, de manera que la amargura de las
aguas del diluvio pudieran ser olvidadas en la dulzu-
ra del vino nuevo.
En el contexto de estas antiguas tradiciones, en-
tendidas al tiempo de Cristo, el significado del mi-
lagro efectuado en la fiesta de bodas en Caná llega a
ser patente. La transformación de agua en vino por
el poder del Mesías simbolizaba dramáticamente la
misión del Salvador en proveer la reconciliación de
la humanidad con Dios. Como tal, el milagro sirvió
para presagiar el ministerio del Señor al vencer la
muerte, ofreciéndose a si mismo como un sacrificio
expiatorio, y al proveer el medio mediante el cual el
hombre podría espiritualmente unirse con Dios para
siempre.
8
Versión Inspirada de José Smith de Génesis
8:11.