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w anafrica / abril de 2007
África
Mozambique
Un país bajo el agua
Pueblo inundado tras el ciclón Fabio
ozambique se ha visto
M nuevamente afectada por
la climatología después
que el pasado mes de
enero el ciclón Fabio azotase con vien-
tos de más de 200 Kilómetros por hora
la zona central del país africano.
La voz de alarma se disparó y varias
agencias humanitarias de Naciones
Unidas pidieron al Fondo Central de
la ONU una ayuda de 9 millones de
dólares para las víctimas de las inun-
daciones. Y es que el ciclón arrasó las
provincias de Zambezia, Sofala,
Manica y Tete, destruyendo por su
paso más de 4.500 viviendas, 111
escuelas, 4 centros de salud, varias
carreteras, a la vez que fue causando
un éxodo de más de 139 mil personas.
Médicos Sin Fronteras advierte que la
situación de la provincia de Zambezia
continúa con elevados riesgos sanita-
rios. Y aunque la ayuda humanitaria
se haya concentrado más en las zonas
de Mutarra y Caia, así como en la ciu-
dad de Vilankulo, los más de 25 mil
desplazados de los distritos de
Morrumbala no han recibido ningún
tipo de ayuda y su situación es crítica.
Según explica Bruno Lab, jefe de
misión de Médicos Sin Fronteras,
"Mozambique está inmersa en una cri-
sis, el alcance de la cual es difícil de
determinar".
El papel de UNICEF
Tan pronto como pasó el ciclón, el
Fondo de la ONU para la Infancia
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Catástrofe natural:
Por Silvia Martínez Benages / Fotos de Salvador Campillo
(UNICEF) ha trabajado junto con las
autoridades para instalar tiendas de
campaña con el objetivo de que se uti-
licen como nuevos pabellones provisio-
nales del hospital principal como tam-
bién para escuelas temporales. Aún y
así, los destrozos suponen una gran
preocupación para la escolarización.
Además de las tiendas de campaña,
UNICEF, también puso énfasis en la
falta de agua. Se instalaron recipien-
tes de agua potable para proteger a la
población contra los brotes de enfer-
medades tales como la diarrea y el
cólera. Se distribuyó cloro, bidones
para transportarla, botiquines de
emergencia y mosquiteros tratados
con insecticidas.
Otros organismos como el Programa
Mundial de Alimentos (PMA) se han
encargado de distribuir centenares de
toneladas de víveres entre los sobrevi-
vientes de las inundaciones, al mismo
tiempo que continúa la repartición de
productos higiénicos y materiales de
construcción.
Empezar de nuevo
Los afortunados que han podido ser
rescatados en Mozambique dejaron
atrás a miles de compatriotas que lle-
vaban días sin comer y que se encuen-
tran bebiendo agua contaminada.
Entre los que fueron rescatados está
Sandra Alberto. Es la administradora
de una escuela, ahora en ruinas.
Recuerda la noche del ciclón, cuando
ella y sus hijos tuvieron que correr
para refugiarse durante las primeras
horas del amanecer mientras veían
cómo láminas de zinc volaban de un
lugar a otro.
Otra de las afortunadas es Maria
Nascimientos. Maria, de 14 años, fue
rescatada en la copa de un árbol y
forma parte de las 9.500 personas que
fueron salvadas por uno de los siete
helicópteros sudafricanos que trabaja-
ron sin descanso.
Su casa quedó bajo el agua en la ciu-
dad de Chibuto, comunidad en expan-
sión antes de que llegaran las lluvias.
Tan solo una bolsa de cacahuetes fue
su comida durante seis días.
Como Maria, hay cientos de niños y
niñas que fueron rescatados de la
calle. Muchos de ellos hoy viven en el
Centro de Boa Esperanza, administra-
do por la Sociedad Nacional de
Mozambique siendo para la gran
mayoría su único hogar.
La preocupación está a la orden
del día
Paradójicamente, en noviembre de
1999, el gobierno de Mozambique
había establecido un plan nacional de
preparación en previsión de catástro-
fes como la sucedida a principios de
año. En octubre, había organizado en
las playas de Maputo un simulacro de
situación de emergencia que duró dos
semanas y congregó a autoridades
locales y habitantes de regiones
expuestas a alto riesgo.
Actualmente se está considerando la
Las condiciones
meteorológicas en el
país africano han
vuelto a causar gran-
des catástrofes. Ahora
Mozambique vive en
una crisis profunda
con la incertidumbre
de no saber lo que el
futuro le depara.
reconstrucción de los diques destrui-
dos durante la guerra para prevenir
futuros desbordamientos.
A pesar de los esfuerzos de la pobla-
ción, contra la naturaleza es difícil
luchar. El ciclón y las inundaciones a
gran escala definitivamente han agra-
vado los problemas relacionados con el
agua, el saneamiento, la vivienda, la
salud y la educación. Una grave crisis
se apodera del país africano después
de pasar por un desastre natural de
tal magnitud superando anteriores
ciclones tal y como afirma el encarga-
do de comunicación de las Naciones
Unidas en Mozambique, Luis Aqueu,
considerando que las inundaciones de
este año son peores que las ocurridas
en 2000 y 2001. En aquel momento
700 personas murieron y por lo menos
500 mil se quedaron sin hogar.
La situación permanece todavía muy
grave también, porque en estos meses
la gente no ha podido reconstruir sus
casas a causa del frío, ni tampoco se
ha podido sembrar nada y en los próxi-
mos meses, sin cosecha, se correrá el
riesgo del hambre.
Mozambique, tras 16 años de guerra
civil, es la esperanza de África. Pero
ahora se hunde en el fango y en el
agua y tiene el peligro de ahogar la
esperanza de un país y como algunos
dicen de todo un continente. Sólo hay
comida para 300 mil personas y solo
para reconstruir los caminos, hacen
falta 120 mil millones.
Además, se debe tener en cuenta que
más de 800 personas han muerto en
los últimos años en el país africano
como consecuencia de los ciclones que
también arrasaron el país años atrás,
por ello es importante tomar concien-
cia. La ONU hace un llamamiento al
mundo sobre lo que se está viviendo en
África y la necesidad imperante de
devolver la vida al país, Mozambique
necesita que la comunidad internacio-
nal responda.