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Cebada: energizante y contra el envejecimiento

Desde la Edad de Piedra la cebada era el alimento ideal por su gran poder nutricional
que contrarresta el envejecimiento celular, es energizante, previene la descalcificación
ósea gracias al contenido de calcio y fósforo y de gran ayuda en las enfermedades del
corazón por su ácidos grasos esenciales, minerales y poder alcalinizante.

Cultivada desde hace más de doce mil años en el Asia y África es una gramínea que
se ha extendido a los cinco continentes. En el libro del Éxodo se cita en relación a las
plagas de Egipto. Era la base de alimentación para los gladiadores romanos y en
Suiza se han encontrado restos calcinados de tortas elaboradas con granos
toscamente molidos de cebada y trigo que datan de la Edad de Piedra.

Este cereal se usa en la producción de malta para cerveza y whisky por lo que industrialmente ha decaído en los productos alimenticios,
cediendo su lugar al trigo, especialmente en los panes, por razones más económicas que nutritivas.

Se cree que la mayor fuente de proteínas procede del reino animal, es decir, carnes, pescados, lácteos y huevos entre otros, pero ello es
falso por cuanto gran número de plantas tienen un rico contenido proteico; destacan las hojas de cebada verde con aproximadamente un
45%.

Contiene también grandes cantidades de aminoácidos esenciales (son aquellos que el hombre no es capaz de sintetizar por lo que los
debemos introducir a través de la alimentación) así como el triptófano, precursor de la biosíntesis de diversas sustancias, entre ellas, la
serotonina, sustancia vasoconstrictora y neurotransmisora.

Contiene ácidos grasos esenciales, tales como el linoleico, linolénico, zoomárico, cáprico, oleico, erúcido, laúrico, esteárico, palmítico,
mirístico, araquírico, etc…
Es rica en vitamina C, biotina, tiamina (vit. B1), colina, riboflavina (vit. B2), ácido fólico, piridoxina (vit. B6), carotenos (provitamina A),
ácido nicotínico, ácido pantoténico.

Es rica en minerales, entre los que destacan: cobre, fósforo, zinc, calcio, magnesio, sodio, hierro, manganeso y potasio.

Como consecuencia de la digestión y metabolismo de los alimentos, el organismo fabrica y acumula una serie de metabolitos ácidos.
Ayuda a conseguir el equilibrio químico del cuerpo sin tener que provocar drásticos cambios en la alimentación de las personas, mientras
se les va enseñando la manera más conveniente y adecuada de alimentarse según las necesidades de cada uno.

Propiedades

Es refrescante, digestiva, diurètica, depurativa y reconstituyente, recomendable para contra los catarros, bronquitis crónica, escorbuto y
dispepsia atónica. Con cataplasmas actúa contra cualquier tipo de inflamación y es un reconocido emoliente.

Contra el envejecimiento celular y aparición de arrugas prematuramente gracias a su contenido en las enzimas SOD, peroxidasas y
catalasas, vitaminas y minerales y proteínas que actúan favoreciendo el buen estado celular tanto de los órganos internos, como de la
piel.

En las alteraciones cutáneas inespecíficas (dermatosis, eczemas, etc), la acción de sus vitaminas, minerales y enzimas, se potencian con
las de los ácidos grasos esenciales.

Alteración de líquidos, en donde el contenido de potasio y sodio de la cebada, ayuda a mantener el equilibrio osmótico celular. Evitando la
retención de agua (edemas) y las deshidrataciones.

Control de peso, actúa de forma indirecta, ya que al mejorar el metabolismo a nivel general, actúa agilizando el metabolismo de los
lípidos, además de estimular la movilización de los líquidos tisulares.

Alteraciones hormonales de la mujer, por su contenido en isoflavonas, que le confieren capacidad estrogénica. Al mismo tiempo su
riqueza en Calcio, Magnesio y muchos otros minerales la hacen muy interesante para problemas de Osteoporosis y falta de Calcio.

Tiene capacidad antianémica por su contenido en ácido fólico, hierro y cobre que favorecen y estimulan la síntesis de hemoglobina.

Es, además, potenciador de la energía sexual y del fluido seminal gracias a su contenido en zinc.

En embarazo es sabida la garantía de salud para el feto si se mantiene una alimentación alcalinizante y equilibrada durante el embarazo.
En la lactancia por su contenido en vitaminas, minerales, proteínas e isoflavonas con capacidad estrogénica.

Recomendable en enfermedades cardiovasculares, gracias sobre todo, a su contenido en ácidos grasos esenciales (hipolipidemiantes,
antiateromatosos, hipotensores, antiagregantes plaquetarios, etc…), a determinados minerales (Potasio, Calcio, Magnesio, etc…) y a su
poder alcalinizante.

Asimismo en situaciones de estrés ya que nos produce un mayor consumo y excreción de minerales (potasio, calcio, magnesio) y
vitaminas, especialmente del grupo B (B1, B2, B6, niacinamida, ácido pantoténico, así como vitamina C, A, ácido fólico, colina y biotina).

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