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UNIVERSIDAD DE ANTOFAGASTA

FACULTAD DE DERECHO

EL LEVIATAN
Y
CHILE EN LA ACTUALIDAD

NOMBRE : Andrea Pastén Fernández


Catedra : Filosofía del derecho
Profesor : Sr. Patrico Lazo.

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EL LEVIATAN Y CHILE EN LA ACTUALIDAD

En su obra “Leviatán, o la materia, la forma y el poder de un Estado


eclesiástico y civil”, escrita el año 1651, el británico Thomas Hobbes percibe la
sociedad humana como una formación de individuos dominados por su
ambición de poder y de dominio. Hubo una época (que Hobbes llama Estado
de la naturaleza) en que estas agrupaciones de individuos no disponían de un
poder superior y estas tendencias dominaban las relaciones entre las personas
manteniéndolos en una "guerra de todos contra todos, cada hombre es
enemigo de cada hombre; los hombres viven sin otra seguridad que sus
propias fuerzas y su propio ingenio debe proveerlos de lo necesario, por ello se
adhieren a un contrato social en virtud del cual ceden parte de su libertad al
Estado emblematizado por el monstruo bíblico Leviatán, el cual se caracteriza
por fundar su legitimidad en un intercambio de protección por obediencia. Este
contrato social, a través del cual los hombres intentan que la razón y el deseo
de paz prevalezcan sobre los intereses individuales, implica una cierta
alienación de su libertad (y, consecuentemente, de su poder) en favor de una
institución política común que podría delegar su poder de decisión y de
ejecución en un soberano. Al ceder parte de su poder a un poder común le dan
autoridad para decidir por ellos, siendo su objetivo principal el buscar y
mantener la paz, solucionando los conflictos de intereses con todas las
herramientas que le sean necesarias.

El Leviatán es la negación de la guerra civil, del estado de naturaleza, y


es la garantía de la seguridad de los individuos. En la concepción
contractualista, el Estado resuelve todos los problemas de la naturaleza y de la
sociedad civil

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El Leviatán es absoluto y la sumisión del individuo es total. Inspira terror, nadie
la ama, pero por su inconmensurable fuerza todos respetan. El soberano tiene
jurisdicción universal; el Leviatán es la conjunción de los derechos del
ciudadano; es indivisible.

Si revisamos la teoría de Hobbes encontramos que un Estado se puede


crear de dos maneras:

Por Adquisición, aquella en que los hombres se someten, a otro por la fuerza
natural y estos consienten en ser sometidos a cambio de salvar sus vidas.
Este tipo de Estado puede ser a su vez por Generación o domino paternal o por
Conquista o dominio despótico.

Por Institución o por acuerdo previo, en que una multitud de hombres pactan
entre si someterse a una persona que ellos mismos deciden, en esta se
distingue tres clases: Monarquía, si el soberano es un hombre; Aristocracia, si
el soberano es una asamblea de una parte de los ciudadanos; Democracia, si
el poder soberano pertenece a una asamblea en la que todo ciudadano tiene
derecho a votar.

Hobbes considera que la monarquía es la más útil para el fin de todo


Estado, que es la paz y salvaguarda de los asociados., pero reconoce que el
hombre o asamblea que poseen la soberanía tienen los mismos atributos sea
cual sea la forma como se ha creado el Estado y como esté constituido.

Teniendo claro que es el LEVIATAN surge la pregunta ¿existe en la actualidad


un Leviatán?

Si hacemos una analogía hoy en l la gran mayoría de los Estados del


orbe son de carácter democráticos, en los cuales los individuos han cedido
gran parte de sus libertades a cambio de que el Estado les otorgue seguridad,

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pero vemos como cada día los medios de comunicación nos bombardean con
noticias de carácter nocivas que vienen a incrementar nuestra inseguridad,
sumándose a ello las constantes crisis económicas que nos afectan y nuevas
enfermedades que nacen en estos tiempos aun existiendo un soberano que
garantiza la paz pública enrejamos nuestras casas caminamos por nuestras
avenidas con temor a que nos roben o nos asalten los demás.

Siguiendo con el pensamiento de Hobbes nos señala que el soberano


tiene ciertos derechos y facultades entre algunos de ellos encontramos:

Los súbditos no puede romper el pacto ni pueden cambiar la forma del


Estado, en particular en nuestro país se ha respetado esta norma en las
últimas décadas, pues después del gobierno de facto existente desde 1973 a
1989 la institución democrática se ha respetado.

La desobediencia o protesta contra los actos del soberano es injusta, si


bien vivimos en un Estado de derecho, vemos en ciertas ocasiones como se
vulneran los derechos de los ciudadanos específicamente cuando estos
quieren expresar su malestar en protestas masivas se les aplica todo el rigor de
la fuerza pública, sin desconocer que se presentan casos puntuales en que es
necesario emplear tal rigor. Una clara manifestación del uso de este poderío
estatal lo vimos en las manifestaciones de los docentes de nuestro país
quienes al plantear una exigencia bastante justa fueron detenidos y reprimidos
por la fuerza policial, que representa al Estado.

El soberano tiene todo el poder para hacer leyes, estableciendo los


bienes y acciones a que tiene derecho cada súbdito: Esta regla nosotros la
vemos aplicada en el parlamento, pues como en toda democracia somos los
ciudadanos quienes elegimos a nuestro soberano, que vendría a ser el
presidente de la republica y los parlamentarios, estos últimos cumplen la
función de crear las leyes que nos regirán, pero que recientemente

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descubrimos que no han estado desempeñando tal labor, razón por la cual
comienza ha hacerse dudosa el valor que se le está dando a la libertada cedida
por los ciudadanos al Estado.

Tiene el derecho a hacer la guerra y la paz con otras naciones y por lo


tanto posee el mando del ejército, claramente esta facultad la tiene nuestro
soberano pues el presidente de la republica es quien tiene el mando de las
fuerzas armadas en nuestro país.

Habiendo señalado las facultades del soberano veremos cuales son sus
deberes para con sus ciudadanos, entendiéndose como la misión que
corresponde a su cargo, pero no como deberes en el sentido de obligaciones,
pues la obligación deriva de un pacto previo o de una ley y el soberano ni
suscribe el pacto ni está sujeto a las leyes.

Seguridad del pueblo, es decir, la protección a la vida de los súbditos y


de todos los bienes que cada hombre pueda conseguir sin dañar al Estado,
esto se logra a través de la educación y las buenas leyes.

Podemos manifestar que en particular nuestro sistema jurídico si bien


no es perfecto es bastante mejor que el de muchos países de Latinoamérica,
no ocurre lo mismo con la educación específicamente con la educación pública
la cual evidentemente esta en decadencia sin que nuestras autoridades hayan
solucionado un tema tan importante, porque como señala Hobbes y varios
autores de la educación dada al pueblo se puede llegar a una mejor nación, en
consecuencia es impresentable que como país en miras de ser primer-
mundista no este cumpliendo con una de sus principales obligaciones cual es
otorgar una buena educación.

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Derechos y obligaciones de los súbditos:

“Estos derechos derivan de la propia naturaleza del pacto social, las


obligaciones del súbdito son lo contrario de sus derecho, consisten en
obedecer todos los mandatos del soberano, es decir, lo establecido e las leyes,
pero el cumplimiento de estas obligaciones dependen de una condición, de la
propia subsistencia del Estado y que este sea capaz de cumplir el fin para el
que ha sido instaurado: la protección de los súbditos”1

En conclusión si bien se dan ciertos presupuestos de un Leviatán no


podemos señalar que este existe cabalmente en Chile, pues el poder reinante
en Chile tiene falencias pero no es de carácter absolutista, porque existen
generalmente las herramientas para oponerse a un poder de tales
características, porque vemos como el avance tecnológicos y de las
comunicaciones nos permiten dar a conocer nuestras opiniones e incluso
denunciar ciertos hechos.

1
Historia de la filosofía del derecho clásica y moderna, José López Hernández

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