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Javier Garrido ESPIRITUALIDAD PARA HOY . SAN PABLO lavier Garrido Goitia (Bermeo, Vizcaya), franciscano, realizé sus estudios superiores en Friburgo (Suiza). Dedicado simultaneamente a la pastoral de idvenes y adultos seglares, ha alternado su reflexién sobre la vida francis- cana con la reflexién sobre la experiencia cristiana, la cultura actual y las ciencias humanas. Es autor, entre otros libros, de Relectura de las cartas de san Pablo (1995?), Relectura de san Juan de la Cruz (19912) y Un camino de evangelio y libertad (19914) publicados en esta misma editorial. ae 1? edici6n en la coleccién Albor (6.% reimpresi6n) © SAN PABLO 1988 (Protasio Gémez, 11-15. 28027 Madrid) Tel. 917 425 113 - Fax 917 425 723 E-mail: editorial@sanpablo-ssp.es © Javier Garrido Goitia 1988 Distribucién: SAN PABLO. Divisién Comercial Resina, 1. 28021 Madrid * Tel. 917 987 375 - Fax 915 052 050 E-mail: ventas@sanpablo-ssp.es ISBN: 84-285-2312-6 Depésito legal: M. 45.332-2000 Impreso en Artes Grdficas GarVi, 28970 Humanes (Madrid) Printed in Spain. Impreso en Espafia Presentacion 1. El afio 1982 la Editorial San Pablo publicé Un camino de evangelio y libertad, un instrumento que, desde enton- ces, ha acompaiiado a muchos creyentes en su proceso personali- zador de la fe, individualmente y en grupo. Pero muy pronto me di cuenta de que sélo podia ser usado por personas que te- nian ya un rodaje de vida interior. EI libro que ahora tienes en tus manos se inspira en él, pero reestructurdndolo y amplidndolo. 2. Se introduce una parte de iniciacion, ofreciendo un ma- terial de personalizacién, propio para cuando el creyente comienza a cuestionar la calidad real de su experiencia. Se prescinde de cierta sistematizacién de la oracién. Se da clara prioridad a la oracién afectiva. El esquema por etapas sigue siendo la verdadera bisagra del libro anterior y del presente. Al fin y al cabo, nacid como relectura de los Ejercicios ignacianos. La experiencia de estos aitos me ha ensefado que varios temas necesitaban ser desdoblados. He ajftadido otros, procurando completar lagunas o suavizar al- gunos saltos abruptos. Se da un viraje a la etapa dedicada al proyecto, concen- trdndonos en la vida ordinaria y el tema vocacional. El libro concluye con una reflexién sobre los desafios de la espiritualidad hoy. Tiene cierta pretension de -sintesis. 5 Una espiritualidad para hoy 3. No es un libro de lectura, sino de notas. Pistas ilumina- doras y consejos prdcticos, todo estructurado con un orden peda- gogico, el que he ido aprendiendo al contacto vivo con jévenes y adultos. Nadie pretenda recetas de piedad ni de conducta. Por el contrario, el presupuesto bdsico de este libro es la subjetivi- dad, el coraz6n abierto a la Palabra y al Espiritu. Pero la sub- jetividad propia de nuestra cultura, ligada a la conciencia de li- bertad y de autenticidad. En lenguaje biblico, el discernimiento. 4. Escrito para cualquier creyente que esté dispuesto a vivir de dentro afuera, es decir, que valore mds la vivencia que la idea, 0 haya iniciado Ia crisis de sus ideales juveniles, o esté des- cubriendo que la fe se fundamenta en una Persona (mds que en unos valores), o tenga que definir su proyecto de vida, o esté sufriendo (y gozando) esa fase de la vida en que las cuestiones liltimas se debaten en el corazon. He pensado en los cristianos seglares. Les damos formulas para su compromiso en el mundo o les exigimos colaboracién en la Iglesia; pero no les ofrecemos una espiritualidad adulta. Pero también en sacerdotes y religiosos/as, que viven la necesidad de una experiencia espiritual menos ideologizada. La intencién, incluso, es que puedan disponer de un instru- mento auténomo, sin tener que depender del maestro espiri- tual. Huarte, 1987 Opciones y limitaciones de este libro 1. Es caracteristica de nuestra época el pluralismo También en espiritualidad caben diversos caminos. Este libro ha escogido uno entre muchos. Conviene asumir sus limitaciones, ya que, sin duda, no servird para to- dos, y captar su dindmica propia, a fin de evitar mal- entendidos. 2. La primera opcién es la de la Palabra. Conforme a Heb 4,12-13, partimos de la confianza en la unicidad y soberanfa de la palabra de Dios. Ella «penetra hasta las junturas del alma y del espiritu». Y no por examen de conciencia, sino por luz que crea vida. En la Palabra «el hombre descubre que es mds que el hombre mismo» (Pascal). éNo se corre el peligro de fundamentalismo? Cierta- mente. Pero si hay algo claro en estas paginas es el in- tento de una espiritualidad integradora de lo humano. Hablaremos constantemente de personalizacién. 3. Por eso, la Palabra estard siempre referida al dis- cernimiento. Este se ejercitaré, unas veces, a través de la reflexi6n: confrontacién con la realidad interior y exte- rior, introspeccién, etc. Otras deberd nutrirse de expe- riencia de transformacién: la emergencia del sentido de 7 Una espiritualidad para hoy Dios en el propio corazén, la calidad de la relacién con el prdjimo, etc. En todo caso, el discernimiento justifi- ca la pretensién de este libro de establecer una peda- gogia de fe adulta. Desde esta dimensién entronca con Ia sensibilidad humanista de nuestra cultura moderna. Aunque hoy se habla de posmodernidad creo que la toma de concien- cia del valor incondicional de la subjetividad personal, tal como ha ido afirmandose progresivamente hasta hoy, debe permanecer como uno de los logros mejo- res de nuestra cultura occidental. Mas, creo que es el! puente insustituible de didlogo entre la Revelacién cris- tiana y el humanismo secular. 4. éNo se deja en la sombra el principio de la praxis, es decir, el primado del amor «de verdad y con obras» en la experiencia cristiana, tal como lo ha formulado claramente la primera Carta de Juan? iOjald te tocase vivir de cerca el mundo del sufri- miento y de la marginaci6n social! iOjalaé pudiésemos ofrecer estilos de vida en que el discernimiento no ne- cesitase reflexién, porque viene impuesto por la radi- calidad de las carencias y renuncias! Muy de acuerdo en que muchas de estas notas estarfan de sobra. 5. Pero también es verdad que un ideal de vida no siempre garantiza una verdad de existencia. Hay mo- mentos en que la praxis debe ser replanteada. La per- sona creyente comienza a sentir que una vida nueva le nace en el corazén: le empuja al compromiso y esta més alld de todo compromiso, a la vez. En tal sentido, estas paginas insisten mucho en el proceso: respeto al ritmo de la obra de Dios en nosotros, Opciones y limitaciones de este libro no querer construir el tejado antes de tiempo, la op- cién de vida como vocacién, etc. 6. Al fin, la clave es muy simple: vivir el discipulado, aprender el camino del Evangelio como seguimiento de Jestis, «camino, verdad y vida». Tanto las pistas psico- légicas, como las reflexiones antropoldgicas, como la tematica de la oracién, convergen en articular, lo mas IGcidamente posible, las etapas y momentos mas sig- nificativos por los que uno va haciéndose discfpulo de Jestis. Es verdad que la andadura no se inspira, por ejem- plo, en el estilo contemplativo de la Liturgia. Alguien lo echara en falta. Pero es necesario advertir que este libro, en cuanto itinerario espiritual, es mas propio para esa fase de la vida en que uno debe definir su_ proyecto, aunque no tenga nada especial que hacer. Una espiritualidad para hoy Cémo usarlo Material de reflexién y oracién Hay muchos libros sobre oracién que apelan a la Sa- grada Escritura como referencia. El problema es que la mayorfa de los creyentes se pierden en la selva, sobre todo, del Antiguo Testamento. Necesitan un cierto or- den de textos, por lo menos hasta que se familiarizan con la Biblia. Por otra parte, en vez de meditaciones hechas, pre- fieren reflexiones breves, los clésicos puntos de medita- cién, que, sefalando horizontes, no sustituyen la fuerza incomparable de la Palabra. Hasta que la oracién no adquiera la simplicidad del amor, lo normal es disponer de (Qo 3,1). 21 Una espiritualidad para hoy I. Personalizacién Vas a encontrarte, asf, de repente, con tantas cuestio- nes que probablemente te sentirds agobiado. éHace fal- ta tanto anélisis para creer y seguir al Sefior Jestis? Hay personas, con tendencia depresiva u obsesiva, a quienes lo que sigue podria hacerles mas mal que bien. En este caso, que pasen directamente al aparta- do de INICIACION A LA ORACION (pag. 49). © bien por tu edad, o bien por tu proceso, o bien porque tu camino es otro, quizé debas simplificar. Apro- vecha lo que te va, y deja lo demas. Pero los hay que se refugian en la simplicidad por- que tienen miedo. El verdadero sencillo prescinde de lo complicado; pero no necesita defenderse, porque lo suyo es andar en verdad. Tomar la vida en las manos La vida espiritual se presta a vivir de lo imaginario, de las fantasias del deseo. Como la realidad se experimen- ta como conflicto e insatisfaccién, uno se refugia en la nube divina como en el seno materno protector. A ve- ces es la tabla del naufragio, la Gnica que nos queda. Pero no debe ser el talante habitual. 22 Primera parte: INICIACION Por el contrario, Dios es el que posibilita ser. Tomar la vida en las manos implica una actitud de autenticidad, de no huir de la propia verdad, por mas precaria que parezca. Aunque intuyes el riesgo de este camino de perso- nalizacién, élo quieres vivir realmente? éEstas dispues- to a que se resquebrajen tus sistemas de seguridad si lo necesitas para crecer, para ser ti mismo? éExperimentas como libertad esta decisién de ser res- ponsable de tu vida? Nadie puede sustituirte. Identidad personal Lo cotidiano 1. Cada uno de nosotros somos y nos desarrollamad en la interaccién, esa red de relaciones que constitu- yen la trama del vivir. 5 Preguntarme por mi identidad personal supone ha- cerme consciente de la calidad de mi mundo cotidia- no. Porque es aqui donde se hace efectiva mi decisién de ser persona. 2. En primer lugar, estén mis relaciones mas préxi- mas: familia (0 comunidad religiosa) y amistades. ¢Me he ido haciendo consciente de que estos lazos afecti- vos son mi primer desaffo de crecimiento? O por el con- trario, éme evado de las dificultades de la convivencia? 3. Qué hago del trabajo? éLo he hecho «mio»? Aun- que no te guste y te parezca despersonalizador, es parte esencial de tu mundo. éQué sentido le das? Para otros, el trabajo es como la droga, la tapadera de conflictos latentes. 23 Una espiritualidad para hoy 4. Lo cotidiano exige valorar profundamente la rea- lidad pequefia de todos los dias, darle consistencia. Si te motiva sélo lo extraordinario, lo diferente, es que estas huyendo de algo. éDe qué? éQuién soy yo? 1. Escribe en una hoja qué imagen tienes de ti mis- mo: cualidades y defectos. éPor qué has llegado a ser asi? Discierne en tu historia, desde nifio, la légica que te ha llevado a ser asi. 2. éSospechas que vives mds de lo que los demas esperan de ti que siendo ti mismo? 3. €Qué dimensiones de tu personalidad te parecen mal resueltas, o no integradas, o negadas? éPor qué ta- les desfases? 4. éQué te impide enfrentarte contigo mismo? (1Pe 3,15). La Palabra que personaliza 1. Dios se comunica al hombre de muchas maneras: en la naturaleza, en los acontecimientos, en la interio- tridad; pero ha escogido libremente el Pueblo de la Alianza y ha concentrado en su Hijo, Jestis, toda Pala- bra, la donacién definitiva de si mismo (Heb 1,1-4; Jn 1,1-18). En la Palabra, Dios me sale al encuentro, se me hace acontecimiento y espfritu (Jn 6,63), creando en mi la obediencia de fe y descubriendo mi verdad més pro- funda (Rom 10,8-13; Heb 4,12-13; Jn 8,3 1-32). Por eso, nada personaliza tanto como la palabra de Dios. 46 Primera parte: INICIACION 2. Sin embargo, cuando esa Palabra no se ha hecho todavia experiencia fundante de personalizacién, es necesario iniciar un camino. Las notas que siguen son una ayuda para ello. —Habra que cuidar de no caer en un fundamentalis- mo de la Palabra. Bajo razon de que esta Palabra es so- berana y creadora (cf Is 55,10-11), no debemos usarla como instrumento magico de transformacidén. El Dios que nos habla en la historia, mediante la Biblia, es el Dios que creo mediante su Palabra nuestro coraz6n hu- mano con sus condicionamientos y posibilidades (cf Gén 1). —Frecuentemente, la dificultad de la mayorfa de los creyentes es que conocen la Biblia como texto ideoldé- gico, de piedad y de conducta; pero no lo han descu- bierto en su fuerza de liberacién, como verdad que ata- fe a las grandes cuestiones humanas, como palabra viva hoy. En este sentido, con frecuencia hay que ha- cer un cierto desmontaje de superestructuras mentales, de tipo religioso, para redescubrir antropolégicamente la Biblia. 3. En mi opinidn, el Antiguo Testamento, sabiamen- te seleccionado, sigue siendo la puerta de entrada a la personalizacién de la fe. Educa porque fundamenta los presupuestos de la fe cristiana, por ejemplo, la imagen de un Dios cercano y diferente, a un tiempo, el senti- do del tiempo como historia de salvacién, etc. Al principio desconcierta, escandaliza. Poco a poco hace emerger otra onda, un nuevo conocimiento de Dios, e| Dios vivo y personal. 4, Para que la Palabra personalice ha de ser escucha- 47 Una espiritualidad para hoy da desde el corazén, con todo el ser. No como espec- tador que curiosea o como critico que busca la punta, sino como realmente es, fuerza de salvacién (cf 1Tes 2,13). Nuestra verdad Ultima no nos pertenece. Es don de Salvacién en Cristo Jestis (cf 1Cor 1,17-31). Lo perciben los pequefios (Mt I 1,25-30). Fe y existencia 1. Cada cultura acenttia una dimensién del hombre y tiende a dejar en la sombra las otras. Si prevalece la cosmovisi6n vertical, la fe se centrara en la interioridad y la oracién, de modo que las ocupaciones y la rela- cién con el prdjimo son vividas mas bien como valo- res secundarios e incluso amenazantes. Si prevalece la cosmovisién horizontal, sera la oracién lo sospechoso, lo expuesto a engafio, y, por el contrario, sera privile- giado el compromiso activo por mejorar las condicio- nes de los mas desfavorecidos. 2. Hay que volver a la sintesis bfblica, en que lo ver- tical y lo horizontal ni siquiera son planteados como equilibrio, sino como vocacién de amor. Pero, tal como este libro esta pensado, la cuestién no ha de resolver se tedricamente. La clave de sintesis viene dada por cada historia de fe y, particularmente, por la experiencia configuradora. Teniendo en cuenta cémo ha ido cambiando y de- sarrollandose tu vida cristiana, équé experiencia te esta ayudando a la sintesis de lo divino y lo humano, la re- laci6n con Dios y la preocupacién por el prdjimo? 48 Primera parte: INICIACION 3. La oracién, en cuanto tiempo dedicado, no es un fin. Por eso, serfa una trampa, por ejemplo, comenzar ahora a hacer oracién porque has sufrido frustraciones en tus actividades en favor de los demas. También cabe que esas frustraciones hayan sido la ocasién para dar- te cuenta de que tu fe era mas proyeccién ideoldgica que realidad personalizada. Los dualismos siempre hacen mucho dafio. Otra cosa es aceptar la diferencia de ritmos en los procesos: fa- ses en que prevalece la relacién intima con Dios y fa- ses en que prevalece la obra del Reino. 4. Intenta situar esta aventura de oracién en tu aqui y ahora, teniendo en cuenta tu proceso anterior. Que tu plan de vida responda a ese conjunto, no al impulso de un deseo. 5. Por ultimo, no olvides que la pedagogia de este libro da prioridad a Ja oracién en funcidn del principio antropoldgico de la «transformacién del corazén» (cf Ef 3,14-19), no por recelo ante lo humano o la tarea del Reino. Prioridad pedagdégica no quiere decir prioridad de ser. En el Cristianismo el primado pertenece al amor. Oracién, accién o pasién son cuestién de amor. Iniciaci6n a la oracién 1. La oracién no ha de ser un montaje espiritual. Es el ejercicio de personalizacién mas importante del cre- yente. } — Donde se encuentra con su mundo interior, sub: - consciente y consciente. i 49 Una espiritualidad para hoy — Porque Dios responde lo mismo a las necesidades mas elementales de ser aceptado y confiar que al amor mas grande de libre donacién de si. —En la oracién descubres la lectura profunda de tu historia. —Dios es el amor personal absoluto, y nada perso- naliza como el amor. — Dios es Espiritu, y esta mas alla de todo ejercicio de personalizacién. 2. Lo que sigue esta dicho para quienes no tienen una experiencia continuada de oraci6n. Sin ninguna pre- tensiOn sistematica. Mas bien, a nivel de pistas practi- cas. La oraci6n es una de esas experiencias que se apren- de practicandola, como toda relacién viva de encuen- tro interpersonal. Lo previo 1. Busca para la oracién no un tiempo de relleno, el hueco que te queda en tus quehaceres, sino el mejor momento del dia, el mds propicio, el menos tenso. 2. Lugar tranquilo, con el menor ruido posible, sin excesiva luz. 3. Mas vale darle continuidad, con 15 minutos al dia, que hacerla a salto de mata, cuando va bien o se sien- tan ganas. 4. Hay quienes dan una importancia capital a la postura corporal. A mi juicio, hay que aprender a re- lajarse, pero basta que adoptes una postura ni tensa ni comoda. 50 Primera parte: INICIACION 5. El cuerpo es expresién y realizacién del encuen- tro con Dios. Sentado, disponibilidad. Postrado, adora- cién... 6. La oraci6n necesita cierta disciplina interior, un mf- nimo de autocontrol de necesidades («oracién y regalo no se compadecen», santa Teresa). 7. No reduzcas la oracién a un momento del dfa. iHay tantas formas de oracién! Un recuerdo, una mira- da, hacer un minuto de silencio... 8. La oracién exige determinacién, o sea, la decisién clara de vivir intensamente ese rato, con todas las ener- gias vitales, afectivas y espirituales. Pero sin empefio voluntarista. La voluntad no es crispaci6n, sino actitud y entrega, Primado del corazén 1. No se cree en la oracién, sino en Dios. Para per severar en la oracién hay que vivirla como don del Se- for, que nos llama a su presencia. 2. La oraci6n es un encuentro. Y por ello, presencia de Dios en acto de fe y amor, relacién tinica. Implica mediaciones: aprender a ofr la Palabra, afectividad que se abre, ejercicio de comunicacién con Alguien a quien no vemos pero la relacién, en cuanto tal, es experiencia inmediata, percepcidn espiritual del Tu viviente. Por ello, nunca puede ser reducida a cuestién psicoldégica. Unas veces se le siente, y otras, no. Pero EL ES. 3. Procura vivir este encuentro desde tu verdad y pro- ceso, no desde lo que te gustarfa que fuese. a1 Una espiritualidad para hoy La oracién trabaja a largo plazo. Notarés que poco a poco va cambiando tu centro personal y el modo de ver personas y cosas. Habra un momento en que ya no te preocupes de controlar la oracién. Sabes que El te sale al encuentro y te dice: «Si conocieras el don de Dios...» (cf Jn 4,10). 4. Importa orar con todo el ser: desde la necesidad al deseo, desde la pasién a la desnudez de la fe. El orante es un hombre de corazén. Algo tan simple como Ilamarle a Dios «papa»; pero eso no puede hacerse sino con el discernimiento del Espfritu Santo (cf Rom 8). 5. Dar primado al coraz6n significa buscar en la ora- cién no autoplenitud, sino obediencia de amor. Sin darnos cuenta, caemos en la trampa de contro- lar la oracidn como un quehacer. Preferimos técnica a espiritu; hacer de la oracién un programa, antes que encontrarnos con el Dios vivo. 6. El método no es un fin, sino una ayuda. Nace de la necesidad de cierta disciplina. Segtn vayas descu- briendo la libertad del corazén, preferiras unos minutos de coraz6n a coraz6n, cara a cara, aunque te distraigas, que largo tiempo de concentracién e interioridad narci- sistas. 7. Cabe estar en la superficie (atenci6n mental, emoti- vidad...) y estar atento en el fondo (actitud, apertura del ser...) También esto es secreto del coraz6n, que sabe vivir la presencia del Sefior a distintos niveles. 52 Primera parte: INICIACION Sobre el método de oracién 1. En este libro hago una opci6n clara por la tradi- cién de la llamada oracién afectiva (Cfster, Francisco de Asis, Teresa de Avila, Ignacio de Loyola...). Por eso, re- duzco los métodos de oracidn a cuatro: el de lectura de atencién pasiva (1 parte), el de meditacién (2° parte, pri- mera etapa), el de encuentro (2° parte, segunda etapa) y el de fraseo (28 parte, tercera etapa). 2. A mi juicio, el método debe centrarse en la rela- ci6én interpersonal (la afectividad, capacidad de perci- bir el TG viviente). Varia a medida que la presencia, per cibida en acto de fe y amor, sea mas inmediata y vinculante y, por lo tanto, vaya prescindiendo de los apo- yos (ejercicio de relajaci6n, lectura). 3. De las técnicas modernas, que insisten en la au- toconciencia me parece muy conveniente incorporar cuanto se refiere a la relajacién y concentracién. Sobre todo, al principio. Vivimos en una cultura que machaca la interioridad. Pero con una condicién: que la interioridad (relajar- se y concentrarse) sea vivida como algo previo al acto de fe, que supone salir de mf, abrirme al TU, percibir su presencia. I Lectura de atencién pasiva . 1. Primer método, cuando no hay rodaje de oracién, unos 15 6 20 minutos. Propio para esta 1? parte de «ini- ciacién>. 53 Una espiritualidad para hoy 2. Conviene disponer de una seleccién de textos bi- blicos, que constituyan el material de lectura. Cabe tam- bién leer otros libros de espiritualidad, pero cuyo len- guaje sea expresivo. Este método se centra en las resonancias, lo que te lla- ma la atencién, lo que te afecta, a nivel de luz o de amor, 3. Estructura de este método: a) Antes de ponerte a leer, espera un minuto, reldja- te (cf la «oraci6n-meditacidn» de la pag. 87). Hazte consciente de lo que vas a hacer, de qué Pa- labra se trata. b) Lee despacio, desde el corazén. No es un texto de ideas ni de informaci6n. Ni siquiera pretendas sen- tir lo que lees. Deja que resuene, sin racionalizar, sin pre- tender utilidad. c) Segtin la resonancia, dbrete a la relacién personal con el Sefior. Deja que alguna frase se te haga oraci6n. 4. Subraya en el libro lo que te ha impresionado. Que vaya resondndote durante el dia. 5. Si no te ha resonado nada, pregtintate por qué. Iniciacién biblica Resonancias * Salmo 139 (138) El salmo recorre el camino de personalizacién que estas viviendo: la presencia del Unico que puede re- 54 Primera parte: INICIACION conciliarte contigo mismo y a quien percibes como descanso y amenaza, a un tiempo (wv. 1-12); entrega agradecida al Sefior, tu creador, el amor primero que ha asumido, antes que tu, tu historia entera (w. 14- 18); experiencia del encuentro liberador, pues ya no necesitas dominar tu vida, sino confidrsela a El (wv. 23-24), Conocer como ser conocido: . * In 4 Las resonancias de este texto son infinitas: — El tema del agua, simbolo de la vida y del Espiritu. —El didlogo en que Jestis desvela el coraz6n del hombre. —El proceso de la fe, desde la necesidad al deseo, a la verdad intima de sf, a la revelacién de Jestis, a la mision. El encuentro de corazén a corazén, en soledad que enamora. —La iluminacidn progresiva del misterio de la per sona de Jestis. —La conversién, desde la experiencia religiosa a la fe propia del Nuevo Testamento, la adoracién «en es- piritu y en verdad». * Mc 10,46-50 Una historia esta personalizada cuando se percibe como unidad de sentido, de modo que el pasado, el presente y el futuro forman continuidad en relacién a mi propio ser y destino. Lo cual no quita que deba reconocer errores y peca- do. Pero ahora lo veo todo como historia de salvacién Doy gracias a Dios, sin justificarla, por aquella metedura de pata. Me da pena el mal que haya podido hacer a otros. Pero lo abandono en sus manos, pues no soy el juez Ultimo ni de mi vida ni de la de los demas. Tengo la sensacién de que mi vida es mia, y de que 63 Una espiritualidad para hoy no hago dejacién de mi destino intransferible. No pre- tendo dominar la existencia. Soy consciente de mi fi- nitud; pero no me quita un dtomo de responsabilidad. No sé si he acertado en las grandes decisiones de mi vida. Pero sé que mi vida tiene sentido, porque lo importante no es acertar, sino intentar ser auténtico, fiel a mi propia conciencia. éSoy feliz? Creo que estoy viviendo lo que debo vi- vir, aunque no siempre respondo a mis deseos. Aceptacion de si He descubierto la paradoja de tener confianza en mi mismo, de quererme en lo que soy y valgo y, al mismo tiempo, de no confiar en mis fuerzas. Conffo en mi Se- for y Padre de los cielos, cuyo amor primero y creador esta en el origen de mi vida. Quise perfeccién, puse mi vida en un ideal, me ase- guré un orden religioso-moral inatacable, hasta que des- cubri que no me aceptaba, que estaba construyendo una fortaleza para la angustia que sentia ante mi pro- pia finitud. Ahora he hecho de mi pobreza el ambito privilegiado de mi paz y libertad Hasta que descubri la gratuidad del amor de Dios me debatia con los fantasmas de mi yo, de mis culpas, an- sioso... Ahora acepto mi cuerpo, mi necesidad de carifio, mi sexualidad; he aprendido a recibir estima y apoyo de los demas. cEstoy satisfecho conmigo mismo? No, simplemen- te he aprendido a quererme como soy. Puede parecer comodidad 0 realismo del hombre re- 64 Primera parte: INICIACION signado. Pero yo sé que es una experiencia maravillo- sa, la de reconciliarme conmigo. Lejos de replegarme, me fundamenta y posibilita. Nueva relacién con Dios iCuanto ha cambiado mi relacién con Dios! Antes era algo impersonal, que dependia de mi estado de animo, de la imagen que en el momento tenia de mi mismo. Si yo me juzgaba, Dios me rechazaba. Si estaba con- tento, Dios era mi padre. Ahora Dios es una presencia personal, a quien voy conociendo como real, tan real que no esté a mi mer ced. Por eso, cuando me encierro en mi negatividad, El me hace percibir que todo tiene sentido. Cuando vuel- vo a las fantasias de mis deseos, El me devuelve al amor cotidiano. Cuando me rebelo contra el mal, le veo entregado por todos nosotros, hasta la muerte. Cuando me rebelo contra mi mismo, El me libera de mi angustia de culpabilidad, no necesita mis buenas obras... Ya no pretendo encasillar a Dios en dogmas y nor mas. Pero nunca lo he percibido mas concreto y vi- viente. Aunque tengo muy poca fe, cada dia me parece mas claro que Dios es el don de mi vida. Voy dandome cuenta de que es una tonteria querer justificar a Dios. Hay que estar dispuesto a encontrarse con El. Una espiritualidad para hoy Espiritualidad de lo cotidiano éQuién dijo que Dios era una alienacién? Antes crefa que la espiritualidad consistia en un «mundo aparte», intimo y sublime. Ahora voy descubriendo que el Espi- ritu es el que lo recrea todo. Y, en primer lugar, la trama ordinaria de mi vida: fa- milia (0 comunidad), trabajo, relaciones humanas... No es que ahora me satisfagan mas esas cosas. Es que no espero que me satisfagan, porque he aprendido a vi- virlas. Voy dando a cada cosa lo suyo. Naturalmente, tengo mayor sensibilidad para las personas. Por ejemplo, an- tes tendia a clasificar y juzgar. Ahora, sin proponérmelo, tengo otros ojos, escucho mas, me pongo en el otro... También lo social ha cambiado. Discuto menos que antes de estas cosas; pero me afectan menos los fra- casos y soy mas fiel a mis compromisos. Mi vida cotidiana ha cambiado porque procuro cada dia hacer oracién. No sé cémo he llegado a necesi- tarla asf. Creo que he descubierto que «no sélo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios» (Mt 4,4). Y no es que me ocurran cosas especiales. Sé que El me ama y me lleva a la verdad. Observaciones 1. éDebo recordar que el crecimiento de la persona humana no es puramente lineal? Hay un progreso; pero con saltos, vueltas, revueltas, paradas... Por esto, tt mis- mo debes juzgar si todo lo anterior lo tienes basicamen- te vivido y puedes iniciar la 2° parte. 66 Primera parte: INICIACION 2. Tampoco seas perfeccionista en agotar esta 1 par- te. Por ejemplo, no hace falta que te sientas del todo identificado con los «signos de personalizacién» que acabo de describir. He elevado el nivel, porque siem- pre es mas facil explicar las cosas desde cierta nitidez. 3. Antes de pasar a la 2? parte, dos condiciones: —Que manejes una imagen real de ti mismo. Por ejemplo, si alguien te pregunta «qué necesidades tie- nes menos integradas en tu personalidad?», que no te suene a algo fuera de ti. —Cierto rodaje de oracién, de modo que puedas ha- blar de una historia de relacidn con Dios, aunque sea minima. 4. No es facil sefialar un requisito de tiempo para la fase de INICIACION. Depende de la edad. Si coincide con la crisis de autoimagen, necesitaré bastante tiempo. 5. En todo caso, para abordar el CAMINO EVANGE- LICO conviene que el creyente no esté centrado en sus necesidades psicolégicas. Buen momento, cuando |os «signos de personalizacién» estan bastante integrados y se quiere algo mds. Y todavia mejor, cuando el proceso personalizador de la fe est a punto para la opcién fundamental, cuando aparece la llamada a definir el proyecto cristiano de vida. 6. Una vez mas: Si todo esto te resulta artificial, algo asi como una camisa de fuerza, déjalo. Son muchos los caminos del Espfritu. Una espiritualidad para hoy Bibliografia Lo engorroso de una bibliografia es la seleccién. Y ade- mas, con la conciencia de que, al cabo de poco tiem- po, habré que renovarla. La bibliograffa va por Areas, las que corresponden a las distintas dimensiones del proceso personalizador de la fe. 1. Para profundizar aspectos psicoldgicos. Libros de vulgarizaci6n: Wyne, Tus zonas erréneas, Grijalbo, Barcelona 1984”. GroescHeL, Crecimiento espiritual y madurez psicoldégica, Ate- nas, Madrid 1987. FinkLer, Comprenderse a si mismo y entender a los demas, San Pablo, Madrid 19854. Lauster, El amor, Mensajero, Bilbao 1987. Daco, Tu personalidad, Daymon, Barcelona 1986°. Guarini, La aceptacién de sf mismo, Cristiandad, Madrid 1986°. 2. Para cierta fundamentacién racional de la fe: Dopp, El fundador del cristianismo, Herder, Barcelona 1984. Varios, La fe de los catélicos, Sigueme, Salamanca 1975. Torres Queiruca, Creo en Dios Padre, Sal Terrae, Santander 1986. Gararivo, El encuentro personal con Jestis de Nazaret, Aranza- zu 1980. 3. Para iniciar en el conocimiento de la Biblia: Gruen, El tiempo llamado hoy, San Pablo, Madrid 1981. CHARPENTIER, Para leer el Antiguo Testamento, Verbo Divino, Estella 1981. 68 Primera parte: INICIACION Cuarpentier, Para leer el Nuevo Testamento, Verbo Divino, Es- tella 1981. SCHNACKENBURG, El evangelio segin san Marcos, 2 tomos, Her- der, Barcelona 1980’. 4, Sobre la experiencia religiosa: Sowe, Viaje de ida, Sal Terrae, Santander 1977. Castro Cusets, Encuentro con la Biblia, Cristiandad, Ma- drid 1977. Frankl, El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona 1985, Boros, Encontrar a Dios en el hombre, Sigueme, Salamanca 19848. 5. Sobre la oracion: Finxter, Cuando el hombre ora, San Pablo, Madrid 19854. Castito, La oracién cristiana, Sigueme, Salamanca 1972. Larrance, Ora a tu Padre, Narcea, Madrid 1981. Racuin, Orar la propia vida, Sal Terrae, Santander 1984. Herrdiz Garcia, La oracién, historia de amistad, Espiritualidad. Von Batruasar, La oracién contemplativa, Encuentro, Madrid 1982. 6. Libros de lectura espiritual: Garrivo, Nuicleos del mensaje cristiano, Aranzazu 1975°. Von Bavrnasar, El corazén del mundo, Ediciones 62, Barce- lona 1980. Six, Jestis, Daymon, Barcelona 1974. Garripo, Los salmos, contemplacién y vida, Aranzazu 1977?. ANOnIMo, Amor sin limites, Narcea, Madrid 1981. Barsorti, La revelacién del amor, Sigueme, Salamanca 198). Garripo, Mirardn al Traspasado, Aranzazu 1980. 69 Una espiritualidad para hoy 7. Libros que iluminan el proceso espiritual: Manarancue, Un camino de libertad, Herder, Barcelona 1984. Gouvernalre, La prdctica del discernimiento en san Pablo, Sal Terrae, Santander 1984. Santa Teresa, Las moradas, San Pablo, Madrid 1987. Laptace, Diez dias de Ejercicios, Sal Terrae, Santander 1980. Segunda parte: CAMINO EVANGELICO Conversién y edades de la vida Tipologia de la conversién Primera etapa: FUNDAMENTACION Revelacién y personalizaci6n Sobre las experiencias fundantes La oracién-meditacién TEMATICA Observaciones Segunda etapa: FE EN EL REINO Personalizar lo escatolégico La experiencia del discipulado La oracién-encuentro TEMATICA Observaciones Tercera etapa: SEGUIMIENTO DE JESUS Personalizar la Hora La experiencia pascual La oracién-fraseo TEMATICA Observaciones 71 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO. Conversion y edades de la vida La conversién es espfritu, transformacién del «centro personal». Se la confunde con un cambio brusco de conducta, 0 con un pasarse a un nuevo sistema ideo- ldgico. Lo extraho de la conversién cristiana es que no depende de nuestro esfuerzo. Se inicia con la fe en la Buena Nueva de que Dios se ha convertido a nosotros en fidelidad incondicional con Cristo Jestis (2Cor 5,16 21). Se consuma con el don del Espiritu Santo, derra- mado en nuestros corazones, para que vivamos como hijos (cf Rom 5-8) la nueva y eterna Alianza en nues- tras entrafias (Jer 31). Pero se realiza en el tiempo, en la historia de Dios y del hombre. La obra de Dios y el tiempo 1. No es lo mismo convertirse a los 16 afios, en que el yo se constituye desde el modelo de identificacién, que a los 40, en que el ideal ha de confrontarse con un yo que ha sufrido procesos complejos en su afecti- vidad y proyectos. 2. En la medida en que este CAMINO EVANGELICO 73 Una espiritualidad para hoy no quiere separarse de la historia vivida de la persona, me parece del todo necesario plantearse la conversién teniendo en cuenta dicha historia. —Cémo ha ido desarrollandose el sentido de Dios en mi vida. —Conocimiento de la obra de Dios en mi. —cCon qué condicionamientos y posibilidades debo contar ahora que quisiera hacer de Dios y de su pro- yecto sobre mi el centro totalizador de mi existencia. —Lucidez en las claves, tanto espirituales como hu- manas, en las que se juega mi conversién. En todo in- tento renovado de conversién hay una «piedra de tro- piezo», la que mas me molesta y la que mas me posibilita. 3. Pero la conversién, en sf misma, no tiene edad. Asume todos los procesos; pero siempre es don. Muy diferente en cada edad de la vida; pero siempre se abre espacio en el mismo acto, cuando el creyente se en- trega en fe a la iniciativa de Dios. 4. De ahi la paradoja: Es necesario convertirse no desde la fantasia del deseo, sino desde la realidad asu- mida de lo que Dios ha hecho en mi hasta ahora y de las dificultades reales que le impiden transformarme; pero todo depende de la confianza incondicional en Aquel que lo puede todo (cf Mc 11,20-26). Las edades de la vida 1. La psicologia ha clarificado notablemente las eta- pas de la nifiez hasta la adolescencia, la emergencia evo- 74 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO. lutiva de la persona, hasta que esta desarrolla su estruc- tura, caracter y 6rganos sociales de adaptacién, hasta los 18 afos, edad en que, en nuestra cultura occidental, se inicia la vida de adulto. Pero faltan estudios sisteméticos sobre la adultez. En mi opinidn, esto se debe, por una parte, a que no se ha investigado suficientemente y, por otra, a que la edad adulta no permite un esquema evo- lutivo preciso. Cuando la vida no es bdsicamente desa- trollo, sino proyecto y, por tanto, libertad y sentido de la existencia, las categorias psicoldgicas de tipo evoluti- vo tienen el peligro de quedarse en la superficie. Por eso, la adultez es la edad de la conversién, cuan- do debo asumir mi pasado y volver a replantear la orientacién de mi vida. 2. Con todo, las categorias antropolégicas nos per- miten perfilar los grandes ciclos vitales de !a adultez. Este tema empalma con lo dicho sobre las «crisis exis- tenciales» en la pagina 33. a) Adulto joven Esta saliendo de la adolescencia, y por eso tiene que encontrarse consigo mismo. La imagen de sf es replan- teada en funcién de la bisqueda de autoconocimien- to. Pero ya no domina el narcisismo replegado en sus propias fantasias. Es la hora de fa intimidad, del en- cuentro con un tt, del amor interpersonal. La vida se percibe como proyecto, no sdlo como en- sofacién. Hay que tomar decisiones que orientan defi- nitivamente el ser y quehacer. Identidad psicolégica (imagen real de si e integracidn basica de necesidades) e identidad existencial (horizonte de futuro, amor per sonal y tarea) deben ir a la par. 75 Una espiritualidad para hoy El tiempo es, fundamentalmente, posibilidad. La es- peranza se alimenta de confianza en el futuro y de pro- yectos idealizados. El peligro puede venir de fijaciones del pasado, de miedos e inmadurez afectiva que, en vez de abrirnos al futuro o al td, nos cierren y afslen. La experiencia re- ligiosa se presta a reforzar ese talante adolescente de intimismo enfermizo o de grandes ideales, vividos mas mentalmente que en confrontacién con la realidad. Por eso, la primera etapa plantea una conversién de fundamentacion, en que, a la vez que se vive la experien- cia de Dios, se van integrando realidades de persona- lizacién psicoldgica y va surgiendo la actitud existencial como proyecto. b) Adulto maduro Los centros de interés vital han cuajado ya a partir de los centros configuradores del proyecto de vida. Sera el amor que ha dado sentido a tu historia; seran los hijos; sera tu profesién; seré tu responsabilidad publi- ca... Tu ser esta referido a. No te percibes sino en didlo- go con tus compromisos histéricos, los que te han en- raizado en la realidad. Por eso, has dejado «atrds» tus ilusiones juveniles, tus disquisiciones verbales, tus rollos mentales. Pero sientes también la ambigiiedad de todo proyec- to, la ley inexorable del desencanto, la tentacién de en- simismarte, de dedicarte a lo tuyo, de trabajar mucho, sin creer en nada, de sentirte titil, pero no amar. La conversién exige esa sintesis dificil, pero esencial: realismo y esperanza, conciencia de la relatividad de todo y amor desinteresado, fidelidad al proyecto y hu- mildad confiada, desasimiento y solicitud. 16 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO c) Adulto anciano O integridad, en que las grandes bipolaridades de la existencia se unifican: frescura del coraz6n y distancia- miento, infancia espiritual y sensatez de juicio. O des- esperaci6n, porque no se sabe qué hacer con tanto can- sancio y la reduccién progresiva y la muerte que viene. O sabidurfa de lo Gnico necesario: la obediencia de amor en fe desnuda. O sinsentido de la vida, llena qui- zA de recuerdos y obras, pero crispada ante el propio vacfo interior. © paz, en medio de una sensacién global de la in- consistencia de todo, una paz que guarda la dulzura del corazon, mas fuerte que todos los sinsabores. O esa amargura, revestida a veces de escepticismo falsamen- te sereno. 3. La vida humana, con sus ciclos, nos lleva a lo mis- mo que ensefia la fe: aprender a morir, perder la vida para ganarla. Por eso es tan importante plantear bien la con- versién propia de cada edad. Que no se muere igual a los 25 afios que a los 55. Y no toda muerte es verda- dera conversi6n. Sdlo lo es la que nos posibilita nueva vida, pero no la que se escuda en la muerte porque se renuncia a vivir. Mas alld de la edad 1. Los ciclos vitales apuntan hacia una sabiduria; pero no la producen necesariamente. Todo depende del sentido con que se haya vivido la propia historia. Con- vertirse, por ello, no consiste en ordenar religiosa y mo- ralmente una vida considerada como superficial, tibia 77 Una espiritualidad para hoy o fuera de la norma. Consiste en fundamentarla de nue- vo segtin la verdad de Dios. Y la verdad de Dios no es, primordialmente, Ley para protegernos del juicio de su amor absoluto, sino corazén nuevo (cf Ez 36). 2. La conversién depende del grado en que el amor fundamenta el sentido de una vida. Y el amor no tiene edad, aunque sea vivido de modo diferente segtn las edades. A los 45 afios, una vida generosa de ascetismo o de actividad social puede sentirse sin-sentido, porque no hubo amor fontal que nutriese la entrega. Pero si algu- na vez se ha amado a fondo perdido, cuando todo des- aparece, queda el amor (cf 1Cor 13). El amor no necesita justificarse. El se sabe razon de si mismo. iEs la vida! «En la tarde de la vida seremos juzgados sobre el amon (san Juan de la Cruz). 3. De ahf que haya dos grandes estilos de santidad cristiana: la del amor que se purifica al ritmo de los ci- clos vitales (amor que madura a través de la desapro- piacién de la vida) y la del amor-destino, que devora el tiempo. Algunos (son los elegidos) desde muy pronto planta- ron su existencia en el amor. Despertaron al sentido de la vida desde la evidencia que en otros es una larga conquista: que lo que importa es amar. En estos casos, la autenticidad, actitud existencial basica coincide con la intuicién certera de que fuera del amor todo es am- biguo. De estos habla la Sabiduria cuando dice que «el jus- to maduré en pocos afios y cumplié mucho tiempo» (Sab 4,13). 78 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO 4. Porque el tiempo depende de la densidad con que es vivido. Y cuando Dios, el Amor absoluto, irrumpe en el centro de una vida, el tiempo adquiere densidad eterna. Asi vivid Jestis, consumando su vocacién mesianica en dos afios. Una espirituatidad para hoy Tipologia de la conversién 1. La conversién es gracia del Sefior, que pasa por la propia historia, pero también por otros factores. Por ejemplo, el estado de vida. a) Toda conversién implica la actitud de disponibili- dad a la voluntad de Dios. Pero no merece la pena per der el tiempo sofiando o preocupéndose por hacer rup- turas radicales si estas casado y tienes hijos o perteneces a una institucién religiosa. Claro que Dios puede pedirte lo que quiera; pero tu primera radicalidad esté dada por la realidad de tu estado de vida, que, en principio, se supone discernido como voluntad de Dios. b) La conversién implica disponibilidad para lo im- previsible; pero esto no significa colocarse en el punto cero, Has nacido en una familia, vives en una comuni- dad, tienes un trabajo... Tu estado real de vida te exige discernir la voluntad de Dios teniendo en cuenta dichas mediaciones. Lo cual supone aprender a discernir distintas formas de radicalidad cristiana: la del amor de Dios y del pré- jimo (que en sf no tiene forma externa, y que, por eso, debe informarlo todo), la del propio estado de vida como vocacién (casado, soltero, célibe), la del status social (todo cristiano esta llamado a la renuncia de bienes, pero no del mismo modo), etc. 80 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO c) Segtin se va viviendo el proceso de esta 2° parte, la experiencia de conversién tiene que culminar en la experiencia de vocacién, o bien para reelegir lo que ya uno vive, resitudndolo en la dindmica evangélica del seguimiento, o bien para plantearse la vocacién como eleccién de una forma definida de existencia cristiana. Porque toda persona vive un estado de vida; pero no todos la viven como vocacién y misién, como obedien- cia al plan de Dios. 2. El proceso aqui planteado /leva a una conciencia eminentemente personalizada de la conversidn. Lo no- taras en que no vives de esquemas, sino de lo que Dios va haciendo en ti. Y, en consecuencia, de fidelidad a ti mismo. La vida misma se te esta haciendo vocacién personal, algo Gnico, insustituible. 3. Es normal que haya tantas conversiones como per sonas. Con todo, no estaré mal referirse a algunos ca- sos significativos: a) Si la aventura de la 2 parte, CAMINO EVANGELI- CO, viene dada por légica interior, en continuidad con la 18 parte de INICIACION. En este caso, es probable que la primera etapa, FUNDAMENTACION, no resulte chocante; pero que la segunda, el REINO, si. La perso- na ha ido viviendo su conversién como proceso de in- tegracion de lo divino y lo humano, y, claro, lo escatolé- gico, el Reino, somete el proceso a rupturas no controlables. b) Caso contrario: una vida cristiana fundamentada en los altos ideales evangélicos; pero que, inconscien- temente, esta viviendo una crisis de realismo que ame- naza sus mejores suefios. La segunda etapa, la FE DEL 81 Una espiritualidad para oy REINO, le atrae especialmente (han sido los grandes valores que animaron su vida desde joven). Es proba- ble que no sepa qué hacer con la primera etapa, de- masiado «complicada> para su gusto. Sin embargo, la - necesita vitalmente. c) Esta otra persona, dice ella misma, «necesita con- vertirser. Ha ido respondiendo con autenticidad a cada ciclo vital. Tiene una relaciédn personal rica con Dios; pero ahora, desde hace afios, se siente impotente en Ja oracién. Es fiel, pero tiene la sensacién de perder el tiempo. Se entrega al prdjimo en tareas de amor desinteresado; pero percibe muy nftidamente sus fon- dos de pecado. Espera con este camino disponer de un método de oracién y conversién. Que sepa que no es la hora de ningtin método, que deje de buscar muletas, que es la hora de saber estar pobre y amoroso en su presencia, sin mas. Le aconse- jo, a lo sumo, la tercera etapa del SEGUIMIENTO, con tal de que simplifique su oraci6n. 4. Este camino no es para todos. Si, después de in- tentarlo, no terminas de hacerlo tuyo, pregtintate por qué: — Si durante otra etapa de tu historia has vivido pro- cesos muy elaborados de discernimiento, te conviene simplificar. —Si tanto discernimiento te da inseguridad, quizé no es tu camino, quiza te esta obligando a afrontar pro- blemas no resueltos. 5. En todo caso, como dije en la introduccién, hay muchos modos de usar este libro. 82 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO. PRIMERA ETAPA Fundamentacion Las reflexiones que anteceden a la TEMATICA estable- cen las coordenadas en que va a desarrollarse la eta- pa; seran mejor comprendidas en el transcurrir de la misma. Principio pedagégico: No pasar a nuevo tema, si se tie- ne la impresién de no haberlo personalizado. Pero te- ner en cuenta que no todos los temas y textos bibli- cos pueden tener igual resonancia. Evitar, pues, la ansiedad perfeccionista. Mas vale llevar un cierto pro- ceso lineal de oracién, y de cuando en cuando volver a los temas menos personalizados. Es interesante ir apuntando en una agenda o cua- derno lo que se va viviendo: luces (despliegue interior, descubrimientos de Dios y de sf, nuevos horizontes de sentido...) y sombras (resistencias, bloqueos, miedos, di- ficultades de oracién...). Revelacién y personalizacién 1. El CAMINO EVANGELICO se apoya en dos rafles: la oracidn, a la luz de la Palabra, y la reflexién, en trance de discernimiento. Hasta tipograficamente, el libro mar 83 Una espiritualidad para hoy ca esta bipolaridad constitutiva de la experiencia cris- tiana: la TEMATICA ofrece textos en un lado y reflexién en el otro. La Palabra nos hace libres (Jn 8,31-32), pero con tal de que sea Espiritu, pues , pomeno S6lo un Dios personal de amor es digno del e. No ha naci- do acaso, del Dios de la Revelacién esta conciencia de la dignidad del ¢ hi ? Asf es; pero con una condicién: que el ho pierda su conciencia de criatura y, por lo tanto, que es el amor creador de Dios el que funda sus derechos y, por lo tanto, que, en sentido estricto, no tenemos ningun derecho a ser amados. b) Llamada a entrar en el proyecto de Dios sobre la historia. De he- cho «voluntad de Dios» significa, biblicamente, . * Mt 25 Sdlo el amor vence a la muerte y al juicio, el amor que vigila y espe- ra, el amor del servidor fiel, el amor que lucha contra los poderes de la muerte (el hambre, el desamparo, la injusticia...). * Sal 49 (48) Porque Dios es el Dios de la justicia y de la vida, vencedor del abismo. iH Segunda parte: CAMINO EVANGELICO Sobre los novisimos 1. A la luz de la eternidad, el hombre se descubre como destino, no en sentido fatalista, sino como vocacién de Absoluto. — La muerte no es un término, sino mi vocacién mas personal, la que condensa mi historia entera y en la que acepto mi verdad dl- tima, que soy creado de la nada por iniciativa libre de amor. El juicio particular, independientemente de sus imagenes mi- ticas (tribunal divino del alma), me muestra la realidad que se pone en juego cuando tomo decisiones: no sdélo una conducta concreta, finita, sino mi destino ante Dios. Por eso, el derecho de Jos pobres llega ante el tribunal de Dios (cf Am 5) y la irresponsabilidad no me justifica (Le 19,1 1-27). — El infierno revela que en la calidad de mi vida aparece la afir- macién o la negacién de Dios como Dios. Mas, que si he conocido personalmente el Amor absoluto y lo he rechazado, estoy ya conde- nado (Jn 12,37-50). — La Parusfa 0 Juicio Universal sera el momento en que Dios re- vele su fidelidad de amor eterno: a pesar de todas las esclavitudes, de todas las opresiones, de todos los pecados, Dios consumara su historia de sufrimiento con nosotros a través de los siglos creando «cielos nuevos y tierra nueva». — La Resurreccién de los cuerpos para la vida eterna demostrara quién es el Dios en quien hemos crefdo. — éY su cielo? éQuién podra describir lo que Dios tiene reserva- do a los que creen y le aman (y le sirven sin conocerle)? «Lo que el ojo no vio, ni el ofdo oyé...». 2. Me atrevo a preguntarme: éQué decisién me gustarfa haber to- mado en mi vida si ahora me juzgase el Sefor? Esta pregunta es un buen test de la calidad de mi fe y de mi vida: si pretendo ganar a Dios con méritos, si todavia siento a Dios como superconciencia o como abuelo, si voy haciendo la sintesis entre vida humana y obediencia a Dios, si El es lo mas importante de mi vida, si conffo en El reconociendo que me merezco la condenacion... Una espiritualidad para hoy 14. Infierno y gloria * Jos 24 Piensa en los diversos sentidos que puedes dar a tu vida: felicidad de satisfacciones materiales, prestigio social, autorrealizacién psico- ldgica, transformacién de las estructuras, el amor humano, la fami- lia, la autoperfecci6n religiosa y moral... ¢Es esto malo? No; pero no pueden fundamentar el sentido de la vida. Dios da a Israel la tierra; pero debe elegir a Dios como tinico, como su Sefior, el que salva, exige fe, compromete mi libertad. “ Mc 9,30-50; 10,17-31 La vida humana no consiste en posibilidades, sino en conflicto, que exige opciones. La radicalidad no est en la negacién de cosas, como si estas fuesen malas, sino en optar por aquello que lo exige todo. * Heb 10,19-39 No nos engafiemos, hubiese sido mucho mas cémodo vivir una hon- radez humana a la medida de nuestra finitud. Pero desde que hemos tocado el fuego del Amor absoluto, la libertad se nos ha hecho res- ponsabilidad eterna. * Ap 20-22 Y también, maravilla de una Plenitud insospechada, de un Futuro sin sombras. Y deseo, cada dia mas ardiente, de su Rostro: «Ven, Sefior Jestis» * Sal 118 (117) Termina la oracién celebrando al Dios de las victorias, al Dios de la Resurrecci6n. . Porque su Dfa grande y terrible ya ha llegado: EI sufrié nuestro infierno y nos regalé la gloria (2Cor 5,18-6,2). * Ap 19 Cuando tu fe vacila, canta con la Iglesia la certeza de la Felicidad sin fin. 120 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO. Mirada retrospectiva 1. Terminamos, pedagdgicamente hablando, una fase del proce- so, la de fundamentacién personal: Dios y el hombre, cara a cara y en torno a las cuestiones en que se construye la persona y se ilu- mina el sentido de la existencia. Proceso de personalizacién como fundamentacién de identidad. Los temas que siguen consolidan lo anterior y hacen de puente con la segunda etapa, la del Reino. Su movimiento, siempre de den- tro afuera, se dilata: de lo personal a lo histdrico-social, de mi fun- damentacién al Plan de Dios. Comienzo a situar mi identidad en una perspectiva mas amplia, la de la humanidad; y consecuentemente, por referencia a un proyecto de vida, a una misién en el mundo. 2. No estarfa mal ahora una mirada retrospectiva: 1) éNotas el proceso dentro de ti? Porque lo importante no es ir recorriendo los temas, sino viviendo su dindmica de personaliza- cién 2) éNotas el cambio de tu imagen de Dios? éQue la oracién es mas que una practica religiosa? 3) ¢Qué temas te han resonado menos? éPor qué? éSera cuestién de repetirlos o de que, dada tu historia y experiencia, es normal que no te calen? éHay algtin tema que te ha desazonado hasta perder la paz? Probablemente, tiene algo que ver con tus miedos latentes. 3. Los autores clasicos, siguiendo a san Ignacio, aconsejaban ahora una confesién general. Si va a servir para dar vueltas, obsesiva- mente, al pasado, mas vale dejarlo. Si esté en relacién con la expe- riencia de reconciliacién con tu historia, podria ser muy positivo. — No te detengas en los detalles. Intenta articular el conjunto de tu vida, captando los momentos significativos, el sentido en que se han desarrollado los ciclos vitales. — Formula los pecados mas importantes. Ahora entiendes que quiza no sean los que mas conmovieron tu culpabilidad, sino esos otros (actos y actitudes) en que negabas la vida, jugabas con el amor, te replegabas sobre ti, utilizaste a Dios... — Habla con un sacerdote de confianza y entrégalo todo al jui- cio de la Misericordia. La iglesia pronuncia, en Jesucristo, la palabra de Gracia sobre toda tu historia. Todo esta en su sitio, porque todo ha sido confiado al amor fiel de Dios. «No peques mas». Abrete al proyecto de Dios en tu vida. Una espiritualidad para hoy 15. Bajo el poder del mal iM Vision realista de la historia como conflicto. * Sal 37 (36); 73 (72) El mal siempre es un escandalo para Ja fe, pues se supone que Dios es bueno y poderoso, y debe evitarlo. éPor qué no lo hace? La ca- pacidad de respuesta no depende de lograr una explicacién causal del mal, sino de la experiencia de sentido con que uno ha ido ela- borando las realidades negativas. Lo cual depende de dos factores: primero, si soy capaz de con- fiar en un sentido ulterior, mas alld del primer golpe negativo; si soy capaz de abandonar en Dios la tiltima palabra sobre la historia. Si la experiencia del mal, en vez de bloquearnos, nos abre nue- vos horizontes, siempre posibilita una nueva experiencia de Dios, realidad Ultima que permanece, afirm4ndose el bien sobre el mal. Y quizd se te dé hacer de El el Bien, tu suficiencia. Entonces sufriras, porque Dios no quiere el mal; pero El mismo te guarda en su paz. * Sal 106-107 (105-106) Meditacién histérica, en que Israel ha sintetizado su lectura sobre el drama de! bien y de! mal. Porque este no es una cuestién abstracta (imagen racionalista, muy infantil: este mundo no es el mejor de los posibles; por lo tanto, no tiene derecho a existir; por lo tanto, Dios es injusto), sino dialéctica concreta de libertades encontradas: salvaci6n—castigo~correccién— stiplica-rectificaci6n— perdén y nueva salvacién del Dios fiel. Este esquema apela a la madurez de la relacién interpersonal: Dios permanece fiel, pero toma en serio la libertad pecadora del hombre. * Sal 71 (70) Salmo de un anciano que ha logrado la sabidurfa. Ha sufrido, se ha escandalizado, ha comprobado la accién salvadora de Dios, ha vi- vido situaciones sin salida, ha confiado... Ahora puede recoger su experiencia de lo humano y no crisparse por el problema del mal. Lo cual no es pasividad, sino esperanza realista y paciencia respon- sable. 122 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO Visién creyente del mundo 1, La fe «no sobrevuela la realidad». Al menos la fe bfblica es una fe enraizada en la existencia, que no da las espaldas a la finitud ni al sufrimiento ni al poder efectivo del mal en el mundo. 2. Diversas actitudes: a) La fe como compromiso histérico-social. El mundo es un cam- po permanente de conflictos (lucha de clases, guerras, movimientos de liberaci6n...). Cristiano es el que ha apostado por las fuerzas del bien, por la justicia. éSe trata de una visién creyente o de una justificacién creyente de una actitud ética? b) La fe como salvacién sobrenatural. Hemos sido puestos en este mundo en estado de prueba para decidir nuestro destino eter- no. Si aceptas la voluntad de Dios en todo (también en los condi- cionamientos socioeconémicos en que te ha tocado nacer), cumples sus mandamientos y practicas tus deberes religiosos, te espera el cielo, una vida sin sufrimiento. éSe trata de fe cristiana o de una de tantas religiones de consola- cién, dada la impotencia que el hombre siente ante el poder del mal? 3. Uno de los objetivos de este libro, en cuanto pedagogia de fe, se cifra en esa diffcil sintesis: ¢Cémo luchar incansablemente con- tra el mal sin caer en el mito de un mesianismo intramundano? eCémo devolver a la fe su compromiso por la tierra? 4. El camino debe ser, ante todo, practico: éQué experiencias del mal tienes y cémo las integras en tu fe? cQué actitudes adoptas cuando lees un periddico o ves la televisién, dada la carga de con- flictos en que se debate nuestra sociedad, el mundo entero? 5. No es el momento para tomar medidas, que quiza sdlo ser- viran para darnos la sensacién de buenos. Mas vale ir aprendien- do a mirar el mundo sin separarlo de la personalizacién de la fe. Iran apareciendo otros temas, en que la fe se aquilate en contras- te con el escdndalo del mal, el mas virulento al menos para una actitud honrada. Una espiritualidad para hoy 16. Los signos de la esperanza Visién realista y esperanzada de la historia. *Si2 En la linea del tema anterior. * Is 62-63 Cuando Israel se ha sentido mas hundido en la historia, sin hori- zonte ni futuro, los profetas han sostenido la [lama de la esperan- za, anunciando un mundo nuevo. La fuerza de la esperanza se ali- menta de signos del pasado, de lo que Dios hizo y nosotros comprobamos. Pero la fuerza de la esperanza se alimenta, sobre todo, del coraz6n, del conocimiento intransferible del Dios fiel. Por eso, la esperanza no depende del cdlculo previsible del futuro, ni del optimismo vital (hay gente que todo lo ve siempre del lado bueno), sino de la fe misma en el Dios fiel. * Dan 2; Mt 111-19 La esperanza, iluminada por la fe, lee la salvaci6n que viene, el cam- bio que se avecina, mediante los signos mas débiles, a veces des- concertantes. * Le 24,13-35 Desde Jestis, hemos aprendido a leer la historia en clave de amor, «que todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta». Y por eso, la es- peranza es més fuerte que la muerte. «Era necesario que el Mesias sufriese». Esta frase, que atraviesa todo el Nuevo Testamento, se ha hecho clave de toda esperanza. Para todos los que sufren. Para todos los que se escandalizan de la presencia del mal. Para todos los que se quejan de la impotencia de Dios. Para todos los que luchan por mejorar la condicién humana. Para todos los que anuncian la Buena Nueva del Reino. * 2Pe 3; Sal 126 (125) Nosotros nos perdemos en los estrechos horizontes de lo inme- diato. Dios contempla la historia en clave de eternidad. 124 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO Orar y meditar los acontecimientos 1. Todo acontecimiento es susceptible de diversas lecturas. Hay dos muy diferentes, pero no contradictorias, aunque no siempre lo- gran integrarse. Si me he quedado en paro, la explicacién causal, ob- jetiva, es clara: condicionamientos econdémicos, los conflictos de mi empresa, quizé con mi jefe de personal... Pero écual es el sentido que doy a quedarme en paro? 2. Depende de los niveles de sentido en que vivo la cuestién glo- bal de la vida misma: -— Si me dedicaba a los demas, si hacia regularmente oraci6n, y ahora todo se me hunde, y hasta he tenido la tentacién de dejar de creer, debo preguntarme muchas cosas: éSeré un mal momento, del todo comprensible, pues el paro me deja al aire en necesidades ba- sicas de la vida, la subsistencia y el trabajo? ¢Serd que tenfa tan mal fundamentada la fe, que la usaba como un sistema mas de seguri- dad, el religioso-moral? — Si quedarse en paro otro lo considera como «providencia de Dios», y se dice: «Dios quiere que aprenda a fiarme de El. Me quita este trabajo, pero me dar otro, estoy seguro. éNo nos ha dicho El que cuida de nosotros como de los lirios del campo?». Este provi- dencialismo puede ser propio de alguien que ha hecho de la fe el todo de su vida; pero, también, de lo contrario, de alguien que tie- ne una imagen magica de Dios. 3. Segtin vas viviendo la experiencia de la oracién, introduce en ella los acontecimientos de la vida y del mundo. El Espfritu te ira ensefiando a orar con ellos: — situdndolos en el conjunto de la vida, para que Dios no se te quede en intimismo piadoso; — leyéndolos en clave de fe, cuando te cuesta descubrir que pueden tener algtin sentido; — despertando tu coraz6n hacia actitudes de compromiso cris- tiano en tu vida cotidiana, individual y social; — dandote confianza en el Padre de los cielos, que a veces pa- rece desinteresarse por este mundo cadtico, y al que, sin embargo, amé hasta entregarle a su propio Hijo (Jn 3,16-17). 4. Procura ya, desde hoy, dar calidad a lo sencillo: lectura no su- perficial del periédico; escuchar a las personas, etc. 125 Una espiritualidad para hoy 17. El proyecto de Dios Desde ti mismo, desde la realidad que te rodea, desde una visién universalista del mundo, desde el claroscuro de la historia, escucha la Palabra que anuncia el proyecto de Dios sobre el hombre. Habria que leer el Antiguo Testamento, todo él polarizado por el Futuro, el Reino. Escogemos algunos textos. No nos quedemos en panordmicas tan generales que pierdan resonancia personal. Esta vision de conjunto me permite preguntarme sobre «mi sitio en el plan de Dios» y preparar las etapas segunda y tercera, en que se des- pliega y realiza el plan de Dios. * Sal 136 (135) Sintesis de los acontecimientos fundantes de Israel en alabanza. Estribillo contemplativo. * Sal 147 (146); Is 11 Sintesis de la esperanza futura. Canto a la Palabra que elige y crea, salva e impera. a. EI Rey perfecto, representante de Dios. La paz mesianica. * Le 1,67-79 Haciendo puente entre la Promesa y el Cumplimiento. Anuncio gozoso. Conciencia de eleccién. *He 13 Visién unitaria de la Historia de la Salvacién. EI Plan definitivo de Dios esté en marcha con Jestis. *Efl La mirada de la fe, a la altura del coraz6n eterno de Dios. «Porque es eterno Su amor> «Para alabanza de la gloria de Su gracia». «Que Dios, Padre de nuestro Seftor Jesucristo, nos dé espiritu de sabidurfa y revelacién, para comprender nuestra esperanza y nues- tra herencia>. Aeso nos llamé, a ser su Iglesia, su Pueblo, sus hijos, a vivir su vida de comunién trinitaria. 126 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO Mi sitio en el plan de Dios 1. Auna persona se le nota su autenticidad en que se hace esta pregunta: «Bueno, épara qué he nacido?, écual es mi misién en este mundo?». Lo cual implica dos aspectos a) La vida sdlo tiene sentido si la percibo en el plan de Dios (para creyentes, claro), en un conjunto. b) Que la vida tiene sentido si la hago vocacién personal, intrans- ferible, mia (porque, para muchos creyentes, por desgracia, no hay misién que cumplir, sino vivir en orden, cumpliendo lo establecido por Dios). 2. Mi sitio en el plan de Dios es algo a descubrir: — si me atrevo a ser yo mismo; — si Dios llega a ser para mf Alguien que me ama; — si mi libertad va haciéndose disponibilidad y obediencia; — si llego a percibir el Evangelio como llamada al Reino, desig- nio salvador de Dios sobre todos los hombres; — sila fe en Jestis me hace salir de mi mismo e identificarme con su persona y proyecto; — si aprendo a distinguir mis deseos de la verdadera inspiracién del Espfritu. 3. No es el momento de encontrar mi sitio, sino de plantearme la vida como vocacién, Después del camino recorrido hasta aqui, se supone que he crecido en autenticidad (en hacer de la vida una cues- tién de verdad y libertad, no de seguridad) y en confianza en el Dios de la historia (de cuya libertad y amor voy perdiendo miedos). éQuie- res seguir adelante, conociendo a este Dios? 4. Cabe seguir adelante porque te atrae. Sin mayor decisién, con una actitud entre reservada y disponible. Te dices a ti mismo que «ras viendo, sobre la marcha» 5. Cabe seguir adelante con entusiasmo, decidido a todo. Que no te ocurra lo que a Pedro, que sintid el escdndalo de Jestis. Espero que el amor, como en Pedro, termine por ser humilde, y salga ven- cedor. 6. Cabe fiarse con sencillez, consciente de la propia debilidad 127 Una espiritualidad para hoy 18. Dios, origen, guia y meta El proyecto de Dios es Dios mismo y su gloria. * Sal 97 (96) Experiencia transida por la presencia del Viviente. La obra de Dios en la historia, llevada a su Plenitud (Justicia y Derecho, Alegria y Luz), se identifica con la gloria de Dios mismo en su plenitud de Vida. Si supiésemos adorar... No se adora sino cuando Alguien nos fascina hasta hacerse Unico. Sdlo Dios es realmente adorable, digno de que mi corazén y el mundo entero se postren, estremecidos, felices, a sus pies. * Sal 89 (88) Dios es nuestro origen, gufa y meta, porque sdlo El tiene derecho a serlo. Israel lo celebré en himnos de agradecimiento, como este, a pesar de que a veces Dios parece el «escondido», tan débil como nosotros. Su nombre es EL SENOR, Dios fiel, maravillosamente fiel, aunque a veces parezca abandonarnos. * Col 1,1-23; Sal 85 (84) Cristo, gloria de Dios y gloria del hombre, en quien se abrazan la fi- delidad que brota de la tierra y la justicia que mira desde el cielo. Nuestra Paz. * Ap 4-5 O se leen estas paginas como literatura religiosa barroca, o se sien- te latir en ellas la fuerza contemplativa de la fe, que. por fin, se ha trascendido a sf misma, postrada en adoracién: iSolo Dios, nuestro cielo! 128 Segunda parte: CAMINO EVANGELICO, EI «tanto cuanto» !. No importa que tengas la sensacién de no poder respirar con los textos anteriores. Deja que la Palabra (el testimonio del Espiritu Santo en el coraz6n de su Templo, que es la Iglesia) sea mas que td. Lo hermoso de la Biblia es que cuanto mas te hace percibir que Dios es Dios, tanto menos niega lo humano. La trascendencia no te aleja de lo terreno, sino que te lo devuelve, eso si, de un modo nue- vo, desde otra luz. 2. El cambio de perspectiva se traduce por el principio de discer- nimiento del tanto cuanto. Qué se quiere decir? — Que todo lo humano es integrado en Dios; pero a través de Su voluntad, es decir, tanto cuanto Dios lo quiere. — Por eso, tedricamente, a nivel abstracto, no hay que renunciar a nada, porque «todo es bueno», como obra de Dios que es; pero, en cuanto una realidad concreta (este trabajo que me posibilita un puesto mejor; esta relacién humana; estos medios en orden a una accién so- cial o pastoral, etc.) aparece en mi vida o la confronto honestamente con el Evangelio, ya no queda tan claro que Dios la quiere. — Que una cosa no es mas divina cuanto menos humana sea (por ejemplo, que para amar a Dios como el Unico no debo vincu- larme afectivamente a nadie; o que lo mas perfecto es lo que mas re- nuncia lleve, etc). 3. Todo lo cual, evidentemente, implica un discernimiento perso- nalizado de la voluntad de Dios en mi vida: mi historia, mis condi- cionamientos, mi vocacién, las mociones interiores que siento ahora, ete. 4. El fruto del tanto cuanto es la libertad interior: capacidad de de- sear absolutamente sdlo a Dios y, a la vez, de amar lo humano. Des- asimiento de todo lo creado y gozo de la vida en su riqueza multi- forme. El tanto cuanto es fruto del amor centrado en Dios a través de un discernimiento de lo que no es Dios (la indiferencia espiritual). Lo cual no lleva a un dualismo entre lo divino y lo humano, sino a una unificacién superior: el por Ti del amor (todo «tanto cuanto TU lo quieras, Sefor). 5. éEstoy viviendo alguna realidad que debo discernir a la luz del tanto cuanto? Una espiritualidad para hoy 19. Dios, vocacién personal Después de este despliegue, volvemos a la pedagogia de la perso- nalizacién. Me doy cuenta de que en mis cuestiones mas intimas se pone en juego la familia humana entera y el proyecto de Dios. * Sal 23 (22) Descansa a su mesa y a su vera. Sin racionalizaciones, sin andlisis. Al final, toda verdad y todo deseo Le pertenecen. Come de sus manos, No preguntes. Bebe de sus labios. E] coraz6n tiene su fuente. * Sal 63 (62) Pasion de Dios, el peso del coraz6én humano, que busca su centroa Dilo con todo tu ser: «Te quiero, Dios mio».

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