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LA BIBLIA: LOS AUTORES LOS LIBROS EL MENSAJE Angel Gonzalez Nutez Ss ANGEL GONZALEZ NUNEZ LA BIBLIA: LOS AUTORES, LOS LIBROS, KL MENSAJE EDICIONES PAULINAS A Maria del Carmen, mi compaiiera, y a nuestros hijos Eva Maria, Angel y Sara © Riiciones Paulinas 1989 (Protasio Gomez, 11-15. 28027 Madrid) © Angel Gonzéler Niifiez 1989 Fotocomposicién: Grafilia, 8.L. Hnos. Garcia Noblejas, 41. 28037 Madrid Impreso en Artes Grifieas Gar. Vi. 28960 Humanes (Madrid) ISBN: 84-285-1278-7 Depésito legal: M, 12.446-1989 Impreso en Espaa, Printed in Spain Qué es la Biblia La Biblia es, ante todo, una gran obra literaria, sin duda de las més prestigiosas de la literatura universal. Integrada por muchos libros, se puede decir que es ella sola una cumplida literatura, con el numero y diversidad de formas y de géneros que en ese caso cabria esperar. Fue creada en el espacio de un poco mas de un milenio por el antiguo pueblo de Israel y por el naciente cristianismo. Pero si al tiempo de su gestacién sumaramos también el de su configuracién definitiva y el de su recono- cimiento como un todo completo y cerrado, ese tiempo se alargaria en- varios siglos. Los creadores de la Biblia, el judaismo y el cristianismo en su dia, estimaron sus libros como sagrados y normativos y los siguen conside- rando hasta hoy como inspirados y canénicos. Esos términos densos y dificiles reclaman su correspondiente explicacién. Por el momento toma- mos nota de dos cosas que ya de primeras parecen sugerir. Hablan, a todas luces, del cardeter particular de esos libros y de la autoridad que siempre ejercieron sobre quienes se consideraron sus natos destinatarios. La Biblia es para ellos su sagrada Escritura. Pero los términos demar- can, ademas, la lista de los libros, acotandolos de otros que escribieron los mismos creadores, aunque luego no los incluyeran en su Biblia, ori- Ilandolos expresamente 0 dejandolos fuera. Son los apécrifos y los «libros exteriores». Durante los muchos siglos que separan a los creadores de la Biblia de nosotros, sus lectores fueron por lo comtin gente ganada de antemano y su lectura fue, por eso mismo, de espontanea apropiacién. Los lectores de hoy se encuentran por posicién a mas distancia y por eso su estudio metédico es posible y necesario. La singularidad de la Biblia no se agarra reconociendo que es un cldsico. Lo es, efectivamente, pues es una literatura portadora de civi- lizacion. Con el impacto de sus traducciones contribuyé a fijar lenguas; con su ética y sus principios religiosos configuré identidades y decidié autocomprensiones. Tampoco basta con reconocer que es un best/seller, aunque sea, en efecto, el libro mas traducido, mas editado, mas estu- diado y mas leido de cuantos se hayan escrito. Seguramente no es desmesurado afirmar que es el libro que mas ha contribuido a la configuracién de la cultura occidental y, por eso mismo, la clave decisiva para su comprensién. Inspiré nombres personales y lo- cales, dio sus temas para creaciones artisticas de géneros diversos, es- cultura y pintura, composiciones musicales y obras literarias. La Biblia guid la educacién, fundé la ética, orienté la experiencia y la expresién del sentir religioso, proporciond, en fin, una mundivisién capaz de dar razon de la vida humana y de su sentido y destino. Mejor que como un besé/seller o un clasico, términos que sefialan so- lamente algunos aspectos tangenciales, la Biblia se debe definir como una antropologia, una concepcién completa y sélida del hombre, en la que estan integradas una teologia y una cosmologia. La humanidad esta re- tratada en la Biblia de modo muy realista; pero se supone que en su definicién no cuenta tinicamente lo que es, sino también lo que se tiene que hacer y ha de ser. La esperanza la empuja hacia un ideal de utopia, que luego resulta ser el mas efectivo de los dinamismos que operan en el mundo. El nombre Para aclarar qué es la Biblia parece normal que, antes de nada, nos preguntemos por su nombre y por las varias designaciones con las que se suele hablar de ella. Muchas veces los nombres recogen la esencia de las cosas 0, al menos, algunas de sus notas. Biblia es un sustantivo singular y femenino, proveniente del latin y aclimatado a su hora en las lenguas occidentales. Lo acufié la iglesia latina para designar lo que ella consideraba el libro por excelencia, su sagrada Escritura. Significa, sin més, el libro. En ese libro estaban in- cluidos los libros sagrados del judaismo, que el cristianismo estimé su fundamento; a ésos se unieron otros libros y escritos, que hablaban del acontecimiento en torno a Jestis de Nazaret, literatura cristiana especi- fica. En definitiva, la Biblia es un libro integrado por muchos libros. En realidad, el término latino, con su apariencia de singular, esconde dentro de si el plural griego ta biblia, los libros *. Y asi, el nombre " La fuente de donde procede la palabra es el griego byblos, papiro, la planta que erecia abundante en el Nilo y que se usaba para fabricar el material de la eseritura. E] término tiene que ver con el nombre de la ciudad de Biblos, en cuyo puerto se comerciaha el papiro traida de Egipto. La Biblos de los griegos correspondia a la ciudad fenicia de Guebal, al norte de Beirut. Es una de las mas antiguas ciudades construidas por el hombre, ya en el lejano nealitieo (8000-4000 a.C.). Mientras Egipto dominé en el Oriente (y lo hizo hasta el final del siglo x1 6 Biblia, que en su singular nos proporciona una apreciacién valorativa, en su plural nos lleva de la mano al encuentro con una literatura, con su doble vertiente judia y cristiana. La Biblia se llama también sagrada Escritura. Ello equivale a decir que es la base y el permanente fundamento de varias religiones. Desde nifio conoces la sagrada eseritura, que tiene poder para formarte... Toda escritura inspirada por Dios sirve para ensefiar, reprender, corregir y educar en la rectitud (2 Tim 3,148). Una Escritura sagrada es un libro o un conjunto de libros, que, se- parados de los libros comunes, proporcionan el fundamento de la identi- dad a todo un pueblo o comunidad de tipo religioso. En esos libros se cuenta su origen y se guarda su ley fundamental o su constitucién. Su palabra tiene vigor para interpelar a sus lectores, autoridad para dirigir conductas y alentar esperanzas. Su sacralidad prefiere el marco ciltico para hacerse escuchar. Hay muchas grandes religiones que tienen sagradas Escrituras. El judaismo y el cristianismo, por su Biblia, se cuentan entre ellas. Los drabes musulmanes distinguieron entre las «religiones del libro» (ahl al kitab) y las de sélo tradicién oral, para valorar de modo particular a las primeras. Los libros de una sagrada Escritura suelen estar delimitados por un canon (lista, norma), que define qué libros la integran, y que determina el rango de esos libros: los basicos y los complementarios, generalmente comentario de aquéllos. La sacralidad de los libros reviste caracteres mas 0 menos rigurosos, seguin las diversas concepciones religiosas. Con frecuencia una sagrada Escritura incluye libros de muchos gé- neros literarios: mitos, leyendas, historia, ensefanzas, normas, himnos, oraciones, rituales. Los libros suelen ser cristalizacién escrita, mas o me- nos tardia, de tradiciones orales més antiguas. La Biblia presenta mu- chas notas de esta definicién. Es la Escritura sagrada del judaismo y del cristianismo, inspiradora también del Islam y de su Escritura sagrada, el Coran*. a.C.), Guebal fue su més importante punto de apoyo comereial en aquel suelo, En le época de poderio de Fenicia Guebal fue su capital; después lo seria Tiro. De la palabra byblos, papiro, Y Bitlts, ciudad, se pasa al biblos,biblion 0 byotion, papel, cata, rllo, bro de donde e plural griego ta biblia y de aqui el singular latino biblia, el libro. Almas de os sgradas Bsritaras que cntityen conf Biblia una pate conse 1a literatura universal son los Vedas del hinduismo, con sus comentarios los Brahmanas y los Upanishadas; el Triitaka (tres eanastas) del budismo; el ‘Tao te king o bro del amine, de 7 Obra judia y cristiana La doble paternidad de la Biblia a la que nos venimos refiriendo, el judaismo y el cristianismo, da razén de otros términos por los que tam- bién se la conoce: antiguo testamento y nuevo testamento. En el primero se incluye la literatura sagrada de Israel: en el segundo la especifica del naciente cristianismo. Seria inexacto concluir que el antiguo testamento es la Biblia del judaismo y el nuevo testamento la Biblia de los cristianos. El término testamento resulta, en el caso, ambiguo o extrafio y reclama una aclaracién. Detras del término testamento esté el hebreo berit, que significa pacto o alianza. A su paso por el griego, berit se convirtié en diezeke, que, mds que alianza, es testamento o legado. Con esa desviacién pasé luego al latin y después a las otras lenguas, sin compensacién ninguna por la pérdida del matiz biblico «alianza>. Antigua y nueva alianza laman los profetas Jeremias y Ezequiel a dos etapas de la historia, en cuanto historia de salvacién, una pasada ya y en la que el pueblo al que se dirigen no alcanzé la meta perseguida; y otra atin por venir, en la que el pueblo va a conocer acontecimientos decisivos en orden a conseguir su cabal realizacién. Los profetas denun- cian, con ello, a una nacién que por medio de sus instituciones no logré convertirse en el pueblo fraterno que queria; pero, al tiempo, le anuncian que Dios hard con él lo que él mismo no pudo hacer: transformaré a las personas desde dentro. Mirad que llegan dias —ordculo del Sefior—, en que haré con la casa de Israel y con la casa de Juda una alianza nueva, No como la alianza que hice con sus padres cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ellos rompieron mi alianza, y yo los traté como sefor. Esta serd la alianza que yo seilaré con ellos... Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones. Yo seré su Dios, y ellos seran mi pueblo (Jer 31,31-33). Les daré un corazén entero y una conducta integra, para que me respeten por toda la vida, para bien suyo y de sus hijos. Sellaré con ellos una alianza eterna, Lao Tse, del taotsmo; el Avesta del zoroastrismo; las Analectas det confucianismo; el Guinza del mandeismo; el Coran del islam y el Libro de Mormén, de los mormones. 8 por la que no cesaré de hacerles bien (Jer 32,395). Os daré un corazén nuevo y pondré en vuestro interior un espiritu nuevo. Quitaré de vuestro cuerpo el corazén de piedra y os daré un corazén de carne. Pondré mi espiritu en vuestro interior y haré que os conduzeais segin mis leyes (Ez 36,26s). EI acontecimiento cristiano ser interpretado por sus testigos en su dia a la luz de esos términos, y la nueva comunidad se vera a si misma como la nueva alianza, en la que se cumpliré al fin la palabra pronun- ciada por los profetas. Jestis dice en la ultima cena a sus discfpulos: Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre que se derrama por vosotros (Le 22,20). Los calificativos «antiguo» y «nuevo», en este caso, no tienen sélo ni primordialmente sentido temporal, sino que son valorativos, un tanto an- tagonicos y un tanto consecutivos. Son un binomio en secuencia, con cierta carga del contenido de otro binomio, esperanza-realizacién, pro- mesa-cumplimiento. En la secuencia se cuenta con la continuidad de la historia en la que las dos alianzas se insertan. Estas suponen que en ella hay tiempos dis- tintos por sus logros y que las pequefias posibilidades de los hombres pueden ser siempre enriquecidas. En la misma relacién que las dos alian- zas estan los dos testamentos que hablan de ellos. El nuevo testamento y, en él, particularmente, el evangelio de Ma- teo, muestra una resuelta intencién de tender un puente unitivo con el antiguo testamento. «Todo esto sucedié para que se cumpliera lo que habia dicho el Sefior por el profeta». «Asi esta escrito en el profeta». La promesa mesianica formulada por los profetas se ve realizada en Jestis, reconocido como el Mesias esperado. La esperanza de muchos siglos en- cuentra en él su cumplimiento. De esa suerte, los dos testamentos son partes inseparables de la misma historia. Lo que para el Israel que oye a Jeremias y a Ezequiel tendra lugar en un futuro, para la comunidad cristiana ya sucedié y ese futuro ha comenzado. Tiene que ver con la persona que estuvo en medio del pueblo en la historia, Jesus de Nazaret, en el que unos pocos de su pueblo reconocieron al Cristo, el Ungido esperado. Para éstos se convir- tid en el verdadero centro de la historia. La de antes la van corriendo hacia él; la de después la entienden con él y desde él, corriendo hacia la revelacién definitiva, esta vez a la vista de todos. El judaismo no asume en su Biblia, por supuesto, lo que es para los 9

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