You are on page 1of 24

TEMAS: CADUCIDAD DE LA QUERELLA EN DELITOS DE TRACTO SUCESIVO,

CALCULO DE PERJUICIOS MATERIALES EN EL DELITO DE INASISTENCIA


ALIEMENTARIA.

REPUBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PUBLICO

DISTRITO JUDICIAL DE VALLEDUPAR

Juzgado Primero Penal Municipal

Agosto cuatro (4) del año dos mil (2000)

El JUZGADO en cumplimiento de sus atribuciones constitucionales y de los


requisitos y tramites previstos en el Código de Procedimiento Penal, procede
en desarrollo del proceso seguido contra R. R. D por el ilícito de INASISTENCIA
ALIMENTARIA, ha proferir la siguiente,

SENTENCIA

R. R. D, mayor de edad, Colombiano, hijo de E. R. D y de A. D. D., nació en


bucaramanga el 21 de Septiembre del año de 1954, casado con F. A. M., padre
de las menores LEYDIS TATIANA R. A., LILIANA, YENNY KATERI, PAOLA ANDREA y
LESETH JOHANA, se identifica con la cédula de ciudadanía número 00.000.000
expedida en Bucaramanga.

HECHOS Y ANTECEDENTES

Por el incumplimiento de sus obligaciones alimentarias para con su hija LEYDIS


TATIANA R. A. fue denunciado por la representante legal de la menor, Señora
E. A. M, el padre de aquella, R. R. D.

Ha expresado la denunciante que:


Convivió por espacio de dos años con R. R. D y producto de esa unión, nació el
18 de mayo de 1986 la menor LEYDIS TATIANA R. A. en la ciudad de
Barrancabermeja.

Afirma que se separó de R. D. por razón de que éste no proporcionaba


alimentos a su menor hija; tal omisión la compelió -dice- a presentar
demanda de alimentos ante el -para entonces- Juzgado Promiscuo de Menores
de Barrancabermeja, a fin de se le fijara una cuota alimentaria a aquel.

Manifiesta que trasladó su domicilio y residencia a esta ciudad, por razones de


orden estrictamente económico. Que superado algunos contratiempos para
conseguir recursos, se desplazó a la ciudad de Barrancabermeja (Habrá de
observarse que solo aproximadamente once años después, el 14 de Mayo de
1998, volvió a la ciudad de Barrancabermeja), con el propósito de cobrar los
depósitos judiciales, que debía haber oportunamente consignado el padre de
su menor hija R. R. D, con arreglo a lo dispuesto por el referido Juzgado
Promiscuo de Menores.

Anota que en la mencionada oportunidad ante el -para ahora- Juzgado


Primero Promiscuo de Familia de Barrancamermeja, solicitó se le expidiera
copia de la sentencia correspondiente, pero que había sido informado por un
funcionario del despacho que "...el proceso no tuvo sentencia que allí solo se
había adelantado el proceso para que se hicieran las consignaciones pero que
no entregaba las copias por ese motivo".

Explica que en aquella oportunidad fue informada que R. R. D había advertido


al Juzgado no solo que el dinero consignado por él lo disfrutaba era la madre
de la menor, sino que ésta última "supuestamente estaba muerta". Se lamenta
por la información recibida porque no correspondía a la verdad y ciertamente
le extrañaba mucho, por cuanto provenía precisamente del Padre de la menor
LEYDIS TATIANA R. A..

Solicitó la intervención de la Fiscalía General de la Nación, no solo para que


se averiguara por qué no se le quiso expedir copias del proceso de alimentos
que adelantaba ante el Juzgado Primero Promiscuo de Familia de
Barrancabermeja, sino para que se indagara si era cierto o no, que R. D. hubo
de haber informado que la "niña estaba muerta" y que se le exigiera el pago
de las cuotas alimentarias dejadas de consignar.

2. La Fiscalía 20 Delegada, de la Unidad Local de Fiscalías, ordenó por


resolución del 30 de Mayo de 1998, la apertura de la instrucción y, vinculó a
R. R. D por medio de indagatoria de fecha 24 de Junio de 1998; definiéndole
la situación jurídica el 14 de Agosto de 1998 y profiriendo en su contra medida
de aseguramiento de caución prendaria.

3. El 24 de Diciembre de 1998, la Fiscalía 20 Delegada, de la Unidad Local


de Fiscalías, profirió en contra de R. R. D, Resolución de Acusación, por el
punible de INASISTENCIA ALIMENTARIA.

LA ACUSACIÓN

El Señor Fiscal 20 Delegado, para acusar al procesado R. R. D, expuso:

"Con el material probatorio anteriormente relacionado, se demuestra


claramente en los autos la existencia del Delito de Inasistencia Alimentaria, el
cual se configuró desde el primer momento en que el sindicado de marras
comenzó a sustraerse sin justa causa al deber legal de proporcionarle los
alimentos necesarios a su hija menor, atentando lógicamente sin razón alguna
contra su Familia (Hija), como bien jurídico legalmente tutelado por el Estado
en esta clase de ilícitos"

Y agregó:

"Igualmente debemos concluir que la actuación criminosa del mencionado


Sujeto Agente fué desplegada en una forma dolosa, en vista que previó y
quizo el resultado dañoso posible y hasta la fecha no ha hecho nada para
evitarlo"

Para finalmente concluir:


"Así sucedidas las cosas, tenemos que considerar a R. R. D, como probable
autor material responsable de la comisión del Delito de Inasistencia
Alimentaria, en consecuencia, teniendo en cuenta que se reúnen
probatoriamente hablando los requisitos que exige el artículo 441 del Código
de Procedimiento Penal, procederemos a proferir Resolución de Acusación en
su contra por ese mismo hecho punible y por ende una vez en firme la
presente Resolución se deben remitir estas Sumarias al Juzgado Penal
Municipal (Reparto) de esta ciudad, para efectos del Juicio, no sin ordenar el
embargo del Sueldo del Señor R. R. D, como Empleado de Ecopetrol, hasta la
quinta (5) parte del mismo, según lo preceptuado en el artículo 52 y
subsiguientes de nuestro Código de Procedimiento Penal, en consecuencia,
para tal fin debe librarse el Oficio correspondiente".

LA AUDIENCIA PUBLICA

El debate público y oral, se llevó a cabo el once (11) de Julio del año 2.000. Y
se sucedieron las siguientes,

INTERVENCIONES.-

1.- Intervención del Señor Fiscal 20 Delegado de la Unidad de Fiscalías


Locales de Valledupar.

Considera el Señor Fiscal 20 Delegado, que el JUZGADO debe proferir una


sentencia de carácter condenatoria por las razones que enseguida se resumen:

1A) Que conforme la pruebas recogidas en la instrucción (las cuales


enuncia), se tiene por probado que el procesado R. R. D se ha sustraído -sin
justa causa- de proporcionar a su menor hija "alimentos congruos", con lo cual
su comportamiento se subsume en la hipótesis punible, advertida en el
artículo 263 del Código Penal, con su modificación punitiva señalada por el
artículo 270 del Código del Menor.

1B) Explica que se alcanza mayor fundamento para asumir esa postura, con
el hecho cierto de ser R. D. un empleado de una importante compañía estatal.
Y que bajo esa misma perspectiva, no observa en el expediente que en favor
del procesado, concurra ninguna de las causales de inculpabilidad prevista en
el artículo 29 del Código Penal.

1C) Finalmente, señala que R. D. muy a pesar de que tener pleno


conocimiento de que se ha estado sustrayendo del deber legal de suministrar
alimentos a su menor hija, continua haciéndolo, "...motivo por los cuales muy
respetuosamente le solicito al despacho que al momento de tomar la
determinación de fondo lo haga condenando al encausado de autos y lo
obligue a través de los medios legales a colocarse en un termino prudencial a
paz y salvo con los alimentos adeudados a su hija menor".

2.- Intervención del Señor Apoderado de la Parte Civil.

El vocero especial, quien actúa como apoderado de la Parte Civil, solicita se


emita por el JUZGADO una sentencia de naturaleza condenatoria. Estas las
razones en las que apoya su petición:

2A) Menciona de entrada, que el procesado R. R. D durante más de diez


(10) años, se ha sustraído de proporcionar alimentos a su hija LEYDIS TATIANA
R. A.. Y ello no obstante, que la madre de la menor hubo en su oportunidad
de instaurar -contra él- demanda por alimento en un Juzgado de Familia de la
ciudad de Barrancabermeja.

2B) Afirma que la omisión de no proporcionar alimentos por el procesado R.


D. no tiene justificación alguna, no solo porque éste conocía -como viene
dicho- de la existencia de un proceso por alimentos, impetrado en su contra,
donde se le fijó cuotas provisionales alimentarias, sino porque hizo uso del
subsidio familiar que le correspondía por concepto de su menor hija R. A.,
pagado por la empresa donde trabajaba.

3C) Anota que no corresponde a la verdad, la afirmación del procesado R.


D. en punto de no saber donde se encontraba la menor LEYDIS TATIANA R. A.
como pretendido argumento para soslayar su deber de proporcionarle
alimentos, cuando por el contrario ha narrado que en alguna ocasión estuvo
buscándola en casa de sus abuelos maternos. Y si sabía -como el mismo lo ha
señalado- que la menor estaba pasando necesidades, no se comprende por el
Señor Apoderado de la Parte Civil ¿por qué no la auxilió o socorrió?, máxime
-dice- cuando era trabajador de una empresa de prestigio como ECOPETROL.

3D) El corolario de argumentos, en materia de petición de indemnización


de perjuicios, lo expuso -el Señor Apoderado de la Parte Civil- de la manera
que sigue:

"(...) queremos manifestar al despacho que al momento de proferir la


sentencia tenga en cuenta que lo que se reclama en el proceso penal que nos
ocupa es el monto total de lo dejado de pagar por el señor R. D., desde 1987
hasta mediado de 1999, pues solo hasta esa fecha o partir de esa fecha final
es cuando el padre de la menor LEYDI KATIANA R. ha suministrado alimento y
ello ha sido producto de un proceso que se adelanta en el juzgado tercero de
familia de Valledupar, debe tenerse claro que lo conciliado allí solo hace
referencia al monto de la cuota que le descontaría al señor R. D. a partir del
año 1999, como en este sentido la corte suprema de justicia sala de casación
penal ha hecho diferentes pronunciamientos manifestando que el hecho de
haber puesto de acuerdo para cumplir en adelante la pensión de alimentos no
exonera al procesado de que pague la obligación de que tenía en mora
solicitando con todo respeto a la señora juez que lo condene obligándolo a
pagar la indemnización por perjuicios materiales y que igualmente se le
condene por los perjuicios morales que le ha causado a la menor producto del
total abandono a que la mantuvo sometida durante más de diez años"

3.- Intervención del Procesado

El procesado R. R. D no hizo uso del derecho de intervención en la


audiencia pública, como faceta del derecho material de defensa.

4. Intervención del Señor Defensor técnico.


Quien actuó como defensor técnico, intervino para exponer sus razones de
defensa togada. Son estos los argumentos en que se fundamenta su resguardo
jurídico:

4A) Expresa que toda la problemática derivada entre su defendido y la


madre de la menor R. A., Señora E. A. M, data desde el año de 1986, cuando
con la intervención del Instituto de Bienestar Familiar, se alcanza la
comprobación de la paternidad de R. R. D frente a su hija LEYDIS TATIANA R.
A..

4B) Bajo ese mismo propósito, destaca que encontrándose la menor LEYDIS
TATIANA R. A. en la situación irregular de abandono o peligro, en su
oportunidad, por el Instituto de Bienestar Familiar le fue otorgada la custodia
y cuidado de la mencionada menor a su Padre R. R. D y a la esposa de éste.

5B) Comenta que posterior e igualmente con la intervención del Instituto


de Bienestar Familiar, se regularon las visitas, para que la madre de la menor,
Señora E. A. M pudiera ver a su menor hija. Menciona que en desarrollo de la
primera visita, ésta intempestivamente desapareció con su hija.

5C) Alude que como lo ha dicho el propio procesado R. D., éste


posteriormente no ejerció acción alguna, contra la madre de la menor, para
no hacer más gravosa la situación de ésta última. Que el Padre de la menor R.
A. lo que precisamente quería era la custodia y protección de la misma.

6C) Expone que de manera injusta y temeraria, la Señora E. A. M no solo en


dos oportunidades y en Juzgados de ciudades distintas ha impetrado demanda
por alimentos contra su defendido, sino que igualmente denunció penalmente
a R. D. y otorgó poder a un abogado para que se constituyera en parte civil.
Que observa que ese accionar es no solo irregular, sino desproporcionado y
solo tiene propósitos malsanos de perjudicarlo y no de propender por el
bienestar de su hija, que solo lo obtendría si la menor se le dejara vivir con su
Padre, a quien se le había legalmente dado la custodia.
7C) A continuación la defensa técnica, se dedica a ofrecer
cuestionamientos de orden sustancial y procesal, frente a la Resolución de
Acusación que en su oportunidad fuere proferida en contra de su defendido. Y
de ese recorrido, habrá que destacarse por el JUZGADO solo los apartes
siguientes:

Que la resolución de acusación no fue proferida conforme los presupuestos


formales y sustanciales, advertidos en el código de procedimiento penal.

Para el JUZGADO deviene preciso -a esta altura de la decisión de fondo que se


adopta- destacar que no obstante que la defensa técnica no ha sido explícito
ni expreso en lo que aspira con la afirmación, en el punto ciertamente ha
operado EL PRINCIPIO DE CONVALIDACIÓN, pues, es evidente que no solo no
impugnó la pieza acusatoria, sino que en su oportunidad reglada, tampoco
propugnó por su anulación (art. 446 CPP).

Lo anterior obviamente sin perjuicio del deber propio del JUZGADO de


decretar de oficio las nulidades que observe motu propio que, dicho sea de
paso, sin ser cierto un modelo que imitar, la resolución de acusación que fuere
emitida acá por la Fiscalía General de la Nación, cumple con los requisitos
formales y sustanciales previstos en la ley del rito penal.

Lo anterior amén -y esto se repite- de advertir que contra la Resolución de


Acusación, por la defensa técnica ni siquiera se intentó los recursos legales a
su alcance, para pretender en oportunidad debida derrivarla.

Que no hubo despliegue de una investigación integral.

La defensa técnica en el punto no ofrece una -así fuere- mínima pero


adecuada sustentación de este reproche, lo que la torna de naturaleza
abstracta e imprecisa.
Que la inspección judicial de que da cuenta el expediente, comprueba que la
Señora E. A. M "abandonó" el proceso de alimentos y, que ese abandono lo hizo
precisamente cuando se llevó a la menor hija de la custodia de su Padre.

Que como bien lo viene reclamando su defendido, éste no se encuentra


incurso en el delito de INASISTENCIA ALIMENTARIA ya que ha explicado que no
ha cancelado las cuotas alimentarias debidas, por cuanto había sido
despojado por vía de hecho de la custodia de la menor y que no sabía de su
paradero.

7D) Arguye que la conducta de su defendido se encuentra justificada en


cuanto no tenía información acerca donde se encontraba su menor hija, razón
por la cual no le proporcionaba alimentos. Ni mucho menos la Señora madre,
se lo hubo oportunamente de informar.

7E) Finalmente ante una posible condena, solicita se le otorgue a su


defendido el subrogado de la condena de ejecución condicional, conforme lo
regula el artículo 68 del Código Penal.

CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

DEL JUZGADO

Tal como su texto transcrito lo revela, la connotación típica del delito de


inasistencia alimentaria, se describe así:

Art. 263. - Inasistencia alimentaria. El que se substraiga sin justa causa a la


prestación de alimentos legalmente debidos a sus ascendientes,
descendientes, adoptante o adoptivo o cónyuge, incurrirá en arresto de seis
(6) meses a tres (3) años y multa de un mil a cien mil pesos.

Y por su parte el artículo 270 del Código del Menor (Decreto 2737 -Noviembre
27- de 1989), estatuye:
Art. 270. Cuando el delito de inasistencia alimentaria se cometa contra un
menor, la pena será de prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de uno (1)
a cien (100) días de salario mínimos legales.

Además de lo previsto por el artículo 443 del Código de Procedimiento Penal,


el Juez, al otorgar la libertad provisional, determinará las garantías que
deban constituirse para el cumplimiento de la obligación alimentaria.

Pues bien:

Con arreglo a lo que haya de fondo decidirse en la presente casuística penal,


el JUZGADO considera conveniente hacer las siguientes precisiones:

Conocido es que la doctrina jurisprudencial tiene por establecido que la


inasistencia alimentaria es un delito de carácter permanente y de tracto
sucesivo en cuanto su proceso consumativo, comienza con el incumplimiento
de la primera mesada debida (requisito para que nazca la obligación
alimentaria). Pero para iniciar proceso penal por el punible de inasistencia
alimentaria no es necesario -como requisito de procedibilidad- que se haya
adelantado previamente acción civil de alimentos, como lo tiene decantado la
doctrina (Antonio Vicente Arenas. Comentarios al nuevo código penal. Decreto
100 de 1980. Tomo II, volumen II ) y la jurisprudencia. No obstante, cuando se
ha adelantado proceso civil de alimentos "el juez penal deberá atenerse a la
determinación tomada por la jurisdicción civil o de menores, según el caso,
porque son las llamadas preferencialmente a decidir sobre estas cuestiones
(CSJ. Sala de Casación Penal. Sentencia del 3 de Abril de 1990)".

Conforme lo establece el artículo 271 del Código del Menor -Decreto 2737
(noviembre 27) de 1989- la investigación por el delito de inasistencia
alimentaria es de carácter oficiosa y desistible por una sola vez, sin embargo,
la CORTE ha dicho "Adviértase que en cuanto a que la investigación por ese
delito sea de iniciación oficiosa, como dice el copiado artículo, el nuevo
Código de Procedimiento penal (Decreto 2700 de 1991) derogó ese mandato,
pues en el artículo 33 trae expresamente entre los delitos que requieren
querella de parte el de inasistencia alimentaria a que se refieren los artículos
263, 264 y 265 del Código Penal (CSJ. Sala de Casación Penal. Auto del 1º de
Abril de 1993. M.P. Dr. Guillermo Duque Ruiz)."

Se comparte por el JUZGADO que dentro de la clasificación de los tipos


penales, en la división en relación con su contenido, se habla de tipos penales
de conducta permanente y la importancia de tal clasificación, radica en la
trascendencia para el operador del derecho de fijar el momento desde el que
ha de comenzar a contarse el término para la presentación de la querella en
los delitos que como requisito de procedibilidad la exigen, lapso que es de un
año contados a partir de la comisión del delito.

En la presente casuística penal la comisión del delito, comenzó cuando el


procesado R. R. D empezó a abstenerse conscientemente de cumplir sus
obligaciones alimentarias, frente a su menor hija LEYDIS TATIANA R. A. y
ciertamente se prolonga durante todo el tiempo que esa situación persista por
voluntad del agente delictual.

Empero, el artículo 32 del C. de P. P., establece como lapso de caducidad de


la querella un año, contado desde el momento de la comisión del hecho
punible. La representante Legal de la menor LEYDIS TATIANA R. A., Señora E.
A. M presentó la denuncia-querrella contra el Padre de la menor, el 22 de
Mayo de 1998 (Fl.1).

Lo anterior indica al JUZGADO que desde el mes de Mayo de 1997, hacía atrás
la querella ha caducado, en consecuencia, deviene una causal objetiva de
cesación de procedimiento por cuento siendo el ilicito de inasistencia
alimentaria de carácter permanente y de tracto sucesivo, la acción penal no
podía iniciarse respecto el acontecer delictual ocurrido hasta el 27 de Mayo
de 1997 por pregonarse frente a ese lapso retroactivo, la caducidad de la
querella que extingue la acción penal, ni puede proseguirse, lo que al tenor
del artículo 36 del ordenamiento procesal penal impone la cesación de todo
procedimiento, porque el tiempo abatió el ius puniendi de que es titular el
Estado.
No obstante, no ocurre lo mismo, en relación con la consumación de la
conducta delictuosa, desde el 27 de Mayo de 1997 hacía adelante, en cuanto
-se repite- la infracción penal es de carácter permanente y de tracto sucesivo
y, habiéndose formulado la querella el 27 de Mayo de 1998, en consecuencia,
la caducidad de la querella que se ha detectado por el JUZGADO no opera
desde el lapso mencionado hacía adelante.

Pero habrá de advertirse que a partir del 27 de Enero de 1999, el procesado R.


R. D, éste judicialmente se comprometió a cancelar como cuota alimentaria
la suma de $90.0000.oo y el 10 por ciento de las primas de junio y diciembre
de cada año. Compromiso que asumió "a partir del mes de Febrero" de 1999.

Ante todas las razones anteriores, no se compartirá, con el Señor Apoderado


de la Parte Civil su aseveración y aspiración de que ".... al momento de
proferir la sentencia tenga en cuenta que lo que se reclama en el proceso
penal que nos ocupa es el monto total de lo dejado de pagar por el señor R.
D., desde 1987 hasta mediado de 1999, pues solo hasta esa fecha o partir de
esa fecha final es cuando el padre de la menor LEYDIS TATIANA R. A. ha
suministrado alimento...". Habrá de cuidadosamente reparse que -como en el
lugar adecuado se dirá- la demandante E. A. M ciertamente abandonó la
primera demanda de alimentos propuesta por ella a través de vocero jurídico
en la ciudad de Barrrancabermeja y ese proceso verbal sumario de alimentos
fue por el despacho judicial suspendido por esa particular circunstancia, de
ahí que no resulte acertado que ahora se pretenda una especie de fijación
retroactiva de alimentos o cobro atrasadas de mesadas, porque conforme el
artículo 421 del Código Civil "los alimentos se deben desde la primera
demanda" y si esta resultó fallida no puede pretenderse acudir a su fuente.
Alrededor del punto la doctrina advierte: "Debe, entonces, ser desterrado el
malentendido, muy difundido en el país, atinente a que si no se demandan los
alimentos ni se ha celebrado pacto al respecto, dejar pasar el tiempo conlleva
un ahorro, pues el lapso transcurrido sin haberlos solicitado presume que
hasta tanto no se hizo no eran necesarios y precluyó la posibilidad de
solicitarlos respecto de las mesadas atrasadas (Hernán Fabio López Blanco,
Instituciones de Derecho Procesal Civil Colombiano, Tomo II, parte especial,
sexta edición, 1993, pág. 248)".

Obsérvese, principalmente por el Señor Apoderado de la Parte Civil, que su


ahora apoderada E. A. M, otorgó poder el 24 de septiembre de 1987 (Fl. 27) a
un profesional del derecho para que instaurara en esa oportunidad demanda
de alimentos en la jurisdicción de Barrancabermeja; la actuación que aparece
en el expediente, demuestra que solo volvió a percatarse del proceso que se
menciona hasta el 14 de Mayo de 1998 -aproximadamente once años después-
para solo solicitar copia de la sentencia. Tampoco hay evidencia en el
presente proceso que aquella haya estado requiriendo a su apoderado
especial para que le informara respecto del desarrollo del proceso, para que
impulsara el mismo o siquiera para ir a reclamar -así fuese una sola vez- las
mesadas provisionales que presumiblemente hubiesen sido consignadas. Lo
que comprueba el absoluto abandono del mismo. Posteriormente, para 1998
aparece formulando una querella penal y postulando en su propio nombre una
demanda de alimentos en la jurisdicción de Valledupar. Sin duda, esto
comprueba más la absoluta poca seriedad que le imprimió a su primera
demanda y la deserción absoluta del primer proceso que propuso contra el
procesado R. R. D.

Si no deviene insólita tal equivocadisima pretensión, por lo menos es


notoriamente injusta, extemporánea e inequitativa.

Para el JUZGADO no puede, pues, pasarse por desapercibido la conducta de la


representante legal de la menor, Señora E. A. M, que refracta el expediente.
Obsérvese que en su oportunidad otorgó un poder especial a un profesional
del derecho (fl.8) para que iniciara proceso de alimentos, contra el procesado
R. R. D ante la jurisdicción de Barrancabermeja, esto se repite.
Posteriormente, formula en su propio nombre demanda de alimento ante la
jurisdicción de Valledupar (Fl. 141)
4.1. La primera demanda fue admitida por el Juzgado Promiscuo de Menores
de Barrancabermeja el 22 de Octubre de 1987 (fl. 12). Y en esa oportunidad
judicial, se decretaron alimentos provisionales, equivalentes al 10 por ciento
del sueldo básico mensual y de las prestaciones legales y extralegales del
procesado R. R. D en la empresa donde trabajaba.

4.1.1. Durante el tramite del procedimiento, se produjo una actuación de


audiencia, donde participó el apoderado especial de la Señora E. A. M y el
propio demandado R. R. D (ver folio 9). Al día siguiente, esto es, el 26 de
Marzo de 1988, el Juzgado Promiscuo de Menores, profirió un auto
interlocutorio, donde SUSPENDÍA EL PROCESO, bajo los siguientes términos:
"Así las cosas no se puede continuar el trámite normal hasta tanto se conozca
el lugar de residencia de la menor, en consecuencia déjese en suspenso en
secretaría hasta cuando los interesados se presenten a activarlo". El anterior
auto aparece notificado (fl. 11) a la Señora Defensora de Menores y al
Apoderado de la demandante, Señora E. A. M.

A folio 12 se avista, memorial de fecha Mayo 14 de 1998, signado por la


Señora E. A. M solicitando se le expida copia de la sentencia, que se hubiese
emitido en el proceso de alimentos por ella instaurado a través de apoderado
especial.

4.2. La segunda demanda la formuló en su propio nombre ante un Juez de


Familia de Valledupar. Durante el tramite, se llevó a cabo el 27 de Enero de
1999, audiencia de conciliación. Se llegó a un acuerdo, y la autoridad judicial
impartió aprobación al mismo. Y en el numeral segundo, se dispuso: "En
consecuencia el señor R. R. D se compromete a suministrarle alimentos a su
menor hija a partir del mes de febrero del año en curso la suma de $90.000.oo
mensuales, más el 10% de las primas de junio y diciembre, también se
compromete hacerle llegar al valor del subsidio familiar a la menor Leydis
Tatiana R. y los servicios médicos corren por cuenta de la empresa Ecopetrol
donde la tiene afiliada y el carnet médico se hizo entrega en esta diligencia.
Los estudios los cubrirá el plan educacional de Ecopetrol y para ello se
compromete a autorizar a la Empresa y por su parte la demandante se
compromete a hacerle llegar la documentación completa, la ropa se la
suministrará dos veces al año en junio y diciembre como también le será
enviada la niña a pasar vacaciones en junio y diciembre".

Ciertamente el comportamiento de la querellante E. A. M no ha sido de


lealtad procesal, al formular dos demandas de alimentos en jurisdicciones
distintas en épocas diferentes, no obstante, no se comprende como el
procesado R. R. D estando al tanto de las dos demandas y asistido por
apoderado, no ejerció las acciones o excepciones legalmente procedentes,
para enervar una u otra.

Igualmente, resulta bien extraño que el Juzgado Primero Promiscuo de Familia


de Barrancabermeja, haya como que muy recientemente (año 2.000)
reactivado el proceso de alimentos, iniciado el 22 de Octubre de 1987, movido
quizá por el conocimiento de la presente actuación penal y la inspección
judicial que en el tramite de la investigación se llevó a cabo. Y resulta
absolutamente bien improcedente la revisión al proceso de alimentos, en
cuanto no se conoce si por decisión judicial se reinició la actuación judicial,
sobre la que al rompe, no solo ha operado manifiestamente una perención
como forma anormal de terminación de los procesos, sino que seguramente no
ha sido reimpulsado por la demandante o su apoderado. E igualmente,
revisada nuevamente la actuación traída a autos, el mencionado despacho no
dio cumplimiento a lo estatuido por el artículo 151 del Código del Menor,
como instrumento para asegurar el cumplimiento de la satisfacción
alimentaria.

Alrededor de lo mismo, en uno u otro caso, de cara a esta particular


circunstancia fáctica nunca dejará de comprederse -tampoco- por el JUZGADO
por qué en aquella actuación procesal no se dio aplicación a que "si por
cualquier motivo el demandado no cumple la obligación de pagar la
mensualidad fijada de manera provisional, se podrá dentro del mismo
expediente, y en cuaderno separado, cobrar las mensualidades atrasadas (y
las que se vayan causando) por la via propia del ejecutivo de mínima cuantía
sin que importe cuál es la suma fijada,... (Hernán Fabio López Blanco, ob.
cit., pág. 250)"

Se dedica a continuación el JUZGADO a determinar si en el presente protocolo


penal existe el acopio probatorio suficiente para afirmar en términos del
artículo 247 del Código de Procedimiento Penal, que existe certeza sobre la
existencia del hecho punible y la responsabilidad del procesado R. R. D.

La conducta delictiva

La conducta objetiva o externa en el delito de INASISTENCIA ALIMENTARIA


consiste en sustraerse, sin justa causa, a la prestación de alimentos
legalmente debidos a sus ascendientes, descendientes, adoptante o adoptivo
o cónyuge.

Las pruebas recogidas en la investigación penal, comprueban que la menor


LEYDIS TATIANA R. A. es hija extramatrimonial del procesado R. R. D con la
querellante EDILMA A. B.. Por manera, el procesado R. D.tiene el deber legal
de suministrar o prestar alimentos, entre otros, a su menor hija R. A. y se ha
probado que aquel se ha sustraído de ese deber legal, núcleo rector del tipo
que significa eludir, incumplir apartarse del deber que se tiene.

Es decir, el procesado R. D.legalmente obligado a prestar alimentos a su


menor hija R. A. se ha sustraído de cumplir con ese deber, con lo cual
subsume su comportamiento en el ilícito de inasistencia alimentaria,
típicamente descrito en el artículo 263 del Código Penal.

Un elemento normativo que impone la condición modal predicable de la


omisión, es que la sustracción debe hacerse "sin justa causa". El propio
procesado R. R. D ha planteado -igualmente su defensor técnico- como
justificación de no prestar alimentos a su menor hija, la siguiente
circunstancia fáctica: que una vez -ha afirmado el procesado y lo repite su
defensa letrada- que por el Instituto de Bienestar Familia se le entregó su
menor hija LEIDYS TATIANA R. A. para su custodia, en una de las visitas, su
madre E. A. M abruptamente se la llevó y desapareció con ella, no sabiendo él
finalmente donde se encontraba, si viva o muerta, durante largo años.
Empero, para el JUZGADO es probatoriamente claro que el procesado R. R. D
adecuadamente conocía que la madre de su hija, había instaurado una
demanda de alimentos contra él en un Juzgado de Familia de la ciudad de
Barrancabermeja y que el despacho judicial había decretado alimentos
provisionales, tanto es así que en Marzo 23 de 1988 contestó personalmente la
demanda correspondiente. Y a folio 15 vuelto del expediente se comprueba
que el auto admisorio de la demanda respectiva le fue personalmente
notificado al procesado D. R. .

La inspección judicial y sus anexos, visible a folio 26 a 40 del presente


protocolo penal, comprueban que en ninguna oportunidad el Juzgado de
Familia de Barrancabermeja, ordenó embargo o retención en porción alguna
del salario y/o de las prestaciones sociales del procesado en la Empresa,
donde el procesado trabajaba; en alguna ocasión solo se solicitó por esa
oficina judicial al Jefe de Nominas de Ecopetrol, El Centro Santander, se
certificara salarios y prestaciones del demandado R. R. D (fl. 13). En
consecuencia, el procesado D.R. debió consignar por su propia cuenta o
iniciativa los alimentos provisionales decretados en su contra, por lo menos
hasta el 26 de Marzo de 1988, cuando por el Juzgado Promiscuo de Menores,
se ordenó la suspensión de la actuación procesal.

Comportamiento como el acabado de anotar , como posteriormente haber


dejado claramente advertido ante el Juzgado mencionado su imposibilidad de
continuar consignando cuota de alimentos debidos, ante la ausencia y
desconocimiento del paradero de su menor hija R. A., hubiesen servido
atendiblemente de "justa causa" de sus sustracción de prestar alimentos,
conforme la exigencia normativa del tipo penal de inasistencia alimentaria.

Igualmente, desde cuando rindió el 24 de Junio de 1998 su indagatoria en el


presente proceso penal, debió preocuparse por suministrar los alimentos
debidos a su menor hija R. A., pero no lo hizo.

Es verdad atendible que la querellante A. M., después de otorgar poder a un


abogado para presentar una demanda de alimentos en la ciudad de
Barrancabermeja, no se le conocía su paradero, por eso no solo por el Juzgado
correspondiente, adoptó la determinación judicial de suspender la actuación
procesal, sino que su apoderado asintió o convalidó la decisión, cuando
habiéndose notificado no impugnó la misma, ni posteriormente hizo gestión
procesal alguna, ni siquiera para impulsar el proceso. Empero, esa
comprobada circunstancia fáctica, no justificaba, que cuando de nuevo el
procesado R. D. R. reanudo contacto con la Señora Madre de la menor, se
preocupara por suministrar alimentos a su menor hija, sin perjuicio de que
fuere valido o no la aspiración de él pretender que se le entregara su hija,
para directamente suministrarle alimentos y proporcionarle la atención
debida. Sin vacilación debió iniciar las consignaciones del caso, para
comprobar objetivamente su anuencia de prestar alimentos a su menor hija.
Su preocupación de que la menor, no era adecuadamente atendida por su
Madre o que esta se aprovechaba de los recurso entregados para su
alimentación, además de ser solo una afirmación sin comprobación alguna, no
justifica su comportamiento de abstención y, solo realmente llevado a cabo el
suministro de alimentos, lo hubiese exonerado del cargo que se le imputa.

Nótese, que por la doctrina se afirma que la sustracción de un deber no


consiste en separarse de él, en abandonarlo, sino en eludirlo, esquivarlo, en
librarse de ese deber, en no ejecutarlo estando precisado a ello (Luis Carlos
Pérez, Derecho Penal, partes general y especial, Tomo IV, Temis, 1985, pág.
348), comportamiento éste que fue el asumido por el procesado R. R. D como
lo refleja el expediente y su acervo probatorio.

La antijuridicidad de la conducta.

La lesión o exposición a peligro del interés tutelado por la ley, que lo es la


solidaridad familiar, se compromete cuando no se suministra alimentos
debidos, por quien esta legalmente obligado a hacerlo. Tal estado
antijurídico, socava la estructura familiar y eventualmente arriesga la vida.

Con criterio tautológico, el interés jurídico tutelado, frente al delito de


INASISTENCIA ALIMENTARIA es el de la solidaridad familiar que se trasunta en
la prestación de alimentos. El incumplimiento del deber de prestar alimentos
debidos, compromete la denominada justicia distributiva. El acusado R. R. D,
sin duda ha incumplido su obligación alimentaria, frente a su menor hija R.
A..

De la culpabilidad

Para el JUZGADO no cabe duda que el acusado R. R. D actuó dolosamente,


porque conocía su deber de prestar alimentos y tuvo voluntad de sustraerse
de suministrarlo, por cuanto conociendo su obligación se abstenía de hacerlo.
La conducta típicamente antijurídica de no proporcionar alimentos a su menor
hija R. A., fue ejecutada por el procesado R. R. D dolosamente. Se recalca,
conocía su omisión y quiso libremente la realización de la conducta omisiva.

Por todo lo que viene dicho, se encuentra comprobado en el expediente, los


presupuestos para proferir una sentencia de carácter condenatoria, esto es, el
JUZGADO ha alcanzado certeza sobre el hecho punible y la responsabilidad del
acusado R. R. D, conforme los lineamientos del artículo 247 del Código de
Procedimiento Penal.

PUNIBILIDAD

En virtud de que el procesado R. R. D, carece de antecedentes, que su


conducta anterior es buena, y que el modo de ejecución del hecho punible
describen a una persona que delinque por primera vez y teniendo en cuenta
los parámetros de los articulo 61 del código penal, esto es, las circunstancias
o modalidades que rodearon el hecho punible, grado de culpabilidad del
sujeto agente, su personalidad, en concordancia con los arts 64, 66 y 67
ejusdem, esta agencia judicial considera que se le debe imponer al
sentenciado de marras la pena DE UN (1) AÑO DE PRISIÓN Y MULTA DE UN DÍA
DE SALARIO MÍNIMO LEGAL.

Como la pena de prisión hace procedente la accesoria de interdicción de


Derechos y Funciones Publicas, por el mismo tiempo que dure la pena
principal, al tenor de lo preceptuado por el articulo 52 del Código represor, a
ésta se hará acreedor el procesado R. R. D.
En el sub examine, el JUZGADO encuentra reunidos los requisitos exigidos por
el articulo 68 ibídem, para suspender la ejecución de la sentencia
condenatoria, por un periodo de prueba de dos años, ya que la pena impuesta
no excede de tres años de prisión, y su personalidad, la naturaleza y
modalidades del hecho punible, permiten a la judicatura suponer que el
condenado no requiere de tratamiento penitenciario. Por lo anterior se
suspenderá la ejecución de a pena por el anotado lapso y se le impondrán las
obligaciones contempladas en el articulo 69 del C.P, las cuales deberá
garantizar mediante caución prendaria de cincuenta mil pesos ($50.000,oo),
que se consignara a órdenes de éste juzgado. Para lo anterior se instruirá al
procesado en todo lo que resultare necesario.

El procesado R. R. D debe presentarse al Juzgado, cada tres meses, para


efecto del control del subrogado de la condena de ejecución condicional.

Hágasele saber al condenado, igualmente el contenido del articulo 70 del


Código de Procedimiento Penal.

INDEMNIZACION DE PERJUICIOS

La comisión de un delito genera para el responsable la obligación de reparar


los daños tanto materiales como morales que de el se desprendan, como lo
sustentan los artículos 1613, 1614 y 1616 del Código Civil.

El acusado R. R. D, al ser responsable del delito de INASISTENCIA


ALIMENTARIA, se haya obligado a indemnizar a la menor víctima de los
perjuicios por ésta sufridos, como consecuencia de la conducta reprochable y
punible de aquel.

En atención a lo anterior, se tasaran los perjuicios materiales, así:

PERJUICIOS MATERIALES

La reiterada conducta antijurídica desplegada por el procesado R. R. D para


todo efecto del reproche penal, se ha escindido, por efecto de la caducidad
de la querrella, desde Mayo de 1997 hasta el 27 de Enero de 1999, esto es,
por un lapso de 20 meses.

El salario diario devengado por el procesado R. R. D en la Empresa ECOPETROL


era de $19.497,oo en 1997; en 1998 fue de $23.718,oo; en 1999 fue de
$27.679,oo y en el año 2.000 lo es de $31.139,oo. (ver folio 181).

Por este concepto el JUZGADO hace el siguiente cuadro resumen:

SALARIOS

Año Salario Diario Salario 10% * Meses o Valor


Mensual Días
1997 $19.497.oo $584.910.oo $58.491.oo 7 meses $409.437.oo
1998 $23.718.oo $711.540.oo $71.154.oo 12 meses $853.848.oo
1999 $27.679.oo $830.370.oo $83.037.oo 12 meses $996.444.oo
2000 $31.139.oo $996.444.oo $99.644.oo 27 $84.075.oo
Subtotal $2.343.804.oo

* (Tómese en cuenta que conforme el artículo 151 del Código del Menor, la
oportuna satisfacción de la obligación alimentaria, se ordena el descuento y la
consignación de hasta un 50% de lo que legalmente corresponde al
demandado, y hasta el mismo porcentaje de sus prestaciones sociales, luego
de las deducciones de ley)

PRESTACIONES SOCIALES

Las prestaciones sociales (El JUZGADO participa del criterio de que la prima
de vacaciones no es una prestación social ) recibidas por el procesado R. R. D
en el lapso de la comisión del delito que se le ha decido, se descrimina así:

Año Prima 10% Prima de 10% Cesantía 10%


convencional
Servicios
1997 $927.896.oo $92.789.oo $1.114.316.oo $111.431.oo $4.500.000.oo $450.000.oo
1998 $1.101.293.oo $110.129.oo $1.089.959.oo $108.995.oo $7.414.000.oo $741.440.oo
1999 $1.356.349.oo $136.534.oo $1.324.985.oo $132.498.oo $5.212.889.oo $521.288.oo
Subtotal $339.452.oo $352.924.oo $1.712.728.o

SUBSIDIO FAMILIAR

El procesado recibió el subsidio familiar correspondiente, a su menor hija


LEYDIS TATIANA R. A., así:

Año Cuota ordinaria Cuota extraordinaria


1997 $19.300.oo $17.300.oo

$23.400.oo
1998 $25.100 $14.000.oo

$16.000.oo
1999 $30.800.oo $14.500.oo

$32.100.oo $14.500.oo
Subtotal 107.300.oo 99.700.oo

RESUMEN, el procesado R. R. D en el lapso de la comisión del hecho punible,


debe deducírsele a favor de su menor hija R. A. los siguientes valores: por
concepto de salarios $2.343.804.oo; por concepto de prestaciones sociales,
$2.065.991.oo y por subsidio familia $205.000.oo.

Con todo, por concepto de perjuicios materiales, el procesado debe pagar la


suma de CUATRO MILLONES SEISCIENTOS ONCE MIL SETESCIENTOS NOVENTA Y
CINCO MIL PESOS ($4.611.795.oo), pagaderos a favor de su menor hija LEYDIS
TATIANA R. A., representada por su madre la señora E. A. M.
A titulo de perjuicios morales, autorizados por los preceptos del articulo 106,
y teniendo en cuantía de lo allí dispuesto, se le fija prudencialmente por este
concepto una indemnización del equivalente en moneda nacional de cinco (5)
gramos oro.

Al sentenciado R. R. D, se le concede un plazo de seis (6), meses para pagar


los perjuicios generados con su comportamiento punible.

En mérito de lo expuesto, el JUZGADO PRIMERO PENAL MUNICIPAL DE


VALLEDUPAR, CESAR, administrando justicia en nombre de la República de
Colombia, y por autoridad de la Ley,

RESUELVE:

PRIMERO.- DECLARAR, a R. R. D, de condiciones civiles y personales conocidas


en la foliaturas, AUTOR RESPONSABLE del delito de INASISTENCIA
ALIMENTARIA, cometido en las circunstancias de modo, tiempo y lugar de que
se da cuenta en el cuerpo de esta sentencia.

SEGUNDO.- CONDENAR, en consecuencia, a R. R. D, a la pena principal de


DOCE (12) MESES DE PRISIÓN, y MULTA DE UN (1) DÍA DE SALARIO MÍNIMO
LEGAL, y a la pena accesoria de Interdicción de Derechos y Funciones
Publicas, por un tiempo igual al de la pena principal.

TERCERO.- SUSPENDER la ejecución de la condena por un periodo de prueba


de dos años, por lo que se le impondrán las obligaciones previstas en el
articulo 69 del C.P., las cuales garantizara mediante el pago de una caución
prendaria de Cincuenta Mil Pesos ($50.000,oo), que se consignara a ordenes
de éste Juzgado.

CUARTO.- CONDENAR, a R. R. D a indemnizar a la víctima del delito de


inasistencia alimentaria, con la suma de CUATRO MILLONES SEISCIENTOS ONCE
MIL SETESCIENTOS NOVENTA Y CINCO MIL PESOS ($4.611.795.oo) por concepto
de perjuicios materiales, y por concepto de perjuicios morales, el equivalente
en moneda nacional de cinco (5), gramos oro, para lo cual se le otorga un
plazo de seis (6) meses, para pagar el monto de las estas indemnizaciones.
QUINTO.- DECLARAR que la acción penal se extinguió por caducidad de la
querella, desde el 22 de Mayo de 1997, hacía tras, motivo por el cual se
ordena la CESACIÓN DE PROCEDIMIENTO, en relación con la comisión del delito
por ese lapso.

SEXTO.- ORDENAR, que por Secretaria, se le de cumplimiento al articulo 501


del C.P.P, y se libren las demás comunicaciones de ley, una vez ejecutoriada la
sentencia.

SEPTIMO.- ORDENAR, que por Secretaria, una vez ejecutoriada esta sentencia,
se envíe la actuación al Juzgado de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad, de esta ciudad, para lo de su competencia, y en caso de
incumplimiento de lo aquí ordenado por parte del sentenciado R. R. D.

OCTAVO.- Ejecútese lo de Ley.

NOTIFÍQUESE Y CUMPLASE

CECILIA LEONOR OLIVELLA ARAUJO

Juez Primera Penal Municipal de Valledupar

XENIA OÑATE COTES

Secretaria

You might also like