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01.1 Objetivo: Este texto, junto con el texto “02 - Peirce”, pretende sentar las bases de
cuál era la formulación de los fundadores de la semióloga y la semiótica
respectivamente, con el fin de hacer más inteligible las críticas y reformas posteriores de
los estudiosos que los sucedieron.
01.3 El Signo: Para Saussure el signo es una unidad lingüística bifásica, compuesta
por la imagen y el concepto, términos que decide reemplazar por significante y
significado, aprovechando la diferencia por oposición que poseen estas ultimas dos
palabras.
La naturaleza del signo es psíquica, pues ambas caras del mismo también lo son. El
significado está archivado en la mente de los hablantes de una lengua, y puede ser
descrito como un haz de elementos mínimos de significado llamados semas.
Para él, el signo es una arbitrariedad: la unión entre sus dos elementos es inmotivada,
convencional, sin remisión al objeto que el signo representa. Tal es el caso entre
muchos, de las (posiblemente cuestionables en este aspecto) onomatopeyas (“tic-tac”) y
las interjecciones (“¡ay!”).
Sin embargo hay algunos signos con motivación relativa: “peral” remite a “pera”, y su
sufijo “al” hace pensar en “rosal”, “frutal” (que también son “madre” de las “rosas” y
las “frutas”). Concluye entonces que la arbitrariedad es una cuestión de grados.
LENGUA HABLA
Objeto homogéneo Objeto heterogéneo
Fenómeno psíquico Fenómeno psíquico, fisiológico, físico.
Hecho social Acto individual
El individuo registra pasivamente. Acto de voluntad.
Código. Uso individual del código.
01.7 Los ejes del lenguaje: Saussure establece dos ejes de estudio en la lingüística,
el horizontal sincrónico(A) y el horizontal diacrónico(B).
02.2 Peirce: buscó construir y fundamentar una teoría de los signos como el marco
para una teoría del conocimiento.
02.3 El Signo: Su signo es “algo que está en lugar de alguna otra cosa, para
alguien, en ciertos aspectos o capacidades”, y su semiótica tiene por objeto de estudio
a la semiosis, definida como proceso triádico de inferencia mediante el cual a un signo
(llamado representamen) se le atribuye un objeto a partir de otro signo (llamado
interpretante) que remite al mismo objeto.
El Interpretante: Es la idea que el individuo
tiene de lo que es el representamen, por lo tanto
es más desarrollado que el mismo.
02.4 Semiosis infinita: Dado que los tres elementos del signo son signos, las
posibles ligazones con otros signos descubre una red infinita de semiosis.
02.5 Índice, icono, y símbolo: Peirce clasificó a los signos de acuerdo a la relación
entre el representamen y su objeto.
Indice: causalidad.
Es importante recalcar finalmente, que un mismo signo puede ser las tres cosas aunque
en algún aspecto alguna clasificación será mas pertinente que otra.
03 – Barthes: Elementos de la semiología (por Sergio Venturini)
03.2 Lengua y Habla: el autor primero nos proporciona las definiciones saussureanas
de estos términos (01.4), es decir:
03.3 Conceptos de lengua y habla por Hjelmslev: Barthes luego nos descubre
las modificaciones que realizó esta persona a la división del lenguaje realizada por
Saussure. Básicamente lo que hizo fue distinguir 3 planos en la lengua:
“Es imposible que el habla sea identificado con el mensaje y la lengua con el
código, puesto que las convenciones de la lengua son implícitas y no así las de
un código” (Ver “Implícito y Presupuesto” de Ducrot).
“El habla no es una mera combinación de signos. Existen, por ejemplo, los
sintagmas cristalizados (Ej. “limpia-parabrisas”), que ya vienen combinados a
la hora de ser seleccionados en el eje del paradigma (01.7)”.
Las estructuras dobles son aquellas en los que la relación código / Mensaje vale
destacar.
Sobre el significado, dice Barthes que Saussure dejó bien claro que es la representación
psíquica de lo que se está tratando, y no “la cosa” en cuestión. Añade que aún no hay
elementos para clasificarlos, pero realiza tres observaciones:
Sobre el significante, dice que es un mediador material del significado. Esta es la razón
por la que “la materia le es necesaria pero no le es suficiente”.
03.8 Análisis de Hjelmslev sobre el sintagma: nos dice que existen exigencias
combinatorias, que regulan la libertad que tenemos de combinar las palabras. Estas
exigencias están reguladas tanto por la sintaxis, como por la sumisión a estereotipos.
03.9 Sistema: El plano sistemático o asociativo (01.7), dice Barthes, asocia por
sentido o por sonido a las palabras (a las que prefiere llamar “término” ya que evoca a
“sistema”) con otras, luego de buscar en nuestro “tesoro de la memoria”. El proceso que
interfiere es el de clasificación (dominado por nuestros paradigmas) y según Jakobson,
la metáfora.
La prueba de conmutación es la forma de segmentar ese “texto sin fin” que es el plano
sistemático. Consiste en introducir un cambio de la expresión y ver que cambio produce
en el contenido, dada su oposición con el término anterior.
04.1 Objetivo: Eco pretende “explorar las posibilidades teóricas y las funciones
sociales de un estudio unificado de cualquier clase de fenómeno de significación y / o
comunicación.
De estos dos términos, desprende una rama de la semiótica para cada uno:
Luego se aventura a definir a la semiótica como “la disciplina que puede usarse para
mentir”, ya que el signo es un sustituto significante de cualquier otra cosa, una mentira.
1
Anota que el llamará semiótica a la ciencia de Peirce y también a la de Saussure, adhiriéndose a las
últimas convenciones que se habían realizado en ese momento.
04.4 Los límites de la semiótica: El autor señala que la teoría semiótica general
está destinada a encontrar sus límites.
04.5 Límites políticos: el dominio: Ahora Eco se pregunta que campos invade la
semiótica dentro de los límites políticos y enumera unos cuantos, entre otros la
zoosemiótica (que plantea la posibilidad de que el hombre no sea el único capaz de
significar), la semiótica médica (que estudia los síntomas y la relación comunicativa
entre médico y paciente), los sistemas musicales (no solo su nivel de notación, sino sus
funciones semánticas y su potencial significación), la retórica, la presuposición, y las
estructuras de los relatos, etc.
04.6 Límites naturales: Para poder analizar este ítem, primero hace una observación:
dice que si el factor determinante para la exclusión o inclusión de lo analizado al
campus de la semiótica es su objeto de estudio, debemos decidir entre los planteos que
Saussure y Peirce hicieron del mismo, antes de continuar.
• Saussure la concebía (01.2) como una ciencia que estudia la vida de los
signos en el marco social. Decía que el signo “expresa ideas”, lo que
habla de un fenómeno mental, que afecta sólo a las mentes humanas.
• Peirce plantea según Eco, una definición mas amplia, que entiende por
semiótica a “la doctrina de la naturaleza esencial y de las variedades
fundamentales de cualquier clase de semiosis” (02.3).
Signos Naturales: existe una convención que plantea una correlación entre una
expresión emanada de una fuente natural y su contenido, la causa o efecto posibles (Ej.
La inferencia de fuego por el humo, o la lluvia por un charco). Sin embargo, es
peligroso suponer a toda inferencia como acto semiósico.
Dice Eco que en las sociedades, todas las funciones pasan a ser signos de
ellas mismas.
• El intercambio de bienes económicos: al intercambiar bienes, el valor
de uso se transforma en valor de cambio. Esta conciliación de variables
no equivalentes es posible gracias a un proceso de simbolización (05)
realizada en el sistema económico, copada de códigos semióticos
superficiales, que nos hablan de su naturaleza ideológica.
04.10 La cultura como fenómeno semiótico: nos muestra ahora dos posturas,
dos hipótesis de análisis de la cultura como fenómenos semiótico.
• Hipótesis radical: “la cultura por entero debe estudiarse como fenómeno
semiótico”. Denota que puede entenderse mejor si se la aborda desde un
punto de vista semiótico, ya que los elementos de la misma son
semióticos.
• Hipótesis moderada: “los aspectos e la cultura pueden ser analizados
semánticamente”. Así, por ejemplo, el objeto “automóvil” no solo posee
como significante la palabra /automóvil/ sino que esta es sistematizada
en un eje de oposiciones con otras unidades semánticas como “carro”,
“bicicleta”, o “pie” y asociada con otras como “velocidad”, o cierto
grado de riqueza: se convierte en el significante de su función o uso
posible.
05.1 Sinopsis: En la primera parte del texto, se analiza a la semiótica como disciplina
diferente a las demás ciencias, estructurante y crítica de ellas, así como de sí misma,
constituyendo por lo tanto un modo epistemológico.
En una segunda etapa de estudio, se advirtió que sólo se accede al conocimiento a través
de la lengua (06.3), y que por lo tanto es la semiología (semiótica) la que forma parte
de la lingüística y no al revés.
Esto habilita a que las prácticas (como la economía, el arte, etc.) pueden ser estudiadas
científicamente como modelos secundarios, con relación a la lengua natural, modelada
sobre ella y moderándola.
Pero, ¿Es la semiótica una ciencia? No puede cristalizarse como ciencia, y como lo
hacen las ciencias. Tiene la particularidad de, sin ser sistema, modelarse a si misma.
05.4 El auto-análisis: En ese giro sobre si misma (no circular, debido a que no se
llega al punto de partida bajo las mismas condiciones) se investiga con un objetivo (o en
busca de algo) pero en su lugar da con una (su) ideología, una teoría que es la suya,
distinta a la que conformaba el punto de partida, por lo tanto “dando fe y negándola”
(sin ser escepticista).
Kristeva se pregunta: “si el intento semiótico provoca ese desplazamiento del sentido de
los términos, ¿Por qué emplear una terminología que tiene ya una utilización
estricta?” a lo que responde repitiendo que, para renovar el pensamiento científico en
un área, hay que renovar su terminología, porque sino se cae en el estrecho circulo de
las ideas expresadas en y con los términos viejos .
Marx transitó el camino propuesto por la semiótica de Kristeva, renovó términos como
el de “plusvalía”, usado por los mercantilistas para designar “el resultado del aumento
del valor de un producto”y por el como un concepto únicamente mensurable por su
efecto.
Así, presentó a una economía o a una sociedad (ambos Significados) como una
permutación de elementos (Significante).
Pensó lo social como un modo de producción específico. De esta manera, el trabajo dejó
de ser una subjetividad.
Pensó la producción como una problemática y como una combinatoria que determina
lo social (desplazando la definición de Gotha: “sobrenatural poder de creación”). Por lo
tanto, la estudió desde el punto de vista social (el valor) y no desde el interior de la
misma.
Por esto último, el análisis marxista usó el termino valor de cambio (producto del
trabajo puesto en circulación) y no valor de uso (ya que no es social), si bien se oponía
al concepto de “Valor”, ya que según el cristalizaba el trabajo social.
Reconoce entonces una posibilidad en la que el trabajo pueda ser aprehendido fuera del
valor, un trabajo “pre-sentido” que no es objeto de su análisis, pero si el de Freud.
Freud, con el “pre-sentido”, operó también de la misma forma en que lo hace la
semiótica: partiendo del sentido, fue en busca del pre-sentido, para remodelar el
sentido mismo.
Esta segunda opción, que tomamos, implica separar el trabajo como práctica
semiótica distinta del intercambio (así pudiendo “representar algo fuera de la
distribución y el consumo social” y poder seguir siendo analizado)
Dice la autora que este camino esta siendo exigido por las manifestaciones de la
actualidad social y científica: “la irrupción del mundo del trabajo en el escenario
histórico reclama sus derechos contra el sistema de intercambio y pide al
<<conocimiento>> que invierta su óptica”: producción regulada por el intercambio en
vez de intercambio basado en la producción.
Las ciencias exactas de hecho están “invirtiendo su óptica”. Lejos están los tiempos de
las teorías englobantes: la teoría de los cuanta fragmenta y aborda el objeto con un
nuevo razonamiento, de los que la semiología sin duda se servirá.
La redefine como práctica semiótica particular que tiene la ventaja de hacer mas
comprensible que otras esa problemática de la producción de sentido, que se
plantea la semiótica nueva y radica su interés en su irreductibilidad al objeto del habla
denotativa, literal (3.11).
Antes de terminar, redefine el término “texto” como una función que no expresa la
escritura, pero que dispone de ella, y considera todo texto literario como productividad.
Y finalmente nota que es necesario abordar textos que fueron pensados como
“producción irreducible a la representación” (de autores como Joyce) para alcanzar una
práctica estructural vuelta hacia su producción, a un pensamiento científico a la
búsqueda de la producción.
06 – Ricoeur: La imaginación en el discurso y en la acción
(por Sergio Venturini)
06.1 Sinopsis: La pregunta base del texto de Ricoeur es “¿es posible generalizar la
concepción dela imaginación, puestra en práctica en una teoría de la metáfora
centrada en la innovación semántica, mas allá del discurso al cual pertenece
originariamente?”.
Así, el lenguaje es la vía que da sentido a lo que el sujeto de conocimiento percibe del
mundo (en verdad, la referencia, lo que el mundo es para este sujeto). Es decir, que
percibimos a través del lenguaje.
Este proceso toma como caso paradigmático a la imagen poética, que es algo que el
poema despliega en ciertas circunstancias, y según el proceso de la repercusión. Hace
notar entonces que el término repercusión se refiere siempre a las cosas dichas, y no a
las vistas.
Por otro lado, estudia la metáfora, a la que debe redefinir para continuar su análisis.
• Concepción Anterior (sustantivos empleados metafóricamente):
adorno del lenguaje, uso anormal de los sustantivos.
• Concepción nueva (enunciación metafórica): uso irregular de los
predicados en el marco de la frase completa. Creación de un choque
semántico, una impertinencia que el sujeto debe hacer pertinente bajo un
nuevo sentido.
A su vez, la relaciona con el esquematismo de Kant (definido como método para dar
una imagen a un concepto): “la imaginación esquematiza la atribución metafórica”. Por
lo tanto, podemos decir que la imagen es un significante que emerge (y aquí nos
separamos de los conceptos anteriores de la imaginación).
Cuando esta imagen emerge, la imaginación se dispara en todos los sentidos: despierta
recuerdos dormidos, reanima experiencias anteriores, mientras suspende, neutraliza la
realidad en el elemento de la ficción.. Decimos que repercute.
Dice entonces, que el rasgo común de este modelo y la ficción es su fuerza heurística,
su capacidad de abrir y desplegar dimensiones nuevas de realidad, a favor de la
suspensión de nuestra creencia en una descripción anterior (este concepto choca con la
idea de la imaginación como “representación debilitada de lo representado”).
2
“Ontología: ciencia que estudia al ser”.
causas y efectos. Hacia atrás, analizo la historia y hacia delante, los
proyectos.
Meditaremos sobre la experiencia histórica, que existe porque mi campo temporal está
ligado a otro campo temporal, en una relación que llamamos “de acoplamiento”.
Estos dos elementos, dice Ricoeur, se basan en la imaginación: decir que Ud. piensa
como yo, que Ud. experimenta penas y placeres como yo, significa poder imaginar lo
que pensaría y experimentaría yo si estuviera en su lugar.
El lazo analógico que hace de todo hombre mi semejante, solo nos es accesible a través
de ciertas prácticas imaginativas: la ideología y la utopía, conceptos antagónicos
(antagonismo que no solo reside entre ellos, sino también dentro de ellos, entre su faz
positiva y constructiva y su faz negativa y destructora).
Advierte que las facetas patológicas (negativas) de ambos conceptos, hacen olvidar lo
bueno de los mismos.
Que son las plantean la idea que Ducrot y la Escuela de Oxford rechazan. Entonces, se
pregunta ¿cuál es la diferencia entre indicar una incertidumbre y realizar una
pregunta?
Ahora ya no hablamos de una lengua inocente, saussureana, sino de una lengua que
establece las reglas de juego y condiciona nuestra vida cotidiana.
07.6 Clasificación lógica del implícito: dice el autor que el hecho de que exista un
determinado empleo del lenguaje, ajeno al código, no prueba que la lengua no sea un
código.
Por tal razón cree preciso enunciar las formas del implícito que pueden atribuirse a tales
procedimientos, para luego, por oposición, mostrarnos las otras formas implícitas en la
lengua de una manera mas directa.
“se dice que hace buen tiempo par dar a entender que uno va a salir, o
se habla de lo que se ha visto afuera para indicar que uno ha salido”.
Pero dice el autor que el razonamiento puede ser menos formal que el
silogismo y tener más que ver con las convenciones oratorias que con la
lógica.
Dice Ducrot, que a cada ley de discurso (a cada acto de habla) se le podría
atribuir un tipo de sobreentendido, sobre el cual basar un implícito.
• Como manifestación involuntaria: en ella, no hay por parte del locutor una
concepción de la necesidad de la premisa omitida.
Agrega que en todo texto se puede buscar el reflejo implícito de las creencias
profundas de la época cuando fue escrito.
Puede que ésta sea totalmente premeditada, decidiendo el efecto que quiere
obtener en el destinatario (el razonamiento que quiere provocar) y luego
buscando las palabras para llevarlo a cabo, cuidando de “decir sin decir”.
• Retórica connotativa: la retórica sirve para expresar una duda y que esta pierda
su valor de pregunta, por lo tanto, su poder de obligar al otro a responder.
Por lo tanto, el significado deja de ser solo el “sentido del enunciado” para
ser además el conjunto de condiciones socio-psicológicas que deben ser
satisfechas para que sea empleado.
Se crea entonces un código connotativo que une cada enunciación con las
significaciones implícitas, que nos parecían en un principio asociadas mediante
procedimientos discursivos.
08.1 Introducción: Sabemos que – como dice Habermas – “las ideas sirven a menudo
para enmascarar con pretextos legitimadores los motivos reales de nuestras acciones”.
Ellos no retienen a largo plazo la información semántica tal como fue emitida, sino que
a través de las macro-estructuras y las permutaciones, la transforma, haciendo de ese
discurso, algo “vivo”, que tiene carácter de respuesta al emanado.
3
Relativo a la combinación de las palabras en las oraciones.
4
Relativo a la significación de las palabras.
Tomando en cuenta la función de dominación de la faz negativa de la ideología (6.8)
podemos decir que:
• Los actos de habla que sustentan los discursos de dominación son satisfactorios
por cuanto quien lo emana consigue su propósito.
• Para ello, tiene en cuenta la memoria a corto y largo plazo para virtualmente
forzar a la ideología a volver a su faz positiva de “consenso, movilización y
justificación” para conseguir la adhesión a los objetivos expuestos.
• Para asegurar el consenso, usa un grupo selecto de palabras de alto valor
connotativo, distribuidas en el discurso de acuerdo a la necesidad de validar
aquello nudos de mayor tensión.
• Considera la entonación y pausas para dar pie a los diferentes tipos de
respuesta o asentimiento intermedia al contenido de las proposiciones
sintácticas.
• Conoce el auditorio al que se dirige, para “diseñar” como llegar al sentido.
Cuando la función de dominio pasa a ser relevante y la ortodoxia cristaliza las viejas
motivaciones aparecen las “palabras-símbolo”, que incorporan los sistemas de
metalenguaje, generando un doble código manejado también por los oyentes.
09.1 Introducción: ¿Qué relación hay entre mito y lenguaje? Partimos del
presupuesto de que el mito es un lenguaje (los significados de la palabra misma dan
cuenta de ello). Por lo tanto, de acuerdo a que se entienda por lenguaje habrá de
entenderse que es un mito. De esta conclusión se desprenden tres posibilidades:
Un enfoque racionalista podría decirnos que lo sucedido “se agota en el decir”. Max
Müller sostiene la existencia de la ambigüedad en el uso de la homonimia, sinonimia y
la metáfora, como influyentes en la producción de un mito, a lo largo del tiempo.
Λαος (piedra) confundida con Λαας (gente) cambió el sentido en el mito de Deucalión.5
Otro enfoque plantea que el hecho sucedió, pero que a través de las palabras se lo oculta
(por ser un hecho sacro, o tabú) o se lo desfigura. El mito tiende a evitar que el lenguaje
lo capte totalmente: podría decirse que mito y lenguaje no son 100% compatibles.
9.3 El mito como el decir las cosas (y al hacerlo darles una entidad): la
palabra tiene poder, lo que amplía su dominio del ‘decir’ al ‘decir y hacer’, invirtiendo
el orden de “nombramos a lo que existe” por “existe lo que nombramos”.
5
El mito dice que: Viendo Júpiter acrecentarse la maldad de los hombres, resolvió anegar el linaje
humano a excepción de Deucalion y su esposa Pirra, las dos únicas personas que por ser justas y virtuosas
se salvaron de tal castigo, a este fin, Deucalion fabricó un arca en la cual se encerró el con su esposa y sus
hijos juntamente con un par de animales de cada especie, por esta razón se designaba a los griegos con el
nombre de Deucalionidas, por ser descendientes de Deucalion, a quien los Beocios consideran como
antecesor de las razas humanas.
•
9.4 El mito como metalenguaje: Barthes caracteriza al mito como un ‘habla’ que se
articula en un ‘sistema de comunicación’ y ‘produce mensajes’.
Dice además, que no es un metalenguaje sólo por ser una lengua que habla de otra, ya
que el sentido del lenguaje objeto no es lo que importa al metalenguaje. “No se habla de
árbol o piedra sino que se toma sólo su forma...” vaciándola de significado para llenarlo
con el de la historia.