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LOS CUATRO PRIMEROS CONGRESOS DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA Primera parte Cuadernos de Pasado y Presente / 43 Cérdoba Publicacién periédica monsual oa Director: José Aricé Tapa: Miguel De Lorenzi Titulo de la edjeién francesa: ‘Thaees deo quatre premiors congrés de la. [II* Internationale Manifestes, theses et résolutions deo quatre premiers congres mon= digus de Ulnternationale comuniste (1919-1928) Bibliotheque Comnuniste, Librairie du Travail, Juin 1984 ‘Traduceién: Maria Teresa Poycazian Primera edieién, noviembre de 1973 © Hiciones Pasadg y Presents ido por Siglo XXI Argentina Bditores 8. A. Eirdota Boe Sitenos Alves Derechos reservados conforme a la ley Inpreso en Argentina / Printed in Argentina ADVERTENCIA Para la presente edicin ae tos documentos fundamen- tales de la Internacional Comunista hemos utilizade Ia versiéa francesa preparada en junio de 1934 por la Li- brairie du Travail e incorporada en su ‘Bibliotheque Com. muniste”, Posteriormente, en 1970, la editorial Frangoi Maspero de Paris hizo de ella una reproduccién facsi- ilar, Reproducimos a continuacién la advertencia con que Jos editores precedieron dicha versién: “La recopilacién que aqui presentamos ineluye todos los manifiestos, tesis y resolueiones adoptadas por los cuatro primeros Congresos de la Internacional Comunista, entre 1919 y 1928 La enorme cantidad de hechos y de acontecimientos a los que se refieren estos textos habrian exigido evidente- mente abundantes notas explicativas. Para las jévenes generaciones, la tarea cumplida. por la Internacional Co- munista en vida de Lenin y con la participacién activa de Trotski, sigue siendo hoy completamente desconocida, Que la socialdemocracia no haya tenido ningéin interés en hacer conocer estos textos es bastante comprenaibl a partir de ellos se puede aprender a batir el reformismo y 4 organizar con las grandes masas trabajadoras Ia insurreeeién proletaria En cuanto al silencio observado en las filas de la 1C debe ser explicado de otra manera: ocurre que toda Ia experiencia de la IC entre 1919 y 1928 contradice entera. mente el curso politico seguido por ésta después de 1924, ¥ que est caracterizado por la derrota en Alemania en 1928, en Bulgaria y en Estonia en 1924, el apoyo dado al reformismo inglés en 1926, el aplastamiento de Ia gran revolucién china en 1926-1927, la impotencia en la revo- Iueién espaiiola y la capitulacién ante el fascismo aleman en_1932-1933. Sin embargo, hemos debido renuneiar a las notas, pues no era posible ampliar aim més este volumen, ya de por si voluminoso, Asimismo, debimos renunciar a incorporar ana introduecién general, lo que babria sido no obstante muy necesaria. Nosotros, que pertenecemos a la Liga Comunista Inter- nacional (antes Hamada oposicién de izquierda), conside- ramos que la inmensa experiencia de los movimientos revolucionarios de la guerra y de la posguerra, tal como esté resumida, analizada, elaborada y hecha consciente por la IC entre 1919 y 1928, constituye la adquisicion fundamental del marxismo contemporaneo, Esta es la razén que nos impulsa a reeditar hoy estos documentos, como base del marxismo-leninismo contem- pordneo. Los manifiestos (en particular los del 1° Congreso) y lag resolucionos generales, ofrecen un euadro suficien- temente preciso de la situacién politica y econémica. ‘Un cierto nimero de tesis (sobre la cuestién naciotial, sobre Ja cuestién agraria, sobre la demoeracia burguesa y la demoeracia proletaria), elaboradas por el primero y el segundo Congreso, perntanecen como Ia base fundamen- tal del marxismo en la época actual, Otras tesis ofrecen inapreciables lecciones de estrategia y de tactica. Los textos han sido reproducidos segan las traduceiones heehas en la época, y que son a yeces defectuosas. No nos fue posible hacer una revisién completa, ya que ello hubiera demandado un largo trabajo cuando nuestro pro- pésito era el de no poner tan répidamente como fuera posible esios documentos en manos de los militantes. Al- gunos, que estaban inéditos en francés, debieron ser tra ducidos. -Agreguemos finalmente que los documentos del quinto y sexto Congreso de la IC (1925 y 1928) son de facil ‘acceso. Al lector le resultard til eonsultar sobre el periodo que sigue a Ja muerte de Lenin en 1924 la Critica del pro- yecto de programa dela IC, de Leén Trotski [incorporada Juego en cl volumen del mismo autor: La, Internacional Comunista después de Lenin], en la que toda la experien- cia histérica y la actividad revolucionaria de los afios 1923-1928 son examinados a ta Inz de los principios de Jos cuatro primeros Congresos. Tsiamos convencidos de que esta recopilacién mdr una buena acogida en Jas filas de In joven generacién, que encontrara en esa la orientacién marxista y las ricas Ieceiones que ella necesita, EL, EDITOR.” Dada la extensién de la obra hemos optado por dividirla en dos partes (el presente cuaderno contiene los dos pri- meros Congreso y el N® 47, los dos restantes). En cuanto a los Congresos sucesivos: 2) V? (2925), el VI? (1928) y ei VIE’ y Gltimo (1935), que en su momento cran légi- camente aceesibles, resultan hoy practicamente inhalla~ bles. Tenemos la intencién de publicarlos en fecha préxi- ma, apenas se haya completado la labor de rastreo de tales materiales, ‘Finalmente, hemos creido conveniente presentar el volu- men incorporando un extenso trabajo del historiador mar- xista italiano Ernesto Ragionieri, dedieado a analizar el papel tedrico y politico desempefiado por Lenin en Ja IC. PASADO Y¥ PRESENTE wa ERNESTO RAGIONIERI LENIN Y LA INTERNACIONAL COMUNISTA. Escribir sobre Lenin, su papel de dirigente y de organizador de 1a ‘Torcera Internacional, seria ya do por si una emprosa muy comploj y dificil, Sin embargo, en ¢] estado actual do los estndios y del de date, no podemos plantearnos una tarea tal sin tratar de insertar el tema en un terreno més vasto: el de la naturaleza y el desarrollo de la teoria y Ia préetica del internacioualismo proletario (el término no es frecuentes en Lenin, pero el concepto est plenamente presente alli, con toda la earga de significado que estar destinado a asumir en la historia de la Toreera Internacional), La necesidad de este prélogo histérico, si aparece clara a euan- tos tionen una relacién de conocimiento directo con los esritos y 1a obra de Lenin, por lo menos por dos razanes resulta indispensable a Ia lus de los estudios y de Ia tradiciéu adquirida en el movimiento comu- nista, Justamente en este terreno han incidido mayormente, ya como una consura, ya como una rémora, las direstivas ostalinianas ex- presadas en la famosa earia a ln revista Proletarskaia Revolutsia, A propésite de algunas euestionss do historia det bolcheviemo (1931). La pesada eritien al programa de Ia revista tondiente a someter a 1a investigacién “todo el conjunto de problemas que 5° refieren a las relaciones de los boleheviques con la Segunda Interna- cional anterior a 1a guerra”, como intento de “transformar Ia cuestién el bolchevismo de Lenin de axioma en problema que reguiore un ‘estudio ulterior’, se volvié gradualmente um csque- ma tan xigido como para mostrar su persistente influencia mucho més alld del Ambito cultural y politien y de los motivos contin gentes que lo habfan dictado inmediatamente', La reduccién a axio- Stalin, Questioni det Leninémo, v. If, Rema 1945, p. 58. Esta reduecién en clave estrictamente rusa de ia obra de Lenin se halla también en Ia Interpretaclin de un historlador marxista inglés como Christopher Hill (Lenin ¢ tu rivetusione rusea, Torino 1954), Ix ma del hotchevismo de Lenin “ourgido, erecido, reforzada en una lucha implacable contra el oportunismmo de todos Tos matices, com- prendido el eentrismo en Occidente (Kautsky) y | eontvismo on ‘tro nosotros (Troteki y otros)" ccmporté primero el aislamiento de toda conexién con el movimiento real, después el aislamiento de toda relacién histérica de la visién leninista del internacionalismo proletario y, en fin, Io evistalizacién de esta vision en un compacto sistema de precaptos politicos, dese el comiento de Ia actividad de Tenin, plenamente desplezades y a lo sumo susceptibles de verifi- caciones y de profundizaciones pareiales, “En la evoluciéa misma de la obra de Lenin se balla ana simpliei- ta refulacién de tal procedimiento, y tampoco faltun en sus exer tos advertencias politieas para un corzecto acercamienta a sus po- sicjones te6rieas y politieas?, El esfuerro eumplido en las notas aque siguen, consists en e) hecho de tocar algunos de los puntos principales ligados a este conjunto de problomas, y nace de la geneia que hoy vemos, como, militantes dal movimiento comunista Internacional ya 1a ver como estudiosos de su historia, de sus- traer el pensamiento y 1a accifa de Lenin a un juego de contras- ‘antes hipotecss, para tratar de recuporarles su gonuina grandeze. Los limites de conformacién y de elaboracién de Tas péginas que siguen son evidentes para quien las escribié, y asf ser& segura mente también para el lector. Sin embargo, ellas habran alean- vado su objetive si pueden invitar y en alguna medida ayudar a esa operaciOn preliminar a la valoracién de Ia importancia de Le- rnin que consiste on 1a coloeaciin de precisas referencias a «ruisa de “soBaladores” en una lectura ordenada de sus escritos, Que In actividad de Lenin, dirigente del partido obrero soctal- deméerata ruse, comienza y se desarrolla en el movimiento obrero internacional bajo el signo del fortalecimiento del movi- 2 Eu al Profacio a la coleccién “Doce afios” (1907) se encuentra Ja mas explicita indieseién de Lenin a la historizacién de sn pro~ pio pensamiento: “El error principal de los que hoy polemizan eon Qué Facer? consiste en que desligan por completo esta obra de tna situacién historiea determinada, de un periodo concrete del degarrollo de nuestro partida que ha pasado hace mucho)" Lenin Obras completas, XIN, p. 95, Hd Cartago, Buenos Aires). x miento onganizado de los trabajadores tal cual se habia expresa~ do on Ia Segunda Internacional, es una verdad que ha vuelto a ganar terreno, répidamente, en los altimos afios, entre los estudio- sos marxistas, La presontaeién de sa actividad en el plano inter- naetonal como una accién conscientemente divigida a derivar de ta escisién eutre bolcheviques y mencheviques en Rusia, una frac- tara entre el ala rovolucionsria yo} al reformista, se ha acla- yado como una peticién de principio yetrospectiva, tendiente a alterar no solamente el conosimiento de los perfodos mis elemen- sles del desarrollo histirico, sino también Ia conciencia siempre muy sguda que Lenin tavo de Ix peeuliaridad de Rusia dentro dol movimiento obrero exropes. Pero las diferencias que se registran entre los estudiosos en relacion a este problema consisten casi exclusivamente en mayores 0 menores acentuaciones, Algunos des tscan Ia accin desarrollada por Lenin, particularmente en los congresos internacionales 7, nego, su ingteso al Buré Sociatista Internacional, para derzotar a las tendencias adversas a un pro- iso compromiso de lucha contra Ix guerra y ins en general a to- da una orientaciin reformist y oportunista "; otros, seaso con mayor equilibrio, fundiendo la accién especificamente desarrollada por Lenin en los organtsmos dirigentes del movimiento obrero in- ternacionsl con la valoracién histérica y politica suya de Ins veceiones que dominaban ei curso, insisten especialmente en Is profunda solidaridad de base con las tradiciones y eon la fuerza del movimiento obrero organizado, de las cuales Lenin parlié para een su batalla, Sin embargo, no os empresa facil Uonax el fos0 que separa eo: tos dos especifieos Ambitos de problemas: por una parte, solidari- dad de fondo de Lenin con el movimiento obrero organizado de los trabajadores tal enal se habia configurado en los partidos de Ia Segunda Internacional, en su “‘perimetyo ideal” (para utitizar una expresién de Antonio Labriola) y en sus relaciones reciprocas; por otra, la contribucién dada por Lenin y Tos bolcheviques rusos ® Tal planteo prevalece también en G. G. Kuramey, Lenin und die II, Internationale, en Beitrage zur Geschichte der detutschen Arbeiterwegung, fasc. 3, 1969, “Ver Rudolf Schlesinger, Lexie as a member of the Internatio- nal socialist Bureau, ea Soviet Studies, XVI, 1965, p. 448/458, y Georges Haupt, Len’ ¢ la Seconda Internasionale (Carteggio Le- min-Huyemans), Roma 1959, xT la formacién de una tradicién revolucionaria que acentiia sw pe~ so a medida que nos accreamos a la guerra imperialista, La difi- cultad del problema se agudiza todavia por el hecho, a ml parecer Sificilmente rofutable, de que Lenin crecfera y se desarrollata en. el Ampito de la ideologia del marxismo de la Segunda Internacio- nal (el término “idoologia” deja de tener en Lenin aquel signi- fieado do “‘conclencia mistificada de 1a realidad” que habia tenido ro sélo en Marx sino también en el fltimo Engels, para asumir en cambio cn significado medio o positive de formscién de una con- ciencia teériea de masas), y entonces 4i6 necesariamente a su Iu- cha contenidos y modos caracterizados fuerlemente por elementos do esta ideologfa, aunque evaran @ modifiearla, a superarla, ‘Tampoco, por otra parte, parece Iegitimo acordar excesiva im- portancia, para explicar este trinsito, a los reflejos internacionae os de las diferencias interioxes al Partido Orero Socialdemécra~ ta Ruso, ricos sin embargo de tantas implicaciones tedrieas, poli- (icas y organizatives 5, Més intercsantes, y més suseoptibles de profundizaciéa en relacién a la evoluciép de 3a concepeién del de- sarrollo social y de Ta lucha coordinada del movimiento obtero in- ternacional, son otros elementos originarios del peasamiento polt- fico de Lenin, Que yo sepa, todavia no se ha escrito un anélisis atento © bistérieamente particularizado de la cuestién nacional on Tenin, un anélisis total, capar de extender sx propio arco deste Jos comienzos de su actividad politica hasta los afios siguientes a Je vietoria de 1a Revolucién de octubre, Sin embargo, puede afir~ marse, eteo, que es justamente en este punto donde se manifiesta uno de los elementos de mayor originalidad de Lenin, ¥1, no sélo se diferenciaré a} respocto de cuantos en Ta izquierda de ta Segune da Internacional (Rosa Luxemburg, ele.) profesaban una eon cepeién por 1a que Ia arudizacién de la lucha de clases y la ine minencia de Ia revolucién social habrian vuelto irrelevante la cuostion nacional, sino que se distinguié y muy netamente, desds © comienzo, de ix teudencia muy difundida en los partidos obre ros a reducir 1a encstién nacional a una pura y simple connotacién, sociolégica. En todos los eseritos @ intervenciones de Lenin dedi. cados a este problema se advierte Iz conciencia de le posibilidad y 8 Ver Dietrich Geyer, Die russieche Partoiepaltung im Urteit der doutochon Sosintdomokratio 1908-1905, en Trternationol Review. of Social History, v. TIL (1968), p. 196/219 y 418/444, y del mix- mo autor, Lenin in der russischen Sorialdemoleratie, KOlp-Graz 1982. xD de In necesidad de Jigar la euestién nacional a In lucha revolueio- naria de la clase obrera como para hacer de Ia reivindicacién de Js independoneia nacional un aspecto decisive del procesa de trans: formacién do Ja clase obrexa on clase dominonte. No por agar Lenin volverd ta a menudo a Ia afirmaciin de Marx “los obre- ros na tienen patria”, para desarrollar todas sus implicaciones acerea de Ta posieiin de Ia clase obreva en la edad dot imperia- Hismo *, En un estudio reciente, el historiador soviético M. Gefter trate con notable agudes 1a relacién entre Lenin y Plejénov, propor- cionando numerosos esbozos para un planteo més general de este problema “Tanto el joven Lenin como e) Lenin de la madures fueron files @ la fundamental idea de Nuestras divergencias: nineuna especificidad histériea de wm pais dado puede eximirlo de lan leves ‘Sociol6gicas’ generates, Pero lo que en Plejanov era toda i verdad, en Lenin solamente constitula una parte de la verdad, Si el objetivo por @ plantendo ya en los afios noventa era al andlisis de la ‘realidad concreta’ © ‘histérieamente especttiea’ de la Rusia de {a reforma, el trabajo intelectual que avenzaba en esta direceién News a mudar el objetivo mismo que, en detinitiva, fue este: explicar, valorat, uniffcar todo lo que Ia realidad histé. rica ospeeffien aporta a Ins leyea generales, comprendiendo tam. dign en ella Ia actividad de los hombres ‘gue descienden a Ia Jucha pava cambiar esa realidad” t, De todas maneras, Ia posicién de Lenin hacia Ia Segunda Internacional, entendida como teoria politiea mas que como price tica social, es expresada perfectamente por In evalucién de eu aetitud hacia su “partido-gufa”, es decir Je svcialdemocracia ale. mana. Las expresiones de admiracién por este partido, hasta, él punto de indiearle como modelo del movimiento obvero internae ional, atravieson sin interrupeién todos los escritos de Leni desde el de la formacién del programa del Partido Obrero Social, deméerata Ruso (1898), clara y explicitamente basuco en el prow "Lag variaciones de Lenin alrededor de este tema, antes de Ia guerra imperialista y durante ella, werecerian un estudio aparte, Para la cuestién nacional en Ia Segnnda Internacional, véase el reciente y plausible trabajo de Carlo Pinzani, Jean Jnuresy Pinter: nasionalé @ la quer, Bari 1970. TM. Getter, Aspetti della teoria toniniana dell egemonia pro- letaria, en Rassegna sovietica, XX, ovtubre-noviembre 1969, p.'38. xu grama de Erfurt de la SPD (1881), hasta Hegar a las necro~ Tngiss de tos dos presidentes de la SPD, Paul Singer (1911) ¥ y August Bebel (1912), que tienen el eardcier de juicios histé- Heo-polttiens, veferides a 1m largo perfodo de ta historia del movi iiento obrero internacional, Las eritieas a determinadas corrien- tos politicas © intelectuales de la socialdemocracia alemana, pre- sentes en Lenin desde los afios de In Bernstein-Debatte, pero que se fueron acontuando después de la posiciin oportunista asumida or I mayoria de la delegactén alemana sobre La cuestion de la paz y de la guerra en el Congreso internacional de Stuttgart (2907), no toceron en medida suslancial, ui en las manifestaciones piiblicas mien las exptesiones privadas 0 confidenciales de Tenin, tn jticio en conjunto positivo o de admiracién, que Teparaba en ai cardeter avanzado como formacién organizada y de masas {que Ta soeiakdemocracia alemana tomabs en al movimiento obrero internacional. Aun cuando, justamente en la inmediata vigilia de In gucrra, sus eritieas, referidas ahora al “ventrismo” kautekinno, so intensificaron en ainplitud, esa valoracién podia subsistir, ¥ hhasta ser subrayada, como indice de todo ese trabajo de reinter- pretacién y de reinveneién de la naturaloza y de los objetives del partido revolucfonario de la clase obrera que Lexin habia empezado a cumplir con 4Qué hacer? y que, en sustancia, no tex dr4 solueién de continnidad 8: “

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