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Señores
E.S.D.
Partes en el proceso:
Demandante:
Rafael Guarín Cotrino, mayor de edad, vecino de Bogotá, Calle 13 No. 32 – 51 – Torre 3 –
Oficina 520.
Autoridad:
Terceros con derecho a intervenir debido a que el resultado de la acción de tutela los
afecta directamente:
85 congresistas contra los cuales se ordenó la indagación preliminar por parte del
magistrado Jorge Luis Quintero Milanes de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema
de Justicia.
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Los ciudadanos que consignaron su firma en los formularios empleados para recolectar
apoyos necesarios para tramitar la solicitud de referendo que busca consultar a los
colombianos sobre una reforma constitucional relacionada con la reelección presidencial,
conforme a la ley 134 de 1994.
I. PETICIONES
II. HECHOS
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4. Respecto a dicho trámite, el representante a la cámara Germán Navas Talero
presentó denuncia penal contra 85 representantes que votaron afirmativamente la
aprobación del proyecto de ley y que representan más del 50% de la respectiva
corporación.
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debido proceso desconoce la garantía de inviolabilidad del voto. Esto amenaza mi
derecho fundamental a la participación política, en cuanto a que el referendo
surge por iniciativa del constituyente primario y su libre trámite en el Congreso se
impide con la apertura de la citada indagación preliminar.
El artículo 86 de la Constitución consagra que toda persona tendrá acción de tutela para
reclamar ante los jueces “la protección inmediata de sus derechos constitucionales
fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción
o la omisión de cualquier autoridad pública”.
Esa situación se convierte en una coacción, al punto que el temor causado en los
congresistas con la apertura de indagación preliminar, puede generar el archivo del
proyecto, dando al traste, por factores extraños al propio trámite legislativo, con el
referendo de iniciativa ciudadana respaldado con mi firma, en ejercicio de mi derecho
fundamental a la participación política.
Para resaltar que la actuación de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia
vulnera mi derecho a la participación política, hay que tener en cuenta que el trámite del
referendo comenzó con una iniciativa ciudadana, pero que éste incluye diversas etapas
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antes de su convocatoria, como es la expedición de una ley por parte del Congreso y el
control previo que realiza la Corte Constitucional. Por lo tanto, cualquier interferencia que
impida que se cumpla de forma libre por el Congreso o la propia Corte con las funciones
que le corresponden, con relación a la iniciativa de referendo, es un atentado contra el
derecho fundamental consagrado en el artículo 40.2 de la Carta, en la medida que frustra
la posibilidad de participar en el referendo.
Así, la vulneración de la inviolabilidad del voto de los congresistas por la Sala de Casación
Penal, con ocasión del trámite del proyecto de ley relativo al referendo, amenaza el
derecho fundamental a la participación política consagrado en el artículo 40 de la
Constitución. Por tanto, es legítimo que un ciudadano que firmó la iniciativa de referendo
pueda presentar tutela solicitando el amparo de su derecho y el debido proceso que
cobija a los congresistas, cuando se vulnera la inviolabilidad parlamentaria; pues, sin
devolver la libertad a los congresistas coartada por la actuación judicial, es imposible que
el referendo normalmente continúe su curso y cese la amenaza a mi derecho.
Para que la tutela proteja mi derecho debe también amparar el debido proceso de los
indagados, en la medida que el perjuicio a mi causado se deriva de la imposibilidad de que
voten libremente el proyecto de ley relativo al referendo, tal y como se demostrará en
este escrito. En este caso, el amparo del derecho a la participación política depende
directamente del amparo del derecho al debido proceso de los congresistas.
La acción de tutela procede por tratarse de una acción de amparo ante una amenaza al
derecho fundamental consagrado en el artículo 40 de la Constitución y una violación al
debido proceso de los congresistas, objeto de indagación preliminar, señalado en el
artículo 29 del mismo ordenamiento.
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desconocimiento grosero de los derechos fundamentales, como se describe en este
memorial.
Inminente e irremediable es el perjuicio que se está causando a la libertad del voto de los
congresistas y al proceso de participación democrática que se adelanta con relación al
proyecto de referendo citado. Es evidente que la denuncia busca impedir la libre
actuación de los congresistas en el trámite del proyecto de ley de referendo, afectándose
por esa vía el derecho a la participación de los ciudadanos que, como en mi caso,
apoyamos con nuestra la firma el referendo.
Dado su dilatado trámite, esperar la decisión judicial de la Sala de Casación Penal respecto
a la indagación abierta a los congresistas, no sería una respuesta eficiente y oportuna, sino
una violación absoluta de mi derecho.
La decisión inhibitoria se produciría una vez el daño fuera irreparable, pues los términos
del proceso legislativo y político no son los mismos establecidos en el código de
procedimiento penal. No se puede permitir que con una argucia jurídica se petardee la
formación libre de la voluntad legislativa en un tema que compromete el derecho a la
participación política de millones de colombianos, tampoco, que la administración de
justicia sea utilizada para favorecer intereses políticos, frustrando el proceso legislativo, al
tiempo que el proceso democrático del referendo.
Respecto a las vías de hecho, la Corte Constitucional en Sentencia T 590 de 2002 “ha
considerado que pueden presentarse situaciones en las cuales los servidores públicos
ejercen sus atribuciones separándose totalmente de los mandatos de dicho
ordenamiento, en abierta o abultada contradicción con él, en forma tal que en vez de
cumplirse la voluntad objetiva del mismo se aplica la voluntad subjetiva de aquellos y
como consecuencia, bajo la apariencia de actos estatales, se configura materialmente una
arbitrariedad, denominada vía de hecho, con la cual se vulneran o amenazan derechos
fundamentales de las personas y que da lugar al otorgamiento de la acción de tutela.
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En consonancia con lo anterior, tal institución ha sido aplicada principalmente en el campo
de las actividad judicial, pero es aplicable también en el ámbito de los procesos y
actuaciones administrativas”.
La Corte Constitucional en sentencia T 439 de 1992 indicó que los “derechos políticos de
participación (CP art. 40) hacen parte de los derechos fundamentales de la persona
humana. El hombre solo adquiere su real dimensión de ser humano mediante el
conocimiento del otro y de su condición inalienable como sujeto igualmente libre. Los
derechos de participación de la dirección política de la sociedad constituyen una esfera
indispensable para la autodeterminación de la persona (CP art. 16), el aseguramiento de la
convivencia pacífica y la consecución de un orden justo (CP preámbulo, art. 2)”
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fundamental de origen constitucional”, (C 180 1994), tal y como aparece en el numeral
segundo del artículo 40 superior.
Esto adquiere mayor sentido si se considera que la Corte Constitucional ha dicho que el
referendo, a pesar de ser un mecanismo de participación ciudadana, en su trámite debe
observar diferentes instancias: “la Carta, al establecer el referendo como mecanismo de
reforma constitucional, no pretendió consagrar un procedimiento de democracia directa
pura, sin controles judiciales, y que estuviera totalmente desvinculado de las instancias de
representación” (C – 551 de 2003).
Así pues, el referendo tiene etapas y diferentes componentes: “La ley de referendo es
entonces una ley convocante, que incorpora un proyecto de reforma constitucional, que
debe ser sometido a consideración de la ciudadanía, y la expedición de la ley es uno de los
pasos de la reforma constitucional. Se trata pues de una ley aprobada por el Congreso
como legislador, no como titular del poder de reforma, pero orientada a que se reforme la
Constitución por medio de la participación ciudadana directa al pueblo, como titular del
poder de reforma” (Sentencia C – 551 de 2003 – Corte Constitucional). Es dicho paso el
que está amenazado con la indagación preliminar, al prescindirse de la libertad de voto
que deben tener los congresistas para tramitar la ley relativa al referendo.
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así, si no se cumplen los requisitos de las firmas, si libremente el congreso no aprueba la
ley o si la Corte determina que es inconstitucional.
Por otro lado, la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 consagró en el artículo 185 de
la Carta que “Los congresistas serán inviolables por las opiniones y los votos que emitan
en el ejercicio del cargo, sin perjuicio de las normas disciplinarias contenidas en el
reglamento respectivo”. Se trata de una garantía indispensable en cualquier democracia
para que el Congreso pueda funcionar de forma libre, ejerza adecuadamente la
fiscalización sobre el ejecutivo, pueda desarrollar los debates de control político y se
garantice la separación de poderes.
El derecho al debido proceso se vulnera cuando la Corte Suprema de Justicia pasa por alto
la inviolabilidad de los congresistas por las opiniones y los votos, tal y como lo declaró la
Corte Constitucional en Sentencia SU 047 de 1999. En ese caso, como respecto a la
indagación preliminar a la que nos hemos referido en este memorial, la Corte Suprema de
Justicia carece de competencia, de donde se deriva la violación al artículo 29 superior.
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“por cuanto la garantía institucional de la inviolabilidad (CP art. 85) priva, de
manera absoluta, a la Corte Suprema de competencia para investigar como delitos
los hechos inescindiblemente ligados a las opiniones y votos emitidos por la actora
en las actuaciones adelantadas por la Cámara de Representantes contra el
entonces Presidente de la República”.
“El fin de la irresponsabilidad de los congresistas es que los representantes del pueblo
puedan emitir de la manera más libre sus votos y opiniones, sin temor a que éstos
puedan ocasionar persecuciones judiciales o de otra índole, con lo cual se garantiza
una plena libertad e independencia en la formación de la voluntad colectiva del
parlamento o congreso. Así, sólo por medio de la figura de la inviolabilidad, es posible
que se cumpla el mandato constitucional según el cual los senadores y
representantes deben actuar "consultando la justicia y el bien común", y no movidos
por el temor a eventuales represalias jurídicas. La irresponsabilidad de los
congresistas es consustancial a la democracia constitucional ya que es la expresión
necesaria de dos de sus principios esenciales: la separación de los poderes y la
soberanía popular”.
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garantía institucional cubre exclusivamente los votos y opiniones emitidos en
ejercicio del cargo. También es absoluta, ya que sin excepción todos los votos y
opiniones emitidos en el proceso de formación de la voluntad colectiva del Congreso
quedan excluidos de responsabilidad jurídica”.
“De un lado, el tenor literal del artículo 185, que no establece ninguna distinción en
cuanto a las funciones de los congresistas, y que corresponde a la voluntad histórica
de la Asamblea Constituyente; y, de otro lado, la finalidad misma de la inviolabilidad,
la cual busca proteger la independencia general del Congreso, por lo cual es natural
que esta prerrogativa se proyecte a todas las funciones desarrolladas por los
miembros de las cámaras, sin que sea posible establecer diferencias entre ellas”.
Sin embargo, una revisión de la ley 134 de 1994 y de la ley 5 de 1992 demuestra que la
certificación de la Registraduría no es requisito para lo que el denunciante llama “vocación
legislativa”.
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Ni el artículo 24 de la ley estatutaria de mecanismos de participación ciudadana que trata
sobre la certificación de la Registraduría, ni el 27 que ordena a la Organización Electoral
certificar, “para todos los efectos legales, el cumplimiento de requisitos exigidos para la
realización de los mecanismos de participación ciudadana, tienen el alcance de
condicionar la “vocación legislativa” de las Cámaras. Adicionalmente, los derechos
fundamentales solo pueden limitados por disposición expresa de una ley estatutaria o de
una norma constitucional, más no por una interpretación extensiva o analógica que es la
que se esgrime por el denunciante y aún, por el propio Registrador Nacional del Estado
Civil.
Contrario sensu, el artículo 34 que trata sobre la “Convocatoria del Referendo” establece
que expedidas “las certificaciones por la Registraduría del Estado Civil correspondiente,
sobre el número de apoyos requerido, así como el fallo de la Corte Constitucional, el
Gobierno Nacional, departamental, distrital, municipal o local correspondiente, convocará
el referendo mediante decreto, en el término de ocho días, y adoptará las demás
disposiciones necesarias para su ejecución”. Lo que significa que “las certificaciones” son
un requisito indispensable para que el Gobierno Nacional pueda convocar al referendo
mediante decreto, no así, para la aprobación de la ley relativa al referendo que debe
aprobar, como un paso dentro de una reforma constitucional de origen popular, el
Congreso de la República.
Vale la pena precisar que en realidad no son certificaciones, sino que se trata de una sola
certificación referida al número de apoyos requerido. Esta es la única certificación a la que
la ley confiere fuerza de requisito esencial para la continuidad del proceso democrático de
referendo.
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voto, esto es, debió incluir tanto a los que votaron por su aprobación, como en contra,
evento que no se dio.
Tal conducta ratifica que lo que se busca con la denuncia es afectar la libertad del voto de
los congresistas y hacer inviable el referendo. La apertura de indagación preliminar,
careciendo para ello de competencia la Corte Suprema de Justicia, fortalece el objetivo
político del representante, que vulnera no solo la inviolabilidad parlamentaria, sino el
derecho a la participación política de quienes apoyamos con nuestra firma la solicitud de
referendo, de acuerdo a los dispuesto en la ley 134 de 1994.
El sentido del voto no puede ser la razón para la actuación judicial contra uno o un grupo
de congresistas. La Corte Constitucional en la sentencia SU 047 de 1999 lo afirmó
categóricamente:
“Así, es indudable que la regla general en cualquier Estado de derecho (CP art. 1º) es
la responsabilidad de todos los servidores públicos por el ejercicio de sus funciones
(CP art. 6); sin embargo, no es lógico extraer de ese postulado la conclusión
equivocada de que la inviolabilidad de los congresistas no puede cubrir conductas
delictivas, por cuanto esa argumentación deja de lado un hecho elemental que la
invalida, y es el siguiente: la inviolabilidad es precisamente una excepción a la regla
general de la responsabilidad de los servidores públicos y de los particulares. En
efecto, precisamente lo que pretende este mecanismo es que ni los jueces, ni las
otras ramas del poder, puedan perseguir ciertos discursos o afirmaciones, que si
hubieran sido pronunciados por un particular o por otro servidor público, podrían
configurar delitos de injuria, calumnia, apología del delito o similares. Esa es
precisamente la función de la figura, ya que, como dice Pizzorusso, “la
irresponsabilidad por las opiniones y votos expresados se sustancia en una eximente
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en cuya virtud la acción realizada, aunque se corresponda con un supuesto delictivo
(p ej, difamación, injuria, etc) no resulta punible o no es, para algunos, constitutiva
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indebidamente fondos, o traficar influencias, entonces pueden perder la investidura
e incluso responder penalmente, sin que puedan invocar en su favor la inviolabilidad
de sus votos y opiniones. Igualmente, la violación del régimen de conflicto de
intereses tampoco queda excusada por la inviolabilidad, ya que el conflicto de
intereses se configura por el solo hecho de intervenir, sin informar, en asuntos en los
cuales el parlamentario se encuentra inhabilitado por situaciones específicas, pero
esta falta no tiene nada que ver con el contenido mismo de la opinión o del voto que
haya emitido ese congresista, los cuales siguen amparados por la inviolabilidad.
“El estudio precedente muestra que si bien la Sala de Casación Penal puede juzgar los
delitos cometidos por los congresistas, sin embargo carece de competencia para
investigar los votos y opiniones que los senadores y representantes hayan emitido en
ejercicio de sus funciones, por cuanto éstos son inviolables. Ahora bien, conforme a
las pruebas incorporadas al presente expediente, la Corte Suprema vinculó por
medio de indagatoria a todos los representantes que votaron en favor de la
preclusión del juicio contra el Presidente Samper, mientras que se abstuvo de abrir
investigación formal contra aquéllos que consideraron que se debía dictar resolución
de acusación contra el Presidente. Una conclusión obvia surge: el fundamento
primario del llamado a indagatoria realizado por la Corte Suprema fue el sentido del
voto emitido por los congresistas, y no otras conductas, puesto que todos los que
estuvieron en favor de la preclusión fueron vinculados al proceso penal, y
únicamente ellos. La razón: los representantes habrían cometido un eventual
prevaricato al precluir el proceso contra el Presidente”.
Sucede una situación similar en el caso que se estudia. La Corte abre indagación
preliminar contra los 85 congresistas que votaron favorablemente el proyecto de ley de
referendo dejando al margen a quienes lo votaron negativamente. Es evidente que tanto
en la denuncia como en la actuación del magistrado Jorge Luis Quintero Milanes hubo
una discriminación atendiendo el sentido del voto de los congresistas y no la supuesta
omisión de requisitos que señala el denunciante.
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apertura de indagación preliminar contra todos los congresistas que participaron en la
votación, sin importar el sentido que haya tenido su voto.
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particular o por otro servidor público, no lo son en caso de ser realizadas por un
congresista en desarrollo de sus funciones. Esto significa que, por expreso mandato
constitucional, en esos eventos esas conductas no son hechos punibles, por lo cual, si
un juez intenta sancionar al congresista, desconoce el principio según el cual una
persona sólo puede ser penada por conductas definidas como delitos por el
ordenamiento mismo”.
La prohibición de investigar a los congresistas en razón de sus de sus votos es absoluta. Los
jueces carecen de cualquier competencia para investigar a los congresistas por los votos que
emitan en su actividad legislativa. La orden de apertura de indagación preliminar contra los
85 parlamentarios es precisamente el inicio de una investigación proscrita de forma absoluta
por la Constitución Política y reconocida así por la Corte Constitucional. La actuación del
magistrado que ordenó la indagación rebasa todos los límites legales y constitucionales,
erigiéndose en una vía de hecho, contra la cual procede la acción de tutela.
Obviar la inviolabilidad del voto de los parlamentarios con ocasión del trámite del
proyecto de ley mencionado, tiene una conexión directa con mi derecho fundamental a la
participación política, en la medida que fue en ejercicio de ese derecho y en el de millones
de colombianos, que se puso en marcha un mecanismo de participación democrática que
tiene etapas diversas, ligadas unas con otras, y que no se pueden separar sin que esto
haga fracasar la iniciativa ciudadana de referendo y con ello hacer nugatorio el derecho
consagrado en numeral 2 del artículo 40 superior.
Finalmente, no sobra advertir que el Código Penal en el artículo 413 al tipificar el delito de
prevaricato, lo circunscribe a la emisión de resoluciones, dictámenes o conceptos
contrarios a la ley y, para el caso que nos ocupa, no comprende las actuaciones de los
parlamentarios referidas al ejercicio del voto.
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materialización del concepto de atipicidad de la conducta, pues un voto es un concepto
jurídico concreto, distinto a los enumerados en el artículo 413 de la ley 599 de 2000.
En el caso que se examina era imperativo que el funcionario judicial ordenara el archivo
de la denuncia formulada y no desgastara a la justicia abriendo una investigación
preliminar que no va a conducir a ninguna parte y que de proseguirse atenta contra el
principio de una pronta y cumplida justicia, además de vulnerar los derechos
fundamentales, no solamente de los congresistas, sino de los ciudadanos que de manera
libre apoyaron la iniciativa de referendo.
En estas circunstancias, es lógico que los parlamentarios que deseen votar libremente de
forma positiva la ley de referendo se abstengan de hacerlo por temor a consecuencias
penales, mucho más, cuando la indagación preliminar violenta la inviolabilidad del voto de
la que gozan por mandato superior los integrantes de las cámaras legislativas.
V. PRUEBAS
VI. NOTIFICACIONES
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El presidente de la Sala de Casación Penal y al magistrado Jorge Luis Quintero Milanes
pueden notificarse en las oficinas de la Corte Suprema de Justicia en el edificio del Palacio
de Justicia ubicado en la Carrera 7 con Calle 11 de Bogotá D. C.
Atentamente,
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