El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
Original Title
art1-eca-699-700. Inmigrantes salvadoreños en New York. El Salvador. Usa
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
15 Comunidad salvadorea inmigrant e en el rea met ropolit ana
Volumen 62 Nmero 699-700
eca Est udios Cent roamericanos Art culos El Salvador, migracin internacional, migrantes, identidad cultural, medios de comunicacin de masas, anlisis, poltica cultural. Comunidad salvadorea inmigrant e en el rea met ropolit ana de Washingt on D.C.: procesos de ident idad colect iva y comunicacin t ransnacional Jos Luis Bentez Resumen Este estudi o anali za lasrelaci onesentre los procesos y prcti cas de comuni caci n, y la confi guraci n de i denti dades colecti vas en la experi enci a de los mi grantes salvadoreos en Estados Uni dos. En concreto, la i nvesti gaci n se enfoca en la comuni dad salvadorea i nmi - grante en el rea metropolitana de Washington D.C. La metodologa empleada consiste en una etnograf a de comuni caci n que combi na observacin participante y entrevistas en pro- fundi dad acerca del consumo de medi os y las prcti cas de lectura y recepci n de ci ertos textosmedi ti cos. En la pri mera parte se plantean los pri n- ci pales elementos conceptuales alrededor de esta temti ca: transnaci onali smo y estudi os trans naci onales; comuni caci n, mi graci n y di sporas; i denti dades colecti vas y medi os de comunicacin. En esta parte propongo algunos aspectosconceptualesque desde la teora de la estructuracin de Anthony G iddensse podran aplicar al estudio de medios de comuni caci n transnaci onales. En la segunda parte se descri ben algunas caractersticas de la comunidad salvadorea in migrante en Washington D.C., y se hace una bre ve caracterizacin histrica de los prin cipales medios locales de comunicacin: peridicos, ra diosy estacionesde televisin. A continuacin, se analizan losprogramastransnacionalesde radio y televisin dirigidos a la comuni dad salvado- rea i nmi grante, y las formas de apropiacin de estos productos medi ti cos. Fi nalmente, en la conclusi n se resalta la i mportanci a de los medios de comunicacin como mediadores socioculturalesen la formacin de identidades, y la necesidad de repensar po lticastransnacionales de comunicacin y cultura para El Salvador. Palabras clave: pp.15-40 Volumen 62 Nmero 699-700 eca Est udios Cent roamericanos 16 Comunidad salvadorea inmigrant e en el rea met ropolit ana Int roduccin El fenmeno contemporneo de la mi - gra ci n i nternaci onal plantea a las ci enci as so ciales nuevos desafos conceptuales y me - to dolgi cos para comprender y expli car los pro cesos y transformaciones econmicas, so- ciales, te rri tori ales, pol ti cas y culturales que estos procesos generan en el contexto de la globalizacin. De hecho, diferentesdisciplinas, como la antropolog a, soci olog a, ci enci aspo- l ti cas, econom a y geograf a, entre otras, han desa rrollado i nvesti gaci ones que proponen la con ceptuali zaci n de un nuevo espaci o soci al transnaci onal. De esta manera, estos estudi os transnaci onales o sobre el transnaci onali smo consti tuyen una apuesta i nterdi sci pli nari a de i nvesti gaci n soci al que abre nuevas rutas para entender la complejidad de lasrelaciones entre procesos de mi graci n i nternaci onal, globali zaci n y desarrollo soci al. En esta tarea acadmica, el campo de la comunicacin tiene tambi n mucho que aportar, parti cularmente desde la i nvesti gaci n de losprocesosy prc- ti cas comuni caci onales que ti enen lugar en el espaci o soci al transnaci onal. En El Salvador, el flujo masi vo de emi gra- cin en losltimosveinticinco aosse ha diri- gido en su gran mayora hacia EstadosUnidos, donde resi den, de acuerdo a ci frasdel gobi er- no salvadoreo, alrededor de 2.5 mi llones de salvadoreos. Esta poblacin inmigrante en los EstadosUni dosse concentra pri mordi almente en la ci udad de Los ngeles, Cali forni a, y en el rea metropolitana de Washington D.C., que incluye ciudadesde losestadosde M aryland y Vi rgi ni a. Esta comuni dad salvadorea en el rea de Washington D.C. esel grupo nacional mayoritario entre lasdiversascomunidadesin- migrantesde esa zona metropolitana ( Cadaval, 1988) . En este senti do, esta comuni dad ti ene una relevanci a especi al en la confi guraci n y proyecci n de la di spora salvadorea y, al mi smo ti empo, esun espaci o soci al pri vi legi a- do para estudi ostransnaci onales. En este contexto, este artculo presenta algu- nas consi deraci ones fundamentales sobre los procesos de i denti dad colecti va y comuni ca- ci n en la comuni dad salvadorea i nmi grante en el rea de Washi ngton D.C. Este estudi o ti ene como punto de parti da el trabajo de campo reali zado en esa zona durante el vera- no de 2004 y que si rvi de base para la ela- boracin de mi tesisdoctoral 1 . La metodologa empleada en esta i nvesti gaci n ti ene como eje pri nci pal la etnograf a de comuni caci n, la cual combi na la ri queza de experi enci a de la observaci n parti ci pante en un contexto soci ocultural parti cular, y el estableci mi ento de conversaciones alrededor del consumo de medi os de comuni caci n, i nterpretaci n de textos medi ti cos y si gni fi caci ones culturales de lasprcticascomunicacionalesde losinfor- mantes. El perodo de observacin participan- te fue de tresmeses. Tambi n se reali zaron de manera si stemti ca ( grabaci n y trascri pci n) setenta entrevi stasen profundi dad y un grupo focal con mi embros de di ferentes sectores de la comuni dad salvadorea i nmi grante en el rea de Washi ngton D.C. En la selecci n de losinformantesse tomaron en cuenta aspectos como edad, gnero, reli gi n, ti po de empleo, lugar de ori gen y ti empo de resi di r en Estados Unidospara obtener mayor diversidad y com- pleji dad en las perspecti vas de los salvadore- osentrevi stados. 1. Transnacionalismo y est udios t rans- nacionales Los estudi os contemporneos sobre la mi - graci n i nternaci onal se han enfocado en tres preguntas centrales: qu moti va a la gente a emi grar?, cmo cambi a la vi da de los i nmi - grantes en el pa s receptor?, y qu i mpacto ti enen las comuni dades mi grantes en los pa - ses de llegada? ( Portes y DeWi nd, 2006) . Si n embargo, en loslti mosaosse constata una transformaci n si gni fi cati va desde la confi gu- raci n de un campo soci al transnaci onal, es 1. Communication and collective identities in the transnational social space: A media ethnography of the Salva- doran immigrant community in the Washington D.C. metropolitan area, Ohio University, 2005. Puede acceder- se a la tesis en el sitio: http://www.ohiolink.edu/etd/view.cgi?acc_num=ohiou1121349361 17 Comunidad salvadorea inmigrant e en el rea met ropolit ana Volumen 62 Nmero 699-700 eca Est udios Cent roamericanos deci r, la exi stenci a de nuevos espaci os de i n- tercambi o msall de lasfronterasnaci onales con mayor densidad y dinmica que antes. En parte, estos i ntercambi os transnaci onales son ahora posiblespor losadelantosen losmedios de transporte y el desarrollo de nuevastecno- log as de comuni caci n. Por tanto, el campo soci al transnaci onal, tal como lo seala Pri es ( 2001) , implica la articulacin de prcticasso- ci ales, artefactos y si stemas si mbli cos que se extienden en espaciosgeogrficosen al menos dosEstadosnaci onales. Adems, algunosautores( G uarnizo y Smith, 1998; M ahler, 1998) han propuesto la met- fora que distingue dosdinmicasdiferentesde transnacionalismo: el proceso que surge desde arri ba y otro proceso que emerge desde abajo . As , transnaci onali smo desde arri ba hace referenci a a las prcti cas y procesos en los cuales las corporaci ones multi naci onales, grandesmedi osde comuni caci n y gobi ernos naci onales, con sus respecti vas agendas y pri o ri dades, son losactorespri nci pales. Por el otro lado, la i dea de transnaci onali smo desde abajo toma en cuenta losprocesosy prcti cas que los ci udadanos, organi zaci ones ci vi les ( especi almente las comuni dades mi grantes) construyen desde susprcti cassoci oculturales y pol ti cas coti di anas. De este modo, estas doslgi casque operan en la construcci n del campo transnacional reproducen complejidades, contradi cci ones, ambi gedades y confli ctos que entraan luchas por la vi si bi li dad soci al, el reconocimiento poltico y la negociacin cul- tural entre las comuni dades mi grantes y otros actores soci ales, tanto en los pa ses donde vi ven como en suspa sesde ori gen. En defi ni ti va, este campo transnaci onal puede ser defi ni do como una di versi dad de espaciosde referencia que estructuran lasprc- ti cascoti di anas, posi ci onessoci ales, proyectos personales de trabajo e i denti dades humanas que si multneamente exi sten por enci ma y msall de loscontextosde lassociedadesna- cionales( Pries, 2001) . Por esto mismo, sugiere Srensen ( 1998) , la noci n del espaci o soci al transnaci onal nospermi te anali zar no slo las experi enci as personales de los i nmi grantes, si no tambi n entender lasmanerasen que los inmigrantesson transformadospor susmismas prcticastransnacionalesy lasdiversasrelacio- nessoci alesen lascualesparti ci pan. La comprensin del campo transnacional como dinmica social que interconecta mltiples localidades y que articula diversos procesos transfronteri zos de i ntercambi o soci ocultural, cuestiona ademslosmodelostradicionalesde asimilacin y aculturacin ( Mahler, 1995) . Estos modelos han propuesto que las comuni dades i nmi grantes deben asi mi larse com pleta o par- ci almente o cuando menos adaptarse a ci ertos valores culturales domi nantes en el nuevo entorno soci ocultural al que llegan. No obstante, estosmodelos, to dav a prevaleci entes en algunos estudi os y propuestas culturales, dejan de lado el reconoci mi ento de los dere- chosculturalesde lascomunidadesinmigrantes y la compleji dad de los procesos de i nserci n personal y soci al en una soci edad que genera reacci ones hosti les haci a los i nmi grantes. En este senti do, hoy en d a se proponen nuevos conceptos como la asi mi laci n segmenta- da ( Portes y Rumbaut, 2001) , que toma en cuenta tanto las capaci dades en trmi nos de capi tal soci al y fami li ar, como las di fi cultades que enfrentan loshijosde losinmigrantespara adaptarse a un nuevo entorno: raci smo gene- ralizado, un mercado de trabajo segmentado y la presencia de modeloscontraculturalescomo laspandillasy lasdrogas. En tal sentido, Portes y DeWi nd ( 2006) consi deran que esta noci n de campo transnaci onal no slo se opone a los modelos de aculturaci n e i ntegraci n de los i nmi grantes, si no que adems evoca la i magen de un movi mi ento i mparable de i da y vuelta que lespermite mantener una presencia en ambas soci edades y culturas y aprovechar las oportuni dades tanto econmi cas como pol ti cas que plantean estas vi das duales ( p. 13) . Con el objeti vo de profundi zar en estasdi - nmi castransnaci onales, losestudi ossobre el transnacionalismo abordan diferentesreasde i nvesti gaci n: confi guraci n de comuni dades transnacionales, redestransnacionales, la nue- va segunda generacin, familiastransnaciona- les, hogar y gnero, reli gi n y transnaci ona- li smo, y comparaci ones transnaci onales entre Volumen 62 Nmero 699-700 eca Est udios Cent roamericanos 18 Comunidad salvadorea inmigrant e en el rea met ropolit ana otrosdi versosmbi tossoci ales( M ahler, 1998; Delanty, 2000; Herrera, 2001; Bri ttai n, 2002; Portes y DeWi nd, 2006) . Y estos procesos y prcti castransnaci onales, de acuerdo a Portes y DeWi nd ( 2006) , ti enden a aumentar con el ti empo de resi denci a en un nuevo contexto soci al, lo que hace esperar que se segui rn expandi endo y profundi zando en el futuro. En defi ni ti va, los estudi os transnaci onales, parti cularmente aquellosque se han reali zado con comunidadesinmigranteslatinoamericanas en EstadosUni dos, ponen de mani fi esto nue- vasconsi deraci onesacerca de losparadi gmas de asi mi laci n y aculturaci n, as como de lo procesosde movi li dad f si ca y si mbli ca entre sus pa ses de ori gen y pa ses de resi denci a. Si n duda, en esta di mensi n de movi mi en- tos si mbli cos transnaci onales los medi os de comuni caci n en espaol j uegan un papel i mportante. Tambi n los di scursos, narrati vas e i magi nari os que promueven estos medi os de comuni caci n, tanto a ni vel local como transnacional, son crucialesen la reafirmacin y creacin de nuevasidentidadescolectivasen la experi enci a de losi nmi grantes. A pesar del creci ente i nters acadmi co en los estudios transnacionales, estos enfrentan importantes desafos epistemolgicos y meto- dolgi cos en la construcci n de una agenda de investigacin ( Mahler, 1998) . A este respecto, existe consenso en al menos tres retos funda- mentales para los estudi os transnaci onales. Pri mero, hacen falta mayores esfuerzos que logren, de manera creativa y eficaz, llevar ade lante proyectos de i nvesti gaci n i nterdi sci pli nari os entre lasdiferentesreasde lascien ciassociales ( Pries, 2001) . Segundo, esindispensable desa- rrollar nuevas metodolog as de i nvesti gaci n sobre el fenmeno del transnaci onali smo que permi tan referentes apropi ados para el esta- blecimiento de comparaciones( M ahler, 1998) . Fi nalmente, es necesari o superar el marco de las soci edades y los Estados naci onales como lasnicasunidadesde anlisisen el estudio de losdiversosprocesosy prcticastransnacionales en contextosde migracin internacional ( Portes y DeWi nd, 2006) . 2. Comunicacin, migracin y disporas En los lti mos aos, ha surgi do tambi n en el campo de la comuni caci n un proyecto acadmico que estudia lasdiferentesrelaciones entre medi os de comuni caci n, confi guraci n de identidadescolectivasy procesosde migra- ci n i nternaci onal. Algunas de estas perspec- ti vasemergen desde lascontri buci onesde los estudi os culturales bri tni cos ( Barker, 2000) y los planteami entos anclados en la reali dad soci ocultural lati noameri cana ( M art n-Barbe- ro, 2002) . Los estudi os culturales consti tuyen un campo i nterdi sci pli nari o que exami na las diferentesformasen que la cultura se interrela- ci ona con el poder, y cmo esasrelaci onesi n- fluyen y conforman lasprcticascotidianasde la gente ( Barker, 2000) . Adems, los estudi os culturalesposibilitan nuevasmodosde acerca- mi ento, tanto teri co como metodolgi co, al fenmeno de la migracin y la construccin de disporasen lassociedadesmodernas( K arim, 2003) . Tal como lo afi rma Carey ( 1989) , los estudi os culturales de comuni caci n abren la posibilidad de abandonar una filosofa obsole- ta de la ciencia y privilegian un enfoque de los medi os de comuni caci n como un si ti o ( no un objeto o di sci pli na) desde el cual se deben desentraar cuesti ones fundamentales para una teor a soci al. De manera si mi lar, M art n-Barbero ( 2002) observa cmo este cambi o epi stemolgi co en los estudi os culturales y teor as de la comuni - caci n en Amri ca Lati na se ha mani festado en tres movi mi entos metodolgi cos sustanti - vos. Primero, existe una nueva multidimensio- nalidad en el estudio de lasarticulacionesentre procesosde comunicacin y procesosde deste- rritorializacin e hibridacin producidospor la modernidad latinoamericana. Segundo, hoy en d a esi mposi ble comprender la comuni caci n soci al si n tomar en cuenta las i mpli caci ones pol ti cas de las medi aci ones de la comuni - caci n. Es deci r, la conformaci n de si stemas simblicose imaginariossocialesreproducidos desde los medi os juega un papel deci si vo en los procesos de formaci n del poder. Tercero, los cambi os tecnolgi cos y la cuesti n de la