El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
649 Los dilemas de la democracia part icipat iva en Nicaragua
Volumen 62 Nmero 706
eca Est udios Cent roamericanos Palabras clave: democracia, desarrollo local, desarrollo nacional, gobernanza, gobierno, Nicaragua, participacin ciudadana, polticas pblicas, sandinismo, sociedad civil. Los dilemas de la democracia part icipat iva en Nicaragua Silvio Prado Ortiz* * Investigador del Instituto Universitario de Investigaciones Ortega y Gasset, Espaa. Correo electrnico: silvitolindo@yahoo.com. Resumen La creaci n del Consejo de Comuni caci n y Ci udadan a, llamado a ser el vrti ce de un nuevo si stema pol ti co: la democraci a di recta, abri laspuertasa una di scusi n sobre el ti po de democraci a que Dani el O rtega pretende construi r bajo su mandato. En este art culo se busca responder a la cuesti n medi ante, pri mero, un breve repaso al concepto de democraci a parti ci pati va y su vi nculaci n con el de democracia directa; segundo, el abordaje del concepto de si stemasde gobi erno a la luz de la teor a de la gobernanza; y, fi nalmente, el anli si s comparati vo entre los dos modelos parti ci pati vos que estn en la palestra en Ni caragua. Volumen 62 Nmero 706 eca Est udios Cent roamericanos 650 Los dilemas de la democracia part icipat iva en Nicaragua El regreso al G obierno de Daniel O rtega en Ni caragua abri las puertas a una di scusi n sobre el ti po de democraci a que pretend a construir bajo su mandato. El propio da de su toma de mando, emi ti el Decreto 03-2007, mediante el cual se cre el Consejo de Comu- nicacin y Ciudadana, llamado a ser el vrtice de un nuevo si stema pol ti co: la democraci a di recta. El problema es que este proyecto de democraci a parti ci pati va ya ten a otro enfren- te, que ven a si endo construi do desde 1988, cuando se aprob la Ley de M uni ci pi os, al amparo de la autonoma municipal restaurada en la Consti tuci n de 1987. M s tarde, entre 1990 y 2006, este modelo de parti ci paci n ci udadana ampli su marco jur di co con ms de trei nta leyes, entre las que se destacan la Ley de Parti ci paci n Ci udadana, la de Rgi - men Presupuestario M unicipal y la de Transfe- renci asfi scaleshaci a lasalcald as. Respaldado en estas leyes, el gobi erno de Enri que Bolaos i ntent formali zar, en la segunda mitad de su mandato, el llamado Sis- tema Naci onal de Parti ci paci n Ci udadana, a fi n de establecer losmecani smosde relaci n de G obi erno, soci edad ci vi l, sector pri vado y comunidad internacional para la definicin de losobjeti vosy laspri ori dadesde pol ti casp- blicas, leyes, y planesestratgicosde desarrollo que orienten lasdecisionespblicasy privadas en materi a de desarrollo ( Plan Naci onal de Desarrollo 2006-2010, p. 75) . Este modelo asentado en losespaci ospar- ti ci pati vos muni ci pales est si endo desafi ado por los Consejos de Poder Ci udadano que el G obierno de O rtega y el FSLN han tratado de instaurar a lo largo de este ao, igualmente en estructuras muni ci pales. Aunque los asesores del Presi dente han argumentado que se trata de mecani smos ms parti ci pati vos y con ma- yor poder de decisin por tener acceso directo al Presidente de la Repblica, quedan algunas dudas acerca de si la tensi n real est entre modelos de democraci a o entre si stemas de gobierno. Para intentar aclarar esta interrogan- te, pri mero i ntroduci remosel concepto de de- mocraci a parti ci pati va y su vi nculaci n con el de democraci a di recta, tratando de encontrar si mi li tudes y di ferenci as entre ambas, o bi en hasta qu punto son convergentes. Posteri or- mente, abordaremos brevemente el concepto de si stemas de gobi erno a la luz de la teor a de la gobernanza, y ms tarde haremos un anli si s comparati vo entre los dos modelos parti ci pati vos que estn en la palestra en Ni caragua. 1. Tipos de democracia 1.1. La democracia part icipat iva La teor a de la parti ci paci n, o parti ci pati - va, como se conoce en la actuali dad, es atri - bui da a los trabajos de Carole Pateman y C. B. M acpherson, aunque algunosautores( Held, Cohen y Arato) agregan a Poulantzasy Bacha- rach, entre otros, a la obra fundacional de esta teor a. Si bi en coi nci den en reconocer como precursores de este paradi gma a Rousseau y Stuart M i lls, Pateman i ncluye a G . D. H. Cole por los aportes de su obra en parti cular, Guild Socialism y Guild Socialism Restated a la actualizacin de lospostuladosde Rousseau en las soci edades modernas i ndustri ali zadas ( Pateman, 1970, p. 35) . El li bro de Pateman, Participation and De- mocratic Theory, se ha converti do en referen- cia para sucesivasinvestigacionessobre partici- pacin ciudadana, porque susalegatosfrente a lostericoscontemporneosde la democracia contri buyeron a rescatar los antecedentes del debate entre los modelos de democraci a re- presentati va y democraci a parti ci pati va, y sus efectosen la llamada democracia directa. Este breve texto, escrito a finalesde losaossesen- ta, forma parte de la corriente conocida como Nueva Izquierda , inspirada en el surgimiento de losllamadosnuevosmovimientossociales ( sobre todo los estudi anti les y los femi ni stas) que sacudi eron la escena pol ti ca y soci al de Europa y Estados Uni dos en aquellas fechas. Estosmovimientosllevaron a foro de discusin la rei vi ndi caci n de la parti ci paci n di recta en lasdeci si onespbli casque lesafectaban y la transformaci n de las i nsti tuci ones que les representaban. 651 Los dilemas de la democracia part icipat iva en Nicaragua Volumen 62 Nmero 706 eca Est udios Cent roamericanos Como apunta M acpherson, en aquellos tiempos la idea de que debera haber una par- ticipacin considerable de losciudadanosen la formulacin de decisiones por el gobierno 1 se extendi tanto que variosgobiernosnacionales empezaron a hacer suyas, al menosverbalmen- te, lasconsignasde la participacin, y algunos iniciaron incluso programasque contenan una amplia participacin ciudadana ( 1987, pp. 121-122) . De modo que ya en los albores de lossetenta fue posible reconocer expresionesde una participacin ciudadana institucionalizada que trataba de cerrar la brecha entre gobernan- tesdecisoresy electoresacatadores. Pateman defi ne el modelo de democraci a parti ci pati va como aquel en que el mxi mo de input [ parti ci paci n] es requeri do y donde el output i ncluye no solo laspol ti caspbli cas [ deci si ones] si no tambi n el desarrollo de capaci dades soci ales y pol ti cas de cada i ndi - viduo, de manera que haya una retroalimenta- ci n [ feed back] del output al input ( 1970, p. 43) 2 . As, decisionesy ciudadanos( entendidos como codecisores) son incluidosen losaportes de lasprcticasparticipativasque tienen como propsi to no solo la construcci n de pol ti cas ms efi caces para la mejor a del bi enestar de la poblaci n, si no adems la profundi zaci n del rgi men democrti co medi ante el ejerci ci o de mayores cuotas de ci udadan a. A su vez, la retroali mentaci n entre pol ti cas y ejerci ci o de ci udadan a resaltada por Pateman subraya dos aspectos que sern i mportantes para el presente trabajo: la relaci n i nterdependi ente entre productos ( pol ti cas) y ci udadan a ( pro- ductores) , y, por ende, el rechazo de la falsa oposi ci n entre justi ci a soci al y democraci a, entre desarrollo y libertad, que han abandera- do losreg menesautori tari osde derecha y de i zqui erda. 1.2. La democracia direct a A este conjunto de prcti cas parti ci pati vas siempre han estado asociadoslosmecanismos de democracia directa, en particular el refern- dum, el plebiscito y algunasprcticasrecientes de tipo comunitario como losprocesosde pla- ni fi caci n estratgi ca muni ci pal. Si n embargo, recordando al modelo ensayado en la Comu- na de Par s, Held aporta que la democraci a directa podra caracterizarse como una forma de gobi erno que trataba de combi nar la auto- nom a local con un si stema de representantes que son, en pri nci pi o, delegadosdi rectamente revocables ( 1987, p. 161) . De modo que, parti endo de la di fi cultad para que la poblaci n i ntervenga de forma di recta en las deli beraci ones y deci si ones en losmbi tospor enci ma del ni vel comuni tari o, el carcter di recto de este ti po de demo- craci a no estar a en el acceso a la materi a de las deci si ones, si no en la revocabi li dad de los representanteselectospara intervenir en nom- bre de las colecti vi dades y en la autonom a de stas para gobernarse. En otras palabras, al i gual que en losejerci ci osparti ci pati vos, las llamadasformasdi rectasti enen que recurri r a formatosrepresentati vospara hacer vi ablesla i nterlocuci n con lasautori dades, desde posi - ci onesde autodetermi naci n. Esto echa por tierra el intento de separar la democracia participativa de lasformasdirectas de parti ci paci n. Si bi en la pri mera pone sus acentos en el acceso di recto a las deci si ones pbli cas y en la construcci n de ci udadan a, y la segunda en la posi bi li dad de revocar de manera directa a losdelegadospara losrangos supra comuni tari os, ambas formas se com- plementan en el ejerci ci o prcti co; ms an, convergen en lasnuevasformasgobierno rela- cional que se experimentan en todo el mundo bajo el modelo de la nueva gobernanza o de gobernanza soci opol ti ca. 1.3. La t eora de la gobernanza Se denomina teora de la gobernanza al conjunto de postuladosconstruidosentre la l- tima dcada del siglo XX y la primera del siglo XXI , en torno al fenmeno de la governance, mal traducido en un inicio como goberna- 1. En cursiva en el original. 2. Las aclaraciones entre corchetes son nuestras. Volumen 62 Nmero 706 eca Est udios Cent roamericanos 652 Los dilemas de la democracia part icipat iva en Nicaragua bilidad , pero corregido recientemente como gobernanza . Estos trabajos i ntentaban ex- pli car los nuevos patrones que surg an en las relaci ones Estado-soci edad, donde el Estado hab a perdi do el carcter central en la di rec- ci n de la econom a y la soci edad, y nuevos actores se hab an sumado a las deci si ones pblicas. La evolucin del debate en torno a la gobernanza condujo a su vez a los conceptos de gobernanza moderna ( M ayntz, 1999) y de gobernanza soci etal ( Kooi man, 1993) . Por la fuerza expli cati va que representa frente a estosnuevosfenmenosparticipativos, retomaremos para este trabajo el enfoque de la gobernanza soci opol ti ca de Jan Kooi man. Este se refi ere a los arreglos medi ante los cuales actores pbli cos y pri vados persi guen la soluci n de problemas soci ales o la crea- ci n de oportuni dades soci ales, y apuntan al cuidado de lasinstitucionessocialesdentro de lascualesestasactividadesde direccin tienen lugar ( 2000, p. 139) . Losarregloso acuerdos soci opol ti cos son el ncleo de estas nuevas relaciones. Representan lasreglassobre lasque se construye la nueva direccin de la sociedad y la economa, trasun proceso de legitimacin derivado de la aceptacin social de lasnormas y de la efectividad que lasmismastengan en el bi enestar de la poblaci n. De modo que estos arreglos son una especi e de metapol ti ca sobre la que se eri ge lo que Prats denomi na la estructura institucional de la accin poltica tanto del gobi erno como de los actores de la soci edad ci vi l ( 2001) . El otro elemento a destacar, la agregaci n de nuevos actores pbli cos y pri vados a la formulaci n y ej ecuci n de las deci si ones pbli cas, i mpli ca la i ncorporaci n de una plu- ralidad distinta de losprototiposcorporativistas que limitaban el acceso a otrasorganizaciones que no fuesen lastradicionalesde la economa ( enti ndase gremi os de empresari os y si ndi - catos) . La i rrupci n de estos nuevos actores signific la incorporacin de otrossectoresque se hab an vuelto clave para la producci n de bi enes pbli cos, como los gobi ernos locales, losorgani smosno gubernamentales, lasorga- ni zaci ones comuni tari as e i nd genas, los nue- vos movi mi entos soci ales, las corporaci ones empresarialesde la economa no tradicional y, en el caso de Centroamri ca, la cooperaci n i nternaci onal. Adems, traj o consi go otros elementos atri bui bles a la gobernanza soci e- tal: un nuevo esti lo de gobernar en el que no solo importaba la capacidad de gobernar, sino tambi n la habi li dad para crear entendi mi en- tos: del gobi erno jerrqui co al relaci onal; la consolidacin de lasredesde polticaspblicas enfocadasal tratami ento de un problema par- ti cular y la creaci n de oportuni dadespara la cooperacin pblico-privada; la diferenciacin dentro la soci edad ci vi l entre sector pri vado y el sector pblico no estatal; y la mayor apertu- ra a la parti ci paci n ci udadana. Por lo anteri or, si para la democraci a par- ti ci pati va el acceso a las deci si ones pbli cas era importante para la produccin de polticas de mayor cali dad, y si para los ejerci ci os de democraci a di recta la i mportanci a resi d a en la potestad de revocar si n coacci ones los cargospbli cos, ambasformasde i nteracci n entre autori dades y ci udadanos encontraron sustento en los arreglos i nsti tuci onales que propuso el abordaje de la gobernanza, cuyo pri nci pal i nters apunta a prescri bi r y expli car lasformasde gobiernosque han emergido a la luz de estas i ntervenci ones de nuevos actores soci ales en el quehacer gubernati vo. Porque al fi n de cuentasde lo que tratan lasprcti cas parti ci pati vas es de regenerar la democraci a como rgi men pol ti co y como forma de con- vi venci a soci al. Una regeneraci n que trai ga consi go la mayor legi ti mi dad del gobi erno tanto por su rendi mi ento i nsti tuci onal como por la efecti vi dad de su desempeo, as como el mayor compromi so de los ci udadanos con el resultado poltico de susdecisionesmediante lasurnaselectorales. 2. Los modelos de participacin ciudadana en Nicaragua Como ya fue reseado en la i ntroducci n, en Ni caragua, desde el 10 de enero de 2007, hay dos modelos de parti ci paci n ci udadana en pugna: el Sistema Nacional de Participacin Ci udadana y losConsejosde Poder Ci udada-