El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
Original Title
art3-eca 705. Partidos politicos del Caribe y Panama
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
541 Los sist emas de part idos de Cent roamrica, Panam y Repblica Dominicana
Volumen 62 Nmero 705
eca Est udios Cent roamericanos Palabras clave: Centroamrica, democracia, elecciones, institucionalizacin, opinin pblica, polarizacin, Repblica Dominicana, sistema de partidos. Los sist emas de part idos de Cent roamrica, Panam y Repblica Dominicana Caract erizacin, similit udes, diferencias y desafos* lvaro Artiga-Gonzlez** Resumen El presente trabajo ti ene un carcter anal ti co- descri pti vo y aborda los si stemas de parti dos de Centroamri ca, Panam y Repbli ca Do- mi ni cana. El examen de la estructuraci n de la oferta parti di sta, el nmero de parti dos relevantesy la polari zaci n de la competenci a parti di sta permi te elaborar una ti polog a. La mi sma podr a ser uti li zada en la i nvesti gaci n comparada para establecer relaci ones con otrasvari ablesdel si stema pol ti co; entre ellas, la consolidacin de democraciasen esta regin del planeta. * Este artculo tiene su base en la ponencia presentada en el seminario regional Sistemas de partidos, siste- mas electorales y democracia, realizado el 11 y 12 de junio de 2007, en Ciudad de Panam, Panam. ** Politlogo centroamericano, de origen salvadoreo. Es Doctor en Ciencia Poltica por la Universidad de Salamanca, Espaa. Actualmente es Director de la Maestra en Ciencia Poltica, UCA. Correo electrnico: alvart@buho.uca.edu.sv. Volumen 62 Nmero 705 eca Est udios Cent roamericanos 542 Los sist emas de part idos de Cent roamrica, Panam y Repblica Dominicana En la literatura reciente sobre la democracia se asi gna un papel i mportante a los parti dos pol ti cos consi derndolos bi en en trmi nos i ndi vi duales o bi en formando un si stema. La estabilidad de la democracia, se dice, pende de la fortaleza de estas organi zaci ones pol ti cas. De all que la di scusi n sobre la salud/enfer- medad de lospartidossea parte de la agenda de lasentidades, nacionalese internacionales, preocupadaspor la viabilidad de lasdemocra- ci as de la tercera ola . Este trabajo se ubi ca en el marco de esta discusin y con el objetivo de aportar a la comprensi n de los desaf os pol ti cos que ti enen los pa ses de Centroam- ri ca, Panam y Repbli ca Domi ni cana. El trabajo ti ene tres partes. En la pri mera, ms extensa que las otras dos en tanto est dedi cada a la caracteri zaci n de los si stemas de parti dos de la regi n, se exami nan tres di mensi ones: flui dez de la oferta parti di sta, formato del si stema y grado de polari zaci n. Con ellas propongo una ti polog a en ci erta forma di ferente y di vergente de la que suele encontrarse con msfrecuenci a en losanli si s de lossistemasde partidosde la regin. La se- gunda parte aborda la descri pci n y reflexi n sobre algunos de los desaf os a los que se ven abocados los parti dos. El argumento, en breve, esel siguiente: la institucionalizacin de los parti dos y de los si stemas de parti dos es importante, pero no basta. Para fortalecer a los partidosy lossistemasde partidosesnecesario tambi n que ri ndan frutos, que sea perci bi da su uti li dad para la soluci n de los pri nci pales problemas que aquejan a las soci edades de la regi n. Q u debe hacerse entonces para producir este cambio? Un esbozo de respuesta a esta pregunta es lo que i ntento hacer en la tercera y ltima parte. El cuadro trazado no es desesperanzador, aunque puede dar lugar al escepti ci smo. O bvi amente, si todo es dejado en manosde loslderespartidistasdifcilmente se har un cambi o, pues probablemente no tengan los i ncenti vos necesari os. Si rva este trabajo para i denti fi car alternati vas. 1. Caract erizacin de los sist emas de part idos A la fecha exi sten vari os estudi os sobre los si stemas de parti dos lati noameri canos, ya sea como estudi os de caso o como estudi os comparados. Algunos de ellos son los de M ainwaring y Scully ( 1995) , Coppedge ( 1998) , Payne y otros( 2003) , Alcntara ( 2004) , Artiga- G onzlez ( 2000) , Achard y G onzlez ( 2004) , Tanaka ( 2006) . La mayora de ellosse basa en las caracter sti cas propuestas por M ai nwari ng y Scully para descri bi r la i nsti tuci onali zaci n de los si stemas parti dari os, adems de su fragmentaci n y polari zaci n. Aunque pueda ser posi ble, dependi endo del caso, que las conclusi ones que se obtengan desde otras conceptuali zaci ones no sean sustanci almente di vergentes, he preferi do hacer la descri pci n de lossi stemasde parti dosde Centroamri ca, Panam y la Repblica Dominicana siguiendo mi propi a propuesta. All donde lo consi dere necesari o e i mportante i r haci endo alusi n a otraspropuestas. A rchard y G onzlez ( 2004) si guen a Payne y otros ( 2003) , que a su vez si gue a M ai nwari ng y Scully ( 1995) , al descri bi r los si stemas de parti dos de la regi n consi deran- do su i nsti tuci onali zaci n. sta tendr a cuatro dimensiones: ( a) estabilidad de la competencia i nterparti dari a; ( b) arrai go de los parti dos en la ci udadan a; ( c) legi ti mi dad de los parti dos y del proceso electoral; y ( d) organi zaci ones parti dari ascon reglasy estructurasrazonable- mente estables. En cierta forma voy a adoptar tambi n aqu estas di mensi ones, aunque no todas, para la descri pci n de los si stemas de parti dos. Consi dero que si un si stema de par- ti dos se refi ere a las i nteracci ones que exi sten entre stos, solamente la pri mera de las di - mensi ones es una caracter sti ca apli cable; las otras se refi eren a los parti dos, no al si stema. Aun as , no voy a uti li zar la forma de medi r la estabi li dad de la competenci a i nterparti dari a segui da por todos los autores ci tados, porque considero que no esla adecuada cuando esta- 543 Los sist emas de part idos de Cent roamrica, Panam y Repblica Dominicana Volumen 62 Nmero 705 eca Est udios Cent roamericanos mosante si stemascuya oferta parti di sta no se ha estructurado. Veamospor qu. LosCuadros 1 y 2 reproducen el Cuadro 2.1 de Archard y G onzlez ( 2004) , que muestra la volati li dad electoral como i ndi cador de la estabi li dad de la competenci a parti di sta. Cuadro 1 Volat ilidad elect oral en vot aciones para la cmara baja Pas Escaos en cmara baja Perodo Nmero de perodos Volat ilidad media G uatemala 1985-1999 4 43.6 Panam a 1994-1999 1 24.9 El Salvador 1985-2003 6 17.9 Repbli ca Domi ni cana 1978-2002 6 19.1 Costa Ri ca 1978-2002 6 17.0 Ni caragua b 1990-2001 2 15.4 Honduras 1981-2001 5 8.0 Regin 30 20.9 a Para el caso de Panam se excluyen las elecci ones de 1989 por el carcter polmi co de esoscomi ci os. b Las ci fras de Ni caragua son di scuti bles, porque se comparan los resultados obteni dos por la UNO, en 1990, a los de todos los parti dos que i ntegraron esa ali anza, en 1996. ( La carenci a de i nformaci n i mpi de otra forma de tra- tami ento de losdatos.) Fuente: Archard y G onzlez ( 2004) . Cuadro 2 Volat ilidad elect oral en vot aciones presidenciales Pas Vot o presidencial Perodo Nmero de perodos Volat ilidad media G uatemala 1985-1999 3 53.8 Panam a 1994-1999 1 23.0 El Salvador 1984-1999 3 24.1 Repbli ca Domi ni cana 1978-2000 6 21.2 Costa Ri ca 1978-2002 6 12.8 Ni caragua b 1990-2001 2 9.3 Honduras 1981-2001 5 6.3 Regin 26 21.5 a Para el caso de Panam se excluyen las elecci ones de 1989 por el carcter polmi co de esoscomi ci os. b Las ci fras de Ni caragua son di scuti bles, porque se comparan los resultados obtenidospor la UNO, en 1990, a losde todoslospartidosque integraron esa alianza, en 1996. ( La carencia de informacin impide otra forma de tratamien- to de losdatos.) Fuente: Archard y G onzlez ( 2004) . Volumen 62 Nmero 705 eca Est udios Cent roamericanos 544 Los sist emas de part idos de Cent roamrica, Panam y Repblica Dominicana Resulta llamati va la expli caci n que los autoresdan sobre la informacin relativa a Ni- caragua, uno de loscasosproblemticos. Pero aunque no lo menci onan, es el mi smo pro- blema que se regi stra en G uatemala: la oferta electoral var a de elecci n a elecci n. Cmo puede estabi li zarse as la competenci a i nter- partidaria? Estamosante un problema anterior que nossugi ere un problema di ferente a ni vel de si stema de parti dos. La competenci a no se estabi li za porque los parti dos di fi eren de una elecci n a otra y no necesari amente porque loselectorescambi an suspreferenci as. Y si las cambi an, lo hacen, en ci erta forma, obli gados por la i nestabi li dad de la oferta parti di sta. Por otra parte, no encuentro senti do al cl- culo de la volati li dad electoral para el caso de laseleccionespresidenciales. La estabilidad del G obierno podra darse incluso en sistemascon una consi derable volati li dad electoral porque sta puede ori gi narse en los electores de los parti dosque no son el de gobi erno. El Salva- dor lleva ya cuatro gobiernosde ARENA y ello ha favorecido cierta estabilidad en laspolticas pbli casi mpulsadasdesde el Ejecuti vo. Ello a pesar de cualqui er ni vel de volati li dad electo- ral. Consi dero que ms bi en debemos mi rar haci a lo que ocurre en laselecci oneslegi slati - vas; msespecficamente, hacia susresultados en trmi nosde reparto de escaos. Lo cruci al para la estabilidad de laspolticaspuede ser la estabi li dad de los apoyos legi slati vos con los que cuente el presidente. Estosapoyospueden estar condicionadosno solo por lospartidosde los que vi enen, si no por la fragmentaci n del si stema y la capaci dad de alcanzar acuerdos entre lasfracci oneslegi slati vas. Por tanto, las caracter sti cas que se exami - nan aqu son las si gui entes: la estructuraci n o flui dez de la oferta parti di sta, el formato del si stema o nmero de parti dos, y el grado de polari zaci n de la competenci a parti di sta. El ni vel de anli si s corresponder al de las elec- ci ones de mbi to naci onal: las presi denci ales y las de Asamblea Legi slati va o Congreso. El punto de parti da para cada caso corresponde al de las pri meras elecci ones li bres y compe- ti ti vas regi stradas despus de las respecti vas transi ci ones pol ti cas. Cul es ese momento para cada uno de lospases? Cmo podemos i denti fi car ese punto si n ambi gedad o i mpre- ci si n alguna? Como no se trata aqu de discutir la tem- tica de lastransicionespolticas, voy a adoptar un criterio prctico para llevar a cabo la des- cripcin de lossistemasde partidosde la regin con cierta perspectiva temporal. Para loscasos donde hubo un conflicto armado que concluy con acuerdosde paz ( El Salvador, G uatemala y Nicaragua) , el punto de partida ser el de las elecci ones fundaci onales , es deci r, las pri meras elecci ones reali zadas como parte del cumplimiento de los mencionados acuer- dos. En Honduras no hubo conflicto armado ni acuerdos de paz, pero s una eleccin de Asamblea Constituyente en 1980. En el caso de Panam, la intervencin militar estadouni- dense en 1989 para derrocar al general Norie- ga marc un quiebre en el rgimen poltico, y fue hasta 1994 cuando tuvo lugar el cambio de gobierno mediante eleccioneslibres. En Costa Rica se eligi una Asamblea Constituyente en 1948, la cual aprob la nueva Constitucin en 1949. En este nuevo marco se realizaron las pri meras elecci ones presi denci ales y de diputadosen 1953. En Repblica Dominicana una reforma constitucional importante ocurri en 1994, y desde 1996 se realizan elecciones libres cada cuatro aos. El Cuadro 3 muestra el inventario de elecciones libres en todos los pasesconsideradosen este trabajo.