El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
El cristianismo (del griego Χριστός, Christós, Cristo, literalmente 'ungido') es una religión abrahámica monoteísta basada en la vida y enseñanzas atribuidas a Jesús de Nazaret, presentadas en el canon bíblico y otras escrituras del Nuevo Testamento. Los cristianos creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género humano, y que resucitó tres días después de su muerte.
Algunos de los escritos sagrados cristianos son compartidos con el judaísmo. El Tanaj constituye, junto con la Biblia Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las diferentes Biblias cristianas. Por este motivo el cristianismo es considerado una religión abrahámica, junto con el judaísmo y con el islam.
661 Percepcin e int encin de vot o en la ciudad de Granada, Nicaragua (2006)
Volumen 62 Nmero 706
eca Est udios Cent roamericanos Palabras clave: anlisis, comportamiento poltico, elecciones, electores, Granada, imaginario colectivo, liberalismo, memoria histrica, Nicaragua, partidos polticos, sandinismo. Percepcin e int encin de vot o en la ciudad de Granada, Nicaragua (2006) Instituto de Estudios Interdisciplinarios (IEI)* * El IEI es un instituto de investigacin interdisciplinaria, fruto del trabajo continuo de la Fundacin Casa de los Tres Mundos, con su sede en Granada, Nicaragua. Desde 1989, el IEI toma la experiencia acumulada de proyectos prcticos y la conecta a un entorno acadmico comprometido que promueve los principios de la Fundacin. Su meta principal es alentar la produccin de conocimientos locales y la reexin de temas de relevancia global y actual. En la elaboracin de este texto participaron como investigadores William Monta- no, Adriana Palacios, Carlos Sosa y Emmanuel Detrinidad, bajo la coordinacin de Johannes Kranz. Correo electrnico: johannes.kranz@c3mundos.org. Resumen Esta investigacin se enfoca en el significado del voto desde la perspectiva ciudadana. Una de las notas que se considera particular en el comportamiento electoral nicaragense es el alto ndice de participacin electoral durante los comi ci os. Por otro lado, este ndi ce de participacin se equipara con altos niveles de insatisfaccin y desconfianza hacia el sistema poltico nicaragense y sus instituciones. En un escenario que tiene como punto de partida una condicin tal, laspreguntasprincipalesson lassiguientes: qu eslo que significa para una persona comn el acto de ir a votar cada cinco aos?, en qu medida esto espercibido como una obli gaci n c vi ca, un deber parti dari o o una oportunidad real de incidir en la vida pbli ca?, se esperan benefi ci os colecti vos o personales?, qu tanto se i denti fi ca la ciudadana con esta prctica? Volumen 62 Nmero 706 eca Est udios Cent roamericanos 662 Percepcin e int encin de vot o en la ciudad de Granada, Nicaragua (2006) Los procesos electorales son presupuestos fundamentales de los si stemas democrti cos. En esta afi rmaci n descansa la i mportanci a del voto como mecanismo a travsdel cual los ci udadanos parti ci pan di rectamente en la de- signacin de quienesejercen el poder poltico. Espor ello que el objeto de este estudi o esla percepci n ci udadana del voto y su correla- cin directa con el grado de apropiacin de las reglasdel juego democrtico por la ciudadana granadi na. Anali zamos estas vari ables desde una perspectiva mixta ( cualitativa-cuantitativa) , lo que resulta novedoso en nuestro entorno, ya que losestudiosrealizadosen materia de parti- ci paci n pol ti ca electoral en Ni caragua apun- tan mayoritariamente a la intencin de voto, y en ellosprevalece un anlisiscuantitativo, que no i ntroducen al voto como una vari able de percepci n, si no ni camente como vari able si stmi ca, i nsti tuci onal y organi zati va. Se ha elegi do la ci udad de G ranada como uni verso del estudi o, dado su perfi l y comportami ento electoral parti cular. Este estudio parti de dosanotaciones: por un lado, a nivel regional nosencontramoscon Estadosdemocrticoscon ampliasy crecientes brechasde desigualdad social y econmica, al punto que un 54.7% de los lati noameri canos di cen que apoyar an a un G obi erno autori ta- ri o que logre superar estas i nequi dades y un 56% cree que el desarrollo econmi co esms i mportante que la democraci a ( PNUD, 2004, p. 131) . Dentro de este contexto, Ni caragua se repli ega a parti r de 1990 al paradi gma de desarrollo econmi co del Fondo M onetari o I nternacional ( FM I ) , conocido como Programa de Ajuste Estructural ( PAE/ESAF por sussiglas en ingls) . Este programa estuvo acompaado de una ampli a y profunda reestructuraci n pol ti co-soci al, si endo los ni caragenses los mayoresafectadospor el si stema pol ti co, que ha degenerado en problemasde corrupci n e ineficiencia: clientelismo, nepotismo, uso ilegal de fondos del Estado, qui ebras de bancos, parti di zaci n del si stema judi ci al, desempleo creciente y deficienciasen el acceso al sistema de salud y educaci n. Estos y otros factores han propi ci ado en Ni caragua altos grados de desconfi anza y descontento con el si stema pol ti co en gene- ral y con sus i nsti tuci ones en parti cular. No obstante, el pa s cuenta con una de las tasas ms altas de parti ci paci n electoral en Am- ri ca Lati na 1 . Ante esta aparente paradoja, el estudi o se plantea i ndagar qu si gni fi ca para la persona comn el acto de i r a votar cada ci nco aos. De modo puntual, se propone, entre otros, responder lassi gui entespreguntas espec fi cas: hasta qu grado el electorado se ha apropi ado de las reglas del juego demo- crti co?, cules son las moti vaci ones para parti ci par?, qu tanto conf a el electorado en el si stema pol ti co y las i nsti tuci ones?, se esperan benefi ci oscolecti voso personales? El estudi o combi na referentes teri cos clsi cos ( D. Easton, Almond y Verba) con las ventaj as anal ti cas de propuestas cons- tructi vi stas tanto pi oneras como contempo- rneas ( G . H . M ead y P. Berger) . Si endo un estudi o i nterdi sci pli nari o de cultura pol ti ca, trata adems de acceder a herrami entas conceptuales de di sci pli nas veci nas, como el anli si s de di scurso ( campos semnti cos) y la teor a etno-si colgi ca de esquemas culturales ( F. Shari fi an) . Por otra parte, la i nvesti gaci n se proyecta como un estudi o descri pti vo con elementosexplicativosque permitan un mejor entendimiento del significado del voto desde la perspectiva ciudadana. La tcnica que se apli- c es de corte cuantitativo-cualitativo, para lo cual se llev a cabo una encuesta semiabierta y estratificada por domicilio, sexo y edad de los encuestados. La poblacin del estudio fueron todoslosciudadanosmayoresde 16 aosque residen en el casco urbano de la ciudad de G ranada. Se calcul la muestra con una certe- za del 95% y un margen de error del 4.4% . El tamao de la muestra fue de 480 unidades. 1. IIDH/CAPEL (2006), Rojas (2004), IDEA (2002) y UNDP (2004) coinciden en armar esta caracterstica. A nivel de Amrica Latina, Nicaragua, junto con Argentina, ocupa el segundo lugar en participacin electoral (PNUD, 2004, p. 84). 663 Percepcin e int encin de vot o en la ciudad de Granada, Nicaragua (2006) Volumen 62 Nmero 706 eca Est udios Cent roamericanos Losdatosde carcter cualitativosse estudia- ron de forma analtico-interpretativa, mtodo que incluy el uso de campos semnticos para lograr identificar tendenciasen losvaloresy apre- ciaciones de los encuestados. Una herramienta complementaria para el anlisis interpretativo utilizado fue la documentacin y clasificacin de eventossociales, econmicosy polticospu- blicadosen losdosdiariosde mayor circulacin nacional, La Prensa y El Nuevo Diario. 1. Los comicios en Nicaragua Ni caragua es el segundo pa s ms pobre de Amri ca Lati na: ms del 25% de sus ha- bi tantes sobrevi ven con un dlar al d a. Las necesi dades de la gran mayor a de ni cara- genses estn muy lejos de ser supli das. Por ello no es extrao que los temas centrales en lascampaaselectoralesse fijen justamente en estos frentes: la di smi nuci n de la pobreza, el desempleo y la desigualdad social. Este hecho transforma a loscandi datosno solo en l deres polticos, sino en agentesactivosde lasexpec- tati vasdel pueblo, supli doresde cambi os. A partir de 1984, laseleccionesse presenta- ron como la herramienta democrtica de elec- ci n y de voluntad popular ( Prez-Baltodano, 2003, p. 580) , que luego de una historia dicta- tori al, de pol ti casexcluyentesy de deci si ones de cpulas, le abr an cami no a Ni caragua a una nueva fase poltica. Tal como qued ratifi- cado en 1990, cuando despusde convocar a elecci onesnaci onales, el Frente Sandi ni sta de Li beraci n Naci onal ( FSLN) entreg el poder gubernamental a la Unin Nacional O positora ( UNO ) en el cauce de una transi ci n fuera de toda controversi a o di sturbi oselectorales. En un ti empo relati vamente corto, laselec- ci ones se han i nstaurado como i nstrumentos lgi dos y centrales, donde los electores una vez cada 5 aos si n di sti ngo alguno, pueden asi sti r li bremente a las urnas electorales para ejercer su voto, rodeados por un ambi ente electoral pletri co de promesas, esperanzas y amenazas. Como este estudi o lo logr consta- tar en G ranada, la centralidad de loscomicios electoralesesclara: la poblaci n entrevi stada, sin excepcin, saba que el 5 de noviembre de 2006 tendr an lugar laselecci onesnaci onales. Sin embargo, hablar de proceso electoral no se li mi ta al sufragi o en s mi smo; esnecesari o vi - sualizar el proceso electoral como un todo que i nvolucra la elecci n con el andami aje i nsti tu- ci onal que lo hace posi ble. A esto se suma la apropiacin de la ciudadana del conocimiento del proceso electoral, que lespermita ser acto- res acti vos e i nformados dentro de cada una de lasfasesque conforman loscomi ci os. Desde una perspectiva amplia y participa- tiva, la convocatoria a elecciones es un fen- meno relativamente nuevo en Nicaragua. Por ello, los problemas organizativos surgidos en ste son muchos; por ejemplo, el hecho de que no se cuentan con listaso padroneselectorales actualizados. Por lo general, losproblemastien- den a agravarse en aosno electorales, en los cuales, por falta de presupuesto, procesoscomo el de cedulacin ciudadana decrecen a gran es- cala. De hecho, para abril de 2007, cinco meses luego de las elecciones, 153 delegaciones de cedulacin han sido cerradas ( Pantoja, 2007) . Estos problemas se reflejan directamente en el 15% de la poblacin nacional que para los comicioselectorales2006 no logr ser cedulada de forma exitosa ( Courtney, 2006) . Losproblemassurgi dosen la organi zaci n de los comi ci os electorales, asoci ados al am- biente de presin y pugnasentre faccionespo- l ti cas, son factores que tendi eron a perturbar la atmsfera electoral. Esto puede expli car la apari ci n de fenmenos como el cedulazo 2
2. As llamado por diferentes medios de comunicacin y facciones polticas, los que denunciaban que el FSLN, aliado a magistrados pertenecientes a este partido, supuestamente encargaba el secuestro de cdulas de identidad, agilizaba gestiones para que sus partidarios las obtuvieran en tiempo rcord, ocultaba o entorpeca el proceso de cedulacin para personas de otras agrupaciones partidarias, entregaba documentos en casas del partido Todo ello como una forma de fraude electoral que le permitiera salir victorioso en las elecciones. Vase Pantoja, A. (2006). CSE investigar supuesto cedulazo de FSLN. Disponible en http://www.elnuevodiario. com.ni/2006/11/02/politica/32839. Tambin, Silva, J. A. y Gonzlez, S. (2006). Cedulazo sandinista. Disponible en http://www.laprensa.com.ni/archivo/2006/noviembre/04/noticias/nacionales/154132.shtml. Volumen 62 Nmero 706 eca Est udios Cent roamericanos 664 Percepcin e int encin de vot o en la ciudad de Granada, Nicaragua (2006) o lasdenunciasanticipadassobre anomalasy probabi li dadesde fraudeselectorales. Los datos granadi nos arroj an que el pro- medi o de cedulados ( 86. 3% ) concuerda con el promedi o naci onal ( 85% ) . Adems, exi ste un 6. 6% que posee documento supletori o, dej ando a 7. 2% de personas que por di fe- rentes moti vos no ten an documentos que les permi ti eran parti ci par en las elecci ones. Las causas por las cuales este 7. 2% de gra- nadi nos no ten a cdulas fueron vari adas. Algunas de ellas estn vi nculadas a la pr- di da o robo del documento; otras, a falta de parti da de naci mi ento o i ncumpli mi ento con algn requi si to de cedulaci n. O tras personas ten an el documento en trami taci n e i ncluso hubo algunas que admi ti eron desi nters por este trmi te. De todos los casos, solo dos personas hacen referenci a a anomal as o i rregulari dades del Consej o Supremo Elec- toral ( CSE) . De hecho, Roberto Courtney, di - rector de ti ca y Transparenci a plantea: Es ci erta la mani pulaci n que hi ci eron el PLC y el FSLN para favorecer la cedulaci n de sus si mpati zantes? [ ] Realmente, no hallamos sesgo pol ti co y por tanto, la i nscri pci n de electores es aceptable ( i b d) . A pesar de la ocurrenci a excepci onal de casosrealesque indicaron alguna anomala, el imaginario del cedulazo y de comportamientos fraudulentossi gui eron teni endo vi genci a en la percepci n pol ti ca de la comuni dad granadi - na, donde muchos electores deposi taron sus jui ci os valorati vos sobre el CSE en el margen de regular a psimo, basndose justamente en la apreciacin de que el Consejo era propicia- dor de talesanomal as. Una curi osa muestra de esta desconfi an- za de loselectoreshacia el CSE esque, en el proceso de veri fi caci n, un 77.1% de los ci u- dadanos afi rm que su si tuaci n electoral en lospadronesse encuentra en orden, pero fue un porcentaje menor ( 58.8% ) el que realmente acudi a los centros de veri fi caci n. Es deci r, un 18.3% de loselectores, a pesar de no hacer uso de las v as i nsti tuci onales para confi rmar su estado en los padrones, asegura su apari - ci n en ellos. Adems, un 36.1% de aquellas personas que desesti maron veri fi carse, di cen haberlo omitido porque tenan la seguridad de aparecer en lasli stas. Como se logr confi rmar por las ci fras, el proceso de veri fi caci n no esmuy concurri do a pesar de ser una de las etapas de proceso electoral ms extensas; 41.2% de los electo- res no asi sti eron, si endo las mujeres qui enes menos parti ci pan ( un 52.2% de las mujeres fueron veri fi cadas, frente a un 65.5% de los hombres) . Por otra parte, hay un leve aumento en el porcentaje de veri fi cados vi nculado a la edad: a mayor edad, mayor ni vel de asi sten- ci a. Segn los entrevi stados, la mayor causa para no asi sti r a losCentrosde Veri fi caci n es la falta de tiempo, argumento esgrimido por el 44% de la poblaci n granadi na no veri fi cada. O tro aspecto a resaltar sobre los comicios electorales es que la poblaci n granadi na atribuye mayor importancia a las elecciones nacionales que a las municipales ( 69.6% y 8.5% , respectivamente) . Siendo la centraliza- cin del poder poltico en la figura presidencial y su influencia nacional las ideas centrales en los razonamientos de la ciudadana sobre la importancia de los comicios nacionales. De ello da cuenta una riqueza de metforascomo las si gui entes: [ es] la cabeza para todo el pueblo , de ah viene todo , depende del presidente lo que pase con nosotros , l es quien se encarga del pas ; incluso evocando imgenesbblicas: de arriba viene todo el or- den ; metforasmecnicas: de ellosdepende el engranaje poltico-social del pas ; y un ima- ginario literalmente paternalista: el Presidente es importante porque controla al pas, [ es el] padre de familia del pueblo . Es, adems, una fi gura con propi edades semi di vi nas: es el nico que puede hacer algo , el que mira por el pueblo , piensa [ y] vela por todos , en su mano est el futuro de la nacin , es el que va a dirigir nuestro destino , l es el ncleo , esla raz , el tronco . La hi stori a pol ti ca ni caragense ha estado atravesada por fi gurascentralesde poder, por hombres fuertes , las cuales an persi sten dentro del i magi nari o ni caragense; Augusto Sandi no, los Somoza e i ncluso la fi gura del