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Aumenta tu energía
Fortalece los músculos
Disminuye el estrés
Facilita el control del peso
Disminuye el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, osteoporosis, diabetes y
otras enfermedades
Consigue un perro. Sácalo a pasear dos veces por día. Juega con él, arrójale
una pelota o un Frisbee.
Quédate de pie mientras hablas por teléfono. Mejor aún, camina, si tienes
un teléfono inalámbrico o un teléfono celular.
Haz ejercicio junto con tu familia. Adopta un hábito diario y realiza alguna
actividad en la que todos puedan participar. Consigue un casete o un CD y
hagan juntos ejercicios aeróbicos todas las mañanas. Caminen todas las noches
después de cenar. Consigan un pase familiar y naden en la piscina o vayan al
centro de recreación algunas veces por semana.
Fija la meta de 60 minutos, todos los días. Necesitas al menos 60 minutos
de actividad todos los días. Esto incluye juegos activos, ejercicio o simplemente
moverse.
Mantén un registro. Usa un cuadro o un diario para escribir la cantidad de
minutos de actividad física que realizas por día. Los estudios demuestran que
mantener un registro ayuda a las personas a concentrarse en sus metas y
alcanzarlas.
Media hora para tu corazón. Durante 20 a 30 minutos por día, haz algo,
¡cualquier cosa!, que haga que tu corazón se acelere: andar en bicileta, correr,
jugar al tenis o al baloncesto, caminar rápido, hacer caminatas largas, patinar
en línea, esquiar a campo traviesa, remar, jugar al fútbol o lacrosse, nadar,
bailar, hacer ejercicios aeróbicos, saltar la cuerda, entre otras cosas.
Programa un día de actividad física. Una vez por semana, haz algo activo
con tus familiares o grupo de amigos que requiera algún tipo de actividad física.
Jugar a los bolos los viernes por la noche. Una caminata los sábados por la
mañana. Ir a nadar los domingos. ¡Alterna las actividades y haz que sea
divertido!
Únete. Únete a un equipo de deportes, una clase o un programa en donde se
reúnan al menos dos veces por semana. Busca los parques y los centros de
recreación locales (por ciudad) en Internet o al principio de las páginas blancas
del directorio telefónico en la sección de listados gubernamentales. También
puedes averiguar en las escuelas en cuanto a programas extraescolares, en los
gimnasios para obtener información sobre las clases que ofrecen y en las
páginas amarillas para ver los listados de clases o programas.
Flexibilidad y entrenamiento de fuerza
Estírate. Realiza actividades de estiramiento 2 ó 3 veces por semana. El yoga,
Pilates, artes marciales, danza y gimnasia son ejemplos de actividades que te
ayudan a ser más flexible. También lo hacen las actividades favoritas de siempre
como estirarse hasta tocar los dedos de los pies, flexiones de piernas y hacia los
lados, y flexiones de brazos contra una pared.
Estírate pero sin hacer ningún esfuerzo excesivo. Comienza lentamente
con cada estiramiento. No rebotes ni te esfuerces demasiado hasta el punto
de sentir dolor. ¡Sé paciente! Si te sigues estirando con cuidado, día tras día
verás que tu cuerpo comienza a será más flexible y estará más relajado.
Vive con más fuerza. Realiza ejercicios de fuerza dos veces a la semana. Los
ejercicios de calistenia (barras, lagartijas, abdominales y sentadillas) son la
mejor opción y el tipo de ejercicio más fácil opción para la mayoría de las
personas.
Ten cuidado con las pesas. Si quieres levantar pesas, usa pesas que sean
livianas. Los adolescentes y los niños no deberían levantar pesas pesadas a
menos que un entrenador u otro profesional capacitado los pueda orientar para
hacerlo con cuidado. Hacer muchas repeticiones con pesas livianas es una
excelente manera de desarrollar fuerza y aumentar el ritmo del corazón al
mismo tiempo.