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ALUMNA :

VILLARREAL ABAD NOELIA

CURSO :

Crecimiento y desarrollo

TEMA :

FOBIA A LA ESCUELA

DOCENTE :

María luisa gil vega

CICLO :

II– 2009
INTRODUCCIÓN

Cuando los niños van por primera vez a la escuela, cambian de escuela, inician
un nuevo año escolar o enfrentan etapas de transición, presentan niveles de
ansiedad y temor que son normales y que la mayoría suele superar con sus
propios recursos.

Sin embargo, en algunos casos la ansiedad llega a ser tan intensa y constante
que le impide al niño asistir a clase.

Este tipo de casos en los que la dificultad del niño o adolescente para asistir en
forma regular a clase tiene su origen en una aflicción emocional, relacionada
con un desorden de ansiedad o depresión, se llama "fobia escolar".

El gran temor que induce esta especie de fobia puede llegar a ser tan severo
que el niño se ausenta del colegio durante semanas e incluso meses enteros,
lo que produce una tremenda angustia familiar.

El niño busca la comodidad y seguridad de su casa, se angustia a la hora de ir


a la escuela, esta angustia aumenta de forma desproporcionada, hasta el punto
que se acompaña, en muchas ocasiones, de síntomas somáticos.

Los padres de estos niños saben que no quieren asistir al colegio por temor y
no por otra razón, lo cual desencadena una situación de desasosiego que
aflige mucho a la familia.
DEFINICION:

CONSECUENCIAS:

DESENCADENANTES

Los factores que desencadenan la negativa de ir a la escuela pueden ser diversos.


Por ejemplo, factores escolares como situaciones de tensión comunes en las
escuelas; acusaciones, compañeros abusadores, dificultades académicas,
conflictos con los compañeros, cambios de colegio; factores familiares como
separaciones, pugnas familiares, cambios de domicilio; y factores físicos como la
presencia de una enfermedad y sus consecuencias, pueden desencadenar la fobia
escolar.

Cada caso es único, por tanto la causa de la fobia también puede ser diferente a
las enunciadas. En ocasiones la poca concentración o falla de la memoria,
asociada a trastornos depresivos y ansiosos, puede tener su origen en malos
resultados que llevan a sentir frustración la cual, a su vez, puede agravar el
problema. El hecho de que las presiones escolares desaparezcan en la casa allí
el niño puede ver televisión, jugar en el computador, estar con los padres, jugar
con las mascotas puede ser un factor que refuerce el deseo de quedarse en la
casa y no asistir a la escuela, convirtiendo la situación en un muy activo círculo
vicioso. Hay un buen número de casos en los que el niño no identifica el factor
que le causa el temor; incluso manifiesta agrado por el colegio y deseos de asistir.
PRESENTACIÓN CLÍNICA

Aunque existe una gran variedad de síntomas que pueden hacer sospechar la
presencia de fobia escolar. Algunos de los más llamativos son la periodicidad de
su presentación; la respuesta emocional ansiosa que produce la presión de ir a
la escuela, sobre todo en las mañanas, y el sosiego del niño cuando esta
presión cesa (por ejemplo los fines de semana y festivos). También suele
presentarse en períodos de transición (primaria a secundaria), cambio de
escuela, cambio de vecindario, después de un período en que ha permanecido
muy cerca de los padres o luego de padecer una enfermedad leve (enfermedad
o vacaciones). La ansiedad aparece con manifestaciones de conducta,
fisiológicas y cognoscitivas.
Síntomas de conducta: El niño se queda en la cama, se niega a prepararse
para ir a la escuela, a subir al carro que lo lleva o a bajarse cuando llega al
colegio. Se queja respecto a la escuela, llora, hace pataletas, puede herirse a sí
mismo o salir corriendo cuando siente la presión de ir a estudiar. El niño o
adolescente pueden manifestar deseos de ir a la escuela pero cuando llega la
hora de hacerlo resultan incapaces de manejar la situación y se rehúsan a
asistir, presentando entonces un miedo que resulta irracional.

Síntomas Somáticos: Se pueden presentar desórdenes autonómicos (mareo,


náusea, sudoración, palidez, escalofrío), cardiovasculares (palpitaciones),
gastrointestinales (dolor abdominal, diarrea) molestias musculares o articulares,
e incluso, desarreglos menstruales en las adolescentes. Los síntomas más
comunes en adolescentes son el mareo, la cefalea y otras manifestaciones
autonómicas que en gran parte son la razón de la inasistencia a la escuela. En
ocasiones puede ser la manifestación somática la queja principal por la que el
niño o adolescente refiera rechazo por asistir a la escuela, lo cual puede ser el
motivo principal de consulta. Si la atención se centra en la queja de dolor, mareo
o náusea y estos no responden al tratamiento, se pueden sospechar factores
somáticos interfiriendo. Los que hemos visto con mayor frecuencia son náuseas
y vómito matinal, antes de salir para el colegio, dolor abdominal, mareo, dolor
torácico e inapetencia. Estos síntomas principales se acompañan de sudoración
de las manos, palidez y temblor.

Síntomas cognoscitivos

Manifiesta temor a todo lo relacionado con estar en el colegio de forma difusa, lo


atribuye a los profesores o a los compañeros sin que los argumentos sean
contundentes. Lo llamativo es que el temor desaparece cuando llega del colegio
y reaparece al día siguiente cuando debe partir hacia él.

Periodicidad de los síntomas

La aparición de los síntomas puede darse de manera súbita, por ejemplo al


inicio de un período escolar, o puede ser insidiosa, el niño aqueja incomodidad e
indisposición con el hecho de ir a la escuela, manifestaciones que llegan a
exacerbarse hasta que definitivamente se niega a asistir a la escuela. Lo
desconcertante de este tipo de angustia es que aparece desde la noche del
domingo hasta la mañana del viernes, el fin de semana no siente ansiedad. El
paciente no siempre avisa que está angustiado, lo sabe pero no lo cuenta, por
ello la familia se alarma por los síntomas somáticos, como si algo grave
estuviera en curso.

Fuentes de confusión

• No es constante: sólo de domingo a viernes


• No avisa que se siente angustiado.
• Los síntomas somáticos sugieren un cuadro agudo y progresivo.
• El rendimiento escolar en general es bueno o sobresaliente.
• Socialmente se siente contento en el colegio.
• No se queja previamente de algo de la vida escolar, de la planta física o de las
personas del colegio.
• Sucede cuando debe partir hacia la escuela y se alivia cuando regresa a la
casa.

Para las familias y el médico la alarma es fuerte pues con esta forma de
presentación lo último en lo cual se piensa es en un cuadro agudo de ansiedad.
Debido a este patrón tan errático es muy frecuente que se piense que está
tratando de llamar la atención o que está haciendo teatro.

DESÓRDENES ASOCIADOS

De acuerdo con la literatura se ha encontrado relación variable con algunos tipos


de desórdenes ansiosos Específicos, con mayor frecuencia ansiedad de
separación, fobia social y fobia simple, (teniendo los individuos con fobia una
mayor severidad de síntomas de los que tienen ansiedad de separación),
trastorno de ansiedad generalizada, y con menor frecuencia otros desórdenes
como agorafobia, trastorno de pánico y trastorno obsesivo compulsivo. Sin
embargo, en nuestra experiencia con pacientes de la consulta de psiquiatría
infantil del Hospital de La Misericordia, el trastorno obsesivo compulsivo está
presente en la mayoría de pacientes.
En cuanto a trastornos depresivos también hay una relación importante con la
depresión mayor y la distimia. Un hallazgo importante es la comorbilidad de
ansiedad/depresión que determina una mayor severidad en los síntomas.

De acuerdo con la edad, se ha dicho que diferentes trastornos se manifiestan


con mayor frecuencia en ciertas épocas de la vida; por ejemplo, la ansiedad de
separación se presenta en los niños más pequeños y la fobia social y simple en
la adolescencia.

Conclusión

El estudio del niño con fobia escolar debe incluir una adecuada anamnesis con
reportes de diversa índole por parte del niño, los padres (o acudientes) y el
maestro, idealmente. Se debe sospechar cuando los síntomas son tan erráticos
como lo descrito antes, cuando los síntomas somáticos predominan, pero el
patrón es de domingo a viernes.

Hay que precisar los factores que provocan y mantienen el rechazo escolar,
establecer la severidad de la ansiedad o la depresión, de la inasistencia a la
escuela y evaluar su desempeño en lenguaje y aprendizaje para descartar otros
problemas asociados.

El diagnóstico es clínico y para poner en evidencia los síntomas empleamos


distintas encuestas, claro, el diagnóstico no se hace con ellas sino que requiere
criterio médico. En la detección de los síntomas ansiosos y su relación con la
actividad escolar empleamos entre otros dos encuestas, de buena sensibilidad,
que facilitan ubicar la ansiedad y sus fuentes. Estos son el SCARED-R y el
SRAS. En 1999 Birmaher desarrolló la encuesta SCARED-R en su versión para
padres y niños de 9 a 18 años, que consiste en un auto-reporte de síntomas que
se dividen en 5 grupos, cada uno esbozando un trastorno ansioso específico en
los que se incluye la fobia escolar, fobia social, ansiedad de separación,
ansiedad generalizada y trastorno de pánico/somatización. Esta encuesta pone
en evidencia cualquier síntoma ansioso e incluso permite agrupar distintos
síndromes. En 1990 Kearney y Silverman diseñaron una escala especial para
niños con fobia escolar llamada SRAS (School Refusal Assessment Scale)
revisados este año (SRAS-R 2002)11 en versión para el niño, los padres y el
profesor; instrumento que permite evaluar cuatro variables funcionales
principales, la evasión del estímulo que provoca afectividad negativa, escape de
situaciones sociales en las cuales se puede sentir evaluado o adversas,
comportamiento de ansiedad de separación o para llamar la atención y
recompensas tangibles posibles.

TRATAMIENTO PRIORITARIO

La prioridad es que el paciente regrese al colegio, para lo cual se le puede


administrar un sedante en la mañana y enviarlo al mismo. La sedación debe ser
con un medicamento familiar para el médico. Nosotros utilizamos
antihistamínicos en menores de 10 años y antihistamínicos o benzodiacepinas
en mayores de esa edad. Se prescriben desde el domingo en la noche hasta la
mañana del viernes. Recomendamos que el paciente vaya con sus padres los
primeros días al colegio y se la avise al docente sobre la circunstancias
explicándole que estará sedado, para que aumenten las expresiones cariñosas
con el paciente.

TRATAMIENTO A LARGO PLAZO

En nuestra experiencia, los pacientes han sido de buen rendimiento escolar,


algunos excelentes y que reciben muchos premios por el alto nivel de
rendimiento. El objetivo es aliviar el desorden ansioso y/o depresivo que se
diagnostique. En la mayoría de los que hemos atendido el trastorno obsesivo
compulsivo es la asociación más frecuente. Para tratar esta condición se debe
suministrar información a la familia y al paciente, discutir con él cómo
entendemos su padecimiento y ofrecerle alternativas para su mejoría. Se puede
emplear, cuando el caso lo amerite, un antidepresivo inhibidor específico de la
recaptura de serotonina.

PRONÓSTICO
En la mayoría de los casos logramos reintegrar el niño a su trabajo escolar, sin
embargo, algunos problemás de ansiedad y depresión pueden continuar activos
interfiriendo la vida cotidiana del niño. El hecho de no resolver el problema
puede dejar que el niño continúe faltando a la escuela por largos períodos de
tiempo, lo cual a corto plazo le perjudica tanto académicamente (falta de
educación) como socialmente (pierde oportunidades de interacción con sus
pares); y a largo plazo se puede ver reflejado en disminución de oportunidades
para acceder a la educación superior y para desempeñarse laboral y
socialmente.

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