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Ministerio juvenil “Guerreros de luz”

Reflexiones juveniles

COLABORANDO PARA LA UNIDAD 1° PARTE

Bienvenido querido joven, a un nuevo estudio sobre: "Conflictos de la juventud", un


espacio donde podemos conversar sobre los temas que nos interesan y nos
atemorizan tantas veces. Venimos hablando hace unos estudios, sobre lo
relacionado al aspecto congregacional.

Esa área que tantas veces le trae conflicto al joven y estoy seguro que también a ti
te ha quitado el sueño más de una vez. Hoy quisiera que pensemos en una palabra
que es medular en estos asuntos eclesiásticos y que lamentablemente parece haber
ya pasado de moda pero no es así. La UNIDAD. ¿Es posible en nuestro siglo 21,
donde los ideales del hombre pugnan por la superioridad del uno sobre el otro no
importa a qué precio, pensar en que pueda subsistir aún una comunidad como lo es
la iglesia en perfecta unidad?. Aunque parezca una utopía el creyente fiel a Dios y a
su palabra aún puede y debe gritar que: ¡Sí. La meta ideal según vemos en las
sagradas escrituras es la de una iglesia unida en amor que avanza en cosecha de
almas.

Quisiera que tomemos como base uno de los pasajes, a mi modesto entender, más
nutritivos respecto a este tema de fundamental importancia para la vida de la
iglesia local y el correcto funcionamiento de la obra del Señor en todos los tiempos;
a saber: Efesios 4:1-6. Los primeros tres capítulos de la epístola, marcan la
imperiosa necesidad de conocer mi posición en Cristo, e inmediatamente comienza
a hablar de la unidad. Por lo tanto, la UNIDAD es consecuencia de conocer mi
posición en Cristo a través del estudio serio de la Biblia que no es ni más ni menos
que: COMUNIÓN. Concluimos entonces que un creyente débil en su comunión,
(aunque no lo pretenda), es una amenaza constante para la correcta unidad en su
iglesia.

Tú me dirás: pero la propuesta era hablar de mi iglesia, no de mi comunión. Es que


exactamente lo mismo, queridos jóvenes. Una cosa es complemento de la otra, y
verás como al fin y al cabo la iglesia en la cual te congregas no será más ni menos
respecto a la obra del Señor de lo que tu seas para Él. Tú eres la iglesia y tu iglesia
la haces tú. Hemos mencionado que en los tres 1ros capítulos de Efesios la
enseñanza es tocante a los lugares celestiales que tenemos, y que los últimos tres
capítulos exhortan a andar como es digno de esos lugares en lo referente a la
iglesia, hogar y, finalmente la sociedad.

Inmediatamente pasa a la práctica y da un listado de ingredientes para la UNIDAD


que vale la pena que estudiemos juntos. Lo primero que aparece en escena es la
HUMILDAD. ¿Qué palabra parecida no es cierto?. Y no en vano. Es que es imposible
lo primero sin esto último. Es imposible la UNIDAD sin la HUMILDAD. La humildad
nos hace conscientes de nuestra pobreza y nos capacita para estimar a otros. Por
supuesto que este estilo de vida es totalmente incongruente con el estilo de vida de
hoy en día donde más bien la consigna es de avanzar por sobre los intereses del
otro sin el más mínimo respeto al prójimo. Sin embargo nunca olvide que si el
ministerio del Espíritu santo y la Palabra de Dios no están logrando en ti un carácter
humilde no podemos seguir hablando sobre el respecto. El segundo ingrediente que
encontramos es: MANSEDUMBRE. Podríamos decir que es la actitud que se sujeta a
los tratos de Dios sin rebelión y a los tratos de los hombres sin vengatividad. No
olvidemos que fue uno de los rasgos sobresalientes del Señor. El mismo dijo:
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"Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón". Un comentarista opina: El
que hizo los mundos, lanzó las estrellas, contiene los océanos, que pesa los
collados en platillos, y ante quien los moradores de la tierra son como langostas,
cuando llega a la vida humana, se encuentra a sí mismo: MANSO Y HUMILDE.

No se trata de que él dispusiese un perfecto ideal humano y se adaptase a eso, él


era esencialmente eso. No te confundas, mansedumbre y aún humildad no es falta
de carácter, no es ser bonachón e inocente ignorando las intenciones maliciosas a
veces de los hombres y callando ante la injusticia. Mansedumbre no es ceder
siempre limitándome a contemplar con un dejo de tristeza como mis ideales
proyectos y opiniones se esfuman detrás de otro argumento dado con mayor poder
de convencimiento y entonces callo como tantas otras veces para no afectar la
unidad. ¡No!.

Eso no es saludable ni para ti ni para tu familia y mucho menos para tu iglesia.


Mansedumbre no es falta de carácter sino que es tu carácter puesto bajo el control
diario del Espíritu Santo.

Un ejemplo claro de esto es la vida de Moisés del cual la misma Palabra de Dios
dice que fue uno de los hombres más mansos que pisó este planeta. Sin embargo
nadie se atreve a decir que Moisés no tenía carácter. Sino pregúntenle al egipcio
que calló en sus manos... Pero podemos ver como la didáctica de Dios moldeó en
ese hombre un siervo manso. Otro ingrediente para la UNIDAD es la PACIENCIA
que podríamos decir que es esa disposición uniforme y espíritu sumiso ante una
provocación prolongada. (Refiriéndose al trato humano). Esto es medular en las
cuestiones de iglesia. Siempre encontrarás hermanos que son una bendición y un
deleite compartir tiempo con ellos pero también en toda iglesia hay aquellos
hermanos difíciles de soportar y que debes tomarlos como una oportunidad que
Dios te da para que tu PACIENCIA se ejercite, tu fe se fortalezca, tu carácter se
afirme y al fin y al cabo le puedas decir a ese hermano: ¡Gracias, por que sin ti yo
no sería el mismo!.

Tranquilo, debemos aprender a ver en cada hermano de esos difíciles de soportar,


no una obra terminada sino un edificio en construcción. Si al fin y al cabo también
yo lo soy. ¿O no?. Algo parecido dice a continuación nuestro texto de Efesios 4:2,
SOPORTANDOOS los unos a los otros en amor. Pasando por alto las faltas de los
otros o sus personalidades. No se trata de mantener una fachada de cortesía y
hervir por dentro. Al respecto permíteme que te aconseje a aplicar el recurso de la
confrontación exhortativa cuando la actitud de soportar durante un tiempo
demasiado prolongado deja de ser saludable para la vida de la iglesia y comienza a
ser nociva.

Al respecto puedes leer Colosenses 3:13 y 3:16. El versículo 3 que viene a


continuación es tópico y me gustaría que lo leamos juntos: "Solícitos en guardar la
UNIDAD del espíritu en el vínculo de la paz". Después de dar los ingredientes el
apóstol Pablo invita a comenzar con la tarea y dice que debe hacerse con
SOLICITUD, disposición, ánimo pronto, ¡Urgencia!.

Ahora bien tu me dirás: es que yo no hago nada que atente contra la UNIDAD de
mi iglesia. Saludo a todos, no ando en murmuración, no me meto en problemas
ajenos, soy amigo de todos. Bien pero la invitación del apóstol es a algo más que
sólo eso no se trata de no hacer nada que atente contra la UNIDAD si no más bien
preguntarme. ¿Qué estoy haciendo a favor de?. ¿Entiendes?. Estoy seguro que ante
este planteamiento distinto de tu compromiso hacia la unidad se te abren otras
perspectivas, otras opciones como por ejemplo una lista de cumpleaños de los
jóvenes y una tarjeta oportuna, una invitación a tu casa de algún hermano o
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hermana, pedir motivos de oración, orar por ellos y al cabo de un tiempo preguntar
cómo va ese asunto, etc.

Esa es la clave eso es: "SOLÍCITO". Dios ya hizo su parte, logró la UNIDAD, por eso
tu y yo no estamos llamados a lograr la UNIDAD sino a guardarla, a defender algo
que ya es un hecho consumado. Esto se logra gracias al poder vinculante que tiene
la paz. La palabra que se traduce en nuestras Biblias: "vinculo", en el original
griego es "Sundesmo" que literalmente significa: pegamento y especialmente ese
pegamento que unía todas las páginas de un libro en su encuadernación. Es
perfecto el símil, Todos los miembros unidos por el pegamento de la paz como fruto
del Espíritu santo en un sólo punto: ¡Cristo la cabeza!. La paz debe ser el vínculo
que une a los miembros del cuerpo, a pesar de las diferencias personales.

No olvidar que hay suficiente carne dentro de ti como para dividir una iglesia o
arruinar cualquier obra de Dios. Por tal motivo destacamos al comienzo del análisis
de nuestro texto que es de radical importancia comenzar sabiendo que todo el
mecanismo que hace a la UNIDAD no es posible si no partimos de una correcta
relación con Dios en comunión diaria para poder así manifestar los frutos de
Espíritu que es la persona clave para transformar esto que para muchos es una
utopía, en una hermosa realidad en cada iglesia.

Continuaremos en el próximo estudio considerando el pasaje de Efesios y


renovando así nuestro compromiso con la herramienta que Dios escogió e ideó para
la extensión de su reino sobre la tierra: "la iglesia" ¡Hasta el próximo estudio!.

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