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Ministerio juvenil “Guerreros de luz”

Reflexiones juveniles

CULTURA, COSTUMBRES, Y PRINCIPIOS BÍBLICOS 1ª PARTE

Bienvenido querido joven a otro tiempo de compartir juntos la Biblia sobre temas
de tu interés. Estamos conversando hace algunos estudios, sobre asuntos que
tocan de una manera directa o indirecta a tu vida de relación en lo congregacional.

Hemos visto lo difícil pero saludable que es comprender mi rol dentro del cuerpo de
Cristo y sujetarme a tal desempeño con amor y sumisión, también vimos que este
estilo de vida sujeta es imposible sin una previa dependencia del Señor cada día,
hablamos sobre la murmuración, la crítica y los efectos desbastadores que tiene
sobre quien es víctima y sobre quien la ejerce.

Intentamos darte una óptica más optimista sobre tu futuro en lo ministerial


recalcando que ¡Dios tiene un plan para ti!, y hoy quisiera que toquemos fondo
sobre algunas palabras que se presentan muchas veces ante los jóvenes como
sinónimos y que juntos con la guía de la Palabra de Dios las vamos a
desenmascarar. Estas palabras son: Doctrina, Principios y Costumbres o Cultura.
¿Son sinónimos?. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado (hablo en nombre de los
jóvenes de iglesias), ante la negativa sobre inquietudes expuestas ante los
ancianos por el simple de hecho de no ir de acuerdo con la costumbre o tradición de
la iglesia y cuando les pedimos que lo apoyen con algún versículo bíblico nos
respondieron simplemente que nunca antes se ha hecho así y por tal motivo se
seguirá con la costumbre de siempre?. Conozco miles de jóvenes que han crecido
en un ambiente de incongruencia tal que los ha marcado de por vida y los ha
resentido con sus líderes, con la iglesia y lo que es peor muchas veces con Dios.

Es que una experiencia de represión así lo único que lo logra es terror que levanta
muros en lugar de amor que construye puentes, y logra una mala continencia que
en la mayoría de los casos culmina en una incontinencia descontrolada al final y las
víctimas de tal represión acaban por irse detrás de un libertinaje desenfrenado
hacia todo aquello que le prohibieron hacer sin darle mayor explicación durante su
vida.

¡No!. Los miembros de la iglesia no son robots que obedecen a una forma de
dogmas preestablecidos a los cuales se les debe exigir que se sometan
incondicionalmente, son mas bien miembros de una familia donde las cosas se
conversan, se enseñan y se aceptan de una manera racional como dice Romanos
12.

La iglesia de hoy está plagada de estos dogmas o tradiciones que han llegado a
tomar un protagonismo peligroso en las prácticas del culto de nuestras
congregaciones y aún la vida cristiana misma y quisiera que podamos hoy tomar
las herramientas bíblicas necesarias para identificarlas, combatirlas, y velar para
que no vuelvan a brotar aspirando así a una sana convivencia en la iglesia que le
dejamos a nuestros hijos.

¿Qué dice la Biblia acerca del lugar que deben ocupar dentro de las decisiones de la
iglesia las costumbres o tradiciones de los antepasados?. En primer lugar, debes
saber que la iglesia es un organismo viviente y como tal atraviesa cambios
constantemente. Si analizamos la cronología de la iglesia aún partiendo desde el
registro bíblico, nos encontraremos con prácticas que con el tiempo fueron
desapareciendo pero que en sus comienzos eran consideradas y aceptadas sin
discusión. Como por ejemplo el comunismo cristiano practicado en Hechos capítulo
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4:32-35 donde todos los miembros de la congregación vendían sus propiedades y


hacían un pozo común, práctica que luego desapareció de la modalidad de la iglesia
primitiva. O la abstención de ciertos alimentos considerados impuros por algunos
de los apóstoles que luego fueron aceptados al comprender los PRINCIPIOS
BÍBLICOS al respecto, o el ágape o compartir de alimentos que se acostumbraba
antes de celebrar el partimiento del pan o cena del Señor según lo narra Pablo en
1ra Corintios 11:19-22 y que luego, con el correr del tiempo, sólo quedó la práctica
de la Santa cena.

Y ni que hablar de los cambios de moda, alimentación, modismos al hablar, etc que
han sucedido y seguirán sucediendo a lo largo de la historia. Dios, el Autor de la
Biblia, sabiendo de antemano que su iglesia experimentaría estos cambios
generacionales, previó ciertos principios o normas a aplicar que reglamenten la
diversidad de casos que se pueden presentar dentro de esos contextos. La Biblia,
es un libro que aunque muchos pronosticaran lo contrario, ha atravesado miles de
años, culturas, cambios generacionales y aún sigue en vigencia como libro actual.

Cuando hablamos de principios, nos referimos a enunciados que dan orientación y


guía para conducirse de una manera piadosa en una determinada área pero bajo
distintas circunstancias. Pongamos algunos ejemplos que nos grafiquen mejor la
idea. En lo referente a la moda, el mundo sufre cambios constantemente. Y aunque
la iglesia no debe regirse por la moda del mundo no cabe duda que en cierta
manera somos permeables a los cambios. De no haber sido así, aún los hombres
seguiríamos usando túnicas, turbantes y pelo largo como en el tiempo bíblico, las
mujeres vivirían con el rostro cubierto o, saltando algunos siglos, los hombres
tendríamos una larga barba como en el tiempo de Spurgeon.

Por eso es que no vas a encontrar en toda la Biblia detalles sobre si falda o
pantalón, si corbata o camisa, si zapato o zapatilla, o en cuanto a colores, largos de
falda o si con saco o sin saco, etc. Pero sí encontramos el PRINCIPIO respecto a la
vestimenta muy claramente enunciado en 1ra Timoteo 2:9 donde se exhorta a
cuidar la honestidad para no ser causa de tropiezo al sexo opuesto y a no gastar en
ropa muy costosa.

En otro orden de cosas, la música es otro asunto en disputa y aquí encontramos


una situación análoga. Las escrituras no hablan de ritmos determinados ni
instrumentos musicales permitidos y prohibidos, pero me da el principio en Efesios
5:19-20, como ya nos referimos en el estudio de la música anterior, a hacerlo con
una postura espiritual y ... "como para el Señor". ¿Te das cuenta?, no podemos
dogmatizar en cosas que están condenadas a sufrir cambios culturales pero sí
debemos aceptarlas dentro de los principios bíblicos.

Obviamente, existe una gran mayoría de cambios culturales y "novedades" que son
nocivos y ajenos a lo permitido por la Biblia y ante los cuales debemos tomar una
postura enérgica y decirles ¡No!. Pero quise dejar en claro que no necesariamente
todo lo nuevo es malo. Jesús no le tuvo miedo a lo nuevo y Él dejó en claro el
peligro que se suscita cuando se da la fusión de lo nuevo con lo viejo y esto no está
controlado de antemano.

En Lucas 5:36 Jesús refirió la parábola del vino nuevo en odres viejos, y al final dijo
que de no llegar a buen término esto... "el vino se derrama y los odres se pierden",
así que lo uno y lo otro salen perjudicados. Cuando leo esta parábola me pregunto
cuántos jóvenes y ancianos han terminado dañados por no haber llegado a un
correcto entendimiento de estas verdades. Espero con esto no estar inquietando la
moral de ningún anciano, sino más bien haciendo mi aporte para que tengamos una
actitud más comprensible desde ambos extremos. Desde el lado de los líderes,
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estar dispuestos a escuchar sugerencias "nuevas" de los jóvenes sin temor al


cambio, siempre y cuando pasen el filtro de las sagradas escrituras en sus
principios y doctrina inmutables, aunque nunca antes se haya echo esa propuesta.

Y del lado de los jóvenes, a comprender a veces las negativas de los más viejos,
sabiendo que han sido criados en otra generación y con otras costumbres y les
atemoriza el cambio. A veces toca esperar, a veces es tiempo de exhortarles, con
amor, como a padres, siempre es tiempo de orar y nunca tiempo de murmurar.

Por supuesto que lo que hemos dicho es sólo una introducción a este tema que me
gustaría que lo continuemos desarrollando en el próximo estudio con mayor aporte
bíblico. Pero como anticipo te digo que la conclusión lógica de este tema es que
urgentemente se necesitan estudiosos serios de la Biblia que sepan discernir no
sólo entre lo bueno y lo malo sino de entre lo bueno lo mejor utilizando, o como
dijo Pablo a Timoteo "trazando bien la palabra de verdad".

Eso te hará un obrero "aprobado" ante Dios, tal vez no ante los hombres pero la
recompensa está en cielo y a Él agradamos. ¿No te parece?. ¡Hasta el próximo
estudio!.

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