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Reflexiones juveniles
LAS DROGAS
Te puedo hablar con confianza y con algo de conocimiento de causa que diez años
de trabajo en la rehabilitación de jóvenes argentinos de las drogas me ha dado.
Como introducción, puedo decirte que esa misma curiosidad que sentiste al
escuchar sobre este tema, es la misma que han sentido muchos jóvenes y que
luego les ha llevado paso a paso a una vida dependiente y una realidad esclavizada
por este vicio que data desde la antigüedad. Debo decir también que ésta no es la
única causa pues está presente de igual manera la angustia, la marginación y la
pérdida de identidad del joven de hoy que encuentra en las drogas, una manera
divertida (al principio), de evadir los problemas de la sociedad, la incomprensión de
sus padres y la liberación de su rebeldía natural que encuentra así una vía de
escape "de moda".
Muchas veces esa protesta se manifiesta en vicios que tú sabes que te están
dañando, pero que si con eso consigues cobrar la deuda a tus padres por su
ausencia cuando los necesitaste, los adoptas. Un poco de masoquismo, otro poco
de ceguera del diablo que no te deja ver el desastre posterior detrás del placer
inmediato y ya está, las cadenas a tu cuello, y arrastras de por vida las
consecuencias de una mala decisión cuando eras joven. ¿Me equivoqué?. Tú sabes
que no así que sigue sentado y conversemos un poco más. Si pudiésemos, en los
minutos que nos quedan desenmascarar la realidad de terror y amargura que se
esconde detrás del placer que provoca la droga o cualquier otra sustancia
estupefaciente, logramos bastante. Veamos para muchos, la búsqueda del placer es
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Moisés reconoció esto y por lo tanto optó por sufrir aflicciones con el pueblo de Dios
antes "que gozar de los deleites temporales del pecado". (Hebreos 11:25).
Enfrentémoslo, el pecado no hubiese tenido ningún atractivo de no haber ofrecido
el placer como carnada. El anzuelo que engañó a Eva en el Edén no fue lo
desastroso que vendría por desobedecer a Dios sino lo placentero que ella se
sentiría al ser igual que Dios conociendo el bien y el mal. En otras palabras,
Satanás esconde lo amargo del pecado detrás de lo dulce del placer al
experimentar dicho pecado. Si el pecado no estuviese ligado al placer sino que
fuese neutro, doloroso y aburrido, y se lo podría ver en su verdadera fealdad, pocos
lo adoptarían.
Los últimos tiempos, dijo, se caracterizarán por personas que "son amadores de los
deleites más que de Dios". (2da de Timoteo 3:2-4). Resulta un interesante
comentario sobre nuestros valores el hecho de que bajo presión, rápidamente
optamos por el placer a corto plazo por sobre nuestra fidelidad a Dios. La búsqueda
del placer puede destruir relaciones. Santiago preguntó: "¿de dónde vienen las
guerras y los pleitos entre vosotros?. ¿No es de vuestras pasiones las cuales
combaten en vuestros miembros?". (Santiago 4:1). También la búsqueda del placer
distorsiona y ensombrece la vida de oración. Santiago continuó diciendo: "Pedís y
no recibís porque pedís mal, para gastar en vuestros propios deleites" (4:3),
también la búsqueda del placer nos deja vacíos.
Después de todo este análisis concluimos que el placer que tus amigos te proponen
con un "viaje especial" como algunos describen los efectos de la droga, no es más
que el comienzo de un viaje de ida sin boleto de regreso que te sumerge más y
más en las garras destructoras de Satanás, que cuando te muestra su verdadero
carácter de ladrón con el deseo de matarte, robarte tu verdadera identidad y
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Recuerda que la única fuerza regeneradora que puede solucionar este problema es
la fuerza sobrenatural del Espíritu Santo morando en tu interior. Por más que el
hombre se esfuerce en inventar métodos de rehabilitación efectivos, solo serán
buenos intentos con un fin filantrópico pero carentes de resultados efectivos y
duraderos. Sométete a ser un siervo de Jesús y su palabra y encontrarás la
verdadera libertad porque: "Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres"
(Juan 8:36).