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CAPITULO 2

EL SIGNIFICADO DEL
HABLAR EN LENGUAS
PARA LOS PENTECOSTALES
La práctica de hablar en lenguas es común a todos los pentecostales, como también a quienes se denominan
comúnmente neopentecostales. Antes de proceder a evaluar este hablar en lenguas, debemos primero entender el
significado que se le atribuye a la glosolalia por parte de quienes la practican.
Desde el comienzo debe notarse que hay diferencias de opinión entre los pentecostales sobre si la "entera
santificación" es necesaria antes que uno pueda recibir el bautismo del Espíritu que es acompañado por
glosolalia1. Por entera santificación se entiende que uno queda completamente purificado de la presencia del
pecado por una experiencia instantánea. Al principio del movimiento hubo mucho énfasis en la importancia de
esa santificación instantánea. Se recordará que Charles F. Parham, en cuyo instituto bíblico comenzó el
movimiento pentecostal, era un predicador de santidad que creía en la entera santificación como una "segunda
obra de gracia" después de la conversión. Durante el avivamiento en Los Angeles en 1906, muchas personas
dijeron haber recibido la entera santificación y frecuentemente se decía que esta bendición era necesaria antes
que uno pudiera recibir el bautismo del Espíritu.
Sin embargo, en el curso del tiempo, hubo una variación en la enseñanza pentecostal. Aunque algunos cuerpos
pentecostales han seguido enfatizando la necesidad de la entera santificación como una experiencia que debe
preceder al bautismo del Espíritu, de modo que el bautismo del Espíritu es considerado por ellos como una
tercera obra de gracia subsecuente a la regeneración (o conversión) y la santificación instantánea2, la mayoría de
los grupos pentecostales ha abandonado esta posición. La mayoría de las iglesias pentecostales ahora enseña que
la santificación no es una experiencia instantánea, sino un proceso que sigue a través de la vida, aun después que
uno ha recibido el bautismo del Espíritu. Por lo tanto, la mayoría de los pentecostales considera el bautismo del
Espíritu como una especie de 'segunda obra de gracia" que ocurre después de la regeneración.
Sin embargo, ambos grupos de pentecostales concuerdan en que la glosolalia es la evidencia inicial del bautismo
del Espíritu. Puesto que no hay diferencia de opinión entre ambos grupos sobre el punto que nos ocupa (esto es,
el significado de la glosolalia), pasaré por alto la diferencia de opinión sobre la cuestión de la entera
santificación que sigue.
Al tratar de determinar el significado de la glosolalia para quienes la practican, debemos además tomar en
cuenta otra diferencia de opinión que existe entre los pentecostales. No todos ellos están de acuerdo en que la
glosolalia invariablemente acompaña al bautismo del Espíritu. Algunos pentecostales sostienen que aunque el
hablar en lenguas es una de las evidencias del bautismo del Espíritu, no es necesariamente la única evidencia, y
que por lo tanto, una persona podría haber recibido el bautismo del Espíritu sin haber hablado en lenguas.
Algunos líderes pentecostales europeos como T. B. Barratt de Noruega y Lewi Pethrus de Suecia están
dispuestos a admitir que, como una excepción, el bautismo del Espíritu podría ocurrir sin glosolalia. J. E. Stiles,
Jr., escribió en Cristianismo Hoy: "Hay una creciente minoría entre personas del pleno evangelio que creen que
las lenguas no constituyen la "única" o "necesaria" evidencia del recibimiento inicial del Espíritu Santo.
Aceptamos que es una evidencia". Nils Bloch-Hoell, cuyo estudio histórico del movimiento pentecostal es el
más completo hasta ahora publicado, afirma:
La opinión dominante del movimiento pentecostal es que el bautismo
del Espíritu es acompañado por el hablar en lenguas, pero, al mismo tiempo,
permite teóricamente, la posibilidad del bautismo del Espíritu sin glosolalia.

Se ve entonces que, aunque una minoría de pentecostales concedería la posibilidad de bautismo del Espíritu sin
glosolalia, la mayoría consideraría que un bautismo del Espíritu sin glosolalia estaría incompleto o falto de
evidencia3.
Aunque el lector debe recordar que hay pentecostales que no están en la posición de la mayoría, presentaré el
punto de vista de la mayoría como típico del movimiento pentecostal. Al presentar el punto de vista de la
mayoría, reproduciré hasta donde sea posible, la posición sostenida por las Asambleas de Dios, la iglesia
pentecostal más grande de los Estados Unidos, y probablemente el cuerpo pentecostal de más influencia en el
mundo.
Las Asambleas de Dios han establecido sus principales dogmas doctrinales en lo que llaman Declaración de
Verdades Fundamentales, que comprende 16 artículos. El artículo 7 de esta declaración dice:
Todos los creyentes tienen derecho a, y debieran esperar y buscar
fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y
fuego, según el mandamiento de nuestro Señor Jesucristo. Esta era la
experiencia normal de todos en la iglesia cristiana primitiva. Con ella viene la
investidura del poder para la vida y el servicio, el otorgamiento de los dones y
su uso en la obra del ministerio (Lucas 24:49, Hechos 1:4,8; 1 Corintios 12:1-
31). Esta experiencia es distinta y posterior a la experiencia del nuevo
nacimiento (Hechos 8:12-17; 10:44-46; 11:14-16; 15:7-9). Con el bautismo
del Espíritu Santo vienen experiencias tales como la plenitud rebosante del
Espíritu (Juan 7:37-39; Hechos 4:8), una reverencia más profunda a Dios
(Hechos 2:43; Hebreos 12:28), una consagración más intensa a Dios y
dedicación a su obra (Hechos 2:42), y un amor más activo por Cristo, por su
Palabra y por los perdidos (Marcos 16:20).
El Articulo 8 hace las siguientes afirmaciones:
El bautismo de creyentes en el Espíritu Santo es testificado por la señal física inicial de hablar otras lenguas
como el Espíritu les da que hablen (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este caso es el mismo en esencia que el
don de lenguas (1 Corintios 12:4-10, 28), pero difiere en propósito y uso.
Poniendo junto estos dos artículos llegamos a las siguientes conclusiones:
1. Todos los creyentes debieran buscar el bautismo del Espíritu Santo.
2. Este bautismo del Espíritu es distinto y posterior a la experiencia del nuevo nacimiento.
3. Este bautismo del Espíritu Santo otorga poder para la vida y el servicio, mayor consagración, un amor más
activo por Cristo, por su Palabra y por los perdidos.
4. La señal física inicial del bautismo del Espíritu es hablar en otras lenguas.
5. Esta señal física inicial, aunque es la misma en esencia que el don de lenguas de que se habla en 1 Corintios
12, es diferente en propósito y uso.

Por lo tanto, para las Asambleas de Dios ―y su posisión en esto es típica de los pentecostales en general― la
glosolalia es tan importante que todo creyente debiera tratar de practicarla como evidencia inicial del bautismo
del Espíritu Santo que todos deben tratar de obtener. Cito a un prominente autor de las Asambleas de Dios:
UNA experiencia debe ser recibida por todos los que quieren entrar en
el reino ―el nuevo nacimiento ... Del mismo modo, se manda a todos los
creyentes que reciban UNA experiencia ―el bautismo o plenitud del Espíritu.
Nuevamente las reacciones físicas, emocionales e intelectuales son tan
variadas como los que la reciben, pero otra vez UNA evidencia acompaña
uniformemente a la experiencia: El testimonio del Espíritu a través de
nosotros en otras lenguas4.
Ralph M. Riggs, otro escritor de las Asambleas de Dios, da diez razones por qué deberíamos recibir el bautismo
del Espíritu Santo poco después de la conversión 5. La importancia de la glosolalia para los pentecostales
además está indicada por la siguiente declaración de Carl Brumback:
"Es nuestra sincera creencia que sin esta evidencia [esto es, la de la glosolalia] no puede haber un bautismo
completo con el Espíritu Santo"6. Por lo tanto, todo cristiano debiera buscar la glosolalia, no por causa de sí
mismo, sino como evidencia de que uno ha recibido el bautismo del Espíritu Santo.
Ahora, ¿qué es este bautismo del Espíritu que se dice es posterior y distinto del nuevo nacimiento? Significa la
entrada del Espíritu Santo en la vida de uno como Persona en Su propio nombre y derecho. Ralph Riggs
describe la experiencia de la siguiente manera:
Como Espíritu de Cristo, El había venido en la conversión,
impartiendo vida de Cristo, revelando a Cristo y haciéndolo real. En el
bautismo del Espíritu, El mismo, en Su propia persona cae sobre el creyente
que espera y lo llena. Esta experiencia es tan distinta de la conversión como el
Espíritu Santo es distinto de Cristo. Su venida al creyente en el bautismo es la
venida de la tercera Persona de la Trinidad, además de la venida de Cristo, que
ocurrió en la conversión7.

Ahora bien, ¿significa ésto que uno no recibe el Espíritu Santo en ningún sentido en el momento de la
conversión? Por el contrario, todo cristiano tiene el Espíritu Santo puesto que el Espíritu debe ponerlo en
contacto con Cristo y puesto que el Espíritu debe obrar la regeneración8. Pero solamente después del bautismo
del Espíritu la tercera Persona de la Trinidad toma el control definitivo por derecho propio, y dispensa todo el
complemento de sus dones9. En suma, aunque uno recibe ciertos frutos del poder del Espíritu en el momento de
la regeneración o conversión, no recibe al Espíritu como persona que lo llena completamente hasta el momento
del bauüsmo del Espíritu Santo. La glosolalia es la evidencia inicial de este bautismo del Espíritu.
¿Sobre qué material bíblico está fundamentada esta enseñanza? Principalmente, en el estudio de pasajes del
libro de los Hechos que describen a ciertos grupos que hablaron en lenguas cuando el Espíritu cayó o vino sobre
ellos. Más adelante examinaremos estos datos de las Escrituras con mayor detalle.
Se recordará que los pentecostales distinguen entre glosolalia como evidencia inicial del bautismo del Espíritu y
como un don que el receptor puede continuar ejerciendo. Así ellos dan razón del hecho obvio de que no todos en
Corinto tenían el don de lenguas10. En una palabra, su posición es ésta: todo el que recibe el bautismo del
Espíritu debe hablar lenguas como evidencia física inicial de este bautismo. No todo el que recibe esta
evidencia, sin embargo, sigue ejerciendo el don de lenguas11.
Además, el don de lenguas opera de un modo doble: devocional y congregacional. Como ejercicio devocional
podría ser usado como un
medio para orar, dar gracias, cantar. Por el uso del don en esta forma uno se edifica a sí mismo 12. El otro uso
del don es congregacional. Las lenguas debieran ser usadas en los servicios de la iglesia. Brumback afirma que
es bueno que el predicador sea interrumpido ocasionalmente por una expresión en lenguas, aunque él no
propicia una interrupción constante13. Donald Gee, otro escritor de las Asambleas de Dios, reflexionando sobre
las diferencias entre los servicios pentecostales y los de las iglesias protestantes regulares, expresa la cuestión de
un modo más bien ameno: "Mejor un poco de desorden y el Señor obrando que el 'orden' aparente de la tumba y
la muerte"14. Sin embargo, cuando se usan las lenguas en el servicio de la iglesia, deben ser interpretadas; por
esto los pentecostales hablan del don de interpretación como un don adicional. Si no hay intérprete, el que habla
en lenguas debe callar en la iglesia15.
Puede ser de interés preguntar en este punto: Según los pentecostales, ¿cómo son estas lenguas? ¿Son idiomas
humanos reales, o son sólo expresiones extáticas que no tienen similitud con idiomas que actualmente se hablan
sobre la tierra? Para responder a esta cuestión, debo, en primer lugar reproducir brevemente las enseñanzas
pentecostales sobre las lenguas descritas en la Biblia. Los pentecostales están bien de acuerdo con que las
lenguas habladas en el día de Pentecostés eran idiomas reales, puesto que Lucas afirma que cada hombre oyó a
los discípulos en su propia lengua16. En lo que respecta a la glosolalia en Corinto, Brumback afirma que aunque
hay una diferencia entre las lenguas en Hechos y las de Corinto en cuanto a propósito y operación, no hay
diferencia entre ellas en cuanto a su naturaleza: en otras palabras, en Corinto así como en Jerusalén, las lenguas
eran idiomas extranjeros reales hablados por personas que no habían tenido una preparación previa en ese
idioma17.
Sobre la base de su punto de vista de la glosolalia en la forma descrita en las Escrituras, Brumback sostiene que
la glosolalia en la actualidad no es hablar un lenguaje celestial desconocido para el hombre, sino hablar un
verdadero idioma humano que, sin embargo, es desconocido para la persona que habla18; aun afirma que hay
casos registrados en que expresiones glosolálicas han sido identificadas como idiomas existentes, tanto por
creyentes pentecostales como no pentecostales19. Brumback admite que a veces la glosolalia actual no es un
idioma genuino, sino una pura jerigonza; sin embargo, esos casos los considera fraudulentos, como un intento de
imitar el genuino don de lenguas20. Donaid Gee, escritor pentecostal británico, está de acuerdo con que en la
actualidad la glosolalia es el hablar de idiomas extranjeros genuinos. Entonces parecería que la posición general
pentecostal es que la glosolalia según se practica en la actualidad es el hablar un idioma extranjero genuino por
personas que nunca han estudiado el idioma en que hablan y que no lo entienden en el momento de hablarlo.
Sin embargo, debe observarse que no todos los pentecostales están de acuerdo en este punto. Algunos
pentecostales me han dicho en conversaciones privadas que la glosolalia de hoy podría ser hablar un idioma
extranjero existente, o hablar una lengua en éxtasis que no tiene similar en el lenguaje humano. Además es
significativo que por lo menos uno de los escritores de las Asambleas de Dios no comparte el punto de vista de
que la glosolalia de hoy sea siempre un idioma genuino. Stanley Frodsham, en un libro que todavía aparece
recomendado en el catálogo actual de la Cospel Publishing House, agencia oficial de publicaciones de las
Asambleas de Dios, tiene esto que decir acerca del don de lenguas:
El hijo de Dios tiene el privilegio de tener un lenguaje con Dios y
ningún hombre entiende este lenguaje secreto, porque al santo le es permitido
hablar en el idioma de la divinidad, un idioma desconocido para la
humanidad ... El santo más humilde puede disfrutar de una conversación
sobrenatural con el que hizo los mundos, en un idioma no comprendido por
el hombre ni por el diablo.

Seguimos adelante ahora para preguntar si el punto de vista de los neopentecostales acerca del significado y
valor de la glosolalia es el mismo que el que le dan los pentecostales según lo que acabamos de describir. Es una
pregunta difícil de responder porque no hay una interpretación teológica autoritativa que sea obligatoria para
todos los neopentecostales. Sin embargo, cabe destacar que el neopentecostalismo recibió su ímpetu inicial de
los pentecostales, puesto que varios de los líderes neopentecostales recibieron el don de lenguas en reuniones
pentecostales o por medio de la influencia de pentecostales. Por lo tanto, históricamente el neopentecostalismo
nació del pentecostalismo.
Ya se ha hecho notar que hay alguna diferencia de opinión entre miembros de iglesias pentecostales sobre si la
glosolalia invariablemente acompaña al bautismo del Espíritu. Encontramos una diferencia de opinión similar
entre los neopentecostales. Algunos neopentecostales creen que la glosolalia es una de las evidencias de haber
recibido el bautismo del Espíritu, pero que no es la única evidencia ni la evidencia indispensable. Para citar un
ejemplo, el Rvdo. Larry Christenson, pastor de la Iglesia Luterana de la Trinidad, San Pedro de California, y
líder del movimiento pentecostal, no está del todo dispuesto a decir que cada uno de los que reciba el bautismo
del Espíritu hablará en lenguas, de modo que si una persona no ha hablado en lenguas uno esté justificado para
sacar la conclusión de que aquella persona no ha recibido el bautismo del Espíritu. Sin embargo, concede que el
libro de los Hechos nos da un patrón que sirve de mucha ayuda en nuestras vidas de hoy: a saber, la recepción
del Espíritu es una experiencia instantánea que es acompañada por el hablar en lenguas 21. Por lo tanto sigue
diciendo:
Consumar la experiencia de uno de recibir el Espíritu hablando en
lenguas le da objetividad a la experiencia; yo creo que esta objetividad tiene
un valor definitivo para el continuo caminar en el Espíritu, porque hablar en
lenguas parace tener una relación definida con la "poda" y "purificación" por
la que el cristiano tiene que pasar.

Por lo tanto, según Christenson, la glosolalia, aunque de un alto valor, no es la evidencia indispensable de haber
recibido el bautismo del Espíritu.
Según Morton T. Kelsey, rector episcopal que escribió un libro sobre el hablar en lenguas, el Rvdo. Tod Ewaid,
rector de la Iglesia Episcopal de Corte Madera en California, comparte los puntos de vista de Christenson sobre
las lenguas. Kelsey sigue diciendo que, en su opinión, la mayoría de quienes hablan lenguas en las más antiguas
denominaciones protestantes comparten los puntos de vista del pastor Christenson sobre las lenguas y sobre la
experiencia del Espíritu Santo, esto es, que las lenguas son una señal del bautismo del Espíritu, pero no la señal
indispensable del acontecimiento. Si Kelsey está en lo correcto, esto podría significar que el punto de vista de la
mayoría de los neopentecostales difiere de la mayoría entre los pentecostales.
Sin embargo, no estoy seguro que el señor Kelsey tenga razón en su juicio. He encontrado una cantidad de
declaraciones de prominentes neopentecostales que afirman que la glosolalia no es sólo una posible evidencia,
sino la evidencia del bautismo del Espíritu Santo. Por ejemplo, Robert Frost, profesor de biología en el colegio
Westmont, escribiendo en la revista Trinidad, declara que, así como una confesión de fe es la señal exterior de
conversión, el hablar en lenguas es la evidencia exterior del bautismo del Espíritu Santo (que él llama "el don
del Espíritu de Dios en su plenitud"). En una edición anterior del mismo periódico el Rvdo. Edwin B. Stube,
vicario de Saint Lawrence, Sidney, Montana, y director de la Sociedad de la Bendita Trinidad, afirma:
En el Nuevo Testamento, la señal normal o evidencia del bautismo
del Espíritu Santo es aquella de hablar en otras lenguas según el Espíritu da
que se hable... Claramente se ve que la intención de Dios es que todos los
creyentes reciban el bautismo del Espíritu Santo con la señal que el Nuevo
Testamento indica (a saber, la señal de hablar en lenguas).

Jean Stone, una directora de la Sociedad de la Bendita Trinidad, y editora de la revista Trinidad, dice esto
acerca de la glosolalia en un editorial: "Creemos que cuando un creyente es bautizado con el Espíritu Santo, él
hablará en nuevas lenguas según el Espíritu le dé que hable y que esta investidura del poder (significada por la
nueva lengua) es una investidura para el servicio". En este mismo editorial la señora Stone cita una declaración
oficial hecha por la junta de directores de la Sociedad de la Bendita Trinidad en su reunión de marzo de 196'3.
El cuarto párrafo de la declaración dice:
Creemos que cuando un cristiano recibe el bautismo del Espíritu Santo
prometido por Jesús (Hechos 1:5,8), el Espíritu Santo confirma esto con una
capacidad sobrenatural de hablar en una lengua desconocida para el que
habla22.
Los miembros de la junta de directores que aparece en la edición de la revista en que aparece la declaración
citada, es la siguiente: Rvdo. Haraid Bredesen, Rvdo. David J. du Plessis, Rvdo. Tod W. Ewaid, Donaid D.
Stone, el Rvdo. William T. Sherwood, Jean Stone, el Rvdo. Edwin B. Stube23. Parecería que una declaración
hecha por los directores de la Sociedad de la Bendita Trinidad se acerca mucho a lo que uno podría esperar
razonablemente como pronunciamiento oficial sobre los puntos de vista de los neopentecostales.
Por lo tanto, concluiré que, con la posible excepción de algunos, la posición dominante del neopentecostalismo
sobre la significación de la glosolalia es la misma que la de los pentecostales: el hablar en lenguas es la
evidencia necesaria de que uno ha recibido el bautismo del Espíritu Santo.
Hay que reconocer que la mayoría de los neopentecostales no propician el hablar en lenguas en los servicios
dominicales regulares de sus iglesias, sino que prefieren el ejercicio de la glosolalia en sus devociones privadas
o en pequeños grupos de oración. También hay que admitir libremente que el hablar en lenguas entre los
neopentecostales está mucho menos cargado de emociones que en los cultos de muchas iglesias pentecostales,
sean dominicales o durante la semana. Sin embargo, estas diferencias no afectan el punto básico que ahora está
en discusión: la importancia de la glosolalia como evidencia del bautismo del Espíritu. Sobre este punto se ve
claramente que la mayoría de los neopentecostales está de acuerdo con los pentecostales.
Notas del Capítulo 2
1 Por "bautismo del Espíritu", "bautismo en el Espíritu", "bautismo con el Espíritu", o "bautismo espiritual" (estas
expresiones las usaremos como sinónimas) se quiere decir la experiencia instantánea en que una persona que ya es creyente
es completamente llena del Espíritu Santo, y así recibe todo el poder para el servicio cristiano. Todas las iglesias
pentecostales enseñan que los creyentes debieran buscar este bautismo espiritual.
2 Entre los grupos pentecostales que todavía sostienen esta posición están la Iglesia de Dios, La Iglesia de Dios en Cristo, y
la Iglesia Pentecostal de la Santidad.
3 En este punto sólo estamos considerando la posición de miembros de las iglesias pentecostales. La cuestión de los puntos
de vista de los neopentecostales será considerada más adelante en este capitulo.
4 Carl Brumback, ¿Qué Quiere Ser Esto? pp. 296, 297 (las cursivas son de Brumback). Este libro me lo recomendó Russell
Spittler, miembro de la facultad del Instituto Bíblico Central, como uno de los dos mejores libros que presentan las
enseñanzas de las Asambleas de Dios sobre la glosolalia. El otro libro mencionado era el de Ralph M. Riggs, El Espíritu
Mismo. Los otros cuerpos pentecostales no han publicado estudios doctrinales tan completos como éstos. Por lo tanto, será
en estos dos libros que nos basaremos principalmente para presentar la enseñanza pentecostal sobre el bautismo espiritual y
la glosolalia.
5 Ralph Riggs, El Espíritu Mismo, pp. 84-85.
8 Obra citada pp. 221, 222. Nótese también la siguiente afirmación que aparece en una nota al pie de una página: "No es
prerrogativa de ningún autor interpretar infaliblemente las creencias de todo el movimiento pentecostal acerca de las lenguas.
Sin embargo, sentimos que en la mayoría de los casos, este volumen presentará solamente lo que generalmente cree el
movimiento; y en aquellos casos en que podamos presentar una convicción personal que no es aceptada por el movimiento
en general, pondremos mucho cuidado en hacerlo saber". En la página referida no hay indicación de que la "creencia
sincera" citada más arriba no sea aceptada generalmente por el movimiento pentecostal. El alcance del contexto, en realidad,
es que esta creencia es una que todos, o ciertamente la mayoría de los pentecostales, sostienen en común.
7 Ralph Riggs, El Espíritu Mismo, p. 81.
8 Ibid., pp. 81, 123.
9 Ibid., pp. 123, 124. Compárese con la declaración de Morton Kelsey, Tongue Speaking, p. 78: "El cristiano que recibe el
bautismo espiritual y habla en lenguas entra entonces en una vida Carismática en que está abierto para recibir todos los
demás dones del Espíritu". Kelsey reproduce aquí la enseñanza pentecostal.
10 Brumback, ¿Qué Quiere Ser Esto?, pp. 313-328.
11 Según Bloch-Hoell, el movimiento pentecostal en sus primeras etapas no distinguió entre glosolalia como señal del
bautismo del Espíritu y como don de la gracia. Generalmente se creía en aquel tiempo, sigue diciendo, que la glosolalia en
conexión con el bautismo del Espíritu era un don permanente de la gracia. Sin embargo, más tarde se introdujo la distinción
descrita más arriba; esta distinción ahora la hacen comúnmente, si no todos, por lo menos la mayoría de los pentecostales
(obra citada p. 142).
12 Brumback, obra citada, pp. 329-348.
13 Ibid., p. 393. Sobre el uso congregacional de las lenguas, véase las páginas 349-358.
14 Riggs, obra citada, pp. 189-200.
15 Brumback, obra citada, pp. 359-383. Está implícito en esta discusión que no todas las iglesias pentecostales observan las
restricciones que el Apóstol Pablo establece sobre el hablar en lenguas en 1 Corintios 14:27-28.
16 Ibid., p. 13. Riggs sugiere que los discípulos hablaron 15 idiomas diferentes en aquél día (obra citada, p. 89).
17 Brumback, obra citada, pp. 298, 313, 314.
18 Ibid., pp. 354-355.
19 Ibid., pp. 132, 133. 2» Ibid., p. 129, n. 1.
21 Nótese que aquí "recibir el Espíritu" significa ser bautizado con el Espíritu. Pentecostales y neopentecostales con
frecuencia usan la expresión "recibir" como sinónimo de bautismo del Espíritu.
22 Nótese que aquí no hay una expresión calificativa como "normalmente", "generalmente", o "en la mayoría de los casos".
23 Nótese que entre las personas que respaldan esta declaración está el Rvdo. Tod Ewald, a quien el señor Kelsey, como
vimos, lo presenta como de una opinión diferente.

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